Resumen: Dís se encuentra en un importante viaje de negocios y decide dejar a los pequeños Fili y Kili con su tío Thorin, el cual no puede con ellos y recurre a un canguro, Bilbo Bolsón. Aviso, yaoi, es decir, relación hombre hombre. Si no te gusta, no pasa nada, sales y ya está. (:
Disclaimer: Nada de lo que reconozcan me pertenece a mí, si no a Tolkien, si no, hubiese habido más incesto en el hobbit y menos muertes. Universo alterno situado en el mundo real. No hago esto por ánimo de lucro si no para entretenerme y hacerles pasar un buen rato, un beso.
-Encima de tu escritorio está el papel con todos los números de emergencia, las cosas que tienes que hacer y el número de su canguro por si no pudieses con ellos tú solo. Kili necesita que le canten antes de dormir, y a Fili suelo leerle su cuento preferido...Ten mucho cuidado, no dejes que acaben con tus nervios. ¿Estás seguro de que podrás cuidar de ellos? -la voz de la mujer sonaba un tanto preocupada mientras se despedía con un beso en la mejilla de su hermano menor. El moreno de pelo largo asintió dedicándole una sonrisa tranquilizadora.
-Por supuesto que sí Dís, solo son dos niños pequeños, ¿qué podría salir mal?-Thorin no sabía en qué se estaba metiendo cuando se despidió de su hermana, dejándole solo con sus dos hijos. Dís tenía unas importantes cuestiones de trabajo casi al otro lado del mundo y no podía llevar a sus hijos con ella, por lo que sus pequeños sobrinos pasarían un mes entero con él. Como buen hermano que era había aceptado hacerse cargo de los dos niños hasta que Dís regresase del viaje, dado que su marido había fallecido poco después del nacimiento del hijo menor y no tenían con quien más quedarse. Él era un hombre hecho y derecho, podría con dos niños de cinco y tres años, ¿no? Miró un instante más la puerta cerrada por la se acababa de marchar su hermana y suspiró, encaminándose al salón en el que Dís había dejado a los dos niños, durmiendo en el sofá. Al llegar a la sala vio que el mayor de los hermanos, Fili, se había despertado, y miraba con curiosidad la habitación desde el sofá en el que permanecía sentado. Cuando el de salvaje melena rubia lo sintió entrar dirigió su mirada hacia él.
-Hola tío Thorin. -susurró en voz un tanto baja, para no despertar a su hermano, el cual dormía cerca de él, arropado entre mantas y almohadones para que no cayese del sofá.
-Hola pequeño león. ¿Cómo estás? -Thorin caminó hasta el niño y se arrodilló frente a él, revolviendo su ya revuelto pelo a causa del sueño. El niño sonrió, achicando los ojos, mostrando un par de huecos en su sonrisa, debido a la caída de los primeros dientes de leche.
-Bien, aunque tengo hambre. -el pequeño hizo un puchero, el cual enterneció al mayor, que lo cogió en brazos. El niño rodeó el cuello de Thorin, apoyando su cabeza en el hueco de su cuello.
-Ven. ¿Quieres que pidamos una pizza? ¿O te apetece cenar otra cosa? -a Fili se le iluminó el rostro, negando fervientemente con la cabeza ante la idea de cambiar de opción.
-No, no, ¡pizza! Mamá nunca compra porque dice que es basura, pero a mí me gusta...-el moreno rió con voz grave, caminando hacia el teléfono que había en la mesilla, justo al lado del sofá. Lo cogió y marcó el número de su pizzería favorita, el cual tenía grabado en la memoria del aparato. No era muy bueno cocinando, por lo que habitualmente recurría a aquel restaurante para satisfacer sus necesidades gastronómicas.
-Hm, ¿Hola? Sí, quería pedir una pizza. ¿Tamaño? -miró al niño el cual soltó su cuello y abrió sus brazos lo máximo que pudo.
-Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaandeeeeeeeee.-pidió el niño aumentando su sonrisa. Su tió sonrió también.
-Ya lo ha oído, una grande. Hm...¿De qué te gusta la pizza Fili?
-De...Jamón y queso, y...champiñones, y...bacon, y...Todo, todo, todo. -Thorin se apresuró a contestarle a la operadora, la cual había vuelto ha hacerle la pregunta.
-Una completa. Sí, ahora mismo. -tras indicarle por último la dirección de su casa, el moreno colgó el teléfono. El niño le miró aún agarrado y pegado a su cuerpo.
-Tío, ¿cuándo va a volver mamá...?-preguntó el pequeño, mirándole con sus grandes ojos verdes.
-En unos días. Mientras tanto vosotros dos viviréis aquí conmigo. Seguro que lo pasareis bien, ya lo verás. -Fili asintió, pidiéndole bajar al suelo. A su vez, el menor de los niños comenzó a abrir sus grandes ojos oscuros, algo adormilados aun. Al verse en un lugar desconocido el pequeño de cabello moreno comenzó a gimotear.
-¿Mami? ¿Fee?-los ojos del niño se anegaron en lágrimas al verse solo. Fili en cambio corrió hasta su hermanito, subiéndose al sofá para hacerle ver que estaba allí con el.
-Kili, estoy aquí. Y tío Thorin también, mira. -el rubio señaló con su pequeño dedo al hombre que estaba justo delante, el cual se acercó hasta ellos.
-Hola Kili.- el pelinegro se arrodilló otra vez junto al sofá para estar a la altura de los niños. El pequeño castaño lo miró con ojos llorosos, restregándose el puño de la camiseta por la nariz.
-¿Dónde está mamá? -al pobre tío se le partió el corazón al escuchar la pregunta de su sobrino.
-Está de viaje, pero cuando menos te lo esperes volverá. ¿Porqué no jugamos a un juego? -el castaño negó rotundamente con la cabeza. -Está bien...¿Y qué te parece si cenamos? Hemos pedido pizza. -el pequeño volvió a negar. -¿Qué quieres entonces? -el pequeño se escondió debajo de las mantas.
-Quiedo a Bibo. - Thorin frunció el ceño sin entender.
-¿Bibo? Qué, ¿el biberón? -el pequeño comenzó a llorar bajo las mantas, alarmando al tío. Fili a su vez lo abrazaba sobre las mantas.
-No llores Kili...Tito Thorin llamará a Bilbo. -murmuró el rubio, acariciando lo que creía que era la cabeza de su hermano bajo las mantas. Aunque entre tanto bulto no tenía mucha certeza de que aquello fuese su cabeza...
-¿Bilbo? ¿Qué es un Bilbo? -el mayor miró extrañado al rubio.
- Bilbo nos cuida cuando mamá se va a trabajar por la tarde y también cuida a Kili por la mañana. - Thorin miró el manojo de mantas el cual lloraba sin parar desconsoladamente. Le daba rabia no poder controlar al pequeño Kili por sí mismo sin la ayuda de nadie, pero, si no hacía algo pronto, una de dos, o mataba al crío, o se mataba él miso para no escuchar sus berridos. El mayor de todos fue hasta la habitación contigua en busca del papel que Dís le había dejado, en el cual venían todos los números de los contactos necesarios. Buscó en la hoja hasta encontrar lo que quería. "Bilbo Bolsón- Canguro"
Marcó el número de teléfono, rezando para que el canguro estuviese libre a esas horas. No le importaba pagar lo que fuese, en ese momento el bienestar de su sobrino y de sus propios oídos era lo que más le importaba. Una suave voz contestó a la llamada al segundo timbre.
-¿Sí?
-Buenas noches, lamento molestarle, pero soy el tío de Fili y Kili. Mi hermana está de viaje y no logro calmar al pequeño. Solo quiere verlo a usted. ¿No podría pasarse por aquí, verdad? Pagaré lo que sea. - Thorin se mordió el labio inferior al oir el carraspeo de la voz al otro lado del teléfono.
-Bueno, es algo tarde pero...-la voz calló al oir el llanto del pequeño Kili, el cual había sacado la cabeza de debajo de las mantas por falta de aire, mientras que su hermano lo abrazaba en un intento de consolarle.- En un momento estoy allí. ¿Donde vive exactamente?
Thorin le indicó la dirección de su apartamento y poco después colgó, dejando el aparato de nuevo en la mesilla. Se acercó al pequeño moreno y lo cogió en brazos, meciéndolo suavemente.
-Shhh, tranquilo Kili. Bilbo llegará en un momento,¿vale? -el niño clavó sus ojos oscuros anegados en lágrimas en él y asintió débilmente con la cabeza, hipando de vez en cuando debido al llanto. En ese momento el timbre de la puerta sonó, y el pequeño león corrió hasta ella para abrirla. Ante él apareció un hombre con uniforme de la pizzería a la que antes habían llamado, cargando con una enorme pizza.
-Tío Thoriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiin, la pizzaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. -chilló Fili, mirando al hombre frente a él, con ojos mayor se acercó a recoger la comida y a pagar al muchacho, el cual se fue sonriendo divertido ante la vista del pequeño león. Una vez estuvo la pizza encima de la mesa del salón, Fili se pudo dar por satisfecho. A su vez, Kili parecía no querer despegarse del cuerpo de Thorin, pues se mantenía firmemente sujeto a su cuello, casi estrangulándolo.
-Kili, ¿quieres un poco de pizza? Está buena. -Thorin dio un pequeño bocado a una porción de pizza, ofreciéndole un trozo al pequeño, el cual rechazó de inmediato.
.No, yo quiedo a Bibo. -El moreno iba a replicar que debería comer algo cuando el timbre volvió a sonar. Dejó al pequeño en el sofá, no sin esfuerzo y se dirigió a abrir la puerta. Tras ella apareció un hombre de baja estatura, algo más bajo que él, y ya era decir. De cabellos castaños con tonos dorados y rojizos, los cuales se rizaban, dándole un aspecto amable y bonachón. Sus orejas eran un tanto puntiagudas. Vestía ropa cómoda y al estilo británico, con chaleco y tirantes, de colores terrosos y cálidos. Thorin lo recorrió de arriba a abajo hasta que sus ojos se encontraron con los de él. Los ojos verdes casi miel chocaron contra los suyos azules, haciendo que el más bajo se sonrojase levemente, y que a él le recorriese un estremecimiento por todo el cuerpo. Estremecimiento el cual disimuló con total maestría.
-Así que...Este es el canguro...-murmuró Thorin mirando al hombre que tenía en frente de él.
-Bilbo Bolsón, un placer.
N/A: No sé como narices se me ocurrió esta historia, pero me pareció bastante divertida de escribir. Me hizo gracia imaginar como se las apañaría Thorin el solo con dos renacuajos como Fili y Kili, y tará, surgió esto. Sé que no es parte del universo hobbittiano, pero me gustí la idea de meterlos en el mundo real, para ver como resolverían los problemas de cuidar a esos dos monstruitos. Espero que lo hayan disfrutado, y dentro de poco subiré el próximo capítulo que será más entretenido que éste, que era más una introducción. No olviden dejar un review si les gustó, o si quieren decirme algo. Un beso, Avengirl.