Capítulo 1: Familia
Comenzó a abrir los ojos lentamente, los rayos del sol que se colaban por la cortina de la habitación le daba directo en el rostro. Tardo unos segundos en acostumbrarse a la luz, froto sus ojos con sus manos para luego dirigir su brazo hacia la persona que dormía a lado suyo. Se acomodó de tal forma que ambos cuerpos se amoldaban perfectamente. Cada curva de ella le encantaba, a pesar de todos esos años casados, el no dejaba de sentirse como el primer día.
Besó su mejilla, causando que ella comenzara a moverse en la cama, volteo a ver a su esposo aun con los ojos cerrados, al abrirlos, se podía apreciar una gran dulzura en aquellos aperlados orbes.
-buenos días, amor- saludo el oji-azul para luego plantar un suave beso en los labios de su esposa.
-buenos días, Naruto-kun- saludo ahora la mujer a su esposo.
Namikaze Naruto, un hombre de 25 años de cabello rubio, ojos azules y piel bronceada. Heredero de una de las más grandes e importantes empresas de todo Japón. Llevaba casado casi cinco años con una hermosa joven. Hinata Hyuga, la esposa de Naruto, una joven mujer de 24 años, de cabello negro-azulado, ojos de color perla blanquecino, y piel tan clara como la porcelana.
-¡MAMÁ, PAPÁ!- un pequeño grito se oyó en la habitación tras el azote de una puerta –ya despertaron- saludo el pequeño niño de seis años.
-buenos días, Hikaru-kun- saludo su madre.
-hola campeón- saludo su padre -¿dormiste bien?- el pequeño niño asintió repetidas veces con una gran sonrisa.
Hikaru Namikaze Hyuga, un pequeño niño a punto de cumplir 7 años, de cabello rojizo y ojos azules, además de un rostro idéntico al de su padre. Nació un año antes de que sus padres se casaran, pero aun así a él no le importaba.
-bien, yo voy a hacer el desayuno- aviso la joven madre mientras se levantaba de la cama.
-vamos Hinata- hablo el oji-azul mientras jalaba a su esposa de vuelta a la cama –quédate un rato con nosotros-
-sí, mamá- pidió el niño mientras se unía a la hazaña de su padre.
-de acuerdo, de acuerdo- dijo con una gran sonrisa la peli-azul.
La familia comenzó a jugar en la cama de la habitación durante algunos minutos, hasta que llegó el momento de que todos fueran a realizar sus labores diarias.
Hinata estaba preparando el desayuno mientras su esposo y su hijo se preparaban para ir a sus respectivas prisiones. Naruto se preparaba para ir a su oficina en la compañía de su familia y Hikaru se alistaba para el horror de todo niño, la escuela.
-¡hora de desayunar!- aviso la oji-perla mientras oía los pasos apresurados por las escaleras de sus dos amores, porque eso eran, la razón de su vida.
-¡me encanta lo que cocinas, mamá!- grito el pequeño niño mientras comenzaba a devorar su desayuno.
-a mí también- dijo el rubio mientras comía a una velocidad sorprendente, igual que su hijo, no había duda que se parecía demasiado a él.
Después de unos momentos, Hinata se sentó con ellos en la mesa del comedor. La familia desayunaba alegremente, Hikaru y Naruto contaban muchas historias que sacaban una gran sonrisa en Hinata. Pero como todo lo bueno tiene que terminar en algún momento, llego la hora de que los hombres de la casa salieran a sus respectivos "centros de tortura" como ellos las llamaba. Dejando a Hinata sola en su casa durante unos momentos, ya que ella también tenía que salir a trabajar en la compañía de su padre.
-¿por qué demonios acepte esto?- se preguntó el rubio mientras veía todo el papeleo que tenía que organizar –¡maldición, así jamás terminare!- estaba harto de su trabajo, si tan solo hubiera tenido un hermano él podría no estar en esa oficina tras ese escritorio durante horas, y podría estar mucho tiempo con su esposa e hijo, pero no, tenía que ser hijo único.
-señor…- la voz de su joven secretaria llamo su atención.
-vamos Moegi-san, tu sabes que odio que me digan "señor", además pronto seremos familia- la chica se sonrojo intensamente ante las palabras del rubio, ciertamente ella era la novia de su primo y ambos sabían que muy pronto dejaría de ser solo eso para convertirse en el nuevo miembro de la familia Namikaze.
-d-de acuerdo, Naruto-san… alguien vino a verlo-.
-¿se puede saber quién?- pregunto interesado.
-Uchiha-san- en el rostro del rubio apareció una gran sonrisa.
-dile al Teme que pase- pidió el rubio a lo que Moegi asintió.
Momentos después un joven apuesto de cabello oscuro y ojos negro intenso con un traje de empresario entro en la oficina.
-Hola, Dobe- saludo el azabache con una sonrisa burlona.
-Hola, Teme- saludo igualmente el rubio -¿a qué debo tu agradable visita?- pregunto con tono sarcástico.
En ese momento la sonrisa en el rostro de Sasuke se borro.
-hay algo que tienes que saber…- Naruto lo vio confundido unos minutos –tiene que ver con Sakura- la mirada del rubio cambio de un segundo a otro a una seria.
-no quiero saber nada de ella- dijo en tono molesto.
-esto es algo de lo que tarde o temprano te enteraras-
-solo dilo y vete- respondió el rubio mientras le daba la vuelta a su silla hasta darle la espalda a su amigo y quedar viendo la gran ventana que había en su oficina.
Pudo oír como la silla se movía hacia atrás y los pasos del oji-negro alejarse, se detuvo un segundo y dio una gran bocanada de aire.
-ella volvió a Konoha- las manos de Naruto se apretaron –y según mis fuentes… viene por él- siguió su camino y salió de la oficina, dejando al rubio solo.
Aun veía a través de la ventana, su mirada permanecía igual de fría desde que Sasuke había mencionado a Sakura, sus manos permanecían sobre extremos de la silla y apretaba con fuerza.
-Sakura no puede volver por el… ella lo abandonó- se dijo a sí mismo el rubio mientras cerraba los ojos unos momentos.
Ya era la hora del almuerzo y ella podía ir por su hijo, después de eso lo dejaría con su hermana Hanabi y lo hirió a buscar cuando saliera de trabajar, así era la rutina de todos los días.
-Hinata-chan- la voz de su mejor amiga la despertó de sus pensamientos –¿ya te vas?- pregunto la rubia a lo que ella asintió.
-voy a ir a buscar a Hikaru- en los ojos azules de Ino apareció un brillo de ternura.
-me encanta tu hijo, es tan lindo- dijo la chica mientras recordaba al pequeño niño de seis años -¿puedo ir contigo?- Hinata asintió y ambas salieron de la oficina rumbo a la escuela donde estudiaba el pequeño Hikaru.
-¿estás segura de esto?- pregunto el chico a su acompañante.
-claro que si- respondió la peli-rosa.
-¿y si Naruto se enoja?- pregunto algo preocupado el peli-negro.
-no tiene por qué enojarse- respondió despreocupada mientras veía la primaria frente a ella.
-pero, ¿y si…?- no pudo terminar, ya que el timbre que anunciaba la salida de la escuela había sonado y momentos después muchos niños salieron de la instalación.
-pero nada, Sai… yo tengo el mismo derecho de verlo tanto como Naruto, después de todo…- volteo hacia los niños y pudo localizar a un pequeño de cabello rojizo y rostro idéntico al nombrado, al verlo, en su rostro apareció una gran sonrisa –también es mi hijo- termino de responder mientras comenzaba a avanzar al pequeño peli-rojo en la acera.
¿Qué les parece? ¿les gusta? Bueno, aun no planteo bien todo, pero aquí está el primer capítulo de otra historia escrita por mí.
Pronto sabrán que ocurre, ¿Por qué Naruto odia tanto a Sakura? ¿Qué le hizo? Esas preguntas pronto se responderán y muchos sentimientos enterrados saldrán a flote así como el pasado de Hikaru-kun. Bueno, ya estoy comenzando a adelantarme a los hechos.
Namikaze Hanoko fuera…
