Los personajes le pertenecen a Meyer, la trama es mía.

Capítulo dedicado a Betzacosta, Mia, Aryam, a Lucero, a Sachita.

Bienvenidas.


Prólogo

Edward estaba parado frente al gran ventanal que había en su oficina viendo todos los edificios de New York, divagando, recordando cuándo fue la última vez que él sonrió, o que su mundo no giraba alrededor del trabajo, pensando que su esposa siempre le decía que no trabajara tanto, que pasaran más tiempo juntos ellos como familia

Él la ignoraba, creía que todo tenía que ser siempre trabajo, trabajo y más trabajo

Que equivocado estaba

Ahora él se arrepentía de todas las veces que Bella le decía eso y él la ignoraba, por eso, ahora ella se había ido, lo había abandonado-decía él, cuando el culpable era él y no Bella- la extrañaba como la mierda, pero no podía hacer nada

Bella siempre pensó que ella nunca fue suficiente para Edward, y cuando ella se lo dijo, el no lo confirmó, ni lo negó

Hacía 3 meses que se habían casado, él la amaba- a su manera- pero la amaba, y ella quería más, lo quería a él completo, que llegara a las cinco de la tarde, que salieran al cine, a cenar, a cualquier parte, ¿qué tan difícil era complacer a su mujer?

Él no pudo dárselo y ella se fue, lo abandonó, todavía recordaba la última conversación que habían tenido hacía ya 2 semanas-que ella se fue

-¡Por favor Edward! ¡Mírate! El trabajo te está consumiendo, parece que la oficina fuera tu esposa ¡Y no yo!

-Bella por favor, no seas exagerada, paso lo necesario en la oficina

-Edward, estar desde las siete de la mañana hasta las 11 de la noche no es necesario, ¡Entiende maldita sea! Para ser feliz no se necesita ser millonario, dime algo ¿De qué sirve que estés haciendo millones, cuando ni siquiera somos felices?

-Yo soy feliz –respondió a la defensiva

-¿Lo eres? ¿Seguro?- Indagó con lágrimas en los ojos

-¿Sabes Bella? Sinceramente maldigo el día en que creí que eras la esposa perfecta

Ella quedó paralizada y abrió los ojos desmesuradamente, él sabía que la había cagado, ella… también

-Lamento no haber sido la esposa perfecta-dijo con los ojos más húmedos

-Bella… -intentó arreglarlo él, pero Bella lo interrumpió

-Lo lamento, en serio, te lo digo de corazón… Yo... Necesito tomarme unas vacaciones, iré unas semanas a Forks donde mis padres

Edward, como el cobarde que era no dijo nada, solo asintió, eso había sido hacía 2 semanas, ella no lo había llamado, él tampoco… estaba jodido

-¿Señor Cullen?- Llamo Irina por el intercomunicador

-Dime Irina- Contestó él seco, así le hablaba a sus empleados, demostrándoles que él era más que ellos

Más estúpido tal vez

-La señorita Tanya Denali está aquí esperando a que la atienda, ¿la hago pasar?

-Si Irina y no me pases llamadas y cancela mi cita de las diez

Se sentó en el sillón a esperar a una de las personas que en verdad lo hacía feliz, vio como entró Tanya, con su caminar presumido, creyéndose superior a los demás

Llevaba un vestido rojo, pegado hasta la cintura y suelto de las caderas, demasiado corto, tanto que podía verle el inicio de su trasero

-Hola mi amor-saludó cuando llegó frente a él

-Hola preciosa- respondió él sujetándole la nuca y atrayéndola hacia él para besar sus labios, como llevaba haciéndolo 3 meses.


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