Hola!Aquí os traigo el epílogo después de tanto tiempo.

Como excusa diré que no prometí nada xq sabía que no iba a tener muxo tiempo hasta terminar la uni y se q es muy frustrante esperar, es mi último año de carrera y el segundo cuatrimestre ha sido horrible, muxos trabajos, las prácticas, el trabajo d fin de grado... en fin un estrés, suerte q ya he terminado.

De todas maneras y, aunque no lo hubiese prometido, al leer vuestros comentarios sentí q debía hacer este capitulo como agradecimiento.

Espero que os guste y lamento la espera.

***Capítulo 3- Epílogo***

Primavera, la estación de las flores, esa que va después de la más fría y antes de la más calurosa. A Kouga le gustaba la primavera, los lobos realizaban sus tareas con más alegría y ganas, los rayos del sol y el verde de las montañas los llenaban de energías después de un largo invierno en donde el frío, el blanco de la nieve y el gris de la vegetación rodeaban todo el paisaje. La caza también era más abundante durante esa estación debido a que los animales que hibernaban salían de su largo letargo para reponer fuerzas y alimentarse. Si, definitivamente la primavera le gustaba.

Aunque no todo era bueno en primavera, tenía un pero, y es que era la estación más lluviosa de todas y con la lluvia poco se podía hacer, y desgraciadamente para el joven líder hoy era uno de esos días.

Había salido a cazar con un grupo pequeño, como todos los días, cuando en mitad de la persecución de una de sus presas una gran tormenta acompañada de grandes rayos los había sorprendido. Normalmente habrían seguido cazando bajo la lluvia, aunque lógicamente la tarea se les habría complicado bastante, pero al tratarse de una tormenta con rayos no quiso arriesgarse, por lo que rápidamente y por su seguridad regresaron a las cuevas y desde entonces llevaba una hora y media sentado en las pieles de su cama con los brazos cruzados y los ojos cerrados escuchando las estupideces de sus compañeros.

Ginta y Hakkaku se habían acercado a su cueva al poco de llegar, para saludar al pequeño Shou y Ayame había aprovechado esa oportunidad para escabullirse vilmente hacía unas aguas subterráneas que habían en las cavernas y así poderse relajar un rato. Él había querido acompañarla pero la joven pelirroja había dicho, señalando a sus dos amigos, que ni loca los dejaba solos con su hijo y Kouga no había tenido más remedio que darle la razón.

Así que ahí estaba aguantando a esos dos a medida que un ligero dolor de cabeza se empezaba a apoderar de él como consecuencia de tantas tonterías que estaba escuchando en tan poco tiempo.

-Se parece a Kouga-comentaba Ginta mientras sacaba la lengua al pequeño que se encontraba tumbado en una especie de cuna de madera.

-Si, pero tiene los mismos ojos que la señorita Ayame- el pequeño río con ganas ante las muecas que le hacían y Hakkaku añadió- y parece que también su carácter.

-¿Tú crees?- cuestiono su compañero.

-Si, estoy seguro. Si hubiese salido a Kouga seguro que no se reiría tanto.

-Tienes razón- reflexionó Ginta- Si fuese como Kouga seguro que nos habría tirado el juguete-dijo señalando a un lobo de madera que tenía el pequeño entre sus brazos.

Él joven líder ante ese comentario estalló-¡Bueno, ya esta bien, largaros de una vez!- exclamó poniéndose de pie y acercándose a donde estaban ellos.

-Pero Kouga, queremos estar más rato con el pequeño Shou-se quejó Ginta

-Sí, además no queremos volver a la cueva común, estamos muy apretujados y huele a lobo mojado- apoyó su compañero.

El joven líder sabía a lo que Hakkaku se refería con ese comentario. Los machos solteros de la tribu vivían en una misma caverna todos juntos así como las hembras solteras lo hacían en otra. Las parejas acopladas eran las únicas que gozaban del privilegio de algo más de intimidad en un conjunto de cavernas comunicadas entre sí, si así lo requerían; y por supuesto el líder y su compañera tenían una un poco más grande y bien situada.

-Me importa una mierda. Esta anocheciendo y Shou necesita dormir, así que largo.

Ginta y Hakkaku le miraron con su mejor cara de pena pero al ver que Kouga no cedía se despidieron del pequeño y de su líder y luego desapareciendo por la puerta dejando así un pequeño silencio en la habitación.

Kouga suspiró. "Por fin un poco de paz" pensó. Lentamente se acercó a la cuna en la que se encontraba su hijo y lo observó con detenimiento. Había pasado seis meses desde su nacimiento y todavía le costaba creerse a veces que era padre. No lo había esperado tan pronto, aunque si lo pensaba fríamente Ayame y él habían sido bastante activos sexualmente por lo que, que se quedara embarazada era algo previsible, pero tal vez el echo de no haberlo planeado y que se hubiese enterado cuando Ayame ya estaba de cuatro meses era lo que le había provocado esa extraña sensación de irrealidad. Pero aún cuando todavía tenía que acostumbrarse a su faceta de padre, estaba seguro de que era algo de lo que disfrutaba como ninguna otra cosa en el mundo y de que su hijo era lo más importante para él, junto con Ayame.

El pequeño lo miraba con sus curiosos ojos verdes mientras se llevaba un pie a la boca y lo llenaba de babas. Kouga no podó evitar sonreír ante ese gesto y Shou al verlo se río, soltó su pie y extendió sus pequeños bracitos hacia su padre mientras abría y cerraba las manitas dando a entender con ese gesto que quería que lo cogieran. El joven padre así lo hizo y el pequeño gorjeó de felicidad.

Kouga lo apoyó delicadamente contra su pecho desnudo dejando que la cabeza del pequeño asomase entre el hueco que se encuentra entre su cuello y el hombro. Aprovechando la situación Shou agarró un mechón del cabello de su padre y empezó a jugar con tirando ligeramente de él y queriéndoselo llevar a la boca, este al notar el ligero tirón miró a su hijo de reojo.

-¡Eh! No se juega con el pelo de papá- Exclamó mientras se lo quitaba de las manos cuidadosamente.

Él lo miró unos segundos con curiosidad y luego se rió mientras levantaba los brazos hacía la cabeza de su padre. Al parecer ya había encontrado otra cosa que llamaba su atención, y parecía ser la banda que solía llevar Kouga en la cabeza. Este al ver de lo que se trataba suspiró.

-¿Esto es lo que quieres?-le preguntó mientras se la quitaba con la otra mano que tenía libre.

Shou agitó las manos con fuerza dando a entender que así era.

-Eres un consentido-sentenció sonriendo mientras se lo daba y el pequeño la cogía contento.


Ayame se encontraba en la gloria, que podía haber mejor que un baño relajante en un día de lluvia, pesaba mientras se dirigía a la cueva que compartían ella y Kouga. A medida que se iba acercando intuyó, por el silencio, que Ginta y Hakkaku no debían estar ya allí. Esos dos eran tan ruidosos que se les podía oír a bastante distancia, seguro que Kouga los había terminado echando.

La pelirroja rió ante esa idea mientras entraba en su cueva y posaba sus ojos esmeraldas en el interior de ella, en ese instante su sonrisa cambio de una divertida a una de completa ternura ante la imagen que se encontró.

Ahí, delante de ella, estaban dos de las tres personas que más amaba en el mundo, en una imagen que nunca olvidaría. De espaldas a ella y con el torso descubierto se encontraba su compañero y por el hueco que formaba la unión de su cuello con su hombro, asomaba la pequilla cabecita, con ligeros mechones negros, de su hijo y una de sus manitas, la cual parecía sujetar un trozo de tela que Ayame supo identificar como el de la banda que solía llevar Kouga en la cabeza. Sonriendo la pelirroja se acercó silenciosamente hasta ponerse justo detrás de él.

-Es hermoso, ¿verdad?- susurró a su oído para no despertar al pequeño.

Kouga que había percibido su aroma desde que entro se rió.

-Si, lo es-contestó mientras lo depositaba con sumo cuidado sobre las pieles de su cuna y le dedicaba una última mirada antes de darse la vuelta para fijar sus ojos directamente en su compañera.

-¿Hace cuanto se han ido Ginta y Hakakku?- preguntó entonces con curiosidad. Quería saber si su compañero había podido soportarlos más de quince minutos.

-No hace mucho- hizo una pequeña pausa y agregó frunciendo el entre cejo- La verdad es que los tuve que echar porque estaban empezando a decir tonterías y no quería que contagiaran a Shou su estupidez, además se estaba haciendo tarde y tenía que dormir.

Ayame se río ante ese último comentario y Kouga la miró con levantando una ceja sin entender.

-¿Qué es tan divertido?

-Tu modo de cuidar de Shou.

-Solo intentó ser un buen padre- contestó desviando la mirada hacía un lado algo sonrojado.

-Y lo eres- sentencio su compañera dándole un leve beso en los labios. Pero cuando ella dio el beso por concluido y separó levemente sus labios de los de él, Kouga la agarró por la cintura acercándola más a su cuerpo y esta vez fue él el que la beso. Su beso, al contrario del que ella le había dado hace unos segundos, no era suave ni delicado, el suyo estaba cargado de ferocidad y pasión, y a cada momento lo profundizaba más, hasta que debido a la falta de aire, ambos tuvieron que separarse levemente manteniendo sus frentes unidas.

-¿A que ha venido eso?- preguntó divertida y curiosa por su repentino arranqué de pasión.

-Bueno, quería agradecerte el haberme dado un hijo tan maravilloso y había pensado en que si la primera vez podemos hacer algo tan perfecto, imagínate como saldría a la segunda.

Ayame lo miró interrogativamente-¿Quieres otro niño?

-Por supuesto- contestó observando atentamente a su compañera.

-Pero Kouga, Shou todavía tiene meses, ¿No crees que es muy pronto?

Ayame también quería tener más cachorros, pero todavía lo veía algo pronto, hacía solo seis meses que Shou estaba con ellos y quería disfrutar más de su hijo sin tener una enorme barriga que le impidieses hacer algunas cosas con él.

-Oh si, no estoy hablando de tenerlo ya, sino cuando Shou haya crecido un poco más y pueda ser algo más independiente. Pero mientra tanto, podemos practicar ¿no?- preguntó dándole una de sus características sonrisas lobunas que tanto le gustaban a la pelirroja.

Ella se río divertida y recorriendo con uno de sus dedos el definido torso de su compañero, preguntó fingiendo inocencia- ¿Y cuando quieres empezar esas prácticas?

Kouga la apretó más a él y le mordió suavemente el lóbulo de la oreja provocando que un suspiro de places se escapase de los labios de su compañera.

-Ahora-Contestó para a continuación juntar sus labios con fuerza con los suyos y empezar así su particular lucha por la dominación.

Ayame envolvió sus brazos alrededor del cuello de su compañero a la vez que con un pequeño impulso pasaba a rodear con sus piernas su cadera. Kouga la cogió con una mano mientras que con pequeños pasos la llevaba hasta la cama de pieles que compartían todas las noches. Una vez ahí la fue depositando lentamente sobre ellas, sin separarse de la pelirroja en ningún momento mientras se apoyaba en la cama con la otra mano que tenía libre para no depositar todo su peso sobre ella y evitar así aplastarla.

Una vez la tuvo tumbada justo debajo de él, la observó detenidamente. Ayame era hermosa y no entendía como le había costado tanto tiempo darse cuenta. No era una belleza delicada como sería la de Kagome, ella era una belleza rebelde, salvaje, con su cabello pelirrojo brillante como el fuego y sus ojos verdes del color de la hierba mojada en primavera. Era absolutamente perfecta para él. Pero no era eso lo que había terminado conquistándolo, en realidad lo que más le había atraído de su compañera había sido su personalidad. Era tenaz, decidida y fuerte como ninguna otra mujer que había conocido, pero también tenía un lado delicado que mostraba en muy pocas ocasiones y que él no había podido ver hasta el día que se entero que estaba embarazada y ella había mostrado su vulnerabilidad ante el miedo a su rechazo.

-Te amo Ayame- sentencio mirándola a los ojos con firmeza.

Ella se sonrojo por la intensidad con la que había dicho esas palabras y no pudo más que sonreír llena de felicidad y responder con toda la sinceridad de su corazón – y yo a ti.

A continuación se fundieron en un intenso beso para continuar en donde lo habían dejado recorriendo con sus manos el cuerpo del otro y despojándose poco a poco de la ropa que cubría sus cuerpos y que tan poco necesitaban en ese momento.

Ayame recorrió con sus manos el definido cuerpo de su compañero desde su bajo vientre pasando por su abdomen trabajado hasta llegar a sus hombros para luego volver a descender por su espalda. La joven pelirroja gimió de satisfacción, amaba a Kouga, lo quería y lo necesitaba, lo necesitaba en ese preciso momento, hoy no quería preliminares, a pesar de lo mucho que disfrutaba de ellos, quería que la poseyera ya, necesitaba sentirlo de esa manera, en ese instante; así que abrió ligeramente las piernas y arqueó su espalda hacía él dándole a entender lo que quería.

Kouga sonrió comprendiendo perfectamente lo que su compañera le estaba pidiendo. Sin querer hacerla esperar ni un segundo más e impulsado por su propia necesidad de que sus cuerpos se fundieran en uno, se hundió dentro de ella comenzando así con su particular baile de amor que culminó con un enorme estallido de placer para ambos.

Minutos después de haber alcanzado el clímax y después de que sus respiraciones se normalizaran, Ayame se había acomodado sobre su pecho y había sucumbido al sueño. Kouga, que se encontraba acariciando la espalda de su compañera con delicadeza, miró a su alrededor y una sensación de felicidad completa le recorrió todo el cuerpo. Nunca pensó que podría ser tan feliz. Tenía todo lo que un hombre podía esperar de la vida, era líder de la tribu, con una esposa perfecta para él y un hijo sanó, y eso era más de lo que nunca habría imaginado.

Sus ojos azules, en ese momento se pararon en la entrada de la cueva desde la que se podía ver que todavía continuaba lloviendo en el exterior y con una gran sonrisa pensó que igual no estaban tan mal los días de lluvia.


Pues hasta aquí este fic. Espero no haber decepcionado a nadie y que no haya quedado muy pastelón, la verdad es que no sabía muy bien como hacer el epílogo, sabía que quería que saliese el bebe pero no se me ocurría nada y al final salio esto jejej.

Mi agradecimiento a todos los que han leido el fic y en especial a:

Al Shinomori: Si, el segundo fue un poco más corto, error mío. Cuando dividí el fic en 2 capitulos pensé que los había hecho más o menos = pero el 1º tiene una hoja más de Word XD. Y gracias a ti por leerlo y comentar.

Lulu Bunny: Si jajaja, Kouga haría cualquier cosa por ellos. Espero q en el epilogo haya quedado bastante claro. Siento haber tardad tanto pero espero q te guste.

wolf chan: Gracias por comentar y ojala q el epilogo sea ese algo que sentías q le faltaba al segundo capitulo.

elle lawliet: Muxas gracias por tu comentario.

break beyond: gracias x el cumplido!Y, si, viva el Kouga&Ayame! Me gustan las parejas que no son tan evidentes, es más divertido cuando no sabes como van a terminar. A veces terminan bien, como esta y otras te lo dejan demasiado a la imaginación. Ah! Y siento no haber contestad a la pregunta pero no sabía donde hacerlo además de que no estaba segura en ese momento de hacer el epilogo o no.

Acid Yaoi: jajaja, no soy tan mala, además lo que había entre ellos era una confusión. No es que Kouga no la quisiera, es que no se lo había demostrado muy bien y encima Ayame escuxa esa conversación, pues apaga y vámonos jajaj

kasbek green: gracias!, si es una pareja que tiene pocos capítulos pero los suficientes como para entre vez q hay algo entre ellos.

KenYako: Si. La gente a veces da por sentado q las otras personas saben lo que sientes por ellas pero muxas veces no es así y no viene mal decirlo de vez en cuando. Me alegro q te haya gustad

Hatsuki Y Masaru: graciasss! Y me gusta q te haya emocionado, eso me hace sentir que he hecho un buen trabajo

Blue-Azul-Acero: La verdad es que no se si lo refleje muy bien, no es q Kouga no quisiera a Ayame, sino que no se lo había demostrado adecuadamente. Él pensó q al estar junto a ella y darle besos se entendía que la quería, por eso en cuanto supo lo q le pasaba se lo dejó claro. Hay personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos con palabras y yo creo q Kouga es de eso. Por muxo q le dijese a Kagome q fuera su esposa y la quisiera no creo q estuviese enamorado de ella. Amar son palabras mayores y a mi personalmente me cuesta decirlas, hasta escribirlas en el fic lo encontraba difícil. Creo q no es malo no estar todo el día diciendo te amo, xq así cuando lo dices suena más verdadero, desde mi opinión claro, pero si hay q decirlo de vez en cuando y creo q Kouga a aprendido eso jejej.

En cuanto a Ayame,si q entendí lo que querías decir. Es verdad q ella es más directa y decidida, y que no se calla nada, pero ahí no era solo ella sino también el bebe y quería plasmar un poco ese grado de preocupación y miedo ante su futuro y el de su hijo. Ayame es fuerte y siempre lo será, pero hasta los más fuertes tienen sus momentos de debilidad.

De todas maneras gracias x el comentario, me gusta saber lo q pensáis y espero q con mi explicación y el epilogo estes mas satisfex

Wolfmika: Muxas gracias!Disfruta el epilogo y lamento la espera.

Guest: La uni muy bien, me faltan un par de notas, pero con suerte termino este año!Me alegro q te gustara y aunq tarde, aki esta el epilogo.

Addi Winchester: Pobre Kouga, si en el fondo es muy bueno, aunq algo despistado jejje

Rosekagome22:Q malos q son los hombres XD. Si hay pocas historias a ver si la gente se anima, graciaas x comentar.