Mon Cynique Lapin

Sumary: Ante situaciones desesperadas, remedios desesperados. Eso piensa Inglaterra de sus problemas con Francia y Estados Unidos. Pena que sus remedios suelan ser peores que la enfermedad. Punk UK. Continuación de Mon Sauvage Lapin.

Disclaimer:Anarchy in the UK! ¡En este fic no vamos a decir que los personajes son de Himaruya!


01. Una caja de cocos y una caja de cacas.

A la mañana siguiente suena el timbre de casa de Estados Unidos.

Come iiiiiiiiiiiiiiiin! —se oye gritar al susodicho desde la sala y vuelve a sonar el timbre— COME IIIIIIIIIIIIIN! —vuelve a gritar.

Un hombre aleatorio moreno con un bigote y una gorra de UPS entra, tímidamente con una carpeta en la mano.

—Déjalas en la mesa, el dinero está en el botecito de siempre, toma two dollars extras para ti... —pide sin voltearlo a ver.

S-Sorry? —parpadea confundido.

Bobby... what the fuck traes en la cab... —se gira a la puerta y se sobresalta un poco al ver que no es el chico de las pizzas— Oh... —sonríe—. Who are you? UPS! —se señala la cabeza conforme lee en la gorra sin dejarle responder.

—Vengo a traerle un paquete —explica.

Hello! —le extiende una mano—. America. ¿Cómo te llamas? —lee el letrero de su nombre— Joshua! —sonríe—. Thanks! ¿quién lo manda? —extiende la mano para pedir el paquete.

—Ah, el paquete está fuera, un momento, guys! —grita y luego le tiende la carpeta de entrega para que la firme—. Mr. United Kingdom of Great Britain and... —lee el papel antes de que se lo lleve—. Northern Ireland.

El muchacho rubio levanta las cejas.

What? —sonríe emocionado abriendo bien la puerta e ignorando, por cierto, la carpeta de entrega — What is it?

Dos hombres entran una caja alta como ellos mismos, de madera, en una carretilla, viendo a Estados Unidos para saber donde dejarla, quien se ríe MUUUUUUUUUY emocionado.

—Aquí, aquí! —señala en medio de la sala, brincoteando en su lugar mientras los hombres la dejan.

—Si firma aquí, please —insiste Joshua, pero el americano le ignora, toma el teléfono y empieza a marcar el teléfono de Inglaterra mirando la caja. Finalmente toma la carpeta que le extiende el hombre distraídamente y la firma—. Thanks... —se ríe— Es awesome! Me la ha mandado mi novio... —se ríe como idiota.

Pero el teléfono móvil del inglés sigue sin batería en la maleta de Francia y no hay nadie en casa, está trabajando a estas horas de la mañana—

Los hombres le sonríen a Estados Unidos.

—Que lo disfrute —se despiden saliendo por la puerta.

Close the doooor! —les pide en un grito antes de que salgan mientras marca a Westminster—. Please!

Good morning, esta usted llamando al Parlamento de London, ¿En que puedo atenderle? —responde la telefonista.

—Quiero hablar con England —sentencia observando su caja dándole vueltas y yendo a la cocina por un cuchillo para abrirla (iluso).

Wait a second, please... —la recepcionista le pone en espera, suena pompa y circunstancia. Unos instantes más tarde se para la música—. Disculpe míster, pero Lord United Kingdom no está recibiendo llamadas en este momento...

—Dígale que habla America —insiste.

Wait a second, please —vuelve a ponerle en espera. Estados Unidos, mientras empieza a abrir su caja con un cuchillo y muchos trabajos... después de un par de minutos y un cuchillo roto, decide ir al sótano por la barra de acero.

Hello? —responde el inglés finalmente y Estados Unidos se ríe.

—Tengo una caja...

—Ah... —Inglaterra tensa la espalda nervioso automáticamente—. Yes... eso...

El americano se ríe más.

—¿Qué es?

El inglés mira el reloj en su muñeca.

—Que pronto la han traído. Especifiqué que hicieran la entrega por la tarde —protesta—. Una caja —bromea sonriente y el estadounidense encuentra la barra después de trastear un poco.

—Naaaah... tiene algo adeeeeeentroooooooooo

—Claro, que de este modo me he ahorrado una llamada a horas intempestivas... —añade reflexionando para si mismo—. ¿Tú crees? yo no estaría tan seguro, es una buena caja, todo el mundo necesita una caja para guardar cosas.

Estados Unidos sube las escaleras.

—Pero una caja no es tan pesada como esta... la han traído dos guys —razona ignorando obviamente lo de la llamada en horarios intempestivos.

—Oh... no sabía que fueran tan pesados... vaya —levanta las cejas.

—¿Tan pesados? Así que son varios... yeah! —clava la barra en un lado de la caja.

—No, no, eso era genérico, es solo uno... una caja.

—Así que podrían ser... cocoso… lingotes de oro —se ríe haciendo palanca.

—Apuesto a que adorarías una caja llena de cocos —sigue sarcástico.

—Desde luego... —se ríe, suena un "clac" y América logra quitarle una tira de madera a la caja que al parecer en vez de abrir, está desarmando—. Adoraría un poco más una caja de lingotes de oro... —se ríe— aunque no es que los necesite.

—Oh, lo tendré presente si alguna vez se da el caso en que me planteé volver a mandarte una caja —sigue el menor se ríe.

—¿Entonces qué es? —arranca otra parte.

—Voy a apuntármelo "La próxima vez llenar la caja con cocos" Oye... tu no te llevaste mi teléfono por casualidad, ¿verdad?

—¿Tú teléfono? —frunce el ceño.

Yes, mi teléfono móvil, llevo buscándolo desde ayer. Creo que se quedó sin batería y por más que llame suena que esta apagado... no puedo encontrarlo por ningún lado —explica.

—Nah! —arranca la tabla—. I don't know —mira adentro donde hay un robot humanoide de tamaño real hecho en Japón envuelto en esas bolitas blancas de espuma blanca muy al estilo "el hombre bicentenario".

Well, ya saldrá... ¿Ya te estás comiendo los cocos? —pregunta al teléfono.

WHAT IS THIS? —grita contento sumergiéndose en el mar de bolitas. Va estar sacando bolitas de todos lados por los próximos seis meses.

—Es... eh... pues... —vacila ahora sonrojándose un poco nervioso, por que deduce que lo ha visto ya por el grito que ha pegado.

—¿Qué es? ¿Qué es? —se oye que grita a lo lejos—. WHOOOOOAAAAAAAA! Es un roboooooooot!

Inglaterra sonríe sinceramente al otro lado del teléfono y se siente un poquito mejor consigo mismo, que coño.

YeaaaAh! Es de Japan! —se ríos mas, encantado.

—Pensé que ya tenías bastantes juguetes sorbe mentes y como tienes a... bueno esas voces que lo controlan todo en tu casa y... bueno pensé que te gustaría... —acaba, un poco incomodo.

—¡Claro que me gusta! Es awesome! —se ríe despedazando el resto de la caja, mientras el inglés se sonroja un poco y sonríe un poquito más.

Thank yooooou! —se ríe otra vez.

—Aun puedo llamar y decir que te lo cambien por los cocos si quieres —bromea por que le ha hecho mucha gracia lo de los cocos.

—No, no... JAJA! Vamos a ponerle un nombre... Tú decide.

—¿Eh? ¿Un... nombre? —vacila—. I don't know, ¿Es un hombre... mujer... extraterrestre asexuado de la luna?

Estados Unidos se ríe.

—Es un chicooooo. Uno muy guapo... Puede que te intercambie por él.

Sorry? —levanta las cejas y el americano vuelve a reírse.

—Pues es que no es mi culpa que sea tan guapo y... Brillante.

—Brillante... Iba a decirte que le pusieras Isaac, pero antes de que trates de arrancarme la cabeza... llámalo como los vampiros esos que hicisteis, ¿cómo se llaman?

—¡No voy a llamarle Edward! —se ríe más—. Noooo, no... Me sentiría muy...

Freak? —se burla—. Dime que no sabes las diferencias entre todos los juegos esos de matar rusos que juegas y me creeré que mientes... pero seguirás siéndolo —se burla un poco.

—Ja-ja... —Estados Unidos le fulmina a través del teléfono—. Quizás lo llame... Ricard... —haciendo un pésimo acento francés, por cierto. El mayor levanta las cejas.

—¿Y eso por qué?

—Pues no dicen que los mejores mayordomos del mundo son Franceses... ¿O ingleses? Quizás pueda ponerle Arthur o Charles... O William!

—Quizás podrías llamarle Alfred y sentirte como Batman —replica.

—Ohhh... Batman! AWESOME! —encantado—. Voy a ir a jugar con él... luego hablamos —se despide en cuanto encuentra el botón de "on".

Goodbye —se despide sonriendo sin protestar.

Byeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! —le grita antes de colgar.

xoOXOox

Suena el timbre en casa de Francia, quien está oyendo música con los auriculares, pero insisten al timbre. Finalmente frunce el ceño y se quita un audífono, secándose primero la mano en la toallita que tiene atada al cinturón. Se quita el sombrero de chef y camina hasta la puerta.

—¿Quién es? —pregunta antes de abrir.

Allò? Vengo a entregarle un paquete, monsieur... —el chico lee el papel que trae—. France?

Francia abre la puerta vestido de blanco de pies a cabeza, le sonríe al chico del papel.

—¿Un paquete de quién?

—El chico hace un pequeño saludo nervioso con la cabeza al ver que abre la puerta y se vuelve a su albarán.

—Ehm... el remitente es anónimo, monsieur —explica mirándo el alabarán—

—Anónimo... mmm... estoy tentado a devolverlo —sonríe más—. ¿Tú qué dices, garçón?

El chico le mira con cara de "no, si'l vous plait, no me haga trabajar más, sea condescendiente y tírelo usted mismo, tenga piedad". Francia se ríe.

—Vale, vale... dónde te firmo.

—Haga... haga lo que usted desee, monsieur —acaba al final y le pasa el papel y le señala el lugar, tendiéndole un bolígrafo. Él hace su pomposa y terriblemente elaborada firma, poniéndole un punto al final.

Merci...

El chico recupera el papel y le entrega una caja que tiene que levantar con dos brazos, pero que no mide más que unos cuarenta cm de arista.

Francia levanta las cejas y sostiene la caja, que nota pesada. Se despide del chico cerrándole un ojo y en lugar de entrar a la casa, le da la vuelta a la misma, por el jardín hasta la parte de atrás, en donde se sienta en una banca con la caja junto, mientras el chico se marcha tan tranquilo en su camión de reparto.

Francia se muerde el labio, dejando de sonreír, mirando la caja y suspirando. La caja se mantiene inalterable en su... inanimada condición de caja de cartón duro.

Después de un rato, se lo piensa mejor, toma la caja en las manos y la carga de regreso a la casa, suspirando. La pone en la isla de la cocina y se vuelve a poner su sombrero de chef. Sigue cocinando.

Pues nada, ahí sigue la caja en su... feliz potencial. ¿Tendrá un gato muerto? ¿tendrá un gato vivo? ¿tendrá un gato zombie?

Después de un rato laaaaaaaaaaaargo de cocinar, Francia abre una botella de vino y sube a cambiarse con todo y caja. Ella le mira desde la cama, con su gato vivo/muerto/ gato zombie mientras él se viste, se peina, se arregla, se perfuma y hace todo lo que hace Francia para estar listo... Al final, suspira y se planta frente a la caja, quien en su inanimada felicidad debe estar flipando de que se haya arreglado para ella, es posible que la caja se sonroje un poco, si es que acaso tiene algo que pueda hacer que se sonroje.

Cuando Francia por fin se da la vuelta y va por unas tijeras para abrirla... suena el timbre de su casa y la caja mira al francés irse por la puerta con el corazón partido.

Así que Francia se detiene, mira la caja ligeramente desconsolado y la toma... baja las escaleras para ir a la puerta, con la caja en las manos y la coloca en la mesa de la entrada... se gira a abrir la puerta.

Dios mío con el baile de la caja, que pesa, por cierto. Se le van a poner unos brazos...

Un hombre alto y bien parecido, el clásico tipo que levantaría Francia en un antro o algo así, entra a la casa ante la sonrisa de Francia, que lo invita a pasar al salón. Él lo sigue, no sin antes mirar a la caja de reojo mordiéndose el labio.

Un rato largo después Francia pasa delante de la caja hacia la cocina, mirándola de reojo, pasa unos instantes más tarde frente a ella de regreso, con dos platos servidos y una sonrisa ligeramente fingida en el rostro... esta vez, sin mirar a la caja.

La caja lo observa todo cada vez haciendo más drama. Puede que se le haya roto algo dentro y empiece a soltar liquido en forma de lágrimas. ¿Cómo un ser inanimado puede hacer drama? Es una caja francesa, como es obvio Oh, la la!

Un rato laaargo después el hombre desconocido estrella a Francia contra la puerta, besándole el cuello con demasiada fuerza, desde una altura muy alta y con demasiada saliva... mientras le abre la camisa de un solo tirón, rompiéndole todos los botones.

Francia hace los ojos en blanco fastidiado y mira la caja por encima del hombre que le está al parecer arrancando el cuello de un mordisco. Se le empañan los ojos y los aprieta, susurrándole al hombre al oído que vayan a la cama.

La caja llora y llora. Qué melodramático es Francia… Pues mira que su caja…

Una hora después, el hombre desconocido está absolutamente KO en la cama de Francia... roncando y abrazando a Francia por el cuello, ahorcándolo. Francia logra salirse del abrazo después de pelear con él, y se gira de su lado de la cama con los ojos abiertos.

Media hora mas tarde Francia baja en albornoz a la cocina y se prepara un café negro con azúcar (oh sí, con azúcar). Toma la caja de la mesita de la entrada y observa el teléfono inalámbrico de su casa... se muerde el labio.

La caja, harta de esperarle, se ha ido con un baúl y ha tenido cajoncitos. El francés toma unas tijeras de la cocina, la bloody caja, el teléfono, sus cigarrillos y sale al jardín nuevamente, a la misma banca que un rato antes. Suspira pensando que... quizás no debería de hablarle, quizás la caja no es de él. La caja llora al ser separada de su familia y le promete a su baúl que esto es cosa del pasado que ella ya le ha olvidado y que solo le quiere a él.

Si se la ha mandado anónima es porque no quiere que le hable, no le ha hablado desde que se fue de esa manera. Toma las tijeras y con cuidado, abre del centro a la caja dramática. Mira en su interior y encuentra, encima de todo, hay un Iris azul y una rosa blanca.

Francia llora y se ríe un poco, sacando con muuuuucho cuidado su rosa blanca de la caja y llama al teléfono de casa de Inglaterra pero no contesta nadie por que es de noche... y eso que el inglés quería ahorrarse las llamadas intempestivas. Al final, medio dormido, responde al teléfono sin mirar ni quién es.

—Mmm?

—¿Desde cuando me MANDAS las flores? —pregunta con voz suave. Inglaterra entreabre los ojos y con lo surrealista de la pregunta, cree que aun duerme.

What...? —pregunta con una increíble voz de sueño. Francia sonríe un poco.

—Me has enviado flores...

Inglaterra se frota los ojos y bosteza, cambiando de postura en la cama. Francia se muerde el labio... y cuelga por que se está haciéndose una chaqueta mental de AQUELLAS

What bloody hora...? —mira el reloj y se da cuenta de que quien sea ha colgado. Mirando el numero del teléfono con los ojos entrecerrados para no abrir la luz y parpadea espabilándose al reconocerlo, sonrojándose y dejando caer la cabeza en el cojín—. Oh, por la reina! —protesta, se muerde el labio y si va a tratar de dormirse, lo tiene crudo. Así que decide llamar de vuelta aunque sea... Desinteresadamente.

Francia acaba de abandonar la caja en el jardín y va de regreso a la casa con el teléfono en la mano. El resto de cosas de dentro de la caja se harán malas... Y la caja perderá a su familia, aumentando lo dramático de la situación.

Suena el teléfono y al parecer no responde nadie así que Inglaterra lo considera una broma telefónica, se da la vuelta y se vuelve a dormir justo cuando oye la vocecita.

—Allò..

—¿Va todo bien? —pregunta Inglaterra mientras trata de hacerse el dormido. Francia se queda callado sin saber que contestar.

—Abrí la caja y pensé que... Pero, si duermes está bien, es decir... —Francia nervioso... Abrase visto.

—Me asustaste, git, es tarde —protesta—. Ahora no se te ocurra colgarme de nuevo, ya me has despertado, aguantas mis quejas.

—Pesaban mucho para se dos flores —se relaja un poco al ver la respuesta. El inglés se pone de costado y piensa en los cocos por que le ha echo mucha gracia y se sonríe solo, pero no dice al respecto.

—Debe ser por el doble fondo secreto.

—¿Tiene un doble fondo secreto? —pregunta sonriendo—. ¿Y que hay ahí abajo?

—Si te lo digo ¿qué gracia tiene que sea secreto?

—Podría ser una bomba... Por lo que a mi concierne. Nunca he confiado en ti para los regalos —vuelve a la caja.

—Es caca —resume—. Estaba un poco más escatológico que agresivo cuando lo elegí —explica.

—No huele a caca, siendo honestos —abre el segundo fondo—. La cosa es que esto de enviar los regalos... Necesito que me expliques algunas cosas.

Dentro del segundo fondo hay un montón de botellas de vino y quesos y especias y sales raras y vinagres y cosas así de las muy muy buenas y muy muy caras y muy muy francesas y un sobre.

—Además, no me dejan mandar bombas por mensajería... —responde—. No huele por que esta bien envasada.

—¿Por qué me estás enviando esto? —le pregunta Francia haciéndose el sorprendido. Levanta las cejas—. Dieu...

—¿Por qué te mando caca? Por que me caes mal, of course —responde Inglaterra bostezando un poco.

—Pero esto no es caca, mon ami.

—Pues claro que lo es, y de la peor clase —replica.

—No es verdad —sonríe—. Es caca de la más fina si es que la quieres llamar así —frunce el ceño.

—Qué sabrás tú de la caca, Frog —protesta cerrando los ojos y acurrucándose en el cojín.

—Pues al parecer no se nada, mon ami... —se ríe—. Tú eres el que sabe de caca, la consumes a diario.

— Yo solo la consumo por que I am a gentleman y no es de buena educación rechazar esas cosas —se devuelve bostezando otra vez.

—¿Nadie te enseñó nunca como entregar un obsequio? —cambia el tema.

—¿A qué te refieres? ¿Hay algo roto? —pregunta confundido frotándose un ojo.

—Non... Hay algo que falta —explica.

—Y no es un obsequio, git, es un... —vacila sin que le salga la palabra—. Es una cosa para molestarte. ¿Algo que falta?

—¿Para molestarme? —se ríe un poco—. Oui, algo que falta.

—¿Qué falta? se supone que había uno de cada —frunce el ceño empezando a planear llamar a la tienda y gritar hasta que despidan a alguien.

—Cuando uno entrega un regalo, mon cher, es de caballeros estar ahí cuando lo vean. Yo se que a tu te cuesta eso de la buena educación...

Inglaterra se queda callado un instante y se sonroja un poco.

—Lamentablemente tenía que... no podía hacer eso —vacila tragando saliva—. Por que me habría encantado ver tu cara de odio y molestia, claro, no por otra cosa, pero…

—Pero —repite Francia, no como una invitación a seguir, solo haciendo botar la palabra.

—Pero —suspira Inglaterra tampoco en un tono de seguir.

—Bien... —susurra unos instantes mas tarde—. Tu me manques... —susurra en un tono muy muy suave. Inglaterra se humedece los labios y se queda al otro lado del teléfono, respirando, sin saber que decir.

I...

Francia se muerde el labio y se limpia la cara.

Pardón, voy a resolver eso...

—No lo... —empieza y se detiene a si mismo, tragando saliva y respirando otra vez—. OK —sentencia finalmente con bastante desgana.

Francia solloza un poco en silencio ante la respuesta.

France... —pide en un tono un poco triste.

—Lo siento, lo siento... —agrega con voz cortada—. Lo sé... No hagas nada, no me lo hagas más difícil. Ya me lo has dicho.

Inglaterra aprieta los ojos y se frota la cara.

—Lo siento, no debí hablarte a esta hora...

El británico mira el reloj y suspira.

—Como si fuera la primera vez que me desvelas —replica.

—No debí hablarte, de hecho... —sigue en la misma línea.

—¿Desde cuándo eres tú quién juega al deber? —pregunta cínico, incorporándose y bostezando de nuevo. Estira la espalda desperezándose. Francia se muerde el labio.

—Desde que eres tú el que me envía regalitos.

—Yo te dije que te... no estuvo... yo siento lo que te hice pasar —se disculpa de nuevo relajando los hombros y sonrojándose un poco.

—Está bien, Angleterre —sonríe—. Yo sé por qué lo hiciste... —se tranquiliza un poquito y se pasa una mano por el pelo. Luego toma el sobre que esta en la caja.

—¿L-Lo sabes? —se incomoda aun más. Francia frunce un poco el ceño.

Oui.

—Ehm... eh... —carraspea nervioso con un nudo en la garganta. En el sobre hay un billete de avión a Seychelles y una reserva a un hotel de cinco estrellas por cinco días, todo pagado. Francia levanta las cejas.

—Seychelles estará encantada...

Inglaterra se sonroja un poco más a sabiendas que ha abierto el sobre.

—Oí que le dijiste a Spain que te irías de vacaciones —explica al entender que ya lo ha visto.

—Pues al parecer lo oíste porque salió de tu boca —cierra el sobre y lo pone en la caja de nuevo.

—Y pensé... en mandarte bien lejos para no tener que soporta... —empieza tratando de volver a la zona de confort—. ¿Mi boca?

—Este hotel es bueno. Tiene muchos hombres guapos como yo, por eso debes haberlo elegido.

—Elegí uno que me asegurara que no te iba a dejar regresar antes de tiempo —replica y el francés sonríe de lado.

—Entiendo. ¿Sabes, cher?

—Mmmm?

—En realidad... —se muerde el labio. El inglés se queda a la espera, escuchándole.

—No te prometo que vaya a arreglarlo del todo...

—¿Qué significa eso? —pregunta. Francia levanta un poquito las cejas.

—¿Qué querrías tú que significara?

—Q-Que vas a... que no vas a... que... —vacila, el francés sonríe de lado.

—Eso quieres... —suspira. Inglaterra se frota los ojos, pensando... y se sonroja y luego frunce el ceño.

—Eres tonto —sentencia finalmente. Francia se ríe un poco.

—Lo soy.

—Y te detesto —añade.

—No, no lo haces del todo, pero vale, digamos que lo haces...

Of course I do! —exclama.

Je suis desolé, Angleterre... El problema esta vez, es que yo no QUIERO arreglarlo y no tengo una sola razón poderosa para hacerlo a menos que tu...

Inglaterra aprieta los ojos odiando tener que ser siempre el bloody sensato y responsable.

—No PUEDAS con ello —sentencia Francia.

I... —vacila mirando por la ventana.

—Y no me digas que quieres solo por ser sensato.

Aprieta sus ojos verdes otra vez, levantándose de la cama y yendo a mear.

—Es lo más sensato —le recuerda.

—Lo es...Y yo estoy hecho polvo y es complejo, mucho mas complejo que solo sexo.

Inglaterra levanta las cejas.

—Pero... —sigue el francés.

—Pero... —susurra el inglés para que siga, volviendo al cuarto.

—Pero no quiero —admite negando con la cabeza, al británico le sube un regusto amargo desde el estomago—. Je suis desolé.

—No sé qué hacer, France —confiesa sincero.

—Yo tampoco. Entiendo que quieras olvidarte de esto, pero a la vez, yo no quiero que lo hagas. Si lo hiciéramos mal... Si lo pasáramos mal... Lo aceptaría. Claro que esta el garçón y tus niveles de culpabilidad han ascendido exponencialmente en los últimos días.

El inglés aprieta los ojos por que eso es absolutamente cierto.

—Si no puedes con ello... Lo entiendo.

—Yo siempre acabo trastabillando —confiesa de nuevo, metiéndose en la cama y haciéndose bolita.

—Trastabillando...

—Y metiendo a todos en problemas y teniendo que mandar... —baja el tono de voz—. Flores.

—Me gustan las flores, aunque me gustan más cuando no las mandas...

Git —suspira y sonríe.

—Vamos a hacer algo: Tú sigue intentando y yo seguiré frustrando tus planes.

—Oh, wonderful, por un momento pensé que ibas a trabajar conmigo y sería yo quien tendría que tomar la postura contraria... yo no puedo trabajar contigo —explica un poco cínico, sonriendo. Francia sonríe también.

—Yo no puedo dejar que lo logres, cher... Hay una cosa más.

—¿Cuál? —pregunta acurrucándose y cerrando los ojos.

—Yo... Tengo que seguir una vida normal, no puedo solo... Estar para ti. No puedo. —declara bastante angustiado, porque querría en realidad. Inglaterra aguanta la respiración un segundo y suspira, cerrando los labios con la boca seca.

—Nunca esperé que lo estuvieras —admite.

—Tú tienes a Amerique... —susurra—. Yo no tengo a nadie más —admite y le cuesta mucho hacerlo. El inglés levanta las cejas un poco incrédulo.

—¿Me estás... pidiendo permiso, France? Ahora... ¿AHORA?

Francia traga saliva, porque es exactamente lo que esta haciendo.

Oui... —susurra. Inglaterra respira tratando de no soltar un "anda y que te jodan"—. Lo sé... Lo sé, lo sé —admite—. Angleterre... —susurra al teléfono con voz dulce.

What? —pregunta un poco duro, aun tratando de calmarse.

—No puedo cambiar el pasado y aun pudiendo volver es muy probable que hiciera lo mismo... —admite.

—Aja —responde tenso.

—Pero... —suspira—. Ya me lo has dicho antes.

—¿Qué te he dicho?

—Que llego tarde —indica y sonríe. El británico suspira—. Pero sé que te gusta que llegue, aunque sea tarde y aunque te joda la vida —agrega sin burla.

Inglaterra se queda un segundo callado, y luego vuelve a suspirar, derrotado, sonriendo.

—Haz lo que necesites hacer... Yo no voy a dejar de molestaste —sonríe.

El británico se humedece los labios y en un volumen extra extra bajo susurra "thank you".

You are the man of my twisted life... —agrega muy en serio en un tono que parece broma e Inglaterra se sonroja y vacila, abriendo los ojos que tenía cerrados—

You... are... —empieza, vacilando y luego frunce el ceño pero sonríe—. The ugliest frog —sentencia como si fuera una verdad universal. Francia carraspea y agrega en tono más juguetón.

—Yo... NUNCA dije eso si me lo pre...—se calla—. Ja-ja... Eso quisieras.

—Querer querría muchas cosas, esa es la verdad —sentencia.

—No lo es, rosbif.

—Oh, of course it is.

—Explícame, ¿qué hago hablando contigo a media noche si tengo a un hombre alto y fuerte y… que ronca y babea y me ahorca en mi cama? —se ríe un poco. Inglaterra levanta las cejas con una punzada en el estomago.

—¿Buscar ayuda para encubrir el crimen?

—Algo me dice que la he buscado en el lugar correcto... ¿Sabes? Se quejó de mi cena.

—Oh, no me extraña en lo más mínimo —bromea.

—Ja-ja... —protesta no muy en serio y el británico se ríe haciendo tripas corazón—. Es la peor ofensa que hay. Bueno... Non

—¿No? —levanta las cejas—. ¿Y cuál es esa?

—Habría una peor pero de eso no se ha podido quejar... O no me he quedado para enterarme por tu culpa —se ríe un poco.

—Oh, entiendo... —susurra con un poco menos de broma al notar que habla de sexo, claro, por que tampoco es tan fácil.

—Y ni se te ocurra hacer un comentario listillo al respec... —se calla al oír la respuesta y sopla el aire tentado a decirle la verdad.

—Tschk... aficionados —añade enseguida volviendo al tono de antes—. Yo podría tener quejas al respecto.

—¿Ah... Si? —pregunta mordiéndose el labio.

Of course —asegura orgulloso.

—Creo... Que... Este tema no es un buen tema por ahora...

El inglés se queda callado y abre y cierra la boca un par de veces para decir algo.

—Quizás deberías volver ahí—propone sin mucho interés—. Y yo podría volver a dormir.

—Estamos absolutamente jodidos, cher... ¿Te das cuenta de ello?

—Esto funcionaba mucho mejor antes de... París —asegura en un susurro.

Je ne regrette ríen —replica. Inglaterra tiene un regusto ácido desde el estomago.

—Estoy harto.

Francia se muerde el labio.

—Haz lo que tengas que hacer... —susurra.

—Estoy harto, harto y absolutamente harto —sentencia incorporándose en la cama otra vez. Se acerca al borde de la cama y pone los pies en el suelo, levantándose.

—No se que decirte, cher... —responde sinceramente.

—Cuéntame de tu amigo —suelta retórico, yéndose al desván.

—¿De... quoi?

Your friend... o como le llames, el tipo que tienes ahí babeando— pide moviendo unas cajas.

—¿No habíamos dicho que ese no era un buen tema? —Pregunta un poco desconsolado.

—Puede —responde encontrando la botella de ginebra que llevaba el otro día mientras buscaba su espada y toma un trago largo.

—¿E-Estás bien? —pregunta ahora arrepintiéndose de haberle contado.

—Es... posible —responde riéndose un poco al ver algo sobre una caja que le llama la atención, lo toma y se lo mete en el bolsillo.

Angleterreeee... Al menos dime que vas a hacer... —pide.

What? —sonríe viendo otra cosa de arriba abajo—. Voy... —sonríe de nuevo y baja las escaleras corriendo saltando los dos últimos escalones.

—¿Qué haces? O qué vas a hacer o qué estás pensando. Lo siento, lo siento... en serio, lo siento.

—Voy... Sinceramente, no voy a contarte lo que voy a hacer —sonríe de nuevo.

—Otra sorpresita... merde —se pellizca el puente de la nariz.

—¿Qué vas a hacer tú? —pregunta quitándose el pijama.

—¿Yo? —levanta las cejas—. Quedarme aquí hasta que me cuelgues... para empezar

—¿Y cuando haga eso? —sigue enfundándose unos calzoncillos de los que se compró en París y unos tejanos negros.

—Pues depende. Honestamente, depende de lo que alcance a suponer que vas a hacer y si creo que estás en peligro mortal o... si parece ser muy divertido, puede que...

—Aja? —pregunta abriendo su ordenador portátil mientras acaba de vestirse.

—Bueno, puede que decida hacer algo distinto a subir a ser estrangulado y ahogado en babas...

—¿Algo como qué? —pregunta buscando en su ordenador.

—¿Me estás proponiendo que haga algo, cher?

—No, solo es curiosidad, —asegura sonriendo al encontrar lo que busca.

—Mmmm... dormir en el sillón de la sala, probablemente —admite un poco menos emocionado que unos minutos antes—. ¿Exactamente qué buscas en la computadora?

—Dormir en la sala, suena delicioso —se burla.

—No seas tonto... ¿a dónde vas? —pregunta con más curiosidad.

—¿Quién te ha dicho que me voy?... —pregunta, pensando que lo del ordenador es normal, pues debe haber oído la músiquilla que hace al abrirse, luego se da la vuelta al cuarto buscando unas cuantas cosas más y poniéndoselas en los bolsillos.

—Te estoy oyendo moverte en tu casa...

—Estoy moviéndome, ¿de dónde sacas de eso que me voy? —pregunta.

—¿Entonces qué haces? —ansiosito, sube los pies a la banca y cierra los ojos, tratando de escuchar mejor.

—Ya te he dicho que no te voy a contar eso —buscando otra cosa en su ordenador.

—Jum! —protesta—. ¿Qué buscas en la computadora?

—Esto —Sonríe y le da al play, haciendo que empiece a oírse "High way to hell" de AC/DC.

Oh, dieu... Angleterre punk... Vas a volver a esos tiempos, mon ami? ¿No crees que ya hemos tenido suficiente paseo por la historia de le Royaume Uní en los últimos días?

Nadie contesta.

Angleterre?

No responde, solo se oye la música y Francia hace los ojos en blanco y recoge su caja y su taza de café vacía, al igual que su cajetilla de cigarros. Sin colgar el teléfono, lo pone en altavoz y se regresa a su casa. Coloca su caja en la cocina y se va por un florero, escuchando aún la canción al parecer, pone sus flores, una al lado de la otra, negando con la cabeza. Probablemente se quede toda la noche con el teléfono en altavoz hasta que se quede dormido en el sillón.


Esto... no debía pasar, pero Mon Sauvage Lapin acabo de una manera demasiado ácida y era... necesario. Técnicamente tenía que acabar LVER antes que nada, que es laaaaarga como una mala cosa. Lo intentaré. Pronto.

En otro orden de cosas, me encanta UK en esta historia, ya lo vereis. Tari fue la primera en descubrir que iba a seguir y le prometí publicar hoy así que! no olvideis darle las gracias a ella en el review!