Disclaimer: Los personajes pertenecen a la gran autora Stephanie Meyer, yo sólo dejo volar mi imaginación y juego un poco con ellos.
ANTES QUE COMIENCEN A LEER AQUÍ LES TRAIGO UN POCO DE LO NUEVO QUE SE VINO A LA MENTE UN POCO DE DRAMA Y TRISTEZA TENDREMOS EN ESTE NUEVO FIC ESPERO QUE LE GUSTE Y SEA DE SU AGRADO.
POR OTRA PARTE LES QUIERO RECORDAR QUE MUY PRONTO TENDRÁN CAPITULO NUEVO DE UN PASO AL INFIERNO Y PARA FINALIZAR ESPERO QUE LO DISFRUTE...
AGAIN MY
SUMARY: Un error que acabo con un sueño, una familia que la traiciono y un corazón que fue destruido por la codicia y el orgullo. Bella Swan reconstruyo su vida después de tantos golpes pero su corazón nunca volvió a ser completo... ¿podrá ser reconstruido por el mismo ser que lo destruyo?...
Prologo.
Bella se encontraba en su apartamento tan sólo con una bata de dormir que cubría cómo una segunda piel su esbelto cuerpo y sus gafas de lectura. Revisaba los informes generales que tenía pendientes, para poder realizar el nuevo proyecto educativo que tenía postergado como compromiso y ayudar a una escuela rural afueras de Londres, que serviría como publicidad para su pequeña, pero prospera editorial, fundada en tan solo 5 años. La editorial ya tenía sucursales y lectores en toda Inglaterra. Su revista "tuansic" ya era famosa. Con tan sólo 25 años de edad, ella manejaba toda una compañía editorial, a través de sudor y esfuerzo.
Era reconocida en el medio público por sus grandes artículos, donde la crítica y el análisis eran únicos. Sólo ella podía observar y traspasar en un papel lo que quería mostrar en cada artículo de su revista, donde sus lectores se impregnaban por cada palabra y situación planteada. Su editorial llevaba el mismo nombre de su revista, que contenía todo tipo de temas: desde farándula, política y economía. Se publicaba cada dos meses, debido a su extenso contenido.
Acostada sola en su gran habitación, ya que no vivía con nadie, se encontraba concentrada en el próximo proyecto que quería construir como una meta personal, más que profesional. El ambiente era tranquilo, su pequeño, lujoso pero no ostentoso, apartamento se encontraba en un pacífico silencio, que la había acompañado por 5 años todas la noches.
Escucho de pronto unos fuertes golpes en la puerta. Extrañada por los ruidosos y poderosos porrazos que le daban a esta, se levantó con el ceño fruncido y camino hacia la entrada, donde abrió, encontrándose con unos ojos verdes, cuyas pupilas la miraban con suplica y dolor. Esos ojos que no quería volver a ver, pues por culpa de ellos, hubo un corazón roto y un nuevo ciclo de vida para ella. ¿Qué hace él aquí? – pensó.
No cerró la puerta como quería, pues deseaba hacerlo, pero se quedó mirando aquel hombre, cuya mirada suplicaba algo que ella no logro entender.
- Bella - murmuró con voz ahogada.
Ella reaccionó y sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo cuando escucho esa voz, que en un pasado, fue música para sus oídos. - ¿Qué hace él aquí?-
¿Por qué viene? ¿Por qué ahora? Respiró profundamente y trató que su voz no sonora temblorosa, como lo estaba su cuerpo y su alma.
- ¿Qué haces aquí?- habló con voz fuerte y mirada intimidante.
- Te necesito - murmuró él.
- Ya es un poco tarde, ¿no crees? ¿Cómo está Rose? Me imagino que hicieron su perfecta familia feliz ¿no? ¿O me equivoco? - dijo con un deje de sarcasmo que no pudo contener – ¡Mejor lárgate de aquí Edward!¡Déjame en paz! Sólo te pido eso, déjame en paz - susurró con debilidad ante la última palabra y le cerró la puerta en la cara.
Deslizó su espalda en esta, cayendo en cuclillas mientras lágrimas que creía que nunca iba a derramar, aparecieron en sus hermosos ojos aguamarina, empañando la delgada montura de sus gafas sobrepuestas en su angelical rostro y que a través de ellas, veía su pasado. Un pasado que le enseño a no volver amar. Un pasado que la destruyó, creyendo una vida perfecta que creía tener.
Escuchó nuevos golpes y un grito desgarrador a través de la puerta.
Se quedó paralizada. Se quitó los lentes y tratando con todas sus fuerzas de que sus sollozos, que estaba por salir de sus labios, se detuvieran. Escuchó atentamente el grito a través de la puerta. Un grito que sintió como si le rasgara el alma.
- ¡Lucharé por ti! ¡Cometí un error y no volveré si no estás conmigo! ¡¿Escuchaste?! Te necesito Swan y no descansaré ¡hasta que vuelvas a mí!
Bella no pudo aguantar las lagrimas que vinieron. Tan fácil me destruye, creí que era más fuerte, creí que me olvidaría.
Tratando de sacar voz fuerte y lo logró.
- ¡Vete Cullen!, ¡Vete y no vuelvas!, Ve con Rose! Ella te necesita más que yo – susurró con el alma desgarrada.
- Volveré cisne - hablo él con la voz entrecortada. Bella pensaba que estaba llorando, pero él nunca lloraba y menos por ella.
-Cisne – pensó. Él dijo cisne. Ese fue el detonante para que un grito desesperado saliera de su garganta.
- ¡Lárgate!
Y después no escucho nada.
Edward Cullen con tan solo 26 años, era hijo del fundador Cullen's C.O. Carlisle y Esme Cullen, sus padres, hermano de Alice Cullen, reconocida diseñadora de modas en toda América y ex-esposo de Rosalie Swan, una mujer orgullosa e hipócrita, que destruyó lo único bueno que tenía en su vida.
Salió desesperado del edificio blanco. Tenía ganas de gritar y golpear a todo aquel que se encontrara en su camino. Debió de suponerlo. No lo aceptaría tan fácilmente. ¿Qué cucaracha se le metió en su cuerpo, para llegar y decirle eso? Debió ser más delicado. Su cisne lo merecía. No debió golpear su puerta como un loco y vagabundo pidiendo limosna.
Estaba hermosa, más hermosa que siempre. Apenas la vio, sintió como su pantalón se apretaba y sus ojos lujuriosos recorrieron su cuerpo. Esa jodida bata parecía una segunda piel. Quería romperla con sus manos y ver ese regalo envuelto en esa seda. Recordó aquellos momentos donde sus labios y manos saboreaban, chupaban y acariciaban todo su ser. Donde ella le murmuraba todo que lo amaba y lo acariciaba con ansías y lujuria. Él también correspondía a sus toques llevándose así por la adicción del dulce cuerpo de Bella.
No pudo evitar decir ese "te necesito". No sólo porque su cuerpo lo gritaba, si no porque su corazón reclamaba ser entregado por su verdadera dueña. ¿Por qué fui tan estúpido y la perdí? Pateó un bote de basura que se encontraba afuera del gran edificio. Recordó que ese día destruyó su verdadera razón de vivir.
(Flashback)
- La amas, ¿no es así? - preguntó ella con los ojos aguados sin poder evitarlo y un gran nudo en su garganta que le entrecortaba la voz mientras miraba fijamente sus manos, que estaban en su regazo aparentándose ellas mismas.
- A ti no te incumbe Bella, ¡Vete! Ya no te necesito. Sólo quería follarte y hacerte mía por un tiempo, pero no fue suficiente. Tú no le llegas ni los talones a tu hermana – sonrió cínicamente mientras veía como el pecho de ella se agitaba y de sus ojos caían gruesas lagrimas. No soportó verla así. Se levantó y dio media vuelta para irse de ahí, pero antes de que él se fuera, ella susurró.
- Me alegro que consiguieras tu razón de vivir, ¿Sabes? Siempre pensé que tú eras diferente y no caerías en las redes de ella, pero por lo visto eres igual a todos. Sé feliz Edward. Has tu vida con ella – sonrió y se paró de la banca del parque donde se encontraba sentada.
Ya con sus ojos frente a él, lo miró por última vez y le dijo:
- Te amo, aunque sé que no es suficiente para estar contigo. Gracias por darme momentos felices que tú sólo me pudiste dar. Eras el indicado, aunque me duele lo que has dicho y debería odiarte por eso, pero no puedo. Sé feliz Edward. - le regaló su ultima sonrisa sincera y se fue.
(Fin del Flashback)
Siempre fuiste bondadosa mi amor, siempre lo fuiste - pensaba Edward sentado en una de las calles solitarias de Londres, con lagrimas que ardían por salir de sus ojos. Él nunca lloró. En ese momento parecía un niño chiquito, sentado en la acera, con la cara escondida entre sus piernas, mientras sus brazos abrazaban su rodillas y sus ojos derraman lagrimas, que se confundían con el pavimento mojado y la leve llovizna que caiga las 11:40 de la noche en Londres.
Lloró por un buen rato repitiendo esas palabras en su mente. Volverás a mí, Swan. Juro que volverás a mí.
Edward Cullen poderoso heredero de Cullen's C.O, nunca se rendiría hasta conseguir lo que quería. No tan fácilmente. Lucharía por ella, lucharía por Isabella Swan.
BESOS MUY PRONTO NOS VEMOS!
CAMY ERZA
