Los personajes de Inazuma Eleven no me pertenecen le pertenecen a Level-5.

Capítulo Final: "¡¿Triángulo amoroso?! ¡Endou vs Goenji!"

[En resumen, Endou, Goenji y Natsumi estaban los tres juntos encerrados en un armario, algo espacioso, con escobas, cosas de limpieza, trapos, allí sólo los iluminaba un foco, muchas cosas más habían ahí, pero lo importante es que no podían salir ya que la puerta se "atascó"]


El amor más hermoso es el menos esperado…

Natsumi no dejaba de mirar a Endou, éste no paraba de ver como Goenji golpeaba su cabeza contra la puerta una y otra vez. La mánager no entendía nada de lo que estaba pasando, de un momento a otro estaba ahí con los dos chicos que no dejaban en paz su mente. Y es que… ¡Como ella iba a imaginar que "su" portero la iba a besar! Por supuesto, que no olvidaba para nada al delantero de fuego. Pero era difícil de imaginar que él le mandara "cartitas" de amor a ella. ¿Goenji Shuuya su admirador? ¡Si no fuera porque todas las pruebas apuntaban eso, definitivamente no lo creería! Al final, sólo Natsumi se sentía horrible allí, intentó no mirar a ninguno de los dos muchachos que estaban allí. Lastimosamente, el castaño y el rubio la voltearon a verla al sentir una mala vibra en el closet.

―Natsumi ―llamó Goenji, con más tranquilidad y con mucha delicadeza―. ¿Te sientes bien?

Ella lo miró directamente a los ojos, luego vio a Endou e intentó responder de una manera correcta.

―Sí, estoy bien. Gracias por preguntar.

―Como digas ―comentó para después hacer una mueca y mirar a su amigo―. Endou. ¿Tienes alguna idea para salir de aquí?

―No. Sólo esperemos a que alguien se dé cuenta de que faltamos.

―¿En serio?

―Pues sí… no tengo ninguna otra idea. ¿Y tú?

―Hum… no.

Nuevamente Natsumi sintió algo extraño al mirar de reojo al portero. Ella no lo comprendía, ¿cómo llegó a enamorarse de Endou? ¿Desde cuándo Goenji se volvió su admirador secreto? ¡¿Por qué se encontraba entre dos chicos?! Está muy claro, que a pesar de todo, nada iba a mejorar su situación. Pasará lo que pasará no olvidaría el beso que tuvo con Endou, no olvidaría las cartas de amor que recibió y no dejaría de sentir ese amor tan grande que le tiene al portero. Si no fuera porque Goenji se encontraba también allí, en ese mismo instante hubiera conversado con el portero de lo que pasó.

Ante cualquier cosa, Endou tampoco se encontraba muy cómodo, no entendía muy bien lo que pasaba, de un momento a otro estaba atrapado, como en la peor de sus pesadillas. Miraba una y otra vez la mirada afligida de Natsumi. Y pensar que todo empezó de manera inesperada e increíblemente rápida…

Endou Mamoru y Goenji Shuuya se encontraban durmiendo durante la clase de matemáticas. Cada quién sumido en sus profundos y adorados "sueños". Lo único malo es que el profesor se había fijado en ello por lo que comenzó a gritar:

¡Muchachos! ―exclamó molesto para despertar a los aludidos.

¿Eh? ―preguntaron los dos mientras bostezaban.

¿Se puede saber la razón por la que están durmiendo?

Son varias ―contestó Goenji como si fuera lo más obvio del mundo―. En primera su clase es aburrida, en segunda no dormí bien, en tercera su horrenda cara no ayuda mucho que digamos…

Su manera de contestar fue así de agresiva y directa ya que no estaba de buen humor, pero el profesor no lo iba a comprender.

¡Castigado! ―gritó aún más furioso y miró al portero―. ¿Y usted muchacho? ¿Qué me dirá?

Ah… pues… yo tampoco dormí muy bien.

¿Así? ¡¿Acaso usted estuvo toda la noche con el joven Goenji?!

Sí.

¿Y qué estuvieron haciendo? ¡¿Acaso recorrieron toda la ciudad?!

Pues… sí ―respondió Endou y el profesor pensó que lo estaba engañando.

¡¿Me quiere ver la cara de burro?!

No es necesario. Ya la tiene ―soltó sin pesarlo el portero.

¡Usted también está castigado!

"Ahora sí. Mi día no puede estar peor", pensó el castaño.

El maestro miró a su alrededor y notó a Natsumi Raimon distraída mirando la ventana.

¡Señorita Raimon! ¡Castigada!

¿Por qué?

¡Por no prestar atención!

Como sea…

¡Bien! A todos los que castigue se tienen que quedar a la hora del receso aquí escribiendo un ensayo de trescientas palabras sobre lo que vimos y además se quedaran después de clases, haciendo otro ensayo del tema que yo escoja.

Los jóvenes castigados hicieron una mueca. No podía ir peor esa mañana.

Luego de un rato las clases siguieron igual, está vez Endou tenía la cara pegada al pupitre… ¡Su día no podía arreglarse! Se encontraba castigado, confundido, estresado, ensuciado y muchas otras cosas que prefería ya no pensar. Finalmente, la hora del receso llegó y obviamente se quedaron haciendo lo que les indicaron.

No es justo ―se quejó el castaño―. ¡El que contestó mal fue Goenji!

¡Tú tienes la culpa Endou! ―gritó el delantero de fuego.

Dejen de discutir ―regañó la mánager―. Es culpa de los dos.

¿Y tú qué, Natsumi? ―preguntó el rubio―. Que estuvieras distraída no es nuestra culpa.

"Si como no", pensó la castaña.

Deja en paz a Natsumi ―reclamó el portero.

Silencio ―ordenó el profesor y los tres ya no dijeron nada.

En los siguientes minutos, continuaron con su trabajo, hasta que el profesor se levantó y los llamó.

Jóvenes. Voy a salir del aula, espero que se queden aquí y sigan haciendo lo que les pedí.

Sí, profesor ―dijeron los tres.

Así él se largó provocando que Natsumi se saliera del salón y que los otros dos chicos iniciaran una conversación.

¿Y? ―cuestionó Endou―. ¿Qué hacemos ahora?

Mira, tengo otra idea para que hables con Natsumi y le digas la verdad de una buena vez.

E-eh… ¿a-ahora?

Sí. Además es el plan perfecto.

Hum… tus planes "perfectos" no acaban como esperamos.

¡Este no fallara! Lo aseguro~

Bien. ¿Cuál es?

Es simple. Tú te metes al closet que está a la par de la dirección del director. Luego yo llamo a Natsumi y le digo que te pasó algo y que estás allí. Cuando ella entré, la puerta se "atascará" dejándolos a ambos allí. Hablas con ella, te declaras, le das su primer beso y fin, ¡felices por siempre!

¡¿Eh?! ¡¿Primer beso?! ¡¿Declararme?! ¡¿La puerta atascada?! ¿No crees que es demasiado?

¿Demasiado! ¡Bah! Está podría ser tu última oportunidad. Piénsalo.

Ah… bu-bueno… lo intentare.

Entonces, vamos.

Los dos salieron cautelosamente de la clase para después dirigirse cada quién a su lugar. Lastimosamente, Endou se encontraba hecho una bola de nervios por lo que, no soportó la presión e intentó salir, sin embargo, Goenji venía corriendo hacia él.

¡No puedo, Goenji, no puedo!

¡¿Qué dices?! ¡Natsumi ya viene para acá! ¡Metete al closet!

¡No!

¡Qué te metas!

Ambos comenzaron a jalonearse y terminaron metidos en el closet.

¡¿Por qué no quieres hacerlo?!

¡Yo…! No lo sé… Es que, no me sentiría cómodo con todo esto.

¿De verdad?

¡Sí!

¡Pues bien! Olvídalo, larguémonos de aquí y planeemos otra cosa…

A punto de irse Natsumi entró al closet, pero lastimosamente al llegar cerró la puerta. En ese instante hubo un silencio…

Ah… ¿Na-Natsumi? ―preguntó Endou asustado.

¿E-Endou… e-estás bien? ―cuestionó muy confundida la castaña.

―…

―…

¡Ah, por Dios! ¡Mira Endou está bien! ―exclamó Goenji mientras empujaba un poquito Natsumi pues ella se encontraba parada frente a la "salida del closet", él intentó abrir la puerta, pero no pudo―. Se atascó.

¿La puerta se atascó? ―cuestionaron Endou y Natsumi, y era obvio que sí.

¡Que sí! ¡Estamos atrapados aquí!

¡No! ―gritó el portero mientras que la única chica allí se quedó en shock.

En palabras más cortas: su pesadilla apenas comenzaba…

Un gran suspiró salió de cada uno de los que se encontraban allí. Por una vez en sus vidas desearían que algo fuera normal… pero qué va, Endou es un chico que lleva puesto en la cabeza una banda de color anaranjado, amante del fútbol, juega como portero y entrena con una llanta, Goenji un chico con el cabello rubio que ayuda a muchos de sus compañeros dándoles balonazos para "solucionar" sus dudas, Natsumi es la presidenta del cuerpo estudiantil quién además es mánager el club de fútbol, bueno puede que la castaña sea normal, pero lamentablemente le gusta el capitán del club de soccer, así que eso ya no la hace tan "común". En cambio el portero y el delantero no tienen excusas para decir que sus vidas son como la de los demás. ¡Vaya vida! Oh, y en ese mismo instante desearían haberse quedado en el aula haciendo lo que el profesor les había indicado…

La castaña miró de nuevo a los dos chicos. ¡Su mente y su corazón en ese instante parecían una tormenta! Era verdad que había tomado su decisión, pero no era fácil pensar en una solución a todo lo que pasaba, en ese momento le temblaban un poco las manos y el corazón lo tenía a mil por minuto, aunque ella no era la única así, Endou estaba hecho una bola de nervios y de depresión, no había peor forma de arruinar el día que quedarse encerrado en un closet con la chica que le gusta… De acuerdo, puede que suene bien para la mayoría, sólo que el castaño también estaba acompañado de su mejor amigo. Eso arruinaba todo, ¡Todo!, y encima el profesor seguro que los castigaría cuando regresaran.

Ella recordó el beso que le había dado el portero y un sonrojó apareció en su cara, provocando la mirada curiosa de sus compañeros.

―Natsumi. ¿Te sientes mal? ―preguntó Endou con una sonrisa tierna y un tono dulce

―N-no… Es que me siento un poco mareada ―explicó intentando convencerlo, sin embargo parecía que creaba preocupación―. ¡Estoy bien! Tranquilo.

―Va-vale… ―Endou tenía el corazón también a mil―, Na-Natsumi, tengo algo que decirte.

"¿Eh?", pensó Goenji y obtuvo su repuesta al ver la cara sonrojada del castaño. "No, no, no. ¡Él no puede declarársele a ella estando yo aquí! Sería desastroso". A lo mejor el delantero tenía la razón, pero él anteriormente le había dicho a Endou que lo hiciera ¿no?

―¿Q-qué co-cosa? ―cuestionó la chica estando súper nerviosa.

Si bien estaban encerrados allí, Endou recordó las palabras de su amigo "Está podría ser tu última oportunidad. Piénsalo". Y definitivamente el castaño se encontraba totalmente "decidido a decírselo". ¡No había vuelta atrás! Si lo "rechazaba" o no estaba demás, eso de las cartas de amor, su extraño comportamiento, el beso y sus extrañas conversaciones tenían que aclararse ya. ¡O si no se dejaría de llamar Endou Mamoru!

―Es… que… tú…

Goenji se quedó en estado de shock y Natsumi tenía el corazón más acelerado que antes, claro sí era posible. A la castaña las manos se le comenzaron a poner frías…

―¿Y-y-o? ―fue lo único que logró preguntar.

―T-t-tú.

Habían dos cosas que el delantero detestaba: que su padre lo obligara a ser doctor y las cosas románticas, esperen… olviden lo primero y cámbienlo por "estar encerrado en un closet". Y agreguen un "pasar la noche entera huyendo de quién sabe que en una bicicleta junto a un tarado, para después terminar observando una estúpida declaración de amor".

―Na-Na-Nat-su-mi, si-siento que de-debo decirte algo.

―…

"¡Dímelo ya, no me dejes así!", pidió en su mente la castaña.

"¡No se lo digas, por favor!", suplicó mentalmente Goenji.

"Tengo que decírselo", pensó el portero.

―…

―…

―…

Silencio. El portero estaba listo para gritar así que respiró hondo y dijo:

―Fe-feliz… cumpleaños~

"¡¿Eh?! ¡Tremendo imbécil!", insultó en su mente Natsumi mientras que Goenji pensaba en "No sé le pudo ocurrir nada más estúpido".

Definitivamente él ya no se llamaría Endou Mamoru.


En el club de fútbol se encontraban Kazemaru y Kidou, conversando sobre lo de la noche anterior. El de las rastas parecía más pensativo de lo normal, y decidió lanzar una pregunta que lo estaba "angustiando".

―¿Crees que todo le saldrá mal a Endou?

―No creo ―contestó con una gran sonrisa―. Estoy seguro.

Kidou pareció sorprenderse por su respuesta tan… ¿sincera?

―Se nota en la confianza que le tienes a Endou ―comentó sarcásticamente el centrocampista.

―No es eso. Es que este plan… no sé, dudo mucho que Natsumi sienta algo por nuestro capitán.

―A decir verdad, creo que ella parece dividida entre dos personas…

―O sea… ¿Endou y Goenji?

―Posiblemente…

―¿Sabes? Debemos evitar que Toramaru siga sospechando de Goenji. ¿Tienes una idea, Kidou?

―Sinceramente no he pensado en eso ―respondió algo cansado―. Anoche… no fue el mejor momento de mi vida.

Kazemaru al recordar lo de la noche anterior comenzó a reírse, provocando la ira de Kidou.

―¿Te sigue dando risa? ―cuestionó irritado el de las rastas.

―¡¿Cómo no me va a dar risa?! Si pasamos casi tres horas buscando a un dichoso fantasma, para que al final resultara ser Toramaru escondido en un closet ―recordó el defesa y sonrió malévolamente―. ¿Acaso te molesto el hecho de que gritaras más fuerte que tu hermana?

―Olvida eso.

―Bien. Pero no olvidare cuando las chicas casi matan a Toramaru por asustarlas así.

―Oh~ esto tampoco lo voy a olvidar ―se río Kidou ya que según él, fue lo único bueno de toda la madrugada―. Pobre niño, creyó que era su fin.

―¡Eso pasa por andar encerrado a las personas en los baños! ―gritó sonriente Kazemaru refiriéndose claramente a la vez en que terminaron jugando el bobo juego del abecedario.

―Jajaja, dudo que tenga que ver con eso. Más bien parece mala suerte.

―Pufff, por lo menos pago por lo que hizo, ¿no?

―Da igual ―contestó el centrocampista―. Oye, ¿Endou y Goenji seguirán en la clase?

―Con ese castigo que les pusieron, yo creo que sí.

―Por lo que sé, pasaron una madrugada horrible.

―¿Horrible? ―dudó Kazemaru ya que no comprendía que tan mala noche pudieron tener―. A lo mejor exageran, ya sabes cómo es Endou. ¡Ni que a Goenji lo haya acosado una loca y a Endou lo hayan perseguido un montón de perros!

―Con su suerte, todo es posible.

―Eh… creo que se te pego lo exagerado de esos dos.

―Mejor ocupémonos de ese detective. Sospecha que Goenji es el admirador secreto y si encuentra "pruebas", tendremos muchos problemas.

―¡Cierto! De hecho, vamos a buscarlo.

Ambos muchachos se fueron del club de fútbol, su misión ahora era acabar por completo con la sospechas de Toramaru.


El chico con el cabello negro azulado se encontraba caminando por los pasillos de la escuela como si nada. Su objetivo era encontrar algún cuaderno o libreta para comprobar que Goenji fue quién escribió aquellas cartas de amor. Y si lo hacía tendría éxito como detective. ¡Él ya se imaginaba todo su futuro! Sería un exitoso amante del misterio, encantador, alto, inteligente, y superaría al delantero de fuego, conseguiría su propio auto, o mejor… ¡Una motocicleta! En fin, eso era sólo su imaginación ya que en la realidad, a lo mejor sólo tendría una de todas las cosas que desea, pero es algo, ¿verdad?

"¡Seré genial cuando sea grande!", pensó y encontró el salón de los alumnos de tercer año. Al entrar lo primero que hizo fue gritar lo que había pensado hace unos segundos…

―Qué raro… sonaba mejor en mi mente ―susurró mientras comenzaba a observar detalladamente el aula―. ¿Cuál será el bolso de Goenji? ―miró de reojo y comenzó a registrar cualquiera―. No es este, tampoco este… ¡Ah! No, no es ―siguió así hasta que se dio cuenta de un detalle importante―. Este… ¿Cómo voy a identificarlo? A lo mejor ni nombre tiene… ¡Ah, ya sé! ―sacó de su bolsillo una de las cartas de amor―. Voy a comparar esta carta con cada una de las libretas de este salón y ya. ¡Soy un genio~!

Hizo lo que planeó por más de diez minutos hasta que escuchó que un profesor venía para allá, entonces lo primero que hizo fue esconderse debajo de la mesa.

"Por favor, que no me encuentre, todavía tengo mucho porque hacer aquí, y no he encontrado la libreta, ¡ni he comido nada! Vaya, esto de ayudar a las chicas es agotador… encima anoche querían hacerme daño…"

―¡Pero qué es esto! ―gritó el profesor con una gran ira y Toramaru sintió que el alma se le salía del cuerpo.


Natsumi se encontraba totalmente molesta con el castaño, no tenía razón, pero es que… ¡la había hecho emocionarse! Y aunque ella pensó que el portero no se dio cuenta pues, no era tan acertado, pues Endou se sentía mal, nuevamente no logró decirle que le gusta. ¡Era un desastre! Y ni que hablar de Goenji, bueno él estaba feliz. ¿Por? Sencillo, es porque no vivió una incómoda situación entre dos "enamorados". Aunque el rubio no es de piedra y si se sentía mal por sus dos amigos, Endou y Natsumi. ¿Qué podía hacer? Estando él ahí podría ser bastante difícil. Así que prefirió calmar a la castaña.

―Natsumi ―llamó Goenji en un susurro, ella lo volteo a ver, y dejó que el delantero se sentara a la par suya, mientras que Endou se encontraba en una esquina del closet bastante triste―. Mira, sé que Endou no es tan bobo como parece.

―Ya sé.

―Pero no hay porque enojarse con él por lo que dijo.

Ella lo miró con sorpresa. Vale, Goenji podría ser su admirador, a que venía que le dijera eso de Endou… Según Natsumi, podría ser un intento para acercarse a ella, o podría ser un coqueteo sutil. ¡Cosa que no podía permitir! Ella estaba enamorada del portero. ¿No? ¡Entonces mandaría a cualquiera que no fuera Endou a la Friendzone! Aunque debía admitir que el delantero cuando sonríe es demasiado encantador… y encima… era un buen chico. ¡¿Y qué tal si él no era su admirador secreto?! Tal vez todo es una confusión… Natsumi mantenía esa teoría todavía con una muy pequeña esperanza.

―No estoy molesta por eso. Es sólo que… ―intentó explicar Natsumi, pero las palabras se le atacaban en la garganta―, y-yo…

El rubio la miró y por primera vez la vio fijamente a los ojos, no es que se estuviese fijando en ella, es sólo que notó que parecía deprimida.

―Anímate. Estar aquí no es tan malo, al menos escapamos del castigo de ese profesor.

―Eso no me anima. Cuando se dé cuenta que no estamos se va a molestar…

―Él es un exagerado, digo, a ti te castigo por nada, yo por lo menos le dije algo indebido.

―Pero yo no estaba prestando atención…

―¿Y? Yo me quedo dormido en la clase. ¡Es más! Creo que Endou también.

La castaña soltó una risa pequeñita. ¡Oh! Ahora Goenji sabía porque a su amigo le gustaba Natsumi, porque no es que ella fuera fea, de hecho en ese momento el rubio notó que ella sería la pareja perfecta… perfecta para Endou. Sin embargo, si Goenji pensaba eso, Endou pensaba en que su mejor amigo estaba muy cerca de su Natsumi.

―Pero yo no soy así. Soy la presidenta del cuerpo estudiantil.

―También eres una adolescente que puede aburrirse, estresarse, y… enamorarse.

Eso último provocó que Natsumi se ruborizara. Y Goenji por primera vez tenía un pequeñito sonrojo en su rostro, pues… ¡Eso fue muy incómodo! Tanto que ocasionó que el castaño se sintiera un tanto traicionado por lo que él también se sentó a la par de ella y al hacerlo la miró fijamente a los ojos, de hecho la expresión del portero era muy divertida, pues había hecho un puchero y además tenía un leve sonrojo.

―Na-Natsumi… lamento lo que te dije. E-es que…

―Olvídalo Endou.

―¡No! ¡Lo dije porque cuando estoy contigo me pongo torpe!

―…

"¿Lo pongo torpe?", pensó la castaña y Goenji nuevamente se lamentaba en su mente: "¡No puede hacerlo! ¿Acaso no puede esperar un poco?"

―Y-yo… Si-siento mu-muchas cosas por ti…

¿Se le declararía?


Toramaru intentaba mantenerse vivo pues sentía que su fin se acercaba… ¡Bueno! Era un exagerado, pero cualquiera se asustaría si un profesor está a punto de descubrirlo, aunque… ¿Por qué se esconde? No hizo nada malo, ¿verdad?

¡Oh! Sin embargo, el profesor parecía bastante molesto…

―¡¿Cómo es esto posible?!

"Ya me descubrió".

―¡¿Dónde están esos muchachos?! Los deje castigados. ¡No pueden irse y ya!

"Ufff, no es por mí", pensó mientras observaba al enojado profesor retirarse. Luego de ver eso, salió de su escondite y se dio cuenta que en el suelo se encontraba tirada una libreta. Al observarla de cerca notó que adentro decía "Propiedad de Goenji Shuuya, no tocar, si lo encuentra devolverlo a su propietario, el delantero de fuego, o sea yo".

―Lo encontré ―habló sorprendido el chico de cabello color negro azulado―. ¡Lo logré! ¡Sí! Soy un éxito.

Su emoción era mucha, ahora sólo tenía que comparar la letra, así que sólo sacó uno de los poemas y lo comparó. ¡No podía creerlo! La letra era la misma, todo era exactamente igual, o sea que el admirador de Natsumi era…

―¡Goenji es el admirador de la presidenta del cuerpo estudiantil! ¡Uh! No puedo esperar para ver el rostro de las chicas que dudaron de mí.

Sin dudarlo más, salió corriendo del aula directo al lugar donde se suponía que estarían las chicas. Pero antes comería algo por lo que también le mandó un mensaje a todas las gerentes, menos a Natsumi. "Ella puede esperar", pensó Toramaru. "Primero debo comer algo. ¡Me muero de hambre! Comprare algo en la tienda de Handa".


El profesor podía soportar cualquier cosa de sus alumnos.… De hecho no, pero él esperaba que por lo menos se quedaran en la clase si estaban castigados, sin embargo se sintió ignorado. Soportaba que Endou no hiciera caso en la clase, que casi quemara el aula cuando hacia un experimento relacionado con un balón, que nunca le trajera bien la tarea, que Goenji usara ese estilo de cabello tan… ¡Un Súper Saiyajin*! Porque había que admitirlo tenían cierto parecido. ¡De hecho! Endou una vez hizo una investigación con la teoría de que Goenji provenía del planeta mencionado en su serie favorita o sea "Dragón Ball", de hecho a su investigación la nombró: "Súper Saiyajin Goenji", pasó semanas buscando pistas y terminó provocando que los arrestaran por diversas razones… ¡Pero eso es otra historia! Esta vez el profesor estaba muy enojado. ¡Sus alumnos no lo trataban con respeto!

"¿Qué se creen esos mocosos?", pensó mientras caminaba directo a lugar donde se encontraría el director Raimon, pero antes de entrar, escuchó unas voces muy conocidas. Regresó unos pasos atrás, miró la puerta de un closet y logró oírlo mejor.

―¿Qué…?

Reconocía esas voces donde fuera.


―¿Si-sientes co-cosas po-por mí? ―interrogó Natsumi algo nerviosa.

―Pu-pues…

―¡Espera! ―gritó el rubio intentado parar la cursilería, de verdad no quería terminar viendo una escena romántica, pero sus acciones podrían ser malinterpretadas.

―Go-Goenji… ―tartamudearon Endou y Natsumi.

Antes de que alguno de los tres pudiera decir algo, escucharon el sonido de la puerta tratando se abrirse.

―¡Toc, toc! ―exclamó Endou dejando a todos confundidos.

―¡¿Toc, toc?! ―preguntaron todos, o sea, Natsumi, Goenji, el profesor, el director Raimon.

―¡¿El director Raimon?! ―cuestionó sorprendido Endou, ya que había reconocido su voz.

―¡Sí, soy yo! ―respondió alegre como siempre―. Algunos alumnos me habían informado que habían escuchados gritos, así que ellos asumieron que era un fantasma, pero yo como buen director vine a cerciorarme ―al terminar de explicar abrió la puerta fácilmente, y cuando los adolescentes salieron pudieron observar a su director con una armadura hecha de ollas y demás cosas que había sacado de la cafetería.

―¡Papá! ¿Crees en eso de los fantasmas? ―interrogó un poco avergonzada Natsumi.

―Claro que no. ¡Yo sólo estaba…disfrazado!

―Ay, papá ―se quejó la castaña.

―Hija no te reproches nada ―regañó el director con una sonrisa seria―. Además, encontré mi anillo de bodas ―informó mientras mostraba su mano.

―Papá, ese no es…

―¡¿En serio?! Rayos… tendré que seguir buscando. Por cierto hija. ¿Qué hacías en el closet?

Endou, Goenji y Natsumi no sabían que responder, porque la verdad eso que vivieron era algo confuso. Según la castaña, Endou se encontraba en problemas, según Goenji ayudaría a su mejor amigo a estar con la chica que le gustaba, y según el portero se metería en problemas, y… bueno esa era el pensamiento más acertado.

―Pues… ¡Buscaba algunas cosas para ayudar a limpiar el aula!

―¡Sí, Goenji y yo queríamos hacer lo mismo! Sólo que como vio, nos quedamos atrapados porque la puerta no se abría…

―¡Qué acto tan servicial! Me alegra que quisieran limpiar su salón ―felicitó el de mayor autoridad mientras les sonreía, sin embargo el profesor no les creía nada.

―¡Ustedes no debieron haberse salido del salón!

―¡Discúlpenos profesor! ―gritaron los tres para después hacer una reverencia.

El maestro los miró arqueando una ceja, tal vez debería darles una oportunidad.

―Está bien. Olviden lo del castigo, tuvieron suficiente con eso del closet ―aclaró el catedrático―. Sólo no vuelvan a contestarme así.

―¡Muchas gracias! ―agradeció Endou muy emocionado, al fin algo bueno.

―Se lo agradezco ―dijo Natsumi.

―Neh, gracias ―habló Goenji muy inexpresivo.

Los tres jóvenes regresaron a su aula pues ya había terminado el receso.


Kidou y Kazemaru estuvieron buscando a Toramaru por casi toda la escuela, pero… ¡No lo encontraban! ¡¿Dónde estaba ese mocoso?!

―¡Ah! Llevamos muchos minutos buscándolo. ¡Ya se va a terminar el receso! ―se quejó el defensa.

―Ya sé ―respondió el de las rastas intentado pensar en algún lugar donde no habían buscado y también pensó en algo muy lógico―. A lo mejor él se fue a nuestra clase buscando una libreta de Goenji, la consiguió de alguna manera, se fue y ahora ha de estar con las chicas.

―… ¡Entonces vámonos ya!

―Es sólo una suposición.

―¡Sí, lo sé! ―exclamó Kazemaru algo irritado, él miró a Kidou, éste simplemente parecía calmado―. Si no intentamos algo pronto, a lo mejor Goenji terminará enredado en algo amoroso.

―Bien. Vamos con las chicas, tal vez está con ellas.

Los dos caminaron en línea recta por los pasillos hasta que se dieron cuenta de algo importante…

―¡Espera! ―gritó el chico del cabello color celeste―. ¿Dónde están las chicas?

―Eh… Pues…

Y antes de poder responder se escuchó un timbre que indicaba que el receso había acabado.

―¡Rayos! ―expresó Kazemaru―. Hay que regresar al salón.

―Tendremos que buscarlo más tarde.

Ambos se fueron caminando directo a su clase, pensando en una solución a su problema… bueno, su "supuesto" problema, ya que no sabían si en verdad Toramaru había conseguido lo que suponían que había conseguido. O sea, la libreta de Goenji. En fin al regresar vieron a sus dos amigos bastante deprimidos. Notaron la tensión en el ambiente, dieron por hecho que Endou y Goenji ya sabían lo de la libreta así que no les dijeron nada, además el profesor ya estaba dando la clase de historia y no podían decir nada si no terminarían castigados. Así siguió todo hasta la hora de salida de la escuela. Y hoy si había entrenamiento de fútbol, por lo que lo primero que hizo el capitán fue salir corriendo en dirección conocida por todos: el club de fútbol.

Al llegar se cambió el uniforme de la escuela por el del equipo de Raimon. Salió apresuradamente del vestidor directo al campo, lo otro que lo animaba era jugar, eso lo tranquilizaba mucho y lo hacía reflexionar sobre muchas cosas como: su familia, sus amigos, sus estudios, los partidos amistosos que tenían, la comida… ¡Ah! Y en Natsumi. Bueno, ella estaba entre el montón de cosas que pensaba… porque en sí, él quería que ella conociera a su familia, ella es su amiga ―aunque él quisiera algo más―, ella estudia con él en la misma escuela y salón, en los partidos del equipo ella está allí porque es mánager, y la comida… bueno como iba a olvidar la comida tan "especial" de Natsumi. ¡O sea que piensa en ella durante todo el día! El amor que sentía por la castaña competía bastante con el amor que sentía por el fútbol. Pero, en sí… ¿Acaso ambas cosas no son importantes? ¡Claro! Y también indispensables, entonces…

Si esas dos son sus prioridades… ¡¿Por qué diablos no se concentraba?! Ahora mismo se encontraba con un gran dolor de cabeza, también estaba tirado en el suelo viendo hacía el cielo. ¿Qué pasó? Simple, Endou llegó al campo al mismo tiempo que llegó Goenji y el resto del equipo titular. Luego de eso comenzó sus ejercicios rutinarios, después el rubio quiso practicar sus balonazos, así que decidió darle uno a su mejor amigo… lastimosamente el delantero no sabía que su amigo estaba tan distraído como para no ver el balón, por lo que ocurrió un accidente… Y ahora mismo todo mundo miraba con atención como Natsumi y Goenji trataban de regresar al portero al mundo real.

―¡Endou, despierta! ―gritó la castaña muy preocupaba mientras ella hacía eso, Goenji movía constantemente a su amigo de los brazos.

Haruna, Aki y Fuyuka también se acercaron a ver el estado de su capitán.

―¿Está bien? ―preguntó la mánager más joven y la respuesta era muy obvia por eso mismo Goenji la miró con una expresión que daba a entender que Endou no estaba bien―. ¿Qué? Nunca está de más preguntar.

―Mamoru ―llamó suavemente" Fuyuppe" mientras tocaba con su mano el hombro del castaño.

―…

El portero seguía sin responder por lo que Natsumi se acercó lentamente.

―¡Despierta! ―exclamó otra vez mientras agitaba el cuerpo del castaño de forma exagerada, el portero abrió lentamente los ojos…

Él miraba nubloso, casi no escuchaba bien y se sentía mareado. Así que lo primero que vio le dio una idea de que decir…

―Ah … ―masculló mientras su subconsciente actuaba para decir algo―, Veo… a una vieja…

Sí, con vieja se refería a Natsumi… y es que como no miraba bien, aunque tal vez por el golpe quedó más tonto.

―¿Q-q-qué? ―tartamudeó incrédula la insultada o sea Natsumi.

―Eh ―volvió a susurrar Endou y ahora su vista se había arreglado. Lo malo es que notó la mirada molesta de la castaña―. ¿Mi ángel?

Al terminar de pronunciar, sintió como "alguien" le bajaba la banda naranja para cubrirle los ojos, dejándolo viéndolo todo negro.

―¿Quién apagó la luz?

―¡Bobo, tonto, caballo!

Reconocería esa voz en cualquier lado. ¡Ah! Y también reconocería ese insulto… ¿Por qué Natsumi sonaba tan molesta?

―¡¿Por qué rayos hiciste esto?! ―interrogó alterado el capitán mientras señalaba a Goenji. Aún miraba todo negro, por cierto recordemos que Endou todavía tiene el ojo morado por aquella genial idea del delantero de fuego, y si no se le ha curado es porque también recordemos que Endou fue golpeado apenas hace unos días, y no por arte de magia se iba a curar su ojo. En fin el punto es que no miraba por la banda que le cubría la vista.

―Es a ella a quién tienes que señalar ―aclaró el rubio mientras movía el brazo de su amigo a la dirección correcta.

―¡Natsumi! ¡¿Por qué lo hiciste?!

―¿Por qué me dijiste vieja?

―¡¿Por qué mi hermano usa una capa?!

Todos voltearon a ver a Haruna.

―Pensé que jugábamos a hacer preguntas sobre cosas tontas…

Kidou simplemente volteo a ver a su hermana.

―Qué lindo que mi hermana me considere algo tonto…

―¡Yo no dije eso! Dije que eso de usar capa en el campo de fútbol es tonto.

―Haruna es lo mismo.

―¡No es cierto hermano!

―Claro que sí.

―Claro que no.

―Sí.

―No.

―Sí

―No.

―¡Basta! ―gritó Natsumi, parecía muy molesta―. Me voy.

―Oye, no he terminado de hablar contigo ―habló Endou.

―¡Ni si quiera habíamos entablado una conversación! ―recordó furiosa la castaña.

―¡Pues…! ¡Regresas aquí, conversamos y terminamos la conversación cuando yo diga!

―¡Tengo mucho que hacer!

―¡¿Entonces para qué vienes aquí?! ¡Oye, no te vayas y quédate a escucharme! ―exclamó el castaño al mismo tiempo en que comenzaba a perseguir a la mánager.

Todos los del equipo los miraban mientras suspiraban. No era normal su comportamiento, ambos parecían estar complicándole las cosas al equipo. ¡Ya mañana sería su partido amistoso!

―Parecen una pareja de casados ―comentó Someoka ocasionando que todas las gerentes, Kazemaru, Kidou, Goenji y Toramaru lo voltean a ver de manera extraña.

―¡Eso no! ―gritó Toramaru provocando que todos lo voltearan a ver―. Di-digo… ¡Es que no van como pareja! ―era obvio que él pensaba que Goenji y Natsumi tendrían algo.

―¿Qué dices? ―preguntó Kazemaru―. ¡Si se ven bien juntos!

―Cierto ―concordó Kidou.

El jugador más joven hizo un puchero y miró al rubio.

―¿Qué opina usted Goenji?

―¿Yo? Pues… ¡No me interesa! ―exclamó el delantero de fuego intentando que no lo relacionaran con nada romántico, pero más bien creaba confusión.

―¿Acaso estás celoso Goenji? ―preguntó Aki.

―¡Es verdad! ―gritó Haruna―. ¡A Goenji le gusta Natsumi!

El aludido se puso rojo, de la vergüenza y del enojo. ¡No le gustaba la castaña y definitivamente iba a darle un buen balonazo al mocoso ese! Porque Toramaru tenía la culpa y además en su vida lo habían emparejado con alguien.

―¡¿Eh?! ¡A mí no me gusta Natsumi!

―Eso dices ahora, pero cuando estás sólo en tu habitación… ―comentó Fuyuka. Ese día quería hablar más así que le dio por molestar un poquito a Goenji. ¿Estaba mal?

―No me gusta. ¡Es más! Que Endou y Natsumi se casen.

Eso llamó la atención de todos, y lo único que pudieron hacer algunos fue reírse, no imaginaban a su capitán de una forma romántica, menos en una boda… y definitivamente su imaginación no podría si quiera lograr desarrollar la imagen de Endou y Natsumi como pareja. Sí, definitivamente alguno de los miembros del club de fútbol no tenía imaginación.

―Dices eso para que pensemos que no te gusta ―dijo Haruna.

―¿En serio? ―cuestionó incrédulo el rubio―. ¿Saben qué? Me voy a entrenar a mi casa. No necesito que me estén emparejando con Natsumi.

Dicho esto se fue de allí bastante molesto.

―Se molestó… ―susurró el pequeño "detective" bastante confundido, en fin le restó importancia y decidió acercarse al grupo de chicas―, Haruna.

―¿Qué pasa?

"Vaya, tal vez no han leído el mensaje que les mandé. Bueno ya lo leerán".

―Ah, es que ya he descubierto quién es el admirador de Natsumi.

―¡¿De verdad?! ―preguntaron todas asombradas.

―¡Sí!

―¿Y bien? ¿Confirmaste lo que pensábamos?

―¡Ajá! Compare la letra y es igual. De hecho voy a enseñarles la prueba ―indicó el chico del cabello negro azulado a la vez en que les enseñaba la libreta y el poema.

―¡Awww! Lo sabía ―presumió Haruna.

―Eso significa… ―comenzó a hablar Fuyuka―, que Natsumi tiene mucho que reflexionar mucho sobre sus sentimientos.

―Oh, Natsumi se va a sentir peor cuando sepa que es verdad ―comentó Aki.

―¡Eh! Chicas no se preocupen, esto del amor se soluciona solo ―supuso Toramaru―. Me voy a entrenar.

―Suerte ―dijeron todas mientras miraban como él se retiraba.

Toramaru iba a comenzar a entrenar, pero se comenzó a cuestionar si en verdad les había mandado el mensaje a las chicas.

―Tal vez se lo mande a alguien más.

Kidou y Kazemaru intentaron averiguar si Toramaru tenía pruebas, así que se acercaron para "entrenar" más con él.

―Toramaru. ¿Te parece que entrenamos contigo? ―preguntó Kazemaru.

―Si quieren ―accedió el más joven sin preocupación alguna―. Sólo recuerden quién es el mejor~

"Presumido", pensó el chico del cabello celeste.

"¿Por qué estará tan feliz?", se preguntó Kidou.

―¡Empecemos! ―gritó animado el defensa.

―¡Sólo una cosa! ―avisó el de la capa.

―¿Qué pasa? ―preguntaron los otros dos.

―Ah… ―masculló para evitar que el menor sospechara―, estuve pensando en una nueva actividad para crear más confianza en el equipo. ¿Quieren intentarlo?

Ni si quiera el chico del cabello color celeste sabía que era lo que planeaba el estratega.

―¡Por mí bien! ―aceptó feliz Toramaru.

―Sí, como sea ―dijo Kazemaru.

―Primero debemos hablar sobre cómo nos sentimos y explicar por qué.

―¡Oh! ¡Comienzo yo! ―propuso emocionado el chico del cabello color negro azulado―. ¡Estoy feliz!

―¿Y cuál es la razón? ―cuestionó Kazemaru.

―Ah… ―susurró el menor mientras pensaba en una excusa, pues no podía decir que era por descubrir un "misterio" ya que le harían preguntas y las chicas se molestarían si contaba todo―. ¡Por…! Porque… Mañana es cumpleaños de… ¿Handa?

"¿Qué?", se preguntaron los dos chicos. Esa mentira podría no funcionar.

―¡Sí! Es que habrá pastel y eso…

―¿De verdad? ―interrogó incrédulo el defensa―. ¿Por qué no dijiste nada antes?

―¡Es cierto y no dije nada porque es una fiesta sorpresa!

―Estás mintiendo ―acusó Kidou.

―¡Para nada! Todo lo que digo es verdad.

―Haber júralo ―ordenó Kazemaru.

―¡No puedo! Mamá me ha prohibido jurar sobre lo que sea.

―¿Eso no te hace sospechoso? ―preguntó el de las rastas.

―¡Claro que no!

―¿Por qué no sabíamos nada? ―cuestionó el chico del cabello color celeste.

―Ah… Es que son muy chismosos y le dirían a Handa.

―¿Y quién planeó la fiesta? ―volvió a hacer una pregunta, Kidou.

Toramaru se sentía presionado y volteó a ver hacía donde estaba Handa y lo vio discutiendo con uno de sus amigos. A lo mejor debería… ¡Sí, Toramaru ya tenía una idea de que decir!

―¡Shadow! Él me pidió que lo ayudara. ¡Planificó todo, e incluso dijo que sería sorprendente y tan secreta que ni el mismo lo sabría! ¿No es genial tener un amigo así? ¡Handa tiene suerte! ¿Saben? ¡Ahora mismo iré con él para ver si no necesita algo más! Por si quieren saberlo, la fiesta es después del partido. ¿No hay más preguntas? ¡Genial! ¡Ya me voy con Shadow! ―terminó de hablar y salió corriendo directo hacía el chico del cabello blanco.

Los dos chicos lo miraron confundidos. ¡¿Qué había sido eso?!

―No era necesario que mintiera así ―dijo Kazemaru.

―Tienes razón, sin embargo no averiguamos si de verdad sabía algo.

―Neh, déjalo con eso que nos dijo supongo que se olvidara de lo de Goenji.

―Supongo que ahora estará pensando en cómo sostener su mentira…

―¡Jajaja! Sería muy gracioso si verdad hace la fiesta, ¿no crees?

―Bueno en ese caso, sería una fiesta muy interesante.

―¡Igual! Sigamos entrenando.

Mientras ellos hacían eso, Toramaru se fue corriendo para llegar a dónde estaba Shadow.

―¡Por última vez Handa, se llama "Pokémon" y no "Pochemon"!

―¡Shadow, necesito hablar contigo! ―rogó el pequeño detective.

―¿Para qué quieres hablar con él? ―preguntó Handa.

El chico del cabello color negro azulado sólo lo vio con una mirada asesina.

―¡Estoy hablando con hablando con el dueño de la tienda no con el animal! ―gritó Toramaru sólo para fastidiar a Handa.

―¿Qué dijiste, mocoso? ¡Yo soy el dueño!

―¡No soy un mocoso! No tengo mocos para que me digas así.

―Handa ya déjalo ―propuso Shadow.

―Claro, como no fue a ti a quién insulto.

―Como digas… ¿qué quieres niño?

―Necesito hablar contigo… ―volvió a decir y miró al castaño―, a solas.

―¡Oh! A solas… ¡Que linda parejita! ¿Cuándo será su primera cita? ―comenzó a burlarse Handa.

―¡Ya vete! ―ordenó Toramaru bastante enojado, el castaño hizo caso a ello y se fue―. ¡Al fin!

―Sí, al fin se largó. ¿Qué pasa?

―¡Ah! Es que necesito que me ayudes, ¿aceptas?

―No sé…

―¡Por favor!

―¡Ni si quiera me has dicho con qué quieres que te ayude!

―¡Sólo acepta!

―¡Bien! ¡Te ayudare! ¡Lo prometo!

―¡Excelente! Necesito que organicemos una fiesta de cumpleaños para Handa.

―¡¿Eh?!

―¡Dijiste que me ayudarías!

―¡Ya sé! Pero… ¿Fiesta de cumpleaños de Handa? ¡Ni si quiera sabía que esa cosa cumpliera años!

―¡Yo tampoco! Pero ese no es el punto, hay que hacerlo…

―Está bien… ¿Cuándo es?

―Mañana.

―¡¿Mañana?! ¡¿Cómo pretendes organizarla?! Ya casi no hay tiempo.

―No lo sé. ¡Sólo estoy en primer año de secundaria! Tú debes saber más de esto que yo.

―Necesitamos más ayuda… ―analizó Shadow mientras cerraba los ojos para pensar mejor.

―¿Qué tal Fuyuka?

―Ella es muy hermosa, tiene lindos ojos, y es muy amable. De hecho, pensaba pedirle una cita.

―¡No me refería a eso! Yo la mencione como una persona que podría contribuir a nuestra causa~.

―Oh…olvida lo que dije.

―Deseo olvidarlo…

―Vamos a pedirle ayuda.

―¡Está bien!

Ambos fueron a hablar con la chica del cabello color violeta, ella aceptó encantada, le gustaba ese tipo de celebraciones, por lo que Toramaru pudo cumplir una parte de lo que le había dicho a Kidou y Kazemaru.

El equipo luego de eso siguió su entrenamiento normal, la mayoría pensaba mucho en los rumores nuevos: Endou y Natsumi podrían gustarse, a Goenji pudiera que le gustara la castaña, y la presidenta del cuerpo estudiantil podría ser la culpable del comportamiento extraño de los chicos.


¿Qué les faltaba para parecer un matrimonio? ¡Ah sí! La boda. Y es que, Endou y Natsumi habían caminado por todos los pasillos de la escuela, por supuesto que mientras daban su "recorrido" por la escuela, discutían a todo pulmón. Era obvio que todo profesor, alumno o adulto que los miraba pensaban que eran pareja.

―¡Detente! ¡No me ignores!

―¡No me acoses! ¡Pareces un chicle!

―¿Eso crees? ―cuestionó Endou muy alterado―. ¡Pues lo soy! Seré tu chicle hasta que me respondas.

―¡Tengo muchas cosas por hacer!

―¡Lo único que has hecho es huir de mí! ¡Haber, gran Natsumi Raimon! ¿Cuáles son sus deberes tan importantes?

―¡No te importan! ¡Déjame en paz!

―¡Bien! Me voy a entrenar a mi lugar secreto favorito.

―¡Vete a la torre de metal!

―¡Yo no iba allá!

―Si como no.

―¡Bah!

"¿Cómo supo que iba para allá?", pensó Endou mientras caminaba en dirección opuesta a donde se encontraba la castaña.

"¿Adónde ira entonces?", se preguntó mentalmente Natsumi.

Después de eso cada quién tomo su camino, había sido un día bastante pesado para los dos.


Goenji sentía que le estallaba la cabeza. Al llegar a su casa, la primera personita en recibirlo fue su queridísima hermanita, a quién por supuesto recibió con un gran abrazo, por lógica después de entrar, se fue a bañar y se cambió la ropa, antes de llegar a casa había entrenado un buen rato. La mayoría de las veces lo que hacía que se sintiera mejor era su pequeña hermanita, ella le hacía olvidarse bastante de sus problemas de escuela, con sus cuentos, chistes, historias, dibujos, y aunque suene extraño su papá también le ayudaba un poquito a olvidar sus problemas. En fin, después de que su padre regresara del trabajo. Toda la familia se sentó en la mesa para cenar.

―Hijo. ¿Cómo te fue?

―Bien ―respondió cortantemente.

―Parece que no ―comentó el doctor.

―Mi hermano está así desde que llegó ―informó Yuuka.

―Shuuya. ¿Pasa algo?

―Nada… ―contestó intentado mentir, pero no pudo, suspiró y miró a su padre―, bueno es que tengo un problema.

―Oh, es un buen momento para mejorar nuestra relación, ¿no crees?

―No sé.

―Cuéntame lo que te pasa.

―Ah, no es un problema, es sólo que a Endou le gusta Natsumi.

―¿En serio? Pensé que era…

―Papá, por favor, Yuuka está presente.

―Me refería a que era un tonto.

―Da igual, el punto es que yo intente ayudarlo, pero creo que sólo provoque que todo mundo creyera que me gusta ella. ¡Y no me gusta! La considero una amiga.

―Hum… tal vez deberías "ayudar" de otra forma.

―¿Otra forma? ¿Cómo qué?

―Apártate. Esas cosas del amor se solucionan solas.

Yuuka y Goenji lo vieron confundidos… ¡¿Cómo se había casado con esa clase de pensamientos?!

―Eh… Pero yo prometí ayudarlo.

―Mira, ese tipo de cosas terminan mal. Mejor hazme caso, Shuuya.

―Este… tendré en cuenta tu consejo.

―Como quieras. ¿Cómo te fue a ti, Yuuka?

―¡Súper bien! ―respondió muy animada―. ¡Hoy jugué mucho con Roy!

Tanto Goenji como el doctor les salió un leve tic en el ojo. Parecían molestos…

―¿Quién es Roy? ―preguntó Goenji intentando aguantar su pequeño lado sobreprotector.

―Es mi compañero de clases. ¡Ya les había hablado de él! Su nombre completo es Roy Yagami.

―Hija. ¿Acaso no pensabas que los niños de tu edad eran sucios y desagradables?

―Roy no es así ―reclamó con un pequeño puchero la niña―. Es muy agradable, y me compra galletas.

"La soborna con galletas. Apuesto que es un mocoso aprovechado", analizó Goenji. Tenía un nuevo problema.

―¡Termine de comer! ―informó el rubio mientras se levantaba―. Buenas noches.

―¡Hermano! ¿No ibas a contarme un cuento? ―interrogó la pequeña.

―Ah, es verdad. Bien, vamos.

―¡Sí! ―exclamó emocionada al tiempo en que se bajaba de su asiento para seguir a su hermano.

Ambos dejaron a su padre sólo.

―Pufff, mis hijos están creciendo. Shuuya tiene problemas de amores y Yuuka tiene un amiguito. ¡Estoy envejeciendo! Debería pensar en tal vez salir con alguien…

Bueno, a lo mejor al padre de Goenji le estaba dando una crisis por su edad. En fin, Goenji adquiría nuevos problemas a su vida, sin embargo, Endou y Natsumi también tenían sus problemas.


El castaño había pasado entrenando arduamente toda la tarde hasta que atardeció. Al parecer sus problemas se desvanecían al hacerlo, lastimosamente no era para siempre. Luego de eso regresó muy agotado a su casa, se sentía frustrado, no había podido decir lo que sentía a Natsumi, tampoco pudo lograr hablar con ella porque tuvo un conflicto durante el entrenamiento del club, y si la llamaba lo más seguro fuera que ella no contestaría. ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía pensar? ¡¿Cómo se debería de sentir?!

Entró como si nada a su casa, con la mirada baja, cerró la puerta lentamente, caminó despacio sin ningún ánimo. Sus padres lo miraron y se sintieron angustiados, su hijo parecía deprimido. Nunca lo habían visto así. Intentaron hablarle, sin embargo él no los escuchó simplemente se fue a su habitación a acostarse a su cama, para ponerse una almohada en la cara.

―¡¿Por qué soy tan tonto?! Debí de habérselo dicho. ¡¿Qué diablos me pasa?! Siempre he creído en mí, en lo que hago… detesto esta inseguridad.

Se sentó en su cama y tiró la almohada a un lado. Miró hacía la ventana y recordó muchas cosas…

―Mamoru. ¿Quieres hablar sobre lo que pasó? ―preguntó su madre mientras se acercaba a él y se sentaba a su lado.

―No…

―Vamos hijo, está semana has estado raro. Has salido varias veces durante la noche, llegaste con un ojo morado, hoy no estabas en la mañana, sé que me dijiste que no estarías porque estarías en la casa de un amigo, pero… no lo sé. Hoy llegas muy deprimido. ¿Acaso es por ella?

El castaño se sonrojó, hablar de eso con su madre le incomodaba un poquito.

―Mamá, creo que Natsumi me detesta ―confesó el muchacho con una voz cortante―. Hay veces en que pienso que le gusto, y me siento bien con ello, pero en otras veces como la de hoy que siento que sólo la molesto. ¿Qué hago para dejar de sentirme mal?

―¿Ya le dijiste lo que sientes?

―No… ―respondió suspirando―, es que me da miedo que me rechace y que todo termine así.

―Tener miedo no es algo propio de la familia Endou.

―¿Eh?

―Mira, cuando yo conocí a tu padre, la primera en decir algo fui yo. Tu papá siempre fue muy tímido, yo también era un poquito reservada, pero al momento en que me decidí decirle lo que sentía, intente contra todo decírselo. ¿Y sabes qué pasó?

―¿Le dijiste?

―Algo así. Tu padre creyó que me caía mal porque durante esos días yo actuaba raro, sin embargo, la realidad es que yo intentaba conseguir algo que le gustase a él. Y sí, lo conseguí, con la única consecuencia que casi hago que tu padre se alejara para siempre de mí.

―Pero… ¿Se quejaron juntos? ―preguntó ingenuamente el portero, lo cual le sacó una risa a su madre.

―Sí, es obvio, pero la cuestión es que yo, antes de que tu padre se alejara le grite ante todos los alumnos de la escuela, lo mucho que me gustaba.

―Oh, papá siempre me decía que fue el quién inició con la relación.

―¡No le creas a tu padre! Ten el valor, ¡enorgullece a la familia Endou! Dile lo que sientes a ella. Yo tengo confianza en ti, en mi hijo que luchó contra "dioses", "alienígenas", y por supuesto "demonios y ángeles".

―Mamá… ―sonrió y se sintió muy apoyado―. ¡Muchas gracias! ―la abrazó con mucha fuerza―. ¡Mañana le diré y estarás muy orgullosa de mí! ¡Me voy a bañar y bajare a cenar!

Él salió corriendo muy entusiasta.

―Siempre he estado orgullosa de ti, Mamoru.

Con esto último ella salió de la habitación de su único hijo. Definitivamente una gran nostalgia la invadió, así que simplemente sonrió y se retiró de allí.


Natsumi Raimon había permanecido casi toda la tarde encerrada en la oficina del director, pensando en lo que había pasado. Se encontraba muy estresada, agobiada y triste. ¿Por qué? Pues, ella acababa de recibir un mensaje de parte de Haruna que indicaba que Goenji sí era su admirador secreto. Temía mucho que fuera verdad, bueno sí ella lo suponía, pero había una pequeña esperanza de que no lo fuera. ¡¿Qué debería hacer?! ¿Rechazarlo? Sí, sin embargo… ¿arruinaría una amistad? ¿Y si Endou no sentía lo mismo y perdía su tiempo? Claro, se había dado un pequeño beso con él, aunque… ¿En verdad significaba que le gustaba? ¡¿Qué tal que sólo fue un error?!

No quería arruinar su amistad con Endou, porque sobre todo la amistad que tenía con él era importante. A pesar de sus discusiones, ¿cómo sería su vida sin tener la compañía de Endou? Definitivamente bastante aburrida, pero eso no significaba que Goenji no fuera su amigo, de hecho es un gran amigo, aunque casi no hablaran, ella estaba segura de que él era un gran chico. De cualquier forma…

Goenji también tenía muchas cosas que podrían considerarlo apto para un noviazgo, sin embargo el amor es más fuerte y ella está muy enamorada de Endou.

Y después de pensarlo mucho, decidió salir de la oficina de su papá. Justo cuando iba de regreso a su casa, sus amigas llegaron para acompañarla y obviamente hablar.

―¿Cómo estás, Natsumi? ―preguntó educadamente Fuyuka.

―Diría que bien ―respondió un tanto depresiva.

―No suene a que estés bien ―comentó Aki.

―¿Te sientes mal por Goenji? ―cuestionó Haruna.

―No quiero herir sus sentimientos y… estuve pensando en…

―¿Mamoru?

Ella se sonrojó y todas lograron suponer que era verdad.

―Si es por su discusión… ¡Es normal! Digo, así se llevan ustedes dos ―habló la mánager de cabello color verde.

―No es eso. Se recuerdan que anoche les iba a contar que pasó algo…

―¡Ah, es verdad! ―gritó emocionada Haruna.

―Es que… ―susurró muy sonrojada y la voz le disminuía cada vez más―, E-E-Endou me besó…

―…

―…

―…

―…

Ninguna dijo nada, esa noticia fue definitivamente una bomba.

―¡¿Qué?! ―gritaron las otras tres..

―Y-yo…

―¡Oh por Dios! ―exclamó la mánager más joven―. ¡Esto es increíble! ¿Cómo fue? ¿Qué pasó? ¿A qué horas? ¿Hoy? ¿Ayer? ¡¿Cuándo?!

―Haruna haces muchas preguntas ―dijo Natsumi muy hastiada.

―¿E-en serio ocurrió? ―preguntó curiosa Fuyuka.

―Sí… bueno ayer, cuando los dos estábamos solos en el club… hablamos, yo le dije un par de cosas y él se emocionó… después me besó.

―¡Awww! ―de nuevo Haruna expresaba su emoción.

―Vaya… haz de gustarle mucho a Endou ―dijo Aki.

―¿Crees eso? ―preguntó la castaña algo entusiasta.

―Mamoru no haría eso si no estuviera muy enamorado.

―¡Oh! Natsumi… ahora sí que estás entre dos chicos ―recordó Haruna.

―Ya sé, eso no ayuda mucho que digamos. ¿Qué debo hacer?

―Sigue al corazón ―dijeron las tres al unisonó.

―Tal vez tengan razón…

―¡Tenemos la razón! ―presumió la chica del cabello azul―. En fin, ya me tengo que ir. ¡Adiós!

―Adiós ―se despidieron las demás de ella.

Así las tres siguieron su camino, llegando hasta la casa de Natsumi, y antes de que ella se fuera, las dos gerentes que estaban con ella, le dieron un abrazo y desearon lo mejor. ¡Siempre serían amigas a pesar de todo! Un chico no arruinaría su amistad. Eso era algo muy importante para la castaña, así que después de esa conversación que tuvo con ellas se sintió mejor.

¡Mañana hablaría con Goenji! Sería sincera y muy amable, porque él lo merecía, a pesar de todo quería conservar a sus amigos.

¡Sí, antes del partido hablaría con él!


Haruna caminaba alegremente directo a su casa… bueno, primero pasaría a la dulcería y luego iría directo a casa.

―Adoro los dulces ―comentó feliz mientras agarraba algunos dulces de sus favoritos, pero antes de poder agarrar más, otra persona comenzó a agarrar los dulces que ella quería―. Oye, búscate otro…

―¿Acaso tu hermano no puede comprar dulces? ―preguntó el de las rastas.

―¡Hermano! ¿Qué haces aquí?

―Bueno, quería regalarte unos dulces.

―¡Wow! Aún recuerdas cuales son mis favoritos ―dijo Haruna mientras sonreía.

―No lo olvidaría.

―Gracias. Por cierto me alegro que estemos pasando más tiempo familiar. Extrañaba tu compañía. ¡Seremos como antes! Nada de secretos entre nosotros ―lo jaló del brazo para poder pagar por los dulces, luego salieron de la dulcería―. ¡Tengo algo muy importante que contarte!

―¿Qué cosa?

―¡Pues…! ¿Sabes quién es el admirador secreto de Natsumi?

Kidou sabía, pero ella no. Y la verdad el de los goggles quería ser sincero con su hermana, era verdad que quería que fueran más unidos y sinceros uno con el otro como antes. Tenía que ser así, después de eso que vivieron de niños, tendrían que cuidarse uno al otro. Nada de mentiras desde ahora.

―Sí, pero creo que tú no…

―No entiendo…

―Haruna… yo llegué anoche a tu casa por otra razón diferente a la que te dije.

La chica hizo una mueca, no comprendía que quería decirle, y la verdad le estaba lastimando un poco lo que le decía.

―¿Entonces…?

―Endou me pidió que lo hiciera.

―¿Por qué?

―Endou está enamorado de Natsumi.

―¡Sí, ya lo sé!

―Ajá… ―susurró y luego se dio cuenta de lo que su hermana le había dicho―, ¿qué?

―Eso ya lo sabía.

―¿Ya sabes que Endou es el admirador secreto de Natsumi?

―¡¿Eh?! ―preguntó confundida Haruna―. ¡¿De qué hablas?! ¡Pensé que sabías que Endou besó a Natsumi!

―¡¿Qué?!

―¡Espera! ¿Por qué Endou te pidió que fueras a mi casa anoche? ¡¿Endou es el admirador secreto de Natsumi?! ¡Imposible! ¡Contéstame!

―No. Tú dime, ¿de dónde sacaste eso del beso?

―Pues… Natsumi nos contó que Endou la besó ayer, cuando los dos estaban solos en el club de fútbol. ¡Ahora dime tú a mí! ¿Qué significa todo eso que me dijiste?

―Mira, Endou se dio cuenta de que estaba enamorado de Natsumi, así que al saberlo, él recibió el consejo de darle cartas anónimas de amor, pero como Endou tiene una pésima letra, Goenji reescribía las cartas de él, sin embargo pasaron muchas cosas y teníamos que saber que opinaban ustedes de todo esto. Así que decidimos que yo pasaría más tiempo contigo para que me dijeras eso que queríamos.

―Oh, significa que no querías pasar más tiempo conmigo.

―Haruna… lamento eso, pero quería ayudar a Endou. Y no estoy diciendo que no quiera pasar tiempo contigo, es más… pensé en que sí sería bueno estar más unidos como familia ―aclaró algo temeroso, tenía miedo de que Haruna se enojara―. ¿Me perdonas?

―No sé… ―masculló la menor provocando más inseguridad en su hermano.

―¿Sí o no?

―… ―parecía algo molesta, sin embargo podría que…―. ¡Sí! ―luego de gritar abrazó con fuerza a su hermano.

―¡Ufff! Pensé que te molestarías.

―Al principio si me moleste un poco, pero sí de esto puedo de verdad pasar más tiempo contigo. ¡No importa! ¡Te podré contar muchas cosas!

¡Oh no! Kidou escucharía horas y horas de un sinfín de cosas que su hermana le dijera. "Supongo que así debe ser…", pensó Kidou, teniendo en cuenta que quería recuperar el tiempo perdido con su hermana.

―¿Te llevó a casa? ―preguntó el de las rastas.

―¡Claro! ―aceptó la mánager sonriente―. ¿Sabes? ¡Me di cuenta de que deberías buscarte una novia!

"¿Qué? ¡Oh rayos! Haruna me va a torturar de por vida".

―No creo que sería necesario, Haruna. Mejor piensa en ti…

―Neh, la única persona con la que tengo un lazo muy amistoso es Tachimukai. ¡Es mejor ayudar a mi hermano!

"¡¿Tachimukai?! ¿Estarán saliendo?", se preguntaba mentalmente Kidou, ahora él también tenía más "problemas" y asuntos por resolver.

Ahora los dos hermanos sabían la verdad completa de lo que pasó, lastimosamente ninguno de los dos se acordó de contárselo a sus amigos, ya que Haruna parecía más pensativa en conseguirle novia a su hermano y Kidou estaba muy ocupado en tratar de saber si Haruna sentía algo por Tachimukai.

Definitivamente para cuando se den cuenta de la gravedad de no contar lo que saben sería demasiado tarde…


Ya era el tan ansiado viernes, una fortuna para la mayoría de alumnos, sin embargo, el club de fútbol tendría un encuentro importante. ¡Tendrían un partido contra el Instituto Imperial! Sí, ese era el tan comentado partido amistado, y la mayoría del equipo titular ya estaba listo para poder jugar. Sin embargo, Endou todavía no llegaba.

―¿Dónde estará el capitán? ―preguntó Toramaru.

―¡Ni idea! ―gritó Someoka―. Pero él llegara, se los aseguro.

Mientras algunos hablaban sobre el paradero del castaño, el equipo del Instituto Imperial se preguntaba dónde estaba un jugador importante.

―¡¿Dónde rayos está Sakuma?! ―cuestionó irritado Genda Koujirou, el capitán del equipo.

―Vaya, parece que no ha llegado ―recalcó con obviedad Fudou, sólo para irritar a su capitán.

―¡Eso yo ya lo sé! Lo hemos estado esperando desde hace mucho. ¡Haber, recordemos que hicimos antes de llegar aquí!

―Pues, primero nos dijiste que no podríamos venirnos en nuestro transporte favorito porque está en mantenimiento ―recordó Jimon Daiki.

―Luego nos dijiste que nos vendríamos directamente a Raimon por lo mismo. El muy bruto de Sakuma todavía no había llegado y de todas formas nos fuimos ―siguió Fudou.

―¡Excelente! ¿Alguien me podría decir qué diablos estará haciendo Sakuma?

―¡Es lógico! ―gritó Fudou de nuevo―. Haciendo cosas estúpidas.

―Ah, Fudou deja tus estupideces.

―¡Oh no! ¡Tendrás que ponerme a jugar con el equipo titular!

Koujirou sentía que le estallaba la cabeza. ¡Fudou no podría ser más estúpido!

―Fudou ―llamó el capitán tratando de controlar su ira―. ¡¿De qué estás hablando?!

―¿No me vas a poner en el equipo titular? ¡Bien! Echa al calvo.

―Fudou. ¡¿Acaso no sabes contar?! ¡¿No fuiste a la primaria?! ¡Somos diez! ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete ocho, nueve, diez! ¡Diez Fudou!

―Eh, ¿por qué sólo somos diez?

―¡Tú estuviste en la reunión estúpido calvo!

―¿Qué reunión?

―¡La reunión que tuvimos hace una semana!

―Ah… la recuerdo…

En el Instituto Imperial todos los miembros del equipo de fútbol se encontraban en el campo de fútbol discutiendo sobre el siguiente partido que tendrían. La mayoría prestaba atención, excepto Fudou quién jugaba con su celular.

―¡Bien! No llevaremos reservas en el partido ya que es algo amistoso y no lo veo necesario. ¿Están de acuerdo?

―¡Sí, capitán!

―¡Así que ustedes no vendrán! ―indicó mientras señalaba a los reservas.

―¡Excelente!

Todo quedó claro, pero Fudou seguía jugando un jueguito de matar moscas.

―Jajaja, ten eso Kidou.

¡El semi-calvo no podría ser más idiota!

―Ah… ―susurró el semi-calvo―. ¿Estoy en el equipo titular entonces?

―¡Oh, por favor! ¡Vete al diablo!

―Koujirou cálmate ―sugirió Jimon.

―¡No! ¡Él es muy irritante! ¡¿Qué diablos le pasa?!

―¡Oye, sigo aquí!

―¡Ya lo sé! ¿Por qué crees que lo estoy gritando?

―¿Podemos matarlo? ―preguntó Jimon ya que se había cansado.

―No. Espérate a la salida de esto ―ordenó Koujirou.

―Bah, no sé de qué se quejan, Sakuma ya vendrá ―dijo sin preocupación alguna Fudou.

A lo mejor el semi-calvo tenía razón, pero mientras ellos sufrían el otro equipo también, aunque Raimon si tenían jugadores de reservar, eso hacía la diferencia.


Endou corría muy rápido por las calles, se había ido unos instantes de la escuela sólo para ir a comprar un regalo para Natsumi. Si se le declararía lo haría de forma especial, un regalo era algo perfecto, aunque no sabía dónde conseguirlo y de pasó no tenía nada ni idea de que comprarle. El tiempo se le estaba acabando y debía regresar a la escuela.

Cuando estaba a punto de regresar se tropezó con alguien.

―¡Auch! ―se quejó Sakuma.

―¡Lo siento! ―se disculpó Endou y vio con quién había chocado―. ¿Sakuma?

―¡Endou! Hola, ¿qué haces aquí?

―Eh… buscó un regalo.

―¿Tú también?

―¿También?

―¡Sí! Es que yo vine a comprarle rosas a mi novia~ ―aclaró el del parche.

―¡¿Tienes novia?!

―¡Sí! Es una chica con cabello rubio, bastante bonita… y su nombre es Yoko. ¿Verdad que suena estupendo?

―Ajá… pero… ¿Por qué le vas a comprar algo?

―¿Tiene que haber una razón para comprarle algo a mi novia?

―Quizá…

―¡Claro que no! Es algo que le quiero dar de corazón.

―Oh… ojalá yo supiera que darle.

―¿A quién?

Ante la pregunta el castaño se sonrojó.

―Bue-bueno… es que… quiero decláramele a alguien.

―¿A Fuyuka?

―… ¿Qué? ¡No! Fuyuppe y yo sólo somos amigos.

―Oh, ¿Aki?

―¡No!

―¿Haruna? ¡Si es así, Kidou te va a matar!

―¡Claro que no! ¡Es Natsumi!

―¡Te sugiero que le des una rosa azul natural!

―Pero… ¿Existen?

―No ―aclaró Sakuma―. Por eso, no hay nada que pueda complacer a Natsumi Raimon. Ella es una chica un poco difícil de manejar, ¿no crees?

―¡Sí! Pero ella me gusta.

―¡Wow! El amor sí que es extraño.

―¡Eso no importa! ¿Qué le puedo dar?

―Hum~ lo tradicional son un ramo de rosas y chocolates.

―¡Bien! ¿Dónde lo puedo conseguir? ―se preguntó Endou.

"¿Cómo piensa salir con ella siendo así?", pensó Sakuma. "Tendré que ayudarlo un poco".

―Te puedo ayudar ―propuso el del parche―. Te daré las rosas que le pensaba dar a mi novia.

―¿De verdad me lo darás?

―¡Claro! Siempre ayudo a los necesitados.

―¿Necesitados?

―Este… ¡Ya es tarde! Vamos a llegar tarde al partido.

―¡Cierto! ¡Vámonos!

Ambos se fueron corriendo hacía la escuela Raimon. Endou muy emocionado por todo lo que pensaba hacer en el día y Sakuma… bueno él estaba feliz por ayudar a un "necesitado".


Natsumi había estado observando que Endou no llegaba por lo que pensó que sería una gran idea hablar con Goenji, así que no dudo en llamarlo para conversar. Los dos decidieron conversar detrás de un árbol, a la sombra del mismo, haciéndolo más íntimo.

―Goenji debemos hablar.

―Lo mismo digo.

―Es que… tú no me gustas.

―Sí… ya lo sé… ¡Espera! ¿Acaso tus amigas te dijeron un montón de mentiras sobre mí?

―No… bueno…

Sí, Haruna no había podido hablar con Natsumi ya que ésta no quiso, prefirió hablar primero con el rubio.

―Natsumi, deberías ir con Endou.

―¿Eh? Pero tú… ¿Yo no te gustaba? ¡Lo sé, ya sé toda la verdad!

―¿Qué? ―preguntó confundido el delantero de fuego―. ¿Estás loca? ¿Qué diablos se te metió en el cerebro?

―¡¿Qué dices?! ¡¿A ti qué diablos te pasa?! ¡Me mandas cartas de amor y me tratas así! ¡Estúpido chico con trastorno de retraso mental!

―¡No te voy a seguir contestando porque tengo modales! Y no soy ningún estúpido con trastorno de retraso mental.

―¡¿Entonces por qué me tratas así?! ¡¿Acaso no te gusto?!

―¿De qué hablas?

―¡Pues de las cartas de amor!

―¡Esas no son mías! ¡Son de Endou!

―¡No lo metas a él! ¡Era tu letra!

―¡Él me pidió escribirlo!

―¿Ah? ―cuestionó Natsumi, pero en ese momento creyó entender lo que pasaba―. ¡Son unos idiotas! ¡Lo único que querían era jugar con mis sentimientos! ¡¿Fue una apuesta no?! ¡¿Una broma acaso?!

―¿Eh? ¡No!

Natsumi comenzó a caminar hacía en campo, sin embargo Goenji tenía que aclararle todo… había cometido un error, así que debía arreglarlo antes de que Endou saliera perjudicado. Rápidamente él la agarró del brazo intentando retenerla, pero ella quiso quitarse al rubio de encima por lo que lo jaló para adelante provocando que el delantero perdiera el equilibrio y cayera encima de ella… Eso llamó la atención de todos. ¡Oh! Y por último, eso ocasionó que Goenji terminara dándole un beso a Natsumi, estando él encima de ella.

¡Ah! Y otra sorpresa más., Endou acababa de llegar junto a Sakuma.

En ese mismo instante Goenji se despegó de Natsumi, se levantó aún bastante sorprendido.

―¿Q-qué pa-pasó? ―preguntó el delantero mientras se tapaba la boca―. ¡Por Dios! ¡Mi primer beso fue contigo! ―señaló a la castaña y está se levantó molesta.

Antes de que Natsumi le metiera una cachetada a Goenji, éste fue derribado por Endou, quién rápidamente estalló en un ataque de ira, celos y… ¿odio?

―¡¿Por qué?! ¡Eras mi mejor amigo! ¡¿Por qué hacerme esto?!

―E-Endou… ¡Contrólate! ¡Yo no…!

―¡Cállate, Traidor! ¡Apuesto que sólo me ayudaste para después robármela!

―¿Qué dices? ¡A mí jamás me ha interesado ella!

―¡Mentiroso! ¡Lo escuche con mis propios ojos!

―¡¿Eh?!

―¡Como sea! El punto es que observe todo. ¡Ahora lucharemos por Natsumi!

―¡Yo no haré tal estupidez!

―¡Tendrás que hacerlo! ¡Mal amigo!

―¡¿Mal amigo?! ¿Eso piensas de mí? ¡Eres un idiota! ¿Por qué diablos te ayude entonces?

Todos miraban la escena con miedo y mucha sorpresa, definitivamente era un viernes bastante interesante. Los espectadores tendrían de todo en ese partido, bueno, antes de la función por así decirlo. Natsumi, quién seguía horrorizada salió de su asombro y caminó hacía ellos.

―¡Ustedes son unos insensibles! ¿Por qué jugaron conmigo? ¡¿Qué razón tenían para besarme?!

Endou y Goenji procesaron la información…

―¡Tú…! ―comenzaron a gritar los dos.

―¿Besaste a Natsumi y no me contaste? ¡Mal amigo! ¡Te ayude hasta de más y no puedes contarme algo tan importante!

―¡No hables! ¡¿Qué le dijiste a Natsumi?! ¡¿Por qué dice que la engañamos?!

―¡Chicos! ―llamó la castaña con algunas lágrimas que rodaban por sus mejillas―. No entiendo nada y… ustedes sólo están gritando…

―¡Natsumi no llores! ―gritó Endou―. ¡Es tú culpa, Goenji! ¡Ahora debes luchar por el amor de Natsumi!

Bueno, Goenji estaba muy molesto porque Endou lo había tachado de mal amigo, de traidor y además no le había contado algo tan importante, su mejor amigo no le había contado sobre el beso que le había dado a la castaña, eso molestaba demasiado al rubio. ¡Aceptaría el desafío, por no por ella!

―¡Está bien! ¡Acepto, pero no por ella, si no por mi amistad contigo!

―¡Ja! Claro como digas, traidor.

―¡Excelente! Sigue diciéndome así.

―¡Vamos! ¡Si me anotas un gol tú ganas, si yo lo paro yo gano!

―¡Te ganaré y te tendrás que disculpar, Endou!

―¡Cómo digas! ―aceptó el castaño.

Así ambos tomaron sus posiciones mientas que Natsumi se iba bastante decepcionada. Oh, y por cierto nadie había protestado nada sobre iniciar el partido porque la novela digo el conflicto estaba muy bueno.

―¡Dame tu mejor tiro!

―¡Bien! ―exclamó el rubio, tomó su posición y comenzó a hacer una técnica―. ¡Tornado de Fuego!

Claro, antes de todo, Endou comenzó a observar a otro lado, sí se había desconcentrado y es que necesitaba saber que ella estaba allí.

―¡Endou! ―llamó Kazemaru bastante alarmado―. ¡Natsumi no está!

―¡¿Eh?! ¿Cuándo se fue?

―¡Desde que comenzó esto!

―¡¿Adónde…?! ―antes de poder terminar la oración, escuchó como la voz de su mejor amigo y la de los demás le indicaban que el balón le iba a dar en la cara. Al portero no le dio tiempo de reaccionar por lo que el tiro le dio directamente en el cuerpo, dejándolo tirado en el suelo, obviamente el balón entro a la portería. O sea, Goenji había ganado.

Todos corrieron a ver cómo estaba el castaño, sin embargo él se levantó.

―Na-Natsumi ―susurró el portero para después desmayarse

―Qué terco y tonto ―comentó Goenji para después suspirar―. Lo voy a llevar a la enfermería.

―¡Espera! ¿No estabas molesto con él? ―preguntó Kazemaru.

―¿A usted no le gustaba Natsumi? ―cuestionó Toramaru.

―Sin importar si estoy molesto, creo que yo también tuve la culpa de esto. Y no me gusta Natsumi.

Luego de eso intentó cargar a Endou, bueno si lo logró, pero varias chicas comenzaron a murmurar cosas que no tenían nada que ver, sí es que pensaron mal, de hecho varias alumnas de la escuela pensaban que las "amistades" entre los miembros del club de fútbol eran muy "raras". Y eso que pasó no aclaraba nada… muchos e incluso el Instituto Imperial, estaban confundidos.

Por ahora Goenji llevó a Endou a la enfermería, éste después de unos minutos despertó, bastante alarmado.

―¡¿Qué pasó?! ―preguntó asustado―. ¡Ah! ¡Un Súper Saiyajin*!

―¡Endou!

―Je, lo siento.

―Oye, yo no quise…

―¡No quiero escucharte!

―¡Por favor, Endou! Somos amigos, yo no haría eso. Si de verdad me gustara yo no te hubiera ayudado. Además, tú le gustas a ella, Natsumi antes del partido me rechazó.

―¿D-de ver-verdad?

―Sí, sólo que pensó que le habíamos hecho una broma cruel y nos mandó al diablo por eso…

―Oh… Goenji como lo lamento.

―Eso no importa. Armamos un escándalo, ahora todo mundo cree que me gusta Natsumi.

―¿Sabes? Tus planes nunca salen bien…

―No es momento para reclamarme.

―Tienes razón.

―Endou, quiero disculparme por haber cometido el error de discutir con Natsumi, si no hubiera pasado eso, ella no creería algo que no es y no la habría besado.

―No te disculpas ―habló el castaño al mismo tiempo en que se sentaba en la cama de la enfermería―. Fue un accidente y yo exagere…

―¡Claro que no! Cualquiera hubiera reaccionado así, de todas formas… gane el duelo. Sólo que no quiero a Natsumi, sólo que todo termine bien. Aceptó que yo tuve la culpa de que la mayoría de las cosas que planeamos terminaran mal, y a pesar de todo creo que todo pudo haber ido mejor si no fuera tan… malo con mis ideas. Lo siento.

―Goenji… Yo lo siento. No te conté que la besé.

―Ah… no tenías por qué contármelo, aunque si me sentí un tanto mal, digo soy tu amigo… podrías haberme contado eso.

―Tenía que habértelo dicho.

―Si me lo hubieras dicho tal vez todo hubiera sido más fácil.

―¿Más fácil? Creo que decirle de una vez a Natsumi todo lo que le escribía en las cartas de amor, hubiera sido más fácil que todo esto. Pero cómo decirle: "Natsumi, desde que me di cuenta de todo esto que siento por ti, quiero ser yo quien te haga reír, me gusta verte sonreír, es una de las cosas más lindas que me alegra el día, te quiero cerca de mí, me gustas… ¡No! ¡Estoy enamorado de ti! Por eso actuó como idiota, por eso me pongo torpe, por eso mismo te besé, por eso siempre me siento feliz cuando estoy contigo. Por favor, ¡acepta una cita conmigo! Porque así te aseguro que haré hasta lo imposible por hacerte sentir segura, feliz y querida. ¡Te pido que seas mánager, mi novia y la otra mitad de mi vida!"

Goenji no había dicho nada, no porque se conmovió, hay que recordar que a él no le gusta lo "romántico", se quedó así porque Natsumi acababa de entrar y cómo Endou había cerrado los ojos no la notó.

La castaña sintió una sensación tan increíble, era una inmensa alegría escuchar aquellas palabras tan dulces. ¡Eran idénticas a las escritas a las cartas! El mismo romanticismo, la misma pasión, la misma sensación, ella no pudo evitar que unas lágrimas comenzaran a salir.

El rubio le tocó el hombro a Endou y éste por reflejo abrió los ojos… ¡La vio! A la chica que le había robado el corazón.

―Natsumi.

―Endou.

―¡Yo ya me voy! ―gritó Goenji mientras se iba, pero cuando intentó abrir la puerta de la enfermería no se abría―. ¡Oh no!

En lo que el Saiyajin digo el rubio se lamentaba, la pareja estaba a punto de unirse.

―¿Escuchaste todo? ―preguntó Endou.

―Sí. Endou yo…

―Lo siento.

―Yo lo siento, pensé algo que no era y tú…

Él posó uno de sus dedos en los labios de la chica para que no hablara.

―Sé que todo se convirtió en una enorme confusión, pero quiero que sepas que todo lo que dije es verdad. Las cartas Goenji las reescribía para que las pudiera leer, ya sabes que nadie entiende lo que escribo ―explicó mientras retiraba su dedo de los labios de ella―. ¿Qué opinas?

―Endou… yo … sólo quiero que no pienses que yo te detesto. Te quiero mucho…

―Yo también ―al terminar de hablar se levantó de la cama para abrazarla―. ¿Quieres salir conmigo?

―No ―dijo la chica y lo miro a los ojos, él parecía asustado―. Prefiero ser tu novia.

―¡Ufff! Pensé mal… bueno… ¿Quieres ser "Natsumi Endou" por el tiempo en el que salgamos juntos?

Ella soltó una risa y él sintió como su corazón saltaba de la pura alegría.

―Acepto con mucho gusto.

―Siempre tan educada. Una de las mil razones por la que me gustas.

―¿Sólo mil? ―preguntó la castaña.

―Bueno, por ahora son mil, por cada día tendré una razón más para quererte.

―¿Sabes? Yo ya tengo un millón.

―¡Para las chicas es más fácil!

―Gracias.

―¿Por? Sólo dije la verdad.

―No. Gracias por enamorarte de mí.

―Natsumi, gracias por ser como eres.

Los dos se volvieron a abrazar con fuerza. Al fin estaban juntos, después de una semana llena de tantos estragos, problemas, confusiones, cartas, y demás cosas que casi provoca que ellos se odiaran. ¿Qué podría ser más magnifico que eso? ¡Ya estaba juntos! Ambos enamorados uno del otro, un amor tan fuerte que nadie podría destruirlo. Porqué él con todo y sus defectos, y ella lo apreciaba a pesar de sus errores. Ese día no esperaban unir su amor en un lazo muy especial. ¡Un amor de lo más tierno!

Y pensar que al principio de la semana Endou fue mándalo a la "Friendzone", y Natsumi había pensado que Goenji era su admirador secreto. ¡Todo aquello se quedó atrás! ¡Las fronteras de ese amor irían más lejos de todo!

Hay que recordar algo muy importante, eso era que el delantero de fuego había observado todo. Y estaba asqueado.

―¡Romanticismos para después! ¡La puerta no se abre!

Natsumi lo vio intentado abrir la puerta y notó algo.

―Goenji se abre del lado contrario ―explicó mientras se levantaba y abría la puerta―. Ya puedes salir.

―Oh… ya me voy.

―¡Oye! ―llamó Endou―. ¿Qué pasó con el partido?

¡Endou Mamoru de nuevo regresó a preocuparse por el fútbol!

―Ah, creo que el partido se interrumpió o siguió. No sé.

―¡Hay que regresar! ―gritó el capitán.

―Chicos, vayan ―ordenó Natsumi―. Tienen que dar lo mejor en el partido.

―Como digas ―dijo Goenji.

―¡Claro, Natsumi! ―exclamó el castaño.

Ambos estaban a punto de irse, pero ella los interrumpió.

―¡Hey! ¡Goenji, lo siento!

―Ya no importa. ¡Ni recuerdo que pasó!

―¡Bien!

Después de eso, ellos tres regresaron al campo de fútbol. El capitán suplente era Kidou, y el portero suplente era un chico que no era parte del equipo titular, peor parecía buen portero, lastimosamente, Raimon iba perdiendo. ¡El instituto imperial iba ganando por dos goles! Y Raimon había anotado tres goles.

―¿Qué pasó? ―preguntó Endou a Haruna.

―Nada. Es que la defensa no se concentra, y el Instituto Imperial, digo Fudou sólo se ha encargado de molestar a mi hermano.

―¿Y le ha hecho caso? ―cuestionó Goenji.

―Pues más o menos ―contestó Aki.

―¿Y el árbitro? ―interrogó Endou.

―Parece que no ha visto nada ―aclaró Fuyuka.

―¡Excelente! ―gritó el capitán―. ¡Hagamos un cambio! ―volvió a gritar se dio la vuelta y vio al entrenador.

―¿Por qué se tardaron? ―preguntó el mayor.

―Endou no despertaba ―explicó Goenji.

―Como sea. Realizare un cambio, entran ustedes dos.

―¡Sí, entrenador!

Luego de eso se realizó el cambio de jugadores. El partido se comenzó a equilibrar, por eso mismo Raimon logró empatar con el Instituto Imperial. Todo mundo se divertía, Natsumi les contó a sus amigas lo que había pasado, y ellas la abrazaron también la felicitaron.

¡Al final del partido el partido quedó en empate! Sí, Fudou ya no pudo provocar más a Kidou, pero ese no es el punto. Todo mundo terminó satisfecho con el resultado. Después del partido, Toramaru avisó que se realizaría la fiesta sorpresa de Handa.

La mayoría estaba confundido más Kidou y Kazemaru. ¡¿De verdad la había planificado?!

―¡No puedo creerlo! ―gritó Handa mientras observaba que le habían hecho una fiesta sorpresa en el club de fútbol―. ¿De quién fue la idea?

―¡De Shadow! ―respondió alegre el detective joven.

―¡Wow! ¡No puedo creer que te acordaras de mi cumpleaños Shadow! ―exclamo Handa.

―¿Si era tu cumpleaños? ―preguntó el chico del cabello blanco.

―¡Claro! No le dije a nadie para que no se sintieran obligados~

―No puede ser… ―susurraron Kidou y Kazemaru.

―¡Qué buen amigo eres, Shadow! ―gritó el cumpleañero mientras abrazaba a su compañero.

Luego de eso, todo mundo comenzó a notar que Endou y Natsumi estaban tomados de la mano…

―¿Están saliendo? ―preguntó Kabeyama.

―Sí ―respondieron los dos sonrojados.

―¡Awww! ¡Que hermoso! ―exclamó Haruna.

―¡Cierto! ―apoyó Someoka―. Son como Romeo y Julieta.

―Ellos murieron ―comentó Kazemaru.

―Olvida esa parte ―habló Aki.

―¿Qué tal una foto? ―sugirió Kidou.

―No lo sé… ―susurró Natsumi.

―¡Claro! ―aceptó Endou.

―¡Excelente! Acérquense para la foto ―ordenó Haruna.

―Está bien ―hablaron los dos.

Así ambos se acercaron. Los dos estaban muy sonrojados, todo mundo estaba emocionado, feliz y satisfecho por todo. Sólo había una persona que se dio cuenta de algo muy raro.

―¡Toramaru! ¡¿Por qué el periódico de la escuela dice que soy el admirador secreto de Natsumi?! ―preguntó furioso Goenji.

―¡Ah! ¡Fue al grupo del periódico escolar a quién le mande el mensaje ayer! Vaya, pensé que las chicas no había leído el mensaje.

―¡Toramaru! ―gritó molesto mientras comenzaba a perseguir al pequeño.

Los dos comenzaron una persecución, Toramaru se escondió detrás de Endou, lo que provocó que Goenji se entremetiera en la foto, así que cuando Haruna tomó la foto, en ella aparecía Natsumi enojada regañando a Endou, a Goenji bastante furioso agarrando del brazo al pequeño, y Endou bueno Endou trataba de no caerse ya que se iba a resbalar.

Después de cantarle "Feliz cumpleaños~" a Handa, todo mundo disfrutó de la increíble historia de amor entre la presidenta del cuerpo estudiantil y el capitán del equipo de fútbol.

Endou y Natsumi al rato de contar su historia, se separaron un poco de los demás. Se miraron a los ojos y no necesitaban hablar, su medio de comunicación era sus ojos, y sus mensajes eran iban más allá de un "te quiero", era la expresión de un sentimiento tan profundo, como la complejidad de la palabra amor. Al terminar de mirarse, él trato de agarrarla de la cintura, pero se puso nervioso, así que simplemente cerró los ojos y se acercó su cabeza lentamente a la de Natsumi. Ella cerró los ojos y ambos se acercaron hasta unir sus labios en un dulce beso.

Un dulce y tierno beso, que quedó gravado en todos sus sentidos. Al igual que en una foto ya que Haruna les tomó una en ese momento sin que se dieran cuenta.


Así es como empieza la relación de Endou y Natsumi, ya que después de eso, los dos aprendieron tanto que unieron sus vidas en matrimonio.

Fin de esta historia y el principio de la vida de dos enamorados.


Notas de la autora:

*= Es una obvia referencia a Dragón Ball Z. No me pertenece y todo aquello que mencione que sea conocido no me pertenece xD

¡Oh por Dios! Se los prometo, esto me ha costado mucho ='D ¡Pero esto va para ustedes lectores! Que son fans de esta pareja tan hermosa. Llevo como dos semanas intentado terminar el capítulo. Y tenía que ser el final. ¡Este final fue algo como lo que imagine!

¡Espero que les haya gustado! No me había imaginado terminando esto. Este fanfic es algo maravilloso para mí, es una de las historias más… no sé, me ha gustado mucho escribir este fanfic. Es un gusto escribir para ustedes. Lamento el retraso, pero el fanfic tiene más de doce mil palabras.

Si hay errores lo siento =/ Escribí mucho y no sé si hay errores, pero lo más seguro es que sí.

¡Gracias por todo! Agradezco a todos y nombrare a las personas que tengo conocimiento de que leen en fanfic:

GaboA7X, Dknight27, Fanny Taka, Lord of dar evil, Nao-chan16, ProtoccoloGamma, Richy1991, Richy Escorpy, SaKuRiMo0n, ferdita99, jose28, miaki-ichiruki, teo-sama, Haku, Ale-chan97, Hakuryuu, Guest, Asgard, Nikki Houshi, FeniXD, FlutterRage, Myrica Romaera,

Muchas gracias. Pronto subiré la continuación de "Love is cute!" (Mi otro fanfic EndouxNatsumi). Agradezco de corazón que lean el fanfic, creo que cuando lleve el capítulo 15 o 10 del fanfic que indique ahorita xD Subiré otro fanfic EndouxNatsumi.

¡Gracias por todo, sus Reviews, Fav, y Follow, son mi inspiración!

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