Hola gente hermosa, les traigo una nueva historia (por favor no me demanden) espero les guste y si no… bueno.

Advertencia: UA, posible lenguaje, OoC, ortografía.

Genero: no estoy muy segura pero...

Personaje principales: Hinata/ Sasuke.

Masashi-Kishimoto es el creador y dueño de los personajes, pero como es Fanfiction, puedo hacer con ellos lo que quiera sin recibir recompensa alguna.

(Excepto sus reviews, si los merezco)

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Estaba agotada, había sido un largo viaje en auto, y no sólo se encontraba agotada físicamente, sino mentalmente. Al principio se había negado a abandonar su antiguo hogar, el lugar donde había pasado toda su infancia y donde había vivido la experiencia más triste y devastadora. Pero como su padre era tan estricto y cuando algo se le metía a la cabeza; ya no había forma de hacerlo volver atrás, tenía que resignarse.

Nos vamos a mudar, la decisión está tomada Hinata, te guste o no—había dicho su padre en aquella ocasión.

Ahora estaba en su nueva habitación, en su nueva casa que era más vieja que nueva, parecía que nadie hubiera pasado por allí en años, el polvo acumulado y las telarañas le daban un aspecto lúgubre, además de la falta de luz, ya que se acercaba el anochecer. La casa era bastante grande, lo suficiente para cinco personas, ella, su padre Hiashi, su tío Hizashi, su primo Neji y su hermana menor Hanabi; cada uno en su propia habitación.

—Por suerte, no fue tan difícil limpiar mi habitación—dijo para si la chica, luego de colocar las sábana en su cama y mirar a su alrededor. Eran las siete de la noche y no sabía que haría ahora. No tuvo que pensar mucho tiempo pues, tocaron a la puerta de su cuarto—adelante.

— ¿Ya te instalaste, hermana? —Preguntó una joven de cabellos marrones y ojos perlas, esa era Hanabi, la hermana menor.

—Sí, no es tan grande—la menor se recostó en la cama y miró alrededor, esa habitación era como la suya, pequeña, bonita y algo aterradora.

— ¿No sientes algo en esta casa? —Cuestionó Hanabi, tratando de ser discreta pero aún se sentía el interés en el fondo.

— ¿Cómo qué? —Preguntó con el ceño fruncido mientras tomaba asiento al lado de su hermana.

—Se siente… se siente como una presencia extraña, como si te observaran—explicó la menor en tono sombrío, Hinata tembló y tragó saliva.

—Bu-bu... bueno—se aclaró la garganta para disimular su miedo—es una casa vieja Hanabi, ya verás como te acostumbras y luego la sensación desaparece—"Espero" pensó la muchacha luego de hablar.

—Supongo que tienes razón—estuvo de acuerdo la de cabello marrón.

Pero en ese momento escucharon un fuerte estruendo provenir de afuera, dieron un respingo y se levantaron para ir a ver que había sido eso, cuando cruzaron la puerta; vieron a su padre, a su tío y a su primo salir a ver también, lo que quería decir que no habían sido ellos. Eso era extraño, porque si ellos estaban en el piso de arriba y la mudanza; hace mucho que se había ido, ¿quién habrá hecho aquel sonido? Todos se movían al mismo tiempo, acercándose a las escaleras, los gemelos mayores les hicieron señas a sus respectivos hijos de que se quedaran allí, mientras ellos bajaban. Las chicas estaban nerviosas y a Neji le picaban los pies por bajar, sin embargo se quedó ahí con ellas. Otro estruendoso golpe se escuchó pero esta vez de donde estaban los jóvenes.

— ¿Qué ha sido eso? —Preguntó Hizashi asomándose desde el pie de la escalera.

—Nosotros no lo hicimos. Eso sonó en el atico—explicó Neji con el ceño fruncido. Otro estruendo se oyó, pero más lejano y sofocado—y ese fue el sótano.

—Ustedes quédense ahí, bajaremos a ver—ordenó Hiashi mientras le hacía señas a su hermano y comenzaban a caminar en aquella dirección, desapareciendo de la vista de los chicos.

—Neji ¿Por qué te ríes? —Preguntó Hanabi algo enojada, el aludido la miró sin entender.

—Yo no me he reído.

—Claro que sí, escucho una risa masculina, no es gracioso.

—Hanabi, él no se está riendo.

La menor iba a replicar, pero todas las puertas del pasillo se abrieron de súbito con un fuerte sonido, haciendo que pegaran un grito de horror y salieran corriendo escaleras abajo. Los mayores estaban en el oscuro sótano, pero no había nada anormal, fue entonces que escucharon los gritos y rápidamente fueron a ver que ocurría, todo pasó tan rápido que cuando se dieron cuenta, estaban todos en el suelo.

— ¿Se puede saber qué es lo que pasa? —Preguntó Hiashi molesto y poniéndose de pie.

Estaban tan aturdidos y aterrados que no sabían que contestar. Tampoco era necesario, las ventanas se abrieron de golpe y el fuerte viento que hacía afuera, entró por ellas. Ahora sí que ninguno, ni siquiera los mayores, sabían que estaba pasando, jamás se habían visto en semejante situación.

—La casa está embrujada, la casa está embrujada—repetía Hanabi una y otra vez, abrazándose a si misma y mirando a su alrededor, Hinata la abrazó de forma protectora.

—Guarda silencio Hanabi, la casa no está…—decía Hiashi pero se vio interrumpido cuando una silla pasó volando delante de él y se estrelló contra la pared.

— ¿Pero que demonios? —Exclamó Hizashi al ver aquello, algunas cajas que aún no habían desempacado comenzaron a flotar y a voltearse bruscamente. En un momento empezaron a sentir frío y como si alguien les respirara en la nuca, algunos no querían admitirlo pero el miedo comenzaba a invadirles.

Una risa burlona comenzó a escucharse cada vez más fuerte y ellos no sabían de donde provenía, parecía estar por toda la casa, Hinata y Hanabi se cubrieron los oídos pues, sentían que le iban a explotar.

— ¡Ya basta! —Gritó Hiashi furioso, todos dieron un respingo al escucharlo y lo miraron como si se hubiera vuelto loco— ¡Seas lo que seas que este causando esto! ¡Detente! —Los extraños sonidos se hicieron más fuertes a medida que Hiashi reclamaba— ¡Déjanos en paz! ¡Esta es mi casa y de mi familia! ¡No te permito que vengas a atormentarnos! ¡Lárgate! ¡Te lo ordeno!

—Hiashi, dudo mucho que lo que este aquí te haga caso…—mencionó Hizashi pero de pronto, las cosas dejaron de volar, moverse y estrellarse contra el suelo u otra superficie, las puertas que estaban abiertas; se cerraron al igual que las ventanas. Ya no se oía nada más, sólo las respiraciones agitadas de la familia, el ambiente cambió a uno más ligero y tranquilo, cosa que todos notaron. Esperaron un rato más, sólo por si acaso ocurría otra cosa, luego de veinte minutos, nada.

—Papá, ahuyentaste a esa cosa—apremió Hanabi con una pequeña sonrisa orgullosa y aliviada.

— ¿Pero qué habrá sido aquello, exactamente? —Se preguntaba Hizashi con intriga, mirando el desastre a su alrededor.

—Tal vez la casa estaba embrujada y por eso fue que salió tan barata.

—Silencio, Hanabi.

—Pero Neji…

—Será mejor que todos vayamos a dormir, ustedes tienen que ir a la escuela mañana.

—Sí, Hiashi tiene razón, además nosotros empezaremos a trabajar mañana también.

No muy convencidos los jóvenes subieron las escaleras, rumbo a sus respectivas habitaciones, de alguna forma estaban muy agotados, los mayores se quedaron en la sala un momento pero después decidieron subir también, mañana las cosas estarían mejor,

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Al día siguiente, todo estaba más tranquilo en la, ahora casa Hyuga, los hombres estaban en la cocina, Hiashi leía el periódico mientras tomaba una taza de café, Hizashi preparaba su desayuno y el de las chicas que aún no habían bajado, Neji ya se había levantado y se encontraba desayunando unos cereales. Mientras ellos estaban en la cocina, en la habitación de Hinata:

— ¡Hermana despierta, llegaremos tarde! —Hanabi entró precipitadamente a la habitación de su hermana mayor, ésta se cubrió la cabeza con la sábana, tenía mucho sueño y no era su intención salir de la cama.

—Cinco minutos más Hanabi.

—Ningún: "cinco minutos más" —Remedó la menor—levántate, ve al baño, vístete y baja a desayunar—. Le quitó las sábanas de encima, la tomó del pie y comenzó a jalar, Hinata se sujetó con fuerza del colchón y el forcejeo se hizo más fuerte.

—Hanabi, basta… déjame dormir un rato más.

— ¡No! Levántate si no quieres que papá se enoje.

—Está bien, ya voy—con un suspiró rendición se levantó de la cama, Hanabi contuvo una carcajada al verla, la mayor frunció el ceño— ¿Qué pasa?

— ¡Ay, hermana! Te ves horrible cuando estás recién levantada, tu cabello parece un nido de aves o el cabello de Medusa—luego de eso se soltó a reír sin tregua, Hinata aprovechó que estaba distraída y le lanzó una almohada que le dio en la mera cara, ahora la mayor era la que reía.

—Ahora sí me voy a levantar, ve a desayunar, te alcanzó luego.

—Está bien, pero esto no se queda así; ya vas a ver.

Hinata rió suavemente mientras su hermana salía y cerraba la puerta tras de ella, tomó las cosas que necesitaba y fue al baño. Al llegar, se despojó de sus ropas y se metió a la ducha, cuando creyó que era suficiente salió y se envolvió en una toalla, se miró un momento al espejo y se dispuso a peinar su cabello, se cepilló los dientes y luego se puso sus ropas; recogió todo lo que se llevó y fue a su habitación, buscó su bolso con las cosas del instituto y bajó con su familia a desayunar.

A pesar de la agitada bienvenida que les había dado la casa, todos lograron dormir con tranquilidad aquella noche, el ambiente estaba sereno cuando llegó a la cocina y dio los buenos días, todos le respondieron a su respectivo modo, su tío la invitó a sentarse y comer su desayuno antes de partir a su primer día de clases. Eso era algo le ponía algo nerviosa, pero veía a su hermana y a su primo tan tranquilos que la hizo pensar en seguir su ejemplo. Cuando terminaron de desayunar, Neji habló:

—Será mejor que nos vayamos ya o llegaremos tarde—sus primas asintieron mientras le daban el último sorbo a su jugo de naranja, se pusieron de pie y recogieron sus cosas.

—Tengan cuidado, el instituto no está lejos pero aún así, cuidado. La cena es a las siete así que deben llegar antes de esa hora.

—Sí, tío Hizashi.

—Neji, está pendiente.

—De acuerdo, tío Hiashi.

Se despidieron y salieron los tres; rumbo a su nueva escuela. La mañana era algo fría, pero el sol que comenzaba a salir, la iba haciendo más cálida, fueron caminando en silencio hasta que llegaron a un gran edifico algo envejecido, la verdad parecía algo lúgubre, pero decidieron que sería normal debido a que era su primer día. Se adentraron al edificio y buscaron la oficina del director, cuando la encontraron; tocaron a la puerta y luego de la orden, pasaron. Se encontraban en una especie de recibidor, había un gran escritorio y tras éste, una mujer de cabellos y ojos negros, revisaba unos papeles, se le veía algo estresada, debía ser la secretaría.

—Buenos días, somos los Hyuga y es nuestro primer día de clases—habló Neji llamando la atención de la mujer, alzó la vista de los papeles para mirarlos.

—Oh, bienvenidos. Yo soy Shizune, la asistente de la directora y atiendo en la enfermería, díganme sus respectivos nombres y les diré en que clase estarán.

—Neji Hyuga.

—Hinata Hyuga.

—Hanabi Hyuga.

—Ok… déjenme ver… sí, aquí están—decía mientras buscaba entre las cosas del escritorio—Neji Hyuga, estarás en el grupo cuatro del salón uno. Hinata Hyuga, en el grupo cuatro del salón tres y Hanabi Hyuga, tú estarás en el grupo uno del salón cinco.

—Muchas gracias—agradeció Hinata haciendo una pequeña reverencia y luego salieron de la oficina. Permanecieron ahí un rato hasta que Neji habló.

—Hanabi, tu salón está en el segundo piso, los nuestros en el tercero, ¿quieres que te acompañemos?

— ¡Oh, no! No quiero tener guarda espaldas.

—Está bien, será mejor que vayamos las clases están por empezar.

Y así los tres Hyuga comenzaron a caminar por los pasillos llenos de algunos alumnos, rumbo a sus respectivos salones de clase, dejaron a Hanabi en el segundo piso y cuando subían por las escaleras al tercer piso, hubo una fuerte brisa y Neji se estrelló contra la pared, antes de que Hinata se acercara a su primo; pudo divisar una sombra que iba hacia abajo rápidamente y se perdió entre los últimos escalones.

— ¿Neji, estás bien? —Preguntó angustiada, él se estabilizó y asintió.

—Sí, estoy bien, aunque fue algo extraño. No sé que pasó, pareciera que alguien me empujara pero, no lo sé.

—Había una sombra—Neji la miró al escucharla, él no había visto nada—una sombra que se perdió por el final de las escaleras, ¿no la viste?

—No, pero sentí manos y dedos que me empujaban, además de la brisa—se mantuvieron en silencio unos momentos—. Lo mejor es que no le demos importancia y vayamos a nuestros salones, de nada servirá ponernos a pensar en cosas sin sentido.

Neji comenzó avanzar y Hinata lo siguió en silencio y algo preocupada, muchas cosas extrañas estaban sucediendo a su alrededor y eso la asustaba, prefirió dejarlo pasar y pensar mejor en el día que le esperaba. Mientas ellos subían, una figura completamente negra parecía observarlos desde debajo de las escaleras, minutos después, la figura había desaparecido.

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Y… ¿Qué les pareció? Aún no sé que personajes voy a meter ni que otras parejas habrá o si habrá más parejas, pero ya veremos.

Si tienen alguna sugerencia, háganla. Alguna historia que deseen leer, lo que quieran. Dejen sus reviews (si los merezco) si no… no hagan nada.

El siguiente capitulo se llamará: La verdad de la casa Hyuga y el instituto.

Siento que algo se me olvida… lo recordaré más tarde. Nos leemos.

Kisses de chocolate y mantequilla.