Debo decir... que una vez más... he sido vencida por mi capacidad desesperante (la misma que comparto con Shinobu-chin) de sonrojarme, hipersensibilizarme, y fantasear con las cosas que escribo...

Ha sido una semana difícil... por muchos motivos... El principal de los cuales es una noticia no muy agradable sobre una amiga a la que quiero mucho y a la que únicamente conozco por el face. A ella, aunque no lo vaya a leer por lo que está viviendo en estos momentos, le dedico este capítulo, que aunque me costó, lo disfruté en la misma medida. Y le puse mucho empeño en redactarlo...

Supongo que quienes ya me hayan leído, se habrán dado cuenta que soy demasiado cursi... De modo que, aunque es más explícito que las otras veces, lamento informarles que no es un lemon, lemon, L E M O N, completo... Pero algo intenté, y espero que lo disfruten...

Los dejo con el capi final... Espero con ilusión sus reviews... Y, un favor particular... Si se pueden dar una vueltecita por "De principitos y príncipes está hecho el amor" se los agradeceré. El pobre está medio solitario y celoso por la acogida que tienen los otros... Es culpa de su autora, pero, si pueden, un review le vendría como vitamina, jeje...


Eien

Sentados, frente a frente, sobre dos almohadones de estilo oriental, iluminados únicamente por un candelabro en el que tres velas de color rojo bailaban graciosamente debido a sus alientos, Hiroki y Nowaki le hicieron los honores a la comida preparada por sus amigos.

El profesor aspirante a titular hacía mucho que había dejado de lado su venganza contra ellos, y su cómplice actitud con su pediatra… Desde la decoración, hasta el vino, todo, en su conjunto, era tan perfecto como su amor. Y que se hubieran, suponía los seis, incluyendo a Tsumori, preocupado por agasajarlo de esa manera, lo hacía muy feliz… Nunca iba a poder agradecerles.

- Hum… esto no puede haberlo cocinado Takatsuki… está demasiado delicioso para ser obra suya…

- No seas cruel…

- ¿Me vas a decir que es un chef de renombre…?

- Bueno, no, la verdad… Sí, la lasaña la hizo Misaki-kun…

- Ah, ves, no me equivocaba… Tiene ese airecito a mi comida diaria…

- Pero la ensalada inicial sí fue suya – Hiroki lanzó una risita.

- Lo sé… dudo que exista otra persona en el mundo que ame tanto como él las coles, si fuera chef ya sería famoso por haberle encontrado a ese vegetal tantos usos gastronómicos… Pero, debo reconocer que en comparación a su antiguo yo que hasta quemaba el agua… en esta ocasión incluso él se ha lucido…

- De modo que ahora prefieres la sazón de ambos… ¿ya no te gusta la mía…? – hizo un pucherito.

- Quizás… Hubieras cocinado tú para comparar… baka. ¿Cómo es que hiciste cocinar a otros nuestra cena de reencuentro…?

- Llegué hace una hora. Tenía pensado ir a casa en la madrugada, pero… deseaba verte desde ahora… Por eso les pedí ayuda… – Hiroki no pudo mantener sus ojos fijos en los suyos. Ruborizándose levemente, bajó la vista hacia su plato y se llevó a la boca un pequeño trozo de comida.

- Como sea… ¿Este departamento es de tu senpai…?

- No. Este es… hum… algo así como… mi herencia – Hiroki se sorprendió – Mis padres adoptivos lo adquirieron a base de mucho esfuerzo, y con ayuda de sus hijos – entendió que él estaba incluido – Cada piso es de cada uno de nosotros… bueno, de los que decidimos invertir en su construcción. No es que el resto haya sido ingrato – le sonrió a modo de disculpa – Lo que ocurre es que la mayoría se fue de Japón al casarse, de modo que, ya no necesitaban una casa…

- ¿Desde cuándo lo tienes, y por qué el último piso?

- Desde los diecinueve, poco después de conocerte… Mis padres me hablaron de forma traviesa sobre su decisión de mudarse a un departamento, y yo, en medio de mis limitaciones, les di más de lo que me pidieron, en agradecimiento por todo lo que hicieron por mí. Por ello, me dieron a elegir a mí primero… Y, cuando vine por primera vez, me di cuenta de que el último piso tiene un aire romántico… Y pensé, que quizás, si algún día te lo proponía y lo aceptabas… pues… tú… y… yo… – no pudo continuar. Inexplicablemente sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz se quebró. Hiroki lo miró asustado, temiendo que hubiese recordado un evento penoso de su familia.

- Nowaki – gateó hasta él y lo obligó a mirarlo a los ojos – Nowaki, ¿qué tienes, por qué lloras…? ¿Ha pasado algo con tu padre…? ¿O yo he hecho algo malo sin darme cuenta…? – los ojos azules no dejaron de regalarle esas cuentas saladas ni un solo segundo, pero Nowaki le sonrió con ternura. Y, acariciando sus mejillas, le empezó a explicar.

- ¿Cómo… de entre todas las personas del mundo… podrías dañarme tú… siendo mi única razón para seguir adelante…? – la mirada del mayor empezó a arder, e inconscientemente apoyó más la carita con tímida delicadeza contra las manos que, al notar su gesto, lo sujetaron con mayor anhelo – Lloro… porque en todo este tiempo… te he extrañado mil veces más que la primera vez en que te dejé solo… Y creí… que tal vez habías dejado de amarme…

- Idiota – empezó a llorar – ¿Có… cómo podría hacer eso…?

- Me enamorado por completo… Por eso tengo tanto miedo… No había día… en que no deseara llegar del trabajo, alistar mis cosas y venir, para estar contigo… Me fui… en la época más bonita de nuestra relación – Hiroki gimoteó – Perdóname… perdóname por ser tan egoísta y no llevarte conmigo… Pensaba en ti, sí, en que deseaba que tu sueño se hiciera realidad, en que alcanzaras tus metas por encima de las mías… Pero olvidé que, tal vez… tu corazón podía no haberme dicho lo que realmente querías. Tarde… pero lo recordé – se tomó su tiempo para continuar – No sabes… lo mucho que

- …extrañé tus ojos – Nowaki no pudo evitar sorprenderse. Era exactamente lo que había deseado decir – Cuando… Tsumori me dijo lo del asalto… me vinieron a la mente, llenos de lágrimas, con una expresión de susto que te he visto una sola vez en la vida… Cuando estuvimos a punto de terminar…

- No quiero recordar eso…

- Pero yo sí… para que entiendas de una maldita vez y no me vuelvas a molestar con eso… Te dije que te amo… Y supongo que sabes que no mentí. Tengo, un maldito carácter de porquería, que me impide, no, impedía, demostrártelo. Pero te amo – sus manos caminaron acariciando el pecho de Nowaki, hasta llegar a sus mejillas – Lo sabes, ¿verdad…?

- Recién ahora… que lo explicas tan bien… – lo sonrojó – Hiro-san… ¿por qué eres tan cruel…?

- ¿Eh? – lo turbó. Pero sin mayores ceremonias lo echó con delicadeza en el piso, apoyando su espalda en el almohadón que él había estado utilizando.

- Desde el día en que te vi… eres capaz de conquistarme, destruirme, resucitarme, y embriagarme con tu mirada cuando me hablas mirándome directamente… ¿Quieres volverme loco, es eso…?

- N… no, claro que

- Demasiado tarde para ello, Hiro-san… – acercó lentamente su rostro hacia el suyo, poniendo completamente nervioso al profesor – Ya te pertenezco por entero…

Cuando llamé a mi madre… estando aún en China, tuve miedo… miedo a su reacción… miedo a perderla…

Los huérfanos… solemos crear lazos más fuertes que el de la sangre, con aquellos que nos acogen en medio de nuestra soledad. Por eso, pensar que tal vez iba a tener que perderla, me dolió profundamente. Perderla a ella, sí. Porque renunciar a ti… nunca, jamás, estuvo, está, ni estará en mis planes…

- Me… mejor vamos a otro sitio… Es la casa de tus padres…

- Ya te dije que es mi herencia… Me la darán pronto… El día que me case…

- Lo ves… Aún no es – calló. Sus ojos volvieron a nublarse…

Aún con mis miedos… le conté que regresaba a Japón en dos noches, para llevarme a la persona que amaba… Recuerdo sus palabras…

- ¡Ah, no me habías contado sobre eso! Y… dime… ¿cómo es, es dulce, cocina para ti…?

- Eh… digamos… que su personalidad es un poco compleja, pero me ama. Y no, mamá. Lamentablemente su trabajo en la Universidad le impide cocinar para mí todos los días, pero lo hace muy bien cada vez que puede…

- Ya veo… Vaya, es docente…

- Así es…

No noté, hasta ese momento… la ausencia de la mención del género de mi pareja en nuestras palabras… Hasta ese momento…

- Y… ¿planean pronto casarse… tener niños…?

- Eh… Pues, verás… Mamá… yo…

Mi voz se quebró. Y un sollozo se me escapó. Había empezado a perderla…

- No digas nada… Hace mucho sé… que tu corazón late aún más entrañablemente que el de cualquier otro hombre, hijo…

Mamá… ¿estás segura de que no llevo tu sangre… o la de papá…?

- Mamá…

- Quiero… ser quien le dé la bienvenida a la familia… Tu padre, me autorizó desde hace mucho a serlo… De modo que, si planeas algo especial para su reencuentro… ¿te parece hacerlo en tu departamento…? Después de todo, Nowaki… sé que si has adelantado tu regreso… es porque…

Mamá… me conoces tan bien…

- Hiro-san… ¿quieres casarte conmigo… ahora sí… oficialmente…? – los ojos de Hiroki brillaban como dos luceros. Y cuando escuchó sus palabras, el corazón empezó a danzarle como en medio de un carnaval. La felicidad que esas palabras generaron en él… lo hicieron sonreír ampliamente.

El día… en que cometí la burrada de intentar conquistar a Akihiko, humillando mi cuerpo y mi corazón… sin darme cuenta conseguí lo opuesto: desilusionarme y sepultar mis sentimientos…

Maldigo ese día… porque… además de ser el primero para mi cuerpo… fue el primero al que le supliqué su amor…

Cuando en realidad… al único al que le pediría de rodillas que me ame, que no me deje… que no me olvide… es a ti…

Maldito idiota… ¿qué hiciste para hechizarme… para volverme tan patéticamente cursi…?

¿Qué hiciste, para transformarme en una extensión de ti…?

- Sí… Sí quiero…

Casados. Nunca habrá un marido y mujer, aunque ya nuestros roles estén definidos desde el día en que me entregué a ti…

Pero eso me importa poco…

No sé si es correcto o incorrecto, blanco o negro, bueno o malo, prohibido o permitido…

Sólo sé… que eres Nowaki…

Y por eso…

Por eso…

X.X

- Oye… ¿qué…? No hagas eso – Nowaki soltó una risita.

- Si no desabrocho tu cinturón… y abro el cierre… empezará a dolerte…

- Yo… yo puedo hacerlo… Además, quien lo necesita ya, creo, eres tú – miró de reojo y sonrojándose a la partecita de su novio que evidentemente lo había extrañado en la misma medida que su corazón.

- Pues sí… ¿me ayudas a quitármelos…? – era una clara invitación a lo siguiente. Pero, esta vez Hiroki no se sintió intimidado, y menos atacado sin oportunidades para escapar. Esta vez, con timidez, y evitando los ojos azules que lo observaban amorosamente, sus manos temblorosas hicieron su labor, con delicadeza, estremeciendo a Nowaki – Gracias…

- De… de nada…

- Y ahora… ¿puedo quitarte la camisa…?

- Por… ¿por qué me estás preguntando? Siempre eres el que actúa impulsivamente…

- No quiero incomodarte… Ha pasado mucho tiempo, y, quizás, aunque pensemos y deseemos lo contrario, tu cuerpo haya olvidado cómo se siente – una vez más lo sonrojó, más por la ternura de su voz que por las palabras en sí.

- En ese caso deberíamos intercambiar roles…

- Esa sugerencia me gusta… Pero hoy no… Seré egoísta una vez más, Hiro-san – empezó a desabotonar la camisa celeste – Hoy deseo demostrarte lo mucho que te he extrañado… y lo mucho que te amo…

Si el paraíso puede en verdad sentirse en el mundo humano… lo toqué a partir de ese momento… Dicen que el amor une al hombre con esa fuerza llamada Dios, mediante el amor. En verdad… amarte este día… me está llenando de una energía sobrenaturalmente cálida y plena…

- Nowaki… – los besos que empezó a repartir por detrás de sus orejas hacia su cuello, lo llenaron de pequeñas descargas eléctricas por todo el cuerpo. Lo usual habría sido quejarse, insultarlo, intentar huir. Pero en ese momento, el amor y el placer que le estaba transmitiendo Nowaki lo tenían pegado contra el piso, que ya no se sentía frío. Era como si el cuerpo de Nowaki lo calentara todo con su sola presencia – Nowaki….

- ¿Estás bien…?

- Cla… claro que sí… Si sólo me estás ¡ah! – pero su comentario fue interrumpido por la caricia traviesa de una de las manos del otro sobre su corazón. Con pequeños pellizcos y movimientos circulares, Nowaki había empezado a demostrar su interés por esa parte de su anatomía que también era sensible – Ah…

- Me pregunto… ¿qué pasaría si al otro lado aplicamos una caricia húmeda…?

- Yo… yo me – y por lo visto deseaba en verdad saber las consecuencias, porque el lado libre de su pecho fue acariciado con pequeños besos – Nowaki…

- ¿Hum…?

- Ya… ya basta… ve a lo sig… ah…

- No. He decidido hacerte mío durante toda la noche… pero una sola vez…

- ¿Eh…? ¿Qué demonios… ah… sig… ni… fica… eso…?

No puedo evitar reírme ante tu cara asustada y ruborizada. Sé que voy a hacerte sufrir, y que quien va a sentirse más angustiado seré yo, ya que me muero por poseerte plenamente…

Pero esa es mi intención… de momento…

Éxtasis…

Éxtasis…

Éxtasis…

Tenerte de esta manera… aunque no sea el besado, pellizcado y saboreado… me lleva al éxtasis…

¿Eso quiere decir… que en verdad no sólo te busco por placer… sino que te hago el amor…?

Lo he sabido y deseado siempre, pero ahora lo compruebo…

Sí, Hiro-san…

Te amo…

Por eso hoy… esta noche… haré que lleguemos al clímax cuantas veces sean necesarias… Pero sólo una vez me fusionaré contigo…

Para no dañarte…

- Nowaki… por favor… ya basta… – Hiroki se sentía sin fuerzas, invadido por el aleteo de millones de mariposas en su vientre, caderas, piernas, pecho y… en aquella parte de su cuerpo que por el momento estaba en dolorosa espera – Nowaki… por favor…

- Aún ni siquiera llegamos a los quince minutos – siguió besando el botón rosa que tenía tan alterado a Hiroki… Y, entendiendo que el otro botoncito de seguro deseaba sentir lo mismo, intercambió papeles con su mano. Al sentir lo que hacía, el pobre Kamijou arqueó la espalda hacia él, al borde del clímax.

- Maldita sea… ¡puedes de una buena vez hacer lo otro, ya no lo soporto más!

- ¿Lo otro? – al profesor se le salió involuntariamente un gemido de protesta venido directamente desde la tetilla que acababa de ser abandonada por la boca traviesa – Hum… no te entiendo… Si me explicas con más detalle – sus labios empezaron a trazar un camino húmedo hacia el sur, dibujando curvas, como entallando los abdominales levemente definidos del castaño. Hiroki no tenía fuerzas ni para protestar nuevamente. Esta situación, era cuarenta o más veces mejor de lo que había imaginado.

- Por favor – su voz sonó tan dulce, que Nowaki detuvo sus besos y se incorporó. Lo miró frente a frente.

Creo… que debería existir un castigo contra la seducción involuntaria…

Tu rostro, sonrojado, con esa expresión de timidez y recato que siempre tienes cuando te rindes luego de haber luchado con todas tus fuerzas… Es tan irresistible… como tu cuerpo reaccionando al amor que te ofrezco…

Hiro-san… no tienes idea de lo mucho que te amo… Si la tuvieras, no me provocarías tanto, pequeño demonio…

- ¿Estás seguro…? – lo besó en los labios, y no pudo reprimir sus propios jadeos al sentir la mano traviesa de Hiroki al desplazarse sobre su parte más sensible, mientras lo besaba, después de mucho tiempo, con evidente deseo – Hi… Hiro-san… no hagas trampa…

- No… no hago trampa… Es sólo que no te decides… y yo ya no puedo más…

- Hum… el tiempo separados te ha vuelto muy impaciente, ¿eh?

- Ca… ¡cállate, pervert – un beso intenso lo silenció. Pero su voz volvió a escucharse cuando los mismos labios decidieron socorrer el palpitante lugar al que Nowaki siempre le brindaba toda su atención… y que por lo visto lo extrañaba demasiado – Ah…

Tú y yo sabemos… que no es perversión. Es amor… Desde el primer instante en que busco tu satisfacción antes que la mía… es amor… Y siempre es así…

Mi recompensa… es oír mi nombre pronunciado por ti, con tanta emoción…

- Nowaki… Te amo…

Y tu declaración de amor… mi más intenso afrodisiaco…

Besándote de esta manera, viendo tus reacciones voluntarias e involuntarias, no puedo evitar pensar que estamos hechos en verdad el uno para el otro.

Imaginar… que algún día pudiste llegar a ser de sensei, me atormenta…

Pero cuando mis ojos se cruzan con tus hermosos ojos cafés, que me suplican que te demuestre por completo mi amor…

Todos esos fantasmas desaparecen…

Acariciándote aún, mientras termino de invadir tu cuerpo, abrazándote con toda la fuerza que puedo permitirme para no dañarte más…

No puedo dejar de llorar… agradeciendo tu existencia…

Un niño huérfano… un niño que se formó casi solo en base a los consejos de su familia adoptiva…

Cuando me decían que mi vida algún día tomaría su curso correcto, que algún día sería feliz…

No lo creía…

- Nowa… Nowaki… ¿por qué lloras…?

- Porque… soy demasiado feliz… Inmensamente feliz…

Tonto… esas eran mis líneas…

Atrapado entre tus brazos… besado de esta forma… acariciado en las dos zonas que me hacen perder la cordura… invadido por ti…

No puedo concebir mayor dicha…

- ¡Hiro-san…!

- ¡No… Nowaki…!

No sé por qué ni cómo… habiendo sido tan intolerante con mis alumnos…

…pero… aparentemente te merezco, pensé, mientras, pese a tus protestas, te colocaba de espaldas al piso y empezaba, por primera vez, después de estos casi dieciséis años de estar juntos, a amarte físicamente…

Porque, aunque no me molesta ser el uke… no puedo negar que ese rol es gratificante… y no me muero por cambiar roles contigo…

Sí, no me muero por ser el seme… aunque besar tu anatomía de la manera en que lo estoy haciendo es también muy placentero…

Lo único que desearé siempre… con todo mi ser… es poder decir que te pertenezco…

Nowaki… te amo… ¿lo sabes, verdad?

Supongo que he aprendido del mejor maestro…

Porque la forma en que gritas mi nombre, al tocar tu punto más sensible…

Me indica que estoy haciendo lo correcto…

X.X

- Si me hubieran dicho que eras gay… te juro que me habría reído en la cara del supuesto bromista… ¿Cómo es que este chico tan dulce ha podido domarte, Kamijou? – Hiroki le lanzó al padre de Shinobu una mirada que vaciló entre el homicidio mental y la fría cólera contenida. Pero luego de lanzar un suspiro, sonrió.

- Créame, señor, que ni yo lo sé… Pero aparentemente tengo algún encanto escondido…

- Y cubierto con tu ropa. Imagínate si estuviera visible, Nowaki-kun nos mataría a todos por mirarlo – esta vez la mirada fue completa y peligrosamente asesina. Pero todos rieron ante el comentario de Usagi-san, de modo que tuvo que fingir que también le había resultado divertida – Aunque, mirándote… no creo que estés tan bien dotado como Misaki… Ambos son ukes, pero… incluso en los de su especie hay claras diferencias…

- ¡USAGI-BAKA, ¿QUÉ SON ESOS ESTÚPIDOS COMENTARIOS? – el pobre Misaki deseó que se lo tragara la tierra.

- ¡BAKAHIKO, DEJAR DE VERTE ES LA MAYOR BENDICIÓN DE ESTE VIAJE SIN RETORNO!

- Le puedo jurar que Hiro-san me complementa en todos los aspectos, Usami-sensei – la tranquilidad de Nowaki los calmó a todos. Su voz era como un arrullo – Por favor, le ruego no comentar este tipo de cosas… Mis padres están acercándose – en efecto, la hermosa mujer y el hombre alto de ojos tan cafés como los de Hiroki se acercaban a ellos, tomados de las manos. El pobre se puso tan nervioso, que se inclinó respetuosamente cuando ellos aún estaban a unos diez metros del grupo.

- Hiroki-kun… No es necesario esta forma de saludar, si ya somos una familia – el hombre lo abrazó con afecto, como si se tratara del mismo Nowaki, y luego besó su frente, sonrojándolo – No puedo creer que hayamos gozado de ustedes tan sólo tres meses… Y esto… Con el cuento de tu preparación para la Titularidad no quisiste quedarte a dormir en casa ni una sola noche – el motivo fue más que evidente para Usagi-san, era claro que la Titularidad había sido la más inocente de las escusas, pero se mordió la lengua para frenar el impulso de lanzar una broma de mal gusto… cargada de picardía – Y ahora se nos van… Te voy a extrañar mucho, me encantó platicar contigo sobre Literatura…

- Kusama-chichi… prometo enviarle todos los libros que encuentre en mi camino sobre cuidado de niños – el hombre volvió a besar su frente y se acercó a Nowaki, dejando su lugar a su esposa – Kusama-haha, yo...

- Cuidaré a tu madre… Y les haré entender… Con Usami-sensei – el aludido le sonrió de forma tranquilizadora – idearemos un plan estratégico. Verás que en menos de tres meses iremos todos a visitarlos, ¿verdad, Miyagi-kun?

- Así es, Kusa-haha – Shinobu lo miró con reprobación ante su confianza desmedida, pero la mano delicada de la mujer lo tranquilizó, al alborotarle el cabello. Se notaba a leguas que ella era una madre con todas sus letras, acostumbrada a tratar con muchas personalidades diferentes. Ya todos, incluidos los amigos menos cercanos, la habían adoptado como suya. Y eso incluía al poco reflexivo Tsumori-senpai – Te llevaré todo lo que encuentre de tus escritores favoritos…

- Sensei – Shinobu se acercó y le alargó un pequeño paquete. Un nuevo par de guantes, esta vez de su talla – Yo… Como ya Nowaki-kun tiene los suyos, creímos que le gustaría usar unos iguales…

- Gracias, Shinobu – se abrazaron. No por algo habían sido Superior y Asistente en la Universidad.

- Sensei… prometo enviarle un tomo de cada uno de mis mangas para que me dé su opinión – Misaki, con timidez, le sonrió, a modo de disculpa por no darle un obsequio. Pero Hiroki lo abrazó a él también, y le habló al oído.

- Estaré feliz de recibirlo, aunque no tenga mucho por comentar… Eres un excelente editor, Misaki… Sólo prométeme algo –asintió – No dejes que este idiota te haga sufrir. Si lo hace, le cuentas a sensei. Él sabrá defenderte… Y… no lo dejes solo – miró directamente a su amigo – Hace mucho que te has convertido en su fortaleza.

Hiroki… es una de las pocas personas por las que yo iría al fin del mundo, moriría, daría una parte de mi cuerpo… o mataría si con ello salvase su vida…

Mi mejor amigo de niñez… aunque luego, debo admitir con vergüenza, lo dejara de lado por culpa de Takahiro…

Siempre supe que me quisiste de otra manera… ¿podré perdonarme el haberte utilizado…?

No.

Pero, ahora que eres feliz, ahora que estarás con la persona que elegiste y que te eligió como si fueras su única razón para vivir…

Puedo respirar tranquilo…

- Deja de darle ideas… Misaki estará conmigo hasta que me muera… igual que Nowaki-kun contigo… Creo que son masoquistas de profesión… para nuestro beneficio…

Bakahiko… también tienes ganas de llorar, ¿verdad…?

Si no estuviera Nowaki… probablemente lo haría… Y te consolaría…

Perdóname, amigo…

Pero, hace mucho que tu tranquilidad… ya no es mi primera meta…

Te querré siempre como a mi primer amigo verdadero…

Pero… sólo de esa manera…

- La última llamada… Debemos irnos...

Ya no tengo temor a que lo ames… Por eso, me sorprendió que a él no lo abrazaras, ni a Miyagi-sensei…

Supongo, que aún los cuatro años de diferencia me juegan una mala pasada… y esta actitud sólo la entienden los hombres mayores que yo

Pero… luego te comprendí...

Nunca dejaremos de ser amigos… Despedirse de estas dos personas que te ayudaron tanto, a través de las personas que aman, fue su mayor recompensa.

Igual que tu felicidad… para ellos...

Mamá, papá, tenían razón…

Al fin seré feliz… porque al fin, tendré mi propio hogar.

Porque él… es mi verdadera familia…

- ¡KAMIJOU-SENSEI! – ya estaban traspasando la puerta hacia el avión, cuando la voz de Tsumori lo obligó a voltear. Como en esa ocasión en que el senpai y Nowaki se fueron a China, sin él, la mirada del pediatra era transparente, y su rostro, adornado por una hermosa sonrisa, era completamente sincero. Tan sincero como las lágrimas que empezaron a caer. Contagiándolo.

- Hiro-san…

- Sólo abrázame…

Cualquiera podría pensar que me volví loco, pero no. Atrás dejaba a mis mejores amigos, a mis suegros, a mi Jefe de años, a mis padres que no llegaron a aceptar lo nuestro…

Y a ese hombre, que años atrás me rompió el corazón una mañana al encontrarlos en el piso del departamento, casi abrazados, y semidesnudos, creyendo que me habían engañado… Quien me restregó en la cara que a él, Nowaki le contaba todo… aunque al final se hubiese tratado de una sorpresa para mí… Su primera petición de matrimonio…

Ese mismo hombre que lo cuidó como a un tesoro, en mi nombre…

No, creo que nunca estuvo enamorado de él… Sólo supo reconocer, como yo, el tesoro encerrado en esta preciosa cubierta.

Por eso, mis lágrimas van para él… para el amigo que apareció en el momento correcto…

Quizás… sea el único además del resto, a quien escriba…

Tsumori-senpai… maldito bastardo…

Eres… después de Bakahiko y Miyagi… mi mejor amigo.

Y en nombre de ese afecto…

Te juro no dejar ir a Nowaki.

Lo atesoraré hasta que seamos viejos… y el destino desee poner, en este plano, fin a lo nuestro…

Porque allá, exista o no la vida eterna…

Seguiré amándolo… para siempre…

X.X

Años después…

Mientras te veo dormir… no puedo evitar ponerme romántico… melancólico… e inmensamente feliz…

Imagino que si escucharas lo que estoy a punto de decirme a mí mismo, enrojecerías y me llamarías baka, completamente avergonzado… De modo que, me lo guardaré para mí… Hay otras formas de demostrarte lo mucho que te amo…

No es la primera vez que te observo… que me regalo la vista de tu ser en estado de reposo… ausente de tu ceño fruncido, tus ataques de ira, y tus adorables sonrojos…

No lo sabes, pero cuando empezamos la relación, y tú me intentabas mantener lejos de tu habitación, me levantaba siempre a las tres de la mañana, entraba sigilosamente, y me quedaba de pie, viéndote dormir, durante una hora completa…

Tus pestañas son tan delicadas, y bonitas, que me pasaría días enteros contemplándolas en su labor de ocultar ese par de ojos que tanto amo…

Tus cejas finas, que aun cuando duermes tienden a fruncirse encima de tu pequeña nariz, en esta ocasión están relajadas…

Y tus labios… esos que viviría degustando hasta morirme por la falta de oxígeno, me tientan al estar ligeramente entreabiertos, por la sonrisa que se ha quedado grabada en tu rostro desde que nos quedamos dormidos luego de hacer el amor…

Hiro-san… ¿estarás soñando conmigo…?

Ya han pasado veinte años desde que te traje de Japón, a mi pequeño departamento aquí en China… Y el frío, que cada vez es más impredecible, juguetea con la noche y nos obliga a abrigarnos mutuamente. Ya no tienes veintitrés, ni yo diecinueve, pero aun así, cuando el clima y el amor que nos tenemos vencen al cansancio y la fatiga acumulados durante el día, es inevitable que nos ataquemos mutuamente…

Pero ya no escapas… Ya no me lanzas libros, o me dices pervertido…

Al principio extrañé a Oni no Kamijou…

Pero… el ángel que duerme en este momento en mis brazos… es irresistiblemente más hermoso que tu antiguo yo…

- Mmm… Nowaki…

Una vez más dices mi nombre en sueños… ¿Qué estarás soñando…?

No importa…

Si tus labios pueden regalarme esta felicidad indescriptible, puedo compartirte conmigo mismo…

Te amo, Hiro-san…

Yo no sé si eso de la reencarnación del alma o de la resurrección de los muertos sean verdades más allá de la fe… Pero, estoy absolutamente convencido, de que desde donde quiera el destino llevarme… Siempre, siempre… volveré… a tu lado.

Porque soy uno contigo…

Cerró los ojos lentamente, sonriendo con ternura. Ya no tenía diecinueve, es verdad, y probablemente con los años algunas cosas serían menos intensas.

Pero el amor, ese que no conoce de edades ni géneros, los acompañará siempre…

Como el recuerdo de unos ojos cafés anegados de lágrimas, y unos azules que se enamoraron de ellos, pese a la sorpresa inicial.

Nowaki y Hiroki… Hiroki y Nowaki…

Un amor… que venció a la distancia y al tiempo…


Ok, ok, acepto tomates de los que esperaban un lemon (yo ya me tiré unos cuantos, la verdad). Pero si al menos les pareció tierna me quedo tranquila...

Quizás aún existan personas que como yo recién estén aprendiendo algo de japonés gracias a los animes que ven, de modo que, aunque hasta ahora nadie lo haya preguntado, aclaro el significado de los nombres de cada capítulo (según Eudict...):

1. Tadaima = Estoy en casa / Llegué / Soy yo : Lo elegí principalmente por Hiroki. Pese a que ha pasado el tiempo, me imagino que al enterarse de que no vería más a Nowaki en su departamento mutuo lo hizo comprender la importancia de llamarlo hogar... y de ese saludo... que probablemente nunca más iba a ser contestado apropiadamente.

2. Sayonara = Adiós: Creo que esta se entiende, ¿verdad? Aunque, creo que va más dirigida a los testigos que a la pareja en sí misma, porque Nowaki dice "Volveré". Ninguno de los dos dice un Sayonara tajante...

3. Okaerinasai = Bienvenido a casa: Quienes saben japonés, saben, valga la redundancia, que esta expresión se reduce a Okaeri y significa lo mismo, jeje. Pero, no, no va dirigida a Nowaki. Es el Okaeri de Kusama-haha a Hiroki. Un "Bienvenido a la familia". Porque Hiro-san entra en un territorio casi desconocido al llegar a ese edificio... Un territorio que desde ese día es plenamente suyo también... al convertirse en Kusama Hiroki.

4. Eien = Eternidad: Bueno... de esto trataron los pensamientos de ambos... La eternidad de su relación, de su amor. Yo tengo un concepto muy personal de la eternidad, pero he querido jugar con la ambigüedad de sus opiniones para no herir susceptibilidades... Pero, creo que el amor, ya sea materia, sentimiento, energía, recuerdo, etc, etc, etc, siempre estará presente. Porque quienes los hayan conocido, aún cuando ellos ya no estén, los recordarán con sus nombres y como una pareja.

Nunca creí, soy sincera nuevamente, que podría disfrutar tanto al escribir esta historia. no creo que los convierta en mi pareja hiper favorita, pero... creo que al intentar meterme en la cabeza de ambos, los he podido conocer más que al verlos simplemente.

Y acepto con humildad... que ambos son realmente tiernos ;)


Sólo algo más:

Debido a que tengo un poco más de responsabilidades en el trabajo, y estoy a puertas de prepararme para postular a un Posgrado (Maestría, en una de las universidades más exigentes de mi país), no podré cumplir mi sueño de escribir el Mistake que deseaba...

Por ello, este será el último fic de febrero y marzo... Y, no sé cuándo vuelva a escribir...

Gracias por leerme hasta ahora. Sé que lo mismo dije hace un tiempo, antes de "Europa no baai" o "La brillante idea de Usagi-san", creo. Pero esta vez va en serio, jeje.

Sólo, quizás, envíe reviews a sus escritos.

Me sentiré feliz al leer los suyos cuando lleguen.

Si todo sale bien, Mistake llegará con la buena nueva de mi ingreso...

A prepararme para lograrlo, porque... ELLOS SON MI PAREJA PAVORITA!

Besos! Nos leemos mááás lueguito ;)