Hola minna-san XD

Aquí con un nuevo fic, espero sea de su agrado, y dejen sus reviews con opiniones, criticas (constructivas e_e ) y en fin, sus opiniones. Me hace feliz leerlas

Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi su creadora


Contigo

Capitulo 1

-¡Kaede-sama, regresare por la tarde, iré a recoger algunas flores! –se despidió Rin saliendo de la choza, había terminado ya sus deberes y le gustaba pasear después por los alrededores.

-¡Rin! Procura no tardarte, Inuyasha no está, así que tendrás que andarte con cuidado por el bosque –exclamo la anciana desde el fondo de su choza.

-Si Kaede-sama, no se preocupe –saco de entre su kimono una daga plateada, misma que mando a forjar con el herrero de la aldea en su cumpleaños número 11, aunque Inuyasha insistió en que fuera Totosoai quien le brindara su primer arma, sin embargo la chica se negó apelando que aprendería a manejar un arma sencilla, se entrenaría lo suficiente para después poseer un arma poderosa- ¡Mire! Aquí tengo mi daga, con esta nadie podrá herirme, bueno, ahora me voy, regresare temprano! –sonriendo se dio la vuelta y se perdió entre el bosque.

La experta miko siempre andaba pendiente cuando Rin salía sola, sobre todo desde que el pueril físico le abandono y en su lugar se abrió paso al cuerpo de una bella joven de 15 años; cintura estrecha, piernas largas, rostro fino como el de una misma Youkai y, siendo ella humana, impactaba a cualquier hombre que le dirigía la mirada , su cabello castaño oscuro la cubría como cascada terminando hasta su cintura, y su sonrisa sencilla que irradiaba alegría y confianza, una joven hermosa en todos los aspectos.

No tardo mucho en llegar a su lugar preferido; un claro del bosque al cual le atravesaba un cristalino rio, y en la orilla de este crecían flores amarillas. Rin tomo unas y las acerco a su nariz, como amaba hacer eso, simplemente le era relajante inhalar ese dulce aroma, le hacía recordar su infancia, infancia que vivió junto al Mononoke albino, los viajes que realizaba junto al demonio sapo y el dragón de 2 cabezas. Irreal hasta cierto punto para los aldeanos, quienes se quedaban atónitos cuando Rin comenzaba a narrar alguna de sus tantas aventuras, no era algo común saber que una chiquilla fue cuidada por dos demonios (tres contando a Ah-un), pero con el tiempo se acostumbraron a la infante, y ahora señorita.

Se recostó en el pasto y volvió a oler las dulces flores, cerró los ojos relajándose con el aroma. El viento soplaba lento, el ocaso parecía ser eterno y el color rojizo tan cálido la arropo en un efímero sueño.

Apenas estuvo así unos minutos, se sobresalto de golpe al escuchar entre el follaje un estruendoso rugido acompañado del impetuoso revoloteo de las aves que parecían huir de algo realmente grande ya que a lo lejos las copas de los arboles dejaban de divisarse una a una, eran derribadas y lanzadas con fuerza. Se levanto cuando logro percatarse que ese algo se dirigía hacia donde ella se encontraba, Rin estaba asustada y se disponía a marcharse ya cuando el rugido alcanzo sus oídos, la criatura no estaba más que a unos metros de ella, aun oculta entre la naturaleza; de entre las ramas que rodeaban al claro se diviso la figura de un joven de 17 años retroceder rápidamente, esquivando así un ataque.

-¡Kohaku! –el mencionado miro hacia atrás buscando con la mirada.

-¡Rin!, vete, no quiero que salgas herida! –regreso su mirada al bosque, a tiempo que esquivo el ataque de un Oni purpura con la altura triple a la del exterminador, mismo que desde hace un largo rato el muchacho trataba de exterminar, y tomando en cuenta las graves heridas que tenía en todo su cuerpo, no lo había logrado con mucho éxito.

-Kohaku…

Rin salió corriendo hacia la aldea, tan deprisa como sus humanas piernas le permitían. Después de una larga carrera se detuvo a recuperar el aliento, miro hacia atrás, al parecer Kohaku había exterminado ya a la criatura, puesto que todo se veía un poco tranquilo.

Se quedo a la sombra de un árbol, apoyada con un brazo en el tronco de este. Había ya recuperado el aliento, miro hacia atrás tratando de percatarse que estaba ya todo calmado, pero lo único que logro captar era como el exterminador fue arrojado de golpe contra los arboles cercanos, Kohaku tenía heridas graves, en su rostro se veían rastros de sangre, al aliento agotado, esa criatura era más de lo que podía enfrentar.

-¡KOHAKU! – Rin se acerco al muchacho y lo ayudo a ponerse en pie -¡Vámonos!, hay que llegar a la aldea para pedir ayuda, ¡Mírate!

-N…no…te preocupes Rin – el exterminador apenas y podía hablar, se posiciono frente a ella –vete tú, estaré bien.

El oni apareció, comenzó a correr a ellos y de un solo ataque consiguió lanzar a Kohaku a unos metros, estrellándose contra unas rocas que se encontraban en el claro.

Rin comenzó a correr de nuevo tratando de llegar a la aldea lo más rápido posible. Pero el oni dio un salto y se posicionó frente a ella, la chica apenas y pudo reaccionar cayendo de espaldas asustada. De sus ropas saco su daga esperando el momento preciso para aunque sea herir un poco al oni, lo suficiente para que ella escapara. Por fortuna Rin era buena en puntería, había aprendido del monje Miroku a apuntar con al arma a su oponente. Espero un poco para lanzar su daga a la cara del oni, la daga se encajo en uno de sus ojos, provocándole molestia y enojo, rugió más fuerte, junto a eso alzo su brazo y aventó a la chica de nuevo, esta vez de un solo ataque arrojo a la chica de vuelta al claro.

Rin parecía una muñeca por la facilidad en que el oni la aventaba. Ya en el suelo alzo la vista y se topo con la figura de la criatura purpura, cuando esta se preparo para atacarla de nueva cuenta, una luz verde se deslumbró detrás y lo inmovilizó. De nueva cuenta, el Mononoke albino le salvaba la vida. Con un solo movimiento de su látigo el Oni cayó destrozado.

Ahí estaba el, tan perfecto como siempre, tan perfecto ante los ojos de Rin, su salvador llegaba siempre en el momento justo, pero... ¿Qué pasaría cuando eso no sucediera? Esa pregunta aun no cavia en ese momento.

Rin se levanto, por suerte no tenía heridas profundas, solo era el susto de creer que perdería la vida. Se sacudió el kimono, y sonriente como siempre, se dirigió al Youkai.

-¡Sesshomaru-sama! – el demonio le dedico una mirada por un fugaz instante, para enfocarla en el exterminador que a duras penas conseguía ponerse de pie. Avanzo hacia él, y sin delicadez alguna lo tomo por los hombros, levantándolo del suelo y apoyándolo contra el árbol a sus espaldas. Trato de contenerse, quería asesinarlo en ese instante, pero solo dijo…

-No vuelvas a involucrar a Rin en tus asuntos –no necesito de mas acciones para que Kohaku supiera lo mucho que deseaba eliminarlo. Le soltó los hombros y el joven cayo de golpe al suelo.

Desde lo lejos, Rin miraba desconcertada la escena, nunca había visto que su señor tratara así a Kohaku, puesto que aun recordaba como hace tiempo ellos viajaban juntos, nunca le había prestado tanta atención a que el exterminador los acompañara, pero tampoco era agresivo con él. Ahora se le hacía extraño ver que siempre que ello se topaban , Sesshomaru le dedicaba una mirada de desprecio cuando los veía juntos…acaso , su señor estaba "¿Celoso?", la chica negaba con la cabeza cuando se le ocurría semejante idea, por supuesto que no, un Taiyoukai no tiene esa clase de sentimientos y a ella no le importaba, porque desde hace mucho ella se había convencido de eso, aun así , el hecho de que esa posibilidad fuera un poco cierta la hacía sentirse feliz y confundida, lo que se espera de una chica enamorada. ¿Enamorada?, así era, pero no podía aceptarlo, no quería…él un Taiyoukai, ella una humana, simplemente imposible.

Aun así, la razón del porque Sesshomaru se llevaba tan mal con Kohaku, no era muy distinto a las ideas de Rin.

En las últimas visitas de Sesshomaru, este había sorprendido al exterminador espiando a Rin en varias ocasiones, lo notaba nervioso y de vez en cuando traía alguna flor en la mano. Sesshomaru al principio no le daba tanta importancia, "cosas de humanos" pensaba, aunque era verdad que al Youkai le disgustaba de cierta forma, y en su última visita para con Rin había comprendido todo.

FLASH BACK

Sesshomaru se proponía a irse de la aldea, ya era suficiente de estar ente humanos, el olor para el ya era bastante fuerte y desagradable, seguía avanzando, Jaken y Ah-un acostumbraban a irse antes, observo la luna antes de querer levitar en el aire, cuando un aroma conocido inundo su olfato. Era el aroma de Rin, y no estaba sola, se percibía el aroma de otra persona con ella.

Sesshomaru mostro una ligera sorpresa, Rin siempre regresaba a la aldea después de sus visitas. Con el semblante tranquilo avanzo guiado por el aroma y llego hasta el lugar; un claro del bosque alumbrado por la luna, las aves estaban calmadas pero aun se oía el trinar de algunas entre las ramas. Sesshomaru ubico rápido a la dueña del aroma, Rin estaba sentada junto a Kohaku frente a algunas rocas miraban fijamente la luna.

El demonio se quedo oculto entre los árboles, observando en silencio a los muchachos platicando, agudizo su oído tratando de escuchar la conversación. "¡¿Pero qué demonios estoy haciendo?!" pensó, -"Porque no soportas saber que esos dos están juntos, sabes que Rin no es digna de cualquier hombre, te mataría saber que ellos dos son pareja" –hablo su conciencia que no tardo en participar. "Cállate"-volvió a pensar y se concentro en escuchar lo que parecía ser el fin de su charla.

-Kohaku hay que regresar ya, tengo sueño –Rin bostezo, los ojos le pesaban, no acostumbraba dormir tan tarde. El exterminador se acerco a la chica y pronuncio…

-La noche está muy hermosa, duerme yo te protegeré.

-Pero…-de nuevo un bostezo arrullo a la chica, se recargo en una roca.

-Vamos –sonrió- yo estoy aquí.

Antes de que se diera cuenta Rin ya estaba en los brazos de Morfeo, plácidamente arrullada con el silencio que comenzaba a esparcirse por el bosque. El exterminador se quedo observándola en silencio, detallo cada centímetro de su rostro, sus ojos cerrados, la nariz que hacía un perfil perfecto y no pudo evitar sonrojarse cuando fijo su vista en los labios tersos de la joven.

Estaba dubitativo acera de si debía hacerlo o no, desde hace mucho quería ser más que un amigo para Rin, pero los nervios y timidez se lo impedían.

Trago saliva y su sonrojo se intensificó al momento de acercarse al rostro de la muchacha, estaba seguro de querer besarla, era ahora o nunca. Pero más bien, seria nunca porque de entre los arboles escucho una voz muy conocida, se sobresalto cuando vio salir al demonio blanco. En un parpadeo Sesshomaru lo había tomado por el cuello con una sola mano, como hace ya varios años atrás, cuando manipulado por Naraku intento asesinar a Rin.

Sesshomaru vio el gesto de dolor del joven, estaba seguro que no podía respirar bien, así que solo le dijo…

-No te dejare tocar a Rin –apretó con más fuerza el agarre mientras el exterminador forcejaba con poco éxito liberarse de sus garras.

Después de dedicarle una mirada asesina lo soltó. Kohaku cayo de golpe en el pasto y una bocanada de aire regreso a sus pulmones, tosía con fuerza recuperándose del endemoniado agarre al que se Sesshomaru lo había sometido. Alzo la vista, y así como apareció el demonio blanco también en instante se había retirado del lugar.

Ya en el aire Sesshomaru había emprendido su viaje de regreso, molesto por la actitud del exterminador. No es que estuviera celoso o algo parecido, más bien era el hecho de que Kohaku había traicionado su confianza intentando besar a su humana, así es, SU humana, porque él era quien la había traído de nuevo a la vida, aunque fuera por simple "prueba" como lo llamo él en ese tiempo, le había regresado el inocente brillo a los pequeños luceros que lo miraron. Rin era su propiedad, nadie había osado a acercarse tanto a su propiedad, y que un simple joven se atreviera a hacerlo era simplemente inaceptable.

FIN FLASH BACK