Naruto no me pertenece.

LA ACADEMIA

Crimela


Resumen: Sakura Haruno cursa su último año en la Academia. Inicia un año lectivo lleno de retos y deberá prepararse para su próxima etapa. Sin embargo, lo que inicia como el peor año de su vida, le traerá muchas sorpresas.

Resumen 2: Sakura debe cerrar algunas heridas, enfrentar los retos de su último año escolar y preparar su futuro. En su camino se cruza Itachi Uchiha, quien la guiará en el difícil paso entre la adolescencia colegial y el ser universitario.


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LA ACADEMIA

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Sakura Haruno cursaba su décimo año en la Academia de Konohagure y pendía de un hilo que pudiera terminar el colegio.

Ella era de las pocas estudiantes que tenían con beca en el caro colegio y no alcanzaba.

La guerra civil había dividido la familia de Sakura y la situación económica de su familia era baja. Los padres de Sakura se esforzaban por darle mejor, para que en esa nueva sociedad que la guerra había creado, pudiera abrirse camino. Pero los padres de Sakura no eran políticos, ni empresarios, no eran líderes comunales, ni clérigos.

Simplemente, eran trabajadores. Su padre, un trabajador (mal pagado) migrante en otro país: lejano y hostil; su madre una enfermera (mal pagada) que se partía el lomo en el hospital central. De los múltiples gastos de una adolescente, apenas podían costearle los materiales y el transporte. El resto, que era mucho, Sakura se lo ganaba.

Sakura prestaba horas beca en su academia; trabajaba después de clases en la Biblioteca; daba lecciones de repaso a los niños de primaria; limpiaba los instrumentos musicales y ordenaba los equipos de la clase de deportes; se encargaba de coordinar actos cívicos y festividades; y solía ayudar a los profesores. Desde su primer día de clase; siempre, con promedio nueve.

En la época confusa que vivían, Sakura era una figura importante para el colegio. No solo por sus muchos trabajos, sino porque era la cara de la acción social de la Academia: la ayuda que el colegio le daba a Sakura, los hacía parecer una casa de educación sensible y consciente del dolor del pueblo.

Y sus profesores no paraban decir: 'Haruno, pasa la lista', 'copia el ejercicio en la pizarra', 'recoge las tareas', 'planea el festival'… o bien, 'Miren los apuros de la señorita Haruno por estudiar en este colegio y, aún así, obtiene mejores notas que ustedes', 'cuando alguno de ustedes asee su propia casa y, además, obtenga mejores notas que la señorita Haruno, entonces este colegio tendrá los mejores estudiantes'.

Si lo veía de esa forma, parecía una excelente estudiante. Buen promedio, buenas relaciones con sus superiores, capacitada para todo tipo de tareas. Sin embargo, no todo era miel en la vida de la joven estudiante, y justo esa mañana de enero, estaba recordando sus peores momentos en el colegio.

Estaba de pie, en medio pasillo principal de su colegio. A un lado, la puerta blanca y elegante que llevaba a la recepción, al otro lado, el inmenso patio verde. Al frente, el pabellón de las aulas.

En términos generales, podría decirse que era una estudiante modelo. Cerró los ojos. No lo era. Estaba muy lejos de serlo.

Todo había empezado en primer año, cuando se sintió acomplejada porque era mucho más delgada que la mayoría de sus compañeras, que ya tenían –y mantenían hermosos cuerpos de mujeres— por lo que sus compañeras solían reírse de la ropa holgada que usaba, sobre todo, de sus piernas flacuchas que salían del short de educación física.

En el segundo semestre, tuvo un incidente con la menstruación y sus compañeras tardaron en olvidar la mancha roja de sus pantalones. Además, estaban sus fracasos en los deportes (durante toda su vida), lo que le ocasionaba ser la última en ser elegida para los equipos. Por la presión que sentía, cuando corría, iba tan nerviosa que los pies se le enredaban; era capaz de meter autogoles estando en la banca del equipo y una vez quebró una ventana con el bate de béisbol. Y ya se habrán imaginado, que Sakura odiaba los deportes.

La imagen de estudiante modelo empezó a resquebrajarse. Era una fracasada en los deportes. Su mente le recordó otras (malas) vivencias…

Sakura no tenía muchos amigos en su colegio. La diferencia de clase, que implicaba una diferencia abismal en gustos, intereses y necesidades, la separaba de muchos de sus superficiales compañeros. A ella no le molestaba, tenía los amigos que necesitaba, porque los apreciaba y la apreciaban: Naruto Uzumaki e Ino Yamanaka.

Nunca la invitaban a fiestas ni reuniones, ni si quiera a los grupos de estudio. Naruto e Ino eran las únicas personas que trataban de incorporarla a sus vidas socialmente. Pero, era capaz de saludar y mantener relaciones cordiales con el resto de compañeros… si eso equivale a decir que nadie le hablaba ni nadie se metía con ella.

Sus relaciones sociales no hubieran ido espantosamente mal, si sus amables profesores no llegaban a tratar de congeniarla con un chico llamado Sasuke Uchiha. Dígase de paso, cuando se sentía bien, también lo consideraba su amigo.

A algún profesor (ridículo) se le ocurrió que Sakura Haruno podría tener futuro como asistente en los negocios de la familia Uchiha, por lo que se empecinó en que se conocieran. Claro, era imposible que alguien no conociera a Sasuke Uchiha, por lo que el trabajo de los profesores fue lograr que Sasuke se interesara por la muchacha, asunto que hizo que Sakura fuera el punto de atención de todo el octavo y noveno año.

Por fin, en décimo año, los profesores habían desistido de la idea. Pero ya el error estaba hecho.

En octavo año, a mediados, ella había cometido la equivocación de sentirse enamorada de él. Aún no sabía por qué, pero aunque su amiga Ino Yamanaka, le había dicho que mejor lo mantuviera en silencio, no lo había logrado.

Realmente, su historia no era más que la de una chiquilla que confesó su fantasía amorosa ante un chico demasiado inmaduro como para ser amable con ella. Sin embargo, a veces tenía días en que no soportaba ver el rostro del Uchiha porque creía que moriría de pena, a pesar de que ya había pasado poco más de un año y tenía algún tipo de relación cordial con él, gracias a Naruto.

Sabía que Sasuke le desesperaba su comportamiento enamoradizo y se había molestado mucho con ella, pero la había perdonado… con el tiempo. No obstante, fue una etapa angustiante en su vida, debido a las muchas burlas que recibió de sus compañeras.

Y ahora, sentía que revivía todos los malos momentos.

Las risas de burla de sus compañeras, sus muchos almuerzos sola, sus propios complejos, los comentarios hirientes por su origen, su físico, su inteligencia, su ideología durante la guerra, los empujones y las caídas bochornosas, las tardes sacrificadas en el colegio, los ratos que no podía estar con su madre, la situación en su casa, las palabras de Sasuke…

Sakura estaba rememorando lo peor que le había pasado en sus años de colegio, pero no encontraba algo que pudiera hacerle frente a lo que estaba viviendo.

Había sido víctima de un engaño.

Y todo era tan ridículo, que se sentía mareada solo de pensarlo.

Nunca había asistido a una fiesta y una de sus compañeras la invitó a una. Le dijeron que le darían la invitación después –qué ilusa-. Lo que Sakura no imaginó es que el papel, que emocionada y sin pensarlo, recogió mientras realizaba su examen final de matemáticas, era un forro con las respuestas del examen, no su estúpida invitación a la fiesta.

Y lo peor, su cara de espanto fue tal al descubrir lo que tenía en las manos, que el profesor no pudo más que descubrirla.

El profesor, iracundo, le había pedido que saliera del aula y ahí había empezado su calvario. Eso fue a finales de noviembre, y hasta ese cuatro de enero (y durante toda su vida) se extendía aquella estupidez. Había reprobado un curso. ¡Por fraude!

Lanzó una mirada al desierto pasillo del colegio. En plenas vacaciones y ella en clases de recuperación.

Entró al aula destinada a las clases de recuperación y no le sorprendió encontrarse con Shikamaru Nara, un despistado muchacho aficionado a los juegos de vídeo, pero mucho más astuto de lo que parecía; Naruto Uzumaki, uno de los pocos amigos que tenía Sakura, si a un muchacho capaz de hablar con cualquier persona y sacarle una sonrisa, se le puede decir amigo; y Konohamaru Sarutobi, un revoltoso muchachillo, nieto del alcalde, que era visita usual de los cursos de recuperación, de todos.

Apretó los ojos con fuerza. Ella no necesitaba clases extra de matemáticas. Ella podía enseñarle al profesor cómo enseñar matemáticas. Ella no debía estar ahí. Arrojó su cabeza sobre la mesa, dispuesta a languidecer en su sufrimiento mientras pudiera. Escuchó a sus compañeros sentarse, Naruto a su lado, este le tocó el brazo y la hizo acomodarse bien.

Sakura pestañeó.

Esperaba ver a su viejo profesor de matemáticas dándole las clases de recuperación, pero el muy vivazo se había ido de vacaciones y, en su lugar, había dejado a un joven universitario. Y no a cualquiera, sino a Itachi Uchiha, el hermano de su compañero de clase.

De paso, conocido como el heredero de los negocios de sus padres y uno de los que huyó en media guerra. Sakura supo que Itachi conocía bien a Naruto y a Konohamaru, pues se saludaron simpáticamente. Temió que él hubiese escuchado de ella: "la loca enamorada de su hermano menor". Resopló, imperceptiblemente, y se preguntó si él tenía la capacidad de estar ahí… ¿No se requería algún grado universitario para dar clases, el genio Uchiha tendría uno o, simplemente, estaba ahí por su posición… y qué demonios pensaba hacer un hombre –con tanto dinero- como él, en un infernal colegio en plenas vacaciones de verano?

Bien. Soy Uchiha Itachi, pueden llamarme por mi apellido. Estaré con ustedes en lo que pueda ayudarles. Supongo que se conocen, y según mi lista: tú debes ser Nara, y la chica: Haruno. Saquen sus cuadernos, empezaremos con algo sencillo.

Disculpe, profesor—interrumpió Sakura con delicadeza, el hombre la miró—, ¿puedo decir algo?

Continuará...


Este es un fic que vengo cocinando desde hace un tiempo y hoy se los presento. Espero les guste.

Básicamente, es: universo alterno, preparatoria o colegio (no habrá mucha matemáticas), un ItaSaku, con un esfuerzo enorme por mantener a los personajes en sus personalidades y por adecuar la trama original.

Espero haya llamado su atención y me cuenten qué les pareció. Si tienen alguna duda, comentario, pregunta, crítica, es súper bienvenida. :)

Muchísimas gracias leer, y ¡bienvenidas!

PD: un review es gratis y hace grande a un fic :)