Primero que nada quiero aclarar que la siguiente historia no me pertenece, la historia original es de la autora de fanfics "sistercullen" quien muy amablemente me permitió adaptarla a los personajes de Inuyasha, quienes tampoco me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi.

Decidí pedirle permiso de adaptarla porque me pareció que encajaba muy bien con estos personajes, haber que opinan ustedes…

Una aclaración, el fic original es de la saga Twilight y me parece que ya existe una adaptación para Naruto, y quería comentar que en la original se maneja el nombre de Bella y rara vez Isabella, para evitar estas confusiones hare lo siguiente: será Kagome (el nombre original) cuando sea el nombre largo y usare mayormente el nombre de Aome (traducción latina y no sé si de otro lugar) para la versión corta, aclarado esto, que lo disfruten


D E M O N P R I N C E

- ¡No seas tonta, Aome! ¡Pon el dedo en el vaso! Total… ¿Qué va a pasar? Venga…. anda; ¡Podemos llamar a tu hermana Kikyo… ¿No quieres hablar con ella?

- No.

Aome miró los rostros de aquellas que se decían amigas. Una: Yuka Daidouji, que sonreía con morbosa anticipación a lo que estaba por venir. La otra: Eri Yakushi, la trataba como si fuera anormal o careciera de más de una neurona en su cerebro.

Aquella tarde Kagura había sido generosa con las nuevas vecinas del pueblo y había invitado a sus hijas a merendar a su humilde casa.

Tanto ella, como su hija Aome, hacía varios meses que se habían mudado de Tokio a aquel pueblecito de la península de Oshika: Miyagi; pero habían dejado a alguien en el camino. Su hermana Kikyo, la hermana mayor de Aome.

Un extraño accidente de tráfico se la había llevado al otro lado y se quedaron inmensas en la negación de lo perdido. Kikyo, murió a la tierna de edad de 19 años. Era tan bella como Kagura, en sus tiempos de juventud, antes de que el alcohol hiciera estragos en su cuerpo.

- Venga, Aome no seas mojigata. No es nada mas que un juego. Pon el dedo encima del vaso.- Eri miraba a Yuka y ésta a la vez le sonreía con malicia.

-Sí Aome, concentrémonos.- dijo en un tono tierno Yuka.

Aome asintió débilmente. Y con la mano temblorosa, puso su dedo índice, encima del vaso de café que habían cogido de la cocina. Eri, cerró los ojos y comenzó a hablar en voz alta.

Se habían congregado en la habitación de Aome. La castaña, Eri Yakushi, habia tenido la genial idea de hacer una sesión de espiritismo y convocar a algún espíritu que les pudiera divertir la velada asquerosa y monótona en casa de aquella muchacha insulsa que era Kagome Higurashi.

La tabla de oüija fue hecha a mano por Yuka, con una cartulina color negro que sobresalía de uno de los papeles amontonados que había depositado Aome al hacer sus ejercicios de artes plásticas.

- Quien quiera que esté al otro lado, preséntate. Invoco a cualquier criatura que esté al otro lado.

Un silencio inundó el cuarto de la pelinegra y una brisa helada movió el cabello de las tres muchachas.

El vaso comenzó a moverse y las dos ladinas amigas se miraron divertidas.

- ¿Quién eres?- preguntó la insolente amiga de Yuka, relamiéndose de ansiedad. El vaso comenzó a dar vuelta como si estuviera desbocado, sin dar contestación alguna.

- ¿Quieres algo de nosotras? Quien quieras que seas.

"No" el vaso paró en seco encima de aquella palabra que yacía en una de las esquinas del cartón.

- ¿Eres alguna familiar, de alguna de nosotras?-preguntó de nuevo Eri.

"No"

-¿Podemos preguntarte algo?

Las muchachas se miraban las unas a las otras. Aome estaba completamente segura que alguna de aquellas dos chicas era la que movía el vaso.

Se contuvo de no hacerlas marchar de allí de una manera seca y les siguió el juego. No le importaba que ellas creyeran que ella podía ser víctima de sus burlas el lunes al llegar a la puerta del instituto. No le importaba lo mas mínimo…

"Si"

- ¿Qué preguntamos…?- Yuka, no podía desechar aquella risa malévola de su rostro y miró a Eri que estaba tan alucinada como desinhibida.

- ¿Existe el demonio?, podemos preguntarlo ¿no?- Fue Eri la que preguntó completamente trastornada por la excitación que emergía de la inconsciencia de lo tenebroso, de lo no conocido.

El vaso se movió hacia el " si". Se miraron las unas a las otras, y todo síntoma de alegría o de burla desapareció del rostro.

- Vamos a dejar esto, Eri. Estamos en mi casa y esto ya me da miedo- Aome, quiso quitar el dedo del vaso, pero Eri se lo impidió.

- ¿Qué quieres, tonta? ¿Qué se vengue de nosotras? Ya que hemos llamado a esta entidad, quien quiera que sea, tenemos que hacerle partícipe de nuestros miedos y preguntar. Y luego despedirla en paz.

Aome bajó los ojos mirando el tablero. Aquello la estaba intimidando de verdad.

- Su nombre, queremos el nombre del demonio. No saldrá de nuestros labios. Dilo, quien quiera que seas.

El vaso no se movía. El trió, a la vez, estuvieron tentadas de quitar el dedo del vaso y salir disparadas de aquella habitación. Pero comenzó a moverse muy rápidamente.

"y" "o" "s" " o" "y" "e" "l"

- ¿Qué ha marcado? -Preguntó Aome, con el miedo reflejado en sus ojos.

- "Yo soy él"- repitió Eri, queriendo salir despavorida de aquella habitación, inmediatamente.

- Hay que seguir chicas, debemos preguntar y despedirlo. Así lo manda la tradición y así lo que tenemos que hacer. Una pregunta cada una. Simple….

Eri estaba sin palabras, fue Yuka la que dijo esto último.

- Esta bien- zanjó Aome - Yo empiezo - Carraspeó- ¿Con quién me voy a casar?

Aquella pregunta hizo que Eri y Yuka se miraran y taparan sus bocas con la mano disponible… Aome Higurashi no podría casarse en su vida. Era fea y desastrosa.

El vaso comenzó a moverse.

"I" "N" "U" "Y" "A" "S" "H" "A" "I"

- ¿Inuyasha?- Yuka se carcajeó.- ¿Quién se puede llamar así? ¿Un viejo? ¿Un imbécil?

A Aome se le llenaron los ojos de lágrimas y comenzó a hiperventilar. Su asma ya había tardado demasiado en aparecer. Las emociones y las constantes burlas habían hecho mella en ella.

De repente algo pasó: El vaso se precipitó en la pared.

Yuka y Eri huyeron despavoridas y Aome se desmayó, dejando su cuerpo inerte y sin respiración a un lado de el cartón donde habían practicado la sesión espiritista.


Bueno, no pude evitarlo, la verdad cuando empecé a leer esta historia me fascinó y mi cerebro relacionó la temátiica demoniaca con Inuyasha, fue inevitable jajaja. Pedí el permiso de la autora y aquí esta. Espero sus comentarios..