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03 - Mientras está herido


Si había una situación parecida al fin del mundo, era cuando Scott realmente se molestaba

-¡No me salgas con tus malditas evasiones de niño estúpido! Si tienes algo que decir, ¡suéltalo de una vez! ¡No tengo tiempo para perderlo con estas idioteces!

Pero el asunto se podía poner peor, cosa que sucedió

-Yo soy el que no tiene tiempo, ¿quieres dejar de inventar pretextos e irte a la mierda? Suficiente tengo que andes sobre mí todo el día como para aguantarte estos dramas inútiles

Un Glen iracundo de verdad era infinitamente más aterrador

¿Qué pasaría si esas dos fuerzas chocaban en sus peores momentos?

Simple: el mundo tal y como lo conocían dejaba de existir

Y eso era lo que precisamente presenciaba: en cuanto llegaron de la escuela, el pelirrojo empujó con agresión al de ojos oliva contra la pared de la sala y empezó a gritarle algo que ninguno entendió

Contrario a la calma que se esperaba del segundo mayor, le respondió con la misma fuerza y ocupó frases que en verdad lastimarían a cualquiera. Scott no quiso perder e inició con violencia física; Glen olvidó el método de dejarlo pasar y respondió

Apenas tuvieron los gemelos y él tiempo de resguardarse escaleras arriba cuando los objetos comenzaron a volar y a quebrarse sin importar el costo. Las crueles palabras, los golpes, los daños hicieron eco en las "pacíficas" paredes del hogar creando una cristalizada sinfonía que le arrancó escalofríos

¿Qué sucedía? ¿Por qué peleaban así? ¿Es que no les interesaba si se dañaban de verdad? Y eso también lo decía por el de ojos verde botella, que a pesar de odiarlo y quererlo lejos, no pensaba que ese fuera el medio para calmarlo

Y su hermano favorito… ¿por qué de repente peleaba de aquel modo? Con esa expresión… se parecía a Scott

-¿A quién le dices inútil, idiota? ¡No soy el imbécil que olvidó cerrar la boca!

-Jah, no soy de la clase de persona que habla de cosas que no le incumben, ¡como tú! Eres el tarado que se delató solo, ¡no quieras cargarme tus estupideces como si no tuvieras nada que ver!

Otro florero voló

El sillón se volteó y el ruido de sus cuerpos estrellándose contra el suelo resonó

-O-Oigan – dijo en voz baja -¿No deberíamos hacer algo? Si siguen así…

-Tiene razón –apoyó extrañamente Ryan –A este paso, no solamente acabarán con la casa, sino que visitarán el hospital

-Quizá es lo que necesitan – respondió Bryan –Si no se desquitan ahora, explotarán de forma desastrosa después y contra el primera diablo que se les cruce – suspiró –Y no sé ustedes, pero yo no soy capaz siquiera de acercarme

-Yo tampoco

-P-Pero…

Lo calló el sonido de la puerta abriéndose y la figura de su madre con las bolsas de las compras

Mierda

Lo único que se les ocurrió de inmediato fue esconderse en sus respectivas habitaciones

Si había algo más aterrador que Scott y Glen peleando, era que su mamá interviniera

Cerró la puerta con llave, y ocultándose debajo de la cama en compañía de Pércival, esperó…

Durante la siguiente hora no hubo ruidos de golpes y cosas quebrándose, aunque sí de gritos… muchos gritos de su progenitora y de ambos hermanos

Era la primera vez que oía al de ojos oliva tan… enojado… sin paciencia, sin respeto, sin cordura…

No sabía lo que lo alteró a ese grado, pero juraba que nunca de los nunca lo haría

El espectáculo terminó cuando, para su gran terror, se oyeron unos pasos apresurados subiendo por la escalera, recorrer el pasillo y finalizar con un azote al unísono de dos maderas

Todavía dejó pasar algunos minutos antes de asomar la cabeza hacia afuera, cosa que aparentemente también se les ocurrió a los gemelos, puesto que los vio casi de inmediato

Apenas se plantearon bajar cuando miraron a mamá a la misma altura

-Ayúdenme a limpiar –fue lo único que dijo antes de bajar otra vez, y se limitaron a obedecer: no querían formar parte de la crucifixión

Antes de seguir a sus hermanos, observó por un segundo la puerta de Glen

Le dio miedo su expresión… y tampoco imaginó qué sería capaz de enfrentarse a la par con Scott… ¿pero por qué? ¿Y qué lo habría sacado de quicio?

… ¿Estaría muy lastimado?

-Arthur, ¡muévete! – le llamaron a la vez - ¡También tienes que poner de tu parte!

Quería preguntar, aunque en ese estado…

-Sí, sí, ¡no tienen que decírmelo!

Lo mejor sería esperar un poco más… ¡pero definitivamente más tarde intentaría hablarle!

Sólo deseaba que no resultara demasiado mal…


Bien… y ahí estaba él: delante de la puerta de su hermano preferido y con el botiquín del baño entre las manos

Quería tocar, sin embargo, las piernas le flaqueaban tal y como a una gallina cobarde… ¡y n-no tenía sentido, ¿cierto?! Después de todo, ya habían pasado más de 4 horas desde el conflicto y casi se acercaba el tiempo de dormir… ¡seguro que ya se le pasó el coraje!

Quien sabía, porque si hubiese sido su caso, aún estaría con las ganas de arrancarle la cabeza a alguien… ¡aunque no debería ser problema! Glen no era como él, ¡recuperaba con mayor facilidad la cordura!

¿En serio? Esa demostración de antes no fue precisamente el mayor ejemplo…

¡N-No pasaría nada! Estaría bien, además, no quería hacer gran cosa: sólo darle el botiquín, tal vez ayudarlo con algunas heridas, y desearle las buenas noches

Eso no era un crimen ni motivo para enojarse… cierto, cierto

Así, con su poder de auto convencimiento, respiró profundo y llamó con tres golpes

-Este… -a lo mejor no hacía caso por pensar que se trataba de otra persona –S-Soy Arthur… ¿tienes un momento? ¡N-No te molestaré demasiado!

Siguió sin respuesta

Quizá ya estaba dormido, o aún no tendría buen humor… bueno, como fuera, lo apropiado sería retirarse para evitar tragedias

Ya se iba, ya iba a dar el primer paso cuando el crujir de la puerta lo paralizó

Se abrió lo suficiente para dejarle ver su rostro completo

Y ahí yacía él, estúpidamente congelado ante esa mirada que ahora lucía más cansada, helada e intimidante que antes

¿En qué demonios se había metido?

-Hey – llamó en seco, sin agresión pero sin especial paciencia. Dio un respingo - ¿Qué se te ofrece?

-Ah… ¡A-Ah! ¡C-Claro, claro! – alzó la caja por encima de su cara, esperando que eso rompiera el contacto visual que no podía sostener -¡Ten! Pensé que tal vez lo necesitarías y… ¡y aquí está!

Cerró los ojos con fuerza, esperanzado de no recibir una respuesta hiriente… y muy en el fondo, de no caer de la gracia del único ser que lo trataba con real cariño

-De acuerdo – abrió un poco más la entrada – Pasa

-¡Sí! – lo ejecutó enseguida, alegre de poder apoyar - ¿Lo dejo sobre la cama?

-Hm

Se apresuró a hacerlo… no obstante, se quedó en blanco al percibir pequeñas manchas rojas en la almohada y la colcha

-¿Estás lastimado? – no reparó en sus precauciones anteriores y soltó aquello sin reflexionar - ¿Te duele mucho?

Probablemente se debería a la iluminación del cuarto, pero ahora sus facciones le parecían más agobiadas que enojadas… obvio, en su parsimonioso modo

-No es nada –se sentó en el colchón – Ignóralo

Abrió el botiquín y comenzó a sacar varias cosas…

No comprendió, ¿por qué actuaba como si no hubiese sucedido nada? Como si no importara ni un poco lo que le había pasado…

… odiaba cuando tomaba aquella actitud, ¡y sí! Era mejor que estar molesto, pero…

-No me mires así – dijo sin observarlo mientras se limpiaba un corte en su brazo derecho – No estuvo tan mal

-¡Por supuesto que lo estuvo! – reclamó de inmediato, cansado de que se quitara importancia - ¡Los golpes de Scott no son cualquier cosa! ¡Y menos la puntería que tiene!–señaló los moretones en sus brazos, en el cuello y rostro -¡Seguro que te duelen!

-Sabes que yo no…

-¡No es cierto! – interrumpió - ¡Te lastimó y no es justo! Ya sé que tenías que pelear, que necesitabas hacerlo, ¡pero piensa que pudiste terminar peor! Si vas a hacer algo, ¡asume la responsabilidad y no te atrevas a negar nada! ¡Sobre todo cuando tiene que ver con tu bienestar!

Sí, ya lo había dicho, ¡no retiraría nada! Aún si debía soportar la mirada vacía que lo observaba y no a la vez

Empero, se desubicó cuando percibió la leve sonrisa contraria, seguida de una risilla divertida

-Arthur – el ambiente se relajó de golpe –Eres alguien muy curioso

-¡¿Eso qué significa precisamente?! – infló sus mejillas con berrinche - ¡Es muy en serio!

-Lo sé – y al fin, como señal de normalidad, le acarició la cabeza – Por eso lo digo

-Sigo sin entender – por consecuente, también se calmó. Imposible no hacerlo con ese toque – Y no estoy bromeando

-Yo tampoco – le dio un algodón con agua oxigenada - ¿Podrías limpiarme la espalda, por favor? No alcanzo

Pensó en reclamar, en decirle varias verdades que su infantil mente deslumbró sin pormenores… pero lo olvidó con esa petición de ayuda

Con todo su ánimo procedió de la forma más cuidadosa, con las indicaciones que le siguieron y, especialmente, con guardar el secreto

Salió de ahí con una sonrisa y cumplida su prometida meta de desearle buenas noches

Sonreía por aquella victoria que ahora sentía como una enorme y brillante

Con un poco más de práctica, podría encargarse de sus futuras heridas en los años venideros… y con un esfuerzo sobrehumano, convertirse en su total apoyo

Era un proyecto a largo plazo… aunque eso sólo le daba más esperanza

Con esos pequeños detalles no podía fallar. No era una opción

Eso significaba tener convicción