~~*¤*~~My Inmortal~~*¤*~~

Evanescence

Ni siquiera sabía cuántas eran las personas que había asesinado, apenas había llegado a la sede del Concejo, había comenzado a matar lo que se pusiera frente a él. Llevaba a Mei con él, no es que le agradara su presencia, pero al menos le servía de soplona. Había conseguido que ella le dijera todo sobre el Concejo, como las ubicaciones y los nombres de cada uno de los integrantes.

Se suponía que Gaara lo acompañaba, salvo que lo perdió a la mitad del camino, por lo visto, tenía muchos asuntos que resolver, tan sólo le había dicho que por culpa de aquellas personas había perdido dos veces lo que más le importaba en la vida y por lo visto buscaba hacer a alguien pagar por eso.

Itachi se había negado rotundamente a que Sasuke fuera como si nada a acabar con un Concejo, donde todos sus integrantes tenían bastante experiencia y podían acabar con él en un abrir y cerrar de ojos, pero estaba muy equivocado. Sasori tuvo que darle un fuerte golpe en la cabeza para que quedara inconsciente y Sasuke pudiera irse sin peligro a que Itachi fuera detrás de él.


A pesar de sentirse tan débil, estaba sorprendida, era cierto que había visto a Madara Uchiha en acción unas cuantas veces, pero Sasuke ahora era invencible, era mucho más fuerte que su antepasado, acababa con quien se le pusiera enfrente en cuestión de segundos, ni siquiera les permitía pedir misericordia o que al menos supieran la razón de porque los estaban matando. Rio para sus adentros, ella no tendría mejor que suerte que todos ellos, probablemente Sasuke se encargaría de matarla lentamente.

El camino estaba libre por así decirse, porque la verdad es que el suelo estaba lleno de cadáveres, Sasuke la jaló del brazo y la llevó consigo, apenas tenía las fuerzas para caminar y su muñeca se estaba recuperando del agarre de hace tan sólo unos minutos, Sasuke había logrado rompérsela esa ocasión y ahora de nuevo lo haría.

—¿Dónde están ellos?—preguntó Sasuke.

—Seguramente ya huyeron—dijo Lady Mei con dificultad. Su cuerpo estaba débil a causa de la falta de sangre, que ni siquiera sintió cuando golpeó el piso.

—¿Al menos sabes si ella sique aquí?—Sasuke estaba desesperado, ansioso, pareciera que no sabía qué hacer, pero al mismo tiempo deseaba hacer todo lo que pudiera con tal de destruir hasta el último ser con vida en el planeta.

—Debe estar en los calabozos—Sasuke la tomó del brazo, pero ella no se puso de pie, ya no tenía fuerzas, así que fue arrastrada por todo el camino que tenían por delante.

De haber tenido más fuerzas se hubiera reído. La mujer con la que había deseado acabar desde hace tiempo, estaba en un calabazo sin saber que pronto acabarían con ella, esperaba que al menos Sasuke la hiciera sufrir antes de quitarle la vida.

Sasuke abrió la reja sin necesidad de una llave. Mei se maldijo por no tener más vitalidad en esos momentos, de verdad que le hubiera gustado contemplar el fin de aquella mujer en sus cinco sentidos.

—¿Sasuke?—preguntó Tsunade desconcertada, jamás hubiera creído que Sasuke sería quien fuera a su celda con ganas de asesinarla, siempre pensó que sería Naruto.

Sasuke había obligado a Gaara para que le contará todo acerca de Tsunade, así que tenía demasiadas razones para desear que pagara por todo lo que había hecho, después de todo ella era la culpable de que tanto él como Naruto hubieran acabado siendo convertidos. La tomó del cuello. La mujer enseguida comenzó a sentir la falta de aire, pero para Sasuke eso era sólo el comienzo, aún había muchas cosas que quería hacerle antes de matarla.

La lanzó por los aires, con tal fuerza que las cadenas que la sujetaban fueron desprendidas de la pared y su cabeza dio contra la pared contraria, de ser humana, esta se hubiera destrozado con el golpe.

Sentía como su sangre hervía, estaba decidido a hacer pagar a esa mujer por lo que había hecho, sin mencionar que en esos momentos, culpaba a cualquiera que se le pusiera enfrente de lo que había perdido.

Por un momento Tsunade pensó que Sasuke estaba de parte del Concejo, pues de que otra forma podía explicarse que estuviera ahí para torturarla, sin mencionar que Mei contemplaba sonriendo aquella escena.

—¿Los del Concejo lograron convencerte para que te les unieras?—le preguntó burlándose de él, pensaba que Sasuke tenía un poco de más cerebro, pero seguramente se había dejado llevar por la oferta de tener sangre ilimitada y pensando que de esa manera los dejarían en paz a Naruto como a él.

Sasuke sintió un vacío a causa de las palabras de Tsunade, técnicamente los del Concejo lo convencieron en una ocasión de unirse a ellos, pero todo había salido mal – me obligaron—dijo soltando un puño en la cara de Tsunade – pero a diferencia de ti, decidí mandarlos al demonio— fue cuando Tsunade miró a Mei, estaría sonriendo pero lo raro de la escena es que estaba en el suelo y pálida, Sasuke debía de haberle hecho algo.

—¿Dónde está Naruto?—preguntó Tsunade con desesperación, pero no obtuvo respuesta de Sasuke, quien sólo le dio un golpe en el estómago, dejándola sin aire y enseguida recibiendo miles de golpes de parte de Sasuke.

Él no pensaba sentir misericordia alguna, Mei que lo veía desde lejos, había pensado en que era su oportunidad de escapar, pero de nada le serviría, estaba segura que Sasuke la encontraría, apenas estuviera saliendo de la puerta.

Tsunade sintió un dolor que recorrió su cuerpo entero y la dejó paralizada, había intentado responderle alguno de los golpes a Sasuke, pero todo había sido inútil, él era veloz y ahora su visión como fuerza no estaba en óptimas condiciones, tal vez nunca las tuvo, por eso jamás pudo hacerle frente a Madara. Cuando por fin Sasuke le dio un descanso, su ojo derecho estaba morado, intentó ponerse de pie, pero al querer recargar ambas manos, notó que una no le respondía, volteó enseguida a ver su brazo izquierdo y se encontró con que ya no estaba allí.

Se quedó sin aire ante esa imagen, su brazo estaba junto al pie de Sasuke y totalmente destrozado, por primera vez desde que Sasuke había llegado sintió miedo, al principio sólo lo había tomado incluso como una broma de parte de Mei, pero ahora entendía todo, Sasuke era quien mandaba en aquella situación y Mei debía de ser su rehén. Antes de que pudiera pensar algo más, sintió algo insertándose por debajo de su pecho izquierdo. Cuando sus ojos se toparon con los de Sasuke pudo ver el odio pero también el dolor en ellos y aunque no pudiera preguntarle a Sasuke dónde estaba Naruto, lo supo.


De no haber sido por Gaara, Lady Mei ya estaría muerta. El pelirrojo había llegado justo a tiempo para detener a Sasuke, no porque sintiera simpatía por la mujer, sino porque aún les sería útil, claro que se ganó un brazo roto a causa de eso.

—Aún no debemos deshacernos de ella—le dijo Gaara cuando Sasuke estaba un poco calmado, pero no lo suficiente como para asegurar que no te asesinaría en aquel momento.

—¿Por?

—Ella podrá decirnos la localización de los demás miembros del Concejo, sin embargo, aunque queramos deshacernos del Concejo, no podemos dejar que no haya nadie que gobierne a los vampiros, ¿te imagines el caos que se ocasionaría?, se podría causar la extinción de ambas especies— dijo esperando que Sasuke comprendiera un poco.

—¿Quieres que Mei sea como nuestro títere?

—Más o menos. Con la rapidez con que mataste a varios de los de aquí, aún no se ha enterado nadie y es mejor, eso causaría mucha rebelión y la mayoría de los vampiros están controlados, si ella sirve de títere podríamos lograr que todo sigue igual, pero con castigos menos severos.

—Tal vez a mí no me interese que los vampiros ni humanos sigan con vida—se dio media vuelta dándole la espalda a Gaara.

—¿Ni tu hermano?

Apretó su puño con fuerza ante aquellas palabras, había perdido a alguien, pero aún tenía a su hermano, pero una parte de él, gritaba porque estuviera muerto, era más fácil que vivir pensando que podría acabar muerto por la mordida de un vampiro.

—Yo no me puedo controlar del todo, tal vez un día lo acabe asesinando—dijo ocultando el dolor que le causaba pensar en esto.

—Sasuke—dijo un poco nervioso, pues como había dicho él en cualquier momento podía descontrolarse y matarlo – es cierto que eres muy inestable, pero creo que puedes llegar a controlarte, con Naruto lo lograste.

—Sólo por un tiempo—dijo despreciándose.

—Sí, y después seguramente fue porque comenzaste a temer que le hicieras daño, lo cual imagino que sucedió— notó que Sasuke se molestó de lo que había mencionado así que debía de ser cierto.

—Ya sabes qué fue lo que sucedió—dio a entender que con eso la conversación había terminado.

—Sé que te conozco un poco, pero he visto a vampiros como tú, que acaban siendo asesinados por la cantidad de personas que asesinan en una sola noche, claro ninguno te llega a ti. Mi punto es que deberías dejar de ser tan egoísta, sólo piensas en ti, tal vez si no hubieras deseado tanto morirte y mejor desear pasar tiempo con la persona que amabas, las cosas no hubieran resultado como fueron.

—¡¿Me culpas de esto?!

—Tú lo haces, se nota en tu forma de actuar. Sólo te diré, Naruto también se odió cuando fue convertido, hizo algunos desastres, pero al final siempre te puso a ti primero que a él, odiaba su vida, pero al final prefería pasar contigo el tiempo que pudiera, que buscar una manera de desquitarse por lo que le había pasado.

Gaara tomó a Mei entre sus brazos y se fue de allí. Había logrado que Sasuke se quedara sin habla, pero con lo inestable que era no quería que acabara con su vida, sólo por haberle dicho la verdad, además porque ahora tenía que cuidar de alguien.


No creía que después de lo que había sucedido a sus padres, aún le quedaran tantas lágrimas. Todos los días pensaba en él y al menos una lágrima lograba escaparse de sus ojos, seguido de un ataque de rabia que consistía en aventar todo lo que se encontrara a su paso. Había vuelto a su casa, después de tanto tiempo. Itachi se había ido a vivir con Sasori, envidiaba a este último por tener tanto autocontrol de sus instintos.

Aun cuando cerraba sus ojos, veía las imágenes del corazón de Naruto en sus manos y los ojos de este sin vida mirándolo fijamente. Se preguntaba si había hecho lo correcto, tal vez debía de haber esperado de tener paciencia y buscar otra alternativa, pero la verdad es que tampoco podía condenar a que Naruto siguiera sufriendo. Era un egoísta, había pensado más en su sufrimiento de ver a Naruto en ese estado que en lo que él estaba pasando en ese momento, sin contar que nunca le preguntó lo que deseaba, aunque conociéndolo, Naruto nunca hubiera estado de acuerdo con lo que había decidido, como le había dicho Gaara, siempre lo había preferido a él.


¡Sasuke!, ¡Sasuke!— escuchaba la voz de su mejor amigo gritándole, pero él no quería saber nada de él, de hecho no quería saber nada de nadie.

Naruto comenzó a zarandearlo mientras decía su nombre, pero él no respondía, hasta pasados unos minutos en que volteó hacia Naruto y lo aventó a un lado, haciendo que sus codos se lastimaran al rasparse con el suelo. Su amigo lo miró con tristeza y se puso de pie, como si el golpe no le hubiera dolido.

Siempre estaré ahí para ti—dijo Naruto y le dirigió una media sonrisa.

Acababa de entrar a preparatoria, aún no entendía cómo es que Naruto siempre acababa en la misma escuela que él, tal vez lo acosaba o simplemente se trataba de un coincidencia, la verdad es que, prefería que fuera lo primero pues significaba que aún le importaba a Naruto, pero sería algo que no aceptaría del todo.

La pelota dio contra su cabeza, cuando volteó para ver de quien se había tratado se encontró con Naruto.

Lo siento—dijo con indiferencia y aunque Sasuke no lo aceptara le había dolido.

Tal vez ese era el momento en que alguno de los dos hubiera dado el paso y de esa manera todo fuera como cuando eran niños, pero Sasuke era demasiado orgulloso y Naruto estaba cansando de todas las groserías de Sasuke, a veces se debe de entender que por más que hagas no lograras cambiar a las personas. Aunque Naruto nunca se dio vencido con él, sino, no hubiera pasado lo sucedido en aquellos meses, jamás hubiera sabido que podría ver a Naruto más que como un amigo.


Se dejó caer, su mirada estaba perdida, ya no quería pensar en Naruto, pero a la vez necesitaba hacerlo. Sentía una opresión en su pecho cada vez que lo hacía y después de eso asesinaba a alguien. No entendía de qué servían las palabras que le había dicho Gaara, ya no podía cambiar su forma de ser, ya no tenía a Naruto para preferir estar con él, estaba sólo.

—¿Sasuke?—era la voz de Itachi.

Su hermano iba a verlo cada tercer día y limpiaba un poco la casa o lo que podía hacer con el desastre que ocasionaba Sasuke. Había vuelto a trabajar, inventando que tanto Sasuke como él habían sido secuestrados. Sasuke se sentía mal por hacer que Itachi encontrara la casa de sus padres en ese estado, pero era algo que no podía evitar.

—¿Necesitas algo?—le preguntó Itachi hincándose para estar a su altura.

—Lo que necesito no puedo tenerlo…jamás— evitó que su mirada se topara con la de Itachi, no quería ver lástima reflejada en los ojos de su hermano.

Itachi le tendió la mano y lo ayudó a ponerse de pie. Le dolía verlo de esa manera, Sasuke había tenido que pasar por tanto dolor siendo tan joven y no tenía idea de cómo confortarlo, eso lo hacía sentirse impotente.

El entierro de Naruto había sido de lo más simple, lo hicieron dos días después de que hubiera fallecido, una vez que todos los del Concejo, excepto Mei, estuvieran muertos.

Lo enterraron cerca de sus padres y Sakura, cuando ella había muerto Gaara se encargó de que al menos pudiera estar cerca de los padres que no pudo conocer en su totalidad gracias a Tsunade. Los únicos presentes fueron los mismos que estuvieron en el momento de su muerte. Itachi permaneció todo el tiempo al lado de su hermano, viendo como contenía las lágrimas, cuando habían muerto sus padres, le dijo que todo estaría bien, ahora sentía que de decir algo parecido, sería una mentira, pero rogaba porque el futuro de Sasuke tuviera un poco de felicidad.

Cuando todos se hubieran ido, Sasuke aún se quedó, según Sai quien permaneció vigilándolo en caso de que enloqueciera, se quedó ahí toda la noche mirando la tumba y después de unas horas se dejó caer sobre sus rodillas.

Sasuke se negaba a creer que debajo de él yaciera el cuerpo de Naruto sin vida, aún tenía la sensación de que en cualquier momento aparecería y escucharía su molesta voz, como él siempre la había catalogado. Se maldijo por haber sido tan estúpido y perder todos esos años de amistad con Naruto, por decidirse tener lástima a él mismo y cerrarse en su mundo, tal vez su hubiera aceptado la compañía de su amigo, la carga de la muerte de sus padres no hubiera sido tan difícil y no se habría convertido en un malhumorado. Incluso tendría más recuerdos con Naruto, ahora tenía pocos, los de cuando eran niños apenas los recordaba y los de cuando fueron pareja parecían estar tornándose borrosos y parecían ser tan pocos.


Itachi ahora estaba mirándolo, mientras ambos tomaban un poco de café, quería que le dijera algo sobre la gente que mataba debido a su poco control, pero su hermano no lo hacía. Jamás pensó que extrañaría al Itachi que lo regañaba por todo.

—¿No me darás un sermón algún día?—le preguntó a su hermano con tal de al menos romper el silencio.

—Quisiera, pero no sé cómo— y era verdad, antes podía decirle a Sasuke que estaba echando a perder su vida que no tendría futuro, ahora su vida era un infierno y sabía que Sasuke no tenía ningún incentivo o tal vez podría haber uno – Sasuke, ¿te hubiera gustado tener hijos?

Sasuke miró a Itachi con sorpresa, no entendía de donde venía esa pregunta – jamás lo pensé.

—Bueno si lo pensarás ahora, ¿Cuál sería tu respuesta?

—Creo que jamás hubiera podido tener hijos, soy un mal ejemplo parar cualquiera.

Itachi le pidió que lo acompañara a un lugar, salvo que no le dijo a donde, por su mente pasó la posibilidad de que su hermano lo estuviera llevando a un orfanato o algo así, para conseguirle un niño y tuviera con que distraerse, pero lo descartó, Itachi no tenía ideas tan locas, excepto la de enamorase de un vampiro. Cuando descubrió que lo había llevado con Gaara se molestó, no quería que le dieran un sermón nuevamente, ya estaba harto de eso.

—¿Por qué me trajiste aquí?—le reclamó a Itachi, quien se limitó a ignorarlo.

—Sasuke—su hermano habló— hay algo que aún no sabes, no sabíamos cómo decírtelo, porque hasta cuando Gaara me lo contó no podía creerlo.

Su corazón empezó a latir con fuerza y pensó que tal vez le dirían algo como que Naruto estaba vivo o que aún podía hacerse algo con él. Cuando lograba dormir un poco, soñaba con que él volvía, que su hermano o Gaara, le decían que había sido una equivocación pensar que había muerto y ahora había vuelto, pero al final del sueño Naruto siempre moría, siempre.

—Tienes una hija—dijo Gaara sin rodeos.

Sasuke lo miró con incredulidad, estaba tratando de entender lo que había dicho Gaara, lo repitió varias veces en su mente pero no comprendía — ¿de qué hablas?

—La niña que cuido, te dije alguna vez que era hija de Sakura, pero también es tu hija. Cuando Orochimaru te secuestro uso tu semen para hacer una inseminación artificial a ella, tanto Tsunade como él esperaban crear un hibrido que podrían convertir en vampiro y fuera bastante poderoso.

Mientras escuchaba las palabras de Gaara, recordó cuando había visto a la niña y la única vez que sus miradas se habían cruzado, había sentido una sensación tan extraña en aquel momento, pero hasta la fecha no podía describirla.

—Sasuke—habló Itachi— sabes que no te mentimos, después de todo se parece un poco a ti— le hizo una seña a Gaara y este volvió al poco tiempo con la bebé en brazos.

Gaara intentó dársela a Sasuke para que la cargara, pero este se puso de pie y caminó en la dirección contraria— no, no la quiero— dijo tensó y asustado.

—Sólo inténtalo—le pidió su hermano, pero Sasuke siguió haciéndose para atrás.

Itachi intentó caminar hacia él, pero huyó, se fue tan rápido que apenas tanto él como Gaara pudieron notar que había desaparecido en menos de un minuto.

—Tal vez fue muy duro para él— dijo Gaara y volvió a poner a la bebé en la cuna.


Ella se encontraba sentada frente a un escritorio, antes se veía con tanta vitalidad y fuerza, ahora se le veía decaída. En cuanto oyó el ruido de la ventaba abriéndose se sobresaltó, siempre que iba a buscarla hacía algún ruido para anunciarle su presencia. Se tensó de sólo verlo y después sintió unos colmillos clavándose en su cuello.

Bebía de Mei todas las semanas, no era porque le gustara su sangre, más bien le encantaba saber que estaba dañando a alguien y sobre todo a una de las principales culpables de todo lo que había pasado en su vida. Como había querido Gaara, ella se quedó al frente del Concejo, pero no hacía nada que Sasuke o Gaara deseaban. Lady Mei, se había convertido en la esclava de Sasuke, lo cual acababa con el orgullo de ella, porque sabía que podía huir, matándose a ella misma, pero tal vez era una masoquista, lo cierto es que le gustaba lo que Sasuke hacía con ella.

Mei estaba en el suelo, mientras él limpiaba la comisura de sus labios y salía por la puerta. Ese día no volvió a su casa, temía encontrarse a Itachi y que le mencionara algo de su supuesta hija, no podía negar que tenía sentido, Orochimaru le había pedido su semen cuando lo secuestro y era cierto que la niña tenía su cabello y su tono de él, pero la verdad es que él no estaba listo para eso, ni creía que lo estaría algún día, temía hacerle daño a esa criatura, aquella vez que estuvo solo con ella se detuvo, pero que tal si ahora no podía.

—¿Interrumpo tus pensamientos?

Se preguntaba cómo era que Gaara lo había encontrado, ese vampiro le estaba perdiendo el respeto, pareciera que no temía que le hiciera daño.

—¿Cómo me encontraste?

—Aroma, no es muy agradable el tuyo pero al menos sirve para eso. Sasuke, si te dijimos lo de Sayuri— notó un poco de interés por parte de Sasuke –fue para mostrarte que aún tienes dos personas por las cuales vivir, en estos momentos pienso que para ti, la principal es tu hermano, pero tal vez pudieras ser que en algunos años lo fuera Sayuri. Sakura escogió el nombre— dijo al notar que este había reaccionado al escuchar el nombre— al menos piensa de esta manera, esa niña también es sobrina de Naruto.

Sasuke volteó a verlo y Gaara se notó que Sasuke no se había percatado de eso, después de todo, solo le había dicho que Sakura y Naruto eran hermanos, pero no había tenido tiempo de ahondar más en el tema.

—Naruto no hubiera querido que la hicieras a un lado, además si nada de esto hubiera pasado, si ninguno de los dos hubieran sido vampiros, tal vez en el algún momento Naruto habría deseado tener una familia contigo, es muy probable que hubiera querido que Sakura fuera la madre y tú el padre, después de todo eran mellizos.

—Tal vez algún día esté listo, pero por ahora cuídala— dijo Sasuke, mostrando una sonrisa triste.

Después de aquello Sasuke desapareció por diez años. Itachi se tranquilizó un poco debido a que no escuchaba de asesinatos o masacres, Gaara como Sai, le dijeron que eso era buena señal. Le llegaron a preguntar a Mei si tenía idea de donde estaba pero ella mintió diciéndoles que no, Sasori como Gaara se dieron cuenta de esto, al percibir el aroma de Sasuke en el despacho de Mei, pero al notar el nerviosismo de la mujer decidieron dejar el asunto, sin mencionar que notaron su palidez, y las marcas en su cuello, Sasuke debía de estar ahí y haberla mordido apenas unos minutos antes de que llegaran. Además de que al revisar la tumba de Naruto, se percataron de que las flores en ella habían sido puestas recientemente, pero esto sólo sucedió los primeros tres años, después las flores dejaron de aparecer, lo que les hizo saber que Sasuke debía de haberse ido del país o a algún lugar lejano.


El timbre había sonado, seguramente se trataría del cartero para entregar lo que había comprado en internet hace dos días.

—¡Sasuke!—dijo con sorpresa al encontrase con su hermano frente a él, temía que ya nunca más lo volviera a ver así que lo abrazo con fuerza, el abrazo hubiera durado más tiempo de no ser por el sonido de una voz nueva para Sasuke.

—Tío.

Sasuke miró hacia abajo y se encontró con una pequeña de ojos color esmeralda y cabellos negros.

—¿Él es tu hermano?—dijo la niña mirando a Sasuke—¿entonces es mi tío también?

Esperaba que Itachi lo volteara a ver antes de responderé a la niña, pero no lo hizo. Cargó a la pequeña para que esta pudiera mirar con detenimiento a Sasuke.

—Sí, es tu tío Sasuke.

El fic ha terminado pero…mañana publicare su continuación o segunda parte como quieran verlo :p. Se llamará Beauty of the dark.