Hola!

Como he prometido no dejare abandonada esta historia, estoy tratando de traer a ustedes actualizaciones un tris mas seguidas, este quinto año me esta costando bastante estoy sin tantas ideas, espero poder darle el desarrollo que quiero a este ciclo escolar, y hacerlo emocionante a ustedes.


Hermione dejó a Harry durmiendo en su habitación y se dirigió a la planta inferior de la mansión Black, pasó por la sala de estar que se encontraba desocupada como era de esperar dadas las tempranas horas de la mañana, dejó su pequeña maleta en el sofá, y luego, fue directamente a la cocina allí se encontró con la señora Potter y la profesora Mcgonagall.

-Buenos días Hermione, ¿Si descansaste?- pregunto Lily, mientras daba un sorbo a su taza de café.

- Descanse muy bien, ¿Y usted, cómo se encuentra?- respondió Hermione dirigiéndose a la nevera.

- Tantos años conociéndome y aún me tratas con tanta formalidad, que te parece si nos tratamos más informalmente-responde Lilly.

-Como usted guste- contesto Hermione.

-Siéntate a desayunar Hermione, James no tarda en bajar para llevarnos al aeropuerto- dijo McGonagall.

Hermione, se acercó a la nevera, se sirvió un poco de jugo de zanahoria y se dirigió a la mesa, donde había pan fresco, tomó una rebanada y se sentó a comer en silencio, mientras McGonagall y Lilly conversaban tranquilamente, al cabo de 20 minutos James realizó su aparición en el marco de la puerta.

-Buenos días, Listas para el viaje?- preguntó mientras se dirigía a la estufa por algo de café.

- Ya tenemos todo listo- respondió Lily- Tardaste más de lo que esperaba, James.

- Lo siento cariño, pero Luego que dejaste la habitación, me tomó más de lo que esperaba despegarme se las sábanas y entrar a bañarme- respondió James mientras tomaba pan de la mesa.

- Lo supuse, en fin lo importante es que estamos bien de tiempo- le respondió Lily.

-¿ Hermione, necesitas ayuda para bajar tu maleta?- preguntó James.

- No señor Potter en realidad no tengo mucho que cargar- le respondió Hermione a James-La profesora McGonagall me comentó que Harry podrá llevar mi baúl a Hogwarts, así que solo llevo una pequeña maleta.

- Genial, sabes Lily deberías aprender algo de Hermione,en el último viaje familiar que hicimos llevaba más maletas que Harry, Liz y yo! Fue una barbaridad cargar con todo ese equipaje- Termino James con gesto dramático.

-El exagerado de mi esposo, no recordaba que es mago y no pensó en el hechizo reductor, pero ahora será mejor que salgamos rumbo al aeropuerto- comentó Lily, mientras se encaminaba a la salida de la cocina.

Partieron en el auto de los Potter, rumbo al aeropuerto en medio de una amena charla, sobre temas triviales, el tráfico, lo congestionados que son los aeropuertos, y demás pormenores del viaje.

Unos días atrás, cuando tuvo que ir con la señora Potter a arreglar sus papeles para poder salir del país, le sorprendió saber que no iría a escocia con la profesora McGonagall como creía, al parecer su estricta profesora tenía asuntos que arreglar en alguna parte de Grecia y ella la acompañaria junto con la señora Potter.

Una vez en el aeropuerto y luego de despedirse del señor Potter, se dirigieron a la puerta de abordaje aunque aún faltaba tiempo para abordar su vuelo, mientras esperaban en la sala de espera la profesora McGonagall y Lily se enfrascaron en una charla sobre cómo organizar su tiempo durante el viaje, aunque Lily solo estaría en Grecia por una semana acompañandolas quería acompañar a Hermione a conocer el mayor número de sitios posibles, Hermione las escuchaba emocionada, nunca había salido en plan turista y menos fuera del pais, quizas asi podria aprovechar y ella también averiguar algo más sobre Petter Pettigrew.

Resulta que al llegar a Atenas tuvieron que tomar otro vuelo para llegar a Quios, una vez en Quios tomaron un automóvil que las llevó a Ayiasmatas donde la profesora MGonagal tenía una propiedad, al entrar a la casa Hermione pensó en lo magnífica que era esa casa, no era una propiedad particularmente grande pero tenía las proporciones perfectas,la recibió una sala de estar con muebles de corte colonial, en la sala de estar se encontraba una chimenea y sobre ella un gran número de repisas con gruesos ejemplares cuyos nombre no alcanzaba a ver, la profesora las llevó hasta la planta superior donde les mostró el cuarto en el que se quedarían con Lily, una vez dejaron sus cosas salieron las tres a un restaurante cercano a comer y al volver a la casa fueron directamente a dormir agotada por el viaje.

A la mañana siguiente Hermione fue despertada por Lily quien ya estaba arreglada, Hermione sorprendida por la cantidad de horas que había dormida y extrañada por la ausencia de pesadillas tomo su ropa y fue a asearse lo más rápido posible, al bajar llego al comedor, donde la esperaba la profesora McGonagall y Lily a desayunar.

-Siento la demora-Comentó Hermione al tomar asiento en el comedor.

-No te preocupes Hermione, las tres estábamos agotadas, ¿Si pudiste descansar?-preguto Lily a Hermione.

-Sí señora, solo fue que mi cabeza tocara la almohada y quede dormida- respondió Hermione mientras bebía del jugo y comía sus huevos.

-Me alegra que pudieras descansar Hermione- Decia McGonagall.

-Bien, una vez desayunamos saldremos a hacer un tour por la zona histórica de la isla, aunque nos faltara tiempo para recorrerla toda- Comentó Lily

- El tour seguro te gustara Hermione, hay muchas cosas interesantes en la isla- comentó McGonagall - Mañana iremos a visitar a una amiga mia.

-Te va a encantar Adriana Hermione, es una mujer con una gran sabiduría, fue mi primera maestra de medimagia, además también tiene conocimientos en medicina muggle- Agregó Lily emocionada.

El día fue quizás el día más grandioso en la vida de Hermione hasta el momento, visitaron la famosa muralla de Quios, el castillo, el barrio turco, el palacio genovés de los Justiniani y el mausoleo de Kara Ali, luego fueron a almorzar a un famoso restaurante de comida de mar realmente exquisito, luego de almorzar continuaron con el recorrido por la basílica paleocristiana de San Isidoro la Biblioteca de Corais, la colección de Filipos Aryentis la Pinacoteca y su museo Arqueológico, esa isla tan llena de historia tanto mitológica griega como contemporánea la cautivo, por un dìa se olvidó de todo y se centro en disfrutar de la experiencia, no sabía cómo agradecerle a la profesora McGonagall y a Lily por ese día tan magnífico, al final de la tarde, se sentaron en un pequeño local con vista al mar a comer algo ligero para volver a casa, allí apreciaron la puesta de sol mas magnifica que jamas habia visto.

Al llegar a casa las tres fueron directo a sus habitaciones, a descansar, esa noche fue otra en la que Hermione no tuvo pesadillas, no recordaba la última vez que había tenido un sueño tan reparador como ese, se levantó y fue asearse, al bajar a la cocina, ya estaba allí la profesora McGonagal preparando un desayuno balanceado de fruta y jugo natural.

-Buenos Dìas profesora Minerva- Saludo Hermione.

-Buenos dìas Hermione, pensé que dormirías màs, toma asiento, ya esta el desayuno listo.

-Profesora, yo quisiera agradecerle por el dìa de ayer, fue maravilloso, no tengo cómo pagarle todo lo que ha hecho por mi- le dijo Hermione en cuanto la profesora giro con el plato y el jugo para desayunar.

-No hay nada que agradecer Hermione, me complace que vinieras conmigo a este viaje, me alegra que disfrutaras del dia de ayer, hoy no será una recorrido muggle pero estoy segura que también lo encontrarás interesante, ahora come, iré a despertar a Lily- Comentó McGonagall y se encamino a la planta superior.

Una vez desayunaron, tomaron rumbo a la parte oeste de la isla, allí llegaron a una pequeña comunidad mágica muy tranquila cerca a la tienda de calderos, se encontraba un edificio de tres plantas, de un color beis y con algunas plantas en el jardín exterior, al ingresar se podía percibir el hechizo de expansión aplicado allí, había una hermosa recepción y una sala de espera, McGonagall se acercó a la recepcionista y charlo un rato con ella, luego de unos minutos se acercó a ellas.

-Adriana está algo ocupada, pero podemos esperarla en su oficina, asi que siganme- comentó McGonagall, la segunda planta estaba dividida por gran cantidad de consultorios, se podían apreciar letreros hacia la zona de pociones, zona de maternidad y otras zonas que no alcanzo a leer, la tercera planta a diferencia de la primera y la segunda, no tenía tanto espacio, contaba con una pequeña zona de espera, dos consultorios y una puerta con el letrero de mantenimiento, las personas sentadas en la zona de espera vestían ropa muggle, la profesora McGonagall les guió a la puerta que decía mantenimiento, al ingresar allí había un pequeño escritorio y una sala de estar, lo que le llamó la atención fueron las paredes llenas de libros, había libreros del suelo al techo e as tres paredes del cuarto y un gran ventanal.

-Puedes tomar el libro que quiera para leer Hermione-comentó Lily, mientras se dirigía a el librero detrás del escritorio.

Hermione decidió empezar a revisar qué libro llamaba su atención, en su búsqueda se topó con un libro llamado "Hechizos simples que salvan vidas", lo tomó y se sentó en uno de los sofá de la sala, tan concentrada estaba en su lectura que no sintió cuando alguien ingresó a la habitación.

-Siento la demora, los pacientes nunca faltan- Comentó una mujer alta y rubia, delgada con unos cristalinos ojos azules, que por alguna extraña razón le parecieron conocidos, la mujer en cuestión aparentaba la misma edad e Lily.

-No te preocupes Adriana, como puedes ver, aprovechamos el tiempo para leer algunos libros de tu amplia colección, como van las cosas por estos lados- Comentó McGonagall, mientras se acercaba a abrazar a la mujer.

-Me sorprende cómo crece tu colección de Libros Adriana-dijo Lily luego de saludarla.

-Y eso que se han retrasado algunos libros que solicite- responsio Adriana, luego se acerco a Hermione y se presento- Mucho gusto, Adriana- y extedio su mano hacia Hermione

-Mucho gusto Hermione Granger- respondió Hermione mientras estrechaba la mano en respuesta al saludo.

-Un gusto conocerte por fin, Minerva habla mucho de ti en sus cartas, has de ser sin duda una bruja excepcional para tener tan impresionada a mi querida amiga- comentó Adriana mirando fijamente a la castaña.

Hermione no pudo evitar sonrojarse por lo dicho por adriana,por alguna extraña razón, había algo en esa mirada azul que le resultaba.

-No tengo ninguna duda de la gran bruja que es Hermione-Dijo Lily- Pero dejemos el tema de lado, ahora hablemos de las razones por las que estamos aquí, Adriana, como sabrás estoy trabajando en una investigación sobre cómo algunas plantas muggle potencian el efecto de algunas pociones, me preguntaba si estarías interesada en participar en algunas de las pruebas de esta teoría, en mi casa he logrado realizar algunas pruebas pero tu cuentas con el mejor laboratorio de pociones que he conocido.

-Oh Lily, claro que estoy interesada seria grandiosos, si logramos tener resultados exitosos sería un pequeño paso para incluir el mundo muggle en el mundo mágico, sabes bien que mis laboratorios siempre estarán disponibles para ti, si gustas podemos empezar ahora mismo con las pruebas- Dijo una emocionada Adriana.

-Me parece perfecto, hay algo que quiero enseñarle a Hermione, así que mientras ustedes realizan alguna de sus pruebas Hermione y yo podemos aprovechar este tiempo, Les parece si al final del día nos vemos en casa.-Dijo McGonagall.

-Me parece perfecto Minerva, prometemos llegar temprano, para poder compartir con ustedes el resultado de los experimentos del día.- Dijo Lily mientras se dirigían a la puerta por la cual había ingresado Adriana.


Si llegaste hasta aquí, te agradezco, por favor hazme saber que te ha parecido el capitulo, se que va un poco mas lento de mis otros capitulos, pero todo tiene un propósito y es que de ahora en adelante se van a desarrollar muchas cosas.

Hasta el siguiente capitulo!