Summary:
Todo el mundo tenía la culpa de sus desgracias, todo el mundo era el culpable de la vida que llevaba. Todos, su papá, su mamá, su hermano... ¡TODOS!, pero ni él y sus amigos tenían la culpa de la adicción que tenían.
Parejas:
Hibari x Tsuna
Yamamoto x Gokudera
Lambo x Reborn
Mukuro x Byakuran
Y otras más…
Rege: :3 oliii
Denisse: se `puede saber por qe subiste este fic ¬¬ i no has actualizado los demas
Rege: :3 por qe qise *aura asesina de denisse* y …y… TwT tenia ganas de escribir algo asii , onegaii no me pegues
Denisse: pudrete ¬¬ i di tus notas
Rege: ok :3
*universo alterno
* katekyou hitman reborn no me pertenece
* -pensamientos
Regeryentha scheiidl estudios :3
Presenta y tiene para gustos de ustedes :
...
Efectos…
...
Había llegado otra vez mal. Iemitsu Sawada suspiraba mientras veía a su hijo en ese estado.
Sus cabellos castaños estaban todos desordenados, tenían un poco de polvo y estaban sucios Iemitsu podría jurar que si inhalaba su fragancia olerían peor que la basura. Su estado estaba peor, su piel estaba toda manchada, su cara estaba cansada, su boca manchada de pintura mientras sonreía como estúpido y olía peor que un muerto, pero lo que más tristeza le daba a Iemitsu eran que los hermosos ojos cafés de Tsuna estaban rojos, lo miraban, sí, pero lo miraban de una forma como si no lo conocieran a él, ¡a su propio padre¡.
-Métete. –Ordenó mientras se adentraba a la casa con Nana, quién observando tristemente el estado de su hijo. El castaño no se movió de ahí, conocía a su padre y sabía la forma de dejar a su amigo entrar.
-No. – Iemitsu lo volteó a ver.
-¿Qué estás esperando Sawada Tsunayoshi? – Lo miró enojado. –Métete de una vez. No quiero estar batallando contigo ¿entiendes? –Lo miró fríamente. Le dolía la rebeldía de su hijo, pero le molestaba más la estupidez de este ¡¿Cómo era posible que siempre prefería a sus amigos que a su familia?
-Quiero que Botan se quede a dormir hoy. – Los ojos, ahora rojos, lo miraban desafiante esperando que, con eso, su padre cediera. Era un concurso de miradas, donde ninguno cedería. Bueno, al final Iemitsu no dejaría que su hijo se la pasara en la calle.
-Entra tú y tu amigo. –Tsuna sonrió. Eso había sido demasiado fácil.
Tsuna, junto a su amigo, entraron bajo la fija mirada de su padre, quién no paraba de fulminarle. La triste mirada de nana y la pequeña e inocente mirada de Lambo.
-Estaré en mi cuarto junto a Botan, así que no entren. – Comentó mientras subía las escaleras con su amigo, quién estaba igual o más mal que él.
Una vez cerraron la puerta de la habitación de Tsuna todo quedó en silencio, había un incómodo silencio entre todos hasta que el de 15 años decidió hablar.
-Otra vez llegó mal ¿verdad? – Preguntó sin rodeos. Iemitsu y Nana no respondieron aunque ya sabían a lo que se refería Lambo ya que él era el que veía más veces a Tsuna en ese estado.
-Es que no se qué hacer. – Iemitsu se sentó en el sofá y Nana decidió acompañarlo y Lambo, que estaba enfrente de ellos, decidió que lo mejor era no hablar.
-Querido, no podemos dejar a Tsuna-kun, es nuestro hijo, porque no importa cuántas veces recaiga yo soy su madre y siempre estaré para él. Le daré la mano cada vez que se caiga. – Lambo sintió un poco de envidia en esos momentos.
-¿Pero que podemos hacer Nana? Ya lleva 2 veces internado y con estas son 4 recaídas las que ha tenido desde que salió, ello sin contar las veces que Lambo lo ha visto o nosotros... ni se diga de los vecinos. No podemos volver a pagar ese centro otra vez. -
-…. – Nana escuchaba pacientemente lo que esposo decía.
-Además ¿cuántas veces nos ha fallado ya? -
-Si. –Sonrió tiernamente. – Pero acuérdate de una cosa, somos sus padres ¿qué clase de padres seriamos si los dejáramos desamparado y solo? – Nana volteó a ver a Lambo quién no había dicho nada desde que se había iniciado la conversación. -¿Tú qué opinas de esto Lambo-kun? – El ojiverde levantó la vista y vió los ojos cafés de su mamá, suspiro y resignado se dispuso a responder.
-Pienso que están cometiendo un error con Tsuna. – Los padres lo miraron interesados y con la duda en su cara reflejada. Lambo lo entendió y decidió explicar. – Otho-san está mal. Sé que no quieres que le hagan daño a Tsuna y eso en su parte está bien. Sé que no lo quieres internar en internados del Gobierno porque, según tú, lo maltratan, por eso tratas inútilmente meterlo en internados de paga. No me quejo ya que tampoco quiero que Tsuna-nii esté mal, pero está mal que lo quieras internar en lugares caros para que no le hagan daño. Pienso que con disciplina a lo mejor Tsuna-nii entiende. – Voltea a ver a su madre. – En cuanto a Oka-san. Está bien que no lo quieras dejar solo, pero también le estás diciendo a Tsuna: ¨Haz lo que quieras. No importa cuántas veces llegues drogado yo te recibiré con una sonrisa." Eso está mal, porque le estás diciendo que puede hacer lo que quiere. – Terminó con los ojos cerrados ¿Por qué siempre tenía que ser el maduro? ¿Acaso no le podía preguntar cómo se sentía respecto a lo de tsuna-nii? Se levantó del sofá y a paso lento subió las escaleras.
-¿A dónde vas Lambo? – Fue la incógnita de su padre al verlo subir tranquilamente.
-A mi habitación. Tengo prepa temprano y mañana no creo que Tsuna-nii me quiera acompañar. – Cerró la puerta de su habitación.
Nana e Iemitsu suspiraron.
¿Qué podían hacer ahora con sus hijos?
-(-)-
Los cálidos rayos del sol empezaban a penetrar por la ventana molestando su sueño. Se revolvió en las sabanas y se tapó más fuerte y pudo volver a dormir, pero su"amigo" no corrió con la misma suerte y por fin se despertó, movió a Tsuna pero este se revolvió incomodo, lo picó más fuerte hasta que este se despertó.
-¡QUÉ RAYOS QUIERES BOTAN! – Gritó. Odiaba que lo despertaran en las mañanas, además de que se sentía mareado. ¡Rayos!, debió de haberse dado un toque demasiado fuerte, todo por culpa del idiota que tenía en frente, le había dicho que solo un poco,¡no toda la maldita dosis!.
Su amigo sonrió con malicia mientras se acerba a él con una sonrisa.
-¿Sabes dónde estamos Tsuna? – Éste lo miró enojado.
-En mi casa ¿por qué? – ¡Dios a poco era tan idiota para no saber dónde se habían dormido!
-Si lo sé. Lo que más me sorprende es que tus padres te hayan recibido y, es más, que me hayan dejado dormir aquí. – Sonrió con malicia y Tsuna correspondió el gesto.
-Te lo digo. Sé cómo controlar a mis padres, es demasiado fácil. – Se encogió de hombros mientras se levantaba y se dirigía al baño. – Te quedaste mucho tiempo aquí. Si quieres baja a desayunar y ahora te alcanzo. Seguramente mamá debió de haberle preparado el desayuno al Lambo. -
Cerró la puerta del baño y el otro sonrió.
-(-)-
Nana cocinaba alegremente el desayuno de Lambo mientras éste veía la tele tranquilamente. Una mañana tranquila para la familia Sawada o eso creían porque tsuna bajo de las escaleras. Nana lo recibió con una dulce sonrisa pero cambio a una triste a ver al invitado no deseado de anoche.
-Buenos días, Sawada-san. –Saludó formalmente el muchacho.
-Buenos días, Botan-kun. – Dijo seria, casi se podía decir que era fría con sus palabras, le dio la espalda indiferentemente y comenzó a cocinar o mejor dicho terminar el desayuno que estaba preparando. Esta acción solo provoco que Tsuna y su amigo se rieran. – Vamos a penas a tomar el desayuno ¿gustas acompañarnos? ¿pero en tu casa no estarán preocupados? –Tsuna sabia que su madre deseaba de todo corazón que el dijera que no.
-No, lo siento tengo que ir a reportarme a mi casa. – Sonrió apenado. Había entendido la indirecta de la mamá de Tsuna.
-¿qué? ¿tan pronto te vas? -
- Si. Tsuna te veo hoy en la tarde, acuérdate que hoy iremos a pintar. – Se despidió de la mano y cerró la puerta de la residencia Sawada.
-¿A dónde iras Tsu-kun? – Preguntó su madre.
-¿Eh? A si, ahora iré a pintar con unos amigos. – Se sentó a desayunar junto a su hermano Lambo, quién ya se encontraba en la mesa y le faltaba la mitad para poder acabarse su desayuno.
-Tsu-kun ¿Por qué no te quedas hoy? No salgas. – Pedía su madre amablemente.
-Mamá, pero ahora estará mejor que la vez anterior. Además esta vez será legal lo prometo. – Sonrió Tsuna, pero Nana ya sabía que era mentira. Todo lo que su hijo le decía era mentira.
-Bueno. – Sabia que aunque le dijera que no y aunque lo castigara Tsuna se saldría de todos modos. - ¿Podría acompañar a Lambo hoy a la prepa? – Los 2 jóvenes levantaron su vista a su madre y la miraban con cara de ¿Qué diablos dijiste?
-Gracias mamá, por la oferta. – Respondió amablemente el ojiverde. – Pero no necesito que Tsuna QUE me acompañe a la prepa, así estoy bien.
-jaja! Yo tampoco te quiero acompañar. No te hagas muchas ilusiones. – Respondió a la defensiva Tsuna.
-Pues me alegro, porque no queria. -
-Que bueno, porque tengo mejores cosas que hacer… – Fue cortado por Nana.
-Ya. Basta, de acuerdo, si no quieres acompañar a Lambo-chan no lo hagas Tsu-kun y ya, pero dejen de pelear. -
Tsuna no dijo nada y Lambo guardó sus cosas y se fue a la prepa.
-(-)-
Caminaba tranquilamente por los pasillos de la prepa. Suspiró.
¿Cómo diablos podría estar pendiente de la prepa si su estúpido hermano otra vez había llegado en ese estado?
Tenía miedo. Miedo de que él llegara y encontrara a Tsuna-nii en ese estado ¿pero qué podía hacer? Ya había aprendido que por más que llorara y suplicara Tsuna nunca entendería por su cuenta.
-Lambo. – Volteó y se encontró con una joven pelinegra de cabello largo y sedoso que lo tenía amarrado en trenzas. Muy buen cuerpo para gusto de todos, una sonrisa hermosa, unos ojos negros que lo miraban lindamente. Esta chica era de nombre I-pin.
-Buenos días. – Saludó ella.
-Buenos días. - Respondió sin muchas ganas lo que le llamo la atención a la I-pin, quién era la mejor amiga de Lambo así que sabía cuándo este tenía algo.
-¿Quieres contarme qué pasó? ¿Pasó algo con Tsuna verdad? – Lambo a veces se preguntaba ¿Cómo es que le hacía para saber lo que le pasaba?
-Intuición femenina, Lambo. – Sonrió, dejando espantado al ojiverde.
-Te cuento después, ya es tarde. – La pelinegra sonrió y ambos se fueron a sus respectivos salones.
-(-)-
Ya eran las 2 de la tarde. El sol empezaban a alumbrar con más fuerza que en la mañana. Nana se encontraba terminando el que hacer y Tsuna veía la tele tranquilamente. Nana se preguntaba si su hijo había cambiado de opinión respecto a la escuela, bueno, le iba a preguntar.
-Tsu-kun. – Éste la volteó a ver. – Estaba preguntándome ¿vas a terminar la preparatoria? -
-No. – Respondió sencillamente mientras cambiaba el canal.
-¿Por qué? -
-Mamá, ya te dije no me gusta la escuela. – El timbre sonó y Tsuna fue por su mochila. – Me voy mamá, cuídate. – Le dio un beso en la mejilla y salió por la puerta.
Nana se toco la mejilla recién besada.
¿Dónde quedó mi lindo Tsu-kun de antes?
Era la pregunta que se hacia una y otra vez la madre de los hijos Sawada.
-(-)-
Era seguro que Lambo llegaría con hambre así que hoy cocinaría algo realmente delicioso para él. Caminaba por las cuadras mientras pensaba en que platillo que haría y los ingredientes que ocuparía pero un pensamiento se le vino a la mente.
Tsu-kun, mí querido hijo...
Quería ayudarlo, pero sabía que no iba a funcionar. Sabía que si lo metía a la fuerzas terminaría recayendo como las veces anteriores. Pero es que su hijo estaba más mal, cada día llegaba más seguido en ese estado, además, siempre traía a alguien.
¿Acaso no entendía que esas amistades no lo iban a llevar a nada bueno?
Solo pedía a dios, por un mínimo consuelo. Pedía a dios por una ayuda.
-Disculpe. – Nana lo volteó a ver. Era un apuesto rubio de rasgos algo delicados. Y finos Nana podía jurar que era italiano y la mirada café de esos ojos era de amabilidad y ternura una mirada parecida a la que tenía antes su hijo Tsuna ,– Estamos entregando esto. – Le dio un folleto a Nana y esta la tomó. – Es de un centro de rehabilitación. Se llama:"Otra oportunidad." –su voz se oía amable , varonil y comprensible – Los datos están ahí. Si encuentra a alguien que necesita de nuestra ayuda por favor háganos saber. – Hizo una reverencia y se retiró.
Nana se quedo viendo el folleto, y lo guardó.
Le comentaría a su esposo de ello.
-(-)-
Ya estaba anocheciendo y todavía no terminaban de hacer ese mural. Tsuna se apresuraba lo más que podía, agitaba más fuerte las latas y con todas las prisas que podía trataba de rellenar el nombre que había puesto.
-!Tsuna¡. – El grito de su amigo lo alertó. Agito más la lata y lo terminó de rellenar. Era una buena combinación de colores celeste y plateado, no espera para mañana para poder ver su arte.
Corrió junto a sus amigos hasta que pararon en la esquina. Hoy no los habían cachado. Sonrió internamente Pero si era Tsuna, a él nunca lo agarrarían los malditos cerdos gordos de la policía. -
-Jaja! Creo que hoy nos fue bien. – Dijo una de la bola de ahí.
-Si. - Sonrió.
-Se merece celebrarlo. – Sacó unas bolsas de su mochila y saco otras latas más. – Creo que nos merecemos un toque ¿no creen? – Sugirió.
-Oigan. Yo no creo que... – Pero la lata de enfrente lo interrumpió. – No. Oigan, quiero llegar bien a casa. -
-Vamos Tsuna ¿no tienes problemas con tus papas? -
-Si, pero ahora estoy bien.
-Pero crees que olvidaran cómo llegaste hoy. Seguramente te empezaran a gritar, habrá una discusión, saldrás corriendo de tu casa, vendrás aquí y nosotros como buenos amigos que somos te daremos un toque para que te olvides de los problemas. Así que mejor ¿porqué no adelantas las cosas de una buena vez? – Sugirió, es más, lo insinuó.
Lástima que Tsuna era de mente débil y solo bastaba hablarle de sus problemas y que le dijeran somos tus amigos para que el hiciera todo lo que ellos pidieran.
Agarra la bolsa y la lata.
...
Continuará. :3
Rege: pobre tsuna TwT
Denisse: es de mente debil
Rege: lose TwT, demo encontrara alguien que lo haga cambiar de opinión y ademas de *golpe que la deja noqueada*
Denisse: por que rayos ¬¬ tiene la maña de andar adelantado los echos *se cruza de brazos*
Denisse: *hace una reverencia* nos complaceria que nos dejaran reviews con sus opiniones respecto si debemos continuar o no
Adelanto :3
-mira , -le mostra el folleto – me lo acaban de dar hoy en la tar
-no , resolveremos esto por nuestra cuenta – el timbre sono – yo boy
- ya no te aguanto mas – se oyo un golpe sordo y nana fue corriendo a la escena
