Disclaimer: los personajes y las situaciones conocidos no me pertenecen, ni obtengo lucro alguno de ellos, es más pierdo mi café y mi tiempo.

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FACTOR HUMANO

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Capítulo 1:

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"LA PLAYA"

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Había perdido la cuenta de los días que hacía que lo dejó entrar en su cama, todavía buscaba en su mente lógica una explicación para ello.

Seguía sin encontrarla.

El pequeño era la única persona que se había preocupado por ella, arriesgando hasta la propia vida y las de los habitantes de la casa.

Siempre andaba a su alrededor, orbitando de un lugar a otro con las orejas coloradas, entre tartamudeos y sonrisas nerviosas... Salvo cuando percibía una de sus gélidas miradas.

Atento y confiado hasta lo absurdo, apartando al cerdo y al anciano en busca de un equilibrio imposible entre el libidinoso Roshi y su discípulo aventajado Oolong.

Si algo definía aquella convivencia era la inestabilidad, la Kame-house era tan frágil como un castillo de naipes... sobre todo teniendo en cuenta que ella podía pulverizar la casa y a sus habitantes con un suspiro.
Si tuviera el carácter inmaduro de su hermano ya lo habría hecho unas mil veces.

¿Por qué no lo había hecho todavía?

Su memoria no le contestaba, solo ojeando los recuerdos podía encontrar una situación similar. Cuándo el engendro Cell estaba a punto de encontrarla y andaba jugando a la ruleta rusa explotando islas, una de ellas fue próxima, demasiado.
La onda expansiva les afectó los animales de la isla corrieron despavoridos. Una estúpida ardilla buscó refugio en ella, trepó por su cuerpo como si fuera un árbol buscando refugio, por minutos miró al peludo roedor en sus manos sin saber qué hacer.
Lo soltó, prácticamente lo tiró al suelo con una expresión que oscilaba entre el temor al engendro y la sorpresa de permitirle a un ser tan insignificante aproximarse tanto.

Ella no era como 16 una ecologista amante de los animales. Debería de matarlo. Debería de matarlos a todos. Pero en vez de eso una marea de sensaciones la asolaba con la misma fuerza que las olas azotaban la playa.

¿Miedo a morir o a ser absorbida?

Juhannagou, su brillante e indestructible gemelo, aquella cosa monstruosa salió de detrás de él y lo aspiró por su aguijón. Él no tuvo opción, fue engullido entre obscenos ruidos por el aguijón de aquella cucaracha moteada con aires de grandeza.

Todo fue tan rápido… Huyó con 16 seriamente dañado para refugiarse en aquella isla.

Acorralada.

Sin conocer el por qué abrió la mano y el roedor huyó.

Se reprendió a sí misma, la proximidad de 16 le había contagiado conductas inadecuadas pese a ser totalmente mecánico parecía tener más sentimientos que ella.

¿Por qué demonios permanecía allí todavía?

Cada día se realizaba la misma pregunta la lógica implacable se la respondía.

"No tienes donde ir".

Podía volver con Juhannagou, frunció el ceño con puro fastidio el solo pensar en soportar su hermano dramatizando sobre la dominación ahora imposible del planeta, la hastiaba.
Ahora que ya no tenían bomba alguna en su cuerpo podrían disfrutar un poco de la vida. Pero su `soñador´ hermanito seguía con la cabeza llena de pájaros y de ideas imposibles.

Imposible como el matar a Son Goku aquello que Maki Gero les ordenó hacer.

Nunca fueron buenos acatando órdenes…

Cierto es que tenían pensado matar a Son Goku después de Gero por supuesto, el del cabello alborotado era el culpable, indirectamente pero culpable de que los transformaran en androides, pero para matar siempre hay tiempo… En aquel momento les apetecía viajar, ver mundo, ir de compras…

Disfrutar de todas las cosas grandes y pequeñas que el Dr. Gero les había quitado.

Todas lo que su hermano no hacía ahora que tenían `libertad´, él y su decisión de encerrarse en las montañas.

`Aquí estamos seguros´ le había dicho.

Seguros para vivir ocultos como ratas temerosas de encontrarse con Vegeta o en el peor de los casos con un mocoso.

¿Qué no podía grabarse en la cabeza de su hermano que no tenía caso vivir así, seguir así?

Son Goku se había auto-inmolado, el viejo sádico ardía en el infierno, ya no había misión que cumplir, objetivo que perseguir o conquista que realizar.

No, decididamente tampoco le apetecía hacerle de niñera con su hermano, en aquel refugio perdido en los bosques.

Hasta que en una de sus excursiones en solitario, su hermano se negaba categóricamente a salir de allí, se encontró con el pequeño calvo, oportuno como él solo evitó que se llevara toda la mercancía de una de las mejores tiendas del barrio de Ginza.

¿Qué demonios hacía allí?

Se suponía que no podía localizarla, no tenía ki.

Allí estaba acompañando a una chica casi idéntica a Bulma Briefs con pinta de pelandusca, enfundada en un vulgar vestido rojo.

Iban a entrar y entraron, sus planes de renovar vestuario por la borda.

Reluctante dejó las ropas alegando que no le satisfacían y se marchó.

─¡Juhachigou que sorpresa! ─La saludó separándose de la peli azul.

─Hola Krilin ─Somero, breve, seco, helado. Pero se lo tomó como un regalo casi se iluminó

─¿Krilin quién es esta señora? ─Le preguntó la pazguata. La rubia la miró despectivamente.

"No es Bulma Briefs. ¿Y si no era ella quien era y por qué se aferraba así al brazo?" pensó torciendo el gesto, ya la encontraría a solas en un callejón y veríamos quien es la señora y quién no... por descontado además de ser insignificante era sumamente irritante. Un adefesio vulgar en comparación a ella, mucha curva pero nada más.

─¿Maroon mejor porque no te vas fuera con Yamcha? ─Propuso el joven calvo al ver la expresión de la rubia. Jamás se había alegrado tanto de que su amigo Yamcha le pidiera quedar para `charlar´ con su ex novia Maroon. El guerrero de las cicatrices veía en Maroon un reflejo de lo que no podía tener. `Si no puedes tener a quién amas, ama al que tengas al lado´ le dijo refiriéndose a Bulma y a la ex-pareja de su amigo.

─¡Adiós Krilin! ¡Adiós señora! ─La joven peli azul salió afuera donde otro de los guerreros z se encontraba. Le propinó un achuchón y se marcharon. En cuanto Yamcha se giró y vio a la androide la saludó con un gesto y se llevó a toda prisa a la mentada.

─Es Maroon, ella es, es una amiga… ─tartamudeó nervioso.

─Adiós Krilin ─Miró despidiéndose con un hasta luego del flamante bikini rojo que había pensado llevarse, lo dejó sobre el mostrador de cristal. Krilin captó la mirada furtiva al bikini y la usó como tema de conversación, nunca más tendría la ocasión de hablar con ella. La suerte no fue su gran aliada y ese golpe, el pequeño guerrero no lo dejaría escapar.

─¡Espera! ─Se volteó ante el ruego "¿Y ahora qué más?" pensó─ ¿Te gusta el mar? Yo- yo vivo en la playa, una playa privada… ¿Sabes? ─El chico se esforzó y paso del tartamudeo a la verborrea─ Cuando quieras puedes venir a vernos. Es un sitio muy bonito, hay delfines y cocodrilos y…

─Ya nos veremos ─Se despidió, lo último que necesitaba era que aquello se llenara de guerreros Z.

Se sentía un poco como en aquella isla, solo que realmente nadie le forzaba a estar allí.

No había ningún engendro fuera acechando para acabar con ella.

Tan solo interrogantes, no tan nuevos coleaban en su mente.

Cansada decidió volar lejos, le agobiaba aquella minúscula casa, le agobiaba aquel ser minúsculo que siempre estaba allí confiado y ridículamente feliz, mirándola y bajando los ojos al toparse con los suyos.

Emprendió el vuelo no sin antes asegurarse de que Krilin no pudiera seguirla, debía encontrar una solución a aquella situación.

Tenía un mal presentimiento, llevaba días encontrándose extraña.

Aquella mañana al levantarse notó un gusto agrio en la boca, tras una ducha se sentiría mejor… un espasmo recorrió su abdomen de abajo a arriba, se encontró apuntando al inodoro vaciando el contenido de su estómago.

Limpió sus dientes minuciosamente, el espejo le devolvió una imagen ligeramente demacrada.

"Malditas pesadillas"

Se lavó la cara y tapó con un gesto preciso los signos de cansancio. Examinó la habitación antes de salir, bien, despejada, el viejo verde no había osado volver a entrar para `despertarla´, tampoco había rastro de Krilin. Estaría desayunando con el viejo y el cerdo.

No tenía hambre, ser un ciborg recortaba sorprendentemente sus necesidades alimenticias, realmente comía por y de puro capricho. Decidió salir volando por la ventana, se contuvo.

¿Desde cuándo ella huía de un ser tan débil en comparación?

Si tenía que pasar por la cocina pasaría, si el pequeño había cocinado tortitas con salsa de frambuesas y se las ofrecía, lo ignoraría, él no significaba nada para ella.

Si el viejo o el cerdo se cruzaban sin que el pequeño pudiera interceptarlos, que rezaran a Dende lo que supieran.

Con actitud decidida comenzó a bajar las escaleras, todo se nubló ligeramente a su alrededor y tropezó. En el siguiente parpadeo el pequeño calvo la estaba sujetando por el talle con un gesto de preocupación en sus enormes ojos.

─¿Desde cuándo tienes esa confianza conmigo? ─Le espetó todo lo fría que su voz podía sonar.

La mirada acusadora de ella lo hizo recular nervioso se pasó la mano por la nuca.

─Yo bueno, yo pensaba que… necesitabas… ─contesto simplemente─ te caías.

─Pues no pienses ─sentenció con toda la frialdad de la que era capaz─ El hecho de que hayamos tenido sexo no significa que seas nada para mí. No soy humana.

─Deberías de ir a ver a Bulma, no sé el que, pero algo te pasa, ella tiene los planos de Gero… quizás pueda ayudarte. ─dijo ¿Preocupado? ¿Triste?

No alcanzaba, ni quería, entender.

─Aléjate de mí ─fue lo último que escuchó de su boca antes de emprender el vuelo. Tenía pensado acudir allí, si aquella mujer pudo elaborar el desactivador, aquel que el joven rompió para dejarla escapar, arriesgándose a que sucediera lo peor, lo que ocurrió momentos después su absorción por la cucaracha y la evolución a la presunta forma perfecta. Dudaba y mucho que aquel bicho repugnante pudiera merecer ese título.
No alcanzaba, ni quería entender sus motivos.
Su mente racional no lo habría dudado, habría apretado el botón sin pensarlo y habría terminado el trabajo después. La muerte de una futura asesina por las vidas de millones de víctimas.
Una vida por tantas.

Él solo la miró tiró el artefacto al suelo y lo aplastó hasta desmenuzarlo.

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─¡Escalera de color! . ─exclamó el maestro riendo con aire bonachón mientras echaba mano de las fotos con avaricia─ . Me temo que has perdido todas las fotos de Launch. Oolong, ─se carcajeó el anciano con aire jocoso─ , vuelve a jugar cuando tengas más

Era sabido que entre los hobbies del cerdo zoomorfo figuraba la fotografía, era un paparazzi amateur. Con su objetivo y su habilidad capturaba imágenes `interesantes´ de las chicas bonitas, entre las más codiciadas se encontraban las de Launch en su estadio rubio. Solo él gracias a sus habilidades de transformista y a su inmensa audacia podía conseguirlas. Su `banco de imágenes personales´ frecuentemente constituía una fabulosa moneda de cambio en las apuestas con el Maestro Tortuga.

─¡¿Cómo puedes tener tanta suerte?! ─protestó el cerdo poniéndose en pie sobre la mesa─ ¡Ja! ¡Afortunado en el juego desafortunado en amores!─canturreó señalándolo.

─¡¿Tú qué vas a saber lo que es conquistar a una dama?! ─Las gafas del maestro destellaron ─ ¿Y dime tienes alguna foto de Juhachigou?

El cerdo recuperó la compostura y la cara de póker, de nuevo estaban hablando de un negocio serio, se sentó.

─Puede ─dijo con aire enigmático entrelazando los dedos y achicando los ojos─ Las mías contra las de Bulma.

─¿Las que te gané hace cinco años? ─El anciano enarcó una ceja─ Es material cotizado ahora es imposible acercarse a ella con `ese´ Vegeta instalado allí.

─Tanto como a la ciborg, amigo. Todo o nada─ Se plantó Oolong.

Roshi le correspondió la mirada mesándose la barba, pensado y hecho, barajó las cartas con movimientos que evidenciaban su maestría y repartió una mano más bajo la atenta mirada del cerdo.

El transformista estudió las cartas achicando los ojos, su oponente hizo exactamente lo mismo.

─Dame dos más ─Mientras se descartaba de un par de cartas.

El anciano le tiró dos cartas boca abajo controlando a Oolong, el zoomorfo era casi tan tramposo como libidinoso.

─Hablando de Juhachigou… ¿Has visto que pechos se le han puesto? ─comentó el cerdito con despreocupación tratando de distraer al tahúr con la treta.

─Mmm… ─rumió el anciano Roshi─ . son de calibre superior, el pofu- pofu del siglo ─Murmuró salivando con la guardia baja.

Oolong viendo al viejo distraído trató de cambiar una de las cartas por otra. Roshi recuperado el gesto imperturbable le golpeó con el báculo en la cabeza.

─¡Ay ay ay! ─El cerdo se llevó las manos al prominente chichón quejándose notoriamente.

─¡Toma por tramposo! ─Repitió el movimiento.

─Ya se están peleando otra vez ─Se quejó Umigame─ deberías de hacerle más caso a Krilin, algo le pasa.

Roshi se paró miró a la cocina, Unigame tenía razón algo le pasaba a su discípulo, normalmente acudía a separarlos o a reírse un rato del espectáculo.

Es más tratándose de la rubia de hielo debería de haber sido él quien le dejara el chichón al cerdo.

Pero pese a lo sonoro del golpe y de las quejas del zoomorfo el joven no se había acercado, parecía totalmente abstraído en algo.

Krilin estaba en la cocina fregando los cacharros con los hombros caídos, no había ni rastro de la energía que el joven habitualmente mostraba.

─Últimamente anda en las nubes este muchacho ─rumió en voz baja.

Roshi entró a por una cerveza fría. Le llamó la atención la preocupación reflejada en el rostro de su discípulo.

─¿Qué te ronda por la cabeza muchacho? ─preguntó casi como por casualidad.

Krilin se lo pensó un par de veces antes de contestar a la pregunta de su sensei.

─Creo que ella… no está bien ─respondió con cierto pesar.

─¿Era eso? ─Contratacó burlón─ ¡Bah no te preocupes!... Se le pasará en 8 meses ─dijo con toda naturalidad quitándole hierro al asunto.

Krilin con la mandíbula desencajada rotó bruscamente tanto que le crujió el cuello.

─¿¡Quééé!? ─Incrédulo─ ¡Maestro pero que dice…, yo no…!

─Krilin, soy un experto en pechos. ¿Te olvidas? Por muy androide que sea, pasada una edad no aumentan así sin motivo…. A menos que… Oye… ¿Lanza misiles por ahí?

─¡NO!─ Krilin estaba en Shock.

─Habría que ser tonto para no darse cuenta. ─con aire pícaro le propinó un codazo a su alumno─ ¿O es que jugabais a piedra papel o tijera en su cuarto?

─Aaaa ─Krilin se puso azul al imaginar a Roshi y al zoomorfo con las orejas pegadas a la pared de la habitación… "Juhachigou los matará cuando vuelva"… Iba a replicar cuando se le adelantó el transformista.

─Y parecías tonto cuando te encontramos… ─Oolong le dio un manotazo entre cariñoso y envidioso al joven, lamentando su suerte de no haberse adelantado antes con la rubia.

─Pero yo… yo...yo no he hecho nada…─tartamudeó rojo como el gi de la escuela Tortuga.

─Yo no diría eso muchacho ─Roshi se reía a carcajadas, Oolong le hizo los coros, Krilin grana hasta la coronilla.

─Define `hacer nada ´ con todo detalle ─demandaron el par de obsesos con la sangre goteando por la nariz─ Ya me gustaría a mí no haberle hecho nada a ese bombón… ─apuntó el cerdito estrujando el aire con sus manos.

─El pofu-pofu del siglo… ─Suspiró el maestro─ . y le gustan los calvos…─Cabeceó ante la oportunidad pasada.

─¡Un respeto que ella es…! ─Iba a decir mi novia, mi mujer... pero el hecho de que él la considerará como tal no implicaba que fuera recíproco, ella jamás le había dado esperanzas de continuidad… Pero de todos modos a una mujer como Juhachigou no se le debía de faltar al respeto de aquella manera, iba a propinarle una colleja al zoomorfo cuando cayó en la cuenta─ ¿O-ocho me-meses? ─Tragó saliva, los dos sátiros asintieron con la risa desbordándose de sus bocas, Krilin estiró el cuello e irguió la cabeza─ ¡Voy a tener un hijo con Juhachigou! ─Se puso a saltar riendo como un loco abrazó a Roshi─ ¡Maestro voy a ser padre!

─Mira que llegas a ser lento Krilin─ bromeó el cerdo.

Estallaron en un torbellino de risas

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Plantada en la puerta observaba el timbre sin saber si entrar o no, hacerlo por una ventana o por un balcón podía darle al príncipe la excusa que deseaba para acabar con ella.

"Nunca superó la paliza que le di" el recuerdo de la misma la hizo sonreír, gesto que se marchitó al barajar lo que sería capaz de hacerle hoy en día. Él y el niño que mató a Cell, de ser junto con su hermano los más poderosos del universo, habían pasado al tercer y cuarto puesto respectivamente, "eso sin contar a Son Goku…" pensó con un gesto de desagrado.

No iba darle el gusto.

Respiró hondo y apretó el botón. Segundos después la azul cabeza de la científica se asomaba, tras la sorpresa inicial le sonrió.

─Pero que sorpresa Juhachigou ─La peli azul abrió la puerta, ella lo tomó como una invitación y entró.

Sentadas tomando un refresco se contemplaban de la una a la otra, la peli azul vestía realmente bien como siempre.

─Bonito vestido ─Terció la rubia tratando de ser amable.

─Es de `Iceberg´, ─Sonrió─ , te sentaría bien.

─Quizás vaya y les haga una visita…

─¿Y ahora me dirás para que has venido? ─La peli azul era lista, no cabía duda de que aquella visita no era de cortesía, como tampoco la había en que necesitaba ayuda y solo la gran Bulma Briefs podía prestársela.

Dejó el vaso con suavidad estudiada y la miró a los ojos.

─Últimamente no me siento bien, creo que, quizás Gero… me hizo algo más… algo a largo plazo.

─ Mmmm ─Dubitativa la científica dio un sorbo más a la suya─ yo no diría eso. Pero si me lo pides así… ─Le guiñó un ojo─ . Te ayudaré.

La androide guardó silencio.

Dos horas de batería de pruebas después, la científica se encontraba leyendo los informes, con aire diligente pasaba y repasaba la vista por las hojas. A cada página se crispaba más y más. La científica parecía buscar algo sin éxito o igual aquella mujer disfrutaba con las ansias que la dama de hielo se tragaba por momentos. A punto de estallar estaba cuando se decidió hablar.

─Bueno según esto, estas perfectamente bien, esqueleto, órganos internos…─dijo finalmente dejando el fajo de papeles en una mesa.

La rubia relajó la hasta entonces tensa expresión.

─Solo hay una más que debería hacerte... ─Añadió con un tonillo que no supo identificar─. solo por rutina.

─¿Cual? ─inquirió analizando las posibilidades de `regalitos´ que le hubiera podido dejar el científico loco.

La mujer se rio en respuesta y le alargó una botella de dos litros de agua.

─Bébetela y en un par de horas lo sabremos.

Otra mirada desconfiada con tintes asesinos "No juegues conmigo", bramaron los ojos de la jinzo ningen, a la Briefs no le amedrantaron, ya tenía un master en miradas asesinas bien aprendido y a estas alturas las miradas de la dama de hielo por muy asesinas que fueran no le calaban como al principio. Los años de convivencia con Vegeta la habían convertido en toda una experta en ellas.

─Oye… ¿No quieres saber que te ocurre?─Una última mirada de reojo y la jinzo ningen le arrancó la botella ofrecida y se la acercó a la boca mirándola de reojo.
De una sentada se la tragó en dos minutos.

─¡Vaya que velocidad!

─Soy un androide ─respondió secamente─ ¿Y el resto de la prueba?

─Ten paciencia ─Continuó divertida con aquel maldito tonillo.

Durante la espera se estudiaron mutuamente la científica admirando el excelente trabajo de Gero como aquella mujer, aparentemente tan humana, ocultaba dentro de un cuerpo falsamente frágil semejante poder de destrucción, nada hacía imaginar el esqueleto de metal que encerraba en sus entrañas. Tensos minutos durante los cuales ambas se estudiaron con la misma agudeza, súbitamente se levantó preguntando donde estaba el baño.

─La última puerta a la izquierda ─Señaló─ Toma ─Añadió extendiéndole una caja de la que extrajo un extraño palo. La siguió, ella se volteó molesta, la anfitriona hizo caso omiso y le ofreció un pequeño vaso y una cajita.

─¿Qué es eso? ─inquirió desconfiada.

─La segunda parte de la prueba, es la más importante, tienes que leer estas instrucciones y hacer lo que te dicen ─Parecía divertidísima con todo aquello, ella a claras luces molesta y nerviosa.

─No juegues conmigo ─Amenazó dando un paso adelante nerviosa─ no estoy para bromas.

─¿Hace cuanto que no tienes tu periodo?

─¿Periodo? ─Repitió por inercia la pregunta─ Yo no tengo periodo. No soy una humana.

─Si, ya sé, eres una androide ─Repitió imitándola, esta la fusiló mentalmente─ Pero tu aparato reproductor está intacto. ¿Nunca te has preguntado el por qué?

Le arrebató la caja y el vaso, sin detenerse a escuchar su perorata le cerró la puerta en las narices.

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"Igualita que él" pensó divertida llevándose la mano a la boca para tapar una sonrisa.

La peli azul se sentó en el sofá de piel cruzando las piernas taconeando levemente.

Esperando.

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La puerta se abrió y el taconeó cesó.

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Estaba pálida como si hubiera visto a un fantasma, casi descompuesta. No se lo esperaba ni en un millón de años. No era posible.
Estaba embarazada, algo se estaba desarrollando, una bola de células crecía dentro de ella como un tumor.

El último regalito de Gero.

─¡Juhachigou espera! ¡Tenemos que hacer más prue...! ─Trató de retenerla en vano, ella se dirigió como un autómata hacia el balcón y se elevó a toda velocidad.

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Sobrevolaba el océano, la prisa de la ida se había esfumado, simplemente volaba desorientada con los ojos perdidos en el turquesa, un punto dorado en la inmensidad del mar tan distante, minúsculo, la isla de Kame-house.

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Descendió sin saber si entrar o no en la habitación que ocupaba.

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El jaleo del salón le llamó la atención, una maraña de música, risas y canciones… bajó hasta el ventanal del salón, a trabes de él pudo ver al viejo verde con una sonrisa de oreja a oreja sirviendo sake en unos vasos, sobre la mesa el cerdo salido estaba bailando sobre un pie en precario equilibrio con una venda atada en la frente y dos pequeños abanicos en las manos, tan borracho que parecía continuamente a punto de caerse. Krilin y el viejo pervertido le aplaudían, parando cada tanto para abrazarse entre `Enhorabuenas´.

Él parecía irrealmente feliz y evidentemente achispado.

Hasta la tortuga lo celebraba a su modo lento y parsimonioso moviendo las aletas junto a ellos.

La Tortuga de mar señaló a la ventana saludándola, la comitiva se volteó imitando al animal con gestos totalmente descoordinados obviamente ebrios, el zoomorfo empezó a darle codazos al viejo y ambos a mandarle besos al aire.

Krilin se separó del grupo y avanzó, parecía que le hubiera tocado un billón de zenís.

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"Lo saben, lo saben todo"

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No les dio tiempo para preguntar, salió volando huyendo de lo que cargaba dentro, voló orbitando alrededor del planeta hasta las montañas tapizadas de bosques donde suponía que se había escondido su hermano.

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Nadie la podría encontrar allí, no tener ki era una ventaja cuando deseabas que no te encontraran. Eso bien lo sabía su hermano, entre el denso follaje asomaba una cabaña construida con sólidos troncos.

Juhannagou estaba allí, no tenía que esforzarse demasiado, estaba segura de que aquel era el lugar elegido por el moreno, iba cambiando cada tanto tiempo de escondite por `seguridad´.
No podía explicarlo con palabras simplemente lo sabía.

Aterrizó en un claro próximo y observó la cabaña, el humo se elevaba por la chimenea de piedra.

Leve fue el quejido de la puerta al abrirse, imperceptible.

─Hermanita que sorpresa… ¿Qué te trae por aquí?─ el moreno contestó sin voltearse azuzando las brasas sobre las que un salmón recién pescado se cocinaba entre chisporroteos, sin prisa se giró para recibirla con el atizador todavía en la mano, se miraron, la androide permaneció en silencio.

─¿Te has cansado ya de playa? ¿O te has pensado lo de volver a...?─Dejó el salmón y el atizador para sentarse cómodamente en un sillón.

─Estoy embarazada ─respondió sin rodeos.

─...─Se había quedado congelado ante la revelación.

─Lo estoy ─reiteró con seriedad.

─¡¿Qué?!...pero… ¡¿Quién?! ─Reaccionó levantándose del sillón movido por un resorte─ ¡No! –exclamó incrédulo─ No me digas qué…

─Si ─contestó con tono frio y una pizca de sorprendente timidez.

─¡Oh vamos! ─Las carcajadas del moreno resonaron por la cabaña─ Juhachi… ¿Tú la cerebral? ¿TÚ la responsable? ¿Tú? ─Juhannagou se paseaba con aire burlón dramatizando la escena─ ¿Con ese enano calvo a quien besaste?

─Esto no es divertido Juhannagou, ─respondió tan fría que habría helado el infierno─ , tengo un problema, un serio problema.

─No me digas que te ha obligado ─Su hermana no parecía en absoluto alegre con la broma, más allá de la incomodidad que esperaba conseguir de ella se encontró con la falta de reacción que denotaba algo serio, traducido al peculiar lenguaje del inmaduro moreno algo `malo´ el androide mutó las facciones a aquella antigua expresión sádica─ lo mataré, le arrancaré miembro por miembro por haberte tocado. ─Su voz mutando y ascendiendo cargada de rencor para cambiar súbitamente─ `Shen Long quítales la bomba´─ Imitó en un tonillo ridículo─ Cuanta generosidad─ escupió envenenando las palabras con ironía ─¡Ja! Todos los humanos son iguales ─siseó con desprecio, sabía que la fuerzas del enano se habían incrementado tras lo de Cell pero seguía pensando que ella era, de lejos, la más fuerte; a la vista de lo ocurrido tenía sus dudas…. La cara de su hermana se ruborizó levemente, casi imperceptible para alguien que no la conociera tan bien, despejadas toda duda solo restaba preguntar─ ¿No te ha...? ¡¿Pero cómo…?! ─Abrió los ojos rasgados y echó la cabeza atrás─ ¿Entonces tú y él...? ─Gesticuló juntando los índices con una sonrisa traviesa.

─¿¡Tú qué crees!? ─contestó más ruborizada apoyando la mano en la cadera y encarándolo.

─¡Oh Dios! ¡Tú la de los sermones! ¡Ja! ¡Él te gustó por eso no lo mataste! ¡Por eso lo besaste! ─Enfadadísima le propinó un gancho que lo hizo atravesar la pared.

Se largó volando de allí tan rápido como pudo, tampoco podría contar con él, su hermano se había quedado tumbado sobre la hierba riéndose, era y seguía siendo un eterno Peter Pan. Nunca crecería.

Ya solo y todavía alucinando, repetía para sí mismo.

─¡Un sobrino! Entre los tres podríamos… ─Comenzó a divagar pero el viscoso contacto de un extraño sapo que lo miraba curioso le hizo caer en la cuenta de que su hermana se había largado y lo había dejado tirado fuera, giró los ojos al boquete, se levantó rezongando, fastidiado por tener que repararlo. El raro sapo con antenas quedó fuera desilusionado.

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Tras su huida, Krilin se había vuelto loco buscándola, había mirado en todos los lugares donde pensó que podría haber ido.

Al final recaló en la Corporación Cápsula, a pedir por ella a la única persona que, quizás supiera donde estaba.

─¡Krilin enhorabuena! ─Le espetó la peli azul.

─Si ─respondió vergonzoso bajando la cabeza y rascándose la nuca─ Eh… ¿Bulma ella está aquí?

─No pero no te preocupes volverá tarde o temprano ─le respondió con suficiencia. El luchador se paralizó por un instante ante la seguridad que derrochaba la Briefs.

─Dende te escuche, cuando sepas algo de ella avísame.

Las palabras de la peli azul fueron proféticas, dos días después la androide tocó a su puerta de nuevo.

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Esta vez no fue la peli azul quien abrió la puerta sino su hijo, el mini-yo de Vegeta, un retaco de algo más de cuatro años que la miraba fijamente.

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─¿Dónde está tu madre? ─preguntó observándolo de soslayo.

─En la empresa, pero vendrá pronto ─respondió con seriedad─ Pase─ contestó haciendo gala de su educación.

Se encontraba sentada en el mismo sofá de piel blanca con el mismo refresco y distinto interlocutor.

Trunks Vegeta Briefs.

El mocoso la miraba de reojo con el ceño fruncido, la misma expresión que su progenitor. La androide permanecía en silencio, el niño era un copia exacta de su padre, salvo por el pelo y el color de ojos, no se podía negar quién lo engendró.

La androide miraba a la pared de enfrente y por ende al mocoso, que la miraba de reojo mientras sorbía su refresco haciendo de tanto en tanto un ruido molesto que evidenciaba el incomodo silencio.

─¿Es la novia del Sr. Krilin? ─Le preguntó, levemente ruborizado cortando la tensa calma.

─Hmp. No soy la novia de nadie─ volteo la cara mirando a un lado, bastante tenía con lo suyo como para aguantar al pequeño curioso, se levantó dispuesta a largarse de allí, había sido una mala idea volver. A punto estaba de cruzar el umbral cuando la puerta se abrió y se topó de bruces con la madre de la criatura, el mocoso salió disparado como por un muelle y corrió a saludarla. Ella cariñosa le dio un beso en la coronilla, el enrojecido se apartó y protestó con un orgulloso `Ya no soy un bebé´, al que su madre hizo caso omiso, para preguntarle por su padre. `Entrenando en la cámara´.

─Como si pudiera estar en otro sitio ─Suspiró la mujer. Se abrazó una vez más al reticente niño y le dijo al oído─ sin que nadie te vea, ve y avisa al sr Krilin de que su novia está aquí.

El niño emitió un bufido de cansancio y se largó a cumplir con el cometido.

"¿Cómo podía el Sr. Krilin tener una novia así?"

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─¿Dónde vas mocoso? ─Le interrogó su padre.

─Ya no soy un mocoso soy mayor ─protestó el niño cerrando sus puños.

Su padre lo seguía mirando con severidad el niño decidió contestarle, la presencia de su padre con su estricta mirada era el mejor suero de la verdad.

─Voy a avisar al Sr. Krilin.

─¿Que hace aquí la Chatarra?─ Escupió despectivo, el que la muñeca mecánica invadiera su territorio no le hacía ni la más mínima gracia. Era hora de la revancha.

─Está hablando con mamá.

Vegeta se dirigió a la cocina a por algo de comer, de paso cruzaría el salón.

─Es idéntico a su padre ─comentó sin saber cómo empezar. Ni de qué hablar. Solo afirmaba un hecho un dato visible a todas luces, algo constatable y comprobable. Tan simple como decir que el sofá era blanco o el pelo de la mujer de enfrente azul.

─Si ─Rió suspirando─ pero la inteligencia es mía. Dime.

─Quiero que me lo quites.

─¿Qué? ─exclamó sorprendida.

─No lo quiero.

─Venga, no será por lo que te dije el otro día.

─...

─¿Krilin lo sabe? ¿Sabe que tu estas….?

─Si, no sé cómo, pero lo sabe.

La científica respiró alegre de que su indiscreción no se supiera.

─¿Sabe lo que piensas hacer?

─NO es asunto tuyo, ni suyo.

─Pero es el padre.

─No es el padre de nada ─siseó─ ¿Vas a ayudarme o no?

─Te ayudaré, pero antes quiero practicarte unos estudios, es lo más conveniente si quieres seguir adelante.

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Las dos mujeres estaban paradas una frente a otra, se dirigió hacia ella.

─¿Qué haces en mi casa Chatarra?

─Vengo a ver a Bulma.

─¿Desde cuándo sois amigas?

─Acostúmbrate Vegeta la vas a ver mucho por aquí de ahora en adelante.

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Nota de autor:

Pienso que el embarazo de la androide no fue buscado sino totalmente inesperado, eso aunado al hecho de su `teórica ´ ausencia de sentimientos. Me lleva a pensar que no fue deseado en un primer momento si bien con el tiempo los sentimientos e intenciones de la rubia cambiaron radicalmente.
Pero no sucedió todo de forma inmediata, fue algo gradual a mi modo de ver.
Hay temores y recuerdos que no se superan así como así.
La ranita que vive en el bosque junto a Juhannagou es el capitán Gyngu, no se si el animalillo se fue con los namekianos o no, pero me hacía gracia la idea de incluirlo.

Mil gracias por leerme y más por comentar.