Capitulo 3

-.-.-.-Misty-.-.-.-

El molesto sonido del despertador repiquetea interrumpiendo la quietud del amanecer.

Busco a tientas en la oscuridad hasta encontrar el fastidioso aparato y lo apago con un manotazo.

Emito un gruñido mientras me levanto de la cama, y con parsimonia me calzo las pantuflas y envuelvo mi cuerpo con un albornoz.

Brock y yo nos acostamos muy tarde después de limpiar el desastre generado por el idiota de Ash. Bueno, se que yo también contribuí un poco con el caos que sucedió a la hora de la comida, pero el tonto ese fue quien lo inició.

En muy pocas ocasiones a lo largo de estos años he visto a Brock enfurecerse tanto como anoche, razón por la que decidí programar mi alarma más temprano de lo habitual para levantarme a cocinar el desayuno y así de alguna manera ayudar a compensar la culpa que siento por haberle arruinado la comida que con tanto esfuerzo preparó para nosotros.

Todavía reina la oscuridad en toda la casa, así que tengo mucho cuidado de generar el menor ruido posible mientras me deslizo por los pasillos caminando sobre la punta de los pies hasta alcanzar las escaleras que me dirigen hacia el piso inferior, donde ya puedo encender las luces para poder trasladarme por las distintas habitaciones hasta la cocina.

Comienzo a acomodar los utensilios sobre el mesón intentando no hacer bulla.

Extraigo los huevos con cuidado de la alacena para llevarlos a la mesa, cuando visualizo una sombra parada en el umbral que me hace pegar un grito ahogado, y por el sobresalto varios huevos se escurren entre mis dedos y se estrellan contra el antes pulcro suelo con un sonido sordo.

—¿Todavía te pongo nerviosa? —se mofa.

Siento que mis mejillas se enrojecen, no se si por la rabia o la vergüenza.

—¿Cómo se te ocurre aparecer así en medio de la oscuridad idiota? —lo miro enfurecida —ahora ayúdame a recoger este desastre.

Todavía con la sombra de su previa burla dibujada en su semblante, veo que se dirige hacia el lavamanos donde reposan los trapos que Brock y yo utilizamos para limpiar hace un par de horas. Camina hacia mi y me extiende uno.

Que nuestras miradas se encuentren es sumamente incomodo.

—Gracias —digo por lo bajo.

Me agacho para prepararme a limpiar y él a mi lado hace lo mismo, consiguiendo que nuestras cabezas colisionen una contra la otra con cierta fuerza, haciendo que ambos terminemos sentados en suelo, y para mi mala suerte, acabé justo encima de los huevos rotos.

—¡Mierda! —me pongo de pie lo más rápido que puedo, pero mi albornoz ya se encuentra manchado.

Él también se levanta y se cubre la boca para reprimir una carcajada.

—Si se te ocurre reírte te arranco los ojos de las órbitas —le amenazo al tiempo que me retiro el batín, acción que realizo sin pensármelo, pero después veo la expresión de sorpresa en su cara y recuerdo que la pijama que estoy utilizando no es necesariamente muy recatada.

¡Cómo deseo que me trague la tierra!

—Voltéate por favor —le pido con bochorno.

Parece vacilar por un momento mientras desvía la mirada pero después vuelve a observarme. —No.

—Eres un irrespetuoso.

—Tú hiciste lo mismo anoche —me recuerda.

—¡Ash por favor! —Al igual que ayer siento que pronunciar su nombre me quema como ácido bajándome por la garganta.

—Es culpa tuya que elijas prendas tan imprudentes para dormir.

Me doy cuenta que le cuesta sostenerme la mirada, puesto que dirige un par de ojeadas a mi cuerpo y me siento totalmente expuesta.

Es cierto que yo irrumpí en su habitación sin haberme anunciado, pero no lo hice a propósito, mientras que él está observándome deliberadamente. Y también es en ese momento que me doy cuenta que yo llevo puesta una diminuta pijama, entretanto él está totalmente vestido, con todo y la ridícula gorra incluida.

—Tú eres la que ha decidido desvestirse delante de mi —añade —no era necesario que te retiraras la bata de cama, a fin de cuentas no se ha ensuciado tanto.

—Estoy vestida así porque ésta es mi casa y porque se supone que no habría nadie despierto todavía — le respondo intentando no levantar la voz para no despertar a mis durmientes invitados —¿Qué haces levantado a estas horas de todas formas?

—Me sentía culpable por haberle echo pasar un mal rato a Brock, y además me estoy muriendo del hambre.

—Por supuesto que deberías sentirte culpable —replicó molesta —fuiste responsable de lo qué pasó.

—Si bueno, tú no eres inocente tampoco —se encoge de hombros.

Él tiene razón pero no pienso dársela. Me debato entre volver a ponerme la bata o subir a vestirme. Me decido por lo segundo.

—¿Podrías terminar de limpiar mientras yo voy a cambiarme de ropa? —le pido intentando no sonar suplicante —Y de ahí yo vendré a preparar el desayuno.

Hace un ademán con la mano señalado la puerta. —Claro, y no te molestes, puedo prepararlo yo.

—¿Sabrás cocinar? —se que es una pregunta tonta, pero es lo único que se me ocurre decir en ese momento.

Pone los ojos en blanco.

—Me he valido por mi mismo desde los diez años por si es que no lo recuerdas.

—Nunca se sabe —le respondo —por lo que a mi me consta, a los diez años no sabias ni leer un mapa.

Ambos nos reímos ante el recuerdo de ese acontecimiento y por un momento parece que las cosas entre nosotros no hubieran cambiando, pero ese pensamiento no dura mucho, pues recuerdo lo idiota que es y lo furiosa que estoy con él y las ganas que tengo de matarlo.

—Voy a cambiarme y después preparare el desayuno. —No se lo estoy preguntado y el se da cuenta del cambio de mi tono de voz.

—Vas a cambiarte y puedes ayudarme a cocinar si es que quieres —dice a la defensiva arqueando las cejas con enfado.

Decido dejarlo estar por el momento porque sus horribles ojos marrones continúan recorriéndome y me hacen sentir nerviosa.

Sin añadir nada más doy media vuelta y me encamino hacia mi habitación.

Pensaba subir a arreglarme una vez que hubiera dejado todo preparado para mis visitantes, pero en vista de que la situación no se dio como esperaba, decido qué es mejor si de una vez me doy una ducha rápida y después bajo a ayudar al tonto.

Veinte minutos después ingreso a la cocina, el piso ya se encuentra aseado y predomina un olor delicioso de huevos y tocino ahumado.

Por el ventanal se puede apreciar la claridad del día que ha nacido, pintando el cielo de hermosos colores naranjas y rojizos.

—¿En que te ayudo?

Me mira y hace una mueca. —Me gustaba más como estabas antes.

—¿En que te ayudo? —repito apretando los labios, intentando mantener la compostura.

—Ya casi he terminado, pero tal vez podrías poner la mesa.

Asiento con la cabeza y me encamino al comedor, y acomodo el mantel y los cubiertos envueltos en servilletas.

Ash sirve la comida en los platos y me los va entregando uno por uno para que yo los coloque sobre la mesa. Hace lo mismo con las tazas llenas de café hirviente y los vasos rebosantes de jugo.

En todo este ajetreo no intercambiamos palabra alguna, hasta que todo está servido.

—Estuve pensando…

—¡Felicidades! —le interrumpo fingiendo emocionarme —yo sabía que eras capaz de hacerlo.

Me contempla con cara de pocos amigos y yo le devuelvo una mirada igual de hostil.

—Y después el infantil soy yo —bufa.

—Ok —levantó las manos en señal de rendición —¿Qué pensamiento brillante cruzó por tu cabeza? —digo aún en tono de burla —espero que no te hayas esforzado mucho, no quisiéramos que te vaya a dar un aneurisma.

Cierra los ojos y respira pesadamente por la nariz.

—Iba a proponerte una tregua.

—¿Una tregua? —eso es lo último que imaginé que me diría. Se que expresarlo en voz alta le ha costado mucho, y mas ahora que lo he querido provocar para que se enfade. Quien hubiera pensado que él fuera a proponerme algo tan… ¿maduro?

Si —afirma —hagamos las paces por estos días.

Lo miro dudosa. —¿Por qué?

—Porque quiero que nuestros amigos sean capaces de disfrutar de sus vacaciones.

Estoy sorprendida.

Le doy un poco de crédito. Es un gran idiota, pero siempre ha antepuesto a sus amigos y es algo que siempre he valorado de él.

"A todos sus amigos menos a ti" me recuerda una voz en mi cabeza, que decido ignorar.

—Bien.

—Bien —me extiende la mano pero la retira como si se hubiera arrepentido de ese gesto —intentaré mantenerme apartado de tu camino, —dicho esto no espera respuesta de mi parte sino que sale precipitadamente de la habitación. Lo escucho subir las escaleras y después como empieza a tocar las puertas de todos para levantarlos a desayunar.

-.-.-.-Ash-.-.-.-

Vuelvo a descender hacia la cocina y encuentro a Misty en el mismo sitio donde la dejé.

Parece todavía estar meditando lo que dije.

Si se lo preguntan, en realidad no se que gano con provocarla y hacer que se enfade conmigo. Aunque me parece casi imposible que puede enfurecerse más de lo que ya estaba.

Pero sigo pensando que lo de ayer en la piscina no fue un accidente como me quiso asegurar Brock, sino que se que lo hizo a propósito, así que necesitaba desquitarme.

Aún así, es la primera vez en meses que hemos vuelto a estar solos en la misma habitación, y estoy un poco incrédulo de que esta mañana hayamos podido sostener una conversación sin haber terminado arrancándonos los ojos, aunque no olvido que me amenazo con hacerlo. Y estoy seguro que se me muere por darme un par de golpes.

Cuando baje esta madrugada no pensaba encontrármela, pero antes de que pudiera arrepentirme, ella se dio cuenta de que yo estaba ahí.

La idea del armisticio estuvo rondando mi cabeza durante la noche, y me siento bastante orgulloso de haber imaginado la manera perfecta para poder sobrevivir esta reunión sin morir en el intento.

Misty está loca de remate y seguramente ya estaba planeando todas las formas en que podría asesinarme y hacerlo ver como un accidente. Por lo menos se que ahora puedo respirar tranquilo sin tener que estar cuidándome la espalda.

Y finalmente, de esta manera me aseguro que no busque vengarse por lo de esta mañana.

—¿Me ayudas a servir los panes y las tostadas?

Ella se sobresalta. Supongo que estaba muy sumida en sus pensamientos y no me escucho entrar. Me mira y asiente pero no dice nada.

En el momento en que ambos estamos acomodando las rebanadas sobre la mesa, Brock, Tracey y Dawn son los primeros en irrumpir en la estancia, con la sorpresa reflejada en sus rostros, como si no pudieran creer lo que están mirando.

—¿Ya se han amigado? —escuchó a Brock decir a mis espaldas.

Misty sonríe pero no emite ningún comentario.

—Buendía —me limito a contestar.

El criador Pokémon me mira con curiosidad —Buenos días —dice, aunque se que se muere por acribillarme a preguntas, así que supongo que es algo con lo que tendré que lidiar después.

—¿Qué es lo que huele tan increíble? —pregunta May mientras hace su ingreso al comedor.

—Buenos días —le respondo con una sonrisa —son las delicias preparadas por este servidor.

Ella me devuelve la sonrisa, y por el rabillo del ojo puedo ver a la pelirroja poner los ojos en blanco pero se guarda sus críticas.

—Por favor tomen asiento —invita Misty señalando con su mano las butacas vacías.

—Ven Ash —May me apunta la silla desocupada junto a la de ella.

Mientras me ubico en mi sitio, uno a uno, van entrando en la estancia mis restantes compañeros ofreciendo los buenos días y van acomodándose en los asientos.

Misty es la última en sentarse, lo más alejada posible de mi, y desde el lado opuesto de la mesa me mira inquisitivamente, pero desvía los ojos rápidamente.

—Provecho —pronuncia Cilian —y nadie espera que lo repita antes de abalanzarnos sobre nuestros platos. Después de todo anoche nos fuimos a la cama con los estómagos vacíos.

El hambre que sentíamos todos es evidente, porque nadie pronuncia palabra hasta que los platillos dejaron de estar llenos.

No es por alardear pero debo añadir que la cocina no se me da para nada mal.

—Todo estuvo exquisito Ash —dice May a mi lado.

A mi alrededor los demás me agradecen también.

Iris y Dawn se ofrecen a lavar la vajilla a pesar de que Misty les insiste en que no es necesario.

—Voy a servirle el desayuno a Pikachu —anunció para poder retirarme de la habitación. Lo dejé arriba durmiendo un poco más para que pudiera descansar y recuperar fuerzas después de lo de ayer.

—Voy contigo —dice Brock, lo cual no me sorprende.

Subo las escaleras lo más rápido que puedo para intentar dejarlo atrás. Se que el criador Pokémon desea que estemos los dos solos en el cuarto para poder empezar con su interrogatorio.

En la habitación, el ratón amarillo duerme todavía plácidamente sobre mi cama.

—Despierta amigo —rozó suavemente la mejilla de Pikachu hasta que esté se despereza ruidosamente. Le sonrió. —Te he traído tus favoritos —le comentó mientras le señaló su plato rebosante de comida. —Fueron preparados por Brock.

No tengo que decírselo dos veces antes de verlo saltar sobre el cuenco y empezar a devorarlo todo.

Brock toma asiento delante mío. El único sonido que se escucha es el de Pikachu engullendo felizmente su desayuno.

—Me agrada que hayas seguido mi consejo de anoche —inicia el criador.

Lo miro con extrañeza. —¿Cuál? —pregunto rascándome la cabeza —intento hacer memoria pero nada viene a mi mente.

—Que resolvieras tus problemas con Misty.

—Eso no es lo que ha sucedido exactamente —le contesto.

Ahora es su turno para mirarme con perplejidad.

—¿Entonces que ha pasado?

—Solo le he propuesto hacer las paces temporalmente.

—¿Temporalmente?

—Así es —afirmó —Cuando esto termine volveremos a ir cada uno por su lado.

—Eso es una gran tontería —me responde con indignación —pensé que habían solucionado sus problemas como adultos.

—No se porque te molesta, después de todo lo de hacer las paces fue idea tuya —le recuerdo.

—Era bastante obvio que ninguno de ustedes me lo dijo en serio, pero no me parecía el momento para discutirlo.

—Pues debería alegarte de que lo hayamos tomado con seriedad.

—Me alegra, pero estás haciendo las cosas a medias Ash —su rostro refleja confusión —No entiendo porque no quieres arreglar las cosas con ella.

—No hay nada que arreglar —me encojo de hombros —Ella esta demente y me odia, mejor estamos así.

—Siguen siendo igual de infantiles.

—No se que quieres que te diga Brock —expresó exacerbado —Querías que viniera y eso hice. Quiero que tengamos una buena convivencia y que llevemos la fiesta en paz —digo numerándolo con los dedos —No se porque eso te enfada.

—Porque ambos son unos cabezotas Ash —sacude la cabeza.

—Si lo que esperabas era reunirnos para que ella y yo nos hablemos de nuevo, lamento romper tus ilusiones pero eso no va a suceder —manifiesto con voz firme.

Brock suspira. —No voy a inmiscuirme —promete. —Yo solo quería que pasemos un buen tiempo, no siempre hay oportunidad para poder vernos todos.

—Y eso es justo lo que vamos a hacer —afirmó con una sonrisa —Así que cambia esa cara que debemos comenzar a divertirnos.

Al mismo tiempo que digo esto me levanto de la cama de un salto con emoción.

Brock ríe contagiado por mi entusiasmo y yo me uno a sus risas.

Llaman a la puerta.

—Adelante —invita Brock.

El picaporte gira, la puerta se abre con delicadeza y May entra al cuarto.

—Chicos, todos vamos a ir a la piscina un rato para darnos un chapuzón —nos convoca con una sonrisa —así que pónganse los trajes de baño y nos vemos abajo.

En ese momento caigo en cuenta de que ella ya lleva puesto un biquini rosa muy bonito por debajo de un vestido semitransparente.

Le devuelvo la sonrisa. —Nos vemos ahí en cinco minutos.

Ella asiente, vuelve a sonreír y se marcha complacida.

—Supongo que ya empieza la diversión —dice mi amigo sonriente.

.

Cuando Brock y yo ingresamos al área de la piscina, los demás ya están ahí.

May y Dawn están sentadas al borde de la piscina con los pies sumergidos en agua y hablando entre ellas animadamente. Frente a ellas, Misty se recuesta contra el graderío con Azurill descansando sobre su regazo y mantiene una conversación con Cilan e Iris.

Tracey se encuentra realizando un bosquejo colocado en lo alto de la plataforma sobre la alberca.

Max es el único que se encuentra dentro del agua, flotando sobre su espalda.

Pikachu salta desde mi hombro hacia el piso y corre emocionado hacia Azurril que lo recibe con igual entusiasmo, y ambos Pokémon empiezan a corretearse el uno al otro de manera juguetona alrededor del recinto.

Con la entrada de Pikachu, mis amigos se dan cuenta que ya hemos arribado y Max nos hace señas para que nos acerquemos.

—Deben ingresar al agua chicos, está increíble.

—Me consta —le respondo —Ya estuve dentro.

Max ríe con mi comentario.

Te apuesto a que está mucho mejor que ayer —afirma —al menos ahora no está electrificada.

—Es verdad Ash debes probarla —se une Dawn a la conversación y a su lado May asiente.

—¿Por qué no están dentro ustedes entonces? —inquiero.

—Prefiero tomar un poco el sol primero —contesta Dawn —Misty ha abierto el domo para que entre un poco de luz.

Levanto la cabeza para comprobar lo que mi amiga peliazul ha dicho y es cierto, se puede ver que hace un día hermoso afuera, el sol brillante nos calienta dulcemente y el cielo se encuentra totalmente despejado y de un color azul vibrante.

—¿Y tu May? —interrogó ladeando la cabeza.

—Prefiero que la pruebes tú primero y me comentes qué tal —guiña el ojo y acto seguido procede a salpicarme agua en la cara con el pie.

Ella ríe y yo lo hago también.

—Tienes dos opciones —le enumero con los dedos —la primera: entras a la piscina por voluntad propia —hago una pausa —o la segunda: te meto yo.

Ella vuelve a reír más audiblemente.

—Vas a tener que atraparme —me salpica una segunda vez antes de ponerse de pie y salir corriendo.

Yo la persigo, igual como hicieron Pikachu y Azurill, trotamos alrededor de la piscina, pero mi persecución no dura mucho porque yo soy más rápido que ella.

La alcanzó a sujetar por la cintura y la levantó del piso mientras ella patalea en el aire y ríe sonoramente.

Me acerco al borde de la piscina. —Tú te lo buscaste.

—Si yo caigo tú vienes conmigo —May se agarra fuertemente de mi camiseta.

Yo enarco una ceja. Me divierte que ella piense que en una lucha cuerpo a cuerpo puede ganarme.

—De eso nada —niego con la cabeza antes de cargarla por el aire con un brazo y con el otro me libero fácilmente de su agarre.

Con lo que no estaba contando es que Dawn venga por detrás y empiece a empujarme hacia el agua mientras se une a las risas de mi amiga castaña.

—¡Dos contra uno no se vale! —con el brazo que utilicé para liberarme de May intento sujetar a Dawn, pero ella se mueve de un lado al otro en mi espalda mientras continúa empujándome con todas sus fuerzas.

—¡Ya lo tienes Dawn! —alienta May.

—¡No te dejes Ash! —me anima por su parte Max, sin la menor intención de ayudarme al parecer.

Logró posicionar a May sobre mi hombro, y de esta forma poder voltearme a buscar a Dawn, y al igual que como con May, consigo atraparla por la cintura, dar media vuelta y empujarla hacia el agua.

La coordinadora cae y salpica agua en todas direcciones, antes de emerger riendo divertida.

—Lo intente —dice encogiéndose de hombros.

—¿En que estábamos? —le digo a May elevándola por encima de mi cabeza.

—No tan rápido Ketchum —Iris viene hacia mi y al igual que Dawn intenta empujarme hacia el borde.

—Brock un poco de ayuda —le pido jadeante.

—En esta estás solo amigo —me contesta riendo.

Iris decide cambiar de estrategia e intenta sujetarme del cuello dando saltos en torno a mi, hasta que en uno de esos brincos se resbala por el piso mojado que quedó resultado de la caída de Dawn, y su cuerpo impacta contra la superficie.

Se une a la coordinadora chapoteando en el agua dando gritos de aliento a May.

La castaña pone sus piernas alrededor de mi cintura y utiliza sus brazos para enganchar mi cuello.

Intento apartarla de mi, pero mis pies también patinan en el suelo húmedo y pierdo el equilibrio.

Ambos caemos al agua.

Seguimos forcejeando dentro de la piscina. May me libera, pero de forma juguetona me hunde la cabeza hacia abajo para después salir pataleando, pero antes de que pueda salir hacia la superficie la sujeto del tobillo y tiro de ella hacia abajo.

Intento nadar hacía el exterior, pero ella vuelve a repetir su abrazo, sujetando mi cuerpo con sus piernas, para intentar arrastrarme hacia el fondo.

Toda esta lucha nos toma varios segundos, razón por la que nos tardamos en emerger.

Veo a Misty ingresar a la piscina mediante un clavado.

Supongo que la pelirroja deseaba comprobar que me ahogue, eso sin duda le haría el día.

Logró salir con May todavía sujetando mi cintura.

Misty emerge también y parece… ¿disgustada? No puedo descifrar su expresión.

May se aleja de mi cuerpo nadando en dirección contraria mientras se carcajea.

—Estas bien amigo? —Brock me extiende una mano para ayudarme a salir.

—Si por supuesto —aceptó su asistencia y con la otra mano me impulso fuera del agua —solo estábamos jugando, no ha pasado nada.

—Eso dije yo —asiente para si mismo —pero Misty ha pensado que algo te sucedió.

La entrenadora de Pokémon tipo agua mira al moreno como si él la hubiera ofendido profundamente.

Yo enarco una ceja.

—¿En serio? —la curiosidad que siento es más grande que la incomodidad que me genera dirigirme hacia ella. —¿Pensaste que me podía morir? Solo ha sido una zambullida.

Está muy enojada, su rabia es bastante palpable.

Transcurren varios segundos y termina solo encogiéndose de hombros.

—¿Te preocupaste por mi? —decirlo en voz alta suena absurdo.

—No puedes morirte por tu cuenta Ketchum —casi escupe las palabras —voy a matarte yo. Mi nombre estará en tu partida de defunción.

Me rió por la bajo y asiento. —Vale. —Ahora eso si tiene sentido. Eso suena a Misty.

Brock agita las manos nervioso como si hubiera metido la pata.

—¿Quieres secarte? —me pregunta para cambiar de tema.

Yo sacudo la cabeza. —Max tenía razón —le comentó —el agua está realmente buena, deberías nadar tú también un rato.

Brock se ve dudoso.

—Recuerda que vinimos a divertirnos —le sonrió.

—Si tienes razón —dice devolviéndome la sonrisa.

Me remuevo la camiseta mojada, puesto que por el forcejeo con May no me dio tiempo ni para poder cambiarme, y la dejo en el sol para que pueda secarse, y vuelvo a ingresar al agua de un salto.

Brock no se tarda en imitarme.

—Faltas tú —le grita Dawn a Tracey haciéndole señas para que baje de la plataforma.

—Voy en un segundo —él señala su libro de dibujo —estoy terminado un boceto.

Dawn le alza el pulgar en respuesta.

—Tú también tienes que venir —le dice Iris a Cilan, que no puede negarse a la invitación, por lo que también termina metiéndose a la piscina.

—Te desafío a una carrera Ash —me reta Max.

No tengo que pensármelo dos veces, me encantan las competencias.

—Aceptó —digo con entusiasmo.

—¿Cuál es el premio? —pregunta Dawn —yo también quiero participar.

—Y yo —se une May.

—Hagamos una carrera entre todos —propone Iris.

—¿Y el que pierda? —pregunta Cilan.

—Quien llegue último tendrá que cocinar el almuerzo y lavar los platos —sugiere Max.

Todos asentimos en señal de aprobación.

Tracey desde arriba se ofrece a oficiar como juez y nos indica que nos ubiquemos en nuestras posiciones.

Todos nos precipitamos para salir del agua y nos situamos de pie justo al borde de la piscina.

El observador Pokémon comienza la cuenta regresiva. —Tres… Dos… Uno.

Me tiro de cabeza y me sumerjo en el agua, comenzando a nadar lo más rápido que puedo. Me concentro en nadar al estilo crol, pero moviendo los brazos de forma desorganizada y dando patadas oscilantes que me impulsan hacia adelante.

¡Que estupidez es andar pensando en cómo se llama el estilo del nado que estoy realizando!

Solo se que se llama así porque alguna vez Misty me lo enseño, algunos veranos atrás, cuando vine a Celeste a hacerle compañía por un par de días y nos quedamos toda una mañana jugando en el agua.

"¡Concéntrate Ash!" Grita una voz en mi cabeza. Este no es el tiempo para andar pensando en esas tonterías.

Me centro en ajustar mi respiración a las brazadas que estoy realizando al igual que el movimiento de mis pies, mientras me deslizo en el agua, nadando con toda mi potencia y también llevado por la adrenalina.

No logro distinguir a las figuras que compiten a mi lado, mi único objetivo es llegar a topar la pared del otro lado de la piscina, que con cada brazada la veo más cerca de mi.

Logro tocar la superficie fría de la pared milésimas de segundo después de Misty que fue quien llegó primero y de Max que me llevaba una ligera delantera.

Diría que fue una competencia bastante reñida, porque la mayoría alcanzamos el otro lado con muy poco tiempo de diferencia.

Al final, fue Brock el que llegó último.

Me siento agotado. Con la ayuda de mis brazos me impulsó hacia afuera.

—¡Tenemos una ganadora! —anuncia Tracey por todo lo alto —Felicitaciones Misty!

Yo bufo por lo bajo. Pienso qué tal vez ella no debería haber participado, es decir, no es justo para los demás, ella prácticamente hace esto todos los días, le viene natural.

—Lo lamento Brock —esta vez soy yo el que lo asiste para que pueda salir del agua.

—No te preocupes —me contesta —ha sido divertido, y en realidad nunca me ha molestado tener que cocinar para ustedes.

—Yo voy a ayudarte —se ofrece Cilan —yo también disfruto bastante de la cocina.

Brock parece que va a declinar la oferta pero al final la acepta con una sonrisa en el rostro.

—Me parece grandioso —pronuncia mi amigo el criador —me gustaría aprender alguna de las recetas de tu lugar natal.

—Cuenta con ello —Cilan se ve entusiasmado con la idea —no hay nada que me guste más que poder compartir mis conocimientos.

Antes de que alguien pueda añadir algo más, ambos líderes de gimnasio se enfrascan en una conversación sobre el arte culinario.

Me contenta ver que todos mis amigos se llevan maravillosamente entre ellos.

.

No pasa mucho tiempo desde que realizamos la competencia, hasta que Brock y Cilan nos llaman anunciando que el almuerzo está listo.

Tracey y yo decidimos que el día que hacía afuera era demasiado bonito como para desperdiciarlo, por lo que preferimos mover la mesa hacia el área externa colindante con la piscina para poder seguir disfrutando de la deslumbrante jornada.

Ambos sonreímos complacidos y cada cual, como hubieran echo el resto de nuestros amigos, nos retiramos a nuestros respectivos cuartos para ducharnos y cambiarnos de ropa.

La comida de Brock y Cilan huele maravillosamente.

Salgo al patio en el momento en que May y Dawn terminan de acomodar todos los platos sobre la mesa.

Por la mayor parte de la comida, el ambiente es amigable y relajado mientras nos deleitamos con las delicias culinarias de mis grandes amigos, pero como siempre Misty tenía que arruinarlo.

—Ha sido una gran carrera —comenta todavía Tracey emocionado —eres una magnifica nadadora Misty.

—Todos lo han echo muy bien —aplaude ella —ha sido una buena contienda.

—Estoy de acuerdo —dice May —me he divertido bastante.

—Si solo hubiéramos competido Ash y yo como se lo planteé originalmente, yo hubiera sido el ganador —se vanagloria Max.

—Ha sido solo por un pelo enano —le contesto amigablemente —no te engrías mucho con eso.

—En natación el menor milisegundo es el que te da la victoria —continúa jactándose.

—Solo me has ganado porque yo me he distraído un segundo pensando en una bobada.

—No busques excusas donde no las hay —Max sacude la cabeza riéndose.

—Eres un pésimo perdedor —escucho decir a Misty.

Yo me encojo de hombros.

—De vez en cuando tengo que darle oportunidad a otros —le contesto —ser el único triunfador puede volverse aburrido.

Ella pone los ojos en blanco.

Debe estarse mordiendo la lengua para no responderme con alguna grosería tan propia de ella.

—Hasta donde yo se —replica —yo voy una victoria y tú todavía no llevas ninguna. Veremos cuantas acumulamos hasta que estas vacaciones terminen.

¿Está intentando hacer una apuesta contra mi?

—Te equivocas —niego con el dedo —la batalla de ayer la gane yo.

—¿Qué tú ganaste? —-arquea ambas cejas —Si nunca concluimos la batalla.

—Tu intento de asesinato cuenta como si la victoria hubiera sido mía.

—No puedo creer lo que escucho —alza los brazos con molestia.

—No quieres aceptarlo solo por darme la contra, sabes que tengo razón.

—Lo que dices no tiene ningún sentido.

Estamos empezando a elevar la voz.

—Se que estás acostumbrado a ganar de esa forma en lugar de hacerlo limpiamente —añade.

La miró con extrañeza. —¿A que te refieres?

—Lo mismo pasó cuando tenías diez—recuenta —jamás ganaste pero te llevaste una medalla de mi gimnasio de todas formas.

Asiento. Ya entiendo hacia donde quiere dirigirse.

—Te ayude a salvar tu gimnasio —le recuerdo molesto —creo que esa era prueba suficiente de mi valía.

—Para ti tal vez —se encoge de hombros.

—Te pido la revancha —digo poniéndome de pie —puedo ganarte esa medalla hasta con una venda sobre los ojos.

Ella se ríe. —Deja la fanfarronería para tus admiradoras ¿quieres? —ella también se pone en pie.

—Solo me limito a decir la verdad.

—¿Quieres sinceridad? —pregunta alzando las cejas —Pues que sepas que a mi no me impresionas.

—¿Segura? —niego con la cabeza. —No te creo nada.

—Deberías —afirma con seriedad.

—¿Quieres saber porque estoy tan seguro de que mientes? —ladeó la cabeza y le sonrió.

Sus mejillas se colorean del mismo tono de su cabello.

—¡Cállate! —grita.

—Pensé que estábamos siendo sinceros.

—Eres un idiota. No planeo continuar con esta conversación.

Hace un ademán de retirarse.

—¡Claro huye! —le gritó mientras ella se aleja de la mesa —¡Siempre lo haces!

Ella da media vuelta y camina hacia mi fúrica.

—Escúchame bien grandísimo tonto…

Brock se pone de pie y se interpone entre nuestros cuerpos.

—¡Basta los dos! —la interrumpe antes de que ella pueda terminar su oración.

Ella bufa por lo bajo pero permanece callada mientras me mira con odio.

—Ahora por favor permítanos continuar esta agradable comida en paz —pide casi suplicando.

—No puedo Brock, yo me retiro —dice ella negando con la cabeza. —Muchas gracias por la comida, pero en este momento no puedo seguir en la misma habitación que él —me señala. —Sino terminaré matándolo.

—Ese ha sido tu objetivo desde el principio ¿verdad? Para eso he venido.

—Ash… —me advierte Brock para que me calle pero yo continúo —ella no va a parar hasta asesinarme.

—Eres el más grande imbecil que he conocido.

—Y tu estas completamente loca.

—La tregua llega hasta aquí —sus ojos echan chispas.

—Bien por mi.

Me dirige su última mirada llena de odio y se retira.

Brock me mira molesto pero se queda en silencio.

Yo hago de cuenta que no ha pasado nada y vuelto a tomar asiento para terminar de consumir mi comida y Brock rendido a mi lado hace lo mismo.

Todos alrededor se muestran nerviosos pero nadie emite ningún comentario.

Ya se que la he liado grande, pero ella ha sido quien empezó.

Mi intento de paz no duro más que un par de horas.

Esta noche lo más sensato es dormir con la habitación cerrada.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Continuara...

¡Hola! Todavía me parece irreal todo el tiempo que ha pasado desde que comencé a escribir esta historia. No se si haya alguien que la siga todavía, espero que si, pero es gracias a una persona que comentó recientemente en todos mis fics que me hizo recordar la existencia de este lugar y lo mucho que me gustaba escribir, y ¡hace tanto tiempo que no lo hacía! Me siento totalmente oxidada. Pero aprovechando que estos días todos andamos encerrados en casa, decidí darle una nueva oportunidad a esta actividad que me agradaba tanto.

Ha pasado tanto tiempo que ni siquiera recuerdo el final planeado que tenía para esta historia XD lo tenía anotado en algún lugar, pero supongo que ya hace muchos años que se perdió.

Como siempre las críticas y/o comentarios son bien recibidos, así que no se olviden de comentar para ayudarme a retomar esta actividad, e igual me gusta conocer sus opiniones acerca de la historia. ¿Que piensan que sucedió entre Ash y Misty? ¿Creen que puedan resolverlo o ya no tiene arreglo?

Nos vemos en el próximo capitulo.

Mei D.