Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto-sensei, él es el dueño, lo único mío aquí es la historia. –
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Protegiéndote
Capítulo 22:
Al entrar, algo en la mirada de Hinata había cambiado, se sonrojó sólo al verlo y sus en sus ojos ya no veía un vacío, sino, que su mirada había vuelto a ser cálida.
–Uchiha-san…
–Por favor, llámame Sasuke.
–Sa-Sasuke-kun. –Una sensación exquisita sintió al escuchar de nuevo su nombre de sus labios, sintió la necesidad de… –Por favor cuide de mí.
Ahora sí quería darle un beso, darle mil besos, pero se limitó a agradecerle con un abrazo sonrojándola mucho más de lo que ya estaba. Algo le había dicho Tenten que le había devuelto en cierta forma a su Hinata y la alegría que sintió fue inexplicable.
Mientras tanto, la pareja afuera les esperaba con las cosas de Hinata en un bolso, decidieron acompañarles hasta comprobar que la Hyuuga estuviese en un lugar seguro. Sasuke decidió llevarla a su departamento, ese que había estado abandonado desde que Sakura llegó a la ciudad. La cuidaría hasta que Hinata recuperase su memoria.
El departamento era amplio, Tenten sintió que Neji no debía preocuparse tanto. Hinata estaría en buenas manos.
–Es un buen lugar. –Fue lo más apropiado que pudo decir el castaño con respecto al departamento.
–Hn. –Agradeció Sasuke a su manera molestando un poco al Hyuuga por su descortesía.
Después de que Sasuke acomodara a Hinata en la que sería su cama Neji se despidió prometiendo volver cada dos días.
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Mientras, en la mansión Uchiha Mikoto abrazaba con ternura y fervor al recién llegado.
–Mikoto, deja a Itachi tranquilo, no se recuperará nunca si sigues así.
–¿De qué hablas? Si la mejor cura para todo es el amor de madre. Ita-chan es un héroe.
–Madre –Comenzó a hablar apenas pudo soltarse del agarre que su bella madre le hacía. –, agradezco lo que haces por mí, pero te pediría un momento a solas con mi padre.
–Está bien. –Dijo no muy convencida Mikoto antes de dejar a sus dos hombres hablar a solas.
–Dime… ¿En qué pensabas cuando te la llevaste? La familia Hyuuga casi nos demanda por secuestro al enterarse de la historia.
–Recibí una llamada de Sasuke, estoy seguro.
–Sasuke jamás te llamó. –Dijo severo. –Sufrió mucho por lo que hiciste.
–Lo sé. Cuando pueda hablar con él solucionaré las cosas…
–Espero que lo hagas.
Fugaku ya estaba en marcha hacia la salida de esa habitación, sin embargo, las palabras de Itachi detuvieron su andar.
–La boda…
–Se canceló. Sakura se fue hace unos días.
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Se sentía incómoda, estaba en un lugar desconocido. Estaba enfadada consigo misma por no poder recordar al muchacho que ahora le preparaba un almuerzo, por el olor, podía deducir que se le quemaba la comida. Él ponía todo su esfuerzo en agradarle, a veces él no sabía cómo reaccionar, al parecer para que ella no le temiese.
A pesar de todo, era imposible que le temiese… Algo dentro de ella le decía que él era importante. Sí, estaban comprometidos –Según lo que Neji dijo en el hospital- pero, él emanaba ternura, amor y pasión cada vez que le miraba.
Pasión… sí, o se estaba volviendo loca. Un cosquilleo en su estómago sintió al recordar cuando él le quedó mirando mucho tiempo apenas Neji se fue y él le preguntó si necesitaba algo.
Sasuke entró en la habitación sorprendiendo a la morena, traía consigo un suculento plato, se notaba que la comida que él preparaba estaba hecha ceniza y llamó a una entrega, porque ese plato ni ella sería capaz de cocinarlo tan rápido.
–Espero que te guste. –Dijo pausadamente.
Ella sonrió agradeciéndole las molestias dejándole un momento atontado, cosa que no pasó de ser percibida por la morena que se sonrojó al notar lo que provocaba sólo con esa sonrisa en él.
El día pasó lento, Sasuke pasó la tarde buscando recetas y practicando el arte de la cocina. Él sabía cocinar cosas básicas y quería sorprender a la Hyuuga.
Mikoto le llamó, él le explicó cómo sucedieron las cosas y le pidió unos cuantos consejos de cocina, se despidió no sin antes decir que cuando pudiese iría a ver a su hermano.
Por la tarde, mientras preparaba una sopa fue a ver a su mujer. Ella estaba durmiendo, tuvo inmensas ganas de acercarse, de abrazarla, pero sabía que no se lo permitiría hasta tener más confianza. Fue ahí que sus ojos ahora se desviaron hasta su vientre, lugar donde ahora estaba su bebé, no pudo aguantar más las ganas y lentamente se acercó y acarició casi sin tacto aquella pancita todavía plana.
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Sasori la llamó, acordaron encontrarse en una plaza cercana, estaba nerviosa. ¿Por qué hago todo esto? ¿Debería irme?... Cuando se levantó decidida la tomaron tiernamente de la cintura y la abrazaron por detrás. Sasori sonreía mientras veía cómo sus mejillas se teñían rojas por el atrevimiento.
–No te ibas a ir ¿verdad?
Sakura un tanto confundida alejó el contacto cercano que tenían hasta ese momento, y mirándole directamente a los ojos del pelirojo dijo:
–No tengo todo el día.
Así comenzó aquella especie de "cita", caminaron hasta llegar al auto del pelirojo, él manejó hasta llegar al parque de atracciones. Una vez salieron del coche Sasori tomó de la mano a Sakura y decidió conducirla hasta la entrada no sin antes decirle al oido.
–Vamos a divertirnos, ya sabes, por los viejos tiempos.
Ahí adentro la pasaron genial, se subieron a casi todos los juegos, parecían realmente una pareja de enamorados. Más aun, cuando en la casita embrujada Sakura se escondía detrás del pelirojo cuando algún "fantasma" aparecía.
Decidieron ir a comer unos helados y Sasori aprovechó que la muchacha no estaba mirándole para pedir una "copa de enamorados", de esas que dos chicos comen juntos de una gran copa llena de corazones de chocolates. Al ver la copa Sakura le miró un tanto confusa y él solo le sonrió.
En muchas ocaciones el muchacho quiso acercarse a la ojijade para robarle un beso, pero, como si ella adivinara sus pensamientos, siempre algo pasaba (ya sea que "quiso ir al baño" o vio un juego y quería subirse rápido).
Ya al final del día Sasori fue a dejar a la muchacha a su departamento y cuando el pelirojo estuvo a punto de pensar robarle un beso ella habló.
–¿Qué pretendes con todo esto?
–Sakura, fui un idiota al dejarte ir. Estoy completamente arrepentido.
–Sasori, yo sufrí mucho por ti, no puedo volver a confiar tan rápido. Creo que todo esto es una mentira.
–¡Te prometo que no es así! Sakura, solo dame una oportunidad más.
–No puedo…
Sin decir nada más, Sakura continuó su marcha hasta el elevador dónde Ino la esperaba fervientemente queriendo saber cómo le fue.
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Cuando se despertó sintió una presencia al lado suyo, estaba todo oscuro pero la luz de la noche que entraba desde la ventana le indicaba por la silueta que el muchacho al lado suyo era el Uchiha. Se había quedado dormido al lado de su cama, con curiosidad se levantó y se acercó hasta el hombre que dormía tranquilamente en una silla junto a su cama, él al sentir su aroma, por inercia solo susurró su nombre y ella le miró con un rubor en sus mejillas.
Él era muy guapo, no podía negarlo. ¿Cómo un hombre como él podría haber llegado a estar comprometido con ella? ¿Cómo se conocieron? ¿Qué sucedió que ella llegó a enamorarse de este hombre? Todas esas preguntas aún no tenían respuestas, Tenten le contó algo ese día en el hospital, pero era muy vano como para responder totalmente esas preguntas aún sin respuestas.
"–Tenten, de verdad que no lo recuerdo. –Dijo con un tono triste.
–Hinata-chan, no te preocupes. Ya lo recordarás.
–¿Tú sabes algo de… nosotros? –Preguntó algo ruborizada.
–Sí, y sólo te diré que todo comenzó en un restaurante jujuju.
Sólo le pudo mirar más confundida."
–Sasuke-kun, quiero recordarte y temo el no hacerlo. Kami-sama, por favor ayúdame.
Antes de regresar a su cama tomó una de las frazadas que había a los pies de su cama, arropó al muchacho y con un rubor en sus mejillas le dio un beso de buenas noches.
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Al despertar, un dolor fuerte en su cuello le paralizó por unos momentos. ¡Se había dormido viendo a Hinata dormir! Ella seguía durmiendo tranquila, fue ahí cuando se dio cuenta de la frazada que le tapaba.
Ella me arropó, pensó y olvidando el dolor del cuello se fue a duchar.
Mientras las gotas caían rápido debajo de su tonificado cuerpo él sólo pensaba en cómo lograría acercarse más a la pelinegra, debía planear algo romántico y que pareciera espontáneo… Sí, debía planearlo, porque él no era precisamente un sinónimo de romanticismo.
En el preciso momento en que el Uchiha movió la llave para cortar el agua la joven morena despertó, extendió sus brazos sintiéndose descansada, aún somnolienta se dirigió al baño. No había notado que el hombre de cabellos azabache ya no estaba en su habitación ni parecía estar en ninguna otra.
Giró con cuidado el mango de la puerta del baño y bostezando entró a aquel en donde estaba el Uchiha tapado sólo con una toalla alrededor de su cintura, sus cabellos goteaban agua que caía y se perdía por su torso musculoso. Tanto Hinata como Sasuke no reaccionaron sino hasta pasados algunos segundos.
–¡Sasuke-kun! –Fue lo único que pronunció la morena antes de ruborizarse completamente ¡Qué vergüenza! –¡L-Lo siento yo no sabía que…! –Se cubrió los ojos e intentó alejar caminando hacia otro lado, Sasuke vio el cojín en el suelo antes que ella tropezase con el y cayera, y justo antes de que la muchacha se desplomase en el suelo la tomó de la mano acto que provocó que sus miradas se encontrasen.