"¡VEGETA! ¡VEGETA VEN AQUÍ AHORA MISMO! "-gritó una voz en la parte de abajo.

"Estoy aquí padre. ¿Qué es?" -dijo una pequeña voz ronca.

Bajo un chico joven no mayor de 11 años. Su piel era de un ligero bronceado y tenía algunos pequeños cortes y contusiones en ellos. Su pelo como una llama, él también tenía flequillo. El pelo era de un color negro profundo. Sus ojos era un color de ébano, que también tenía círculos oscuros debajo de ellos, debido a la falta de sueño. Su figura era delgada.

"Acabo de recibir una carta de su escuela."- dijo el padre del niño.

"¿Y?"- Vegeta pregunto.

"Dice que tuvo otra pelea en la escuela".

"¡El chico es enclenque que empezar! Yo estaba allí, pensando en mis cosas cuando de repente…-"

"¡No más excusas!"

"¡No es una excusa! ¡Es la verdad!" – Argumento Vegeta.

"¿En serio?"

"¡Sí! Dios mío, ¿tu te estas haciendo viejo o simplemente tonto?". -Vegeta murmuró.

"¿Qué estas diciendo mocoso?" -su padre gritó mientras levantaba su mano, listo para darle una bofetada.

"Y tal vez también afecta tu audición." -Joven Vegeta, bromeó.

Su padre le dio una bofetada, duro. La marca era de color rojo brillante y la fuerza del golpe causo que Vegeta a tropezara.

"No importa la situación, ¡te tomaste una pelea con el chico! Si alguna vez quieres hacerte cargo del negocio familiar, ¡tu tienes que tener una hoja en blanco primero!" -su padre regañó.

"Sí, padre." -Vegeta dijo con sarcasmo.

Que le valió un golpe. La forma del golpe causo que Vegeta chocara contra la pared. Todas las cosas que cuelgan en la pared se estrelló en Vegeta. Cuadros, adornos, todo, en Vegeta. Los marcos de los cuadros, todo se estrelló en la cabeza, lo que lo hizo gritar.

El ruido hizo que su madre corriera por las escaleras.

"¿Qué es este alboroto…?-oh, ¡Dios mío!" -exclamó su madre.

Ella corrió hacia Vegeta y lo ayudó a levantarse. Se quedó sin aliento al ver la herida enorme en la frente. Que derramaba mucha sangre.

"¡Oh, Dios mío, Veggie! ¿Qué te pasó?" -su madre le preguntó en un tono preocupado.

"Deja de mimos al mocoso, Seripa". - dijo el padre de Vegeta.

"¿Por qué siempre lo golpeas?-" dijo, dejando caer a su hijo en el suelo.

"¡No te atrevas a cuestionar lo que hago con él!"

"¡Deja esa excusa Vegeta!" -Seripa reprendió a su marido.-"Y otra cosa, ¿por qué lo nombró igual que tu?" -que despotricaba.

"¡basta con eso con eso!" -su padre creció. -"¡Siempre se quejan constantemente y estoy harto de eso!"-su padre le dijo, mientras tomaba el brazo de su esposa.

"¿Qué estás haciendo? ¡Déjame ir!" -gritó mientras intentaba estar fuera de su alcance.

"Esta es la última vez, y que me faltas al respeto mocoso insoportable, nunca más!" dijo que le dio una cachetada a su esposa en la cara.

La solto como ella cayó de rodillas. Ella estaba tocando en donde le había bofeteado. Volvió a la realidad cuando vio a su marido en dirección a su hijo.

"¡NO!" -gritó como ella, le agarró la muñeca.

"¡Suéltame!" – Grito el padre de Vegeta.

"¡Vegeta, corre!" -fue la última petición de su madre antes de que ella fuera golpeada.

El joven Vegeta asintió, pero dudó. Al ver esto, su madre corrió hacia él y lo empujó hasta que su padre pudiera llegar a él primero. Vegeta hizo lo que le dijo su madre, salió corriendo. Fue estallido de la puerta. Una voz en su cabeza le dijo que no mirar hacia atrás, pero lo hizo de todos modos. Cuando se volvió para mirar sus ojos se agrandaron y las lágrimas comenzaron a formarse. A través de la ventana vio a su madre haber sido golpeada. En un abrir y cerrar de ojos, su padre envió un último golpe a la cara antes de que su madre cayó al suelo, inmóvil.

Los ojos de Vegeta se agrandaron y sollozaba en silencio por el dolor. Muerta. Su madre, muerta. Qué frío, ¿su padre es tan cruel? ¿Por qué iba matar a su madre? Todos estos pensamientos hierve la sangre de Vegeta. No quería volver a su padre. ¡Fue cruel y mezquino, y mató a su madre!

Más adelante vio a algunas vías del tren. A lo lejos se oyó un silbido de tren. Perfecto. Se uniría a su madre, huye de su vida de odio.

Él vio el tren y sonrió fríamente. Dio un paso hacia las vías, cerro los ojos, morir en paz esperada. Oyó el tren, que estaba cerca, demasiado cerca. Abrió uno de sus ojos y vio que estaba en la pista junto a él. Parpadeó, podría haber jurado que el tren estaba llegando a través de esta vía.

Cuando el tren pasó, vio a una niña de su edad, tirando de una palanca y puesto en libertad era lo que estaba seguro de que el tren se había ido. Ella era hermosa. Tenía el cabello largo color lavanda, se detuvo a uno media de la espalda, que parecía como si se vuelve azul la instante, a juzgar por las rayas azules en el pelo. Sus ojos eran azul celeste. Tenía una pequeña figura todavía muscular ligeramente.

"¿Estás bien?" -preguntó ella mientras corría hacia él

"sí, muy bien."- respondió.

"¿Qué te pareció que estaba haciendo? Nunca cruses una vía cuando un tren se acerca!" -gritó ella.

"¡Niña deja a tu balbuceo!" -Vegeta dijo mientras se tapaba los oídos.

"Mi nombre no es niña, es Bulma. Bulma. Bulma!"

"Lo que sea." -Vegeta se burlaba.

"¿Cuál es el tuyo?" -Bulma le preguntó.

Él la miró antes de mirarla a los ojos.

"Vegeta Ouji".

"Vegeta, ¿eh? Bueno, la próxima vez tenen más cuidado!" -dijo al darse la vuelta, dejandolo.

"¡No tuve tu apellido!" -gritó tras ella.

"Briefs" -gritó ella. En un segundo, ella se perdió de su vista.

Bulma briefs. Espero que nos veamos de nuevo.