Disclaimer: yo no soy dueña de Jimmy Neutrón ni de sus personajes, todos esos derechos son de Nickelodeon y DNA productions, todo lo escrito aquí es solo producto de mi imaginación sin fines de lucro.

Capítulo final: Destino.

El Candy bar se volvió el centro de citas para todo Retroville. Me marea observar la melosidad de las parejas que inundan el lugar, miradas coquetas, sonrisas sonoras y constantes besos, algunos castos y otros cargados de pasión.

De la nada, siento que unas cálidas manos tapan mis ojos ¿Acaso Carl se volvió loco e intenta coquetearme?

—Te advierto de una vez, si no quitas tus asquerosas manos de mis ojos desearás jamás haber nacido, Carl.

— ¡Digno de ti, Vortex!

Me congeló, esa voz con tono de grandiosidad y egocentrismo tan propio de él, el mismo chico que ha estado vagando en mis pesadillas desde que se fue. ¿Que se supone que hace aquí?

Me giro hacia su persona y lo analizó, sus ojos azules tan bellos como el cielo, su cabello distribuido entre su cabeza con un corte elegante y no como en los viejos tiempos cuando su peinado formaba un helado. Llevaba el mismo vestuario de siempre, playera roja con un átomo en medio y unos jeans azules, sin embargo, su cuerpo se ve más trabajado como si hubiese asistido al gimnasio.

Me derrito, se ve tan endemoniadamente atractivo que me imagino babeando como una niña de ocho años ante un pastel de chocolate.

— ¿Qué mosco te picó, Neutrón? ¡Llegas de la nada y tratas de!… —"Coquetearme", pensé— ¿Jugar?

—Qué días…— murmuró sonriendo de oreja a oreja— como en los viejos tiempos, tu siendo tan dramática y explosiva como si todo lo que yo hiciera te molestara. Creo que incluso mi presencia te hace enojar— declaró, pude notar en él una mezcla de alegría y tristeza, su sonrisa se desvaneció paulatinamente dejando solo un reflejo de introspección.

— ¿Cuándo llegaste? — pregunté, no quise argumentar nada con respecto a lo que dijo.

—Hace tan solo una hora.

— ¿Y lo primero que haces es venir al Candy bar?

Noté que mi pregunta puso nervioso al sabelotodo de Neutrón, movía constantemente su pierna derecha como si estuviese ansioso por decir algo.

—En realidad solo quería encontrarte, Cindy.

¿Qué clase de sueño estaba viviendo en ese momento? ¿Acaso es el fin del mundo o una más de mis pesadillas? ¿Escuché bien? ¿Neutrón dijo que después de su largo viaje por el espacio con los de la NASA, volvió, y lo primero que hizo fue buscarme?

—Seré directo, tal y como tú eres, Cindy. Yo, vi cosas grandiosas en el espacio y aporte mucha ciencia a mi país, mis inventos funcionaron para entender muchas cosas. Fui el joven más feliz de la tierra…

— ¡Si, si, si! , Ya entendí Nerdtron, viviste aventuras maravillosas mientras que la vida en Retroville sigue igual de monótona. No tienes por qué restregarme tus logros, Rey cráneo.

Debí imaginarlo, quería verme para que pudiera envidiar su grandiosa vida.

— ¡Vortex, espera! Por primera vez en tu vida, escúchame por favor. ¡Vine para decirte cuanto te extrañe! — exclamó, eufórico, parece ser que siempre hago ese efecto en su persona.

Los demás nos miran como si el fin del mundo fuese a suceder, les lanzo miradas asesinas y regresan a sus vidas.

—Te extrañe ¿de acuerdo? Ninguna estrella en el espacio, ni el planeta más bello ni cualquier éxito científico se compara al placer que siento cada vez que te pienso.

Una pausa densa se formó en el tiempo. ¿Le gustaba?

—No me gustas Vortex, te amo— mencionó como si hubiese leído mi cerebro— Aunque pasen los años y seamos más viejos, no importara la distancia, no dejaré de sentir algo por ti porque estás siempre en mi mente.

Majestuoso, todo sonaba tan bello y romántico que por un momento creí ser parte de una asquerosa novela abandonada, escrita por una autora que sólo desea darle final a un proyecto inconcluso. Era imposible, que de la noche a la mañana, después de tantos años de ausencia llegará, así como si nada, solo para declarar su amor hacia mí. ¿Qué clase de persona escribe eso?

—Cindy…— mencionó suavemente, acercándose a mi rostro. Mi piel se erizó de la emoción, hace tanto tiempo que sueño con un beso suyo que mi rostro me delata con el rubor de mis mejillas. Y todo me parece una novela barata pero cambió de opinión al sentir sus cálidas manos sobre las mías

Neutrón está por romper la distancia, cierro los ojos y me dejo llevar por el calor del momento, levanto mis labios para tratar de apurar el beso cuando…

— ¡Hey, Cindy! — Libby me llamó regresandome a la realidad. Neutrón no estaba frente a mí y yo no me encontraba en el Candy Bar sino a mitad de la clase de historia con los labios fruncidos.

—Le recomiendo no soñar despierta, señorita Vortex. Vaya a la dirección en este momento— me ordenó mi viejo profesor.

¡Lo que me faltaba! Claro, un castigo por soñar despierta es la perfecta cereza del pastel de un día de mierda. ¡Lo sabía! Ya decía que no era real, — ¡Te odio intento de escritora! — exclamé con mi mirada al techo por si alguien estaba manipulando mi vida.

Crucé los pasillos de la escuela, la asistente del director me dijo que esperara sentada ya que la dirección estaba ocupada. Mi espera no fue mucha, de la oficina salió nada más y nada menos que el mismísimo Neutrón.

—Ji… Jimmy— Tartamudeó de la impresión.

—Oh, Vortex. Que gusto verte— saludó dulcemente.

— ¿Qué demonios haces aquí?

—Incorporandome a la vida estudiantil, ¿no esperabas que estuviera en la NASA para siempre, o si? —alzó una de las cejas como retandome a... quién sabe qué.

—Tu vida no es de mi incumbencia, haz lo que quieras— me repuse de mi shock mental, me levanté de la silla, quería huir de allí. De pronto, sentí sus suaves manos en mi brazo derecho deteniendo mi andar

—Antes de irme, inventé un nanochip que logró adherirse a tu cuero cabelludo, todos los días recibo en imágenes tus sueños, los que tienes durmiendo y cuando sueñas despierta.

— ¿Qué tu qué? — pregunté amenazante, le agarré el cuello de su playera para posicionar su cuerpo contra la pared. Creí en cada una de sus palabras. Un segundo, eso significaba que él sabía que yo…

—A mí también me da gusto saber que no me has olvidado, Cindy. Yo tampoco te olvidé— dijo sin más.

De acuerdo, después de todo mi último sueño se hará realidad….

Fin

Nota de autor: Queridos lectores, es un gusto para mí darle final a un fanfic que dejé inconcluso hace ocho años. No merezco sus comentarios pero de igual manera los deseo. Perdí contacto con RBK15 y es por eso que ya no pude continuar con la comedia. Espero que el final sea de su agrado. Un beso enorme, Aida Zamayoa