Esta historia no es mia , pertenece a la escritora L.J Smith y se vasa en el libro Night World 2 , los personajes tampoco son míos pertenecen a Rumiko Takahashi
LAS ELEGIDAS
Sucedió en la fiesta de cumpleaños de Kagome , el día que cumplía 5 años.
-¿podemos entrar en los tubos?
Celebraba su cumpleaños en una feria ambulante y encontró en ella la mayor estructura de tubos y toboganes a los que encaramarse que había visto nunca.
-Muy bien,gatita-consintió su madre con una sonrisa-pero cuida de no es tan rápido como tu.
Fue lo ultimo que le dijo su madre.
De todos modos,Kagome no necesitaba que se lo recordasen porque ella siempre cuidaba de Sota , que tenia un mes menos que ella y ni siquiera iría al jardín de infantes el año pequeño tenia el cabello negro,ojos azules y una sonrisa muy dulce;los cabellos de Kagome también eran negros,pero sus ojos eran color marró como un par de como el chocolate.
Mientras trepaban por entre los tubos no dejo de ir mirando hacia atrás ara no perder de vista a su compañero,y cuando llegaron a una larga hilera de peldaños acolchados de vinilo (resbaladizos y de los cuales resultaba fácil caerse)le extendió una mano para ayudarlo a subir.
Sota le sonrió radiante;sus ojos azules brillaban de pura adoració ambos hubieron gateado hasta lo alto de la escalera,Kagome le soltó la mano.
Mientras se dirigía hacia la telaraña (una "habitación" construida totalmente con cuerda y red) la pequeña iba echando continuos vistazos , cada dos por tres, por una ventana en forma de ojo de buey que había en los tubos ,por la que veía a su madre , que la saludaba desde entonces otra madre llego para hablar con la suya y Kagome dejo de mirar al padres nunca parecían capases de hablar y saludar al mismo tiempo.
Concentro la atención en recorrer el tubo , que olían a plástico con un toco de calcetines usados. Fingió que era un conejo en el túnel y no perdió de vista a Sota...hasta que llegaron al pie de la telaraña.
Se habían adentrado mucho hacia la parte posterior de la estructura , y no había otros niños por allí , ni mayores ni pequeños; no se oía pragmáticamente nada . Una cuerda blanca con nudos e intervalos regulares se alzaba por encima de Kagome , hasta una gran altura; conducía hasta la telaraña misma
-De acuerdo , tu te quedas aquí y yo subiré y veré como puedes hacerlo-le dijo a Sota
Era una especia de mentira,porque lo cierto era que no creía que Sota pusiera lograrlo,pero si esperaba que el lo hiciese , ninguno de los dos subiría
-No,no quiero que vayas sin mi-le rogó Sota
-solo tardare un segundo-respondió ella;como sabia que era lo que el temía, añadió-Ningún niño mayor te vendrá a empujar
Sota seguía mostrándose dubitativo,por lo que Kagome inquirió un tono serio
-¿no querrás comer pastel de helado cuando vallamos a mi casa?
Ni siquiera era una amenaza pareció confundido, aunque enseguida suspiro pesadamente y asintió
-Bien,esperare
Y aquello fue lo ultimo que Kagome le oyó decir
Escalo la aun mas alto de lo que había imaginado,pero cuando llego a lo mas alto fue mundo entero era una masa de malla serpenteante en movimiento , y tubo que agarrarse con ambas manos para mantener el equilibrio e intentar enrollar sus pies en los bastos e inconsistentes pedazos de cable. Podía sentir el aire y la luz del sol . Lanzo una carcajada jubilosa y brinco , contemplando los tubos de plástico de colores que la rodeaban.
Cuando volvió a bajar los ojos para mirar a Sota,este ya no estaba allí
Kagome sintió un nudo en el tenia que estar ahí. Había prometido esperar.
Pero no estaba; podía ver toda la habitación acolchada de abajo de la telaraña desde su posición, y estaba vacía.
De acuerdo, debe de haber regresado por los tubos. Kagome inicio la marcha , avanzando entre tropezones y oscilaciones, de un asidero a otro , hasta llegar a la cuerda. A continuación descendió rápidamente por ella e introdujo la cabeza en el tubo , pestañeando en la penumbra.
-¿Sota?
Su voz sonó como un eco amortiguado. No hubo respuesta y lo que pudo ver del tubo estaba vació.
-¡Sota!
Kagome empezaba a notar una sensación muy desagradable en el estomago. Mentalmente, seguía oyendo las palabras de su madre: "Cuida de Sota". Pero no había cuidado de el ; y podía encontrarse ya en cualquier parte, perdido en la gigantesca estructura
