Bien, lamento no haber actualizado antes, pero ya les dije que me tuvieran paciencia.
Momo: No tienes porque hacerlos esperar tanto, mocosa mal agradecida.
Zachy-chan: ¡A mí nadie me habla así!
Ryoma: Mada mada dane ¬¬
Zachy-chan: ¡Que te busques otra frasecita! Ò.ó
Eiji: Tranquilízate Zachy-chan, come un poco de azúcar :3
Zachy-chan: Sí, creo que tienes razón, lo siento sin azúcar no soy la misma u.u
Fuji: Como sea, solo inicia.
Zachy- chan: Sí n.n-golpea a Momo-Bueno, el príncipe del tenis no me pertenece, si no al gran maestro Konomi Takeshi.
Ryoma sale corriendo del edificio de la escuela en dirección a la salida.
— ¿Por qué me tenía que tocar limpiar a mí? — Choca con Momo.
— ¿Eh? Oye Echizen ¿A dónde con tanta prisa? — el oji ámbar intenta seguir avanzando pero él le bloquea el paso.
— Quítate de en medio— Dice algo impaciente.
— No hasta que no me digas a dónde vas— Dice divertido— No me digas ¡ya se! Vas al hospital ¿no? — Ryoma lo mira.
— Sí—Momoshiro se sorprende, cosa que Ryoma aprovecha para marcharse.
Ryoma corre por algunas calles hasta llegar a la estación de tren, podía ir a pie, ya lo había hecho antes, pero era más rápido por tren, al bajarse del tren camino un par de calles y paso por el lado de una florería, detuvo su marcha y miro la tienda.
— Podría ser— Entro, una mujer de unos 60 años salió a atenderlo.
— ¿Puedo ayudarlo joven?
— Si—Mira unos claveles "son iguales" — Quiero un ramo de esos
—De inmediato— La mujer se acerca a los claveles-¿quiere un ramo grande?-
— No, es para un florero— La mujer asiente y comienza a preparar el ramo.
— ¿Es para su novia? — Ryoma se sonroja.
— N-no, bueno— Suspira— Es para una amiga.
— Oh ya veo, y esa amiga ¿es muy especial? — Ryoma oculta su cara con la gorra.
— Más o menos ¿Cuánto es? — La mujer le señala el precio en el cartel, Ryoma le paga y sale camino al hospital con el ramo en mano.
— Suerte joven— Le saluda la mujer con una amable sonrisa en los labios.
Sakuno estaba mirando hacia el techo, lo único que podía mover eran sus ojos y esto realmente le molestaba.
— "¿Por qué no podre moverme?" — De repente viene a su mente el recuerdo del joven de ojos ámbar— "Ryoma-kun, el parecía cansado, me pregunto que le habrá pasado, pero…"— Escucha la puerta abrirse, dirige la mira hacia allá y ve al peli verde entrar con un ramo de claveles rosados— "Son como el de…"
— Buenos días Ryuzaki, me alegra verte— Su voz era calmada, y Sakuno podía darse cuenta de que algo había cambiado en él, no solo por el hecho de su aspecto, sino también por su forma de comportarse y el que le allá dicho que le alegraba verla.
— "Ryoma-kun ¿Qué le habrá pasado?" — Ya le habían dicho que había estado en coma casi un mes, pero nadie le había dicho que había ocurrido con Ryoma durante ese tiempo.
— Bueno ejm— No sabía que decir, el silencio era incomodo, podría preguntarle qué tal se sentía, pero ella no podría responderle, entonces se le ocurrió algo-Ryuzaki, deberíamos acordar algo para poder comunicarnos-la chica lo mira curiosa— Ya se, para decir no, parpadea una vez y para decir si, dos veces ¿Bien? —Ella parpadeo dos veces, él dejo el ramo en el florero y se sentó a su lado.
— "Ryoma-kun de verdad está preocupado por mi" —
— Bien— "ahora ¿de qué le hablo?" la miro un momento— ¿Estás aburrida? — Ella parpadeo dos veces — Eso pensé, ¿Sabes? Últimamente Horio ya no molesta tanto con sus grandiosos dos años de experiencia en el tenis — Dijo sarcástico, si Sakuno hubiera podido habría reído, en cambio solo se dedico a mirarlo mientras él le contaba sobre las cosas que habían pasado el tiempo en que ella estuvo en coma, obviamente omitiendo ciertas cosas no muy agradables. Le conto que habían estado entrenando muy duro últimamente, bueno él tan solo hoy pero sabía que sus senpais habían estado trabajando muy duro, y por saltarse los entrenamientos durante un mes lo habían hecho correr hasta desfallecer, aunque claro eso ultimo no se lo conto a la chica.
—La verdad, todos siguen igual que siempre, las personas no cambian tanto en un mes, aunque a mi padre le ha dado por ser más molesto de lo usual — Ryoma y Sakuno deseaban que ese momento nunca acabara, habían estado "conversando" durante unas dos horas, aunque la verdad ambos hubieran preferido que la chica pudiera responder. En eso abren la puerta.
— El horario de visita ya termino— Dijo amablemente una enfermera que no aparentaba más de 25. Otra enfermera más…vieja, entro a paso apresurado y miro a Ryoma con cara de pocos amigos, el chico ignoro a la segunda enfermera y miro a Sakuno.
— Mañana vuelvo — Ella parpadeo dos veces, Ryoma sonrió disimuladamente sintiendo como sus mejillas ardían, se oculto con su gorra y pensó un momento en lo que iba a decir— "No, no creo que sea apropiado decirlo ahora"— Pensó— Nos vemos…Sakuno— Se despidió y salió, la mencionada lo quedo mirando y sus labios se movieron, de forma imperceptible, tratando de sonreír lo que le fue imposible.
—"Hasta mañana Ryoma-kun"—Pensó Sakuno — "como desearía poder decírselo"— Miro los claveles que Ryoma le había traído, no podía dejar de pensar en el sueño que había tenido, del cual cierto chico había sido participe— Me pregunto si…no, debe haber sido un coincidencia. El solo pensarlo es ridículo"
Miro hacia el techo, las enfermeras ya se habían ido, estar así era realmente aburrido, no podía moverse, no sentía ninguna parte de su cuerpo, era como si estuviera atrapada en su propio cuerpo, como si todavía no lograse despertar, como si todo esto fuera tan solo un sueño.
En un momento se le vinieron a la mente unas imágenes, ella estaba con Ryoma entrenando, entonces fue por aquella pelota de tenis, tan pequeña, pero que había causado una conmoción tan grande; ella se sentía mal porque se le hubiese escapado de nuevo, miro a Ryoma un momento, él parecía molesto.
— "Debo ser una gran molestia para el"— Pensó en aquel momento, miro de nuevo su objetivo, estaba en medio de la calle— ¿Por qué tenias que escaparte? Ryoma-kun debe estar muy molesto — Suspiró, esto era estúpido, culpar a una pelota de tenis, a un objeto inanimado. Realmente estaba frustrada, ¿Por qué tenía que ser tan mala en esto? A ella realmente le encantaba el tenis, y estaba segura de que con entrenamiento lograría mejorar, aunque a veces esa idea pareciera imposible. Suspiró, era mejor solo ir por su queridísima amiga verde y volver a practicar. Cuando estaba a punto de agarrar la pelota escucho el ruido de unos frenos, y después la voz de Ryoma y al voltear lo último que vio fueron unas luces, sintió un fuerte dolor en todo el cuerpo y cayó en cuenta de que había volado por los aires y aterrizado en el pavimento, le costaba respirar y el metálico sabor a sangre se esparcía por toda su boca. Tenía los ojos cerrados pero todavía escuchaba las voces de quienes estaban alrededor, pronto perdería la conciencia, escucho como Ryoma la llamaba para hacerla reaccionar, pero se sentía demasiado pesada como si tuviera mucho sueño, finalmente perdió la conciencia.
Ahora no quería dormir, tenía miedo de que si se quedaba dormida no podría volver a despertar, se estaba ahogando, no lograba respirar, está asustada; se sentía cansada pero cada vez que cerraba los ojos, esas horribles escenas la obligaban a abrirlos de nuevo.
— "Ryoma-kun"— Pensó inconscientemente— "Tengo miedo, Ryoma-kun"
— ¿Estás asustada?
— Sí, pero si tú estás a mi lado, me siento mucho mejor.
— Entonces, ya no estés asustada, porque desde ahora, no me separare de tu lado.
Movió un poco los labios pero no logro emitir ningún sonido, finalmente suave e imperceptible ella logro articular una palabra o más bien un nombre.
— R- Ryo…ma-kun
Ryoma caminaba por la calle donde estaba ubicada su casa, ya era de noche y podía escuchar unos cuantos grillos, miro hacia el cielo donde una luna llena y un montón de estrellas lograban verse a pesar de la luz artificial de los faroles. Volvió su vista hacia adelante, no había casi nadie alrededor solo una pareja de ancianos caminando tomados de la mano y mirándose cariñosamente. Ryoma meneo la cabeza al darse cuenta de que se había quedo mirando a la pareja mientras caminaban en la dirección opuesta a él.
— Realmente me estoy comportando muy extraño — Llego a su casa, se quedo parado frente a la puerta, respiro hondo, no sabía porque pero se sentía bastante agotado tanto física como psicológicamente, finalmente entró.
— ¿Dónde estarán todos? — Dijo al darse cuenta de que todo estaba oscuro y silencioso, camino hacia las escaleras y antes de subir se dio cuenta de una nota en la pared, la tomo y la leyó.
"Ryoma, Nanako se encuentra con unas amigas y no volverá hasta mañana, yo fui a comprar y tu padre ni idea de donde se metió. Vuelvo pronto, te quiero hijo"
Ryoma suspiro, subió las escaleras y se dirigió a su habitación, abrió la puerta y entro lentamente, miro alrededor como si esperara algo, después avanzo hacia su cama dejo su mochila y bajo hasta la cocina.
— Veamos que hay aquí — Saco un poco de queso, jamón y mantequilla, se preparo un sándwich, agarro una ponta y subió a su habitación, Karupin lo intercepto en el camino y casi lo hace tropezar, se comió su sándwich se bebió su ponta y se recostó en su cama, sintió como todos sus músculos se relajaban, no sabía porque estaba tan agotado, si bien el hospital era lejos no estaba tan lejos, se sentó en la cama en cuanto sintió que se empezaba a quedar dormido se coloco el pijama y se volvió a recostar, no tardo mucho para que Karupin se acostara a su lado, escucho como alguien habría su puerta pero no quiso abrir los ojos, ya estaba a punto de quedarse dormido, volvieron a cerrar la puerta y eso fue lo último que supo antes de irse al mundo de los sueños.
Estaba con los ojos cerrados, podía escuchar a unas aves cantando y podía sentir un dulce aroma, abrió lentamente los ojos y entonces la luz del sol lo segó, en cuanto recupero la vista pudo ver que se encontraba acostado en medio de un campo de margaritas con arbustos de azaleas japonesas.
— Es hermoso ¿No Ryoma-kun? — La chica de ojos carmesí lo miraba dulcemente mientas sostenía un ramo de margaritas.
— Así, es— Se sienta y mira a Sakuno, ella estaba arreglando el ramo con cuidado, después tomo unas azaleas y las coloco con delicadeza en el ramo — ¿Y ese ramo? — Ella lo miro nerviosa y le extendió el ramo.
— Es para ti — Ryoma lo tomo y admiro un momento el ramo, preguntándose por que se lo habría dado — Es que, bueno, hoy me llevaste un ramo de claveles y bueno, eran hermosos, los adore. Pero en el idioma de las flores, los claveles significan decepción.
— No lo sabía — Eso era raro, él realmente no lo sabía y si ese era un sueño se supone que él tendría que saberlo para que la Sakuno de su sueño lo supiera.
— Ya veo, bueno, en realidad me encantan los claveles al igual que el resto de las flores. Por ejemplo — Señalo el ramo — Las margaritas significan fe y las azaleas paciencia, y pues, creo que ahora eso es lo que debemos tener ¿No?
Ryoma acaricio con delicadeza un pétalo de margarita "Fe y paciencia". Es verdad tenían que mantenerse esperanzados y esperar con paciencia a que Sakuno mejorara.
—Sí, tienes razón… Sakuno.
Continuara…
Bueno, realmente lamento no haber actualizado en tanto tiempo, pero es que no me decido como continuar, quiero decir, no se como continuar...realmente lo lamento -.-
Ryoma: Deberías tratar de escribir por lo menos algo ¬¬
Zachy: Sonaste como mi mamá, pero supongo que tienes razón... ¡Oye! ¿Donde están Eiji, Fuji y Momo?
Ryoma: Ni idea, pero-
Suena el celular de Zachy, lo abre y ve que tiene un mensaje.
Zachy: Oh, esto es malo.
Ryoma: ¿Qué? — se acerca a leer.
"Zachy-chan, lo sentimos salimos a buscar la cocina, pero no se como terminamos en las vegas y no podemos volver TToTT (Los taxis son muy caros ¬3¬) ¿pueden O'chibi y tú venir por nosotros :3?"
-Eiji
Ryoma: Mada mada dane
Zachy: Estoy de acuerdo contigo Ryoma...bueno¡Matta ne! Cuídense ¿Ok? y por favor tengan paciencia n-nU...Por favor dejen reviews, también anónimos.