hola quiero agradecer a todos los que han seguido mi pequeña historia :3
me alegra mucho que le haya gustado, lo siento si me tarde pero aqui esta la conty
espero que les guste...
PD: gracias a las personitas que dejaron reviews :3 son un amor ...
Anna
Sakura1402
Midori Uchiha Phantomhive
Guest
Ally-Nessi Cullen
Yue
aoi
kitsu mine ire
Fanaticasailormoon
PD2: este capitulo contiene lemon xD asi que bueno, las que no les gusta solo lean hasta la mitad xD
espero sus Reviews, gracias por leer :3
"Toda Historia tiene su verdadera versión, la cual debe ser contada"
Konoha-Siglo XVI (reino del fuego)
-¡Niisan! ¡Niisan! – Los saltos que daba su pequeño hermano menor en su mullida y cómoda cama lo despertó, estaba cansado pero aun así no podía negarse a la mirada dulce de su hermano menor- ¡por fin despiertas! ¡Vamos dijiste que iríamos al bosque temprano!
Oh si se acordaba, el día anterior le había prometido a su hermanito de ocho años que irían al bosque, ya que el pequeño muy rara vez salía fuera del palacio.
-está bien Sasu-chan- se estiro como felino en su cama, el menor solo atino a gritar un pequeño "Si" para después salir corriendo de la habitación.
Suspiro sonoramente, mientras en su rostro se le dibujaba una media sonrisa. Se levanto de su cama y se dispuso a darse una ducha, eso sí que los sirvientes no se enteraran, Ya que era terriblemente vergonzoso de que otra persona lo bañara o que lo viera desnudo. Hace poco había cumplido los catorce años y su hermano menor estaba más contento por eso, Itachi para Sasuke era el mejor hermano que podía tener, sus padres estaban ocupados con cosas referentes a su reino, así que no tenían mucho tiempo para pasar en familia. Solo en eventos sociales y en las cenas, pero del resto mas nada.
No que ellos fuera malos padres, claro que no. en realidad eran las personas más queridas que habían en el reino. Fugaku Uchiha era un hombre cerio podría decirse, pero solo en cuestiones de política, el estaba casado con Mikoto era una bella mujer y buen corazón, hacia todo lo que estaba a su alcance para ayudar a su pueblo, ella era la admiración y la envidia de algunas mujeres.
A decir verdad el amor de Fugaku y Mikoto hace años había sido prohibido ya que ella era una joven doncella pobre del pueblo, fue amor a primera vista. El se había escapado de su elegante castillo, ya que era agotadora su vida como príncipe, así que tomo prestadas las ropas de unos de los sirvientes y se escabullo al pueblo, donde la conoció…
Con Su hermoso cabello recogido, dejando caer en su rostro un par de mechones gruesos que le daban un aire más encantador; sus mejillas con manchas de harina… sin duda alguna era la mujer más hermosa que había conocido, sin perder el tiempo se acerco a ella con la escusa de comprar pan, así averiguo su nombre. Mikoto era hija del panadero, su única hija de hecho y era muy sobre protector, Pero al pasar los días el joven príncipe se había ganado la confianza del hombre. Fugaku declaraba que estaba profundamente enamorado, al igual que Mikoto, al paso de los días se habían hecho presente y su amor crecía mas cada vez más, que consumieron su amor juntando sus cuerpos en unos solo. Una tarde Mikoto quería darle una gran notica a su amado, pero el llego con otra… lo habían comprometido con otra mujer, pero aun así el no quería casarse. Ella le confesó que esperaban un hijo, lo cual hiso que embriagara de alegría a joven príncipe, dando por hecho de que no los separara rían.
Y así fue. A pesar de todo el caos que se formo en el palacio, el padre de Fugaku permitió que su hijo se casara ya que la mujer a quien amaba traía a su heredero. Pasaron los meses y Mikoto dio a luz a un bello bebe al que llamaron Itachi. El Rey había fallecido dejando de por si a Fugaku como legitimo Rey junto a su amada esposa…
Esa historia era una de sus favoritas, ya que daba por hecho que el amor a primera vista y el amor verdadero, eran cierto. Aun recordaba su rostro de felicidad y de ensoñación cuando su madre se la conto de pequeño…
Abrió la puerta de su habitación una vez ya vestido con un traje sencillo, su hermano menor lo esperaba afuera de ella mientras jugaba con el pequeño felino que tenía en sus manos. Sonrió levemente, Sasuke también se sabía la historia de sus padres y también el había jurado de que encontraría al amor verdadero al igual como lo hicieron sus padres…
-Niisan, cuéntame nuevamente la historia como se conocieron nuestros padres- la suave vos melodiosa de su querido hermano, lo saco de sus pensamientos bajo su mirada para encontrase con aquella mirada llena de Ilusión, hasta podía jurar que brillaba como el mismísimo Sol-Vamos…
-Sasu-chan, tú te sabes la historia de memoria- suspiro mientras se acostaba en el césped - creo que la puedes recitar hasta al revés.
-nee Niisan, no seas malo es que me gusta mucho esa historia –dijo mientras se le lanzaba en la barriga de su querido hermano mayor, sacándole absolutamente todo el aire- vamos.
-Sa...Sa…Sasuke… -su vos aun entrecortada a debido de la acción de su hermano sonó tan tétrica, que hiso sonreír nervioso al menor- ¡oye no huyas!- grito al ver que su adorable hermano huía entre los árboles, no dudo dos veces en seguirle.
-¡Niisan! ¡Lo siento!- gritaba el pequeño mientras corría cada más rápido al ver que su hermano estaba que lo alcanzaba, volteo hacia atrás y vio como Itachi se había tropezado con una rama, se carcajeo y así aprovecho a subirse a un árbol de cerezo. Para ser pequeño tenía una gran agilidad- nee Niisan no me podrás alcanzar.
-baja de ahí Sasuke que te puedes lastimar-le ordeno mientras intentaba de alcanzarle, pero no podía- vamos o llegaremos tarde al lago…
-Niisan cuéntame la historia porfissssssss- rogaba aun montado en la rama del árbol ¿Por qué su hermanito era terriblemente necio?
-está bien… pero baja inmediatamente.
-no, hasta que lo cuentes – saco su pequeña lengua como burla, haciendo que su hermano mayor le saliera un pequeño tic en su ojo. Un suspiro salió de sus labios y decidió sentarse en un tronco hueco, para asi comenzar con su relato que se sabía de memoria, en el trascurso de la historia su pequeño hermano interrumpía completando la frases que diría, sacando de por sí una sonría…- entonces viven felices y será para siempre- termino de completar el menor mientras mecía sus pequeñas piernas en el aire.
-ahora baja – ordeno mientras se acercaba al árbol, el menor le hizo una seña para qué le ayudara- bueno vamos –dijo después que acomodaba a su hermano en la espalda.
-nee Niisan, tú crees que encontraremos a nuestro amor verdadero?-pregunto con una gran sonrisa.
-por supuesto Sasu-chan.
-¿tu como crees que sea?-pregunto aun con su rostro lleno de ensoñación, además de un cierto rubor cubría sus blanquecinas mejillas. Imaginarse como seria su vida con su esposa/no conocida, lo hacía sentirse extraño, pero feliz.
-uhm… no sé.-en realidad no lo había pensado… solo esperaba que fuera bonita
-yo quiero que sea como Okaa-san, que cante y que sea muy linda a también que sepa preparar dangos-explico seriamente – muchos dangos, así tu no podrás robármelos.
-yo no te eh robado ningún dango –dijo con indignación fingía – tu eres el que me los robas.
-¡Niisan eso no es cierto! Cuando me case, le diré a mi esposa que me prepare cientos y tú no comerás nada.
-eres muy cruel Sasu-chan-gimoteo dramático – entonces si no me das dangos, le diré a mi esposa que plante muchos tomates y que no te dé.
-¡con los tomatitos no te metas Niisan!- le grito mientras le jalaba levemente la cabellera oscura de su hermano mayor- te daré todos los dangos que quieras, si tú me das todos los tomates.
-hecho Sasu-chan.
-por cierto, Niisan – comento después de un rato de silencio- ¿existen personas con los ojos azules como el cielo?
-Sí, ¿por?
-pues, yo quiero que mi futura esposa los tenga- explico sonriente- así mis hijos tendrán sus ojos.
-yo también, quiero una esposa con ojos azules.
-no es justo, ¡yo lo dije primero!-retaco con un pequeño puchero.
-es cierto, pero a mí me gustan también los ojos azules- le respondió mientras lo dejaba bajarse de su espalda.
-no es justo ahora no te vuelvo a regalar mis dangos- se cruzo de brazos, mientras hacia un gracioso puchero
-hagamos una cosa, hacemos buscaremos esposas con ojos azules y no meteremos en esto a los dangos y los tomates ¿vale?
-me parece buena idea Niisan…
Pasaron años, ya todo no era igual. Bueno casi… Sasuke había recientemente cumplido dieciocho años y era más guapo, había dejado su apariencia adorable; aun que era un poco cerio al igual que su padre, pero aun así eso no evitaba en meterse en problemas. Itachi ya iba para los veinticinco, su actitud no había cambiado del todo, seguía siendo amigable un poco alocado podría decirse…
Ambos hermanos tenían algo en común, su búsqueda interminable de la joven o el joven que sería su futura/o esposa/o. aun que en realidad era de la mas difícil ya que ninguna mujer ni de la alta sociedad o pueblerina llenaban las expectativas de los joven príncipes, era tan difícil enamorarse o conocer a alguien que le hiciera flaquear sus piernas y que robara sus pensamientos… pero todo era inútil, es que nada llamaba su atención, en forma sentimental. Así que dejaron eso aparte por un momento y decidieron disfrutar el cuerpo de las doncellas que se le entregaban sin ningún prejuicio.
-Ototo, porque esa cara- pregunto el mayor al ver que su hermanito estaba con aire depresivo- ¿una mala noche?
-Hhm…-gruño mientras se acostaba boca abajo en el mueble, sacándole una sonrisa a su hermano mayor- ¿porque es tan difícil Aniki?
-¿de que hablas?- inquirió curioso.
-¡encontrarla! –Espeto desesperado-Estoy cansado de estar buscando, quiero encontrarla o encontrarlo- murmuro a lo bajo mientras hundía su rostro en la mullida y sube almohada.
-te entiendo Ototo… pero hay que ser pacientes ¿no crees? – sonrió tristemente, el también estaba en las mismas. Aun que no era nada aburrido pasarla con bellas doncellas hasta con algunos chicos, pero eso no calmaba su ansias de encontrar a alguien a que amar, a alguien para acudir cuando se sintiera mal, quería a alguien que hiciera sentir que su vida tenía sentido. Sasuke asintió aun con su rostro hundido en la almohada, el mayor iba a decir algo pero las puertas del salón donde se encontraban se abrieron así entrando un hombre de cabello castaño con una cicatriz en horizontal en el puente se su nariz, su rostro denotaba desesperación y angustia. Ambos príncipes se alertaron por la actitud de su sirviente, bueno en realidad era más que eso, ya que el hombre que estaba ahí, los cuido desde pequeños.
-príncipe Itachi, príncipe Sasuke… Su padre…- su vos estaba un poco entrecortada, tomo aire y miro a los ojos de los azabaches- su padre enfermo y esta grave, el doctor dice que entro en una especie de coma*… no sabemos cómo… pero la reina Mikoto no reacciono bien con la noticia…
-¿pero cómo? si nuestro padre, es perfectamente sano ¿Cómo pudo enfermar así de pronto? – inquirió preocupado Itachi, era imposible. Su padre era la persona más sana en el reino, como podía enfermar de un día para el otro, algo no cuadraba bien-llévanos con nuestra madre, pronto…- ordeno sin esperar respuesta y se dirijo junto su hermano hacia la puerta, pero la vos del castaño detuvo su paso.
-joven príncipe, ese no es el problema ahora… - los menores lo miraron extrañados
- a que te refieres Iruka – hablo el menor de los azabaches, estaba absolutamente preocupado ¡por dios eran sus padres! Como no lo habría estar. ¿Y él viene a decir que no es tan importante? Debía ser una broma.
-el grupo de ancianos quiere hablar con Ustedes-bajo un poco la mirada- se enteraron de la condición de su padre… también se enteraron que la reina no estaba en condición en Reinar… así que…
-¿así que? Iruka- interrumpió el mayor de los hermanos preocupado.
-a ambos los comprometieron con las hijas del duque del reino del norte ya que los príncipes no pueden Reinar si no están casados- suspiro- el reino del fuego tiene que tener un rey…
-¿Qué? – fue lo único que atinaron a decir… era imposible, ¿esos viejos se atrevieron a comprometerlos sin consultárselos? Era inaudito ¿y por que los dos? Sin duda algo no estaba bien – es una broma de mal gusto Iruka-san…
-no es una broma… es cierto. Justo en estos momentos las hijas del duque están en camino al castillo, en unos días su boda se realizara a cabo…
-esto es una estupidez- estallo el menor, mientras caminaba como gato enjaulado en el salón- ¡no me casare con nadie! ¡No me casare con alguien que no amo! No me importa lo que diga el estúpido grupo de ancianos.
-estoy de acuerdo con mi Ototo, eso es demasiado –inquirió Itachi mientras se sobaba la cien – no destruirán nuestras vidas así, ¿además por que Sasuke también? Yo soy el mayor aquí.
-eso no lo sé… solo me dijeron que ambos príncipes estaban comprometidos… y no debían replicar, ya que sin rey… el reino del fuego caerá en la discordia-bajo la mirada, sabia como se sentía ellos. Arreglarle un matrimonio sin amor, además el era el único que sabía el sueño de los príncipes. "casarse a base del amor verdadero tal como lo hicieron sus padres" sabía que era una decisión difícil, y no sabía cómo ayudarles.
-No, yo no me casare… no me importa que sea del reino vecino, que venga de una familia de la alta sociedad o que sea linda-espeto Sasu totalmente enojado- no me casare con alguien que no conozco.
-príncipe Sasuke…- fue inmediatamente interrumpido
-¡Nada! Eh dicho que no me casare, hagan lo que quiera con mi hermano pero conmigo que ni se le ocurra, si tengo que escapar del reino y ser egoísta lo hare. Pero no quiero pasar el resto de mi vida atado a alguien que no amo ni amare –dicho esto abandono el salón dejando a sorprendido a los dos, sabían que Sasuke hablaba enserio y que cuando se proponía algo lo haría.
-Iruka… llévame con ellos por favor…- el castaño asintió triste, ambos se dirigieron a la habitación donde estaba los reyes. No sabía donde se había metido Sasuke, pero por los momentos eso no importaba… al llegar a la habitación se encontraron con el cuerpo de Fugaku, su rostro pálido e inmóvil. A su lado se encontraba Mikoto sus ojos estaba irritados, su rostro demostraba preocupación total. No dudo dos veces acercase y abrazarla, esta rompió en llanto al sentir los brazos de su hijo mayor- tranquila Ma, ya verás que se recuperara… pero dime qué fue lo que sucedió.
-Itachi… hijo… la verdad no se snff… antier estaba bien, pero la mañana siguiente… no quería despertar… yo… no se qué hacer sin él- nuevamente rompió en llanto aferrándose al pecho de su hijo, sin Fugaku parte de su alma se iría con él, lo amaba demasiado que no quería perderlo… no quería perder a la razón de su felicidad, el casi dejaba todo por ella, le dio dos hermosos hijos… no soportaría perderlo no así…
-tranquila Ma, Sasuke y yo cuidaremos del reino y tu estarás junto a Papá – le acaricio su cabello negro tal como ella lo hacía cuando era niño- se que mientras tu estés con él, tarde o temprano despertara…
-gracias hijo… -le beso tiernamente la frente- confió en ustedes para que cuiden el reino…
-lo haremos- susurro para después abandonar la habitación, si tenía que sacrificarse lo haría… pero había un problema y ese era Sasuke.
Ya habían pasado horas y las hijas del Duque ya habían llegado, lo cual llego a los oídos del joven príncipe. Las jóvenes fueron acomodadas en una de las más lujosas habitaciones del palacio, ellas estaba de los más felices ya que pronto serán esposas de los mas apuestos hombres del reino del fuego.
-vaya, no creí que sería mejor de lo que imagine- dijo una joven de aproximadamente dieciocho años, ojos jades sutilmente delineados, su cabello rosa que caía con gracia hasta sus hombros. No creía que llegaría tan lejos pero ahí estaba, en el palacio del reino del Fuego donde se casaría y la proclamarían princesa- no veo la hora en que me case con mi adorado príncipe Sasuke-kun.
-tranquila hermanita en unos días estarás casada con él y después de eso tendrán una fogosa luna de miel- le explico a su hermana menor, esta tenía el cabello azul corto. Sus ojos de un intesto color dorado parecía resaltar increíblemente – después de todo lo que hemos luchado para llegar aquí, será recompensado con una buena noche con nuestros prometidos.
-tienes toda la razón, vaya que hechizar al rey fue de gran utilidad, nos casaremos en poco tiempo – una sonrisa adorno en sus finos labios- ya quiero estar junto con mi Sasuke-kun…
-yo con mi adorado Itachi-kun –secundo la mayor – nada se interpondrá en nuestros planes.
-eso creen ustedes, pero yo no me casare con una maldita como usted – la vos gruesa y llena de ira llamo la atención de las jóvenes, haciéndolas padecer- ¡qué rayos le hicieron a mi padre! Dígame antes que las mande calabozo o las sentenciare a muerte por atentar contra el rey.
-¡no puedes hacer nada! Nosotras tenemos inmunidad joven príncipe- espeto la pali azul, recuperando su postura serena y llena de arrogancia- es mejor que no te metas con nosotras y que cooperes.
-¡están locas! No cooperare ni que nada, dime que le hicieron a mi padre- se acerco fieramente a la joven mayor pero antes de llegar frente a ella se detuvo, bueno en realidad su cuerpo no respondía. Estaba paralizado totalmente - ¡¿Qué sucede?!
-tienes que calmarte joven príncipe- el aludido levanto la vista hacia la mujer la cual lo señalaba, pero pudo notar que la punta de su dedo extrañamente brillaba- yo que tu aria lo que digamos, no es nada del otro mundo ¿sabes? Solamente te tienes que casar con mi querida hermana Sakura, por si no lo ves ella es muy hermosa.
- ¡Maldita bruja! No me casare con ella – grito más que iracundo.
-no, no, no…-susurro sonriente la peli rosada, haciendo que el brazo izquierdo del azabache se torciera hacia atrás, sacando un desgarrador –Sasuke-kun amor mío, no le hables de esa manera a tu futura cuñada.
-quiero que se larguen de aquí ustedes no se casaran, no pasaran ni una noche en este palacio- a pesar en la circunstancia en la que se encontraba, no se dejaría intimidar por un par de brujas, sabía que algo estaba mal , su padre jamás en su vida se había enfermado, jamás. Sabía que algo sucedía y no se había equivocado-sea lo que sea que me hicieron ¡deshágalo ahora mismo!
-¿por qué lo haces tan difícil querido? No soy horrenda-comento la pelirosa mientras caminaba a su alrededor tocando, su pecho y brazos – puedo complacerte de mil maneras… en resumen conmigo tu vida no será tan miserable, solo te pido que te cases, que me tomes como tuya… no es tan difícil ¿o sí?
-¡jamás me casaría como alguien como tú!- le grito- no tocaría tu inmundo cuerpo, no me rebajaría a tal cosa.
-¡estúpido! ¡Cómo te atreves a hablarle de esa manera a mi hermanita!-esta vez era el turno de la peli azul, la cual anteriormente veía con una media sonrisa, pero al oír lo que dijo sobre su hermana, no pudo evitar que la rabia se apoderara de todo su ser. Ahora una aura completamente negra la rodeaba, la punta de sus dedos emitían una extraña luz- ¡te arrepentirás de lo que has dicho!
Todo sucedió en cámara lenta, la joven estiro sus brazos en dirección donde estaba Sasuke así rodeándolo de aquella luz, en ese instante la puerta nuevamente se abrió dejando ver al joven Itachi, sus ojos se abrieron abruptamente al ver como su hermano era rodeado por aquella luz, después su cuerpo iba en cogiéndose para así convirtiéndolo en una pequeña cajita musical.
El mayor corrió donde anteriormente había estado su hermano, tomo la cajita la cual estaba abierta dejando a la vista de su hermano en versión miniatura totalmente inanimado. Toco con nerviosismo el rostro de muñeco con temor, en el interior se encontraba tallado su nombre, no entendía que lo que estaba pasando. Primero su padre el cual estaba postrado en la cama sin inmutarse, estaba seguido de su madre que estaba totalmente devastada por temor de perderlo en algún momento y ahora su querido hermano el cual juro de pequeño que cuidaría y lo protegería estaba… estaba convertido en una caja musical. Sus ojos se inundaron de lagrimas, la rabia adueñaba de su cuerpo, con cuidado dejo la caja en el suelo y se levanto, con sus manos empuñadas y poso su vista en las dos mujeres que miraban un tanto sorprendidas. No tenían idea de que Itachi llegaría, ahora sus planes colgaban en un hilo.
-¡Malditas brujas! ¡Regrésenme a mi hermano!-grito haciendo sobresaltar a las jóvenes- hágalo ahora, ¡antes de que llame a los guardias!
-No querido, tu no harás nada… además nosotras tampoco lo haremos- comento la peli azul- tu hermano insulto a mi hermanita así que sufra las consecuencias.
-Konan tiene razón, el me insulto de la peor forma. Además de acusarnos de lo que le sucedió al rey Fugaku… -rápidamente fue interrumpida por el príncipe
-¿Qué es lo que le hicieron a mi padre? Respondan!-se iba abalanzar sobre la joven pero al igual que su hermano su cuerpo fue paralizado.
-lo siento querido…- y de ahí su cuerpo fue rodeado por aquella misma luz que había cubierto anteriormente a Sasuke, ahora… ahora se había convertido en una cajita de la misma manera que su hermano…
Después de eso las jóvenes los escondieron, al igual que hicieron con el rey hechizaron a Mikoto, en total las hermanas se habían apoderado del reino… de todo, cualquier persona que se atrevía a contradecir o mencionar a misteriosa desaparición de la familia Real Uchiha, era inmediatamente decapitado…
Después de eso pasaron los años encerrados hasta que la joven sirvienta los encontró, el pasar de los años entre dueño y dueño era agotador y frustrante, parte de lo sucedido lo descubrió una vieja médium que se comunico con ambos príncipes… ella se encargo de expandir su historia, además de que fue gran ayuda para ellos. Ya que le dijo que la única forma de romper el hechizo era una fuerza más grande de mundo, aun que ella sabía que era demasiado cursi y ellos la apoyaron en eso. Amor verdadero, eso era lo único que podía romperlo… el amor.
Pasaron siglos, y en ellos llegaron a ser poseídos por mujeres y niñas hermosas… pero ninguna llenaban sus expectativas… de ninguna se habían podido enamorar. Era tan frustrante, ver la vida parar ante sus ojos, ser unos simples espectadores de lo que sucedía, no pudieron vivir su vida como realmente quería, sus padres… no sabían que había sucedido con ellos, ni con su reino… nada.
Justo cuando ya habían perdido las esperanzas los conocieron…
Aquellos ojos tan azules e inocentes, que hicieron olvidar su vida entera, todos esos siglos… iban desapareciendo al paso de que estaba en su compañía, asas dulces voces tan inocentes y puras… sin duda era inevitable. Convirtiéndose en sus fieles admiradores, al igual que sus oyentes sin importar que no pudieran abrazarlos cuando quisieran, o robarle un beso cuando se enojaran… solo su indistinguible presencia les bastaba, su confianza en contarle todo y oír aquella melodía que ellos mismo producían con todo el cariño para el par de rubios…
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Levanto su mirada oscura encontrándose con la pura de su amado, este sonreía ligeramente mientras sus mejillas estaba ligeramente cubiertas por ese inconfundible color carmín… desde que Sasuke y Naruto se fueron al festival, Deidara le había pedido que le explicara todo desde el comienzo, hasta ahora. Se mordió ligeramente el labio, primera vez en su vida se sentía nervioso, aquella mirada tan pura lo hacía sentir externadamente raro y feliz a la vez.
Deidara se levanto del mullido mueble blanco donde se encontraba y camino lentamente hacia el azabache, haciendo que este lo mirara sorprendido por su acción. No basto sino tres paso más para que el rubio se pusiera en cuclillas frente de Itachi, frunció levemente el ceño lo cual altero al mayor.
"¿será posible de no haya creído mis palabras? Debe suponerse, si fuera yo… no lo creería" pensó tristemente aun manteniendo contacto con aquellos ojos azules que lo analizaban inquisidora mente, no podía aguantar un rechazo de la persona que mas amaba… no lo soportaría.
Por otra parte, Deidara le había costado creerle… pero en la forma de que le conto todo… además sus ojos, mostraban sinceridad, tristeza. Entendió perfectamente cómo se sentía, perder a sus padres y pasar la mayor parte de su vida viendo como el mundo pasaba lentamente. Acerco su mano al rostro blanquecino del príncipe, acaricio tiernamente su mejilla ¡por dios era absolutamente real! No lo pensó dos veces y acerco su rostro y de así juntando sus labios, era como hace rato en la habitación cuando despertó, tan cálidos y tan dulces esos labios, podía sentir como su corazón iba a mil por minuto. Rodeo el cuello del azabache con sus brazos, mientras habría ligeramente su boca para dejar que la lengua de SU príncipe recorriera con gula cavidad bucal.
Las manos de Itachi buscaron con necesidad más contacto del cuerpo del rubio, lo tomo rápidamente de la cintura haciéndolo sentar en su regazo. Cada vez el beso se convertía en uno demandante lleno de pasión, nunca antes alguien lo habían besado de la manera que lo hacía su bello rubio, sus labios, aquella lengua que luchaba con la suya… no le importaba ahora el oxigeno el cual sentía que le comenzaba a faltar, no quería despegarse de ese hermoso ángel, sus manos subían y bajaban por toda la extensión del dorso del rubio. Quería sentir más, quería saber cuáles eran sus puntos débiles y lo quería descubrí con su lengua.
Se separaron bruscamente, pero mantenían sus frentes juntas, mirándose como si hubiera pasado años de haberse vistos y eso era un delicioso y desesperado rencuentro. Ambos sonrieron divertidos, tan cerca y siempre se sintieron tan lejos. Pero ahora nada no los podía separa ¿o sí?
-Te creo… Itachi…- susurro mientras besaba levemente la comisura de los labios de SU príncipe- me alegra que ahora estés… conmigo…
-siempre lo estaré…
Junto nuevamente sus labios, dando por comienzo nuevamente un vaivén con sus labios, el calor comenzaba a subir al igual que sus caricias. La excitación en estos momentos se adueñaba de la habitación, podían sentir aquel como sus miembros se endurecían y deidara podía sentir claramente que lo que estaba dejo de su trasero no era nada pequeño.
Sonrió entre besos con ironía, sin avisar arrebato aquella molesta camisa blanca que cubría el dorso de Itachi, dejando al descubierto una bella obra de arte. Si hubiera tenido la oportunidad de conocer a los padres de su príncipe les agradecería rotundamente, por crear tan magnífico ser con cuerpo de dios. Aquellos músculos bien formados, la piel exquisitamente tersa, hacia que su corazón bombease cada vez más. Estaba decidido, algún día no muy lejano le pediría que fuera su modelo, pero por ahora era mejor para otras cosas.
Se re lambio sus labios… algo le decía que esta tarde marcaria su vida para siempre.
Itachi lo tomo de la cintura arre costando aquel delgado cuerpo en mullido mueble para así comenzar a ver con deseo aquel dulce cuello. Tanto tiempo soñando con hacer eso, de tomarlo y márcalo como suyo… y ahora lo tenía justo debajo suyo tan sumiso y encantador… tan violadle en pocas palabras seria suyo en ese instante. Fue repartiendo besos o mejor dicho lambiendo aquel delgado pecho que extrañamente olía a canela, llego hasta aquellos semi endurecidos pezones rosados eran tan tentadores que no pudo evitar lamberlos y chuparlos con fiereza arrancando un gemido su rubio.
Su tibia saliva empapaba aquella fina piel, no podía dejar de acariciar aquel perfecto cuerpo. Una vez dejado de jugar con los pezones fue descendiendo dejando un ligero camino de saliva en todo el vientre del joven, mordió chupar y marcar eso era lo que estaba en su mente en estos momentos. Quería que esta experiencia fuera la mas increíble de todas, ya que el bastardo pelirojo se habían adelantado y había tocado el cuerpo de su rubio, pero el haría que olvidara todo, y que supiera que sería el único el que tomaría su cuerpo. De mil formas lo haría y de eso se encargaría.
-ahh..ahh… Ita… - decía en vos realmente baja pero sensual, al ver como el azabache hacia a un lado su pijama junto su bóxer dejando a la vista su palpitante y erecto pene necesitado de atención. Itachi se mordió ligeramente el labio, era mejor de lo que esperaba, tomo aquel esquicito trozo de carne y comenzó a masajearlo de arriba y abajo, acerco sus labios a la punta del glande dando le un pequeño beso haciendo que el cuerpo de su rubio se estremeciera por completo, sonrió gustoso y comenzó a lamberlo, su lengua tibia y húmeda recorría toda la extendió del falo sacando más sonoros gemidos que lo incitaban a mas, con una de su manos libres fue masajeando los glúteos tan exquisitos, su boca ahora tenía completamente metida aquel trozo del rubio, succionaba y mordía ligeramente haciendo que el frágil cuerpo de abajo diera pequeños espasmos, sus caderas se movían, querían mas ambos querían ver hasta dónde podía llegar.
Deidara estaba nublado de la excitación, sus piernas flaqueaban, aquella boca se tragaba su pene y lo embolia con su lengua con tanta maestría, sintió un poco de celos al pensar que ya se lo había hecho a otras personas, pero cayó en cuenta que el tenia siglos sin tener relaciones sexuales, sonrió ligeramente mientras jadeaba y gemía. Ahora Itachi le pertenecía y el también a él. A pesar de su mala suerte con las relaciones, sabía que con él sería diferente ya que Itachi no era del todo normal.
La mano de itachi fue aumentando el ritmo cada vez más preciso y placentero, podía notar como su amado se retorcía del placer, sus mejillas teñidas de carmín, aquellos labios inmensamente rojos ha debido de que el rubio se los mordía con intento de reprimir gemidos, su cabello rubio que se pegaba ligeramente en su rostros dándole un aire más erótico.
Pudo sentir como su vista se nublaba mientras su espalda se arqueaba… estaba a punto Si, estaba a punto de llegar al orgasmo. Todas sus emociones se concentraron en su parte baja aquella en la que era espléndidamente atendida por aquella boca maestral, con un sonoro gemido término eyaculando en la boca de su príncipe. Se sentía reamente bien, esplendido de hecho.
-ahora viene lo mejor…- la vos de Itachi sonó tan terriblemente sensual que lo comenzaba a excitar nuevamente, aun con su respiración agitada sonrió ligeramente dándole a entender que continuara. En la mano de Itachi había un poco de Semen con este aprovecharía para dilatar aquella expedida rosada entrada, con cuidado recorrió el exterior envabunadolo completamente, la tención enloquecía al rubio, quería que se lo metiera ya mismo. Lentamente entro el primer dedo, sacando un quejido del los labios del blondo. Bueno era mejor que lo preparara pensó el rubio mientras cerraba sus ojos, si hubiera dejado que aquel trozo de carne entrara, que por cierto por ahora no había visto y intuía que no sería nada pequeño y sería tremendo animal que probablemente lo partiría en dos. Si, era mejor que lo preparara como dios manda… Inmediatamente fue sacado de sus pensamientos al sentir el tercer dedo ¿Cuándo había entrado el segundo? Estaba tan sumido en sus pensamientos imaginándose como debía ser el animal que se encontraba apresado en aquella tela que ni se dio de cuenta que su entrada ya había tenido la segunda intromisión y estaba en la tercera.
Los dedos de Itachi se movían rápidamente sacando más jadeos y suspiros de Deidara, era tan exquisito que quería comérselo ya.
-ahhhgg… ya… Ita…- esas fueron las palabras claves que hicieron que el azabache sacara sus dedos del dilatado ano del rubio y se dispuso a liberar al tremendo animal – como había pensado Dei- de su jaula, y no se equivocaba, eso lo que tenia Itachi entre sus manos era un animalito era un ANIMALOTE que estaba deseoso tomar a su presa, y vaya pesa tenia al frente. Inmediatamente su cerebro se desconecto al sentir como aquella punta empezaba a empujar abriendo paso para el resto de la extensión, en realidad no sabía cómo le entraría todo eso. Cerro sus ojos con fuerza mientras aferraba sus uñas en la nívea espalda del príncipe dejando pequeñas marcas rojas, era grande terriblemente grande y terriblemente doloroso.
Por parte de Itachi estaba delirando de ansiedad, no veía el momento en que tu "amiguito" entrara completamente en Deidara, era tan estrecho, terriblemente estrecho, y eso que solamente había entrado la mitad. Estaba deseoso si, quería embestirlo con fuerza, así el recordaría que le pertenecía de completo. De una estocada termino de entrar tocando aquel punto G haciendo Gemir a todo lo alto al rubio.
-mgg…eres terriblemente estrecho…- susurro cerca su oído al tiempo que pasaba su lengua en su mejilla, se estaba controlando, no sabía cuánto más tenía que esperar, para embestirlo con tanta fiereza… pero debía esperar… esperar a que se acostumbrara a su pene, él sabía muy bien que su trozo de carne era demasiado pero perfecto para el rubio, se mantuvieron quietos por un momento, le respiración de Deidara aun era irregular, sus mejillas en su totalidad seguían con ese adorable color carmín, sus ojos azules entrecerrados, podía notar aquella chispa de lujuria en ellos.
Las caderas del menor se movieron ligeramente en busca de mas contacto, Itachi respondió sacando un poco su pene para así entrar nuevamente de una sola estocada haciendo chocar su pelvis con aquellos glúteos –ahhh…Dei…- estar dentro de él era la gloria misma, podía sentir como aquellas paredes se contraían y apresaban exquisitamente su miembro, sus caderas comenzaron a moverse en un rápido y frenético vaivén de embestidas que hacia enloquecer a ambos, las piernas de deidara rodearon la cintura de Itachi, de sus labios solo salían palabras como "Mass…" o "justo ahí" mientras escondía su rostro en el cuello de su príncipe, sus uñas se aferraban a nueva cuenta en la nívea piel, sus labios por instintos buscaron aquellos que encajaban con los suyos a la perfección, dando por comienzo un húmedo y necesitado beso.
Estaban a punto de tocar el cielo con sus propias manos, querían llegar juntos, las embestidas se volvieron más certeras y precisas ahora daban justamente en la próstata del menor haciéndolo gemir su nombre por lo alto, estaban a punto y lo sabían. sus cuerpos perlados por el sudor era más de lo que podían desear, solo bastaron un par de estocadas mas y así Dei termino corriéndose con toda su gloria en el vientre de ambos y Itachi dentro de su adorado rubio, sus respiraciones estaba más que irregulares, sus piernas no daban mas. Itachi se acostó como pudo al lado del menor abrazándolo por la cintura hundiendo su rostro en el cuello de el oliendo aquel dulce aroma a canela que tanto le gustaba. Había sido perfecto ahora todo era prefecto…
-eso…eso fue increíble…- murmuro Dei mientras sentía como sus parpados comenzaban a cerrase, pero aun así no podía borrar aquella estúpida sonrisa que estaba adornada en sus labios- gracias…- dijo antes de caer en brazos de Morfeo – o mejor dicho de su Príncipe- Itachi sonrió mientras le acomodaba aquel mechón rubio que estaba en el rostro de su rubio.
-gracias a ti mi Dei…- respondió mientras le daba un ligero beso en la comisura de sus labios, para así unírsele… si duda algunas había sido mejor de lo que había soñado…
Continuara...
