Capítulo 5

Verdades

Y no, ya para que pedir perdón, no es correcto
No puedo compartir lo que no se me dio

Sakura

Estaba ya preparada para salir de ahí lo más rápido que podía, cuando una voz me sobresalto.

-¿Qué pasa aquí?

Meiling y yo nos miramos y de ahí volteamos a ver al susodicho, frente a nosotros estaba el causante de nuestros problemas. Él se veía tan sereno y distante como siempre, mirándonos de hito en hito, sino lo conociera mejor diría que estaba pensando que éramos un par de mujeres locas que les gustaba hacer escándalo. Por Dios, Sakura deja de pensar en el enemigo, reflexioné.

Ninguna de las dos nos movíamos o decíamos algo, entonces sucedió lo impensable, el imbécil ese se puso frente a mi ex amiga, bloqueándome.

-Idiota, acaso crees que le haré algo a ella-susurré. Él no volteo pero supe que me había oído.

Y entonces reaccioné de manera inaudita, salí corriendo como alma que lleva el diablo.

Syaoran

Distinguí a lo lejos como una chica de cabello negro le pegaba a una joven de cabello castaño, me percaté de que era Meiling quién adoptaba una postura ofensiva para atacar a su rival, no quería involucrarme en la pelea de esa loca, pero algo me decía que la chica que estaba tirada necesitaba mi ayuda.

Caminé lo más rápido que pude, pues ellas se encontraban cerca de la entrada del campus y yo estaba en el segundo piso de la rectoría, a uno quince metros de ahí. Sentí miedo de que la desquiciada de Dao pudiera lastimar...un momento, ¿miedo de qué? Si esa estudiante, porque suponía que estudiaba en esa universidad, no tenía nada que ver con él. Además no era ningún caballero andante, pero bueno sentía cierta pena por ella, ya que la chiflada de Dao era muy buena en artes marciales.

Conformé me fui acercando, me di cuenta que con quien peleaba Meiling, no era otra sino Sakura. Eso me impacto ¿Qué estaría haciendo ella en la universidad? ¿Acaso volvería asistir a clases? Tenía más de tres semanas que no sabía del paradero de mi mejor amiga. Y si volvía a la escuela, ¿ahora cómo sería su relación? ¿Podrían volver a las viejas charlas que extrañaba? o...detente, él sabía que nada sería igual y a la que consideró una vez su única amiga, ya no era más que un recuerdo. Porque Sakura seguramente lo odiaba y con justa razón.

Llegué hasta donde se encontraban, observé a la castaña y me di cuenta que estaba a punto de escapar mientras que Dao seguía con su mirada retadora. Es ahí cuando exploté.

-¿Qué pasa aquí?

Las dos intercambiaron miradas y después se dignaron a mirarme, yo las miré y pensé que eran un par de chiquillas haciendo su berrinche. Ninguno de nosotros se movió por unos segundos, pero después me percate que Meiling iba atacar a Sakura, así que me interpuse entre las dos, mirando fijamente a la chica.

Fue ahí cuando oí susurrar a mi ex amiga y ver que salía corriendo como si algo la persiguiera. Me quedé quieto viendo cómo se alejaba hasta que Dao me hizo reaccionar abalanzándose sobre mí y gritando en mi oído que me amaba y otras ridiculeces. Yo la separé de mi cuerpo y le dirigí una mirada de enfado. Ella ni se inmuto. Entonces hablé serenamente:

- Meiling quiero que dejes de hostigarme, ya te lo advertí aquella vez, tu y yo tuvimos algo fortuito, pero se acabó..

- Pero Syaoran, yo te amo. Te acuerdas cuando fuimos novios allá en Hong Kong y tú me dijiste que me querías.

- Eso quedo en el pasado, ya no soy el adolescente que conociste, ahora soy un hombre que no está interesado en tales sentimientos.-Quería que ella reaccionará, que me viera como era realmente y no como aquel jovenzuelo que se enamoró y que tan sólo fue una fachada. Sin embargo ella seguía mirándome como si me idolatrará.- Eres una idiota Meiling.

Eso pareció hacerla rabiar.

- Y tú eres muy estúpido, Syaoran. Puesto que por tu orgullo y tu odio hacia algo que desconoces has dejado ir la felicidad y el amor que te prodigaba ella.- señaló por donde se había ido Sakura hace unos minutos.

Sus palabras calaron muy hondo en mí, por lo que me hizo reaccionar inconscientemente corriendo desesperado por donde había desaparecido la chica de ojos verdes, mientras atrás mi ex novia me gritaba improperios.

Necesitaba ver a Sakura, hablar con ella, aunque fuera unos minutos, sólo deseaba escucharla oír mi nombre o pronunciar alguna otra tontería, no me importaba que probablemente me recibiera con enfado, sólo quería estar junto a ella, porque la extrañaba.

Salí del campus y de ahí doble a la derecha, no sabía exactamente porque había escogido esa dirección, pero mi intuición me decía que ella estaba cerca y así era. Se encontraba a una cuadra de distancia, por lo que corrí con más fuerza, deteniéndome frente a ella, quien caminaba distraídamente y no reaccionó hasta que le puse una mano en su hombro. Sakura brincó y pegó un grito.

Le tapé la boca con mi mano y le dije:

-Sakura, soy yo.

Ella me miró como si me hubieran salido cuernos y de ahí se tornó violenta mordiéndome la mano. Solté una exclamación y ella aprovechó para escapar, pero la seguí agarrándola por atrás y le dije al oído:

- Necesitamos hablar.

Sakura

Me paralicé cuando alguien me agarró el hombro, pensé que era un ladrón, pero al oír esa voz profunda supe que estaba perdida. Él me había seguido, estaba allí parado enfrente de mí. Entonces reaccioné instintivamente y lo mordí para que me soltara, tenía que escapar.

Logré dar unos pasos hasta que me atrapó y me dijo al oído:

-Necesitamos hablar.

¿De qué? Le iba a preguntar, pero preferí guardar silencio. Él era el que quería hablar no yo, de hecho preferiría ni si quiera estar compartiendo el mismo espacio, me resultaba muy doloroso estar a su lado porque me hacía añorar algo ya perdido.

-Te voy a soltar, pero no quiero que corras Sakura-mi nombre sonó como una advertencia, sabía que si lo intentaba, él me iba a retener de la manera que fuera con tal de lograr su propósito.

Me soltó y yo me volteé, para así poder confrontarlo. Al enemigo nunca hay que darle la espalda, me dijo una vez Touya y tal vez tenía mucha razón, estando frente a frente sentía más seguridad de encararlo y probablemente decirle unas cuantas verdades.

Él me miró y sonrió, algo dentro de mí se tambaleo al ver su sonrisa, era ese efecto que siempre me provocaba desde que lo conocí y que a la vez me fastidiaba porque eso significaba que a pesar de todo, el amor era más fuerte que la decepción y el dolor de su traición.

No emití ningún sonido, él tampoco. Ambos solo nos miramos por unos eternos segundos hasta que suspiré y los dos reaccionamos. Di involuntariamente unos pasos hacia atrás, necesitaba estar lejos.

Syaoran trató de alcanzar mi mano, pero yo negué con la cabeza, entonces él pasó una mano por su pelo, estaba nervioso.

-Sakura, quiero pedirte de favor que no vuelvas a la universidad. Sé que te faltan algunas materias que puedes tomar en plataforma.- quedé estupefacta al oírle decir eso, él pareció dudar al ver mi reacción, pero aun así prosiguió-No quiero verte involucrada con Meiling de nuevo, así que si quieres puedo hablar con el rector para que te facilite el trámite, ya sabes que el señor Itachi es un buen amigo de mi tío...

De ahí ya no quise seguir escuchando su monologo, quién se creía ese sujeto, no le bastaba con arruinarme, sino que ahora quería controlar todos los aspectos de mi vida. Pues estaba muy equivocado si pensaba que se lo iba a permitir. Ahora Syaoran sólo era un extraño, alguien que debía olvidar.

-Espera Chen-le dije lo más calmada que pude, él se calló y me miró-tú no eres absolutamente nadie para si quiera opinar sobre lo que debo o no debo hacer, ni tan si quiera para pedirme un favor.

-Pero Sakura...

-Calla, por favor. Tú voz me molesta, además tienes el ego muy grande para estar dándome tu cátedra y estar parado frente a mí, que ya se te olvido lo que me hiciste.- respiré profundamente, no iba a llorar delante de él-De cómo te burlaste de mis sentimientos y de cómo te habrás reído con Meiling al jugar con la patética Sakura.

Creí ver una mueca de dolor en su rostro, pero debió haber sido mi imaginación porque al volver a verlo seguía con su cara impasible. Eso sí apretaba las manos con mucha fuerza, eso significaba que estaba furioso. Me desconcerté conmigo misma, ¿era posible que a pesar del daño pudiera seguir reconociendo sus gestos? Si, tenía que admitirlo lo seguía queriendo a pesar de todo, de hecho lo único que me mantenía alejada de él era mi dignidad y mi orgullo. La confianza había desaparecido, pero el amor prevalecía intacto, sin fisuras, allí a la espera de poder mostrarse en su esplendor.

Tonterías, Sakura. Deja de pensar en ese tipo. Me dije a mi misma mientras movía la cabeza

-Sakura, yo sólo trato de protegerte...que no te das cuenta lo que yo...

-Para, por favor- di unos pasos involuntarios hacia atrás-Deja de decirme mentiras, porque tú y yo ya no tenemos nada que nos una, nuestra amistad fue destruida por tus planes de venganza, ya no eres nadie en mi vida Chen Syaoran o debería referirme a ti mejor como joven Li, te queda mejor ¿no?

Él quedo impactado al escuchar su verdadero apellido, lo más seguro es que se preguntará cómo lo había averiguado, pues realmente fue en la última noche que pase a su lado, cuando aún vivía en su departamento, aquel lugar que yo creía que era de los dos. Que equivocada estaba, así los recuerdos regresaron a mi mente como si hubiera sido ayer y no hace tres semanas...

Desde hace dos meses vivía con Syaoran, debido a que no había podido localizar a mis padres y varias de las tarjetas de crédito no tenían fondo, así que estaba preocupada por el alquiler, además de la nula comunicación con mi familia, ni siquiera mis hermanas me habían contactado y eso era alarmante.

Mi buen amigo me ofreció hospedaje y algo de dinero, hasta que lograra encontrar un trabajo o estar en contacto con mis padres. Él era de quien yo estaba enamorada, y el hecho de vivir aquí juntos me ponía ansiosa y feliz.

Syaoran era todo lo que siempre soñé, aunque también interponía entre nosotros una línea que no podía traspasar, ya que un día me lo dijo claramente que para él yo sólo significaba ser su mejor amiga y la única que había tenido hasta ahora.

Y aquí estaba yo contemplando su fotografía que escondía en un libro que él me regalo y que todavía seguía leyendo, suspirando y más concentrada en sus rasgos que en la lectura. Pasaban ya de las doce de la noche y eso me tenía preocupada porque mi amigo aun no regresaba, no había podido evitar esperarlo aunque Syaoran me había dicho que iba a llegar tarde pues debía ver un asunto de urgencia con su tío.

¿Quién pensaría hace algunos años que la asustadiza Sakura estaría despierta en la penumbra esperando a alguien pasado de la media noche? De aseguro sus padres y hermanas se reirían de ella si la vieran acostada en el sofá, con una sábana que le cubre el cuerpo, un libro y una linterna como escudo, a la espera de que llegue su amado a rescatarla porque se ha ido la luz y ella tiene miedo.

-Qué gran dilema, Syaoran- murmure para mí misma y me cubrí más con la sábana mientras escucha el cerrojo de la puerta-¡Es Syaoran!-grite y me abalance cubierta de pies a cabeza para recibirlo.

Mi amigo se tambalea y cae en el umbral, después vuelve levantarse y llega hasta donde estoy. Lo agarro de un brazo y me doy cuenta de que huele a alcohol. ¡Syaoran está borracho! Eso es casi impensable pues el tiempo que llevo a su lado jamás lo ha visto en ese estado. Pero ahora ante mis ojos, mi mejor amigo balbucea e intenta levantarse sin resultado, ya que cae de nuevo estrepitosamente en el sofá.

Lo abrazó y él intenta soltarse sin éxito, esta agitado y muy nervioso, intentó calmarlo susurrándole palabras cariñosas, pero eso logra el efecto contrario y Syaoran se torna más violento hasta que logra zafarse y alejarse.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan agitado?

Él no contesta y tampoco me mira, sólo camina lentamente hasta el otro extremo de la habitación. Lo miró fijamente y le vuelvo a preguntar, pensando tal vez que en su estado él no ha logrado escucharme.

Syaoran se tapa los oídos y me hace un gesto para que me calle.

Me siento confundida con su actitud, este hombre que estoy viendo no puede ser mi mejor amigo, él jamás sería tan brusco ni se alejaría de mí de esta manera.

-¿Quién eres?

Él no contesta ni voltea. Vuelvo a preguntar, es entonces cuando Syaoran se gira y lo que veo en su cara me deja pasmada.

Definitivamente ese no es mi amigo.

Podrán tener los mismos rasgos, pero la frialdad y la dureza que muestran sus ojos no concuerdan con la afabilidad y gentileza de mi amigo.

-¿Quién eres?-vuelvo a preguntar.

-¿Por qué te ves tan sorprendida querida? Soy yo Syaoran, pero no el gentil sino el verdadero. No un Chen sino un Li.

-¿A...que te...refieres...con eso? Tartamudeó

-Me refiero a que el verdadero yo no es tan gentil y benevolente como te ha hecho creer, sino que también tiene su parte oscura- él camina con un paso lento pero más firme hacia mí-y sabes entre esos pensamientos pecaminosos hay muchos que tienen que ver contigo.

-¿Qué quieres decir con eso?

- A poco no puedes formular preguntas más inteligentes, pero claro dado tu capacidad de percepción e ingenuidad...

Y es ahí cuando calla y yo abro desmesuradamente los ojos, acaso estoy teniendo un mal sueño y si es así, entonces que alguien me pellizque y me despierte inmediatamente. Mi amigo me ha llamado tonta y estúpida. Este último pensamiento lo digo en voz alta.

Es ahí cuando veo un cambio drástico en la cara de Syaoran, al parecer él está recobrando la compostura, pues me mira con tristeza.

¿Tristeza? ¿Por qué mi amigo tendría que verme así? No debería sentir mejor vergüenza o arrepentimiento.

-¿Qué te pasa Syaoran?- Tengo miedo de su respuesta y sobre todo de los múltiples secretos que tiene, y que a pesar de la confianza que existe entre nosotros, sé por el momento que él no me dirá nada, porque en el fondo sospecho que es algo que me va a herir. Sin embargo le pregunto llorando:

¿Cómo puedo ayudarte?

-Sabes eres muy ingenua. Algún día alguien te destrozará el corazón por ser tan confiada.- ya no habló con el Syaoran oscuro sino con mi mejor amigo, lo veo en sus pupilas y en su sonrisa torcida, pero aun así sus palabras calaron hondo ya que aunque no eran ofensivas, eso no cambiaba el hecho de que me consideraba una tonta.

-¿Por qué me has dicho todo eso?-él me mira y yo puedo ver muchas emociones en sus ojos que pasan desde el miedo hasta la tristeza.

- Sakura discúlpame, estoy algo borracho, traigo un dolor de cabeza muy fuerte. Sabes mi tío me hizo...

- Son sólo excusas, dime ¿Por qué te llamaste a ti mismo Li en vez de Chen?-él me mira con furia y camina más decidido hacia mí, pero no importa, necesitaba respuestas y de una vez traspasar esa línea imaginaria que había creado- Además ahorita que ya recobraste la cordura me podrías decir...

-¡Calla! Ya no sigas preguntando o si no me obligarás a actuar.

No hice caso a su advertencia.

-¿Qué significa que tengas pensamientos pecaminosos conmigo? ¿a qué te...

No lo vi venir, había estado a medio metro de mí y de pronto lo tenía encima, ahí en el sofá sujetándome las manos y mirándome con furia.

Pero aun así no me amedrente y proseguí:

¿Por qué? Fue lo único que escapo de mis labios cuando me beso. Fue un beso voraz, apasionado, demasiado prometedor y más cuando me empezó acariciar por encima del pijama, primero mis senos, después las costillas hasta llegar a la cintura y comenzar a subir la blusa. Su boca se trasladó a mi cuello, a mordisquearlo y lamerlo, mientras una de sus manos jalaba desesperadamente mi pantalón.

Yo estaba en un frenesí, sentía un ardor recorrer mi piel por donde el besaba y lamía cada vez que iba liberando mi cuerpo de la ropa, al mismo tiempo podía escuchar mi corazón acelerado y los sonidos que emitíamos los dos. Mis manos se trasladaron a su camisa, quería sentir su piel contra la mía, besar cada recoveco de su cuerpo y tal vez llegar a su alma. Entonces él me miró cuando se dio cuenta que intentaba liberarlo de su ropa, y de una manera u otra en silencio me preguntaba si desea seguir con esto y yo en respuesta lo besé en unos de sus pectorales. Por esa noche no deseaba pensar, sólo quería amarlo.

Él logro quitarme el resto del pijama, mientras prácticamente yo le arrancaba la camisa y lograba bajarle un poco el pantalón hasta que Syaoran me besó con arrebato y para posar una de sus manos en mis pechos mientras la otra bajaba lentamente por mi cintura hasta llegar a mi entrepierna y empezaba de forma pausada a tocar mi zona intima. Gemí cuando uno de sus dedos toco mi clítoris. Sus dedos empezaron una exploración lenta dentro de mi vagina, primero uno y luego otro se fue introduciendo hasta llegar hacer un poco molesto, tanto que se sentía incómodo. Esa era mi primera vez.

-Tranquila Syaoran, esto sólo dolerá un momento.- susurro junto a mi oído. Inició nuevamente acariciarme y a meter y sacar los dedos muy lentamente hasta alcanzar un ritmo acelerado. Respiraba agitadamente cuando una vorágine de sensaciones me atrapó, mi cuerpo empezó a convulsionar de placer, pero entonces se detuvo. Yo lo miré.-Aun falta más, mi amor.

Entonces se sacó el pantalón y quitó mi calzón, volvió a estimularme con sus dedos hasta casi alcanzar el clímax cuando me penetró, fue una sensación extraña, casi invasora pero más placentera. Sus embestidas eran lentas al principio hasta que dio con la barrera que de un sólo empujón logró atravesar, pegué un grito que silencio con un beso y unas caricias en mis pezones que me estimularon de nuevo. Por lo tanto siguió embistiendo de una forma más rápida que nos llevó a la cima.

-¡Te amo Syaoran!- grité en su oído mientras ambos llegaban al culminación.

Él me soltó y yo suspiré de satisfacción. Entonces cayó a un lado de mí, estábamos exhaustos y yo me sentía extraña, tan fuera de mí, como si viera un Sakura distinta, más sensual y a la vez amada.

Sus brazos alrededor mío se sintieron naturales, ese era el lugar donde yo pertenecía, sin embargo es ahí donde surgieron las dudas que terminaron con el acto más hermoso.

Fue ahí que empecé a dudar del que creí era mi mejor amigo y para cuando descubrí la verdad, ya era muy tarde, había causado daño a todos los que me importaba.

-¿Cómo y cuándo te enteraste?- Me pregunto después de varios minutos de silencio.

- Era un secreto a voces, la mayoría de las personas cercanas a ti lo sabían, claro a excepción de la estúpida de la que era tu amiga.- Aun dentro de mí no me arrepentía el haberlo conocido, a pesar de que él podría ser el causante de la destrucción de mi familia. Proseguí- Me enteré hace tres semanas cuando vivía en tu departamento, cuando me besaste por primera vez y me hiciste...

Syaoran me miro atónito.

-Entonces ¿Por qué seguiste confiando en mí si lo sabías?

-Porque a pesar de las advertencias de Chiharu, Naoko, Rika y de la misma Meiling, yo seguía creyendo en ti. Tú significabas tanto en mi vida, te considera especial y único. Veía en ti sólo lo benevolente y amable que eras y no ese lado oscuro del que tanto hablaban y del que tú mismo me advertiste.

-¿Por qué? Volvió a preguntar.

¿Qué quería que le dijera?

-¿Acaso no te bastan mis respuestas?

-No. Sabes lo que quiero escuchar- me dijo arrogantemente.

¿Quién se creía ese individuo? No le bastaba con hacerme sentir miserable, aparte de quitarme el tiempo. Tenía que venir a sonreír de esa manera que me aceleraba el corazón y también me exigía respuestas que ya deberían de estar muriendo dentro de mí.

-Porque te amaba.-le dije sin rodeos. Él me miró con tristeza.

¿Tristeza? Acaso no había otro sentimiento como vergüenza, pena o arrepentimiento. La tristeza me sonaba a Pobre de ella, aún me quiere. ¡Dios! Que alguien me dé un golpe en la cabeza y me explique que sigo haciendo aquí parada como un idiota frente a una persona que me causa tanto daño.

Fue ahí que me decidí mientras él seguía distraído. Corrí con todas mis fuerzas hacia el parque Pingüino.

Syaoran

Vi que se alejaba otra vez de mí, sin poder detenerla. Esta vez no iría detrás de ella, ya le había causado mucho daño. Hace unos días se dio a conocer la noticia acerca de la familia Li y su vínculo con el lavado de dinero y las malas inversiones. Con eso Sakura pronto estaría arrastrada a la marginación y a la burla pública. Cada miembro de su familia sería expuesto y ridiculizado, además de que las empresas decaerían más y con ello se irían a la ruina. Es ahí donde actuaría y regresaría a mi todo lo que un día me fue negado. Era un excelente plan, pero que contraía consecuencias tan nefastas para mi persona, tenía que admitirlo me había enamorado de Sakura irremediablemente.

Tonto. La única posibilidad de ser feliz se me había escurrido entre los dedos. Ya no habría alegría y amor en sus ojos verdes, sino dolor y desilusión que yo mismo había causado.-murmure para mí mismo mientras me revolvía el cabello.

Entonces giré y empecé a caminar en sentido contrario por el que se había ido. Sabía que ella ya era inalcanzable.

Hola he regresado con un nuevo capítulo, espero que se haya aclarado un poco más la historia. Dedico este capítulo a aquella persona que leen esta historia, gracias por leer y seguir con esté drama entre Sakura y Syaoran.

Espero sus comentarios, tanto buenos como malos son bienvenidos.