Antes que nada, les agradesco nuevamente por aún seguir —o lo que sea— la historia, y de que tengan paciencia con las actualizaciones de lento avance :P.

Ahhh... I feel like crap… seriously. In lots of ways… ¡BUENO! El capítulo es más largo a lo normal (O eso digo yo, a saber si lo es o no xP. Quizá lo es, pero sólo ligeramente). ¡Dísfruten! (O intenten...).


Tori's POV

Una bola de papel golpea mi cabeza en nueva cuenta, y yo simplemente intento hundirme más en el asiento, algo que creo, ya no me es más posible, a menos que esté dispuesta a deslizarme hasta el suelo.

-¡Pssht! ¡Toori!

Nuevamente, hago de oídos sordos a aquella insistente voz susurrante que busca obtener mi atención. Cierro los ojos en espera del siguiente movimiento. Una patada a mi silla. Es un patrón que ya he memorizado, y que ya he analizado lo suficiente cómo para saber qué seguirá una vez dicho patrón cambie, con las esperanzas de que posiblemente así mi atención será captada.

Pero nada de éso. Estoy decidida. Si así Jade quiere la cosa, puedo mostrarle que ella no es la única que puede jugar y disfrutar con mis reacciones. Yo puedo hacer lo mismo con ella. ¡Y lo puedo hacer muchísmo mejor! ¡Ya verá!

Pausa a mis divagaciones, es tiempo de prepararse para la bola de papel envuelta con otras cuatro que hay tiradas en el suelo... esto dolerá. En tres, dos, uno, ¡lance!

Y justo a tiempo, una gruesa y gorda bola de papel me golpea en la parte tracera de la cabeza. Esta chica... El susurro viene en... ¡ya!

-¡Tooori! ¡Tshhht!

Pero esque... ¿por cuántas clases más puede mantener ésto? Tacha éso... ¡¿Por cuánto tiempo más duraré antes de soltarme a decirle unas cuantas cosas en su cara?! Y... ¡Patada! ¡Grrjh! Ya, hasta aquí. ¡Así no puedo hacer ésto! Me levanto de mi asiento con brusquedad, llamando la atención.

-¿Se le ofrece algo, señorita Vega?

-Sí. ¿Me permite ir al baño?

-Espere un momento, ya van a dar el toque.

-Pero es urgenteReplico, mi voz tensándose cuando sentí la bola de papel más grande hasta el momento golpear mi espalda. ¡Esa madr—

-De acuerdo, puede ir.

-Muchísimas gracias –Me fuerzo a decir entre dientes, manteniendo a borde mi enojo.

Tan pronto salgo del salón, camino con paso presuroso al baño. Ocupo alejarme de esa... esa... ¡URGH! Esa sin vergüenza. ¡ESA, ESA! ¡Dhgarg! Y para más, parece ser insultarla me cuesta... Ufff. Ya siento el dolor de cabeza llegarme.

Entro al baño y me dirijo directamente a los lavabos, para mojar mi cara con un poco de agua fría. Supongo bastará para aplacar un poco este enojo. Abro la llave y pongo mis manos bajo el grifo, llenándolas lo más posible con aquella agua fría que tanto deseo.

Me inclino un poco para refrescar mi rostro con el agua que había entre mis manos. Suspiro aliviada al sentirme un poco más relajada, sin tener a la actual molestia que mi novia proveía. Mojo mi cara un par de veces más, antes de cerrar la llave e ir a tomar papel para secarme.

-¡Hola Tori!

Doy un respingo ante la inesperada voz chillona de Cat, y me giro rápidamente para encararla, golpeándome con la pared en el proceso... ¡Rayos! ¡Ya había llebado el récord! Por lo menos no hay raspón.

-Dhjouw... –Froto mi cabeza– Hola Cat. Oyes Cat... te tengo… una pequeña proposición –Comienzo, ideando un plan en mi cabeza para lograr regresarle a Jade todas las que me debe.

-¿Qué tipo?

-Una que promete muchos dulces si me ayudas como es debido.

-¡Yeeey! Duulces... ¿Qué ocupas?

-Una idea. Verás... de alguna manera logré meterme en una situación en donde he de vengarme de Jade por todas las que me ha hecho, o parte de. Y... ando algo falta de ideas –Le explico. Ella frunce los labios, pensativa.

-¿Qué es lo que Jade disfruta más?

-Además de abochornarme y agredirme... no mucho.

-Mnh... ¿De qué maneras te abochorna? –Siento un rubor aparecer en mis mejillas, y desvio la vista antes de contestar.

-Con juegos de palabras y burlas.

-Ahí lo tienes. Si a Jade le gusta muuucho usar juego de palabras para avergonzarte y demaces... Supongo a de haber un punto en donde hasta para ella sea demasiado, ¿no? –Me dedica una sonrisa y mirada complice, a lo que yo no puedo evitar sonreír.

-Así creo.

-Ahí está tu respuesta.

Parpadeo un par de veces antes de lograr procesar por completo la idea. Sí... ¡Eso puede funcionar!

-¡Muchas gracias Cat! Te debo esos dulces.

-¡Hey Tori! –Bufo al escuchar la voz de mi tan adorada novia.

-Suerte –Murmura Cat antes de dirijirse a la salida–. ¡Hola Jade!

-Hola Cat.

Apoyo mis manos en el borde del lavabo, mirándo atentamente el grifo, buscando respuestas y soluciones que no me dará. Aparto mi rostro cuando Jade hace ademán de darme un beso.

-Aww... no puedes estar taaan molesta –Guardo silencio–. Por favor, Tori... por favooor. ¿Por favor cariño?

Suprimo una sonrisa al escucharle llamarme así.

-Oh, por favor...Toriiiii. Por favor amor, cariño, querida... –Lloriquea Jade, intentando conseguir mi atención sin mucho éxito– Voltea a verme, ¿sí? –Suavemente, toma mi mentón entre sus manos, girándolo con lentitud, precavida ante algún posible movimiento brusco de mi parte.

No hago tal cosa. ¿Cómo hacerlo después de escucharle hablarme en tono meloso y de tal manera? Aunque he de admitir, las ganas de hacerlo son insistentes, sólo para que Jade me siga hablando de tal manera.

-¿Ya no estás molesta conmigo? –No respondo, mi mirada aún gacha– Tooori. De acuerdo, sólo respóndeme: ¿de qué iba el trato mencionado en detención?

Muerdo mi labio inferior, pensándome en si responderle o no. Suspiro y tomo las manos de Jade, deslizándolas hasta mis hombros. Alzo la mirada para por fin ver a Jade a los ojos, ofreciéndole una leve sonrisa.

-La idea era de que si te llegabas a enojar yo te invitaría a cenar. Algo romántico, ya sabes.

-Ouuw, pero que tierna.

Desliza sus manos fuera del agarre de las mías para ponerlas en mis cachetes, halando mi rostro más cercas al suyo, antes de depositar un dulce beso en la punta de mi naríz, dejando sus labios precionados contra ella. Una pequeña sonrisa presionó contra el cabo de mi naríz, antes de sentir algo húmedo presionar con fuerza.

-¡Iugh! –Estiro mi cuello hacia atrás, safándome del agarre de Jade y restregando el revés de mi mano contra mi naríz– Éso es disgustante –Le reprocho, mirándola con el entrecejo fruncido.

-¿Y de quién crees se me ha ocurrido la acción? –Mis labios se abren formando una pequeña 'o', recordando la vez en que hice yo tal cosa– Bien... –Exhala con tranquilidad y me sonrie ampliamente– Supongo que... –Sacude suavemente sus hombros– Ya que yo no me enojé, y por el contrario, tú lo hiciste... supongo que yo te debo una cena. Algo romántica, y eso...

Las comisuras de mis labios se retuercen un poco, una sonrisa luchando por ser mostrada en mi rostro; y para parar tal cosa, muerdo mi labio inferior.

-Así que... ¿te parece salir el viernes, después de detención, a una cita conmigo? ¿Y después quedarte en mi casa?

¡Pero claro! La respuesta a éso es un sí. Aún así... Permito aquella sonrisa sea mostrada, a la vez que me inclino para besar a Jade en los labios con suavidad.

-Pero claro... –Murmuro, mis labios presionando aún suavemente contra los suyos– Con todo el gusto del mundo acepto a tal cosa...

Jade rie suavemente antes de alejarse de mí.

-Bien. En ese caso, pide permiso a tus padres. Nos vemos –Y salió por la puerta del baño, dejándome sola con mis pensamientos.

Oh rayos. ¡Mis padres! Sé que no les molestará salga con Jade... pero... salir a cenar, quedarme a dormir con ella, en la misma habitación, y luego, quizá, emplear el día siguiente enteramente con ella... Creo poder convenserlos.

Un sonrojo ataca con rápidez mis mejillas al realizar que pasé un dulce y lindo momento con Jade. Un momento enteramente... Cubro mi rostro al sentir cómo mis orejas comienzan a arder. ¿Y así deseo yo lograr mi cometido de vengarme? Cuando por mi propia cuenta logro sonrojarme hasta por lo más inocente.


Frunzo el entrecejo confundida cuando Sikowitz detiene de repente su monologo, deteniéndose para tomar de su coco. Su mirada se pasea por el salón, ignorándonos por completo. Cruza sus brazos y alza su rostro, mirando el techo, como si estuviese recordando algo.

Suelta una risa de la nada, agitando su cabeza con una sonrisa divertida antes de seguir tomando de su coco. De acueeerdo... Sikowitz tiene unos problemas respecto a seguir el hilo de sus pensamientos una vez los interrumpió para hacer algo más.

La clase se mantiene en silencio por unos momentos, antes de que la voz de mi novia se escuche resonar con fuerza.

-¡Sikowitz! ¡De nuevo lo estás haciendo! –Le reclama, su tono irritado y molesto.

-Oh, sí, clase –Dejó caer el coco que tenía en mano al suelo, supongo yo ya no tenía más líquido dentro suyo–. Proyecto por binas –Un quejido a coro se deja escuchar–. Ya, no sean tan quejumbrosooos... –Juntó sus manos– Bien. ¡Equipos! Cat con Robbie, André con Tori y Jade con Beck –Dijo Sikowitz, agachándose para tomar otro de los tantos cocos que había regado por el salón.

Oh rayos... la última pareja... Miro por sobre mi hombro por un momento y pude ver a Jade con la boca ligeramente abierta, su mirada clavada con incredulidad y rabia sobre nuestro maestro.

-Los demás, eligan a quien deseen... –Miró su muñeca, acercando ésta a su rostro– Bueno, la campana no tardará en sonar, así que... ¡Nos vemos!

Frunzo el entrecejo. Ni siquiera tiene un reloj... Se marcha por la ventana, y al instante escucho un brusco y estrepitoso sonido, que reconosco como Jade saltando de su lugar para ir a perseguir a Sikowitz.

Al instante me levanto y me giro, mi mano habiendo tomado mi mochila con anterioridad. A penas logro ver el cabello negro de Jade desapareciendo de mi vista, y al perderlo, me apresuro a seguirla, Cat pisándome los talones.

¡Dios! ¡Esta chica necesita en verdad controlar un poco mejor sus ataques de enojo! No es que no me gusten, no, en parte fueron esos ataques lo que me cautivaron, pero... había veces que simplemente eran innesesarios y letales...

Apresuro el paso y tomo a Jade por el brazo derecho, Cat tomándola por la muñeca izquierda.

-¡NO! ¡Ahora sí! ¡Sus días están contados! –Jalo de ella para evitar se suelte de mi agarre.

-¡Jade! –Al ver que mi novia no responde a su nombre, dirijo una mirada rápida a Cat, y señalo con mi cabeza el armario del conserje.

Cat comprende y me ayuda a arrastrarla hasta dicho lugar. Mientras yo intento retenerla, Cat cierra la puerta con seguro.

-¡JADE!

Su mirada por fin vira a verme, su rabia apacigüándose ligeramente.

-¡Esque...! ¿Acaso no has oído con quién me han terminado emparejando, Tori? –Suelto mi agarre de sus brazos, los cuales se dirigen a su cabeza una vez sueltos. Sus dedos se enredan en sus sedosos cabellos y un gemido de frustración le escapa.

-Lo sé, lo sé –Miré a Cat en busca de ayuda... mala suerte, se había distraído ya con un dulce que encontró en sólo-Dios-sabe-dónde.

-Tori, no me lo tomes a mal ni nada pero... de verdad, no soporto a Beck, al menos ya no –Replica Jade, desenredando sus dedos de su negro cabello y pasando una mano para intentar acomodarlo mejor.

-Te entiendo. Mira, Sikowitz todavía no dice qué será el proyecto asignado. Quizás sólo sea no sé... –Agité mis manos con exasperación– ¡Yo qué sé! ¿Traerle cocos?

-Ja... –Me sonrie falsamente e inclina ligeramente el rostro hacia el lado, antes de agitar su cabeza y suspirar.

Suelto una sonora carcajada, rompiendo el ambiente que se había creado. ¡Oh Dios! Cubro mi boca con mi mano izquierda mientras mi derecha toma mi costado. Tomo bocanadas rápidas y continuas de aire, aplacando las carcajadas descaradas que salen de mí. Paresco estoy hipando, mientras mis ojos se apartan del ovalo color amarillo que está sobre el cabello de Jade, bien adherido.

No podiendo contenerme, me suelto a carcajadas cuando veo su cara. Dando media vuelta, me acerco a Cat para apoyar mi frente contra su hombro, mi mano izquierda sosteniendo el otro.

-¡Perdón Jade! ¡Lo lamento tanto! ¡Enserio! ¡No fue mi intención! ¡Fue un accidente! –Se apresura a decir Cat, su tono ligeramente tembloroso.

-Las dos... largo de aquí... ¡Ahora!

Muerdo mi labio inferior mientras me separo de Cat, y me apresuro a acómodar mi mochila sobre mi hombro, siguiendo a la pelirroja fuera del armario. Cierro la puerta detrás de mí mientras me detengo en mi casillero, abriéndolo para sacar una pequeña bolsa que se encontraba en la esquina y de paso los libros que necesitaría para las clases siguientes.

-Haa... Toma Cat.

Entrego la bolsa a Cat, sintiéndome ligeramente mareada ante las buenas risotadas que la susodicha me brindó al escupir accidentalmente el dulce que tenía en la boca, que fue a parar al cabello de Jade.

-¡Yeeey! Dulces.

-Vamos con los demás.

Asiente sin mirarme, pues está más concentrada en sacar todos los dulces de la pequeña bolsa.


Continuo proporcionándole las caricias en su espalda con suavidad, sintiendo como restrega más su cara contra mi muslo, produciendo un pequeño gemidito de satisfacción. Moviendo mi mano izquierda, acerco ésta a su cabeza para acariciarla igual, antes de moverla para tocar su pequeña naríz con mi dedo índice, ganándome una lánguida lamida en dicho dedo, a lo que sonrio.

Siguiendo con las caricias en su espalda, alzo mi vista a la puerta, mirándola fijamente. Nada pasa. Suspiro y regreso la mirada a donde antes, observando enternecida la vista que me es provista. Sus ojos se están cerrando con lentitud, y sus costados se alzan con suavidad. Se está durmiendo.

Me pesa que tendré que despertarle, sacarle de aquel estado de tranquilidad en el que se está sumergiendo. Desearía tener a la mano mi celular para tomarle una foto, pero para mi desgracia, mi celular está en el mostrador de la cocina, lejos de mi alcanze.

Suelto un bostezo al sentir cómo el cansancio me está alcanzando, y los parpados están comenzando a pesar. El ritmo que mi mano lleva con respecto a las caricias comienza a hacerse más lento y pausado, y comienzo a cabesear, mis parpados luchando por mantenerse abiertos.

Las caricias cesan a la vez que mi cachete encuentra una cómoda posición sobre mi hombro. Los sonidos de fondo comienzan a sonar ajenos a mí y mis pensamientos se alejan, dejándome descansar en paz.

...

Escucho el sonido de mi respiración al igual que la de quien está durmiendo plácidamente sobre mi muslo, sintiendo cómo sólo lograba arrullarme tal sonido.

¡BAAM!

Pego un brinco ante el brusco movimiento que siento al lado mío y ante el fuerte ladrido que resuena por toda la casa, logrando irme hacia atrás con todo y sofá. ¡Dios! Me levanto del suelo con dificultad, mi mano derecha aferrándose en donde se supone, el corazón está situado.

Los ladridos continúan a la vez que los arañazos contra la puerta comienzan, gruñidos profundos y de advertencia acompañando a todo el ajetreo producido por aquel pequeño perro.

Camino hasta donde se encuentra, y le tomo con ambas manos por los costados, alzándolo a la altura de mi pecho e intentando acomodarlo, todo el rato haciendo sonidillos para intentar acallarlo y relajarlo. Le doy un exagerado y audible beso sobre su peluda espalda, logrando sonsacarle un gruñido, a lo que río.

-No me gruñas a mí. Y para ya con el ruidajo –Él sólo me gruñe nuevamente, a lo que presiono mi dedo índice y pulgar contra su hocico, tratando de ocultar en vano sus caninos.

Abro la puerta sólo para soltar un suspiro de pesadez. ¿Quién más si no? ¿Por qué? ¿Por qué de entre toda la gente, ella tenía que agarrar el mal lado del perro desde el mero comienzo? Oh bien, supongo que así comienzan grandes relaciones... ¿no? Así comenzó la mía.

-¿Qué hace la rata aquí? –Mascullla Jade con enojo, sus ojos fijos en los del perro, y sus dientes mostrados, igualando el amenazador gesto de la 'rata'.

-Deja en paz a Omph...

-¿Omph? –Jade enarca una ceja y sonrie con malicia y sorna, a lo que Omph le ladra fuertemente, provocando cerrara los ojos– Interesante nombre tienes, rata.

-Jaaaade. Para ya de molestar al pobre –Camino hasta donde el sofá se encuentra volcado, y dejo a Omph en el suelo, mis manos firmes en sus costados, pues ya sabía la reacción que habría de soltarlo.

Sus delgadas patas se agitan con fuerza, sus uñas rasgando contra el piso, y su cabeza inclinada hacia delante, en obvias intenciones de querer correr hasta Jade y ponerse a hacer su escándalo.

-Y un 'Hola Tori' hubiese bastado –Le recrimino, mirándole con molestia–. O que por lo mínimo me dirijieras la mirada.

-Hice lo último, por un breve momento, cuando abriste la puerta.

-Como sea... ¿Me ayudas a acomodar el sillón? –Le pregunto, alzando al perro nuevamente y poniéndolo contra mi pecho, acariciándolo para apaciguarle.

-Claro. La mujer de la casa ya llegó –Alza sus cejas de manera sugestiva a la vez que se inclina para levantar el sillón.

-¿Insinuas que soy qué? –Pregunto en tono ofendido mientras observo como tira del sillón.

-Mnnh... Ni... idea. Pero... eggh... –Suelta el sillón, provocando un sordo sonido cuando éste se impactó contra el suelo, provocando Omph soltase un ladrido– De todos modos. Deja a la rata a un lado y ayudame.

-No que muy mujer. Y no es rata, es un perro, igual que Riz y Tori –Le reclamo, subiendo escaleras arriba para dejar a Omph en mi habitación, para así evitar los posibles destrozos que mi novia pueda hacer.

-Ellos no son perros de verdad –Me dice Jade desde la sala, alzando su voz.

-Pero son perros –Le respondo, alzando de igual manera mi voz.

Me inco en el suelo, alzando a Omph a la altura de mi cara, el parpadea y mira para el lado, sus orejas erguidas.

-Sí, de peluche.

Omph voltea a verme y se inclina para intentar lamerme. Yo alejo el rostro. Lo dejo en el suelo y pongo una mano contra su pecho, manteniéndolo en su lugar. Él sólo me mira con sus ojitos oscuros, su naríz moviéndose arribabajo, lo que me saca una pequeña risita.

-Quédate aquí, ¿sí? Sólo quiero hablar un rato con Jade. Si gustas puedes subirte a mi cama –Señalo dicho objeto con mi dedo y alzo la vista para hacer un mayor énfasis, con Omph siguiendo mi mirada–. Bueno, te dejo –Deslizo mi mano lejo de su pecho para pasarla por el largo de su lomo, terminando por acariciar su cuellito antes de levantarme y cerrar la puerta.

Bajo a la sala para encontrar a Jade con un café en mano.

-¿No puedes dejar a un lado el café? ¿Te es tan necesario? –Pregunto, deteniéndome en el mostrador– Siempre te veo con uno en mano, te hará daño a la larga.

Jade camina hasta el lado contrario del mostrador y se inclina hacia delante, apoyando sus codos y manteniendo su café contra sus labios, ocultando una sonrisa. Da un sorbo antes de bajar la taza y sonreírme más ampliamente.

-Hey... siempre me ves con ropa y no escucho objeción alguna sobre ello. No veo por qué el café es un problema, siendo que no siempre traigo uno.

Mis mejillas se colorean ligeramente ante la comparación, y entonces recuerdo que soy yo quien quiere tomar represalias ante su continuo comportamiento nada amable. Muerdo mi labio inferior mientras sonrio un poco de lado, inclinándome hacia delante y notoriamente bajando mis ojos a los labios de Jade, deteniendo mi mirada por unos segundos ahí antes de bajarla más, hasta sus pechos.

Lamo mis labios y alzo la vista, mirando a Jade.

-¿Y quién dice que no tengo quejas sobre ti siempre usando ropa? –Pregunto, mi tono indicando lo que quiero piense.

Parpadea un par de veces, ruborizándose ligeramente, un suave tono rosa apenas perceptible, pero ahí está el rubor. Me sonrie a la vez que me dirije una mirada lasciva, sus ojos igual siguiendo el mismo recorrido que los míos habían hecho en su cuerpo hace poco.

-Es un problema que puedo arreglar –Comenta, separándose del mostrador un poco.

-Me encantaría me hicieras el favor –Jade deja el café sobre la superficie estable que el mostrador le proporciona, y sus dos manos se dirigen hasta el dobladillo de su camisa–. Pero –Le interrumpo, agitando mi cabeza–, no tenemos tiempo para tal cosa. Debemos acomodar el sillón.

Jade suspira y rueda los ojos, caminando hasta el sillón volcado y yo la sigo.

-Bien, no hay mucho más que hacer... puse unos cuantos libros ahí para que sostuvieran el sillón –Su mano señala los libros que sotienen el respaldo del sillón, manteniéndolo a unos cuantos centímetros del suelo–. Lo demás es fácil, sólo tienes que alzarlo un poco y listo...

-¿Y por qué no lo haces? –Le pregunto confundida. Ella agita sus hombros y guarda silencio, mirando los libros.

-Porque me dio flojera. Además, que sea la mujer de la casa no significa que soy la que hará todo el trabajo manual –Me mira con el entrecejo y labios fruncidos–. Y si bien recuerdo, debajo de todo ese hueso sí hay músculos.

-Ugh... bien, yo lo hago...

Me pongo a horcajadas, y halo del sillón, tratando de levantarlo. ¡Uf! Me parece que los músculos debajo de mis huesos no quieren cooperar hoy. Ceso mi esfuerzo para darme un respiro. No recuerdo que el sillón fuese así de pesado... o quizá yo ando más débil.

Decidida, pongo más fuerza esta vez, logrando levantar el sofá ahora sí. Con un poco más de esfuerzo, logro acomodar el sillón en su lugar original. Jade me aplaude a la vez que suelta unos cuantos 'Whooo'.

-¿Ves que sí tienes algo de fuerza? Pese a estar tan delgada y flacucha tienes algo de carne en ese esqueleto tuyo.

-Jaaaade –Le miro con una ceja alzada, advirtiéndole pare con sus comentarios.

-Uno más... –Camina hasta mí y se detiene a un paso, sus manos en sus caderas... esas sensuale sy atrayentes caderas– Ojos más arriba, Vega –Me acaloro un poco más. Como si no me bastase suficiente rubor con el esfuerzo y aire gastado hace rato.

-Lo siento Jade, pero allá abajo hay cosas muy interesantes –Le guiño un ojo y ella sonrie de medio lado, satisfecha al oír tal alago–. Aunque aquí un poco más arriba hay cosas igual de interesantes –Mis ojos se posan sobre sus dos perfectos pechos, y ella carraspea.

¡Dos puntos! Un ligero rubor colorea sus mejillas y Jade sacude su cabeza, apartando el color rosado de sus mejillas.

-Entonces... la rata—

-La rata tiene nombre, y es Omprey –Le corto antes de que continue con sus cosas malas sobre Omph.

-¿Omprey? –Cuestiona Jade.

-Yo le digo Omph, me es más corto y sencillo –Explico, tomando asiento en el sofá–. Hoy él se quedará conmigo. Su propietaria tuvo un asunto urgente...

Una sonrisa se dibuja lentamente en mis labios al ocurrirseme un pequeño comentario que sé, sonsacará a Jade un poco de celos.

-Hací que hoy Omph dormirá conmigo junto a mí, en mi cama, y se bañará conmigo mañana... –Ladeo mi rostro para ver a Jade– Ssss... lastima que tú no podrás.

Sus mejillas adquieren un color rosado fuerte, y su mirada se clava en la mía. Bien, no logré su imaginación volara, pero logré meterle un poco de celos... o molestía... no sé, pero esa expresión me cautiva.

Me acomodo mejor para depositar un breve y dulce beso en sus labios, antes de acercar los míos a su oreja.

-Después te tocará a ti éso –Susurro antes de morder lentamente su lóbulo y recorrer éste con mi lengua, sonsacándole un pequeño jadeo a Jade–. Bien... ve por tu café que tenemos que hablar sobre el posible comportamiento que tendrás con Beck.

Ella rueda los ojos y reluctantemente obedece. No sé cuánto efecto tenga la charla en ella, pero no pienso dejar a Beck solo con Jade, no. Tengo que ponerle unas cuantas límitaciones y reglas a mi novia. No es valido que se desquite con él si aún él no comienza algo...


-¿Entonces sí me dejas ir? –Pregunto a mí madre, mirándola con una amplia sonrisa tras terminar de explicarle el por qué de mi petición a que me dejara pasar con Jade el viernes y sábado– Por favor, nuestra primera cena fue en su casa, no fue muy elegante. La segunda fue por mi cuenta. Además el hecho de que Jade haga algo así de lindo por mí no es algo común –Explico, esperando así convenserla y que me dé su consentimiento.

-De acuerdo Tori.

Salto de mi lugar para abrazar a mi madre, feliz.

-¡Muchas gracias!

Me separo de ella y corro escaleras arriba, hacia mi habitación; sin embargo, la voz de mi madre me detiene.

-Con una condición... Quiero venga a cenar con nosotros un día próximo –Le miro íncredula, no sabiendo cómo Jade tomaría la condición–. A ella le dejo el día.

¡Me dejó! Oh, a cambio quiere una cena en donde tú estés presente. El día es de tu elección, pero tiene que ser uno próximo...

Mando el mensaje a Jade y comienzo a deshacerme de mis ropas, alistándome para irme a dormir. Mi celular suena y lo tomo.

¿Tengo qué?

Sí.

Bueeeno, ya véremos... ¿el domingo? ¿Lunes? No sé. El día que más te siente, y ya veo yo si concuerdo contigo.

Mnnh... ¿el día que más guste? Pues...

El domingo podría ser... aunque no sé si mis padres nos preguntarán que pasó el viernes y sábado... no me gustaría eso.

Y la verdad, no me gustaría, me pondría incómoda.

Domingo será. Si preguntan, pues, si tu no quieres contestar yo lo haré ;).

Ruedo los ojos ante el guiño puesto al final, sabiendo perfectamente que de dejarla será un desastre.

Por favor evita el tipo de comentarios que es más que obvio hay algo escondido tras las palabras.

De acuerdo. Buenas noches cariño, descanza.

Siento el sonrojo acudir a mis mejillas ante el 'cariño'. Vaya que no estoy acostumbrada al cariño de ese tipo, no viniendo de Jade.


De todos modos, me dan ganas de ser una perra total con Beck en el capítulo que sigue xP, por pura venganza a lo natural, ¡por arruinar mi idea de un final Jori en la serie! (A menos claro, al final la cosa sea que Dan nos sorprenda y sea una cosa así mágica... Ahí sí lloro con ganas, esta vez de alegría... pero enserio, saber que al final Jade quedará con Beck me a echo llorar un buen de veces [A lo que gusto llamar 'Desmorone emocional/feels']; y saber que Tori será una de las causas... Damn feelings!). *Snif*…