Disclaimer applied.

¡Hola, hola, hola! Siento mucho el retraso, mis queridos lectores; acabo de empezar clases y ya tengo kilos y kilos de tarea, pero estén tranquilos, siempre puedo encontrar un rato libre para escribir.

Quiero agradecerles a todos los que han dejado Reviews, y les informo que ya les he contestado por MP. A aquellos que no tengan una cuenta, les agradezco de antemano y les mando un enorme beso por su apoyo y sus reviews.

En fin, basta de mi parloteo, disfruten el tercer capítulo.

Beyond the sea

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Capítulo tres: Gives you hell

When you see my face I hope it gives you hell, hope it gives you hell.

When you walk my way, I hope it gives you hell, I hope it gives you hell.

When you hear this song I hope that it will give you hell,

you can sing along I hope that puts you

through hell.

The all american rejects

Rukia observaba el techo de madera esperando que el sueño regresara, debían ser más o menos las cinco de la mañana y la joven no tenía ganas de comenzar el día. Habían pasado dos semanas desde su encierro y a pesar de aquello la chica no lograba acostumbrarse a convivir con ellos, pues aún cuando se la pasaba todo el tiempo ignorándolos, a la capitana le era incómoda la situación.

Luego de un rato de moverse de un lado a otro bajo las viejas cobijas y parchadas cobijas, buscando una posición cómoda, Rukia optó por levantarse. La joven se puso de rodillas sobre el suelo, cuidadosamente para no despertar a nadie y echó un vistazo a la improvisada habitación en la que se les había permitido quedarse, la cual habían dividido con una cortina en dos partes, una para los hombres y otra para las mujeres.

La joven se puso en pie y llevando consigo sus dos cobijas se dirigió sigilosamente a la salida, saltando por encima y entre brazos, piernas y cuerpos. Dobló una de sus cobijas y la colocó sobre uno de los barriles cercanos a la puerta; tomó el otro cobertor y se lo paso por atrás de los hombros, Rukia estaba segura de que a esa hora haría frío afuera. Localizó sus botas acomodadas en una hilera con el resto de los zapatos de su tripulación, se las calzó, aún mojadas por los acontecimientos anteriores y salió a la cubierta.

La joven capitana trepó por las sogas y se sentó en el lugar que ocupaba el vigía, observó al horizonte y se permitió a si misma recordar los momentos felices con su hermana y sus padres, que en paz descansaban y de sus amigos de Port Royal.

—Hacía mucho que no hacías esto —dijo una voz tranquila. Rukia se giró para ver a Momo tomando asiento al lado de ella.

—Si, ya llevaba un rato, llegas justo a tiempo, Momo —dijo la capitana compartiendo su cobija con ella.

Momo descansó su cabeza sobre el hombro de Rukia y esta posó su mejilla en su cabeza, acciones como aquellas eran demasiado extrañas en Kuckiki Rukia, pues durante toda su vida, la chica fue educada para ser una mujer fría y calculadora, muy parecida a su hermano.

Juntas, las dos amigas compartieron una vista maravillosa.

-oOoOoOo-

Durante el tiempo que llevaban Rukia no había vuelto a hablar con el capitán y tampoco había tenido ni un solo problema con la tripulación pirata, parecía que algunos se estaban adaptando a la compañía del equipo contrario y en algunas ocasiones hasta charlaban corta y ocasionalmente entre ellos, en cuanto a los otros, piratas y oficiales, que continuaban recelosos con la situación, hacían lo mejor para ignorarse, limitándose a hablar tan solo con los de su propia tripulación y lanzando miradas asesinas de vez en cuando, como era el caso de Rukia.

—No lo estás haciendo bien —le dijo una chica de cabello negro y corto.

Rukia no le volteo a ver, sabía a quien pertenecía la voz, la chica se llamaba Tatsuki Arisawa, la Kuchiki le había visto un par de veces, conocida por su ruda y un tanto violenta actitud.

Rukia no respondió, terminó de ajustar la soga firmemente, se enderezó y caminó lejos de ella, pasándola de largo y adoptando ese aire aristocrático y de grandeza.

—¡Hey te estoy hablando! —gritó Tatsuki.

—¿Qué, estás sorda? —exclamó la pirata irritada.

Rukia giró la cabeza y miró indiferentemente a la mujer sobre su hombro. La expresión de la otra mujer parecía buscar algún tipo de enfrentamiento.

—Te escuché la primera vez, si no respondí fue porque no lo deseé y porque lo encontré innecesario— comenzó a decir la Kuchiki— la cuerda esta bien atada y si no te parece, entonces átala tu misma. —finalizó y continuó su camino.

No dio bien dos pasos, cuando sintió un líquido escurrir por su cabello y su ropa, colándose por el cuello de su camisa y recorriendo su cuello y espalda. El líquido parecía ser color ámbar y olía a licor barato.

—Oh, oh, esto se pondrá feo —murmuró Yumichika, el chico pirata de las plumas, mirando boquiabierto a la capitana naval.

—Estoy de acuerdo. Diez monedas de oro a la chica nueva —dijo Ikkaku.

—Trato —aceptó Yumichika.

Rukia se giró lentamente con una expresión asesina en el rostro.

—Acabas de cometer el peor error de tu vida —advirtió la capitana.

—¿Deberás? la verdad yo no lo creo, enana. —contestó Tatsuki divertida sacando una espada y dando la primera estocada.

Rukia la esquivó velozmente y en un suave y limpio movimiento sacó del cinturón de Arisawa la otra espada, la empujó con la mano en la espalda y colocó cierta distancia entre ellas.

—¿Atacar a alguien no armado? —bostezó Rukia— que pirata de tu parte.

La mujer volvió a atacarla y ella la esquivó nuevamente. Tatsuki frunció el ceño y lanzó otra estocada, Rukia la bloqueó sin problemas y continuó deslizándose por el suelo.

Continuaron así por un tiempo y la mujer pirata cada vez se enfurecía más y más, pues la capitana parecía no poner ningún esfuerzo de su parte y bloqueaba los ataques sin dificultad alguna, y por sobre todo los gestos de aburrimiento e indiferencia que vestía la mujer era lo que más aborrecía Tatsuki.

—¿Es todo lo que tienes? —preguntó Rukia aburrida saltando detrás de Tatsuki con una pirueta.

—Mira quién habla. Te mueves y te mueves pero no haces el menor intento por atacar.

—Para qué atacar si incluso así vas perdiendo.

La simple oración enfureció aún más a la pirata quien se dedico a lanzar ataques a diestra y siniestra, los cuales Rukia seguía esquivando y bloqueando.

—¡Rukia, detén esto! —gritó el pelirrojo desde la multitud que se había formado alrededor de ellas.

—Ni lo pienses Renji, ella se lo ha estado buscando durante todo este tiempo —contestó la muchacha sosteniendo la espada con ambas manos, desde la punta y el mango, sobre su cabeza para evitar otro ataque.

—¡Rukia-chan! —llamó Momo distrayéndola un poco a lo cual Tatsuki tomó ventaja con un ataque que la pequeña mujer apenas pudo esquivar recibiendo un roce de la espada de su contrincante.

—Mierda —maldijo Renji sabiendo lo que sucedería a continuación.

—Oh —murmuró la capitana tocándose la mejilla delicadamente y mirando las palmas de sus dedos, encontrándose con una pequeña mancha de rojo carmín en sus dedos —lamentarás esto —amenazó Rukia y la sonrisa altanera en el rostro de Tatsuki se desvaneció enseguida.

Rukia se abalanzó sobre su contrincante con una serie de movimientos que fueron difíciles de bloquear. La capitana no se detuvo ni por un segundo y continuó a la ofensiva logrando rasguñar y rasgar aquí y allá mientras Tatsuki retrocedía. En una ocasión, la pirata tropezó con algo detrás de ella y cayó al suelo. La Kuchiki reposó la punta de su espada en su garganta y la miró como si fuera una cucaracha.

—Gané —dijo la capitana bajando la espada y dándose la vuelta decidida a olvidar aquello y seguir con sus labores.

—¡Capitana! —exclamó Hanataro, el médico de la tripulación naval y Rukia reaccionó a tiempo para bloquear un ataque.

La multitud aclamó y ambas chicas se envolvieron en otra pelea. Sin embargo, las circunstancias ahora eran distintas, pues ahora Rukia parecía ir enserio, ya no se limitaba a la defensiva sino que ahora atacaba seriamente rasguñando aquí y allá.

La capitana no cedía con los ataques y a Tatsuki le costaban bloquearlos, al ser su oponente mas pequeña, ágil y rápida Arisawa no tenía otra alternativa más que retroceder. La pirata sintió su espalda chocar con la borda del barco, dándose cuenta de que estaba atrapada y su contrincante no parecía detenerse.

—Ya fue suficiente —exclamó el capitán acercándose con pasos firmes a la escena. Todos voltearon en su dirección y se callaron.

Sin embargo Rukia no presto atención a la llamada y en su lugar sonrió arrogantemente e hizo un ademán de atacar. Tatsuki instintivamente esquivó el falso ataque y cayó al agua.

—¡Tatsuki-chan! —exclamó Orihime acercándose asustada, al igual que todos. Esperaron unos segundos antes de que la mujer saliera a la superficie.

Kuchiki se cruzó de brazos y miró de reojo a Tatsuki giró sobre sus talones y golpeó con una soga el pecho de Ichigo, quien se encontraba justamente atrás de ella

—Ten —dijo refiriéndose a la soga— sube a esa mujer de vuelta, el agua salada deberá estar calándole las heridas —explicó antes de marcharse dejando al zanahoria con el resto del trabajo.

Ichigo no perdió ni un solo segundo y arrojó la cuerda a Tatsuki para después tirar de ella y subirla de vuelta. Inoue no perdió ni un segundo y corrió hacia su amiga para asegurarse que se encontrara bien.

-oOoOoOo-

Luego de haber enviado a la chica a la enfermería y haberse asegurado personalmente de que su amiga se encontrara bien, Ichigo se acercó a la capitana naval, quien charlaba amenamente con alguien de su tripulación y olvidando por completo lo que había sucedido minutos atrás.

—Quiero saber que fue lo que sucedió —exigió el capitán deteniéndose a un metro detrás de la chica.

Rukia se disculpó educadamente y se dio la vuelta para enfrentarlo. Colocó su manos en su cintura y adoptó una posición retadora.

—¿Qué no te lo dijo ella? —preguntó tajantemente— combatimos y tu amiga perdió.

—Ella dijo que tú lo causaste —contestó Ichigo de vuelta.

—Si de verdad crees eso entonces compruebas mi teoría de que eres un capitán idiota que no conoce a sus propios camaradas.

El joven la fulminó con la mirada y se cruzó de brazos, expectante a una explicación más detallada por parte de la mujer. Rukia giro los ojos y miró hacia un lado, era claro que él no la dejaría en paz hasta escuchar una condenada respuesta, la mujer le miró de vuelta antes de contestar asegurándose de que el notara la expresión de repugnancia y desprecio en su rostro.

—Ella me arrojó un vaso de ese licor barato que ustedes los piratas consumen, me molesté y combatimos. Entonces perdió, lanzó un ataque traicionero ocacionando que me molestara más, la acorralé y creo saber que ya sabes el resto, ¿contento? —resumió la chica pausadamente.

—¿Era muy difícil explicar eso? —preguntó el inclinándose en su dirección.

—El tan solo verte es difícil —contestó ella dando por finalizada la conversación —Y hablando estrictamente todo esto es TU culpa…

El capitán había dejado de escucharla pues una pequeña cortada en la mejilla de la mujer llamó su atención, era la única herida que Tatsuki había logrado atinar y también parecía ser la única imperfección en el rostro de porcelana de la mujer.

Fue cuando Ichigo entendió que las intensiones de su amiga no tenían que ver en nada a un duelo amigable, sino todo lo contrario. Era claro que Tatsuki había iniciado todo aquello y fue provocando a Rukia hasta que esta se defendió.

—Oye, tienes una… —comenzó a decir el muchacho levantando su mano en dirección ala mejilla de Rukia, quien calló instantáneamente al ver la acción de él. La manoteó su mano con su brazo de forma un tanto ruda evitando que él la tocara y retrocedió un paso.

—No me toques —dijo fríamente y por unos momentos Ichigo juró haber visto odio destilando por esos enormes ojos violetas —yo me encargo de esto —finalizó la mujer con el mismo tono. Giró sobre sus talones para comenzar a caminar y se llevó una mano a la mejilla.

Ichigo la miró alejarse atónito por la reacción de la chica, nunca antes en su vida había recibido una mirada tan cargada de desprecio que hasta le llevó a preguntarse la razón por la cual aquella mujer parecía aborrecerlos con toda el alma. El capitán entendía que no se debía al echo de que hayan quemado su barco, oh no, la razón que debía tener aquella chica debía ser muchísimo más profunda.

Rukia no dio más de dos pasos antes de voltear y mirar al capitán sobre su hombro.

—¿Ella se encuentra bien? —la escuchó preguntar, efectivamente sacándolo de la estupefacción.

—Ehh si, si, las cortadas fueron realmente superficiales, solo fue la sal del agua lo que le molestaba.

Rukia asintió con la cabeza seriamente y continuó con su camino, lejos de él y hacía Renji.

—¡Espera! —exclamó él y esperó a que la mujer volteara a verlo— ¿Por qué te interesa ahora?

—No lo sé, pero no debería —mintió Rukia cortantemente antes de marcharse.

La verdad era que la razón por la que había mostrado interés por el estado de Tatsuki fue porque en el fondo le preocupaba. Muy poco en verdad, pero aún así le preocupaba, pues Rukia no era conocida por matar gente, a decir verdad, si pusiéramos de lado su fría e indiferente personalidad, la joven Kuchiki sería considerada la capitana más bondadosa de todo el ejercito naval. Los tiempos angustiantes en su vida y la tragedias despertaron en ella cierto apreció por la vida, pero claro ese era un aspecto que la mujer se aseguraba de ocultar, de lo contrario se le vería como la joven e inocente chica que en realidad era.

El capitán miró hacia el horizonte y luego sacudió la cabeza, alejando aquellos pensamientos inútiles que no le servían de nada. Giró sobre sus talones y entró a su cámara, era momento de encargarse de las cosas que realmente importaban.

-oOoOoOoOo-

Flashback

La pequeña niña no sabía cuanto tiempo había permanecido en aquel oscuro armario, pero asumía que llevaba al menos una hora metida allí, lo sabía porque tenía las piernas y brazos entumecidos.

Durante la última hora, había escuchado el sonido metálico del chocar espadas, el estruendo de un cañón y los repetidos disparos de armas de fuego, acompañados de gritos, ordenes y risas ocasionales.

Rukia se cubrió los oídos con las manos y cerró los ojos, apretando los parpados fuertemente. La chica no era tonta, ella sabía que la tripulación de su hermano se encontraba peleando contra otra tripulación, probablemente una de piratas, y lo que más le angustiaba era el hecho de que nadie parecía venir.

La pequeña tenía que aguantar las ganas querer salir de su escondite pero era lo suficientemente grande para entender que no ayudaría en nada que ella subiera, sino todo lo contrario.

Rukia abrazó sus piernas y reposó la barbilla sobre sus rodillas intentando acompasar su respiración. Se llevó una mano a la mejilla para descubrir que estaba llorando, se limpió los ojos y los sollozos se fueron apaciguando conforme el sueño se apoderaba de ella.

Fin del flashback.

—¡Rukia! Despierta —exclamó Momo zarandeando suavemente su hombro.

—¿Eh qué? —preguntó ella sentándose sobre las cobijas y mirando a su alrededor desconcertada y agradecida de que no se tratara de un armario.

—Son casi las diez, ¿te encuentras bien?

—Uh, si, si, estoy bien, fue sólo un sueño. —murmuró.

Su amiga la miró por unos largos segundos antes de sonreírle cálidamente.

—Bueno, será mejor que nos levantemos. Ya todos se nos han adelantado —comenzó a decir Momo colocado al lado de su amiga un cambio de ropa limpia —te dejaré para que te cambies, ¿de acuerdo?

—Si Momo, gracias.

Momo le sonrió nuevamente y doblo las cobijas de Rukia antes de marcharse, dándole un poco de privacidad.

—Fue un sueño, sólo eso —se dijo para si misma la muchacha antes de ponerse en pie y alistarse con los pantalones cortos y la camisa de algodón recién lavados.

Rukia subió a la cubierta y ayudó a su equipo con sus tareas respectivas, tareas sencillas que nadie nunca quería hacer como fregar los pisos, atar las cuerdas y subir y bajar barriles.

—Hey Rukes, piensa rápido —le dijo su amigo Renji lanzando una fresca manzana a su capitana quien se volteó en el momento justo para atrapar la fruta.

—Heh estúpida piña —bromeó la chica dando un mordisco y recargándose en uno de los barriles.

—Con un gracias es suficiente.

—Lo tendré en mente la próxima vez, ¿desayunaste ya?

—Si, un poco de pan.

—Heh. Pura comida gourmet nos sirven aquí. —dijo sarcástica,

—De reyes —bromeó él.

Ambos amigos hablaron por un rato mientras Rukia terminaba su manzana. Tocaron temas triviales y superficiales, desde como se veía el clima hasta chistes y bromas discretas de los integrantes de la tripulación pirata.

—Enserió, lo juro, lo vi abrir una almeja con los dientes —exageró Renji.

—Ha de ser por el oro que tienen incrustado en los dientes.

—Quizás.

Ambos continuaron riendo hasta que la chica pensó que era hora de regresar al trabajo.

—Muy bien Abarai, se terminó el descanso, a trabajar holgazán. —dijo dándole la última mordida a la manzana.

—Como usted diga, capitana —sonrió él adelantándose unos pasos.

—Hey Renji, piensa rápido —le llamó la mujer arrojándole el corazón de la manzana el cual se estampó en la frente del pelirrojo. Rukia hizo una mueca y negó con la cabeza— muy lento.

—Lo hiciste por venganza, Rukes. —le miró entrecerrando los ojos.

—Obviamente —le sonrió de vuelta antes de caminar en dirección de la proa.

Rukia vertió el contenido de agua sucia en el océano y miró las cristalinas olas chocar contra el barco. La chica se recargó causalmente sobre la borda y miró al horizonte, tras unos segundos pudo notar que había algo fuera de lo normal. El viento parecía muy tranquilo y la marea parecía más calmada que siempre. La Kuchiki reconoció el patrón caminó en dirección del timón.

—¡Zanahoria! —llamó la mujer apresurada.

Continuará…

Esto es todo por hoy. Las cosas entre Ichigo y Rukia aún son completamente indiferentes aunque nuestro zanahoria comenzó a tener un ligero interés en la enana. Aclaro que es tan solo un interés, no preocupación ni nada por el estilo, no aún.

¿En cuanto al final será que vaya a pasar algo? Heh uno nunca sabe con esos dos.

Espero en verdad que les haya gustado este capitulo y de ser así, por favor dejen un review y díganme que piensan, que opinan y quien cree saber lo que sucedeá, adivina adivinador.

Gracias a todos, los quiero mucho.

Eliza.