La conciencia de Blossom viajaba entre sueños. La oscuridad tapizaba su visión, impidiendo cualquier indicio que le señalara donde se encontraba. Al principio no noto que ademas de la falta de visión existía una nula sinfonía, hasta que un ruido suave destruyo el silencio. Era constante y tranquilizador, como los golpes débiles que la marea hacia al encontrarse con la arena. Acompañado del débil golpeteo, llegaba a su vista un anillo.

Dorado y pequeño.

Levitaba ante su rostro. No podía ver nada mas, solo este sencillo objeto que venia unido a lo que identifico como un sonido constante, lento y suave.

Estable.

Si. Si Blossom pudiera definir este sueño seria con la palabra:

Estable.

Como una caminata bajo la lluvia, protegida por un gran paraguas, que aunque pesado servia para su propósito de mantenerla seca.

Blossom presto mayor atención al sonido de fondo, y descubrió con sorpresa que se trataba de un palpitar.

El palpitar de un corazón equilibrado.

Sin aviso, se sintió caer al abismo. Blossom seguía cayendo, pero el anillo continuo en su lugar flotando en lo alto. Un lugar que ella sabia fue un solido y seguro.

Perdió de vista al anillo y volvió a la oscuridad.

Por segunda vez no había nada a su alrededor, solo la negrura que la acompañaba en su soledad. Esta vez, ella decidió dar un paso y buscar una luz, sin haber dado mas de 10 pasos a lo lejos diviso un destello de color. Era un faro en aquel agobiante escenario. Con paso decidido se dirigió hacia el lugar. La chica noto que con paso que daba volvió el palpitar, pero con una mayor fuerza. Al acercarse dio con que era un objeto de lo mas absurdo.

Una gorra roja.

Este renovado latir la abrumo, sin embargo no decistio en su tarea de tocar la gorra. Cada paso daba la bienvenida a un cambio mas enérgico.

Era su corazón.

Ese palpitar pertenecía a su corazón.

Estimulante y sin control.

Lo asemejaba a una caminata cuesta abajo en la montaña mas alta, peligrosa y maravillosa del mundo.

Justo cuando estaba a punto de tomarla...

Todo quedo en silencio.

Just give me a reason, just a little bit's enough,
just a second we're not broken just bent, and...

La voz de Alice Moore me despertó finalmente. Me restregué una mano sobre la cara para despabilarme un poco mas del sueño que me aconsejaba que volviera a dormir. No sabia que hora era pero estaba completamente segura del día.

Día de descanso.

Just give me a reason, just a little bit's enough,
just a second we're not broken just bent, and...

De nuevo Just give me a reason comenzó a sonar de algún lado. Ya mas despierta deambule perezosamente la mirada a mi alrededor y me encontré en el centro de mi sala. Desparramada sobre el sofá, con una manta y un libro con los clásicos de Edgar Allan Poe encima de mi. La canción seguía sonando, rápido busque en mi bolsillo de mi pijama y respondí la llamada.

-¿Hola?- conteste ahogando un bostezo.

-Blossom, buen día - al otro lado de la linea se escuchaba a un efusivo doctor Telliz- ¿Te desperté?

-No, no, no se preocupe, doctor-desvié la vista al reloj que colgaba de la pared. 6:40 am- Suelo madrugar en mis días de descanso. Diablos, creo que perdí mi clase de spinning de las 6:00.

-Oh, que pena- por la entonación despreocupada del hombre tal parece que no identifico, o bien no le importo, la respuesta sarcástica-Bueno el asunto querida, es que deseo hablar contigo de una situación un poco singular que requiere de tu ayuda.

Atender llamadas del hospital no era algo fuera de lo común para un doctor, inclusive a veces existía ocasiones donde era solicitada para asistir en dias de descanso. Lo que capto mi interés es quien llamaba ahora no eran la recepcionistas o algún asistente directivo. Era el mismo Doctor Tellez que me marcaba de su numero privado solicitándome una conversación.

-Por supuesto-conteste mientras hacia a un lado la manta y el libro - ¿Que puedo hacer por usted?

-Veras, es una situación que preferiría hablarlo en persona, si no te molesta.

Tal vez la ansiedad que escapaba del hombre debió haberme dado algún indicio que las cosas serian un poco mas complicadas de lo que quería reflejar, sin embargo pronto deseche la sospecha al pensar que seguramente se debía a algún asunto sin importancia que podía resolverse en minutos.

-Claro, si gusta puedo verlo en su oficina-exclame mientras me sujetaba mi largo cabello en una coleta descuidada- Me arreglo rápido y llego en una hora.

-No te tomes la molestia querida- contesto mientras atravesaba el vestíbulo- Podemos discutirlo en tu casa.

Me congele a mitad de escalera. Una pequeña alarma sonó en mi cabeza, recordándome todos los comentarios que había escuchado sobre el doctor Telliz y su gusto por relacionarse con el personal femenino. En su tiempo había desestimado tales advertencias, puesto que estaba segura que mi relación con el doctor Telliz se basaba en una camaradería entre colegas, y astillando un poco a mi vanidad femenina, estaba segura que no era la clase de chica que algún hombre deseara tomar en cuenta como una interesante amante.

-Oh, doctor, una disculpa -exclamó fingiendo pesar- Acabo de recordar que tengo una clase mi clase de box a las 8:00 am. No creo que logre alcanzarme. Tal vez esta platica podemos continuarla en la cafetería del hospital el día Viernes... de la próxima semana... en la hora de la comida.

-Me alegro escuchar decir que tu clase es hasta dentro de una hora. Buenos hábitos. Es bueno saber que la juventud valora la importancia del ejercicio-dijo en un comentario distraído. La ansiedad que antes luchaba por controlar, tal parecía que salia como fuga ahora-Veras, estoy aquí.

-¿Donde aquí?

-Aquí en tu puerta, llevo tocando desde hace varios minutos.

Lentamente y con miedo gire sobre mis pies y baje un par de escalones. Con fastidio reconocí la silueta robusta del hombre, que acercaba su rostro al cristal que decoraba los lados de la puerta.

-Doctora Utonio, hola-el hombre realizo la patomina de saludar tímidamente con una mano- Espero que la persona que veo al otro lado del cristal sea usted, si es así, deje cuelgo.

Me restregué con irritación las sienes. Y pensar que no había pasado ni 10 minutos desde que desperté.

Frente a la puerta tome un poco de aire y gire el pomo.

-Linda pijama-soltó Brick en un comentario burlón parado justo fuera de mi puerta.

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Lo siento, quería hacer el capitulo mas extenso pero quería subir este capitulo en cuanto pudiera. Quería, no lo se, solo dar señal de vida.

jajajaja 4 años... ya se que muchas ya habrán olvidado la historia pero esto fue algo que había dejado en el baúl de los recuerdos.

Solo quiero decir: Perdón.