Capitulo 1
El tiempo había pasado, las cartas Sakura habían cumplido con su objetivo y ahora descansaban de nueva cuenta en el libro mágico protegidas por sus guardianes del sol y la luna. La joven Kinomoto continuo con su vida y ya como una mujer adulta formo su propia familia a lado del joven Lee Shaoran al que tanto amaba, los años continuaron en paz y poco a poco la magia se quedo en el olvido…
Habían pasado ya algunos años desde que se fuera de Japón, luego de la muerte de sus abuelos su padre había decidido que lo mejor para ellos era cambiar de ambiente y de forma de vida, por lo que la familia completa se había mudado a Australia, no se había dado cuenta si no hasta su regreso que realmente había extrañado al pequeño país oriental, tal vez no en si por las tierras si no por lo que representaba, ahí había vivido momento increíbles y felices con su abuela Sakura, y regresar a su país de origen era como regresar a ella. Tsuki era el mismo retrato de su abuela, era una joven de cabello castaño y largo, alegre, algo curioso pasaba con sus ojos pues poseía uno de color verde intenso y otro de color miel, claro ambos llenos de vida, su carácter era amable y siempre veía lo positivo de la vida.
Al igual que la antigua Kinomoto era hábil para los deportes, su especialidad era el patinaje sobre hielo y aquello había sido el motivo por el cual regresaba a Japón, se había esforzado en entrenar y había conseguido que uno de los grandes entrenadores y patrocinadores del equipo nacional del país oriental le viera y le escogiera para entrar a este ofreciéndole claro su regreso, sus padres se habían negado a volver por lo que simplemente se encontraba sola en el gran aeropuerto.
- ¿tu eres Lee Tsuki no es verdad?- pregunto un chico de cabello café oscuro que se había acercado a ella- mi nombre es Kumo, soy el asistente del entrenador del equipo de patinaje sobre hielo y me enviaron a recogerla señorita
- gracias es un placer conocerle - contesto la castaña con una gran sonrisa.
- me da mucho gusto que aceptaras ser parte de nuestro equipo, esta vez estamos listos para una medalla de oro – dijo sonriente a la chica, Tsuki por su lado también estaba contenta, por alguna extraña razón su deseo de volver se había vuelto fuerte, casi una necesidad, tenía que volver, tenía que estar ahí y finalmente se cumplía su deseo.
El joven asistente le llevo hasta la calle en la que se encontraba una vieja casa, lucia solitaria y abandonada pero estaba en buen estado
- ¿segura que deseas que te deje aquí?, no parece un lugar muy seguro
- descuida estaré bien, esta solía ser la casa de mi abuela Sakura, pase una gran niñez aquí, verás que una vez que la arregle se verá preciosa – dijo alegre la chica al hombre que la veía incrédulo
- si tu lo dices… sólo no te canses demasiado, mañana comenzarás con el entrenamiento, en fin te veré en la pista
- ¡gracias! - se despidió Tsuki entrando a la casa, estaba oscuro y se podía apreciar un aroma delicado a humedad, sus recuerdos comenzaron a llenar su mente, recordaba el delicioso aroma de la cocina donde su abuela preparaba la merienda, a su abuelo Shaoran cuidando de las plantas del jardín o leyendo algún libro para ella en el sofá, de verdad que tenía muy buenos recuerdos del lugar, tenía que terminar de limpiar todo, acomodar la casa y tener todo listo pues mañana comenzaría su nuevo papel en la pista.
El brillo a través del cristal era intenso, la esfera negra comenzó a tambalearse mientras extrañas figuras se movían en su interior, estaban listas para salir, para ser liberadas, tres personas encapuchadas con trajes negros le rodearon, comenzaron con un canto extraño que lleno la habitación, entonces la esfera de cristal oscura se movió con mucha más fuerza hasta que finalmente se formaron grietas que volvieron polvo la prisión de siete extrañas y peligrosas sombras que ahora estaban libres.
Tsuki se había quedado dormida sobre la cama luego de haber pasado la tarde limpiando la casa, no se dio cuenta cuando una brillante luz comenzó a salir de la caja que contenía los libros del antiguo librero de su abuela, esta se abrió para un libro rosa decorado bellamente, de este salieron dos esferas de luz, una plateada y una dorada que de inmediato volaron a toda velocidad fuera de la casa. Aquellas dos luces llegaron hasta el cielo en donde poco a poco comenzaron a tomar forma, una la de un león dorado y alado, mientras la otra mostraba la imagen de un joven ángel de cabello plateado y largas alas blancas, ambos se posaron en la azotea de un edificio y miraron en la dirección en la que aquella energía podía sentirse.
- finalmente están despertando - dijo el joven alado con seriedad y un leve tono de alerta
- creí que esto no pasaría - contesto Kerveros con energía y sorpresa
- Clow dijo que este día llegaría
- Pero se suponía que Sakura era la encargada de detenerlos, ella ya no esta con nosotros
- Lo se...
- Debemos ir a investigar - Yue asintió con la cabeza y le siguió hasta el viejo edificio de donde provenía todo, se introdujeron a el y se mantuvieron escondidos en todo momento observando, en el centro de aquel gran espacio había tres figuras encapuchadas que miraban con detenimiento a siete extrañas sombras, aun no recuperaban del todo su fuerza y su figura no era completamente distinguible, pero ese era el peligro pues sacrificarían inocentes para poder conseguir el poder que les hacía falta.
- Han hecho un buen trabajo – decía una de aquella sombras en una voz con eco y aterradora – por fin somos libres… - hablaba mientras extendía un par de alas negras como muestra de su poder, Kero y Yue sintieron escalofríos al mirar aquello, finalmente los seres a los que tanto le había temido el mago Clow estaban de regreso, tenían que detenerlos, el león alado estaba tan metido en aquello que no noto cuando empujo un viejo y vacio bote de pintura llamando la atención de aquellos seres
- ¡Kerveros escondete! - grito Yue mientras se ocultaba en las sombras
- Es tarde, no dejes que te vean – le contesto el león dorado, no había terminado de decir la frase cuando aquellos seres le rodearon
- Un guardian de Clow – dijo una de las sombras – nos encontramos antes de lo esperado
- No para placer mio te lo aseguro
- ¿En donde esta el otro?
- Aun no despierta, pero conmigo es más que suficiente – la sombra no dijo nada, tan sólo sonrió indicando a los otros que saltaran sobre el leon del sol que no tuvo tiempo a reaccionar, todo se volvio negro para él, Yue escucho los gritos de dolor del felino y salio de sus escondite para ayudarle, dejo que toda la luz en él brillara en ese momento debilitando a su enemigo, tomo a Kero que se había transformado en su versión pequeña debido a su debilidad y salio volando a toda prisa del lugar, para cuando la luz se había extinguido ellos estaban lejos de su enemigo.
El ruido del vidrio rompiéndose de la ventana de una de la habitaciones de la casa le despertó, se levanto a toda prisa asustada pero no tenía del todo el valor para acercarse hasta ese cuarto.
- demonios… espero que no sea un fantasma – dijo la chica al borde de las lagrimas, fuera quien fuera el que estaba detrás de la puerta a la que se acercaba con paso lento tenía que enfrentarle, despacio giro la perilla de la puerta pero antes de entrar hablo con algo de nervio - se que hay alguien ahí, identifíquese ahora mismo… si es un fantasma por favor marchese …- no obtuvo respuesta por lo que no le quedo más remedio que entrar, sin embargo no se esperaba la imagen que vería del otro lado, ahí sobre el suelo iluminado por la luz de la luna que se filtraba por la ventana estaba la imagen más bella que hubiera visto, y al mismo tiempo la más extraña, aquel hombre, aquel ángel de cabellera plateada estaba sobre su piso agitado y mirándola de manera fría.
Yue por su parte parecía estar alucinando, aquella chica era la viva imagen de su antigua señora, solo que no era una niña, si no una bella joven, una muchacha de ojos completamente brillantes, lo que por alguna razón levantaba mucha curiosidad en él, pero además podía ver en ella algo más, un brillo único que sólo los portadores de la sangre de Clow tenían, que sólo los seres llenos de una poderosa magia poseían.
- tu eres descendiente de Sakura… tu portas el poder de Clow
- ¿disculpa?... – contesto la chica aun convencida de que estaba soñando- ¿quien eres tu?, ¿conociste a mi abuela?
- ¿Tu abuela?
- Sakura Kinomoto era mi abuela… ¿quien es Clow?, ¿que haces en mi casa?, ¿quien eres?
- mi nombre es Yue, soy guardián de la luna y el es kerveros guardián del sol, nosotros somos los protectores de las cartas Sakura y su magia - hablo el hombre de ojos azules mostrando entre sus brazos a un Kero completamente inconsciente.
- pobrecito ¿que fue lo que le sucedió? - pregunto angustiada la chica mientras se acercaba al pequeño ser amarillo que le recordaba a un muñeco de peluche, respiraba con dificultad y mantenía sus pequeños ojos cerrados.
- Lo hirieron en la batalla – la chica al ver a tan pequeña y adorable criatura no pudo evitar tomarla entre sus manos preocupada, pero al hacerlo algo inexplicable paso, ella brillo con una luz que repentinamente paso al pequeño y amarillo cuerpo regresándole vida a su color, había pasado parte de su poder a Kero aliviando sus heridas, se pondría bien pero tendría que reposar para recuperar su energía.
- entonces es cierto… - comento Yue con algo de sorpresa que por supuesto no se reflejaba en su rostro- tu posees el poder sobre la magia, eres tu entonces … quien debe derrotar a los siete demonios
- ¿demonios?… ¿tu te refieres a monstruos? – dijo la chica completamente asustada poniéndose de pie, el joven de cabello plateado la miro serio mientras esta comenzaba ahora a temblar con ojos llorosos.
- no monstruos, demonios muy poderosos y peligrosos
- yo no puedo hacer eso… no me gustan los monstruos... esto ya no me es gustando, si este es un sueño... este sueño ya es una pesadilla y quiero despertar
- escucha
- ¡no!, no, no, no, quiero despertar... despierta, despierta, despierta … - susurró la joven, se forzó tanto que comenzó a perder el conocimiento, su cuerpo caía cual pluma al suelo, Yue logro levantarse a tiempo y sostenerla en sus brazos antes de que tocara el piso, la observo con detenimiento, su largo cabello castaño caía sobre su rostro y sin poder evitarlo lo retiró con su mano con suavidad, aquella joven le recordaba tanto a su antigua señora.
- ...Sakura… - susurro el ángel antes de cargarla en sus brazos para regresarle a la cama y que así pudiera descansar lo que quedaba de la noche.
- "huele a mar", se dijo así misma la joven Lee antes de despertar debido al ruido de su alarma - ¡demonios ya es tarde! – grito histérica al observar su reloj, se levanto sin perder más tiempo, tomo un baño, comió algo muy rápido y después salió a toda prisa de su casa rumbo a la pista, todo mientras era observada por un joven de cabello blanco desde la ventana superior.
- debemos ir con ella… para protegerla… ofrecerle nuestro juramento a ella... como sus guardianes
- guarda tus energías kerveros - contesto el alado hombre al pequeño amarillo que reposaba en una almohada del viejo sofá de la habitación
- no... debemos protegerla, esta nueva amenaza la pondrá en peligro… debemos ayudarle, enseñarle… a usar sus poderes… pero por sobretodo cumplir nuestro papel de guardianes… tal y como lo hicimos con Sakura… - dijo el pequeño ser amarillo antes de volver a caer en la inconsciencia, Yue le observo fijamente, tenía razón, si esa jovencita era la siguiente en la linea de su antigua dueña y había heredado su poder significaba que ahora ella era su señora, la señora a la que debía de proteger…
Un elegante joven de cabello rojizo caminaba por los pasillos del parque con un gesto de burla malévola en el rostro, su camino choco accidentalmente con el de otra joven de ojos cafés que se apresuraba a llegar a su destino
- lo siento señorita no le ví – dijo galante el hombre mientras ayudaba a la chica a ponerse pie
- no, ha sido mi culpa también, debí fijarme mejor
- no se preocupe mi lady no tiene porque pedir disculpas…. permítame acompañarle a su destino...
El entrenador y algunas de las otras chicas y chicos patinadores ya se encontraban en la pista con algunos de los movimientos, Tsuki había corrido tras el camión y lamentablemente le había alcanzado hasta muchas cuadras después, irremediablemente había llegado tarde, Kamu le miro y al verla en tal desastre comprendió que había tenido problemas para llegar
- problemas con el camión supongo
- más bien con mis sueño
- como sea, comienza con el calentamiento, debes de alcanzar a las demás, el entrenado Hafat te espera
- si señor – La castaña se cambio, se coloco sus patines y luego de calentar un poco entro a la pista de hielo, era grande y muy iluminada, se podía escuchar una melodía al fondo y como hipnotizada por ella comenzó a moverse, a recorrer la pista con movimientos suaves, delicados al compás de la música, podía imaginarse a si misma en la competencia, con la mirada de todo el público en ella, vestida en un hermoso traje que le hacía juego al tema musical, pondría su corazón en el acto y lograría su objetivo. Los ojos de algunos de los integrantes del equipo se posaron en ella, incluso los de su entrenador que aunque veía detalles a mejorar en su actuación podía también ver posibilidades en ella. Pero no solo eran ellos los que la observaban, otro par de ojos azules y claros como el cielo no le perdían de vista, Yue le miraba desde lo alto de las gradas perdido en los movimientos de la chica, no podía apartar sus azules orbes de ella, algo en esa jovencita despertaba curiosidad en él, cuando por fin la chica termino de hacer su presentación se sintió apenada por lo que se acerco hasta su entrenador para hablarle
- lo siento creo que me deje llevar
- tienes buena técnica niña, pero tendremos que afinar algunos detalles
- estoy de acuerdo – decía la femenina voz de una figura alta, rubia y vestida de blanco que se acerco a ellos
- Lee quiero presentarte a la Srta Sashilo, ella es la principal patrocinadora de nuestro equipo y es gracias a ella que hemos conseguido todo lo necesario
- Es un gusto conocerla – comento las castaña mientras se inclinaba a la mujer, esta le miro y luego dibujo una sonrisa que por un momento le hizo temblar, pero no lo demostró.
- De verdad el placer es mío querida, debo irme, pero estare al pendiente de todo – sin más aquella mujer se retiro, Tsuki no sabía que había pasado, pero un escalofrío había recorrido su espalda al ver aquel gesto en el rostro de la mujer, no le dio más importancia al asunto y continuo con la practica, pero esta no duro mucho tiempo pues repentinamente el telefono del entrenador había sonado y había pedido un descanso para atenderlo.
- ¿qué es exactamente lo que haces aquí? – pregunto Yue detrás de la castaña que se había recargado en la barra de la pista para tomar un respiro, pero al oir la voz del joven de cabello plateado tan cerca y tan sorpresivamente le había hecho dar un terrible brinco que provoco que resvalara y cayera al hielo ante la mirada sería del ángel ahora con sus alas escondidas.
- ¿Pero por que has hecho eso…? espera un momento, estas aquí, si tu estas aquí… entonces no lo … no lo soñe – dijo nerviosa la joven al verlo ahí
- No – contesto Yue sin más
- Pero entonces … los demonios… ¿la magia?
- Deberás aprender a usar tus poderes si quieres defenderte – la ultima Lee ya no dijo nada, ninguna palabra pudo salir de su boca ante tal afirmación, un terrible nervio le invadió con tan solo pensar que tendría que pelear contra demonios, ella no hacía eso, era una chica completamente asustadiza y nerviosa ¿cómo podría combartir algo así? Suponiendo que creyera todo aquello, entonces miro al joven de ojos azules, portaba una playera gris, una chaqueta negra y unos jeans azules, además de que había amarrado su largo cabello plateado en una coleta a su espalda.
- ¿De donde has sacado esa ropa?
- Había mucha en las cajas de tu casa
- ¿Que? - pregunto confundida y molesta pero ya no pudo decir más, otras dos chicas se acercaron a la pareja curiosas por el atractivo hombre de cabellera plateada del lugar
- Hey ¿quien eres tu?- pregunto la morena- yo soy Mila
- Lee, ¿quien es el?, ¿es acaso tu novio?- dijo la rubia de nombre Hommy
- ¿Que?, ¡por supuesto que no!... el es … es… es…- trataba de contestar la chica que simplemente no tenía respuesta alguna, ningún posible invento salía de su cabeza, y la mirada seria de Yue sobre ella no le ayudaba en nada – es… mi… mi... el... es mi... novio… - afirmo tontamente Tsuki para luego regañarse mentalmente por la tontería que había dicho, pero ya era tarde, por suerte justo en ese momento el entrenador había regresado y había llamado al equipo completo, así que las otras chicas comenzaron a acercarse dejando a la pareja sola.
- Pero que tontería he dicho- se giro para mirar al joven- tu regresa a casa y espera a que vuelva, hablaremos ahí – comento molesta la chica antes de darle la espalda.
- no puedes desatender lo que te he dicho, he traído las cartas Sakura para que te ayuden, las dejare en tu mochila
- ¿que?
- Lee Tsuki, necesito que todos estén aquí – dijo Hafat volviéndole a llamar para que se acercara, ella asintió con la cabeza para atender el llamado.
- ¿Tu nombre es Tsuki?- pregunto Yue un tanto impresionado por aquello
- Si, Lee Tsuki, creo que no me presente antes… - finalizo la chica antes de caminar hacia su profesor, Yue de verdad estaba sorprendido, pues al igual que su nombre el de la chica significaba luna pero en Japonés.
- Extraña coincidencia…
El entrenamiento por ese día había terminado, la castaña había revisado por toda la pista rastros de aquel extraño joven de cabello plateado, pero este no había aparecido, tal vez había seguido su indicación y había regresado a casa, ella haría lo mismo. El camino más corto era a través del parque, así que sin más ingreso a el, pero pronto algo llamo su atención, curiosamente el parque parecía estar vacío, no había niños jugando o personas paseando, aquello le asusto por lo que mejor apresuro el paso, entonces frente a ella pudo ver la figura de una chica que caminaba a paso lento hacía ella con la cabeza baja escondiendo su rostro en su cabello que caía, el nervio le invadió y decidió mejor pasar a un lado de ella rápidamente, pero esta bloqueo su camino.
- deme permiso por favor
- ¡más... necesito más...!- grito la mujer con una expresión de terror en el rostro, y sin que la joven pudiera hacer nada se le hecho ensima, sus ojos brillaban de un dorado impresionante y no hacían más que llenar de miedo a la pobre Tsuki, tenía que defenderse, quitarse a aquella "cosa" de encima, entonces sin saber como sus manos se llenaron de luz y expulsaron energía que hizo salir volando a la mujer de ella.
- la magia de Clow, tu posees la magia de Clow, la portadora de la magia de Sakura… - dijo otra voz que salia de la mujer, sin más toda ella comenzo a brillar de dorado y luego esa luz salio de su cuerpo para formar la figura de un hombre de cabello rojizo, el primer demonio daba la cara – finalmente apareciste - decía mientras se acercaba más a ella - finalmente ha llegado el momento de la venganza... nuestro resentimiento será pagado - grito el peli rojo antes de dar su verdadera forma, una sombra, una figura que extendía sus largos y rojos brazos, sus ojos dorados y su figura atemorizante, el demonio de la irá estaba despierto. Ahora listo dio el primer golpe, Tsuki estaba tan atemorizada que no reaccionó, se quedo congelada sin poder hacer nada mientras veía el ataque de aquel demonio llegar a ella, de pronto un par de brazos la tomaron por la espalda y le quitaron justo a tiempo, la chica subió su rostro para mirar el del joven de cabello plateado que no había perdido de vista al enemigo.
- Yue...- dijo la chica en un susurro envuelto en miedo y aun temblando
- tienes que usar tu poder, usa las cartas que te entregue, sólo tu puedes hacerlo, yo te dare tiempo- dijo el joven alado mientras se lanzaba al aire, disparando sus flechas para que el demonio le siguiera, Tsuki tomo su mochila y saco de ella el paquete que el platinado le había dado, miro las cartas en su mano tratando de entender lo que tenía que hacer, nadie se lo había dicho, había escuchado de ambos que tenía un poder y que debía de controlarlo para poder derrotar a su enemigo, pero nadie le había mencionado como, le era difícil simplemente no tenía ni la menor idea de como lograrlo, entonces aquel ser de magia derribo a Yue que cayó de lleno al suelo, con dificultad se puso sobre sus manos solo para mirar a aquel demonio acercándose a él listo para dar el golpe final.
- ¡Yue cuidado!- grito la chica al verlo caer y más cuando aquella criatura estaba por aplastarle, no supo que ni de donde salió, simplemente lo grito – ¡escudo! – de entre las cartas que tenía en sus manos salió una que de inmediato cubrió al joven de cabello plateado defendiéndolo del ataque del demonio, pero inevitablemente llamo la atención de este ahora hacía la chica, esta al verlo acercarse se levanto y corrió para tratar de escapar de aquello pero tropezó terminando en el suelo ahora con el monstruo ya casi sobre ella, Yue no pudo más que mirar sorprendido como la criatura prácticamente quedaba sobre ella sin que él pudiera hacer algo a tiempo, la mataría frente a él – ¡espada! – se escucho en el fondo y luego un grito de dolor del demonio que había sido atravesado por el filo de una espada en las manos de la chica, había podido llamar el arma justo antes de que la criatura quedara sobre ella y debido al movimiento esta se había estrellado justo en el filoso objeto.
- Podrás haberme matado a mi niña, pero soy el demonio de menor poder … tu suerte… no te ayudara con mis herm… hermanos… - dijo el ser antes de desintegrarse como humo, Tsuki estaba completamente aterrorizada por lo que había pasado, soltó la espada en sus manos y esta se transformo en carta mientras que su dueña se envolvía en si misma cubriendo sus manos con su rostro y escondiéndola entre las rodillas, Yue al verla afligida no pudo evitar el acercarse a ella y rodearla con sus brazos para tratar de calmar a la temblante criatura, Tsuki se acurrucó entre sus brazos buscando su calor y dejo que algunas lagrimas cayeran, el peli blanco la abrazo con más fuerza y sin pensarlo más comenzó a susurrar su juramento a ella, prometería serle fiel y protegerla como su nueva señora.
Ya era muy noche cuando finalmente aquel hombre alado había llegado a la casa de su ama con ella en sus brazos, la deposito en la cama y le cubrió con la cobija, estaba completamente dormida, Kero le había visto llegar y se le acerco preocupado por lo que había pasado
- ¿Yue que paso?
- El primero de los demonios… Tsuki logro detenerlo… aunque…
- Tu la protegiste… ya le has dado tu juramento, ¿no es cierto? – pregunto el pequeño ser amarillo curioso por la respuesta de su amigo que había tardado segundos en salir de sus labios, para alguien tan frío y calculador como él aquello había sido una eternidad
- Tenía que hacerlo, ella es nuestra nueva dueña ahora
- Lo entiendo, debemos ayudarle ella es la única que puede detener la catástrofe
- lo sé
Lejos de ahí en un lugar muy oscuro se encontraban los otros seres que aunque no lamentaban la muerte de su hermano si se habían prometido le vengarián.