Hola a todos. Aquí les traigo este fic, el primero que escribí. Estos primeros capitulos serán bastante cortos, y a partir del capitulo 13 se harán considerablemente más largos. Espero que les guste.
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen a mí, sino a Masashi Kishimoto. Únicamente los utilizo para esta historia, sin ánimo de lucro.
Capitulo 1: La marcha de Naruto.
10 de octubre.
La luz del sol emergía por el horizonte dando el comienzo del nuevo día en la villa de la hoja. Un día que era motivo de festejos, alegrías y celebraciones para toda la villa excepto para una persona, para la cual significaba dolor y sufrimiento. 10 de octubre, el día en el que siete años atrás el Yondaime Hokage había derrotado al temible Kyubi no Youko y en consecuencia, había salvado la aldea. Sin embargo, para Naruto solo era el peor día del año, aunque curiosamente fuera el día de su cumpleaños. Aunque gracias al viejo Sandaime Hokage, que siempre se acordaba de él e iba a visitarlo y a darle algún presente, y al misterioso monedero en forma de sapo lleno de dinero que de forma inexplicable aparecía desde hacía un par de años, obtenía un poco de felicidad en éste, para él, nefasto día.
Cuando la luz del sol entró por su ventana, Naruto despertó. Se desperezó un poco y cuando miró su mesita de noche, vio un monedero con forma de sapo bastante abultado.
― ¿Gama-chan? –susurró Naruto mirando el monedero.
Se levantó y miró el calendario. Efectivamente. Era 10 de octubre. Su cumpleaños. Odiaba tanto ese día que se le había olvidado completamente. Fue al baño y se duchó a conciencia, tras lo cual se puso ropa limpia. Fue a la cocina para prepararse el desayuno, pero solo encontró dos sobres de ramen instantáneo. Se preparó un sobre mientras pensaba que hacer.
― Me pilló sin comida. Tendré que salir luego a Ichiraku y comprar algo de ramen, aunque hubiera preferido no tener que salir –dijo mientras suspiraba y empezaba a comer.
Tras el plato de ramen, alguien llamó a la puerta. El niño, imaginando quien era, fue corriendo hacia la puerta y la abrió sin dudarlo. El rostro que vio fuera le dio la razón a su suposición.
― Feliz cumpleaños Naruto –dijo el viejo Sandaime sonriendo sinceramente con un paquete en las manos.
El día pasó y la luna brillaba iluminando la oscuridad nocturna. En la tienda de ramen de Ichiraku, el viejo Teuchi y su hija Ayame estaban sentados hablando tranquilamente mientras esperaban que llegara algún cliente. De repente, una sombra entró furtivamente en el restaurante. Ayame se levantó a mirar y vio a Naruto, que acababa de entrar evitando que nadie lo viera.
― ¡Naruto-chan! Papá, es Naruto-chan –dijo Ayame llamando a su padre.
Naruto sonrió a la vez que Teuchi le saludaba. Realmente quería al viejo y a su hija. Eran las únicas personas, junto con el Sandaime, que lo trataban bien.
― ¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí? –preguntó el vendedor.
― Quería unos cuantos sobres de ramen –dijo el niño rubio–. Con quince tengo.
― Ok. Marchando –dijo Teuchi mientras iba a buscar los sobres.
― Y a propósito, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! –dijo coreado por Ayame.
― Mu-muchas gracias –dijo.
Y le dio un abrazo a Ayame mientras una lágrima de alegría caía por su mejilla.
― Aquí tienes los sobres –dijo mientras le pasaba una bolsa.
Naruto le dio un abrazo y cuando fue a pagarle el viejo negó con la cabeza.
― Tómalo como un regalo de cumpleaños –dijo Teuchi sonriendo–. Y ten cuidado en el camino de vuelta.
Naruto les dio las gracias a los dos otra vez y se fue muy contento a su casa. Por una vez su cumpleaños había sido bueno. Estaba tan contento que olvidó tener cuidado de que nadie lo viera, y al girar una calle, quedó de frente a un grupo de hombres que andaban con "un poco mas de alcohol de lo conveniente".
― Anda, miren quien está aquí, si es el demonio en persona –dijo uno de los hombres señalando a Naruto.
Naruto salió corriendo en la dirección opuesta a la de ellos. Los hombres no perdieron tiempo y salieron corriendo tras él. Los nervios hicieron desorientarse al rubio, que se metió por una calle que resultó ser un callejón sin salida. Cuando intentó volverse, aquellos hombres le habían cortado el paso.
― A por él –gritó un hombre.
― ¡MUERE DEMONIO! –gritó otro, tras lo cual todos se lanzaron a por él.
Puñetazos, patadas, empujones. El niño intentó defenderse de aquella brutalidad pero no pudo hacer nada más que poner los brazos delante de la cabeza. Tras varios minutos de agresividad, los hombres se detuvieron y contemplaron el resultado de su obra. Naruto no se movía. El brazo izquierdo del rubio se encontraba en una posición muy extraño, de lo que se suponía que estaba roto. De su boca salía un hilillo de sangre. El pecho del niño estaba un poco hundido, como si le hubieran roto alguna costilla y se hubiera clavado en uno de los pulmones. Esto último podía explicar la sangre que salía ahora de su nariz abundantemente. Aquellos hombres, lejos de arrepentirse empiezaron a gritar de júbilo.
― ¡Por fin nos libramos de ese demonio! –gritó uno.
― ¡Sí, ahora la villa está más segura! –le respondió otro.
― ¡AHORA SI ESTÁ TERMINADA LA LABOR DEL YONDAIME HOKAGE! –gritó otro, coreado por muchos.
Agua. Estaba echado sobre un charco o algo similar. Abrió los ojos y se vio en un lugar que no conocía. Una amplia sala con muchas tuberías, de algunas salían pequeños chorros de agua, que quizás explicaban el porqué el suelo estaba lleno de agua. Se levantó y vio que frente a él se extendía un pasillo que se bifurcaba más adelante en dos. Se dio la vuelta y lo que vio ahora le hizo caer al piso bastante asustado. Frente a él se hallaba una gigantesca jaula, y tras sus barrotes se veían dos enormes ojos rojos y una gran sonrisa siniestra llena de dientes.
― ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? –preguntó el niño muy asustado.
― Soy el Kyuubi y estamos en tu mente, mocoso –le respondió una voz gutural.
― ¿Kyuubi? ¿A ti no te había matado el cuarto Hokage?
― Ningún humano puede matarme. El cuarto lo único que hizo fue encerrarme dentro de ti, mocoso.
― Entonces es verdad, soy un monstruo –dijo llorando.
― Puede. Pero ahora lo más importante es que te están dando una paliza. Es hora de que te vengues por todo el sufrimiento que has vivido.
― P-pe-pero…yo solo soy un niño. ¿Qué podría hacer yo?
― No te preocupes, yo te daré mi poder. Y ahora muéstrales quien eres.
Los hombres, al creer su "trabajo" terminado empezaron a irse, pero un ruido a sus espaldas les hizo volverse. Lo que vieron los dejó de piedra. Naruto estaba de pie, aunque ligeramente agachado. Su cuerpo estaba rodeado de un aura de chakra roja que formaba la silueta de un zorro. Pero lo más tétrico era su rostro. Sus ojos rojos como la sangre relucían en la noche como dos rubíes. Los "bigotes" de sus mejillas eran mucho más anchos. Sonreía de una forma extremadamente macabra, propia de un psicópata, que enseñaba unos colmillos que le sobresalían ligeramente de la boca. Resumiendo, un rostro de odio puro que vino acompañado de estas palabras:
― ¡ACABARÉ CON VOSOTROS! –gruñó con el odio reflejado en su voz.
Naruto abrió los ojos lentamente. La luna se adivinaba tras unas nubes. Notó sus ropas un tanto mojadas y se miró la chaqueta, pero no esperaba encontrar lo que encontró. Su ropa era roja, roja de toda la sangre que había sobre él. Miró a su alrededor. La sangre provenía de los cuerpos literalmente despedazados de aquellos hombres. Se asustó. Se asustó mucho, hasta que una voz le hizo centrarse.
― Bien hecho mocoso.
― ¿Dónde estás Kyuubi? –preguntó Naruto con un hilo de voz.
― En tu mente estúpido –le respondió.
― ¿Y ahora qué haré? –preguntó mientras las lágrimas empezaban a asomar de sus ojos.
― Ahora nos iremos de esta villa. Seré tu maestro y te convertiré en un ninja.
― Hai, Kyuubi-sensei.
El rubio fue a su apartamento lo más rápido que pudo. Cogió un par de prendas y algo de beber y lo metió todo en una mochila. Antes de irse cogió el libro que el Sandaime le había regalado y también lo guardó.
― ¿Y a dónde vamos a ir, Kyuubi-sensei? –le preguntó al zorro al salir de su casa.
― Al País del Remolino.
Poco después, una sombra salió de Konoha, tal vez para no volver.
― "Conceptos básicos del ninja". Arigatou, ojii-san.
Y aquí acaba el primer capitulo. El próximo lo subiré la semana que viene. Eso sí, si veo que tiene muchos reviews, lo subiré antes. Un saludo.
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