Idol Pretender

Resumen: Hinata no dijo nada, ¿qué iba a decir? Tampoco es que estuviera muy segura de lo que ocurría, aún su mente trataba de procesar la información recibida recientemente. En ese momento sólo tenía algo claro: odiaba a Naruto Uzumaki con todo su corazón. Naruto/Hinata. Short Fic.

Pareja: Hinata Hyuga-Naruto Uzumaki

Género: Romance, Amistad, Humor, Colegial, Travestí.

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.

Capítulo Cuatro: El final.

Escrito por: Amaya-chan.


Al sentir los brazos de Naruto rodeando su cuello y pegando su mejilla a la suya, Hinata adquirió una enorme coloración rojiza –algo estúpido, desde su punto de vista-, pero al parecer, al camarógrafo –un hombre de sexualidad dudosa- pareció emocionarle muchísimo su cara de 'niña tímida'. Exclamando elogios e indicando poses, lanzando flashes de un lado para otro y sonriendo como un bobo, el hombre solo pudo decir:

―Eres perfecta, sino fuera gay, estoy cien por ciento seguro de que estaría enamorado de ti.

Hinata parpadeó confundida, sin saber muy bien como tomarse eso, asintió levemente.

―¿G-gracias?

―No la mires mucho ―gruñó Naruto a un lado suyo.

―¡Oh, Naruto-kun, sabes que te amo más que a nada en este mundo! ―chilló emocionado, logrando que el rubio –aún vestido de mujer- colocara una mueca que iba entre el miedo y el asco―¡No estés celoso, mi pequeño zorrito!

Hinata rió levemente ante la cara de espanto que puso Naruto, quien comenzó a exclamar cosas que solo se entendían 'ttebayos sueltos, pero el significado era claro: NO SOY GAY. Soltando un gran suspiro, la morena se deslizo rápidamente hacia los camerinos para quitarse como el décimo cuarto traje que le habían obligado a usar, aunque no era para nada feo o extravagante, de hecho, se sentía bastante cómoda con él.

Quizás, si hablaba con Kushina Uzumaki, quien iba y venía del set de fotografía, pudiera conseguir que se lo vendieran a un precio accesible. La idea le hizo sonreír levemente. Se había sacado la parte de arriba del atuendo, cuando la puerta se abrió.

―Hinata, mi madre dice que… ―la frase de Naruto, quien ahora andaba sin peluca, se cortó a la mitad cuando los ojos azules notaron la linda escena que tenía enfrente. La morena abrió la boca, pero no salió sonido alguno, y es que la cosa no fuera tan grave si hubiese cargado el sujetador puesto.

Como saliendo del letargo, Hinata cubrió sus pechos y exclamó:

―¡L-lárgate de aquí!

―¡Y-yo… lo siento! ¡No fue mi intención! ―el rubio se tapó sus ojos―¡En serio!

―¡S-solo fuera! ―chilló, lanzándole el primer objeto que tuvo a la mano.

Al sentir el impacto contundente sobre su cabeza, Naruto no lo pensó más y salió disparado del camerino, dejando abochornada a Hinata de pies a cabeza, quien aguantaba las ganas de llorar ante semejante humillación.

Nunca en la vida volvería a ayudar a Kushina Uzumaki.


―¿Naruto te vio los pechos? ―oírlo decir a Sakura con una voz incrédula, desde skype, sonaba aún más horrible.

Roja como un tomate, Hinata enterró más la cara en su almohada y asintió. Sakura soltó un suspiro mientras se mordía la lengua para no reírse –porque sí era gracioso-, sabía que eso no ayudaría.

―Oye, Hinata ―la aludida alzó la cara para ver a la pelo rosa sonreírle desde la computadora―, no es tan malo.

―L-lo dices porque no fue a ti que te pasó ―murmuró con cierta irritación.

―Es verdad ―admitió, después de un tiempo de silencio.

Luego de allí, ninguna de las dos dijo nada. Hinata volvió a enterrar su cara en la almohada, tratando de no sollozar, pidiendo al cielo que la tierra se abriera y la tragara de un solo golpe.

―Hinata ―Sakura se atrevió a romper el largo e incómodo silencio―, nunca me has dicho por qué odias a Naruto, es decir, fue tan repentino―sonrió levemente―. Antes lo amabas con una ternura sorprendente.

―¿T-tan obvio era? ―preguntó la chica, alzando su rostro levemente.

La Haruno rió.

―Éramos de clases distintas, pero sí notaba el sentimiento.

Hinata se mordió levemente el labio inferior, recordar aquello –por muy estúpido que sonara- no le agradaba en absoluto.

―Yo… ―miró a Sakura con duda―no lo sé…

―Si no quieres decirme…

―L-la verdad ―cortó la frase de la pelo rosa―, pienso que me haría bien desahogarme con alguien.

Haruno la miró con cautela, y curiosidad, esperando a que Hinata decidiera abrir su corazón y lo que ocultaba con respecto a Naruto Uzumaki. Cuando la Hyuga abrió la boca y dejó todo fluir, Sakura escuchó atentamente –frunciendo el ceño de vez en cuanto-, asintiendo en señal de comprensión y soltando uno que otro suspiro. La ojos perla esperó con paciencia una respuesta a su anterior relato, una vez terminado, pero Sakura parecía como ida.

―¿Sa-Sakura-chan?

―Bueno, la verdad estoy muy sorprendida ―admitió la chica, después de un largo silencio―. Aun así, pienso que hay algo raro en todo eso.

Aturdida, Hinata no supo qué decir. Sakura suspiró de nueva cuenta y sonrió, colocando una excusa, se despidió de ella prometiéndole que volverían a ponerse en contacto muy pronto.

―Bu-buenas noches ―terminó murmurando a un chat desconectado.

Soltó un suspiro y apagó su laptop. Decidió que toda esa mala experiencia pasaría una vez que se acostara a dormir, por supuesto aquello no fue posible, después de todo siempre es dicho entre sus compañeros de clase que el cerebro tiene una función especial de recordarte los momentos más embarazosos de tu vida, cada momento, como si fuera una película nítida.

Aun así, a pesar de que le costó dormir un mundo, Hinata tuvo ensoñaciones lindas como hasta la mitad de la noche, donde su órgano principal del sistema nervioso le jugó otra mala pasada y terminó teniendo sueños húmedos que la incluían a ella, cierto rubio travestí y una mesa de escritorio escolar.

¿Para qué entrar en detalles? Hinata jamás había despertado con una coloración tan rojiza en su rostro, ni tampoco pudo calmar aquella sensación de cosquilleo en su vientre salvo cuando entró de sopetón a la ducha y abrió el grifo del agua fría.

Le dio igual si mojaba todo su pijama o si moriría de una hipotermia por andar a las cinco de la mañana, en temporada de otoño-invierno, bajo una ducha de agua casi helada, solo para calmar un calentón de momento.

―¿P-por qué me pasa esto a-a mí? ―recostó su frente contra la pared de la ducha, le era difícil saber si tartamudeaba por su naturaleza penosa o por el frío que calaba hondo en sus huesos―D-de seguro él n-ni siquiera p-piensa en mí de es-esa forma.

Apretó con dureza su puño y lo chocó contra la pared, usando una fuerza considerable aunque no llegó a lastimarse como tal, y recordó la foto de la muchacha que Naruto tenía enmarcada en si habitación de 'Naruko'.

¡Bien, lo admitía! Le desesperaba no saber sobre aquella mujer, ¿acaso había sido ella la causa de que Naruto la rechazara de una forma tan cruda hace años atrás?... Para empezar, ¿por qué le importaba? Se suponía que ya no sentía ni la más mínima simpatía por ese hombre de cabellos rubios y mirada azulada.

NADA.

Y otra vez su cerebro repitió la imagen de ella sobre aquél escritorio y Naruto…

No… ¡No!

―Y-yo n-no puedo… a él… todos menos a él… ―se mordió su labio inferior con fiereza, tanto que terminó lastimándose. Maldijo internamente.

Puede que ella quisiera solo a Naruto por mera lujuria, ¿no? Después de todo, Hinata sabía que a su edad aquello era tan normal como respirar. ¡Claro! Aquella era la explicación más lógica…

Naruto está enamorado de la mujer del cuadro, Hinata.

Su corazón martilleó con fuerza al recordar las palabras de Sakura y una ira se apoderó de ella. A ese punto, sus dientes castañeaban sin control y, aunque no lo notara, sus labios habían adquirido una coloración azulada al igual que sus uñas. El frío la agarró por sorpresa, cuando comprendió que Naruto podría estar haciendo con la desconocida del cuadro lo que Hinata deseaba hiciese con ella.

Cerrando el grifo con dificultad, pues sus extremidades estaban algo adormecidas, Hinata salió con cierta torpeza de la ducha y se deshizo de sus prendas mojadas, para seguidamente arroparse con una toalla. Se observó en el espejo de su cuarto y notó la pálida imagen de su rostro. Comprendió que por poco y caía en un estado de hipotermia total, solo por andar pensando en sus jodidos celos…

¿Celos?

¿Ella estaba celosa de una desconocida?

Para empezar, ¿ella estaba celando a Naruto Uzumaki?

Sus ojos se llenaron de lágrimas al comprender que en realidad había terminado coladita por Naruto desde hace mucho tiempo… o quizás nunca dejó de amarlo.

―Qu-qué patética eres, Hinata ―murmuró a la nada.

Buscó la ropa más abrigada que había en su armario y se la colocó. Aún sentía sus huesos entumecidos. Puto Naruto, ella casi muere por él –literalmente- y seguro el Uzumaki andaba bien de la vida, durmiendo como un bebé.

Se acurrucó como pudo en su cama, colocándose el cobertor completamente y trató de cerrar sus ojos… buscando respuestas en su subconsciente.

Información que no era problema suyo, mas sin embargo ella deseaba saber.

Itachi lo sabe, Hinata.

Sus ojos perlas se abrieron en sorpresa al recordar las palabras de Sasuke. Itachi Uchiha… la persona que lo sabía todo…


Firmar autógrafos era parte de su asquerosa, y de cierta forma divertida, vida oculta. Sonriendo coquetamente –o al menos él intuía que así se hacía- terminó de grabar su firma en una foto antes de que su representante –su madre- diera concluido el evento, sin importar de que hubieran aun más gente esperando su turno. Se levantó con elegancia y caminó con cuidado de no torcerse un tobillo –aun tenía la mala experiencia de lo que sucedió con Hinata- hasta entrar en el ascensor del hotel donde se encontraba. Soltó un enorme suspiro cuando se vio solo en el cubículo, y se permitió relajarse solo un poquito –todavía tenía a las cámaras de vigilancia del ascensor sobre él-

Lo primero que hizo al entrar a su habitación y cerrar su puerta con cerrojo, fue quitarse su peluca y lanzarla por el otro lado de la habitación, lo próximo en acompañar a aquella maraña de cabellos postizos fueron los tacones de diseñador que –estaba cien por ciento seguro- Sakura adoraría tener.

Se los daría si con eso conseguía no tener que ponérselos nuevamente en su vida.

Caminó con más libertad, al fin, y se dirigió a la nevera próxima, buscando algo que tomar. Sacó la jarra de agua y bebió directamente de la misma con rapidez, logrando casi atragantarse.

Tosió un poco, antes de lanzar una leve maldición cuando las memorias que lo venían jodiendo desde hace una semana volvían a aparecer, mofándose suyo. Gruñó desesperado y estampó su cabeza contra el refrigerador.

―Te ves atormentado, Naruto ―oyó su subconsciente hablarle.

―Tú también lo estuvieras si tu cerebro te mandara sueños húmedos con Hinata ―respondió secamente. El silencio reinó la habitación y entonces recordó que él no poseía subconsciente alguno. Alzó el rostro y se encontró con la cara de indiferencia de Sasuke Uchiha, quien estaba recostado contra el marco de la puerta, viéndolo como si quisiera decirle algo, pero a la vez no. Su cara se puso pálida al comprender su enorme revelación―. No es lo que parece, yo…

―Así que eres un hombre, después de todo.

Parpadeó confundido, procesando las palabras de su mejor amigo.

―¡Claro que soy hombre, 'ttebayo! ¡¿Por qué dudas de eso?! ―chilló indignado.

Sasuke lo miró de arriba a abajo, arqueó una ceja y le dio una mirada cuyo significado era: ¿Todavía me preguntas? Naruto bajó su vista y comprendió que aún usaba su atuendo de mujer, su cara se puso roja como un tomate y comenzó a quitarse el suéter naranja con rapidez.

Detestaba que Sasuke se riera a costa suya.

―E-esto es solo parte de mi trabajo ―se excusó.

―Sí, claro, y yo soy virgen ―Sasuke bufó.

―Pff, al menos mi primer beso no fue con un travestí ―Naruto contraatacó.

―Al menos mi amor platónico no me odia.

―Al menos mi novia no me chantajea con el sexo.

―Al menos tengo sexo y no sueños húmedos con Hinata Hyuga.

Naruto abrió la boca para negar o contraatacar, pero se dio cuenta de que inevitablemente Sasuke había ganado esta vez.

―Puto emo ―soltó, bufando―. De todas formas, ¿qué haces aquí?

El Uchiha curvó la comisura de su labio, en un intento de sonrisa sarcástica.

―Hmph ―replicó―. Tu madre me ha dicho que últimamente andas más despistado de lo normal y que averiguara lo que sucedía por tu mente ―rodó los ojos―, por lo visto tendré que ingeniármelas para decirle que sufres de insomnio por falta de sexo.

Los colores del rostro de Naruto volvieron a subirse y se cruzó de brazos, indignado.

―Cállate, bastardo.

Rodando los ojos, Sasuke suspiró.

―Bien, habla.

―¿Hablar de qué?

―De tu problema que te atormenta. Si no le voy con una buena excusa a tu madre, me ahorcará, así que si tengo que mentir, al menos me gustaría saber la verdad ―Naruto lo miró sorprendido por un momento―¿Qué? ―soltó Sasuke.

―Has dicho más de diez palabras en una oración.

―Jódete.


―Entonces, resumiendo ―Sasuke gruñó―: Todo esto es porque Hinata te odia por un malentendido.

Naruto asintió.

―Sakura-chan me llamó la semana pasada, después del… incidente ―se sonrojó al recordar los pechos de Hinata―, me canturreó todo y después de pensar bien me di cuenta de que ella está equivocada. ¡Yo jamás me burlaría de Hinata-chan!

―Como sucedió… ―razonó Sasuke.

―¡Exacto, 'ttebayo! Ahora ella me odia ―Naruto removió su cabellera rubia en un gesto desesperado.

Sasuke asintió levemente y suspiró. Su amigo rubio en realidad era un idiota de primera mano. Sacó su teléfono y tecleó un mensaje a Sakura, luego se levantó y comenzó a andar fuera de la habitación.

―¡O-oye! ¿A dónde vas? ―preguntó Naruto al verlo salir.

―A casa.

―P-pero, ¿no me vas a dar ningún consejo?

―¿Me ves cara de psicólogo o qué? ―Sasuke enarcó una ceja.

―Bueno, los loqueros tienen cara de dementes, así que…

―Vete a la mierda, Naruto ―gruñó, para seguidamente comenzar a andar hacia la salida.

―¡Es broma, 'ttebayo! ¡Pero, por favor, ayúdame! ―el rubio se levantó del sofá y se le lanzó a Sasuke para detenerlo ―Sólo por esta vez.

Obstinado de la testarudez de Naruto, Sasuke le dio un golpe en la cabeza para sacárselo de encima.

―No has visto a Hinata Hyuga en todo la semana porque te esquiva ―comenzó el Uchiha, harto―, yo también lo haría si un psicópata se mete a mi habitación mientras me cambio…

―¡No fue a propósito!

―Si realmente te gusta la Hyuga como dices a los miles de vientos ―continuó Sasuke, ignorando a Naruto―, fuera e hiciera lo posible y lo imposible para hablar con ella, aclarar la situación, robarle un beso y ser feliz… o, al menos, eso es lo que el Naruto que yo conozco haría.

El rubio abrió la boca para decirle algo, cualquier mínima cosa, pero sus palabras se atoraron en la garganta y le imposibilitaron expresar la enorme gratitud que sentía hacia Sasuke en esos momentos.

―Ahora, ¿qué harás?

―… Iré a buscar a Hinata.


Cuando Hinata abrió la puerta de su casa y se encontró cara a cara con Naruto Uzumaki –y no con Sakura, como se suponía debía ser- ocurrieron dos cosas muy importantes: Naruto le dijo 'necesitamos hablar' y ella le cerró la puerta en la cara, por mero acto reflejo. Abochornada, se alejó de la puerta como si hubiera un ser muy peligroso detrás de la misma y no supo qué hacer cuando Naruto comenzó a llamarla.

―Hinata, en serio, tenemos que hablar.

―¡Y-yo no tengo nada que hablar contigo! ―exclamó, insegura.

―Por supuesto que sí… hay un enorme malentendido.

―¡¿C-como el que te viste de niña?!

―¡Pensé que ya habíamos superado eso, 'ttebayo!

―¡Vete! ―exclamó alto―¡No tenemos nada que hablar!

Naruto se quedó en silencio un par de minutos, luego estalló en risas.

―Parecemos un par de novios peleando ―comentó el chico, apoyando su frente contra la puerta.

Hinata no replicó nada. Estaba sonrojada ante la comparación y miró hacia un lado, como evadiendo la mirada que, según su imaginación, Naruto le daba desde el otro lado de la puerta.

―Hoy… Hotaru cumple otro año de muerta ―murmuró el rubio, rompiendo el silencio.

―Lo sé ―admitió la chica, mordiéndose el labio.

―… Itachi te dijo ―afirmó.

―No me costó mucho sacarle la información sobre ella y su relación contigo…

―Hablemos cara a cara, Hinata ―pidió―. Ábreme la puerta.

Dudó un par de minutos en su sitio, luego otros más sosteniendo el pomo de la puerta, y cuando abrió, se encontró con Naruto dándole la espalda, contemplando lo que parecía ser la primera nevada del año.

―A ella le gustaba mucho la nieve ―murmuró despreocupado, volteando para encararla. Hinata no dijo nada, simplemente se acercó, colocándose a un lado suyo―. Hotaru era especial, la conocí en el hospital donde me internaron por una neumonía un poco compleja.

―Itachi-san me dijo que el padre de Hotaru era un hombre extremadamente celoso…

―Es verdad, la madre y ella sufrieron mucho. Hotaru tenía un cuerpo débil por naturaleza y siempre estaba recluida en el hospital, me colé por accidente en su habitación y nos hicimos amigos. Me contó muchas cosas sobre su vida personal y sus sueños, sus miedos y anhelos… todo.

―Pero un día, el padre de Hotaru por poco te descubre en su habitación y fue cuando comprendiste que a ella no la dejaban tener amigos varones.

Naruto rió levemente, aunque sin mucho humor.

―Cuando le dije a mi madre que me disfrazara de niña, casi le da un infarto, pero lo supo manejar lo mejor posible. Fue allí cuando Naruko nació, en realidad me basé en Hotaru para crearla… quería ser todo lo que ella no podía, solo para hacerla feliz.

―… Por eso Itachi-san me dijo que Naruko sí existía… en realidad se refería a Hotaru.

―Exacto… ―Naruto alzó el rostro y continuó mirando hacia el cielo, viendo los copos de nieve caer―. Me enamoré de ella…

―También lo sé… por ella, fue que un buen día decidiste ir al colegio como mujer…

―Ni me lo recuerdes, por culpa de eso terminé besando a Sasuke ―hizo una mueca de desagrado.

El silencio reinó otra vez entre los dos, ambos viendo los copos de nieve caer.

―¿Ella quería ser una ídolo? ―preguntó Hinata, sin apartar la vista de la nieve.

―No ―admitió Naruto―. Quería ser amada, solo eso….

―Entonces, ¿por qué tú…?

―Porque deseé que todos conocieran a Hotaru por medio de Naruko, que la amaran y adoraran, que vieran lo cuan fantástica era. Todos mis logros y éxitos fueron por ella…

Hinata se mordió el labio, tratando de contener las lágrimas.

―Ella murió, nunca se supo porqué. Tenía dieciséis años en ese momento, fue un mes después de que nos tomáramos la foto que está en mi habitación. Mi vida cayó precipitadamente a un vacío total y absoluto, supongo que me perdí por un instante.

―Eras el delincuente de la preparatoria ―murmuró, sonriendo un poco.

―Y herí a mucha gente también ―Naruto la miró fijamente―. En eso te incluyo, Hinata.

Los ojos perlas de la chica dejaron escapar unas pocas lágrimas, comprendiendo a qué se refería. Bajó la vista y comenzó a juguetear con sus dedos –un gesto de timidez y nerviosismo suyo que ya pensaba superado-.

―P-podemos dejarlo en el pasado y seguir desde cero…

―No, quiero aclararlo todo de una vez ―Naruto se acercó a ella y la tomó del rostro, obligándola a verle directamente―. El día que te me confesaste, Hinata, ocurrió un malentendido total y absoluto.

Hinata se sorprendió.

―¿A-a qué te refieres?

―Yo… yo pensé que tú… te estabas burlando mío ―admitió el rubio, apartando la mirada―. Como era muy solitario, creí que… ―se mordió el labio―. Alguien cambió tu carta por la de un duelo, Hinata.

―¿Qué? ―soltó la chica, sin comprender muy bien a lo que Naruto se refería.

Apenado, Uzumaki tomó un poco de aire y soltó todo de golpe.

―Sakura me contó que tú habías colocado una carta de confesión para vernos en el árbol de cerezo, pero esa nota jamás llegó a mis manos. Alguien la cambió, lo juro. Era una nota de pelea, Hinata, por eso cuando te vi delante de aquél árbol, pensé que te estabas burlando de mí al igual que todo el mundo en esa porquería de institución. N-no sabía que ibas en serio y que un grupo de tus compañeras te había retado para que te declararas y… y…

―Y por eso me dijiste que 'alguien como tú no está a mi nivel' ―repitió las palabras exactas que Naruto había soltado en ese momento, rompiendo su corazón en mil pedazos y consiguiendo que fuera el hazme reír de sus compañeras populares –las odiosas- quienes se habían mofado de ella por su timidez.

Hinata jamás será capaz de decirle al delincuente que lo ama.

Así que, ¿lo harás? Tenemos que ver eso, la humillación total será suficiente para reírnos durante todo un año.

―Fue… culpa de ellas ―murmuró Hinata, aún sin creérselo.

¿Ves? Te lo dijimos, Hinata, eres una perdedora que ni siquiera el delincuente de este lugar te quiere…

Todo este tiempo odiando a Naruto, por un malentendido causado –seguramente- por sus ex-compañeras de estudio.

―T-todo este tiempo… ―comenzó, mientras sus lágrimas caían por sus mejillas―, te he odiado por… por nada.

―H-Hinata no llores ―pidió, abrazándola―. Olvidemos todo esto, ¿sí? Y continuemos juntos…

―¿Qu-qué hay de Hotaru? Pensé que… la amabas.

―Es verdad que amé a Hotaru ―Naruto se separó de ella, secando sus lágrimas con los pulgares, aunque fue en vano porque continuaban saliendo de los ojos perlas―, pero ya la he superado. He encontrado a alguien tan maravillosa, si es que aún desea estar conmigo…

Hinata rió un poco, aún llorando, y asintió levemente a aquella indirecta confesión. El futuro era algo incierto, aunque lo de ellos apenas era algo pequeño, poco a poco se podía llegar a algo grande.


―Naruto… tu mamá dice que te muevas o te irá mal.

Frunciendo el ceño, Uzumaki asintió levemente y se sentó con pereza en la cama. Miró a Hinata, quien le sonreía desde la puerta de su habitación, y no pudo evitar corresponderle.

―Ven acá ―pidió.

Asintiendo, la chica se encaminó a su lado y se colocó justo frente de él. Naruto tomó una de sus manos y la besó con ternura, logrando que un sonrojo se instalara en la cara de la chica.

―¿Dónde está mi mamá? ―preguntó.

―En el set de fotografía, dice que tienes una hora para arreglarte y ponerte en marcha para allá. La sesión de fotos comienza en dos horas.

El rubio hizo una mueca, tanto rollo para su retiro oficial. Para su sorpresa, Hinata sacó la peluca que reposaba a un lado de su cama –la había dejado allí por equivocación- y se la colocó en su cabeza.

―Oye ―se quejó.

―Todavía sigo pensando que te ves linda, no sé porqué te quieres salir del mundo del modelaje.

―Porque es una etapa de mi vida que ya considero superada ―aclaró.

―Pero me gusta cómo te vez.

―¿Mi madre te sobornó para que la ayudaras a convencerme de no retirarme? ―preguntó, alzando una ceja.

―Po-posiblemente ―tartamudeó, recordando el lindo vestido que recibiría a cambio.

―Eres mala ―bromeó Naruto―¿En serio crees que me veo linda?

―Sí ―admitió.

Naruto sonrió abiertamente y, en un rápido movimiento, tumbó a Hinata en la cama, logrando acomodarse él sobre ella.

―Entonces no habrá problema si te beso vestido de mujer delante de todo el mundo, ¿verdad?

Los ojos perla de Hinata se abrieron de par en par al imaginarse la escena… ¡No! Había cosas que ella sí no estaba dispuesta a hacer.

―T-te voy aclarando algo, Naruto Uzumaki ―comenzó con rapidez―, con la peluca puesta solo puedes besarme aquí y aquí ―señaló sus dos mejillas, ahora rojas por la vergüenza.

Naruto soltó una enorme carcajada y, tal como la chica dijo, posó sus labios sobre sus pómulos, para seguidamente dirigirse a su oído y murmurar:

―Y sin la peluca, ¿dónde puedo besarte?

El silencio inundó el lugar, mientras el corazón de Hinata martilleaba con fuerza contra su pecho. Naruto iba a alejarse y decirle que solo bromeaba, al verla casi al borde del desmayo, pero para su sorpresa, ella habló.

―Bu-bueno, puedes comenzar aquí ―señaló sus labios, halando la extensión de cabellos falsos y liberando a Naruto de las mimas―y continuar hasta donde tú quieras…

―… Dame un minuto a que llame a mi madre y le diga que me siento mal, luego…

―¿L-luego?

―Quiero volver a ver ese lindo tatuaje de mariposa que tienes en el pecho derecho, sabes…


Idol Pretender

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Fin

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A/N: Estoy feliz, es lo más largo que he terminado en mi vida. No tengo mucho que decir salvo que espero les haya gustado. No sé si me expliqué bien lo que sucedió entre ambos, de ser así, pregunten por medio de un review y yo les respondo con gusto :D. Gracias por leer, nos vemos en mis otros proyectos.

Miles de besos para ustedes. Especialmente a Sabaku no Kuraii, que gracias a ella terminé esto.

Gracias a: Pandemonium Potter, hinata uzumaki, Nahi Shite, the Uchiha Queen, Bella Scullw, G-Deniz, Nune-chan, Noelialuna, darcy 129, Tsukimine12, Carolina Kinomoto, Brenda Romina E.