CORAZONES AL LÍMITE: A MIL POR HORA (1000/h)

Como el viento que sopla y se siente al pasar... Es como fina lluvia que nos moja al caer.

Es como el canto dulce de un ave al amanecer, es fuego que arde y no se extingue y que aun en las cenizas se siente su calor...

El amor es el sentimiento más noble, desinteresado, humilde, valioso, generoso que el ser humano pueda sentir.

El amor no tiene límites.

Fragmento de: "El amor es"

Autor desconocido.

Capitulo 26: A TU LADO

Pov Edward.

Quería parar con su sufrimiento, decirle que no tenia que contarme nada, ¡estaba tan abatida!, sus ojitos estaban irritados y algo inflamados, quería detenerla pero no podía. Ambos necesitábamos de esto; ella necesitaba desahogarse y confiar mas en mi y yo necesitaba protegerla, hacerla feliz y sentirme tranquilo. Senté a Bella en mi regazo y la envolví en un abrazo fuerte y seguro.

–Saca eso de ti, amor—. Le susurré, meciéndola.

Ella dio un suspiro entrecortado y escondió mas su rostro en mi cuello aspirando mi aroma.

–C-Cuando mi padre nos comunicó que nos mudaríamos… Emmett y yo no lo aceptábamos, por lo que Charlie tuvo que contarnos la verdad. El nos permitió terminar el año escolar con la condición de llevar protección a todos lados, si estornudábamos, ¡él lo sabría!, tenía miedo de que algo nos pasara. A las únicas que les dije, fue a mis amigas más cercanas, pero no pude hacer lo mismo con Jacob, ese día él me declaró sus sentimientos, todo el colegio sabía que estaba enamorado de mí, menos yo—. Hizo una pequeña pausa y se separó un poco de mi, solo para poder verme a los ojos. Sabía que se estaba conteniendo y la peor parte estaba por llegar.

–No podía corresponderle, él no me dejó aclarárselo, pero estoy segura que lo vio en mi rostro, por lo que decidió darme hasta el baile de fin de curso. Lo evadí hasta esa noche…—. Quiso separarse de mí pero no se lo permití. –Me había invitado a bailar y accedí aunque me sentía incómoda, jamás me había sentido así estando con el, y antes de que me diera cuenta estábamos en el jardín alejados de todo—. Bella se estremeció y su voz comenzó a quebrarse de nuevo. –No aceptaba un no por respuesta, trate de explicarle; le dije que me iría y eso empeoro todo, pensó que ese era el motivo por el que no lo aceptaba… mi peor error fue dejar que él me besara…—. Me tensé y la mire tratando de descifrar algo en su mirada… su cuerpo tembló.

– ¿Y que pasó después? —. Pregunté aturdido después de un rato en silencio.

Y como hacia desde que empezó esta conversación, Bella volvió a perderse en sus recuerdos, y el dolor en su rostro fue un pinchazo directo a mi corazón.

–Le dije que yo no lo amaba, que solo lo quería como un amigo—. Sollozó. –El me dijo que yo era suya… y que me daría cuenta de que éramos el uno para el otro, su mirada se volvió fría desde ese momento y me dejo sola, sabía que algo no andaba bien con él—, Apreté mis manos en puños con fuerza. –Jacob empezó a tomar con sus amigos, yo le había dicho a las chicas que quería irme a casa, Emmett no estaba por ningún lado, así que me tocó esperarlas. Me quedé sola por un momento, y solo eso basto….

Esta vez, deje que se separara de mi, camino a paso lento dándome la espalda y tomo una rosa roja de uno de los floreros de la habitación. Podía ver su cuerpo sacudirse y supe que estaba llorando en silencio, la sensación que me embargó, fue la cosa más horrible que pude sentir, era como si sintiera el dolor y el sufrimiento que ella cargaba, sentía una sensación extraña en mi pecho como si alguien apretara mi corazón.

–El… me tomó a la fuerza, y… me… me arrastró hasta uno de los salones de clase—. Susurró aun de espaldas, entrecortando las palabras a causa de sus sollozos. –Quiso… abusar de mí—. Su llanto desesperado llenó la habitación y sentí mi corazón hecho pedacitos.

Quise acercarme pero mis pies no se movían. Quise decirle tantas cosas pero mi cabeza parecía desconectada, y no me había dado cuenta de que también lloraba.

–Aun tengo pesadillas reviviendo esa noche… jamás había sentido tanto asco en mi vida; sentí asco de mi, asco de él, ¡asco de todo!—. Gritó. Su voz se volvió amarga aun en su llanto. –Sus manos me lastimaban cada vez que tocaba mi cuerpo, le rogué que parara… pero el no me escuchaba… y seguía, seguía y seguía…

– ¡Para!… —. Supliqué. –No sigas.

Las imágenes de ella, así en mi cabeza, me torturaban y me hacían daño, no quería seguir escuchando, pero ella perecía no oírme.

–Rompió mi vestido… pellizcaba mis glúteos y mis pechos… y los apretaba con fuerza haciéndome gritar de dolor—. Cerré mis ojos con fuerza al escucharla, y seguía rogándole que parara. –Su lengua lamía mi cara… me besaba y mordía mis labios con fuerza, hasta hacerlos sangrar, él… tocó mi… intimidad—. Abrí mis ojos de golpe aterrado por lo que decía. –Lo mordí y grité para que alguien me ayudara… pero me golpeó muy fuerte y me tiro al piso, rompió mi…

– ¡Detente! —. Grité… –Para, por favor Bella… no sigas—. Ella pareció escucharme en ese momento, y se giró; me miró directo a los ojos, y la imagen que ella me daba termino de destrozarme por dentro.

Sus ojos no tenían ese brillo que tanto me gustaba de ellos, y sus mejillas seguían bañadas en lágrimas, y parte de su pijama estaba manchada de sangre por la rosa que apretaba con fuerza a su pecho; las espinas se habían incrustado en sus manos. Corrí hacia ella, pero dio un paso atrás alejándose de mí.

–Tienes que escucharlo todo… tienes que dejarme terminar… necesito sacar esto, quizás me odies ahora, estoy sucia y ya no me querrás mas, vas a rechazarme y no me veras con los mismos ojos, pero tienes que oírme ahora—. Pero… ¿Qué era lo que decía? ¿Cómo podía odiarla? Si la amaba más que a mi vida. Me sentía abrumado por todo pero jamás la dejaría de querer y mucho menos por esto.

– ¿Me crees tan insensible como para rechazarte sabiendo lo que ese hijo de puta te hizo?—. Le pregunté dolido.

Esto cambia las cosas, ¡por supuesto que las cambia! Pero no de la manera que ella cree. Al único que odio en este momento y que deseo con todas mis fuerzas, que la vida ponga en mi camino será a ese perro mal nacido, jamás volverá a ponerle una mano encima a mi Bella, y me encargaré de hacerle pagar por cada lagrima que ella ha derramado. ¡Lo juro!

–Yo… tengo miedo… perdóname.

–Jamás podría odiarte Bella, mucho menos dejar de quererte, el amor no es solo querer lo bueno que trae consigo una persona, es amar y apoyarse en los peores momentos, El amor es toda la fuerza que te ayuda a realizar algo imposible, es lo que te hace soportar penas y dolores, el amor es lo que te da la capacidad de aceptar a tu persona amada con todo lo bueno y lo malo que acarrea—. Caminé lentamente, y llegué a ella abrazándola con fuerza, no la dejaría ir nunca.

Caímos al suelo, aun abrazados y Bella soltó la rosa ensangrentada, la vio por un momento y luego el chocolate de sus ojos miró al verde de los míos y acarició mi rostro llenándome de su sangre, pero no me importó, lo único que me importaba ahora, era como ella se sentía; estaba pálida y algo débil, me preocupaba.

–Te amo Edward, y quiero que sepas que Jacob no logró tomarme, estaba a punto pero Ángela llegó a tiempo, con Ben su novio, y Katherine. Uno de los amigos de Jacob lo vio llevarme a la fuerza y les avisó a mis amigas, ellas escucharon mis gritos y supieron donde estaba… él huyó esa noche, estaba alcoholizado y pasado de drogas, era la primera vez que consumía y se pasó de la raya…

–Pues yo también quiero que tu sepas que te amo y aun si hubiera sucedido, te seguiría amando con la misma intensidad con que lo hago ahora, No quiero volver a escucharte decir que estas sucia o que te das asco, eres la chica mas hermosa que mis ojos han visto, eres perfecta para mi, lo demás no me importa.

– ¿Me lo juras? —. Sus ojitos cristalinos me miraron esperanzados y sonreí… sonreí como el bobo enamorado que era.

No le mostraría cuanto me había afectado su confesión, ni hasta que punto me perturbaba, no en lo referente a ella, sino al terror que sentí al saber el peligro al que estuvo expuesta, en la aberración que el pudo haberle hecho, en el dolor que ella sintió, el daño emocional causado y lo que mas odiaba era el saber que quedó impune, que debía estar por ahí, disfrutando de su vida y mi chica pasando por este trauma… todo eso me calaba…

–Te lo juro amor—. Pegué mí frente a la de ella, y acaricié su nariz con la mía.

–Hay algo que aun no te he dicho…—. Susurró inquieta, con sus ojos cerrados.

–Ya no hablemos de eso ¿si? —. Le pedí. Cerré mis ojos y me acerqué más, para poder besarla.

–Tiene que ver con lo que sucedió en el club—. Me separé de ella.

– ¿Qué fue lo que sucedió? —. Pregunté. Había estado tan preocupado.

–Lo vi…—. Inmediatamente supe lo que quería decirme y mi cuerpo entero tembló, me levanté con ella aun en mis brazos y la alcé para sentarla en la cama instándola a continuar. –El estaba en el club, un chico se nos acercó y quería bailar con nosotras, se nos insinuó pero Rose lo rechazó inmediatamente, mencionó que andaba con dos amigos y cuando se acercaban lo vi. Alice me llamó por mi nombre en voz alta, y el supo que era yo. Me sentía mal, Edward, no podía moverme, le pedí a Alice que llamara a Emmett, no quise llamarte a ti porque harías preguntas y en ese momento no hubiera sabido que responderte, tenia mucho miedo a tu reacción, cuando Jacob susurró mi nombre lo único que hice fue correr, sabia que el venia detrás de mi y no me detuve hasta que choqué contra alguien y gracias a Dios que fue Emmett que me sostuvo antes de desmayarme y me saco de ahí… jamás había sentido tanto alivio y miedo a la vez.

–Es por eso que Emmett está tan preocupado…

–Si… piensa que Jacob sabia mi paradero, y que si el pudo averiguarlo, a esta hora los enemigos de mi padre también, es por eso que no pudimos volver al hotel.

–Entiendo…—, Puede que exista la posibilidad de que el tenga que ver con la mafia, no se lo haría saber a Bella, pero si lo hablaría con Emmett mas tarde. –Todo es complicado, pero veras que estaremos bien, tu, tu familia, todos nosotros, saldremos de esta—. Le prometí.

–Yo… solo quiero ser feliz contigo a mi lado, quiero olvidarme de todo, poder hacer mi vida… pero con todo esto que esta pasando y con él pisándonos los talones, pareciera algo tan lejano…—. Las lágrimas aparecieron de nuevo en sus ojos… odiaba verla así de triste.

–Shhh mi vida, no llores, yo estaré contigo siempre—. Acuné su rostro entre mis manos y limpié sus mejillas con mis pulgares, acerqué mi boca a la suya y la besé, un beso suave y delicado, donde le demostraba que cada palabra dicha era la más pura verdad y que cumpliría todas las promesas que le había hecho.

Suavemente el beso disminuyo de intensidad, acariciándonos a penas los labios… los "te amo" susurrados inundaban la estancia… y un nuevo beso surgió…

Ella enredo sus brazos alrededor de mi cuello y sus manos subieron para acariciar mi cabello dando suaves masajes. El beso se intensificó tomando ella el control, su lengua se abrió paso en mi boca y su dulce aliento y su saliva se fundieron con la mía, la sensación era maravillosa y sentí ese conocido cosquilleo en mi parte baja, estaba excitándome… su lengua acaricio la mía, y la giró un poco haciendo movimientos circulares, gemí en su boca. Nuestras respiraciones eran agitadas, y mi corazón bombeaba con fuerza en mi pecho. Sin separar sus labios de los míos se sentó en mi regazo y poco a poco fue disminuyendo la intensidad para poder separarnos y respirar.

–Te amo—. Me susurró al oído escondiendo su cara en mi cuello al abrazarme, sus mejillas estaban sonrojadas y sonreí al darme cuenta de que ella también había sentido la misma sensación que yo. –Gracias por quedarte conmigo, por estar a mi lado, por escucharme y no salir corriendo, tenia tanto miedo… no quiero perderte nunca, Edward… eres todo para mi.

Sus palabras tan seguras me llenaron de una ternura y una sensación de calidez en mi pecho, que fueron directas a mi corazón, al agarre doloroso en el se había desvanecido por las sensaciones del momento, afiancé más el abrazo y acaricié su cabello, sintiéndome dichoso de tenerla así en mis brazos, y con la seguridad de que nadie le haría daño.

–Yo también te amo, y ahora mas que nunca Bella, te has convertido en mi vida entera, no permitiré que nadie te haga daño, y estaré a tu lado hasta que tu decidas lo contrario.

–Jamás podría apartarte de mí…

–Entonces siempre me tendrás contigo preciosa…—. Me regaló una sonrisa sincera y se la devolví. –Ahora vamos a lavarnos y a revisar tus manos, creo que te has hecho daño.

–No me duele mucho. No te preocupes—. La llevé al cuarto de baño y busqué el botiquín de emergencias en uno de los estantes, cuando lo encontré hice que se lavara las manos para que saliera la sangre seca; en un algodón unté un poco de agua oxigenada, desinfecte los pequeños cortes que se había hecho y vendé sus manos a pesar de sus protestas de que no era nada. Cuando terminé, ella volvió de nuevo a la habitación para aprovechar y cambiarse el pijama, mientras yo me limpiaba la sangre que también se había secado en mi rostro…

Después de esa conversación tan agotadora para ambos, a pesar de que era temprano, decidimos recostarnos un rato sin decir palabras, ella parecía estar pensando en algo, mientras yo le acariciaba su cabello y en cuestión de minutos su respiración se volvió acompasada y no supe en que momento la seguí al mundo de los sueños, estaba muy cansado, no había podido hacerlo la noche anterior y tenerla a ella así de nuevo en mis brazos, me hacia sentir completo, nada podría contra nosotros.

.

.

.

Unos golpes en la puerta hicieron que me despertara, Bella aun seguía dormida a mi lado murmurado en sueños, no podía entender lo que decía, pero aun así sonreí, a veces se le escapa mi nombre entre suspiros.

Me levante con cuidado de no despertarla y abrí la puerta para encontrarme con un Emmett algo ansioso.

– ¿y bien? ¿Cómo fue todo? —. Preguntó mi amigo en cuanto estuvo dentro.

–Hablamos y me contó todo, ahora está durmiendo, está agotada por todo lo que ha pasado—. Miré a mi amigo aun inquieto. – ¿Qué pasa Emmett?

–Ustedes… ¿Están bien? —. Preguntó algo temeroso.

–Por supuesto Emm, no te preocupes, tu sabes que amo a Bella, y todo esto solo me hace quererla mas, no puedo siquiera imaginar que quieran hacerle daño a alguien como ella…—, Suspiré cansado. –Es tan frágil y dulce. Me vuelvo loco de solo pensar que ese maldito, osó ponerle las manos encima.

–Ella tenía tanto miedo a tu reacción, sabía que no le fallarías, pero aun así no pude evitar preocuparme—. Emmett dio unas palmaditas en mi espalda. –Me alegra de que todo este bien entre ustedes—. Le sonreí agradecido.

–Hay algo que me preocupa Emmett, me ha estado rondando en la cabeza y no puedo dejar de pensar en ello—. Mi amigo me miró atento instándome a continuar. – ¿Tu crees que ese Jacob tenga algo que ver con la gente que busca a Charlie?

–Es posible, confieso que también he pensado en eso, pero la pregunta es ¿Cómo hizo él para contactarse con ellos? Jacob no tiene los medios para llegar hasta esa gente, a menos que haya más personas implicadas en esto de las que creemos—. Esa era una posibilidad, había que estar atentos.

–Tenemos que buscar la manera de irnos de aquí sin que lo sepan.

–Ya no podemos usar los pasaportes con nombres falsos que nos dio Charlie, a esta hora ellos deben estar averiguando y estarán pendiente de cualquier movimiento.

–También debemos buscar otro Hotel Emmett, no podemos quedarnos tanto tiempo en un mismo lugar.

–Tienes razón hermano, solo estoy esperando una nueva llamada de Charlie, y nos iremos de aquí a mas tardar mañana o pasado… porque creo que mañana seria imposible…

–El cumpleaños de Bella—. Murmuré.

–Si—, Suspiró con cansancio. –Teníamos tantas cosas buenas planeadas para ella y todo se estropeó.

–No todo—, Dije. –Estamos juntos y eso es lo que importa, además podemos hacer algo aquí, sin llamar mucho la atención, y hacer que ella se sienta bien, después de toda esta mierda, es lo menos que podemos hacer.

–Eres un jodido genio Cullen, iré a hablar con los demás, tú quédate con ella…

Emmett salio de la habitación, tirando un poco la puerta, Bella aun seguía dormida, acurrucada en el lado donde yo había estado descansando, se miraba tan inocente.

Es difícil pensar que alguien siquiera piense en lastimar a un ser como ella. Me convertiría en su sombra si era necesario pero no dejaría que la dañaran. Había visto en sus ojos cuanto sufrimiento le causo todo aquello, y no quería volver a presenciar esa escena tan horrorosa.

Caminé lentamente hasta llegar a su lado y volví a acurrucarme junto a ella, pasando mi brazo por su estomago hasta rodearla y atraerla mas hacia mi, oliendo el dulce aroma de su cabello, y dejando suaves besos a lo largo de su cuello.

Era inevitable no desearla, cada poro de su piel, cada curva de su cuerpo, cada gesto, que hacia, cada sonrisa, todo… todo me atrajo a ella y me hacia amarla con cada revolucionada fibra de mi ser. Me hacia querer todo con ella.

Imágenes de un futuro juntos pasaron en mi mente como la diapositiva de una cámara fotográfica, tenia la seguridad de que eso pasaría, el pensamiento no me asustaba en lo absoluto, al contrario, la calidez en mi pecho y el repiqueteo en mi corazón me decían que estaba en lo correcto.

Y sonreí con la seguridad de que un día seria mi esposa y que viviríamos todas las aventuras de la vida juntos.

Suspiré apegándome más a ella…

Mi Bella, mi dulce Bella.

Seré parte de tu piel, de tus labios, de tu fuego, seré objeto de tus sonrisas, de tus miradas, de tus caricias, seré tu sueño de amor y tu realidad de sentir...

Volví a quedarme dormido abrazado a mi amor, mis sueños fueron tranquilos y llenos de todas aquellas cosas que quería que hiciéramos juntos…

.

.

.

Besos suaves y sutiles caricias me hicieron despertar y abrí mis ojos encontrándome con la imagen mas hermosa; Bella sonreía relajada, mostrándome que estaba mas tranquila.

–Me gusta cuando sonríes así—. Susurré, con voz pastosa. – ¿Desde hace cuanto estas despierta amor?

–Hace ya un buen rato—. Acarició mi rostro.

– ¿Y por que no me despertaste? —. Pregunté.

–Porque estabas cansado y te veías lindo durmiendo, eres muy dulce e incluso te ves inocente—. Rió y se tumbo encima de mí, dándome un beso en la comisura de mis labios.

Sonreí estrechándola más a mi cuerpo.

–Estas más tranquila—. Aseguré. No fue una pregunta.

–Si, creo que el contártelo me hizo quitar un gran peso de encima. De todo, lo que más me preocupaba era lo que pensaras tú—. Nos hice rodar y quedé encima de ella, acariciando su nariz con la mía.

–Ya te dije que aun así hubiera pasado, te seguiría amando igual. No me importa tu cuerpo, me interesa tu alma y tu corazón, lo que eres tu por dentro—. Ella aparto su mirada.

– ¿No… no me deseas? —. Preguntó temerosa aun sin mirarme y sus ojos se volvieron tristes.

–Bella… Eres la mujer más hermosa que mis ojos han visto ¡por supuesto que te deseo!

–Pero dijiste que no te importaba mi cuerpo—. Contradijo.

– Bella, amor ¿Terminaste de escuchar todo lo que dije o te quedaste solo con eso? —. Ella se sonrojo y bajo la mirada. Tome su mentón e hice que me viera a los ojos.

–Quizás me expliqué mal para ti… a ver que tal te va esto: Eres jodidamente sexy, me encanta todo de ti, pero la parte física de esta relación no es lo más importante, a mí me importa mas lo que hay dentro de ti, tus sentimientos y tu manera de ser, pero eso no quiere decir que no te desee o que no me guste ese cuerpo que tienes lleno de curvas en los lugares precisos.

– ¿De verdad? —. Se sonrojó sonriendo tímidamente.

–Por supuesto tontita—, Le di un golpecito juguetón en su nariz. –Tienes que entender una cosa bebé, ni yo mismo lo entendí completamente hasta que te conocí; El sexo y el amor van unidos Bella… el sexo sin amor, no significaría nada, porque solo seria un acto vacío y sin sentimientos de por medio.

– ¿Era eso lo que tenias con las demás? ¿Con Tanya?

Nos hizo cambiar de posición y se acurruco entre mis brazos recostada en mi pecho.

–Si, Bella, ya te lo he dicho antes; era solo sexo, algo vacío. Siempre tuve la sensación de que algo me faltaba, por un tiempo me conformé y estuvo bien pero ahora quiero todo lo que me perdí antes… cuando el sexo se hace con amor se convierte en el acto mas puro entre una pareja, y es cuando salen a flotes todos los sentimientos, o por lo menos así lo creo yo.

– ¿Y a ti, te… te gustaría hacerlo conmigo? —. La miré asombrado sin saber que decir…

¿Qué debería decir ahora? No sabia si lo decía en serio y aunque sus ojos parecían indicar que si, en el fondo sabia que aun no estaba lista.

–Quiero todo contigo Bella, y eso también significa que quiero hacerte el amor, pero se que no estas lista y no quiero hacer algo que nos haga dar pasos hacia atrás.

–Pero yo de verdad quiero estar contigo y no veo como eso pueda hacernos retroceder, no sabemos lo que pasara luego y no quiero perderme de nada estando a tu lado, entendí eso luego de contarte todo.

Tenía lógica pero lo pesimista no cabía aquí, ella parecía pensar que el tiempo juntos era contado, y no me gustaba eso, para nada.

–No quiero que te arrepientas Bella…

– ¿Por qué me arrepentiría? —. Preguntó ella interrumpiéndome.

–Porque no quiero que en el momento, recuerdes cosas que hagan que te alejes de mí. No lo soportaría—. Le confesé mis miedos.

–A eso mismo le temía yo—. Susurró. –Pero hemos dado grandes pasos juntos, ¡míranos ahora! Otro en tu lugar habría salido corriendo con toda esta situación.

–Probablemente, si, pero yo no soy cualquiera ¿cierto? —. Ella sonrió levemente.

–No, no lo eres.

–Sabes que te amo Bella, pero vayamos con calma en esto ¿si? No quiero que algo mas te lastime, y tampoco quiero que el recuerdo de él este entre nosotros.

Ella hizo una mueca de disgusto.

¡Vamos Edward! no te hagas de rogar, tu sabes que lo deseas. Si, lo hago, pero no quiero que nada manche ese momento.

–Esta bien, como tu quieras—. Aceptó de mala gana.

Sonreí sin poder evitarlo… era tan linda aun estado enfurruñada. Y lo mejor era el motivo.

– ¿Por qué sonríes así?

–Porque tengo a una novia enfurruñada muy linda—. Ella trató de no mostrar la sonrisa que se había formado en su rostro pero fallo miserablemente.

Su estomago gruñó. No nos habíamos alimentado y era hora de hacerlo.

Ella se sonrojó y se separó un poco.

– ¿Mi gruñona tiene hambre? —. Reí ante el golpe juguetón que me dio en mi brazo.

–Si, mucha—. Admitió.

–Bien, vamos a alimentarte, pediré algo al servicio de habitación ¿quieres algo en especial?

–Mmm… quiero pollo a la parmesana con ensalada y arroz blanco y de postre lo que tú quieras—. Dijo.

–Esta bien, mandare a llamar a los chicos para que comamos juntos aquí ¿quieres?

–Si por favor quiero ver a las chicas.

Salí de la cama a regañadientes y abrí la puerta para encontrarme con Carrigan y Mallón quienes estaban vigilando y al pendiente de cualquier movimiento extraño. Les pedí que avisaran a los demás para que vinieran a cenar con nosotros, así que avisaron a Frausto el tercer agente encargado de los demás y el se encargaría de traerlos.

Cuando volví a la habitación, Bella estaba cepillando su cabello y lo ataba en una coleta alta. No cambió su pijama, suponía que se sentía más cómoda así.

Espere hasta que todos estuvieran en la habitación para poder pedir la comida, pero Emmett decidió que era mejor bajar siguiendo las instrucciones de su padre y no usar ningún teléfono, así que lo hicimos Jasper y yo acompañados por Frausto. Utilizamos gorras y chamarras con capuchas y bajamos, tratando de no llamar mucho la atención parecía algo muy extremo y un poco loco pero nada importaba con tal de mantener la seguridad que teníamos en estos momentos.

Hicimos el pedido y nos mantuvieron esperando alrededor de media hora, habían insistido en enviar a alguien del servicio para que llevara el carrito con toda la comida, pero inmediatamente lo rechazamos alegando que lo haríamos por cuenta propia, el momento de pagar fue una odisea, casi cometo el error de utilizar una de mis tarjetas, pero Jasper arreglo que lo cargaran a la cuenta y ya nos encargaríamos de pagar todo en cuanto consiguiéramos dinero que no proviniera de ninguna de nuestras tarjetas, nadie noto el momento incomodo ni sospecharon nada. Era algo común que los huéspedes cargaran todo a la cuenta de su estadía en el hotel y luego pagaran un día antes de irse.

Al subir a nuestro piso y llegar a la habitación Emmett nos esperaba afuera con los dos agentes, mientras las chicas estaban cuchicheando dentro. No nos dejaron pasar hasta luego de un rato y por la insistencia de Emmett con que la comida se estaba enfriando.

–Mmm huele delicioso—. Rosalie llegó corriendo a nosotros y cogió su pedido de pollo a la naranja con vegetales, seguida de Emmett; con varias piezas de pollo a la plancha, arroz blanco, ensalada de papas y ensalada verde.

– ¿Te comerás todo eso? —. Preguntó Alice, señalando el banquete que Emmett había elegido.

–Rosie me deja agotado ¿tu que crees? —. Dijo el susodicho como si fuera lo más normal ganándose un golpe en la cabeza por parte de Rose y una mueca desagradable por parte de Alice y Jasper.

–No me interesa saber lo que haces con mi hermana Emmett. Gracias—. Bufó Jasper enfurruñado mientras los demás reímos.

–Aquí tienes lo que pediste preciosa—. Me acerqué a Bella y le tendí su plato con una leve reverencia. –Pollo a la parmesana con arroz blanco y ensalada, espero que sea de su agrado mi princesa—. Ella soltó una leve risita y me regalo un beso muy sonado en mi mejilla.

–Gracias mi príncipe.

Alice y Jasper habían pedido pasta en salsa Alfredo y algunas ensaladas a parte. Los agentes, también había hecho su pedido, pero decidieron comer afuera, a pesar de la insistencia de Bella en que se quedaran a comer con nosotros.

Bella y yo, nos acomodamos en los sillones, y los otros en la pequeña mesa de 4 personas que había en la habitación. El silencio era cómodo, Bella a veces picaba de mi pollo en salsa agridulce, y yo picaba un poco de su comida, dándonos ambos de comer.

Las bromas de Emmett estaban presentes de nuevo, todos estábamos relajados y riéndonos de vez en cuando por sus ocurrencias. Parecía que nada de lo ocurrido había sucedido, nadie menciono nada de eso y supongo que era mejor, cuando llegara el momento de enfrentar esos viejos fantasmas del pasado ya lo haríamos. Mientras tanto, teníamos la oportunidad de disfrutar entre amigos y con nuestras parejas, quizás no como lo habíamos planeado desde un principio, pero lo importante es que estábamos todos juntos y bien.

Después de comer decidimos jugar un poco a las adivinanzas, las carcajadas de Bella, por las muecas que Emmett hacia, eran lo mejor de mi noche, sabia que su hermano lo hacia para distraerla de pensar, y olvidarse de todo lo que estaba sucediendo, era como una terapia para todos. Sabíamos que la tormenta se avecinaba pero mientras eso sucedía disfrutábamos del momento.

Mi hermana saco su cámara y nos hizo varias fotografías, Bella estaba encantada, decía que tenia una pared limpia en su habitación exclusivamente para colgar retratos de sus mejore momentos y que colgaría muchas fotos de nosotros juntos.

Alice y Jasper estaban mas cariñosos de lo normal entre ellos mismos, mi hermana no dejaba de besarlo y parecía que no podían apartar sus manos el uno del otro, algo me decía que había pasado algo entre esos dos, por supuesto que no preguntaría después de todo soy un hermano protector y es mejor vivir en la ignorancia en algunas ocasiones.

La velada llego a su fin casi a las once de la noche; mi Bella se había quedado dormida, acurrucada entre mis brazos; tuve que cargarla para llevarla a la cama, la arrope con cuidado y deposité un beso suave en su frente para después volver con los demás que aun me esperaban.

Hice que saliéramos fuera de la habitación para que los murmullos no despertaran a mi bella durmiente, cerrando la puerta con sumo cuidado. Mallón era el único agente vigilando, al parecer se turnarían en cuidarnos por las noches, era lo lógico, los pobres tenían que renovar energías…

–Y bien ¿Por qué tanto misterio? —. Preguntó Rosalie.

–Es porque mañana es el cumpleaños de Bella ¿Verdad Edward? Emmett nos comento algo de eso hoy en la tarde —. Le sonreí a Alice porque ella siempre estaba en todo.

–Así es duendecillo, se que con todo lo que ha pasado se arruinaron los planes que teníamos desde un principio, pero eso no quiere decir que no podamos hacer algo especial para ella—. Sonreí al ver a todos asentir de acuerdo.

–Yo ya tengo su regalo desde hace semanas, mi madre me dio la idea—. Dijo Emmett orgulloso de si mismo.

–Yo pensaba cómpraselo aquí junto con Rose queríamos darle algo especial que significa mucho para las tres pero ahora con todo lo que ha pasado… —. Dijo Alice triste.

–Pero ya lo habíamos encargado Alice, lo mas probable es que este listo—. Le sonrió Rose animándola.

–Si, y lo mas probable es que hayan llamado miles de veces a nuestros celulares para avisar y te recuerdo Rose, que ninguna de las dos lo tiene a mano y tampoco podemos salir—. Dijo mi hermana frustrada.

Mallón se aclaro la garganta llamando nuestra atención.

–Si me permite señorita, cualquiera de nosotros puede salir a retirarlo, solo me tiene que dar el recibo de pago y así no tendrán que salir de aquí y exponerse—. Dijo el hombre con mirada seria.

Alice sin poder controlarse dio brinquitos y salto a abrazar al agente, que se veía algo sorprendido por su reacción.

– ¡Gracias, Gracias! —. Dijo ella.

–Bien, ya tenemos algo menos resuelto—. Dijo Jasper. —Igual yo tenía pensado comprarle algo aquí, ya veremos como nos organizamos mañana temprano para que uno de ustedes pueda ir y comprarlo—. Dijo mi amigo viendo a Mallón. —Supongo que tu ya tienes el tuyo Edward —. Asentí sonriendo en grande.

–Pero si necesito muchas rosas para mañana temprano—. Dije.

– ¿Rosas? ¿Para qué quieres rosas? —. Dijo Emmett escéptico.

–Ese no es problema tuyo Emmett—. Intervino Rosalie, parando la asomadita de hermano protector que se le salio a mi amigo.

–No te preocupes hermano yo me encargo de que tengas tus rosas mañana temprano—. Le sonreí a mi hermana agradeciéndole. —Rose y yo nos encargaremos de acondicionar todo en mi cuarto para sorprenderla los espero ahí a todos a la hora del almuerzo pero supongo que podremos venir a felicitarla antes de eso.

–Por supuesto—. Contesté. —Gracias a todos, los veo mañana Buenas noches.

–Buenas noches—. Dijeron al unísono. Los vi marcharse, cuchicheando entre ellos.

Entre a la habitación de la misma manera en que había salido, tratando de no hacer tanto ruido para no despertar a mi ángel que dormía placidamente en la gran cama. Me cambie de ropa rápidamente para acurrucarme junto a ella quien se removió al sentirme. Pase mi brazo a su alrededor y deposite un beso en su frente. Mi novia abrió sus ojitos adormilados y me sonrió abrazándose a mí.

– ¿Ya se fueron todos? —. Preguntó en un susurro.

–Si amor, acaban de irse—. Acaricie su rostro y le sonreí. Mire el reloj que colgaba en una de las paredes. Prácticamente ya era su cumpleaños. —Feliz cumpleaños nena—. Su rostro se ilumino y sonrió en grande.

– ¿Qué hora es? —. Preguntó.

–Son las doce y veinte, ya pasa de la media noche así que prácticamente ya es tu cumpleaños.

–Bueno, nací a las cinco de la mañana con diez minutos, así que digamos que aun faltan algunas horas para mi cumpleaños.

–Yo solo quise ser el primero—. Susurré cerca de su boca.

–Lo eres—. Dijo. –Y te amo más por eso.

–Yo también te amo nena, más de lo que te puedes imaginar.

Acorté la distancia que había entre nuestros labios sintiendo su dulce aliento al acercarme a su boca y la besé… la besé con todo el sentimiento que había en mi, haciéndole sentir mi amor por ella.

Sus labios se movían al compás de los míos, eran tan suaves y dulces ¡adoraba sus besos! La manera en que sus labios se amoldaban a los míos era como si fueron creados exclusivamente para besarme. Mordí levemente su labio superior chupándolo y pasando mi lengua por el, pidiendo permiso para profundizar el beso. Permiso que fue concedido por mi chica. Ella sonrió y nuestras lenguas empezaron una lucha apasionada. No se cuanto tiempo había pasado pero sentía que estaba en el cielo y no quería bajar de ahí.

Mi cuerpo reaccionaba a ella y mi excitación se hacia presente, no quería asustarla, pero los gemidos que ella soltaba entre suspiros, iban a parar justamente ahí y no sabia por cuanto tiempo podría controlarme sin llevar esto a otro nivel. Sus dedos se enredaron en mi cabello jalándolo y apretándome más a ella, haciéndome gruñir en el proceso, una de sus manos bajó y acarició mi pecho de manera tímida mientras yo apretaba mi agarre en su cintura y por instinto la atraía mas a mi, se sentía tan apretado pero putamente genial.

Suavemente empecé a bajar la intensidad del beso dándonos a penas suaves roces. Su respiración y la mía eran agitadas, ambos sonreímos y nos abrazamos al instante comunicándonos sin palabras. Por hoy había sido suficiente.

–Gracias por estar conmigo Edward… eres lo mejor que me ha pasado—. Se apretó mas a mí depositando un suave beso en mi cuello.

–Pienso exactamente lo mismo nena. Eres lo más valioso que tengo…—. Ella sonrió y se acomodó a su antigua posición, para volver a dormirse entre mis brazos.

–Buenas noches Edward

–Buenas noches mi amor…

.

.

.

No había podido dormir. Tenia mariposas en la boca del estomago que me impedían cerrar los ojos, me levante a las seis de la mañana ante los golpes suaves en la puerta, sabia que era Alice, así que me levante con mucho cuidado de la cama y sonreí al ver a mi novia fruncir el ceño al no sentirme ¿seria capaz de saber eso hasta cuando dormía?

Caminé hasta la puerta y le abrí al terremoto que tenia por hermana ella, aun estaba en pijama, y sonreía feliz. Detrás de ella estaban los tres hombres que velaban por nuestra seguridad, repletos de ramos rosas de todos los colores y un carrito del hotel con muchas más, incluso Alice tenia las manos llenas… ¿Cómo le había hecho para conseguir tantas y tan temprano? Seria mejor no preguntar, Alice tenia sus métodos, ella era chiquita pero letal, estaba seguro, que había movido mar y tierra con tal de conseguir todo eso.

– ¡Buenos días hermanito! —. Canturreo contenta.

–Buenos días Alice… señores—. Dirigí la mirada hacia los hombres y les sonreí disculpándome porque la pequeña terremoto los molestara tan temprano.

Les hice señas para que pasaran y dejaran todo sobre la mesa y los sillones que estaban ahí… ellos salieron de inmediato después de que les diera las gracias, dejándome solo con Alice.

–Bien… ¡manos a la obra! —. Dijo la pequeña saltando entusiasmada.

Ella me ayudo a colocar las rosas por toda la habitación y me dio la idea de escribirle a mi chica algo bonito en las tarjetas que traía cada ramo, y lo hice poniendo mi corazón en cada letra.

Cuando Alice se fue, después de que le agradecí muchas veces y me hizo decirle que era la mejor hermana del mundo corrí a esparcir pétalos por el suelo tal como ella también me había aconsejado.

Pero al verla a ella aun durmiendo y viéndose tan hermosa, no dude en esparcir pétalos de rosas a su alrededor. Su cabello estaba regado como una cortina en mi almohada y regué varios pétalos en el, parecía una diosa durmiendo. El color de su piel contrastaba contra el rojo de las flores… ¡estaba ansioso por verla despertar! Pero antes tenia que ir por el desayuno. Ella seria tratada como una reina el día de hoy.

Me di un baño rápido, y me vestí para poder bajar por el desayuno de mi novia.

Pedí una cantidad exagerada de comida pero quería consentirla, con todo lo que le gustaba. Igual ha como hice el día anterior con Jasper, pedí que cargaran todo a nuestra cuenta y subí de regreso a la habitación.

Los agentes estaban en sus posiciones y casi podía jurar que vi un atisbo de sonrisa en sus rostros, me sonrojé un poco, pero me recuperé al instante. No había nada de que avergonzarse porque quisiera mimar a la chica que amo.

Al entrar a la estancia, acomodé el desayuno a como quería que se viera y deposité una rosa roja y una blanca en un pequeño jarrón de vidrio en la charola de su desayuno. Cuando todo estuvo tal cual lo quería, me escondí para que ella no me viera, pero donde yo si pudiera ver su reacción.

Solo me quedaba a esperar a que mi bella durmiente despertara….

By: Angel


¡Hola chicas! Se que he tardado mucho en actualizar pero ¡aquí esta! me costo mucho escribir este capitulo, lo reescribí mas de tres veces porque no me sentía conforme, siempre había algo que no me convencía y volvía a editarlo…

Espero que les guste como quedó… :) ahora paso a preguntarle ¿Qué tal la reacción de Edward? Sinceramente iba a hacerlas sufrir un poquito con eso pero no tuve corazón, quizás mas adelante XD.

En el próximo capitulo verán la reacción de Bella con la sorpresa de Edward a demás de cómo se sintió al contarle a el… y algo que ella hablo con las chicas pero que no se vio en este Cap… Entre otras cosas )

¡Nos leemos pronto! Y no olviden que agregarme en facebook y unirse al grupo ;)

Muchas gracias por sus reviews y por las chicas nuevas que me han agregado a sus favoritos y alertas… un beso a todas.

AngelTwilighter.