Potter Pan
Desafío de Bellatrix_2009
Historia escrita: 4 de mayo del 2012 al 22 de junio del 2012
Categoría: Libros, Harry Potter.
Clasificación: Todos los publicos.
Género: Romántico, Humor.
Personajes: Harry Potter, Draco Malfoy.
Advertencias: Universo Alterno, Lemon.
Estatus del Fanfic: Finalizado.
Disclamer: Los personajes le pertenecen a JK Rowling, salvo aquellos que no son mencionados en los libros. Tampoco me pertenecen Peter Pan ni la Cenicienta.
Resumen:
"Peter Pan"
Es la obra a producir de Sophia, hija del ministro de magia. Ella sabe el secreto de su padre y logra convencerlo de llevar a cabo dicha obra.
El ministro ha descubierto el secreto de Harry Potter y no duda en utilizarlo para hacerlo participar en la obra y darle la tarea de reunir a los demás integrantes, ¿Cómo lo hará?
Harry sabe el secreto de Ron, Ron el de Hermione, Hermione el de Ginny, Ginny el de Pansy, Pansy el de Blaise…
Pero, ¿quién sabe el secreto de Draco Malfoy?
POR:
PISLIB n_n
(*) 1/6
POTTER PAN
Capitulo Uno:
Chantajes.
Una gota resbaló por su mejilla, la lucha por ganar aquella silenciosa pelea de miradas ya casi culminaba. Sin embargo, el ministro de magia, Kingsley, no se daría por vencido tan fácilmente.
-Estoy esperando, papi – la última palabra fue la que anunció el triunfo.
-De acuerdo – sentenció su derrota.
La joven que tenía frente a él dio pequeños saltitos de su lugar jubilosa por la gran victoria ante el ministro de magia, después de todo ser la hija de esa gran importante figura tenía sus ventajas.
-Patrocinaré tu obra, le daré la publicidad, te daré el apoyo que quieras, pero...
-Sin 'peros' padre – recriminó la joven.
-Lo que me pides es imposible – confesó - Cómo demonios quieres que convenza a toda esta gente a que participe en algo tan… tan… - no encontraba la palabra exacta - ¡Absurdo! – se dio por vencido.
-Entonces date prisa, padre – advirtió la joven – si esta obra no la presento en tres semanas será mi ruina.
-Sophia, por favor – suplicó – te puedo conseguir a unos excelentes magos actores o incluso muggles que…
-¡No! – gritó levantando la voz – No quiero a otra gente ¡quiero a estas personas! – le mostró una carpeta en donde venían anotados los nombres de las personas que quería.
-Sé sensata, hija – el ministro sabía que era inútil, cuando algo se le metía a la cabeza no había poder humano que la hiciera olvidar tan fácilmente una idea.
-Di mi palabra que esta obra seria única y la forma para serlo es que me consigas a estas personas.
-No creo que quieran, seré muy el ministro de magia, pero esto ya sobrepasa los límites, Sophia. Las personas que me pides son figuras importantes – dejó salir exasperado. Era un hecho que iría a por ellos, pero no sabía el cómo convencerlos - ¡El jefe del departamento de seguridad mágica!, ¡El director de san Mungo!, ¡El mejor fabricante de pociones!, ¡La mejor jugadora de quidditch! – Mencionaba los cargos de los elegidos - ¡Por Merlín, Sophia!
-¿Son adorables, cierto? – sonrió con picardía.
-No, lo siento – volvió a insistir – no puedo hacerlo.
Sophia se levantó bruscamente de su lugar se acercó peligrosamente a su padre.
-De acuerdo, padre – le miró impasible. Kingsley tragó saliva – entonces prepárate para que tu mayor secreto no tan guardado… se revele – en los ojos maliciosos de Sophia se mostraba claramente que en efecto, sabía su "gran secreto" - ¿Qué crees que opine la gente a la que gobiernas cuando se entere de eso?
Kingsley tragó saliva trabajosamente por segunda ocasión.
"¡Por Merlín! Entonces, ¡Sophia lo sabe! Sabe que cada viernes después de las reuniones con los otros funcionarios me voy al 'Ladies Night', ese bar muggle donde salen chicas a hacer bailes eróticos".
El ministro sudaba frio. No podía permitir que su hija revelara semejante información. Él no podría verse envuelto en un escándalo de semejante magnitud, incluso hasta ya podía leer los titulares escritos por Rita Skeeter.
"El ministro de magia es un pervertido, todas las noches se escapa al mundo muggle a un bar de muggles desnudistas a descargar todas sus frustraciones, ahora ya saben dónde encontrarlo en sus días libres o cuando no asista a los eventos importantes…"
No, por supuesto que no permitiría que se supiera "eso" de él.
-Lo haré – declaró al fin.
"Y que Merlín me ayude"
-¡Gracias, papi! – Kingsley gruñó – Aquí está el guión. Iré a confirmarle la fecha a mis contactos.
Kingsley siguió con la mirada a su hija mientras que ésta salía de su oficina alegremente.
-Chantajeado por mi propia hija – dejó salir una vez estando solo en su oficina.
Quería ser más larga la espera, de hacerse el loco y dejarlo correr, pero luego recordaba que su más "profundo" secreto ya no era tan secreto y tarde o temprano su hija (¡Por Merlín, su propia hija!) se lo revelaría a toda la comunidad mágica.
Meditó por otro buen rato mientras repasaba la lista de los nombres que Sophia le había dado, algunos de ellos serían fáciles de persuadir, pero había otros que no, pero lo haría, buscaría la forma de convencerlos, su integridad física y moral dependía de ello.
Llamó a su secretaria para que fuera a buscar a aquella persona que encabezaba la lista de nombres. También era la única a la cual ya se le había asignado personaje.
Kingsley miraba atentamente al chico que tenía frente a él.
-¿Que quiere que haga qué? – la voz del jefe de seguridad mágica, resonó en la oficina del ministro de magia.
-Lo que has escuchado, Harry – dejó salir un suspiro de resignación el mayor – Escucha, es para una buena causa, se recaudarán fondos con las entradas y…
-No me mientas, Kingsley – le envió una mirada ceñuda el ojiverde.
El ministro de magia suspiró larga y tendidamente.
-De acuerdo, mi hija Sophia está en nuevo proyecto y me pidió que le reuniera el elenco – le confesó.
-Hay magos que trabajan para eso – aclaró rápidamente el chico de anteojos para convencerlo – además, estoy ocupado, la próxima semana vendrán los nuevos reclutas y yo…
-Eso lo puede hacer el jefe de aurores, tú que ahora eres jefe de esa división, dispones de más tiempo – le contradijo el mayor – no hay excusas, Potter.
-Pero… ¿Peter Pan?, ¿yo usando medias? Creí que los magos no usaban estas cosas – se quejó y se seguiría quejando hasta quedarse libre de todo cargo – No, no puedo Kingsley, lo siento.
-Harry no me hagas recurrir al chantaje – le advirtió el ministro.
"Después de todo, así a mi me convencieron" – pensó acongojado el mayor.
-¡No puede hacer eso!
-Si puedo y lo sabes – le reprochó – aunque no quiero hacerlo, pero si no me queda de otra… lo haré, además te conviene.
-No le veo ninguna ganancia – musitó Harry – No soy buen actor y menos si muchas personas me estarán viendo con medias puestas y…
-Ya deja de quejarte, Harry – le cortó el mayor – este es el guión – le alcanzó muchos pergaminos. El héroe del mundo mágico, resignado, lo tomó en manos.
Le echó un vistazo al guión, la obra no pintaba tan mal, aunque "las chicas" no eran su preferencia, esperaba que al menos a la que le tocara el papel de "Wendy" fuera paciente con él. Aunque aún no le agradaba la idea de participar en eso.
-Pero…
-Sé tú secreto – atajó Kingsley, odiaba haber recurrido al chantaje, pero aún tenía que chantajear… emh, convencer a muchas personas para la obra.
-¿Qué?
-Lo sé todo.
Harry entornó los ojos, estaba horrorizado.
-¿Cómo puedes saber que espiaba a Draco en las duchas después del entrenamiento o algún partido de quidditch, si no ibas a Hogwarts?
El ministro parpadeó confuso.
-No lo sabías… - dejó salir con un hilo de voz – Pero ya lo sabes – musitó Harry.
El ministro le sonrió de oreja a oreja.
-Nadie debe de saberlo – le amenazó de inmediato.
-Si participas en la obra, nadie lo sabrá.
-De acuerdo – derrotado, Harry aceptó.
-Tienes que ayudarme a convencer a los demás – le pidió el mayor rápidamente – tú los conoces mejor que yo.
El ex Gryffindor sonrió con suficiencia, al menos no sería el único en hacer el ridículo.
-Esta es la lista – casi, casi, Harry se la arrebató. Le echó un vistazo.
-Es una broma, ¿cierto?
-No.
-Hay Slytherin en esta lista – le recalcó.
-Y Hufflepuff y Gryffindor.
-Yo me encargo de los tejones, tú de los demás – aclaró el ministro.
-¿Cómo demonios voy a convencerlos?
-Debes de saber un secreto sucio de alguno de ellos – inquirió el ministro. Harry se dio cuenta que él no había sido el único en ser chantajeado.
-No de todos – murmuró apesadumbrado.
-Date prisa, entonces – apremió el mayor – tienes semana y media para convencerlos.
-¡¿Qué?!
-Yo tengo que ver el lugar, la propaganda, el vestuario. Como ves, estaré muy ocupado – aclaró rápidamente el mayor, librándose así de toda responsabilidad sobre el elenco que debería de reclutar Harry.
Cinco minutos después un cabizbajo Harry Potter se dirigía hacia la puerta.
-Señor ministro – le llamó el ojiverde en cuanto tuvo la mano en la perilla.
-Sí, Harry.
-¿Cuál era el secreto que sabía de mi?
-Ninguno – le sonrió el mayor.
-Le ha funcionado la estrategia – dejó salir amargamente el moreno – Quizás la utilice.
Más animado, Harry fue en busca de la segunda persona de aquel elenco. Repasó la lista del pergamino y después de pensarlo muy bien, decidió ir por el último nombre. Sería sencillo, ya sabía su secreto.
Gracias por leerme
Saludos
PISLIB n_n