~Only One… (SasuHina)
Género: Romance.
Categoría: M
Universo Alterno.
Autora: Aika Yami
● Aviso: Los personajes no me pertenecen, sino a Masahi Kishimoto.
OoOoOoOo~…Only One…~OoOoOoO
"…Purgatorio…"
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
—¡No, Hinata! ¡No! —Gritó exhausto Neji al otro lado de la pantalla del Skype. Él llevó una de sus manos hacia su cabello castaño para apartar los molestos mechones de su rostro—. No sigas insistiendo. Mañana mismo estaremos ahí. —Él le miró con dureza, mientras que la pequeña Hanabi miraba toda la situación de forma curiosa—. Y más te vale que tengas una muy buena explicación de todo esto. ¡Y tú! —Señaló a Sasuke con el dedo índice, frunciendo su ceño. Éste, entrecerró los ojos, molesto al mirarlo—. Ve preparando tus cosas porque ¡te largas de esa casa!
—¡Pero Neji-niisan! —Gritó desesperada la chica. Aunque, una vez más, sus ruegos no fueron suficientes. La pantalla de la video llamada quedó negra, dando finalizada esa sesión.
La sala de la casa quedó en puro silencio. El ambiente era entre tenso y melancólico. Hinata no podía más que hacer que morderse las uñas mientras que Sasuke empuñaba más sus manos, del coraje por ser expulsado de esa casa que llevaba siendo su hogar por meses.
—¡Maldita sea! —Exclamó furioso. Sus puños se azotaron contra el sofá, llamando la atención de la mujer.
Esta, al ver que la venda de la mano de él se teñía de rojo, corrió hacia el botiquín que dejó tirado en algún punto del pasillo. Y eso sucedió cuando se sentó frente al computador.
Por más que ella insistió y que Sasuke intentó hablar con Neji, su primo se negó a escuchar. Simplemente sentenció que estaría ahí a la mañana siguiente, marcándole por celular a la línea de aeropuertos desde Miami, Florida para un vuelo rápido hacia Japón.
Cuando llegó frente a Sasuke, la chica se arrodilló frente a él y en silencio comenzó a revisar su mano para hacerle una curación.
Él, recostó su espalda en el sofá y cerró los ojos, frustrado.
Maldita sea su suerte, pensó. Ahora que se sentía tranquilo en un lugar, en el que estaba una linda chica a quien querer, viene un tipo a echarlo como perro callejero.
Se sentía tan frustrado porque ahora se enteraba que Hinata no era dueña del departamento, sino ese hombre llamado Neji Hyuuga. Así que tenía todo el derecho de correrlo.
Pero, admitía que lo que más le enojaba, era el que ya no podrá verla ni estar con ella. Al menos no tan seguido como de costumbre.
No. Sasuke no quería perder a su ratón.
A sus oídos, llegó el llanto silencioso de la peliazul. Abrió sus ojos y de inmediato bajó su vista a ella, notando cómo sus mejillas tenían lágrimas y eso, no hizo más que empeorar su estado de ánimo.
Mientras la chica terminaba de limpiar la herida, con su mano sana pasó sus dedos sobre la piel húmeda, limpiándole un poco la misma—. Deja de llorar… —El Uchiha vio cómo ella fruncía sus labios, reprimiendo un jadeo en medio de su llanto.
Sin pensarlo, sus manos fueron hacia las mejillas de la chica e hizo que sus ojos chocasen—. Escucha, nada malo pasará. No dejaré que nos separen. ¿Entiendes? Tú eres mi ratón y yo soy tu gato.
Al oír esto último, en medio de su llanto, la chica rió enternecida. Sin poder evitarlo, ambos unieron sus labios en un beso fugaz. El corazón de los morenos cambió de frío a caliente, sintiendo que en su pecho había paz de nuevo.
—Pero aun así, me preocupa. —Continuó con voz temblorosa. Sasuke acarició sus mejillas con sus pulgares, observándola atentamente—. Conozco a Neji. Y dudo que permita que un chico viva conmigo… —Explicó mientras retomaba su curación con el algodón empapado de alcohol—. Y no es porque sea celoso… sino, por lo ocurrido con él.
A pesar de que Sasuke desconocía los detalles de los hechos, él supo de quién estaba hablando: el padre de Hinata. El estómago se le revolvió en pura rabia.
Entendía ahora la actitud del primo para con Hinata. Era obvio que deseaba protegerla a toda costa pese a estar tan lejos de ella. Pero aun así, no dejaría que lo corrieran sin siquiera dar una explicación.
Hinata terminó de vendar la mano de Sasuke y este, miró de nuevo hacia ella; apreciando la tristeza en sus ojos.
Posó su mano en el mentón de la mujer, aproximando sus labios entre sí, antes de susurrar—. Le haré saber que nunca más sucederá algo así contigo… No te preocupes. —Sentenció, acortando la distancia de sus bocas para iniciar un nuevo beso. Pero esta vez, tomándose su tiempo para que sea lento y pausado.
Los labios entre ambos danzaban entre sí, estrujándose y conociéndose más de lo que ya lo hacían. Hinata correspondió este de forma tímida, sonrojándose y temblando porque no entendía si lo hacía bien o no.
De alguna manera, aunque no hayan sido muchos, los besos de Sasuke no le resultaban desagradables.
Cada vez que la boca del Uchiha se unía a la de ella, sentía tranquilidad. Y algo parecido al cariño.
Sus manos se posaron sobre sus antebrazos, mientras que una mano ajena se aferraba a su cintura, acercándola más a él.
Sasuke ladeó su rostro, amoldándose a ella, dejando que la punta de su lengua rozara con la de la muchacha.
El beso comenzó a tornarse húmedo, cálido pero aumentando el ritmo; quitándoles el aliento de los pulmones.
Hinata liberó un pequeño gemido de su garganta, sintiendo que el aliento se le escapaba del alma.
Sasuke dio un sorbo de sus labios, tronándolos entre los propios para poder dejando paso a sus dientes; tirando de él suavemente mientras abría sus ojos, observando segundo a segundo cómo los ojos blancos se abrían—. Vamos a dormir. —Demandó, tomándole una de sus manos.
Abrumada por el reciente beso, ella asintió a duras penas mientras se levantaba del suelo. Sasuke hizo lo mismo y, cuando estuvo a su lado, no dudó en abrazarla por su cintura y apegarla a su cuerpo. Ella le correspondió el abrazo al rodear su espalda mientras que pegaba su cabeza en su pecho.
Sin pensarlo mucho, se dirigieron a la habitación de la fémina; lugar en la que ya era casi usual para ellos descansar.
.
OoOoO
.
Con el paso de las horas, la mañana llegó. Dando paso, a través de las cortinas, la luz del sol.
Debido a la preocupación de lo que pudiese ocurrir ese día, Hinata casi no logró conciliar el sueño. Fijando su mirar hacia arriba, ella repasó por décima vez las grietas del techo mientras que, el suave respirar de Sasuke le ronroneaba en el oído.
Repasando sus pensamientos, la noche anterior dedujo que fue un error en haberle ocultado a Neji su convivencia con Sasuke. Quizás es lo que tenía tan desconcertado al castaño.
Y ahora, con paso de los meses, estaba tan acostumbrada a la compañía de Sasuke. Por eso se le hacía muy duro caer en cuenta de que podría no verlo más. O al menos no con la misma frecuencia.
Inconscientemente volvió a repasar sus dedos entre los cabellos negros de él. Sintió la suavidad entre sus yemas mientras que, repasaba sus facciones tranquilas.
Desde que lo conoció, Hinata jamás se imaginó que el chico dormido a su lado, o sobre ella, sería una persona muy importante en su vida.
Quizás una de las más importantes.
Logró tomarle cariño. Quizás más que eso. Por lo cual, no pudo evitar llorar cuando la conversación con Neji terminó.
Ella quería a Sasuke. Le gustaba mucho pero le aterraba una relación a futuro con él. Más que nada, porque sabría que si algún día él y ella terminaran juntos, habría relaciones íntimas… y eso, le atormentaba.
A veces, Hinata deseaba con todas sus fuerzas desaparecer sus traumas e inseguridades, pero parecían que las muy malditas no cedían. Y siempre estaban ahí presentes. Diciéndole cada día lo que su papá le hizo y lo que ella fue para él.
Su puta.
El sabor amargo le llenó la boca de un desagrado.
Hinata negó con la cabeza varias veces.
No, ella no era eso. Nunca lo sería. Y ese hombre ya no estaba más presente en su vida. Así que no tenía que dejar que el dolor que él le causó le robara la vida por completo.
Con esto en mente, Hinata soltó un largo suspiro, inflando el pecho hasta dejarlo en su estado natural. Sobre ella, Sasuke se removió suavemente. Hizo una mueca graciosa mientras que apretaba el agarre en la cintura de Hinata. Frotó su cabeza contra el pecho de la mujer hasta soltar un suspiro por la nariz.
La peliazul al verlo, sus dedos volvieron a peinar los cabellos ajenos.
Sasuke abrió sus ojos negros y lentamente intentó buscar la mirada de la mujer. Parpadeó, observando atentamente las ojeras marcadas bajo esos ojos lunas, frunció los labios y negó con la cabeza—. No dormiste. —Afirmó, sabiendo de sobra lo preocupada que estaba ella. Él estiró uno de sus brazos y frotó su ojo derecho, acomodándose mejor a lado de la chica—. Ya te dije que nada pasará. No tienes de qué preocuparte.
—Pero…
Los labios de la ojiperla susurraron. Sasuke la callaron, colocando uno de sus dedos sobre los mismos.
Se aproximó a la chica, rodeando de nuevo su cintura con su brazo hasta que sus cuerpos quedaron juntos. Él, acercó sus labios hacia el oído de la chica, repartiendo suaves besos el cuello y mentón—. Mi pobre ratón nervioso… —Susurró, haciéndola reír. El Uchiha fijó sus ojos en ella.
Hinata acarició la mejilla ajena, observándolo con la misma fijeza que él, aunque sintiéndose un poco más tímida.
Él repasó su pulgar por el labio inferior de la chica, sintiendo que a boca se le secaba de repente—. ¿Alguna vez… te imaginaste así conmigo? —Cuestionó, llevando sus caricias hacia el largo cabello azul.
La mujer simplemente negó mientras que su mano bajaba hacia el mentón masculino, recorriendo con su índice la piel y el pecho desnudo—. Cuando te conocí… me dabas mucho miedo. —Sin pensar, ambos rieron por lo bajo al recordar ese incidente del pasado.
Sasuke hizo que ella se recostara sobre la cama, acercándose después a besarle los labios. Un hormigueo en el cuerpo les hizo temblar, erizándoles la piel. Entreabriendo los labios, cerrando los ojos, ellos se besaron con la ternura que emanaba en el momento. Las caricias en la espalda de Hinata no tardaron en llegar. Las manos de ella recorrieron el pecho y el cuello de él.
Sasuke apoyó una mano sobre el colchón, dejando caer con cuidado su peso sobre ella mientras que su cabeza giraba ocasionalmente de lado a lado.
La peliazul soltó un suspiro por lo bajo cuando él succionó y besó su labio inferior.
Sin pensar, la mano del moreno se adentró por debajo de la tela de la blusa de la mujer, palpando y acariciando su piel tersa. Las puntas de sus dedos recorrieron sus costillas, la orilla de su caja torácica hasta que el pulgar repasó el ombligo de la chica.
Hinata ante cada caricia que él le brindaba, no hacía más que provocarle suspiros, robándole el aliento. Su piel se erizó al sentir la mano sobre los costados de su cintura. Su propia mano palpó la vena de la yugular, después acarició las clavículas marcadas hasta llegar a la altura del corazón, palpando su musculoso pecho.
El moreno rompió el beso para guiar su boca lentamente hasta el cuello, sintiendo como la vena de la chica palpitaba al ritmo de su nervioso corazón. Su diestra se elevó para deslizar suavemente el tirante de la blusa de satén, descubriendo el hombro. La misma mano se apoyó sobre el colchó, el pelinegro comenzó a besar la piel mientras que por instinto, la mano libre alzaba cada vez más la tela hasta descubrir uno de los pechos de la chica; atreviéndose a amasarlos.
Hinata gimió al sentir que su pecho era estrujado, los nervios se tornaron un tanto turbios. Llevó su mano para detener a Sasuke, haciendo que llamara su atención—. Sasuke-kun… yo… —Susurró. Él alzó su cabeza hasta mirarla y descubrió el miedo.
Soltó el seno de la chica y tomó su cintura—. Enrolla tus piernas en mí. —Selló los labios ajenos en un beso, impidiendo que ella rebatiera su "orden". Él mismo tomó las torneadas piernas de la mujer y las enrolló en su cintura.
Aplicando un poco de fuerza, la alzó de la cama hasta que ambos quedaron sentados, uno frente al otro.
Hinata entrecerró los ojos, aferrándose a su cuello mientras sus frentes se apegaban. El Uchiha le robaba el aliento de los pulmones, a su vez que las uñas raspaban sutilmente la pálida piel masculina.
Las manos de él se atrevieron acariciarla de arriba a bajo, desde su trasero hasta los omoplatos.
Las puntas de sus lenguas se encontraron entre sí, ella abrió un poco más su boca y sin poder evitarlo, Sasuke exploró todo lo que la ojiperla podía ofrecerle.
Sus respiraciones se tornaron pesadas. La inseguridad de Hinata se disipó poco a poco mientras que él sólo se enfocaba en ella. En hacerla sentir algo agradable y especial.
Las manos del pelinegro tomaron las orillas de la blusa ajena, llevándola hacia arriba; rompiendo el beso para recuperar el aliento. Ella entreabrió un poco sus ojos, jadeando para tomar aire mientras alzaba los brazos para que él le quitara la prenda.
Sasuke tragó saliva al contemplar el rostro sonrojado de la mujer, con sus labios rojos y entreabiertos; comenzando a excitarse.
Eso lo hizo sonreír, de lado, muy él al saber que la chica también lo deseaba. Sus dedos fueron hacia el broche del sostén y sin demoras, rápidamente lo desabrochó. Los ojos de ella se abrieron ampliamente e instintivamente sus manos sostuvieron el mismo desde las copas—. ¡No! —Gritó con desespero.
El Uchiha llevó sus manos hacia las de ellas—. Hinata. —Le habló, mirándose a los ojos de nuevo—. Céntrate en mí. Soy yo. No él.
El entrecejo femenino se frunció, tensándose—. Lo-lo sé. Pe-pero… no estoy segura de sí-…
—Hinata… —Volvió hablarle—. ¿Quién es el que está contigo?
La mujer le miró, nerviosa, sintiéndose absorbida por esos ojos tan oscuros e intimidantes—. Sasuke Uchiha… —Murmuró suavemente.
Sasuke acercó sus labios a los de ella, sin quitarle la vista de encima—. ¿Y quién es el que quiere hacer el amor contigo?
El corazón de ella se derritió, su garganta quedó seca y no le quedó más que tartamudear mientras su corazón latía con fuerza en su pecho.
¿En serio? ¿Lo que Sasuke dijo era verdad?
Un sonrojo violento le llenó el rostro pálido a su vez que sus labios se apretaron para contener un grito en su garganta.
El Uchiha rió de lado por su reacción. Sus dedos índices se adentraron dentro de las copas del sostén y lo tiraron hacia abajo; arrojándolo fuera de la cama.
Las manos de ella cubrieron su busto. Sasuke la apretujó más y más a su cuerpo, tomando su trasero para amasarlo gustoso. Hinata ocultó su rostro en el hueco del cuello ajeno, negándose a verlo más.
Él comenzó a besar su hombro, sabiendo que ella que no procesaba ni le creía la veracidad de lo que significan esas palabras para él.
Porque sí, él quería a Hinata.
Y la quería para él.
Sólo suya.
Únicamente de Sasuke Uchiha.
El teléfono del hombre sobre el buró de noche comenzó a sonar y vibrar, cosa que lo alertó; creyendo que podría ser su muy desaparecido hermano.
A duras penas, mantuvo su abrazo más fuerte en Hinata para que ni se alejara de él ni lograse caer de la cama. Estiró su diestra hacia dicho aparato y respondió:
—¿Itachi? —Su voz gruesa y ronca resonó en la bocina debido a la aún acumulada excitación en su sistema.
—¡¿Qué?! ¡No! —Otra voz gutural y masculina le respondió, identificando que era el pelirrojo amigo de Hinata—. ¡Maldición, Uchiha! ¡¿Por qué no me dijeron que Neji venía a Japón?! —Gaara gruñó, Sasuke puso la llamada en altavoz, alertando a Hinata—. Me habló para que en un par de horas lo vaya a buscar al aeropuerto.
—¿Y era necesario porque…? —Dijo con cierta indiferencia, enojado porque esa llamada había cortado su momento con la peliazul.
—¡¿Cómo que por qué?! ¡Yo soy el responsable de la seguridad de Hinata mientras él está en Miami! —Él volvió a gruñir, logrando que la chica se preocupase y que el moreno rodase los ojos fastidiado—. Se supone que no debí dejar que tú estés viviendo con ella. ¡O mínimo haberle avisado!
Harto del tema, el Uchiha gruño al teléfono, frunciendo el ceño—. En primera, deja de gritarme. En segunda, el primo de Hinata no me intimida. Cuando esté frente a mí, aclararé las cosas. Así que ocúpate de ir a buscarlo y yo me encargo de lo demás. Adiós. —Él colgó y arrojó el celular a la cama.
Hinata tomó su blusa y cubrió el pecho de nuevo, bajándose de él hasta sentarse en la cama.
El Uchiha frotó sus cabellos con frustración hasta que su espalda chocó contra el colchón. Ella, al verlo de tal manera, se acercó poco a poco a él para abrazarlo; quedándose en silencio mientras sus pensamientos volaban por completo.
.
.
.
╰✵●๋⌇ Dos horas después
.
.
.
Karin Uzumaki continuó lamiendo la paleta helada de limón, repasando su lengua a lo largo del dulce mientras relamía sus labios.
Los ojos violetas de su novio se fijaban con suma atención en cada una de sus acciones, sobre todo en los sonidos que liberaba su mujer; completamente sumergida en su gula azucarada.
Suigetsu tragó grueso, su cuerpo se tensó mientras pasaban al interior del lobby del edificio en el que vivían. Apretó sus manos en las solapas de las bolsas plásticas para alejar esos pensamientos tan pecaminosos que imaginó—. Karin. —Gruñó, desviando su leve rostro sonrojado—. Deja de comer y ayúdame con algunas bolsas.
La chica, al escucharle, detuvo sus pasos y frunció el ceño cuando giró a verlo—. ¡¿Ah?! —Su mano libre fue hacia su cadera mientras negaba con la cabeza—. Ya te dije que no, lagartija.
El Hozuki volvió a gruñir—. ¿Y por qué no? No se te va a romper una uña. —Dijo mientras extendía su diestra hacia ella, indicándole en silencio que agarrara las dos bolsas más livianas—. Anda, tómalas y ayúdame. Aún tenemos que desayunar.
De sólo pensar en el desayuno que los aguardaba en casa, la pelirroja no pudo evitar sentir asco por completo. De un impulso, le dio un manotazo a la mano de su novio y desvió su cara para ocultar su mueca agria—. ¡No quiero!
Las bolsas cayeron hacia el suelo, dejando que su contenido rodase o se estropease. Suigetsu volvió a gruñir, pero esta vez enojado por la reacción de la mujer. Se agachó para volver a tomar las cosas para meterlas a su respectivo lugar—. ¡Maldita sea! ¿Qué demonios te pasa? —Dijo, ingresando una lata de sopa instantánea a la bolsa del super, volviendo a tomar la mercancía—. ¡Tu maldito humor me está hartando, Karin! —Grito, mirándole con el ceño fruncido y volviendo a caminar hacia el elevador, dejándola atrás—. ¡Si ya no quieres estar conmigo, sólo dilo y al demonio con esto!
El cuerpo de Karin se tensó en seguida, dolida por las palabras tan feas que él expresó de su persona. Sin querer sus puños se apretaron y zapateó uno de sus pies en el suelo; rugiendo furiosa mientras sus ojos cerraban con fuerza—. ¡Pues si quieres terminar, perfecto! —A los oídos del peliblanco llegaron dichos vocablos. Él se detuvo de forma abrupta, girando con prisa para verla con los ojos amplios. Sorprendido y enojado por la actitud de la chica—. ¡Pero te diré lo que me pasa! —El Hozuki dio tres pasos hacia ella, prestándole suma atención, intrigado—. ¡Estoy embarazada! ¡No puedo y ni quiero hacer esfuerzos, tengo antojos, estoy subiendo de peso, mi humor es horrible y tú haces que me ponga malditamente sensible! —Sin pensar, la chica le arrojó su paleta al suelo—. ¡Y si no puedes entender esto, perfecto! No me importa si quieres o no tener niños. Pero de una vez te advierto, Hozuki, ¡que ni tú ni nadie hará que me deshaga de él porque ya me encariñé con este bebé! ¡Así que vete al demonio!
Enojada y, no tan consciente de lo que acababa de decir, la pelirroja giró una media vuelta y se cruzó de brazos.
La boca del peliblanco se abrió de forma lenta, de la misma forma en la que estaban sus ojos. Sus manos aflojaron los agarres que tenían en sus bolsas de la mercancía, dejándolas caer al suelo.
Suigetsu caminó los pasos restantes, la tomó del brazo e hizo que le encarara, apreciando las lágrimas que bañaban el rostro de Karin. Sus manos temblorosas sujetaron los brazos de ella, no creyendo lo que le acababan de decir—. Es… ¿es en serio…? —Murmuró. La Uzumaki se limitó a desviar su rostro, asintiendo.
El peso de él le ganó. Sus rodillas hicieron un estruendo al chocar con el suelo y sin poder creerlo, alzó su vista hacia ella, observándola con fijeza.
Nerviosa, la chica miró hacia los ojos de él. Los ojos violetas comenzaron a acumular gruesas lágrimas mientras su rostro se sonrojaba con fuerza. Los ojos de Karin soltaron más lágrimas al verlo llorar de una manera que jamás creyó mirar. El peliblanco acercó su rostro al vientre de ella y sin poder evitarlo, comenzó a llenarlo de besos, moviendo su cabeza de lado a lado; abrazándola con fuerza—. Gracias, Zanahoria… Gracias… —Murmuraba quedamente.
La mujer tomó temblorosa la cabeza de él, preocupada por su reacción—. ¿Suigetsu…? —Susurró.
El Hozuki aflojó su agarre en sus caderas, permitiendo que ella se agachase en su altura para poder mirarse el uno al otro—. ¿Por qué no me dijiste…? Yo… perdón por ser tan duro contigo… no-…
Sus vocablos fueron interrumpidos en el momento en el que ella lo tomó de las mejillas para besarlo, silenciándole. Él abrazó con fuerza a la chica, permitiéndose llorar a moco tendido.
El timbre del ascensor sonó, las latas y botellas de cerveza rodaron sin parar hasta los pies de un castaño de pelo largo de veintidós o veintitrés años de edad, quien apreció casi por completo la discusión entre la pareja cuando cruzó la entrada del edificio.
A sus espaldas, Gaara sostuvo con firmeza a una adormilada Hanabi de nueve años mientras jalaba una maleta pequeña de color rosado; quedándose paralizado por lo que acababa de oír.
El peliblanco y la pelirroja se separaron de su beso, sonriéndose mientras continuaban llorando. Él no podría creer lo que sucedía en ese momento. Una felicidad inmensa le llenó el pecho, queriendo hasta hacerlo explotar y romperlo en mil pedazos.
Las puertas del elevador se cerraron a espaldas del moreno. Por debajo de su suela se percató que por poco pisaba una lata de aluminio llena de tomate, extrañándose de que estuviera en medio de la recepción.
Observó al par de sus amigos, arrodillados mientras lloraban inexplicablemente. Una ceja negra se arqueó. Con las manos en los bolsillos, se aproximó hasta ellos, curiosamente intrigado por lo que pasaba—. ¿Qué camión los atropello?
El hombre y la mujer llevaron su vista al Uchiha, este, solo arqueó más su ceja al verlos en ese estado. Suigetsu de un impulso, saltó hasta ponerse de pie y corrió a abrazar al moreno con fuerza, alzándolo del suelo y sacudiéndolo una y otra vez—. ¡No lo vas a creer, Sasuke!
Ahogado por el abrumador abrazo, el Uchiha gruñó mientras gritaba para que lo liberaran—. ¡Suéltame, tiburón desquiciado! —El peliblanco lo obedeció, dejando que una hermosa sonrisa adornase su cara. El moreno se tensó, sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo al verlo sonreír de esa manera—. ¿De qué estás hablando?
Karin rió, contenta mientras abrazaba a su novio por el cuello—. ¡Que Suigetsu va a ser papá! —Dijo feliz, llevándose instintivamente una mano sobre su vientre para acariciarlo.
—¡¿Qué?!
—¡Qué vas a ser tío! —Respondió el Hozuki, abrazando con fuerza a su mujer por la cintura.
—¡¿Otra vez?! —Gritó sorprendido, dejando mudos y confundidos a la pareja frente a él—. ¿Qué es el año de los bebés en camino o qué carajos? —Dijo frustrado, rascándose los cabellos. Después, alzó su mirar hacia sus amigos—. Como sea, felicidades. —Se encogió de hombros, restándole importancia. No es como si los bebés lo emocionasen.
Suigetsu sonrió pícaramente, soltando a Karin para golpear el hombro de Sasuke—. Nee, no te hagas. Bien sabes que tú también quieres encargar uno con Hinata. —Dijo con burla, provocando una risa en Karin.
—¡¿PERO QUÉ MIERDA?! —Una voz desconocida para dos de los presentes, pero fácilmente reconocible para el Uchiha, rugió en toda la recepción del edificio. El trío fijó su mirar hacia el desconocido de larga cabellera, tensando el ambiente—. ¡Sabía que te había visto en algún lugar! ¡¿Así que tú eres el desgraciado que vive con mi prima?!
El Hyuuga comenzó a dar zancadas largas, sonoras y duras contra el suelo, dispuesto a ir por el pelinegro. Este, por puro instinto, se zafó del agarre del peliblanco y comenzó a retroceder—. Espera.
—¡No! —Neji Hyuuga, un castaño de pelo largo, primo de Hinata Hyuuga y tutor de Hanabi Hyuuga, arrojó sus pertenencías al suelo y sin dudar, comenzó a correr detrás de Sasuke Uchiha que iba hacia las escaleras del edificio; dispuesto a descuartizarlo con sus propias manos.
A sus espaldas, Sabaku no Gaara soltó un suspiro largo y pesado. Como pudo, tomó la maleta negra del Hyuuga junto a la pequeña de Hanabi con su mano derecha mientras que con la izquierda, afianzaba más su abrazo que mantenía con la niña, encaminándose en silencio al ascensor—. Avísenle a Naruto y a Temari que Neji está aquí. Y que vayan preparando un funeral. —Dijo al pasar junto a Karin y Suigetsu.
Estos, se miraron extrañados, no comprendiendo aun lo que sucedía—. ¿Fu-funeral de quién? —Preguntó nerviosa la Uzumaki.
Las puertas se abrieron y el adentró las maletas. Se giró para mirarlos y decir antes de subir unos pisos—. De Sasuke… y mío también.
.
OoOoO
.
Sudando la gota gorda, Hinata se esmeraba en terminar de cocinar todas las comidas que sabía que le gustaban a su primo. Ella creía que con esto podría darle un buen recibimiento. Mientras batía en un tazón un poco de turrón para hacer un postre francés, también freía unos pescados y mezclaba algo de sopa.
Por ahora, esperaba que Sasuke consiguiese el té rojo que tanto le gustaba a Neji. He ahí por qué se encontraba sola en su departamento.
Pasaron unos minutos de silencio, en el que sólo la batería de cocina era lo que amenizaba el ambiente, que este mismo se cortó cuando un fuerte estruendo de la puerta en la entrada.
Del susto, Hinata dejó caer su batidor globo al suelo. Sasuke corrió hasta ella, rodeándola hasta dejarla frente a sí—. ¡Dile que me deje en paz! —Gritó enfadado, mirando por sobre el hombro femenino al castaño que se aproximaba a ellos.
Neji, con la respiración agitada, dio un paso más a ellos pesadamente. Y todo debido a que corrió sin parar detrás del pelinegro por las escaleras del edificio; subiendo más de 8 pisos sin detenerse.
Hinata extendió sus manos hacia el pecho del castaño, tratando de calmarlo para que no peleara con el moreno—. ¡Nii-san, ca-cálmate! —Gritó. Neji llevó sus ojos a los ajenos, notando que Hinata estaba por demás preocupada.
Dio un suspiro pesado, intentando acompasar su respiración para serenarse. Tragando saliva, colocó sus brazos alrededor de la cintura de la chica y la abrazó con fuerza, aspirando el aroma de su pelo; igual cómo cuando lo hizo años atrás.
Hinata sonrió y cerró los ojos, correspondiendo el abrazo del chico por el cuello—. Eres una ingrata. Mira que hacer que venga de prisa con la preocupación haciéndome mierda el estómago y la cabeza… —Dijo, soltándola de ese efusivo abrazo, pero sin dejarla ir del todo. Ambos rieron cuando se vieron a los ojos. Neji relajó un poco más la expresión de su rostro, sintiéndose tranquilo al ver a la peliazul en perfectas condiciones. Pero, al visualizar al morocho detrás de ella, su ceño se volvió a fruncir.
Soltó a la chica y se cruzó de brazos. Hinata se sintió intimidada cuando vio la expresión de su primo. Sus manos palparon torpemente hacia sus espaldas, tomando a Sasuke de uno de sus brazos—. Nii-Nii-san… —Nerviosa, jaló al Uchiha para que se colocase a su lado—. Él… él es Sasuke-kun. Mi… compañero de piso…
La mirada negra, furiosa, chocó contra la dura mirada blanca. Ambos se abstuvieron de hablarse, Neji sólo asintió con la cabeza, llevando su vista hacia su prima—. Explíquense. ¿Qué rayos está pasando aquí? —Ordenó. Pero tanto Hinata como Sasuke guardaron silencio, ambos se vieron por un instante, más sin embargo el Uchiha volvió su mirar hacia Neji.
—Será mejor que tú y yo hablemos primero. —Dijo el moreno con voz calmada.
La puerta de la entrada volvió a sonar, pero no tan fuerte como la vez anterior.
Gaara arrastró las maletas una vez más mientras bajaba a una ya despierta Hanabi al suelo.
Esta, con sus casi diez años de edad y con ojos risueños; no dudó buscar a su hermana con la vista. Y, cuando la encontró, corrió tan rápido como sus pies se lo permitieron hasta llegar a la cocina—. ¡Onee-chan! ¡Onee-chan! —Gritó feliz.
El tenso ambiente se cortó por la alegre voz de la menor. Sus ojos repararon en la llegada de la castaña y, Hinata sintió que su respiración se iba por un segundo. Sin dudar se agachó a su altura y abrazó a la niña con fuerza, notándola más alta que cuando la vio hace dos años—. Hanabi-chan… estás… estás… —Su voz tembló—. Tan hermosa… Te extrañé tanto. —Susurró mientras la observaba con ojos llorosos y le acariciaba maternalmente su cabello largo; adornado con una diadema blanca, a juego con su vestido de lolita largo verde.
Sasuke contempló la escena al igual que Neji. Éste último, sonrió, haciéndosele inevitable acariciar la cabeza de ambas—. Ella tenía que ir hoy a la escuela, pero me insistió tanto en venir a verte que tuve que traerla conmigo. —Comentó el Hyuuga—. Ella también te echa de menos.
Hanabi se separó de la peliazul un momento y asintió—. Sí, quería verte. La escuela no importa. —Rió la chiquilla por lo bajo. Hinata negó mientras susurraba un: "no digas eso".
Sasuke contempló un poco incómodo la escena del reencuentro de los tres Hyuugas, sintiéndose fuera del lugar. La menor de los tres primos, enfocó su mirar hacia el Uchiha, mirándole a detalle. Después, observó con seriedad a su hermana—. Onee-san, ¿él es tu novio?
Los nervios en la ojiperla se dispararon, miró de reojo al Uchiha pero después, negó. Sonrojada hasta las orejas y el cuello, respondió—. No-no… Él es… mí… —Sin poder evitarlo, jugó con sus dedos, notando cómo la mirada de Neji examinaba de nuevo a ambos morenos, enojándose—. Mi compañero de piso… Él vive aquí… —Murmuró la chica al final.
Después, Hanabi Hyuuga abrió la boca y exclamó—. ¡Ahh! ¡¿Entonces puede ser mío?! —Exclamó emocionada, lanzándose hacia las piernas del moreno para abrazarlo con fuerza, feliz por "haber conseguido" el prometido de sus sueños—. ¡Guapo-sama, sea mi príncipe azul!
—¡¿Qué?! —Exclamaron Neji y Sasuke en unísono. El castaño se dio una fuerte palmada en su cara mientras que el Uchiha se limitó a palmear la cabeza de la menor Hyuuga, incómodo hasta la médula. Hinata vio sorprendida a su hermana, impactada por lo aventada que era con el Uchiha.
Gaara por su parte, se partió de risa cuando vio la escena. Sasuke chasqueó su lengua y frunció el ceño—. ¡Silencio!
El pelirrojo negó con la cabeza y, riendo, sostuvo su estómago con una mano mientras caminaba hacia la entrada, yendo a buscar la última maleta que quedaba en el pasillo.
Pero, un fuerte manotazo en su cara por cortesía del rubio Uzumaki, le impidió avanzar cuando este le empujó para ir a buscar al castaño Hyuuga—. ¡Neji! ¡Cuánto tiempo-datebayo! —Gritó alegre.
A sus espaldas, entraron Sakura, Ino, Shikamaru, Temari, Choji, Karin y Suigetsu; equipados con comida, botanas y refrescos.
Naruto, cuando llegó a la cocina con los presentes, abrazó efusivamente al Hyuuga.
Mientras tanto, los demás, dejaron las cosas que traían consigo en la mesa del comedor o meseta de la cocina, acercándose a los dos Hyuugas recién llegados para saludarlo, abrazarlos y preguntar una y otra vez cómo estaban.
Éstos, junto a Hinata recibieron a los presentes con una sonrisa, correspondiendo a sus abrazos.
Sasuke y Gaara, gruñeron al unísono. Uno por sentirse tan excluido mientras que el otro se sobaba su rostro por el golpe, yendo a buscar la maleta en el pasillo.
El Uchiha salió de la congestionada cocina y caminó hacia la terraza del departamento, buscando un poco de aire limpio qué respirar.
Neji, al enfocar su vista en el segundo que el moreno cerraba la puerta corrediza a sus espaldas, se separó de los presentes, alegando que lo disculpasen.
Temari abrazó a la peliazul por los hombros, sonriéndole ampliamente mientras Sakura y Karin sacaban refractarios para servir las botanas para picar—. Así que ya se enteró. —La Hyuuga agachó la mirada y asintió. La rubia frotó el hombro de la chica y rió por lo bajo—. Tranquila. Ahora que estén solos podrán hablar como personas civilizadas. —Señaló con su cabeza, haciendo que la otra mirase a Suigetsu, el cual; estaba sentado en la sala de estar, platicando con Hanabi—. Es culpa del tiburón de que Neji haya llegado aquí tan alterado. —Rió de nuevo, dejando a Hinata—. Pero todo saldrá bien, no te preocupes. No es como si Sasuke-bombón se dejara echar sin dar pelea.
—¡Hinata, tú comida! —Gritó de pronto Gaara cuando entró a la cocina. La peliazul recordó todos sus guisos que estaban en la estufa, en especial su sopa de miso que, al dejarla completamente tapada, empezó a burbujear y rebosar de la olla, bañando la estufa por completo. La chica corrió hacia los fogones y bajó la intensidad de los mismos, respirando tranquila al ver que no se había quemado nada.
—Lo bueno es que trajimos más comida-datebayo. —Dijo Naruto, provocando la risa de los demás en la sala y cocina.
.
OoOoO
.
Neji Hyuuga cerró la puerta corrediza a sus espaldas. Miró hacia el barandal de la terraza y divisó al morocho. Sasuke buscó distraídamente su encendedor mientras sostenía un cigarro con los labios. Pero, al escuchar la puerta cerrarse, alzó su mirar.
Un poco más serenos, ambos, se observaron mutuamente en silencio. Neji caminó unos pasos hasta posicionarse en el barandal, guardando su distancia con el moreno. Apoyó sus brazos en el metal de la valla y soltó un suspiro—. Ahora sí, quiero que me digas quién eres tú. De dónde saliste y qué tienes que ver con mi prima. —Dijo, entrecerrando sus ojos. Sasuke tensó su mandíbula mientras quitaba el cigarrillo de su boca. Neji frunció más el ceño, dejándole en claro que ya no quería más rodeos—. Y quiero la verdad.
Los puños del Uchiha se apretaron, tensando su cuerpo. Se resignó a soltar un pesado suspiro y se dio la media vuelta para colocarse igual que el Hyuuga, apoyando su peso en el barandal de metal—. No es tan agradable como quisiera que fuera.
—No me interesa. Sólo escúpelo. —Demandó.
La mandíbula del pelinegro se tensó de nuevo. No quería decir la verdad de su pasado, pero quizás, si explicaba la verdad, podría que ese hombre no le alejara de Hinata.
Por primera vez, Sasuke Uchiha tenía algo similar al miedo. Y todo por ese ángel de ojos blancos que estaba ahí, dentro de esa casa que consideraba su hogar.
—Bien. —Él, tragó saliva. Neji simplemente guardó silencio—. Yo soy Sasuke Uchiha y tengo veintidós años. Provengo del a familia Uchiha que es dueña de unas empresas de bufé de abogados en algunas ciudades de Japón. Mi madre era una cantante de ópera, se llamaba Mikoto Uchiha. Y mi padre… —De sólo pensarlo, el estómago del chico se revolvió—. Mi padre, Fugaku Uchiha es un exitoso abogado pero un maldito cerdo psicópata. —Al oír esto, el ceño de Neji se frunció mientras que Sasuke apretaba sus manos en el barandal—. Nunca tuve una infancia feliz… no hasta antes de los catorce o quince años. —Hizo una pausa para respirar hondo—. Mi padre es dueño de un prostíbulo ilícito en dónde mi hermano y yo éramos gigolos.
—¡¿Qué?! —Los ojos de Neji se abrieron ampliamente, casi haciéndole imposible el no gritar—. ¡¿De qué estás hablando?!
—Cállate. —Ordenó el Uchiha, prosiguiendo después—. Fugaku es un hombre sumamente ambicioso. No tenía en reparo de exponer a sus hijos en semejantes espectáculos cuando mi madre falleció. Pero, al ser mi hermano Itachi su favorito, a mí me dejó como un vil perro salvaje a merced de todos sus clientes. —Sasuke apretó sus ojos, encorvando su espalda—. Muchas personas usaron mi cuerpo de la manera más asquerosa que te puedas imaginar. Juguetes sexuales, cuerpos y objetos extraños eran usados en mí cada noche. Hasta que, hace alrededor de dos años, cuando tenía diecinueve… mi hermano, siendo uno de los ayudantes de mi padre, me ayudó a escapar con mi amigo Suigetsu. —Al oír ese nombre, Neji lo identificó como el chico de pelo blanco que iba ser papá—. Pero después de eso, Suigetsu se fue por su rumbo y yo por el mío. En un principio, viví un año fuera de Japón. Pero, los amigos y aliados de mi padre, me encontraron y tuve que huir a esta ciudad… Debido a la depresión que tenía, consumía crack y marihuana. Más marihuana y cerveza a decir verdad… Y todo porque mi hermano me prohibía salir de mi pocilga de departamento.
Neji restregó sus manos en su cara, temiendo preguntar lo siguiente—. ¿Por qué me cuentas esto? —Preguntó el castaño entre asqueado y horrorizado, no sabiendo qué decir sobre esto que él le contaba.
El Uchiha le miró de reojo, frunciendo el ceño—. Querías una explicación, ¿no? —Sasuke aspiró aire, haciendo una pequeña pausa antes de proseguir—. Una noche, me emborraché tanto que de alguna manera terminé herido. Gaara e Hinata me encontraron inconsciente y con calentura. Así que me trajeron aquí. Cuando yo desperté, no sabía en dónde estaba y, al ver que había una mujer, me horroricé y sin pensar, le grité a Hinata. Yo salí de su casa pero, cuando llegué a la mía, mi hermano me llamó, diciéndome que nuevamente tenía que huir porque me habían encontrado otra vez… Lo único que pude tomar fue algo de ropa y el celular con el que me comunico con él. Así que corrí y mi única opción fue regresar aquí. —El moreno, miró hacia el cielo, recordando el día en que Hinata lo aceptó—. Al principio, Hinata no quería que me quedara, pero después me dejó vivir con ella. Y gracias al "ratón", soy lo que soy ahora. —Neji lo vio extrañado, sin comprender del todo—. Hinata me dio una segunda oportunidad de vivir. Tengo amigos, un trabajo, estoy estudiando arquitectura por internet y vivo mi vida tranquilo. —Apretando sus puños y mandíbula, Sasuke se separó del barandal e hizo algo que jamás creyó hacer; pedir clemencia y arrodillarse frente a Neji—. Así que si tienes un pedazo de corazón en ese pecho, te pido que me dejes vivir con ella. Hinata es mi razón de existir, es por ella que sigo aquí, adelante como un adulto responsable. Yo nunca le haría daño, la aprecio porque es la mejor persona que he conocido en mi miserable vida…
—Levántate. —Pidió el Hyuuga mientras lo tomaba de los brazos para que dejara de hacer eso, poniéndolo incómodo—. No es necesario que hagas eso. —Sasuke se puso de pie, disgustado por sentir que se había humillado frente a alguien, de nuevo. El ojiblanco suspiró y volvió a preguntar—. ¿Y el asunto con tu padre… está solucionado? —Cuando el moreno negó, éste se quedó pensando unos segundos, acariciando su barbilla—. Bien… supongo que puedo hacer algo…
El Uchiha se cruzó de brazos—. No es necesario. Mi hermano y yo podemos solucionar nuestros-…
—No lo hago por ti. —Cortó los vocablos ajenos—. Está demás decir que quieres a mi prima. Es más que obvio. —Sasuke arqueó su ceja—. Y si esos hombres que te siguen buscando, se llegasen a enterar de qué es Hinata para ti, es obvio que no vendrían por ti. Vendrían por ella para doblegarte a ti. —Y ante esta revelación, algo completamente cierto que jamás se le había cruzado en la mente del pelinegro; éste se tensó, abriendo los ojos—. Y bajo ninguna circunstancia, dejaría que algo le pasara a Hinata. —Dijo en un tono serio, cruzándose de brazos—. Hanabi y ella son mi única familia. No tenemos tíos o más primos. Estamos solos los tres. —El morocho tragó grueso, procesando esa información y tratando de pensar qué es lo que haría de ahora en adelante—. Así que, si tu padre aún no está hundido, es porque no hay pruebas legales suficientes. —Sasuke asintió, mientras que Neji, compadeciendo del hombre frente a él, colocó su mano sobre el hombro del Uchiha en señal de apoyo—. Tengo amigos que son investigadores y abogados. No te preocupes. Yo veré cómo ayudar.
—¡Neji-niichan! —Gritó de pronto Hanabi, abriendo la puerta de la terraza—. ¡Dice Onee-chan que vayas a comer! —La pelicastaña cerró la puerta con la misma rapidez y fuerza con la que llegó.
El Hyuuga soltó una leve sonrisa y se despejó del barandal—. Vamos. —Señaló con su mano un vaivén para que lo siguiera.
Sasuke se quedó en su lugar, recordando algo que siempre, desde que lo supo, lo venía carcomiendo el cerebro—. Neji. —El aludido detuvo sus pasos cuando le oyó llamarle. El moreno tragó saliva, atreviéndose a preguntar—. ¿Qué fue lo que le sucedió a Hinata?
La pequeña sonrisa que se había pintado en el rostro del ojiblanco, desapareció. Su ceño se frunció levemente y comenzó a caminar hasta posicionarse al igual que antes, junto al Uchiha—. Mmm… ¿Nunca te lo contó Hinata? —Él, negó lentamente. Neji aspiró aire por la nariz y miró al cielo, soltando un suspiro largo—. Cuando… Hinata tenía quince años, sufrió la pérdida de su madre: Emi Hyuuga. Esa mujer fue el amor de la vida de su padre… y su obsesión desde que eran novios. Así que… —Dijo incómodo, dolido—. Cuando cumplí dieciocho años, un año después de que mi tía falleciera, yo me fui a Miami a estudiar medicina. Hiashi Hyuuga, a escondidas de Hanabi, empezó a propasarse con Hinata. —Ambos hombres apretaron sus puños. Sasuke sintió una pesadez inaguantable en su corazón de sólo pensar que Hinata había sufrido mucho—. Hinata prácticamente es la viva imagen de su madre. Su papá la manoseaba y utilizaba para sus fines más bajos mientras se imagina que era su mujer a la que tocaba y no a su hija... Pero, cuando ella cumplió dieciséis… él la forzó para que mantuviera relaciones sexuales de manera constante... —Al decir esto, Sasuke observó cómo de forma lenta Neji cubría su rostro, seguramente de impotencia, conteniendo las ganas de llorar—. Él drogaba a Hanabi para que se durmiera y no hubiera problemas cuando todos se fueran a la cama. Pero, un día, Hinata y él discutieron muy fuerte y Hanabi vio cómo Hiashi jaloneaba a su hermana para llevarla a su habitación, encerrándose con llave. Hanabi intentó gritar, golpear la puerta para pedir que dejara en paz a su hermana pero nunca le abrieron. Sólo escuchaba cómo Hinata gritaba por ayuda. —Neji soltó un pesado suspiro, amargo por tener que recordar todo lo sucedido con ella—. Para buena fortuna de todos, dio la casualidad de que Naruto, Gaara y Temari fueron a casa de ellas para llevarle los apuntes y tareas atrasadas de las clases en las que Hinata no asistió. Cuando oyeron a Hanabi, Temari la cuidó y habló a la policía. Gaara y Naruto socorrieron a Hinata, golpearon a su padre hasta dejarlo inconsciente y, cuando la policía llegó, Hiashi fue detenido y mis primas se quedaron en casa de Gaara mientras yo viajaba hasta aquí para llevármelas a Estados Unidos.
Sasuke aporreó su puño contra el metal, enojado por no haber podido estar ahí, por no haberla conocido antes y haberla salvado de todo ese martirio. Levantó su mirada hacia él—. ¿Y qué pasó después? ¿Qué pasó con él?
—Ellas estuvieron conmigo. Estudiaron un poco en casa y fueron a un psicólogo para que no estuvieran tan atormentadas… Aunque, no es como si una situación así fuera fácil de olvidar. —Neji frunció los labios, con el corazón más tranquilo—. Cuando Hinata cumplió 18 años, hace un poco más de un año, para ser exactos, regresó a Japón para poder terminar de estudiar medicina aquí. Le pedí a Gaara y a Temari que se encargaran de ella, que me dijeran cuando algo malo sucediera… Por eso soy… tan sobreprotector con ella… son lo único que tengo…
Al oírle tan melancólico, Sasuke comprendió al fin toda la histeria con la que éste hombre frente a él llegó. No es agradable saber de la noche a la mañana que un pariente cercano convivía con un desconocido.
Soltando un suspiro, relajó más su cuerpo, aunque recordando su última pregunta, se sintió intranquilo de nuevo—. ¿Y dónde está su padre? ¿Está muerto cómo dicen los demás…?
El Hyuuga le miró de reojo. Lentamente negó con su cabeza, alertando por completo al Uchiha—. No… Hiashi sigue vivo… —La cara de Neji se llenó de asco y repulsión—. Después de unos meses en la cárcel, lo declararon con una esquizofrenia grave y está encerrado en un sanatorio para enfermos mentales. —Un silencio largo se hizo presente. Ambos se concentraron en sus pensamientos, aunque, Sasuke estaba completamente molesto. Alegó mentalmente que, si pudiera, ahorcaría a ese desgraciado con las manos.
De pronto, Neji meneó su cabeza y se irguió—. Dejemos de hablar de esto. No es nada agradable para nadie. —El moreno asintió, dándole la razón.
En silencio, los dos caminaron hasta ingresar a la casa. El Uchiha fue el que cerró la puerta de la terraza a sus espaldas mientras observaba que algunos de los presentes estaban felizmente conversando.
En su interior, en el pecho, un sentimiento cálido le embargó. De alguna manera, el recordar y narrarle su pasado al Hyuuga le sirvió. Ahora, sentía que estaba completamente feliz. Que sus amigos Suigetsu y Karin estaban bien, que ellos ya estaban dichosos con el bebé en camino y que él prácticamente iba por ahí.
De alguna manera, todas las desventuras que sufrió, y los buenos momentos que pasó a lado de la chica Hyuuga, lo hizo sonreír.
Sí, amaba su vida ahora… y todo gracias a ella.
Naruto se acercó hasta el pensativo Uchiha, abrazándole por el cuello, sacándolo de sus pensamientos—. ¿Entonces qué? ¿El Teme se queda o se va? —Preguntó de pronto a Neji. El ambiente quedó silencioso y a la expectativa de lo que éste pudiese responder.
El castaño miró de nuevo al moreno. Sin lugar a dudas, su situación era difícil y un tanto peligrosa para Hinata. Pero… durante un año, nunca tuvo una llamada de emergencia para que la fuera a socorrer. Así que, internamente, aunque no muy seguro, creía que no habría problema si ese hombre se quedaba viviendo con ella.
Con el ceño fruncido, su semblante se tornó duro y estricto. Todos se tensaron cuando vieron venir la negativa. Hinata temió porque dijera que no. Neji soltó un suspiro y se cruzó de brazos—. Si no le causa problemas a Hinata… —Señaló de pronto la pared detrás del televisor de plasma—. Y si sólo a mi regreso, veo su maldito título de arquitecto en esa pared… puede quedarse a vivir con ella.
El gritó de victoria llenó el departamento. Todos se colocaron de pie y comenzaron a abrazar a Neji, Hinata y Sasuke. Incómodo, el Uchiha se negaba a dejarse besar en la mejilla por Suigetsu y Naruto, mientras que Hinata, lo veía a la distancia con una sonrisa.
El morocho giró su mirar hacia la susodicha y, de manera instantánea le sonrió cuando la vio a los ojos.
Suigetsu tomó el control remoto del estéreo y la música comenzó a sonar en el departamento.
Mientras tanto, Hanabi corrió hacia el "Príncipe-sama" y lo tomó de las manos para jalarlo a bailar en medio de la sala. El moreno, con el ceño fruncido, alegó una y otra vez que no sabía bailar, logrando que las risas volviesen a explotar.
—¡Ya está lista la carne para asar! —Gritó Choji de pronto mientras iba hacia la parrilla con un refractario lleno de carne, justo en dónde estaba la terraza.
Los gritos hambrientos volvieron a sonar, las charlas volvieron a retomar su camino mientras que otros se dedicaban a beber y comer botanas; despejando aquella mañana tan tensa y ajetreada para el Hyuuga y el Uchiha.
.
.
.
╰✵●๋⌇ Mientras tanto.
.
.
.
La fresca brisa y el olor a mar era lo que mantenía la armonía en aquella habitación. Los rayos del sol en ese atardecer caían sobre la Isla de Capi, Italia, anunciando que un nuevo día se iba para dar paso a la luz de la noche.
Los gemidos y jadeos de una pareja resonaron por la recámara de un lujoso hotel.
Itachi Uchiha, embistió por una última vez en Konan, apretando sus labios para contener el gruñido que quería escapársele de la boca.
La muchacha, por su parte, arañó la espalda bronceada de su novio, gritando a todo pulmón su orgasmo culminante.
Las respiraciones de ambos se vieron acompasados. Los dos, se miraron a los ojos y unas sonrisas amplias y llenas de satisfacción, cariño y amor les iluminaron el rostro.
Konan tomó a Itachi de las mejillas para darle unos cuantos besos. Él correspondió gustoso mientras se removía para quitársele de encima.
Después de tanto tiempo, cuando el asunto del encarcelamiento de Kisame estuvo solucionado, Itachi ayudó a su hermanastro Sai y a su novia Konan salir de aquel prostíbulo de mala muerte. En medio de la huida, Sai y ellos dos se separaron en algún pueblo costero de Japón, pero, cuando éste pudo comunicarse con ellos, el Uchiha quedó más tranquilo sin lugar a dudas.
Él pudo llevar a Konan hasta esa isla, dándole dinero suficiente cada semana y yéndola a ver cada vez que podía. Ahora, teniéndola a su lado, desnuda y con una mirada llena de tranquilidad, Itachi se sentía dichoso, calmado en cierta manera porque sus seres queridos y más cercanos se encontraban a salvo de las garras de su padre… por ahora.
Instintivamente, se acercó hasta el vientre de casi seis meses de embarazo, los mismos en los que no veía a su hermano menor, para besarlo.
La chica de pelo azul sonrió mientras tomaba la sábana para cubrir su cuerpo de su novio—. Cada vez que haces eso, se mueve y me patea.
El pelinegro se recostó a su lado, acariciando la barriga de la mujer, contemplando la belleza de esta—. Lo sé, y me gusta. —Dijo sonriente, besando el hombro desnudo. Konan acercó su boca a la frente de él, quedándose en esa posición en silencio. Itachi se permitió cerrar los ojos, sintiendo que el perfume de ella le embriagaba por completo—. ¿Segura que no quieres saber si será niño o niña?
Ella volvió a reír mientras decía que 'no' con la cabeza—. No, quiero que sea sorpresa. —Ella dejó que sus dedos bailasen a través de los cabellos de Itachi, peinándolos mientras contemplaba el paisaje de Capri por la ventana.
Por unos instantes, queriendo liberar la incertidumbre que le ahogaba la garganta, hizo que él la observase; tomándole de las manos—. Itachi… me gustaría que el asunto de tu padre quede solucionado antes de que nazca nuestro hijo…
El moreno contempló la preocupación en la cara de su amada. Por instinto, besó el dorso de sus manos para tranquilizarla—. Esperemos que sea así. No me gustaría que nuestro hijo nazca y nosotros tengamos que huir de nuevo… es muy peligroso. —Suspirando pesadamente, dejó caer su cuerpo en el colchón, observando el techo a detalle—. El lado bueno, es que sé que Sasori y Deidara están viajando constantemente a Europa. Lo malo, es que no sé dónde están con exactitud.
Konan lo miró confundida por unos instantes—. ¿Y por qué son tan importantes…? Digo, tú podrías delatarlo y-…
—No es tan fácil. —Interrumpió de pronto—. Ese "dúo dinámico" son excelentes espías, investigadores. Saben… saben atrapar a un criminal, trabajan en cubierto. No es sólo ir a denunciar a Fugaku a cualquier policía porque él la tiene comprada. —Konan le acarició el dorso de su mano con su pulgar mientras se observaban fijamente—. Me interesa que localicen a Hashirama Senju, es dueño de las Organizaciones Unidas y enemigo número uno de Madara, aliado en negocios con Fugaku. Hay que recaudar pruebas sobre todos sus negocios para que lo refundan en la cárcel con todo su séquito…
La ojiámbar se quedó pensativa. Sin duda era un caso difícil, sobre todo porque el hombre a buscar y los actos por recurrir no eran tan sencillos como se decían—. ¿Y tú crees… que Sasuke no conozca a alguien cercano a los Senju? Digo, se supone que él iba a buscar ayuda por su parte… ¿no?
El Uchiha, ante la pregunta planteada, se quedó pensativo. Negó con la cabeza, haciendo una leve mueca con su boca—. No tengo idea… no he hablado con él.
—Deberías preguntarle, nunca está de más. —Sugirió la chica.
El moreno, se quedó pensativo unos segundos. Dudaba en si marcarle a su hermano ya que, un par de semanas atrás, se enteró que su padre rastreaba sus llamadas ocasionalmente. Así que era muy peligroso exponer a su hermano menor de aquella manera.
Más sin embargo, tomando el riesgo, decidió agarrar el teléfono celular de la cómoda de su cama para marcar el número de Sasuke.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
FIN CHAPTER 21
Notas de Aika:
Hola c: Me hace muy feliz terminar por fin este capi xD Me la pasé escribiendo dos días y sentí que nunca terminaría por la cantidad de personajes que participaron aquí.
Espero que les haya gustado el capi. Siento que era necesario esa conversación larga entre Neji y Sasuke ya que, nunca, durante los cinco o seis años que llevo escribiendo este fic, aclaré qué pasó con exactitud con Sasuke mientras estaba con Fugaku.
Y lo mismo, tampoco se le dijo a Sasuke qué es lo que pasó a Hinata. Él sólo sabía que había sido violada.
Ahora, espero no me maten por haber cortado el intento de lemon. Como ven, no es tan fácil para Hinata "aflojar" con cualquier hombre. Tampoco es fácil para Sasuke. Comprendan y tengan paciencia. Cuando menos se lo esperen, el lemon vendrá. xD Igual, perdón si corté el capi en dónde quedó, pero creo que estaba quedando muy largo :c
Igual, espero que les haya gustado la personalidad de Neji. Es un personaje que casi no utilizo en mis tramas, así que me es difícil manejar su personalidad. Lo mismo con Konan, Itachi y Hanabi. TvT
Les agradezco a todos y todas sus reviews, me sorprendió porque esta vez me pareció que fueron más y más personas que comentaron y eso levantaron mis ánimos para escribir este fic. *corazón*.
Respondiendo reviews:
Melania Uzumaki Uchiha: Me alegra que te haya gustado el capi anterior, espero que te guste este también xD Sasuke e Hinata curarán sus corazones. El paso más grande que han dado hasta ahora, son los besos y aceptar que se gustan xD Espero te haya gustado cómo se enteró el tiburón de que va a ser papá XD Nos vemos. Malo será actualizado pronto c: Besos.
Candy-Nyu (Ero-chama): Sasuke se durmió porque estaba muy ebrio xD Y como verás, ardió Troya pero fue reconstruída. Besos. xD
Mikashimota Z: Espero que te haya gustado la participación de Neji xD Aún no decido si emparejarlo con alguien o dejarlo eternamente soltero (¿?) xD Espero que te haya gustado el capi xD Besos.
Loly cute: Tu review me dio mucha risa xD Me alegra que hayas vuelto por estos lares. Yo estoy en un tira y afloja con los fics SasuHina, pero amo demasiado mis proyectos que por eso no los he abandonado xD Espero que te hayan gustado los capis de este fic :33
Suishoka 69: Muchas gracias por tus palabras TvT *corazón*. Neji hizo más que interrumpir xD
Fran. Sanchez: Creo que la personalidad de Sakura es muy manejable. Al menos yo me abstengo de ponerla como la típica odiosa caprichosa. Prefiero a la Sakura inteligente y madura que alguna vez mostró (sí, me gusta más con kilos de OoC xD) en fin, que bueno que te haya gustado sus palabras en el capi anterior xD Kiba apareció capis atrás, invitando a cenar (de nuevo) a Hinata y volviéndolo a echar a perder con su machismo xD Shino aparecerá, pero más adelante c:
LaCrazyWriter: Loquita de mi corazón TvT Es un gusto verte por aquí de nuevo. Nos reencontramos después de años. Pero mis brazos están abiertos para ti always. *corazón gigante*. Qué bueno que te gustaron los capis nuevos, ojalá este te haya gustado también. Besos. :*
Nana: Qué bueno que te guste el fic c: El lemon vendrá más adelante y cuando menos se lo esperen xD Hay que comprender que su situación de estos dos no es tan fácil de acoplarlos a la cama xD Espero que te haya gustado la reacción de Suigetsu cuando se enteró de que iba a ser papá XD Besos. C:
XukiUchiha: Muchas gracias por tus palabras c: Qué bueno que te gustó el capi anterior XD Igual me dio risa escribir esa escena entre Sasuke y Hinata cuando él se quedó dormido xD Espero pronto ponerlo en una situación similar 7v7 Kiba volverá a aparecer, la tercera es la vencida, no te preocupes por eso xD Espero que te haya gustado esta actualización, nos vemos c:
Patohf: Que bueno que te haya gustado la historia. Sasuke siempre estará ahí para defender a Hinata xD Ojalá te haya gustado la conversación de Sasuke y Neji. Nos vemos :*
Guest 1: Muchas gracias por tus palabras, ojalá que haya gustado la conti c:
Anika: Gracias por tus palabras c: Lo malo es que hay Only One para rato s: Planeo que el fic sea bastante largo xD No desesperes. Escribo como tortuga pero todo es para gozo de ustedes. No me gusta publicar sólo por publicar. Calidad, antes que cantidad ;) Nos vemos.
GabGab2424: ¡Qué bueno que te haya encantado! C: Ojalá te haya gustado esta conti xD A mí me divirtió mucho escribirla. Nos vemos, y gracias por tus palabras :*
Dia chan: Qué bueno que te haya gustado el capi, espero que la conti haya alegrado tu día. Un beso :*
Guest 2: Espero no haber tardado mucho en traer la conti, escribo muy lento, perdón TnT Ojalá te haya gustado este capi c:
Tania: ¡Wow! Me sorprende que en poco tiempo hayas avanzado hasta aquí xD Me alegra que te guste Only One, y espero que este capi sea de tu agrado. Casi no utilizo twitter, pero te aceptaré ahí. Si quieres encontrarme, es más seguro por Tumblr. Un beso c:
Taniia HdeZz CriSs: Ojalá te guste la conti c:
Sin más que agregar, espero que hayan disfrutado la lectura. Muchos besos, nos vemos el próximo capi.
Aika-chan.