¡Hola! ¿Como están? Yo cansada u.u. Una semana ajetreada.

Aquí aparezco con otra historia Amuto, que comencé a escribir ayer. Será corta, ya que cuando me propongo a hacer una historia larga, termino trabada con las escenas principales debido a que agregué otras escenas secundarias, para hacer la historia larga, y no logro hacerlas encajar. Un desastre, para ser cortos :p

Todos aquellas personas que leyeron el manga, saben de la confesión de Ikuto en el aeropuerto *-*. Esta historia comienza a partir de ahí. Pero bueno, no aburro más y dejo la historia :D.


¿Por qué mentiste?

- Yo definitivamente haré que te enamores de mí. Así que prepárate- le dijo Ikuto, colocando su rostro a la altura del de ella.

Los ojos de Amu comenzaron a brillar y sus mejillas adquirieron un sonrojo importante.

Las porras de las otras personas en el aeropuerto se escucharon, provocando que él sonrojo de Amu aumentara debido a la vergüenza.

- T…Tú todo lo haces mal- le gritó, en el enojo- Hey, Ikuto, ten cuidado- soltó, mientras él pasaba por la puerta que lo dirigiría al avión.

- Geez. Molesta hasta el último segundo- se quejó Amu. Mientras veía el avión partir y su chara rosa se reía de su comentario.

"Hasta luego, Ikuto" fue lo que pensó.

Y aquel buen observador podía notar aquella sonrisa persistente en Amu, creyendo en el regreso de Ikuto.

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Lo había logrado. Finalmente lo había conseguido.

Ikuto sonreía mientras veía como el avión con destino a Japón despegaba, avión en el que se encontraba su padre que al fin iba a volver junto a su madre. Él estaba seguro de que ella se iba a alegrar de verlo de nuevo, luego de haber esperado pacientemente por tantos años.

De vuelta en el departamento que tenía en el centro de la ciudad, él estaba acomodando sus cosas para volver él también a Japón. Por fin podré volver para estar junto a Amu pensó con felicidad.

Sin poder contenerlo, tomó su teléfono, con una gran sonrisa en su rostro.

- Pronto, Amu- dijo al aire- Pronto estaremos juntos.

- Tsukiyomi-san- lo llamó la mucama. Él se volteó a verla- Hay alguien que lo busca.

- ¿Quién?- preguntó, extrañado de que alguien lo busque.

- Una señorita- por alguna razón la muchacha se veía incomoda, así que él decidió a ver que era lo que la tenía así.

Dejó el teléfono sobre el mueble y fue a ver quien era que lo buscaba.

El teléfono quedó allí, su pantalla brillando. Una pantalla en la que se veía un aviso:

¿Llamar?

Amu

Una imagen que se mantuvo en la pantalla hasta que esta se apagó, debido al tiempo que había pasado.


Ya sé que van a decir, que corto. Si, es corto, porque es el prólogo. Y aparte de ser el prólogo, lo dividí en dos partes. Posiblemente mañana suba la otra parte del prólogo, ahora que estoy más suelta de horarios :).

Espero que les guste. Ya a partir del primer capitulo, la historia va a comenzar a tener más sentido. ¡Nos vemos!