Me he tardado mas de lo planeado... Ups xDDD

Bueno, sin más qe decir,

¡Espero les guste! :D

Mashima-sensei!

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Peligroso

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El sol ya había caído y ya no quedaban rastros de el. Solo la oscuridad se abría paso entre el pueblo y el interior de las casas eran alumbradas por la luz amarilla de las velas.

En una elegante habitación de la mansión McGarden, una rubia de vestimenta humilde, balanceaba sus pies en el aire mientras permanecía sentada en una orilla de la cama, observando a la peliceleste que permanecía frente al espejo.

— ¿Porque te arreglas el cabello, Levy-chan? —preguntó curiosa y alzando una ceja— Ya es hora de dormir.

Levy se estremeció del susto. Estaba tan concentrada en arreglar sus alborotados cabellos, que había olvidado que Lucy la observaba.

—P-Por nada —dijo algo nerviosa y se giro en su silla a observar a su compañera. — ¿P-Porque no te vas a dormir ya, Lu-chan?

—No. —Respondió con simpleza— El Duque dijo que te acompañara hasta que te durmieras.

Levy se levanto con una sonrisa de su asiento y se acerco a la rubia. La tomó con cariño del brazo y muy sutilmente comenzó a dirigirla a la puerta.

—Es muy exagerado, no tienes porque velar mi sueño —Lucy la escuchaba extrañada y antes que se diera cuenta, Levy ya la había sacado de la habitación— ¡Buenas noches!

— ¿Pero que ra...? —tardo unos segundos en reaccionar al ver la puerta cerrada en sus narices y comenzó a golpearla, ya que estaba cerrada con llave— ¡Levy-Chan! ¡¿Que me estas ocultando?!

— ¡N-Nada! —Respondió del otro lado de la puerta— ¡Ve a dormir! ¡Come algo! ¡Habla con Natsu! ¡Descansa!

La rubia hizo un gesto de molestia cruzándose de brazos y a regañadientes se retiro de ahí.

Levy permaneció unos minutos escuchando tras la puerta que no hubiera nadie.

Soltó un suspiro cansado, y eso que todavía no daban las nueve de la noche. Meditó un momento cuando estuvo completamente sola ¿Lo había malinterpretado? Lo que le dijo aquella chica, ¿Se refería a él? Aunque así fuera, su padre había doblado la seguridad de la mansión por el fallido intento de secuestrarla, seguro Gajeel no podría ni acercarse al jardín.

Miró como las cortinas bailaban por el viento de la ventana de su balcón. De verdad la había dejado abierta.

Entonces sintió como si un balde de agua helada cayera sobre ella y su cara se puso roja como un tomate. ¿De verdad quería a un bandido en su alcoba? ¿De noche? ¿A solas?

Toda la sangre se fue directo a sus mejillas y casi podía sentir que su cara humeaba.

Corrió avergonzada a encerrarse en el baño para mojarse la cara. Se miró en el espejo redondo empotrado en la pared, y espero unos minutos a que su sonrojo bajara. Se dio unos leves golpecitos en el rostro para recobrar la compostura y respiro profundo un par de veces.

Ya habia tomado una decisión. Volvería a su habitación y cerraría la ventana con seguro. Aunque él fuera... ¡No lo dejaría entrar!

Arreglo su bata de dormir y abrió la puerta del servicio para poder salir.

Pero se detuvo unos pasos después.

Sintió su respiración detenerse por un momento y como volvía a sus mejillas el rubor que tanto le costo desaparecer.

—Estas tarde, los niños pequeños se duermen temprano, enana —espetó con tono burlón un chico de vestimenta negra y ruda, mientras permanecía recostado en la cama de la chica, mirando al techo, usando sus brazos como almohada tras su cabeza. —

— ¿P-Pero como...? —balbuceo sorprendida, y avergonzada, observándolo. Esté, por su parte, la dirigió con la mirada hacia la ventana abierta— ¿Y los guardias?

Gajeel solo se encogió de hombros con indiferencia, y Levy, en un impulso, corrió a asomarse al balcón. Había muchos guardias y criados quienes cuidaban los alrededores.

— ¡Levy! —Gritó desde la planta baja un joven pelinegro de peinado extraño, saludando enérgica y felizmente a la chica. — ¡Levy!

—D-Droy... —dijo al verlo, respondiendo torpemente al saludo—

— ¡Mira! ¡No te preocupes de nada! —Exclamó con satisfacción, señalando a todos los demás que hacían guardia— ¡Ningún bandido podrá acercarse a ti!

— ¿Ninguno? —Preguntó con una sonrisa nerviosa, viendo de reojo al alto pelinegro que ahora curioso, hurgaba entre sus libros. —

— ¡Ninguno! ¡Te doy mi palabra!

La peliceleste se despidió de él con una sonrisa nerviosa, cerrando tras de si la ventana y las cortinas.

No podía dejar que nadie viera a Gajeel ahí dentro, seguro lo mandarían ejecutar. Y no por haber ultrajado sus aposentos, sino por ser de los bandidos más buscados del continente.

—Bah, que cosas tan aburridas tienes aquí —exclamó Gajeel soltando con aburrimiento un libro que había sacado de uno de los estantes— Solo hay libros.

— ¿P-Porque has venido? —indagó Levy nerviosa, asegurándose de que la puerta estuviera bien cerrada—.

—Me dejaste muy intrigado la ultima vez —el pelinegro hablaba con seriedad— Quería verte.

Las mejillas de Levy tomaron un leve rubor.

— ¿De veras?

—Si. Eres tan enana que pareces un duende, tenia curiosidad de saber si tus cosas eran igual de pequeñas —Gajeel soltó una carcajada, lo suficientemente baja para no ser descubierto, pero con el volumen necesario para molestar a la peliceleste— Pero todo se ve bastante normal. Vaya decepción.

Ella hizo un berrinche infantil, inflando las mejillas y cruzándose de brazos, mientras él continuaba de aquí para allá hurgando entre sus cosas descaradamente. De una manera inexplicable, era una conversación agradable. Hasta que Levy recordó un detalle pequeño, pequeño pero importante.

Él era un bandido que intento secuestrarla.

—Gajeel —lo llamó sentándose en la orilla de la cama, mientras él desordenaba libros y revolvía hojas, — ¿Has visitado muchos lugares? ¿Son lejanos? ¿Como es tú gremio? ¿Son muchas personas? ¡Cuéntame!

Lo que Gajeel creyó seria una pregunta seria, no fue así. La vocecilla de la chica era un sin fin de preguntas extasiadas y llenas de curiosidad. El pelinegro solo alzó una ceja.

— ¿Segura que tienes cerebro? —Gajeel sonrió de lado maliciosamente y desenfundo una daga— Porque al parecer no evalúas las situaciones.

Los grandes ojos avellana de Levy se abrieron desmesuradamente.

— ¡Asombroso! ¡Una daga! —de un salto se puso de pie y se acerco a Gajeel para examinarla cuidadosamente, como si de un juguete se tratase— Papá no me deja ni acercarme a cualquier cosa que corte.

La absurda confianza de Levy hacia él por momentos lo desconcertaba. Pero sin oponer resistencia le dejó su arma a la que seria, su pequeña y curiosa enemiga. Hasta a él le era difícil distinguir quien era el estúpido, ella por confiada o él mismo por bajar la guarda al estar con ella.

— ¿Para que la usas? —peguntó Levy aún observando cada detalle del arma, la cual en su mango, llevaba grabadas las letras GR

—Para cortar cebollas.

— ¿De verdad?

— ¡Claro que no, tonta! —Respondió frustrado, quitándosela de sus pequeñas manos— ¡Es obvio que para atacar y robar!

— ¿Como a mi? —dijo ahora, algo desanimada bajando la mirada— ¿Porque no me secuestraste ese día? Estaba indefensa…

—Tengo derecho a cambiar de opinión. No sigas con eso, enana. —espetó con firmeza. Gajeel se acerco intimidantemente a ella y sonrió de lado— Aunque seria diferente si tú quisieras venir, soy flexible.

El ritmo cardiaco de la chica se acelero notablemente y su cara se torno de un intenso rojo.

—¡N-No! ¡Y-Yo...!

Levy-chan, abre la puerta, soy Lucy.—hablo una voz del exterior, tocando con insistencia la puerta— Me estas preocupando… ¡No me hagas llamar al Duque!

La pequeña chica entro en pánico. Tenia en su habitación a un bandido que ela misma habia dejado entrar, había muchos guardias afuera y su dama de compañía amenazaba con entrar. Sin mencionar que Lucy guardaba una llave de su habitación.

Trato de anticuar palabra inútilmente, mientras buscaba con torpeza un lugar donde esconder al bandido.

—Me iré. —Dijo sin más—.

— ¡Pero te verán! —Susurro agobiada— ¡Espera! ¡Te esconderé!

Gajeel rio por lo bajo al mirar a Levy buscando una manera de ayudarlo.

Que chica más tonta.

—Estas habando con un bandido, enana. No me subestimes.

— ¿Volverás? —pregunto esperanzada—

—Si veo la ventana abierta, tal vez —dicho esto, sonrió de lado y salto por a ventana, dejando a Levy con el corazón acelerado—

Los golpes en la puerta eran cada vez más desesperados, pero la peliceleste no le prestaba a menor atención. Se había quedado con la mirada perdida en el bosque que había al cruzar la valla de jardín. Por donde Gajeel había huido.

—¡Levy-chan! ¡¿Con quien hablabas?! —entro la rubia de golpe, mirando amenazadoramente por todo el lugar, buscando aquello que su amiga escondía. Pero solo la encontró dándole la espalda a la ventana, sonriéndole, haciendo… Nada— Hmmm… A mi no me engañas, algo te traes.

Levy solo sonrío.

…..

El padre de Levy era un buen hombre. Era traquilo y amaba a su hija. Tambien era un Duque de gran renombre. Desde que su esposa habia muerto, él solo velaba por el bienestar de su hija. Por eso desde el intento de secuestro, habia hecho todo lo posible por protegerla de esos bandidos.

Nunca, por ningun motivo, permitiria a ningun otro malechor acercarse a ella. Eso estaba bien grabado en su mente. Y lo grabaria a fuego sobre cualquiera, si fuera necesario.

—Gajeel-kun se ve distraido —murmuro una peliazul con voz preocupada— Desde que conoció a Levy-san.

Era de día, en un campamento en medio del bosque. Era sencillo, pero bien equipado. Tiendas provicionales, pero firmes, las cuales les daban refugio en las noches. Todas situadas ordenadamente al rededor de una fogata, la cual encendian en la noche para dar calor y alejar a los animales salvajes.

Tambien mantenian cerca los botines, los carruajes hutrados, los caballos y los carruajes de transporte.

Junto a la chica que hurgaba en una de las tiendas, buscando un buen disfraz, un chico igualmente peliazul, ya sin camisa.

—Si, ya todos lo hemos notado —respondió con desinteres, observando el paisaje repleto de árboles y mirando de a ratos a la chica— Solo espero que no cometa una estúpidez.

—Juvia cree, que quizá esta enamorado —dijo felizmente la chica—.

—Eso es lo peor que podria pasarle. —sentencio seriamente—

—Pero, Gray-sama, tal vez solo...

—¿No lo ves, Juvia? Somos bandidos, ella es una niña rica. Si se encapricha con ella —Gray la miró fijamente, tambien algo preocupado— ¿Que es lo que hara? ¿Pedirle permiso a su padre para salir con ella?

—Gajeel-kun... —Juvia habia entendido muy bien lo que Gray trataba de decir. Y estaba aún más preocupada—.

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XxXxXxX

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lalalala~!

¿Que tal? ¿Les gusto? ¿Un review? :DDD

Para qe mi alma no muera xDD

De por si Mashima me tiene traumada con no haber publicado el cap 312 esta semana Q^Q

Bueno, nos leemos!

Kanako, fuera,

¡Paz!