Era cerca de la medianoche, el jefe de auror, Harry Potter se encontraba sentado tras su escritorio. Se restregaba los ojos, no aguantaba el peso de su cuerpo pero esa noche su amigo Angus lo había invitado a una fiesta que venía organizando desde hacía unas semanas. El motivo de la fue esta era nada más y nada menos que: ligar. Si, bueno no era el mejor motivo para realizar semejante fiestón pero era un buen motivo.
Harry estaba pensando que ponerse esa noche para la fiesta cuando la puerta de su oficina sonó. –Adelante. Era Doris, su secretaria, una anciana demasiado eficiente que ayudaba a Harry en todos los papeleos, organizaba su agenda y le conseguía citas cuando necesitaba llevar alguna mujer a alguna cena importante, ese era un requisito para ser la secretaria del joven Potter pero como la mujer había resultado tan eficiente y no podía realizar esa tarea decidieron acordar que ella sería la encargada de conseguirle citas.
-Joven Potter, ya terminamos el trabajo por hoy. Ordene todos los expedientes por orden alfabético y organice su agenda para toda la semana.
-Doris gracias por haberte quedado a terminar ese papeleo conmigo, ¡sin ti estaría perdido! – Esa noche debían terminar el papeleo de todas las misiones del mes.
-No fue nada joven, es normal que con 24 años no sea de lo más divertido realizar el papeleo, pero yo con mis 53 años lo veo normal y ya deja de aburrir.
-Aun así, te lo agradezco, esta noche es la fiesta de Angus y no quiero llegar tan tarde.
-pues ya, pasamos la medianoche, debería ir yendo, yo apago las luces.
-Otra vez gracias Doris, no se qué haría sin ti. Hasta mañana, sé que mañana es Domingo, pero sobra decir que tienes el Lunes libre, además yo no vendré asique eres libre hasta el Martes- Harry salió a toda prisa de su oficina y se dirigió al garaje del ministerio. Allí monto su VMW negro y salió a toda marcha rumbo a su casa del Valle de Godric.
-estoy ansioso por ver qué o a quien me deparará la noche.
-Ginny por favor, acompáñeme, desde que Ron se fue de gira con los Cannos no he salido, y eso fue hace 3 semanas. El recién llega en 2 semanas y me aburro en casa sola. Por favor, me han dicho que las fiestas de Angus son las más divertidas.
-Hermione, tengo mucho trabajo mañana en San Mungo, por favor no insistas.
-¿por qué te volviste tan aburrida?, tu no eras así. Ambas se encontraban en el departamento de la pelirroja. Hermione y Ron se habían casado hacia 2 años pero como él era jugador profesional de Quiddicht muchas veces se ausentaba por semanas y su mujer se quedaba sola en la gran casa que compartía el matrimonio.
-no soy aburrida, simplemente soy responsable, mañana debo trabajar-. Ginny se había recibido de medimaga hacia ya un año. Siempre fue la mejor de su clase y eso sirvió para que ingresara sin problemas a San Mungo.
-Además Harry estará allí.- Hermione sabía que no debía tocar ese tema pero qué más daba, debía intentar sacar y despejar a su cuñada.
-¿cuántas veces debo decirte que lo que sentí por él fue nada más y nada menos que un capricho de adolecente?- Durante casi toda su adolescencia Ginny había estado locamente enamorada de Harry Potter pero nunca había podido acercarse más de un metro a él sin sentir mareos además sumado al hecho que él era un mujeriego consumado... Así Ginny lo vio pasar de mujer en mujer, sufriendo en silencio. Ella por su parte había tenido dos novios: Dean y Michael pero ninguno era él, ninguno de los dos le hizo sentir ese cosquilleo que sentía con su sola presencia, solía sentirse estúpida pero cuando se recibió decidió olvidarse de joven morocho y así lo hizo. O eso creía.
-Ginny, ambas sabemos que eso no fue un simple capricho, pero veo que le sigues temiendo a la presencia de Harry.
-¿de qué hablas?
La castaña sonrió, sabia como hacerla cambiar de opinión respecto de asistir a la fiesta -me refiero a que temes a como reaccionaras cuando lo veas en vivo y en directo después de casi un año de ni siquiera dirigirla la mirada.
-eso no es cierto, ya lo supere hace mucho, además como se supone que me presente ahora en una fiesta que es más que seguro que asistirá si lo he evitado por un año.
-vamos amiga, sería una buena forma de matar a dos pájaros de un solo tiro.
-¿y cómo es eso?
-digo, si me acompañas, sabrás si realmente lo has olvidado y además, por si fuera poco podrías conocer al amor de tu vida- bueno esos eras buenos argumentos a opinión de la pelirroja
-bueno, está bien, iré. Pero con una condición,
-dime.
-prométeme que si ves que no me siento cómoda o yo te lo digo, nos iremos sin peros.
-te lo prometo, gracias Ginny- abrazo a su amiga y juntas corrieron hacia el cuarto a probar qué se pondrían.
-Angus- Harry había llegado a la casa de su amigo, no era grande y lujosa como la de él pero lo suficiente para que entraran ochenta personas.
-Harry, hasta que por fin llegas, la gente me ha estado preguntando si realmente vendrías.- Angus era un joven rubio, de ojos grises, alto de hecho un poco mas que Harry. En dos meses cumpliría 26 años y no pensaba en formar una pareja estable, es más solía decir "imposible, yo en una relación estable, sueña".
-lo siento pero tenía trabajo que terminar. ¿Cómo está la situación por aquí?- con "situación aquí" el morocho se refería a las mujeres, ya era normal esa frase entre ellos.
-bueno pues, a mi izquierda veras a un grupo de tres mujeres, fíjate por el balcón. Las tres solteras, buen cuerpo y con ganas de pasarla bien.
-pues me agrada la morocha que se encuentra de espalda-, Ya había elegido, cuando le echaba el ojo a una mujer generalmente la conseguía siempre.
-es Cho Chang, modelo. En este momento es la cara de la marca de ropa "Mujer Hechizada" está que arde, aunque yo prefiero la rubia de su derecha.
- quédatela, creo que me quedo con la señorita Chang, aunque ahora que lo pienso creo que la conozco de algún lugar.-Pensaba Harry que de algún lugar la conocía, ese nombre le resultaba familiar.
-bien averigua, ve con ella que aquí parado no solucionas nada…-Angus enfocó su vista hacia la puerta- cambié de opinión, yo quiero a esa.- Harry siguió la mirada de Angus, por la puerta entraban una castaña, que él conocía perfectamente, no entendía que hacia sola o mejor dicho sin Ron en una fiesta de esas. Y la mujer de alado, hermosa, a opinión de Harry, pelirroja, menuda y con un cuerpo para el infarto. Llevaba un vestido negro, por arriba de las rodillas y el pelo suelto.
-es realmente hermosa- dijo el pelinegro finalmente.
