Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son creación del gran Masashi Kishimoto. La historia es mía, una de las tantas ocurrencias de mi loca cabeza.

Parejas: Naruhina, Sasusaku, Nejiten, Gaamatsu, Shikatema, Saino, Kibanabi.

¡ Disfrutad de la lectura !


7 HISTORIAS

Una misión demasiado problemática

Konoha despertaba tras la guerra. Los primeros rayos del sol iluminaban las calles, y los habitantes de la villa se alzaban un día más para reconstruir lo que fue la gloriosa Konohagakure no Sato, la aldea oculta entre las hojas.

Se podían escuchar las voces de los vendedores en el mercado, las pisadas de los ninjas que andaban de un lado a otro por los materiales necesarios para la reconstrucción de las viviendas, los golpes de la Hokague tras una noche de borrachera, el griterío de los niños corriendo por la aldea, y los pasos presurosos de una joven que quería pasar el menor tiempo posible en las calles, a la vista de todo el mundo.

Habían pasado dos semanas desde la Cuarta Guerra Shinobi, y poco a poco todo volvía a la normalidad.

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La joven apresuró un poco más el paso, y se descubrió a sí misma corriendo en medio de la aldea, cuando su intención era pasar desapercibida. Se reprendió mentalmente. Tenía que dejar de ser tan débil.

Cuando divisó la casa de su amiga, tocó a la puerta y esperó de manera paciente a que le abrieran. Segundos después, escuchó unos pasos, y la puerta se abrió rebelando a una joven de ojos verdes y pelo rosa hasta los hombros. Su semblante era serio, pero se pudo atisbar en sus ojos un deje de la antigua calidez que estos poseían, pero que la dureza de su vida le había arrebatado.

- Hinata- pronunció con voz neutra, mientras inclinaba la cabeza a modo de saludo.

- Sakura-san- contestó la joven que había tocado la puerta, mientras repetía el gesto.

- Hinata, sabes perfectamente que no me gusta que me trates con tanto respeto. Recuerda que tú eres la próxima líder Hyuga, por lo que tu rango es superior. ¿ Quieres que te llame Hyuga-san ?- una sonrisa divertida se asomó entre sus labios, mientras se hacía a un lado e indicaba con la cabeza que pasase a su casa.

- Sabes que a mí tampoco me gusta que me traten con ese respeto que no creo merecer, Sakura-sa... Sakura. Hacemos una cosa, tú me llamas simplemente Hinata, y yo te llamo simplemente Sakura. ¿ Te parece ?

- Me parece.

Hinata sonrió mientras pasaba a la sala de la casa de Sakura. Muchas cosas habían cambiado. Tras la guerra, la joven heredera había resultado gravemente herida, al punto de llegar a peligrar su vida. Estuvo tres días inconsciente en el hospital. Durante ese tiempo, Sakura se ocupó personalmente de ella.

Si bien era cierto que nunca fueron grandes amigas, esto no se debía a ninguna clase de rivalidad, sino a que no se dio la oportunidad para conocerse. Y durante esa semana que Hinata pasó en el hospital, ambas kunoichis llegaron a conocerse realmente bien, y entablaron una fuerte amistad. Había momentos en los que simplemente se quedaban en silencio, con Hinata recostada en la cama mirando al techo mientras Sakura se sentaba en el alféizar de la ventana y observaba la villa. Eran esos momentos, en los que ambas se dieron cuenta de que se entendían perfectamente, de que no necesitaban hablar para que cada una entendiese el dolor de la joven que tenían al lado.

Hinata se encontró admirando la determinación y la dureza del semblante de la medic-nin, intentando encontrar en él algún rastro de la alegre y extrovertida niña que alguna vez fue.

Y Sakura se sorprendió al comparar a la vieja Hinata con la actual. Recordó a la niña oscura y rarita ( palabras textuales de Naruto ), que se escondía de todo el mundo, tartamudeaba tanto que a veces costaba entenderla, y se sonrojaba de tal manera que con frecuencia terminaba en desmayo. Y la comparó con la kunoichi que, estando herida por las arduas batallas de la guerra, se interpuso entre Pain y Naruto, confesando sus sentimientos por el joven Jinyuuiriki, y dando su vida por salvar la del rubio. Porque Sakura estaba segura de que Hinata pensaba que iba a morir.

- Siento molestarte, Sakura. Si estabas ocupada, puedo irme.

- No te preocupes, puedes quedarte. Y dime, ¿ cómo es que has venido a mi casa ?

- Pues verás, estaba con Neji-nii, ya que íbamos a entrenar. Pero Tenten se acercó a decirle no sé qué sobre unos kunais que le debía, y decidí irme. Me parecía que en este caso, tres eran multitud, no sé si me entiendes.- y le lanzó a Sakura una mirada pícara que sólo una persona con la que tuviera mucha confianza podría ver en el semblante de la tímida kunoichi.

- Te entiendo, te entiendo. Con que haciendo de celestina, ¿ nee ?

- Mujer, tampoco es para tanto, sólo creaba ambiente.

Si había dos personas que habían cambiado en Konoha, esas eran Sakura e Hinata.

La primera, se había convertido en una chica seria, en ocasiones fría, que ocultaba sus sentimientos por creerlos signo de debilidad. Poca gente había podido penetrar en la coraza que había formado en torno a su corazón, y, sorprendentemente, una de ellas fue la ojiperla que se encontraba sentada en frente de ella.

La segunda, había perdido parte de su timidez, y ya no se dejaba aplastar por los demás. Después de la guerra, había decidido no dejarse dañar por nadie, dejar de ser tan sumisa. Se había cansado de ser siempre considerada inferior, y los tartamudeos quedaron atrás. Además, Sakura pudo comprobar que cuando Hinata entraba en confianza, podía llegar a ser incluso extrovertida.

-Y... ¿ te encuentras bien ? Recuerda que no debes sobre-esforzarte, que aún estás débil. ¿ Has estado entrenando mucho?

- La verdad es que sí. ¡ Lo siento ! Es que me siento inútil sin hacer nada, no puedo evitarlo. Además, estoy perfectamente. No estoy cansada, y no me duele nada.

- Claro, eso dijo mi último paciente.

- Y está bien, ¿ verdad ?

- Está en coma.

- Kuso, Sakura, ¿ estás de broma, no ?

- Por supuesto que no. Si quieres ve y pregúntaselo. Claro que, si te contesta, llámame para que avise a su familia.

- Bien, casi que hoy pasaré de entrenar.

- Buena elección.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

- ¡Teeeemeee! ¡Te-te-teeeme! ¡Teme ! ¡Teme! ¡Teme! ¡ Teme !

- Hmp. Dobe.

Tras la guerra, Sasuke Uchiha regresó a la aldea. Pasó cuatro noches en la cárcel como castigo por su traición, y actualmente se encontraba bajo vigilancia Ambu. Claro que, habiendo ayudado a Konoha en la guerra, su condena fue menor de la merecida. Y ahora se encontraba caminando junto al ninja hiperactivo número uno, tratando de ignorar los suspiros que la presencia de ambos causaba en las mujeres de la aldea.

- ¿ Ya has hablado con Sakura-chan? Desde que has vuelto no la has visto, y creo que ya es hora de que habléis ´tebbayo. ¡ Ya verás cómo volvemos a ser el equipo 7 !

- Dobe.

- ¡ Sasuke-teme ! ¿ Pero es que no sabes decir otra cosa ?

- Hmp.

- ¡ Con-tes-taaaa!

- ¿ Ya has hablado con la Hyuga ?

- ¿Hyu-hyu-hyuga?

- Si, con Hyu-hyu-hyuga.- espetó con burla el pelinegro.

- ¿ P-p-por qué debería de hablar con Hinata-chan ?- preguntó el rubio sonrojado hasta las orejas.

- Porque te dijo que te amaba en medio de la guerra y te salvó la vida. Dobe, lo escuché hasta yo.

El rubio se sonrojó más y siguió avanzando mientra se miraba los pies. Era verdad. Recordaba perfectamente esa larga melena azulada ondeando al viento delante suyo, y a esos fieros ojos blancos que le miraron con amor. Y sintió su corazón latir desbocado en su pecho, y cómo se le secaba la boca. Ella estuvo a punto de morir por él. Era un milagro que estuviese viva. Si no fuese por Sakura-chan...

Movió la cabeza de un lado a otro intentando alejar esos pensamientos de su cabeza. Ella estaba viva, y él tenía que darle una respuesta. Se lo debía. Y estaba seguro de cuál sería. Nunca, nunca había estado tan seguro de algo.

- ¡ Tienes razón teme ! ¡ Tengo que hablar con ella ! ¡ Y tú tienes que hablar con Sakura-chan ! ¡ A ver si empezáis a salir y dejas de tener esa cara de teme estreñido !

- Dobe...

- Hai, hai, ya me callo. Pero enserio, habla con ella... se lo debes.

- Dobe, yo no...

- Disculpen, Naruto-san, Sasuke-san, Hokague-sama los reclama en su oficina- un Ambu apareció ante ellos avisándoles de que debían apresurarse. No era bueno hacer esperar a lady Tsunade. El Ambu se fue y ambos shinobis empezaron a andar hacia la oficina.

- Andando teme. Y piensa qué hacer para no morir a manos de Sakura-chan cuándo te vea. No pienses que ella es igual a cuándo teníamos doce años. Ten por seguro que como la cabrees te meterá un puño de chakra por el culo. Te aviso.

- Hmp. Como si esa molestia pudiera si quiera tocarme.

- Yo no la subestimaría. Al menos no si quieres tener descendencia. Tiene bastante mala leche. Y tú eres un teme-amargado-estreñido-orgulloso. Me da que contigo será como una bomba de relojería, en cualquier momento explotará. Yo no quiero ser quien recoja tus intestinos esparcidos por el suelo, teme. Como amigo, te aviso- dijo Naruto muy solemne, apoyando su mano en el hombro del Uchiha.

- Hmp.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

- ¡ Tenten ! ¿ Cómo es que estás aquí ? ¡ Te he dejado el camino libre con Neji-nii !

Tenten Ama, la única mujer del equipo Gai, acababa de cruzar el umbral de la puerta de la casa de Sakura. La joven de moñitos se sonrojó e infló sus mofletes en un gesto infantil.

- ¡ Hinata ! ¡ No sabes la vergüenza que he pasado ! Poco más y le dices " Neji-nii, Tenten está perdidamente enamorada de ti. "- dijo poniendo la voz aguda.- Además, me he quedado con él, sí, pero luego he visto que estaba rodeada de fan-girls de Neji que me miraban lanzándome kunais con los ojos. Y una de ellas ha gritado " Tú, Ama, todas sabemos que estás enamorada de él, pero aléjate de nuestro Neji-kun. " ¡ Y lo ha dicho delante de él ! He tenido que irme corriendo con la excusa de que tenía que afilar mis armas, pero no sé si me ha creido.

- Nadie es tan idiota para creerse eso.- añadió Sakura.

- ¡ Lo sé !- gritó Tenten desesperada, tirándose de los moñitos mientras se sentaba en el sofá.- Me he puesto nerviosa. ¡ Todas saben que estoy colada por él ! ¡ Y ahora él también lo sabe !

- Tranquilízate. Lo más seguro es que no se lo haya tomado en serio.- intentó animarla Hinata.

- Por Kami, que es un genio. Y créeme, no hace falta ser un genio para darse cuenta de esto.

- Touché.

- ¡ No ayudas, Sakura, no ayudas !

En ese momento el timbre volvió a sonar, y se escuchó a alguien aporreando la puerta incesantemente.

- ¡ Frente de marquesina ! ¡ Frente de marquesina ! ¡ Ábreme la puerta y no prives a mi vista de tu enorme frente ! ¡ Frente de marquesina !

- Pero, ¿ qué es esto ? ¿ Alguien ha organizado una fiesta de pijamas en mí casa y no me he enterado ?- dijo Sakura con un voz escalofriantemente calma y una vena palpitando en su sien.

- Sa-sa-sakura-chan, mejor abramos la puerta- dijo Tenten temblando ante la cara de psicópata que seguramente tendría Sakura en su interior.

Sakura se dirigió hacia la puerta, y cuando la abrió, una melena rubia se abalanzó sobre ella.

- ¡ Cuánto tiempo, frente !

- Cerda, ¿ se puede saber qué quieres ?

- Mi querida Sakura, ¿ son esas formas de recibir a una vieja amiga en tu casa ? Además, ¡ he traído invitadas !

Ino se hizo a un lado, y las kunoichis pudieron ver a dos jóvenes tras la puerta. La primera era alta, rubia, con cuatro coletas y un enorme abanico, de sonrisa arrogante. La segunda era más bajita, de pelo corto y castaño, de mirada tímida.

- ¡ Temari ! ¡ Matsuri ! ¡ Cuánto tiempo !- la castaña de moñitos se abalanzó sobre ambas para abrazarlas, mientras Hinata las saludaba con una sonrisa.

- Tenten-san, Sakura-san, Hinata-san, me alegro de verlas- las saludó Matsuri tímidamente- Espero que no haya sido inoportuna la aparición de Temari-san y la mía, nos encontramos a Ino-san y ella nos trajo aquí, no sabíamos...

- San, san, san, es lo único que escucho. Matsuri, ya nos conoces, somos amigas, ¡deja las formalidades de lado ! ¡ No nos trates de usted ! - chilló Ino.

- Además, entre nosotras hay confianza. A fin de cuentas eres mi futura cuñada. Nee, cu-ña-di-ta.- dijo Temari con una sonrisa pícara mientras le guiñaba el ojo de manera cómplice.

- ¡ Te-te-te-temari-san ! ¡ N-n-no diga esas c-cosas !- Matsuri se encontraba tan roja como un tomate maduro, y parecía que se fuera a desmayar en cualquier momento.

- Vamos, vamos, tranquilízate, es algo natural, todas sabemos por lo que estás pasando...

- A mí no me metas, cerda.

- Lo que digas, frente. El caso es que deja la timidez de lado. Mira a nuestra Hinata-chan. Se desmaya delante de Naruto pero fue capaz de confesarle lo que sentía.

- Ino... pensaba que aproximadamente diez minutos después de la confesión iba a estar muerta... no creo ser un buen ejemplo.- interrumpió Hinata.

- Pues eso.- dijo moviendo la mano de arriba a abajo quitándole importancia a lo dicho por la peliazul.- Pero ¡ pasad, pasad ! ¡No os quedéis fuera ! - las invitó Ino con un ademán.

- Menos mal que es mi casa...- musitó Sakura mientras cerraba la puerta.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

- ¡ Vieja ! ¿ Para qué nos ha llamado ?

Un enorme ruido pudo escucharse por toda la aldea, y un rubio quedó encajado en la pared, apenas consciente.

- No- me -llames ¡ vieja !- exclamó Tsunade aún con el puño levantado.

- Hmp. ¿ Tiene alguna misión para nosotros ? - Sasuke se encontraba apoyado en el marco de la puerta con los ojos cerrados y semblante inexpresivo, pero se podía entrever un deje de fastidio en su boca ligeramente fruncida.

- Pues sí. Os he llamado a todos porque tengo una misión para vosotros.

En ese momento, Sasuke abrió los ojos y Naruto regresó a la consciencia, y vieron que no estaban solos en el despacho de la Hokague. Para ser más exactos, apenas cabían en su despacho. Allí se encontraba Neji, con su mirada indiferente; Shikamaru, mirándolos aburrido e intentando mantenerse despierto; Sai, con una de sus falsas sonrisas; Gaara, con su mirada inexpresiva, y Kiba con Akamaru, mirando a todo el mundo con su típica expresión pícara.

- ¡ Gaara, amigo ! ¿ Por qué no me has avisado que venías ?- Naruto se desencajó de la pared y abrazó al pelirrojo que, para sorpresa de todos, le correspondió con una pequeña sonrisa.

- He llegado hace poco.

- Tan corto de palabras como siempre, ¿ no ? Bueno, bueno, luego iremos a comer ramen, y te enseñaré la villa, y me hablarás de...

- ¡ Naruto ! ¡ Luego os podéis poner a cotillear como dos adolescentes hormonadas a la hora del té, pero ahora estamos en una reunión ! - la Hokague golpeó la mesa con el puño y una grieta la atravesó por la mitad, sin llegar a romperla. Naruto retrocedió, blanco como el papel, y puso la cara más inocente de su repertorio.

- Continúe, continúe, vie... digo, Hokague-sama.

- Bien, cómo iba diciendo... - continuó Tsunade.

- ¿ No somos muchos para una misión ? Sin ofender, pero somos lo suficientemente fuertes para llevarla a cabo con menos personas.- interrumpió Kiba, y Akamaru ladró mostrando su conformidad.

- Sí, pero... - intentó hablar Tsunade.

- ¿ Hay algún nuevo enemigo ?- preguntó Neji.

- No es eso, lo que...

- ¿ Tiene algo que ver con las relaciones diplomáticas con Suna ? - intervino Gaara.

- Lo que pasa es... - una enorme vena estaba apareciendo en la frente de la Hokague.

- ¿ Es muy peligroso, vieja ?

- Que no me lla...

- Problemático.

- ¡ Cerrad la boca de una maldita vez !- Tsunade golpeó el escritorio, que se terminó de romper, partiéndose por la mitad con gran estruendo.

Los shinobis de la sala retrocedieron unos pasos, y esperaron en silencio a que la Hokague se tranquilizara y continuara hablando.

Tsunade respiró profundo, y decidió seguir:

- No se trata de las relaciones diplomáticas con ninguna aldea, no se trata de ningún enemigo, ni tampoco se trata de que no confíe en vosotros. Se trata... de nuestras kunoichis.- ante la mirada de confusión de los shinobis presentes, Tsunade prosiguió.- Mirad, ellas nunca han sido tratadas como se merecen por ser mujeres. Podéis negarlo, es probable que ni siquiera lo hagáis adrede, pero no las conocéis realmente. No sabéis como se sienten, lo que han tenido que soportar, las burlas que han recibido, no sabéis de su pasado. ¡ No tratáis de entenderlas ! Os centráis en vuestro dolor, y esperáis inconscientemente que ellas os consuelen, como si no fueran personas y no tuvieran sus propios problemas. ¡ Pues se acabó !- los shinobis dieron un respingo tras el repentino cambio de tono de Tsunade.- Conoceréis cómo son realmente, lo que les gusta, lo que temen, su manera de pensar, sabréis por qué Temari es tan orgullosa, Matsuri e Hinata tan tímidas, por qué Ino aparenta siempre seguridad, porqué Tenten se obliga a sonreír, porqué Sakura se ha vuelto tan distante y por qué Hanabi es tan fría. De una vez por todas los shinobis respetarán a las kunoichis como que soy la Godaime, y a ver si así por fin os dais cuenta de lo que tenéis delante de vuestras narices.

Los shinobis se encontraban impactados, aún sin entender del todo de qué trataba exactamente la misión.

- Vuestra misión es sencilla. Enviaré una carta a las kunoichis que he nombrado anteriormente. Les diré que tienen una misión que consistirá en convivir las siete juntas en una casa de las afueras de Konoha durante una semana. Lo único que tendrán que hacer es hablar entre ellas. Les explicaré que tienen que confesárselo todo. Claro que eso no lo pondrá en la primera carta, sino en una que dejaré en la casa. Realizaré un jutsu en la vivienda que selle todas las salidas, de manera que no puedan salir de la casa hasta que todas confíen en todas y se lo cuenten todo. Dentro tendrán provisiones para todo un mes. El tiempo mínimo allí dentro será de una semana, pero si se niegan a colaborar pueden estar allí hasta un mes entero. Eso ellas no lo sabrán, por lo que al pensar que pueden estar allí durante un tiempo indefinido, terminarán hablando.

- Vale, y ¿ cuándo sabrá usted que se lo han confiado todo, cómo sabrá que han compartido sus historias ?- preguntó Kiba.

- Y ¿ qué tenemos nosotros que ver en esto? Para conocerlas tendremos que escucharlas, no creo que nos hablen de su pasado por voluntad propia.- intervino Sai por vez primera, con una de sus sonrisas falsas.

- Sencillo. Vosotros estaréis ahí.- Tsunade hizo una pausa y miró a cada uno a los ojos con seriedad.- Esto lo hago por todos, ¿ entendido ? Quiero que las conozcáis de verdad, merece la pena.- suspiró profundamente, llevándose una mano a la cara en gesto cansado- Para llevar a cabo esta misión es imprescindible el Sharingan. Sasuke, tienes que crear un ilusión tan potente que ninguna de las siete kunoichis que habrá en la casa pueda descubriros. Para ello os daré unas pastillas que incrementarán el efecto de la ilusión, yo misma las he creado. Lo que tendrás que hacer es ocultaros. La ilusión consistirá en hacer que desaparezca totalmente el chakra de vuestro organismo, que no pueda detectarse ni una gota. Son kunoichis excelentes, pero no conocen la existencia de estas pastillas. Vuestro chakra desaparecerá, y aunque os veréis entre vosotros, ellas no podrán veros ni oíros. Vamos, que a sus ojos, no habrá nadie más que ellas en esa casa. De esta manera, podréis escucharlo todo. Recordad, para ello necesitamos el poder del Sharingan. Sasuke, si ayudas, se te retirarán todos los cargos y la vigilancia Ambu. ¿ Aceptas ?

- Hmp. Acepto.- contestó Sasuke con voz monocorde.

- Bien. Viviréis en la misma casa. Dormiréis en el salón o dónde queráis, a fin de cuentas, no pueden veros. Tenéis comida en el sótano, que se abrirá únicamente para vosotros. ¿ Lo habéis entendido todo ? Vuestra misión consiste en conocer en profundidad a las chicas, descubrir sus secretos. Todo esto está a vuestro alcance. Lo único que quiero es que por fin las entendáis y puedan dejar de sufrir. Cuando ya no tengan nada más que decir, me avisaréis y yo les abriré. Vosotros sí que podréis salir de la casa.

- ¿ Nos está diciendo que estaremos una semana en una casa con las chicas, ellas sin saber que estamos allí, escuchando todos y cada uno de sus secretos ?- preguntó Naruto.

- Exacto.

- Problemático.- soltó Shikamaru.

Y todos asintieron, estando por una vez de acuerdo. No había ninguna palabra que definiera mejor la misión en la que se encontraban.

Sería realmente problemática.


¡ Primer capítulo de mi primer fic de Naruto!

Espero que os haya gustado, y me gustaría que opinarais: si hay algo que no es correcto, algo que tenga que corregir... ¡ Aquí estoy para aprender !

Supongo que se ha entendido. Nuestros shinobis escucharán todos los secretos de las kunoichis. ¿ Qué tendrán ellas que compartir y que no quieren que los chicos se enteren ? ¡ Eso, en los próximos capítulos !

Sin nada más que decir, se despide

Nanami-chan