Es como cualquier gato… ¿No?

Amu se preparaba para otra noche llena de mucho, mucho sueño y dormitar.

Era un simple sábado. Y quería estar muy cuerda al día siguiente para lo que haría. El comienzo de una tesis.

Si, Amu Hinamori no era más que una simple adolescente entrando a la adultez. Era de esa típica chica que vivía en un apartamento tan pequeño como una caja de zapatos, en medio de una gran ciudad, sola y estudiando en la universidad.

Bueno… No tan sola. Tenía un compañero que la recibía alegremente todas las tardes luego de regresar de la escuela. Uno que había adoptado como "compañero de apartamento" de esos que viven con otros chicos o chicas para poder pagar el alquiler. Un compañero que comía junto a ella en el desayuno, y velaba – a escondidas de Amu – los sueños de ella.

Pues, ese compañero, era nada más y nada menos que un simple gatito negro.

— ¡Al fin! Pijama, listo. Dientes cepillados, listos. Cabello peinado, ugh… Listo. Gato junto a mí… Gato… ¿Ikuto? ¿Dónde estás? ¡¿Ikuto?! — un maullido perezoso, mostrando aburrimiento se escuchó en la ventana de la habitación, luego de que Amu prácticamente gritara para que la escuchara toda la cuadra.

Ikuto – como se llamaba el gato de Amu – era un poco perezoso y mimado. Su pelaje tiraba a azul zafiro, y en los únicos momentos del transcurso del día que se le veía emocionado, era cuando su dueña se levantaba, se duchaba – algo extraño – y cuando volvía de la universidad.

Amu se encargaba de darle mimos y palabras cariñosas antes de irse del apartamento, por lo que Ikuto era prácticamente una joya para Amu.

Es por eso tanta preocupación cada noche, y cada segundo de cada día.

El gato saltó del marco de la ventana hacia la cama, dando pequeñas vueltas sobre la almohada antes de acostarse. Miró con sus enormes ojos felinos a su dueña. Y Amu pensó por un momento que sus ojos soltaban sentimientos… Como si fueran ojos humanos.

—Gato travieso. Siempre dándome sustos. — Le amasó su pelaje con su mano antes de cerrar sus ojos — Buenas Noches Ikuto.

Lo que no sabe Amu, es que ese felino que tenia de mascota la protegía, la seguía todos los días a la universidad, le corría los pretendientes, le hacia maldades secretamente, la amaba. Todo eso… Porque no era un simple gato.

Porque cuando Amu miraba sus ojos, y veía rasgos humanos, su mente no deliraba.

Es como cualquier gato… ¿No?

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YAAAAHOOOOOOOOOOOOOOOOO

Hola personas.

Felíz Navidad. Espero que les haya gustado este intento de One Shot. El primero, que espero sea de muchos mas.

En fin… Besitos y… Ja Ne! :D