Notas de autoras:

Bueno aquí estamos luego de una serie interminable de PMs terminamos formando un grupo XD Este fanfic lo hemos hecho con mucho cariño y muchas loqueras de por medio, espero que les guste.

Mistralax: Hola a todos! Después de actualizar nunca, aparezco otra vez por aquí, haciendo un dúo dinámico con Carla XD espero que les gusten como relatamos las aventuras de nuestros niños ¡ ;.;

Carlac94: Hola gente bella (?) Mistralax ya me robó todo lo que quería decirles Dx Por el momento deseo en verdad les guste nuestra nueva historia.

Advertencias: UA (Universo Alterno) K (por ahora) No Lemon. No Shota, ni nada que sus mentes perversas puedan creer XD

Este será un fic que comienza desde cero todo, así que veremos distintos aspectos de los personajes mientras vayan creciendo.


Capítulo I

"La guardería"


No sabia que hacia en estos momentos, solo que caminaba siendo llevado de la mano por su madre, ella era una hermosa mujer con el cabello de un bonito color negro como el suyo.

Se había detenido en su corta caminata, frente un lugar que desconocía, muchos niños entraban con sus madres y veía que muchas de estas salían de allí sin ellos mientras sonreían.

Miro a su madre y le preguntó que era ese lugar, ella le dijo que era una guardería, pues no lo podía llevar a su trabajo y dejarlo solo en casa no era una opción mientras su padre estuviera fuera por trabajo, simplemente le dejaría ahí unas cuantas horas y volvería antes de que se pusiera el sol le dijo, mientras una mujer con un overol de un color azul cielo le decía que no había problema y que ella lo iba a cuidar, además de haría nuevos amigos.

Tonterías, pensó.

Se resistió un poco a ser llevado y su madre con un dulce tono de voz le pidió que se portara bien, ya que el era un niño grande, ¿no?

Se sonrojó levemente y asintió dejándose llevar dentro de la guardería.

Una luz intensa lo cegó momentáneamente, se dejó llevar hasta lo que supuso era el interior de ese extraño lugar llamado "guardería" entonces así pudo abrir sus ojos lentamente. Aquella mujer se agachó a su altura y le sonrió de una forma dulce y falsa mientras le daba la bienvenida a aquel espacio tan peculiar.

Una vez que pudo visualizar el lugar, se llevó una sorpresa al ver varios niños realizando diferentes juegos con los distintos materiales que tenía el cuarto. Habían muchos colores tanto en el suelo como en las paredes, habían pelotas, muñecos, dados, libros, juguetes de madera... pero sobre todo, niños.

Raro, pensó.

No tenía mucha experiencia en la materia de hacer amigos, así que simplemente se había dedicado a observar cuidadosamente lo que los otros hacían.

Luego notó que aquella mujer ya no estaba a su lado. Frunció un poco el entrecejo y se aventuró a explorar el dichoso lugar. Miró cada rincón, cada juguete, cada color, cada niño y entonces lo vio... en aquella esquina... tan raro, tan solitario, tan triste... tan majestuoso.

"Parece un ángel" se atrevió a pensar.

Estaba ahí sentado sin nada mejor que hacer, tenia una hoja y unos crayones.

Los demás niños no se le acercaban debido a su aspecto. Eso lo afligía, así que buscaba como entretenerse por su cuenta, Safu aun no llegaba, se sentía impaciente esperando por su amiga.

Entonces uno de sus crayones rodó por el suelo y trató de alcanzarlo.

Un niño se atravesó justo en ese momento y con malicia tomó el crayón y lo rompió, seguido lo miró con desprecio, insinuándole lo incómodo que se sentía con su presencia, no era nada nuevo.

Con tristeza se acercó más a las paredes y recostó su cabeza en ellas. Safu no llegaba y los minutos pasaban, tenía un mal presentimiento, tal vez no vendría. Tomó su hoja y la miró, un dibujo simple debido al poco material que tenía, una serpiente que caminaba hacia un atardecer, reflejando la desesperación que tenía por sentirse como aquél reptil: libre, seguro... "Qué iluso", se dijo a sí mismo y rompió la hoja con rapidez. Abrazó sus rodillas y ocultó su rostro entre ellas.

No sabía como reaccionar, simplemente se había quedado ahí parado viendo como aquello pasaba frente a sus ojos. Miró en un reflejo a la encargada que estaba hablando por teléfono, colgó y susurró "un esta bien, espero que se mejore"

Sentía tanta impotencia de momento. Así que impulsado por su propia curiosidad se acerco al pequeño albino en aquella esquina.

- Oye... - se paró frente a el, le llamó fuerte y claro. El niño tembló levemente y levantó su rostro - ¿Puedo tocar tu cabello?

Estaba impresionado, normalmente la gente no se le acercaba y este extraño pero curioso niño le pedía tocar su cabello. No comprendía que sucedía pero tenía miedo, miedo a ser rechazado nuevamente.

Bajó la mirada.

-¿Para qué quieres hacer eso?

Maldición! Había soltado eso por cierto nerviosismo, iba a decir otra cosa pero había terminado formulando aquella extraña pregunta para saciar en parte su curiosidad.

- Tu cabello es blanco, como las nubes, es curioso- dijo con simpleza ganándose que el otro le mirara sorprendido - Tranquilo, yo no soy como esos idiotas - tomó el dibujo que estaba a sus pies, el dibujo de una serpiente en el ocaso... - dibujas bien.

-Gracias -dijo tímidamente. Sonrió un poco. Aquél chico tan peculiar se sentó en frente de él y le formuló la misma pregunta, realmente ansiaba tocar ese cabello, tan bello y similar a las nubes que tanto le gustaba ver.

No tenía como responder aquello, por ello solo afirmó lentamente con la cabeza, recibiendo en seguida una acaricia en sus mechones tan odiados. Entrecerró los ojos y disfrutó aquella muestra tan rara de... ¿Afecto?

-¿Por qué... por qué no huyes como los otros?

- Tu... Tu cabello es realmente suave... - dijo mientras seguía posando su mano con suavidad - ¿Por qué tendría que huir? - dejó de acariciar su cabello al ver su rostro a plenitud, tenia una marca roja en su mejilla izquierda.

- Todos lo hacen - dijo el albino casi en un susurro - Me tienen miedo, mi cabello es horrible y la marca en mi cara asusta a todos!

- Pues yo no creo que des miedo, sólo son unos tontos envidiosos, después de todo ellos no tienen un aspecto increíble como el tuyo.

Le pareció que aquellos ojos brillaron con gran emoción y entonces pudo apreciarlos más, eran de un hermoso color rojo carmesí.

- Me llamo Nezumi, ¿y tú? -nuevamente lo acarició. El niño albino tembló ligeramente.

- Entonces ¿te gusta mi aspecto? -preguntó con inocencia. Realmente se sentía bien y en confianza.

- Creí que ya lo había aclarado -se tornó serio - Ahora responde mi pregunta.

Dudó un segundo pero entonces decidió confesarlo.

- Me llamo Shion

- Shion... interesante nombre- dijo un tanto pensativo.

Nunca nadie se le había acercado de esa manera, Safu había sido la única que no le había discriminado por su aspecto, y su madre que lo quería mucho, pero en la calle todos le miraban con miedo y desprecio.

- Shion es el nombre de una flor, ¿no? - escucho a Nezumi recitar.

- Si - dijo bajito - A mi mamá le gustan las flores - se sonrojó un poco.

- Tú mamá tiene buen gusto - todo le parecía tan irreal, estar hablando con otro niño que no le temiera.

- Gra...Gracias - sonrió.

Nezumi se puso de pie, asustando un poco a Shion ya que no deseaba que se alejase otra persona que lo respetaba y no le tenía miedo. Tal idea hizo que bajara un poco la mirada pero una mano hizo dirigir su vista hacia su nuevo posible amigo.

-Ven -ordenó con tranquilidad. Shion lo miró confundido- No te quedes ahí, es aburrido. Vamos a hacer algo entretenido.

-Pero -gimoteó.

-No les des el gusto -Nezumi habló con seguridad - Demuéstrales que no te averguenzas de tu aspecto, no dejes que te discriminen, acéptate como eres y deja de lamentarte.

Aquellas palabras lo hicieron estremecer pero a la vez lo llenaron de valor. Tomó la mano de Nezumi y éste lo ayudó a levantarse.

-Bien hecho.

Había tomado valor para levantarse, no sabía por qué Nezumi un niño que acaba de conocer, le alentaba de esa manera, pero se sentía feliz.

Pero había otra cosa que le preocupaba.

Unos niños que parecían haberles estado viendo desde hace un rato se levantaron de su lugar y se acercaron a ellos.

Tenían una sonrisa maliciosa en sus rostros.

- Así que tú eres el nuevo- dijo uno de ellos quien parecía ser el líder.

- Así es - dijo Nezumi con frialdad.

- ¿No sabes que acercarte a este fenómeno esta mal? - señaló a Shion y se acercó a él para empujarlo, haciendo que cayera sentado en el suelo.

- Te puede contagiar eso -se burló otro, un niño más delgado pero igual de malvado.

- Los fenómenos no deberían existir -exclamó el líder.

Nezumi los miró con claro odio mientras que Shion buscó seguridad en sus rodillas mientras intentaba ahogar su llanto.

- Sí no quieres convertirte en esa cosa será mejor que no te acerques a él -explicó el mocoso. Nezumi ignoró aquellas palabras y se acercó a Shion.

-¿Estás bien? -curioseó. Shion no respondió, solo aumentó el sollozo. Nezumi lo ayudó a ponerse de pie, encolerizando a los otros niños.

- ¡Es que acaso no oyes, tonto! - gritó el líder señalándolo con desesperación. Más Nezumi siguió en su tarea de ayudar a Shion a levantarse y les miro de reojo con cierto enojo - No te nos vayas a acercar, tocaste a ese fenómeno! - retrocedieron un paso.

- No tienes que ayudarme - escuchó que Shion le decía con una voz quebradiza - Te puede pasar algo malo como ellos dicen - había comenzado a sollozar mientras trataba inútilmente de soltarse del agarre de Nezumi a su mano. Le sostenía con firmeza.

- No te voy a soltar, ya te dije que tu aspecto no me importaba - Shion dejó de sollozar y Nezumi volteó a mirar a esos niños - ¡Je! No tengo intención de alejarme de él, ¿entonces que harán? - los miró desafiante acercándose unos pasos.

- ¡Aléjate monstruo!

Los niños retrocedieron tropezando con una torre de legos tras ellos. Entonces la encargada se alertó el escándalo producido acercándose a ver que sucedía.

-¿Qué ocurre aquí? -preguntó preocupada la mujer. Los niños tomaron riendas en el asunto y fingieron que estaban lastimados. Entre tanto gimoteo lograron culpar a Nezumi y Shion, mintiendo acerca de que fueron empujados.

La mujer lucubró un momento, lanzó un suspiro, miró al niño nuevo y al pequeño Shion que no paraba de llorar. Inevitablemente frunció el ceño, un niño con esa apariencia era capaz de provocar tales atrocidades. No tuvo otro remedio más que castigar a ambos, dejándolos contra la pared en una esquina.

Después de solucionar aquél problema, en opinión de la encargada, regresó a sus tareas cotidianas. Mientras, el grupo de niños observó la escena con una sonrisa satisfactoria.

-¡Eso consigues por juntarte con ese! -gritó el líder mientras reía. Nezumi frunció el ceño y lanzó un bufido.

-Niños idiotas -murmuró y dirigió su mirada a Shion que no paraba de plañir, se acercó con tristeza y se arrimó a su lado. Al menos así no se sentiría solo.

- E... Es mi culpa! - dijo Shion mientras la lágrimas salían de sus ojos.

Nezumi frunció el ceño - No ha sido tu culpa, además tu no has hecho nada - dijo soltando un suspiro, el niño le volteó a mirar sorprendido. - Vamos deja de llorar- le limpio las lágrimas de sus mejillas.

- Gra...gracias - Shion se calmo, acercándose un poco mas a Nezumi - Tu...- llamo la atención del otro - Tu aparte de mi mamá y Safu, has alabado mi cabello - se llevo una mano a sus mechones albinos.

Nezumi le miro sorprendido, aquel niño era tan tierno, tan diferente a el. Sintió su rostro sonrojarse y desvío su rostro.

- No ha sido nada - se calmó dirigiéndole la mirada - ¿Pero quién es Safu? - pregunto curioso.

- Mi mejor amiga -sonrió con felicidad, iniciando inmediatamente una descripción de la niña, idolatrándola, admirándola. Nezumi creyó que aquella chica era realmente especial - Quisiera que la conocieras pero... -bajó la mirada con angustia - Hoy no vino, es extraño, nunca ha faltado.

- No te preocupes, seguramente se le hizo tarde -cambió a una posición más cómoda.

- Ella nunca llega tarde -luego recordó - Es muy responsable y madura.

Nezumi chasqueó la lengua, cansado de escuchar tanta benignidad de la tal Safu, por un momento sintió envidia. Cerró los ojos y lanzó un suspiro.

- Bueno, seguramente vendrá pronto -concluyó con cierta furia - Y podrás estar finalmente con ella.

Shion lo miró confundido.

- Eso quisiera pero... Hoy he tenido la oportunidad de conocerte, Nezumi - le sonrió - Oye Nezumi ¿qué te gusta hacer? - pregunto algo tímido.

Esa pregunta lo había tomado desprevenido - Uhmm... no muchas cosas, pero supongo que me gustan mucho los libros.

- ¿Te gusta leer cuentos? -

- Bueno he leído muchos, pero me gustan los que son largos ¿y a ti?

- Pues yo... Solo he leído la caperucita roja y Blanca nieves - dijo algo intimidado.

- ¡jajajaja! - Shion se sonrojó bajando su cabeza - No deberías deprimirte, si quieres te puedo prestar uno de los míos!

Shion lo miro perplejo, nunca le habían prestado algo, aparte de unos colores que le hubiera prestado Safu o sus Ken para jugar a la Barbie con ella.

- ¿En serio?- dijo casi incrédulo. Nezumi asintió - Gracias!... Pero qué libro me vas a prestar? -preguntó curioso.

Lo pensó un momento, colocando su pequeño dedo en sus labios.

- Creo te gustará Hamlet... aunque no creo que puedas con él -río con burla. Shion hizo un puchero que sonrojó a Nezumi.

- Claro que puedo leerlo -bajó la mirada, subestimándose a sí mismo.

-Te creo -le acarició su cabello - Te lo traeré, la próxima vez que venga.

-¿Y cuándo será eso? -inquirió con debilidad y con voz quebradiza. Pavor sentía al imaginar que nunca más volvería a verlo, a su nuevo mejor amigo.

- No lo sé -dijo sincero - Mi madre me obligó a venir así que no sé cuando lo hará de nuevo.

-¿Mañana?

Nezumi rió un poco.

-Ya te dije qué no sé - Shion se ruborizó -Pero intentaré venir

Amplió su sonrisa y afirmó con la cabeza. Nezumi tomó ese gesto con ternura, nuevamente acarició su cabello.

Quizás éste era el comienzo de una verdadera amistad... o más que eso.

Entonces había pasado el resto del día, al final habían sido librados de su castigo, los niños seguían manteniendo su distancia.

La tarde había llegado y la puesta de sol adornaba el cielo con sus matices. Uno a uno los niños se habían ido ahora solo estaban Shion y él esperando a sus madres.

Así que aprovechaban el tiempo mientras jugaban con los juegos que habían quedado libres.


Notas de finales:

Primer capítulo de ésta historia, esperamos que les haya gustado. Dejen review :3