Disclaimer: Personajes pertenecientes a JK, las modificaciones a su historia original son producto de nuestras locas imaginaciones que no quedan conforme con ciertos detalles y aman moldear a los personajes a su anotojo.

Prólogo

¿En qué minuto había llegado hasta aquí? Era algo que no lograba entender aun.

Siempre se consideró como una más de las demás muchachas de la escuela a la que acudía de pequeña, cabello y ojos castaños, estatura promedio, sin nada más interesante en ella que las pecas que adornaban su rostro, y las calificaciones que obtenía en sus clases. Quizá también su cabello podía definirse como "interesante"; interesante para su madre, quien nunca supo mantenerlo bajo control mientras la peinaba; interesante para su padre, quien adoraba acariciarlo para que se durmiera tranquila en una noche de tormenta; interesante para las aves, que la veían como un cómodo refugio para poner sus huevos…

Ok, estaba exagerando, lo verdaderamente interesante en su cabello era lo que provocaba en el resto de sus compañeros de clases. Habían chicas que lo adoraban por su largo, otras, por la sedosidad de este. Adoraban la trenza suelta con la que se tomaba el cabello cuando había mucho viento. Los chicos, en cambio, amaban jugar con ella, para luego reírse de lo despeinada que quedaba. Créanlo o no, su pelo se podía poner peor aun. Y ella no podía estar mas despreocupada respecto a esto, si incluso se reía de si misma. Esa era una de las cosas que amaba de si misma, que había sido capaz de dejar de lado su vanidad y poder disfrutar con el resto de sus compañeros de una jornada divertida de clases. Claro, que le pesó un poco cuando los chicos comenzaron a comentarle que les gustaba la niña que se sentaba delante de ella, o la fulanita de tal, o la rubia del otro salón. Pero ella, no les causaba nada mas que gracia y diversión. Le dolió un poco, hasta que recibió su carta para ir a Hogwarts. ¡Era una bruja! No tendría que preocuparse por esas banalidades mas nunca, porque la magia era la solución a todos los problemas. Claro que ella nunca pensó de esa manera, siempre ceñida a las reglas, haría lo que estuviera en sus manos para ser la mejor en su nueva faceta, ser mágica, pero sin abusar de ello.

Le costó dejar a sus amigos, incluso a la niña que se sentaba delante de ella, y a la fulanita de tal, y a la rubia del otro salón. Juntas tuvieron buenos momentos, eran amigas de toda una infancia, pero sabía que vendría algo mejor. Su primer día de Hogwarts fue algo grandioso, mejor a todo lo que había leído en los libros que insistió compraran sus padres. Se pasó todo el verano leyéndolos, "Historia de Hogwarts" lo leyó incluso 3 veces, le había encantado.

No tuvo despedida, ella lo quiso así. No quería que la nostalgia la embargara en su nueva aventura. Quería ir libre de sentimientos.

Una vez llegada al castillo, se maravilló con cada ladrillo con que este estaba construido. Las torres, las salas comunes, las habitaciones, las aulas de clases, los baños, los profesores, el director, sus compañeros. Todo era grandioso.

Extrañaba a sus amigos, pero sabía que el sentimiento no perduraría si buscaba la amistad en otras personas. Y lo consiguió. Ronald Weasley, un pecoso pelirrojo que, si bien en un principio le era hostil, con el tiempo fueron forjando una gran amistad; Harry Potter, su otro pilar, con unos increíbles ojos verdes que eran capaz de mirar a través de su alma (o eso creía la chica), tenía una perspicacia como ninguno que hubiese conocido. También estaban las chicas, Ginny Weasley, otra pelirroja, hermana de Ron, a pesar de ser un grado menor que ella, habían sabido encajar a la perfección y compartir en las grandes reuniones familiares Weasley (no por nada eran 7 hijos), y Luna Lovegood, quien aunque al principio no le era de fiar y mas bien le parecía que estaba loca, le demostró que hay todo un mundo en las pequeñas cosas. En general tenia varios amigos más, pero esos eran con los que podía contar siempre.

Si bien se había hecho un lugar en su nuevo mundo, no podía evitar extrañar a sus antiguos amigos escolares. Los brujos con los que compartía no se reían a costa de su cabello, y ella no disfrutaba junto a ellos las antañas bromas luego de que corría detrás de un balón, o saltaba la cuerda. Por mas que se despreocupaba por su cabello, los chicos parecían no notarlo, o eran muy corteses para decirlo. Ginny, en cambio, le ofrecía los productos mágicos que su madre, la señora Weasley, le preparaba, pero ella los rechazaba diciendo que era solo cabello, que habían cosas mas importantes de las que preocuparse.

Los únicos que parecían divertirse con bromas acerca de su aspecto eran los Slytherins, comandados por Draco Malfoy, un rubio petulante y desabrido que sólo parecía encontrar diversión a base de insultos. Ella no se divertía con el, ya que caía en ofensas que mas que dar alegría, dañaban con su mordacidad. Pero ni siquiera ahí se preocupaba de domar su cabellera. Jamás lo haría para darle el gusto a un idiota.

Fue en sus vacaciones de verano, antes de entrar a sexto año en Hogwarts, que apenas llegada a casa de sus padres recibió una invitación. Se juntaban todos los ex compañeros a compartir una velada. Decidió asistir, aunque se sentía rara, ya que ellos llevaban 5 años viéndose seguido. Ese sentimiento duró solo el camino a la residencia, ya que apenas llegó, una gran cantidad de pares de brazos se lanzó a saludarla, a los diez minutos de enteró que muchos se habían cambiado de escuela el año posterior al que ella se marchó, y que incluso un par se metió a un internado a las afueras de la ciudad, por lo que la reunión era verdaderamente un reencuentro. Incluso a la media hora cayeron las primeras bombas sobre su peinado, y ella no pudo estar mas feliz. Las chicas con las que tenia una mas profunda amistad, Casey, Megan y Claire (las recordaran como la niña que se sentaba delante de ella, la fulanita de tal y la rubia del otro salón), luego de reprocharle esos 5 años de silencio y abandono, tan exageradas siempre, le exigieron que ese verano se los regalara a ellas. Hermione, por el cariño que les tenía, aceptó sus condiciones, y se vio arrastrada a este mundo superficial y lleno de competitividad e inseguridades que es…

-Cinco minutos chicas-el grito de la productora sacó a Hermione de sus pensamientos.

Vio como las chicas comenzaban a prepararse, se ponían de pie, dejaban los cambios a mano, despejaban los pasillos para que no hubiese ningún tipo de accidente. Se miró al espejo.

-Sugiero, cariño, que fijes ese rebelde mechón de cabello con magia-le susurro su jefe, Alex Caillaux, al pasar detrás de ella. Increíblemente, él era el único que sabía su condición de bruja, ya que él también llevaba sangre mágica en sus venas.

Hermione se encerró en el tocador, sacó su varita del bolso que llevaba y realizó un simple hechizo. Ni eso le quedaba ahora, el amor a la rebeldía de su cabello. Siempre tenía que lucir perfecta, siempre tenía que ser la mejor, siempre tenía cuidar su peso, siempre…

-¡Un minuto!-se escuchó por sobre los presentes. Se vio una última vez al espejo y salió.

Mirada al frente. Paso. Espalda recta. Paso. Brazos descansados. Paso. Mano en la cadera. Vuelta. Mirada al frente. Paso. Espalda recta. Paso. Brazos descansados. Paso. Paso. Paso.

No recuerda bien porque continuó con esto. Lo de las chicas fue sólo un curso de verano de modelaje. Les fue muy bien a todas, incluso a ella, quien consideraba un logro que por lo menos la dejasen postular. Fue la diversión que tuvo en sus vacaciones lo que la motivó a asaltar la espalda de Ron en el Centro de Londres, cuando paseaban los tres, con Harry, dos semanas antes del inicio de las clases.

La chica cogió a Ron de la camisa y lo volteó, de forma que su espalda le sirviera de mesón. Sacó lápiz y papel del bolso que traía y garateó "Hermione J. Granger, 16 años, Recomendaciones: Academia de Modelaje Beauté Saint, Contacto: 34 62135492". Harry la miró extrañado y Ron se quejó, pero ella solo les dijo que probaba suerte mientras depositaba el papel en el buzón adjunto a la salida de una academia de baile.

La suerte estuvo con ella, y no pudo ser más que feliz en ese momento. El trabajo era genial, tres fin de semanas al mes tenía que ir al centro de Londres Muggle a modelar. No interrumpía sus estudios, se dedicaría más horas a la semana a leer, y podía aprovechar los ratos muertos mientras la peinaban, claro que tendría que llevar copias de los libros y lanzarles un hechizo de camuflaje, para que nadie se enterara que leía. Dumbledore se mostró renuente a darle autorización para salir del castillo tan seguido, pero Hermione lo convenció al decirle que era una manera de hacer callar a los que creían que las modelos solo eran una cara bonita. Ella también estaba convencida de eso.

Sacarse el vestido en dos segundos. Ponerse el otro en veinte segundos. Cambiarse los zapatos en otros veinte segundos. Retocar el maquillaje en cinco segundos. Ponerse en fila. Esperar su turno nuevamente.

Al principio era todo color de rosas. Le divertía presentarse frente a todos, que evaluaran los diseños de su jefe dependiendo de cómo los luciera ella. Todo era perfecto… hasta que llegaron las hermanas Greengass, Daphne y Astoria. Ese fue el día que supo que Alex era mago, y Alex supo que ella era bruja. Se reconocieron al instante. Hermione fue cortés con ellas. Ellas… lo fueron a los ojos del resto de los presentes. Nunca supo cual era el motivo por el que las chicas la miraban con recelo, solo supo que sus lenguas podían ser mas letales que el veneno de una víbora.

Paso. Las chicas que tienen envidia son capaces de asesinar con palabras. Mirada al frente. Si haces caso a la mitad de lo que dicen de ti, no serás capaz de verte como lo hacías en tu infancia. Espalda recta. Si intentas gustarle a los demás y hacer que estos te quieran, dejaras de hacerlo tu misma. Brazos sueltos. Y al no quererte, eres capaz de atentar incluso con tu vida. Paso.


Hola!

He vuelto con mi nueva aventura. Estoy trabajando en mi primer long fic, el cual, como todas mis antiguas historias, nació de una idea suelta que se fue abriendo camino sola. Tengo varios capis avanzados, y un esquema de la historia en la que me guío para ir dando vida a los siguientes.

Me basaré en la Tabla Musical publicada en el foro "Retos Harry Potter y más", usando frases sueltas de algunas de sus canciones que iran camufladas en los siguientes capítulos.

Agradecer a Sabaana, quien es la única que sabe de que va la historia en su casi totalidad, y quien me ayuda beteando mi locura. Gracias linda!

Y el título de lo debemos a Bubbles of Colous, quien tiene una mente creativa que me ha salvado en más de una ocasión.

Ahora... ¿Qué les pareció? Por favor! Necesito saber que opinión tienen de esto! Asi que agradecería demasiado me dejen un review o pm con sus comentarios, críticas, sugerencias, dudas y demases.

Sin nada más que añadir (creo), los dejo.

Saludines Intergalácticos *-*