Aquí inicia un nuevo fic, no recuerdo que tan largo sera pero si me encanta, espero que lo disfruten tambien. Los personajes pertenecen a L.J. Smith y la historia es anonima.
Capitulo I
EL DESASTRE
Ataque de ambición. Era la manera más clara de describir lo que acababa de hacer. Mathew White, gerente general de mercadeo de la publicitaria más grande y de más renombre de norteamerica acabada de ser despedido gracias a la ambición de Damon Salvatore. O más bien gracias a las pruebas falsas de espionaje corporativo que implantó en su contra para que lo despidieran y le dieran el puesto a él. Él, y nadie más, era el indicado para ocupar el lugar de Mathew. Se había graduado de Mercado, hizo maestría en publicidad y aunque reclamaba que la fotografía era solo un pasatiempo sus trabajos eran bastante buenos. Viéndolo de lejos Damon era el hombre perfecto. 25 años. Brillante. Atractivo hasta el pecado. Con una carrera que prometía. Situación económica estable y grandes posibilidades. Amante de la música y la fotografía. Pero viéndolo de cerca, muy de cerca era un ambicioso manipulador que no se detenía ante nada. Nada. Para él el fin siempre justificaba los medios. Creció en el seno de una familia muy bien acomodada hasta que se padre, o el hombre de cuya semilla le dio la vida como prefería llamarlo, era un jugador sin arreglo que los dejo casi en la calle. Se rehusaba a trabajar y su madre se las tuvo que ingeniar como pudo para administrar lo poco que dejó su padre al morir para guardar las apariencias y pagarle una buena educación, aunque podía decir con orgullo que desde su último año en la preparatoria no necesitaba dinero de su madre.
Ahora esperaba que el reloj marcara las 14:55 disimulando su sonrisa de triunfo para dirigirse a la oficina del señor Jhon Gilbert, dueño y presidente de Sphera, la publicitaría más exitosa de la región. Sabía que no le entregarían el puesto en bandeja de plata, ese no era el estilo del señor Jhon. Seguramente le asignaría un proyecto difícil, tal vez algo con esa empresa japonesa tan exigente, algo en lo que tendría que demostrar todas sus habilidades...pero cuan equivocado estaba.
"Discúlpeme. ¿Me acaba de pedir que le de clases de fotografía a su hija?" preguntó al borde de un ataque de risas. No podía estar hablando en serio pero la cara del señor Gilbert no tenía señales de humor.
"O lo tomas o lo dejas Salvatore. Puedo pedírselo a otra persona, solo que como es tu pasatiempo pensé que no sería carga para ti."
"Lo siento señor, pensé que trataríamos otro tema."
"Se a cual tema te refieres y te confieso que no he tomado una decisión."
Maldito viejo. Se estaba aprovechando de que él quería desesperadamente el puesto de Gerente general de marketing y haría lo que sea para conseguirlo, incluyendo hacer de niñero con la mojigata de su hija. Acababa de salir del colegio y quería entrar a estudiar Fotografía de moda en Bellas Artes. En cualquier otra escuela el dinero de su padre le hubiese podido comprar la entrada pero no en Bellas Artes. Para entrar ahí necesitaba verdadero talento. Lo primero sería presentar un proyecto con sus fotografías tomadas para ser considerada. Después seguían rigurosos exámenes de aptitud y disciplina académica. Gente de todo el mundo quería entrar a esa escuela y Jhon Gilbert quería asegurarse de que Elena lo lograra, que aprobara su proyecto de admisión.
"Espero que no le tome mucho tiempo tomarla entonces" le sonrió fríamente.
"Dígale a su hija que estaré encantado de ayudarla a preparar su proyecto."
"Bien. Le informare. Mañana estará todo el día en el centro, esta empeñada en decorar un piso que compré soñando en que la deje vivir sola ahí…" puso los ojos en blanco como si Elena quisiera vivir en la luna.
"Aquí esta la dirección" le pasó un papel escrito a su puño y letra.
"Iré mañana después del almuerzo."
"Perfecto. Una cosa más."
"Si?" preguntó sin excito en disimular su irritación.
"Conozco tu reputación Salvatore, aunque intentes ocultarla se que eres un mujeriego empedernido y no quiero que le pongas un dedo encima a mi hija."
"No me acaba de decir que recién cumplió los 18? Lamento decepcionarlo señor pero las prefiero más maduras."
"Confiare en eso" dijo con una mirada amenazante y protectora.
Siempre pensó que Jhon Gilbert era un hombre que se mantenía en buen estado de salud. Pero al parecer estaba senil. Después de haber maldecido toda la noche y haber tenido una horrible primera mitad del día en la oficina se dirigió al exclusivo barrio del centro donde se encontraba el piso que "Elena" estaba decorando. Cómo se le ocurrió a ese hombre si quiera sugerir que él podía fijarse en esa… esa… cosa. La había visto antes en alguna fiesta y cenas de caridad y como no era nada interesante siempre procedía a ignorarla después del saludo cordial que merecía por ser la hija del jefe. En esos momentos al menos estaba decentemente peinada y con ropa limpia. La "cosa" que tenía en frente tenía el pelo suelto alborotado, un par de jeans anchos y gastados y un top blanco igual de ancho con manchas de colores por aquí y por allá, incluso la cara estaba manchada de pintura. No la había respondido el saludo y ya tenía ganas de amarrarle esa cosa salvaje que tenía por cabello y cubrirla con su chaqueta… o mejor no. Una Armani no luce bien en cualquiera.
"Cuando tu padre dijo que estabas redecorando no pensé que lo estabas haciendo con tus propias manos" dijo mirando la mano sucia de pintura que ella le extendía y que ahora retiraba tímidamente.
"Estoy pintando el cuarto de música. Quería que tuviera un toque personal."
"Interesante" contestó en un tono que demostraba todo lo contrario.
Se invitó adentro para no tener que mirarla más, fingió interés en el ventanal. Era un décimo piso impresionante y los ventanales de cristal mostraban en parque verde y frondoso situado frente al edificio. Se pregunto cuanto tomaría la niña para recuperarse de la impresión… antes de darle la espalda sentía sus ojos tímidos recorrerlo de arriba abajo. Aparte de mojigata, tímida y fea era mirona!
"Vas ayudarme con el proyecto?"
"Si, no me queda de otra niña" respondió haciéndola sentir que su pecho se estrechaba.
"Papá me prometió que no obligaría a nadie!" dijo con un suspiro."Lo siento mucho, si no quiere ayudarme lo entenderé, le diré a papá que no me cayo bien y que preferiría otra persona". Oh no niñata. Eso si que no.
"Mira, por qué no te vas a lavar la cara y a ponerte ropa limpia y empezamos a evaluar tus posibilidades te parece?" con ese tono de voz que utilizaba Elena se sentía como una cucaracha a quien él estaba considerando aplastar. Estaba acostumbrada a ese tipo de tratos pero en este caso le afectaba más de lo normal! Se sentía muy poca cosa ante un hombre con semejante presencia y apariencia.
"Tu padre no me obligo a nada, no le vayas a insinuar algo así. Voy ayudarte en lo que necesites…" aunque al parecer necesitaba cosas que estaban fuera de su alcance.
"Gracias!" dijo más alegre de lo que esperaba "Voy a ponerme ropa limpia" dijo de inmediato saliendo disparada hacia las habitaciones presa de la vergüenza.
"Genial Damon. Genial. Eres oficialmente el niñero del bicho más raro que existe" se dijo a si mismo metiéndose las manos en los bolsillos tras un largo suspiro. Jhon Gilbert mejor lo recompensaba muy bien después de esta.
"Ya estoy lista" dijo la vocecita tímida detrás de él.
Giró y se topó con su pelo recogido y la cara limpia, en realidad no era fea, tenía buenas facciones pero esa expresión de asustada lo sacaba de quicio.
"Bien. Vamos a sentarnos" se dirigió a la sala y le hizo una señal para que ella se sentara primero así el podría ocupar el extremo más alejado posible.
"Qué es lo que necesitas de mi niña?" Niña. Por alguna razón no le gustaba cuando él la llamaba así.
"Puedes decirme Elena y básicamente necesito que me ayudes a mejorar mis fotografías. No me has dicho tu nombre?"
"No te lo dijo tu padre?"
"No."
"Soy Damon, lo siento."
"Gracias."
"De nada supongo." El no recibir el "mucho gusto" que esperaba de su parte lo hizo sentir extraño.
Elena le contó que aspiraba a ser fotógrafa de modas para su eterna sorpresa. Resultaba que le interesaba la moda! Su estilo de vestir decía todo lo contrario. Después de entender que ella necesitaba era encontrar y perfeccionar su técnica fijaron verse tres días a la semana a las tres en ese piso del centro. Sabía que de la admisión de Elena a Bellas Artes dependían muchas cosas, entre ellas su trasero, así que le enseñaría todo lo que sabe y, por su puesto, buscaría a quien sobornar dentro de la prestigiosa escuela como plan B, solo por si acaso la niña resultara ser un desastre.
Tenían dos semanas encontrándose en el piso del centro. Él la seguía viendo como una molestia necesaria para ganarse el favor de Jhon Gilbert y admitía, para si mismo, que estaba muy agradecido de que ella tuviera un talento real y que la fotografía no fuera un capricho de niña rica. Mientras tanto ella intentaba no prestarle atención a la manera brusca en que la trataba y solo asimilar lo que él intentaba enseñarle. Pero era tan difícil! Cada cosa en él le gustaba. Sus manos tan varoniles, el ancho de su pecho, la curva de su labio, sus ojos azules, ese lunar en el cuello que alcanzaba a ver solo cuando se inclinaba y el lunar se asomaba por el cuello de su traje de etiqueta.
"Me estas escuchando o sigo perdiendo el tiempo contigo niña?"
"Yo… si! Lo siento, de verdad. Es que me puse a pensar lejos."
"No estamos en el jodido país de la maravillas! Deja de pensar en babosadas y ponme atención que tengo mejores cosas que hacer que estar con una niña boba que no escucha."
"Lo siento mucho. No volverá a pasar" miró el piso y trató de tragar saliva pero el nudo en su garganta se lo impedía. Definitivamente era una cucaracha. Una que lo estorbaba enormemente. Debió decirle a su padre que contratara un profesor en lugar de pedirle ayuda a alguien de la compañía. Si por lo menos fuera un poquito menos indeseable con ella.
"Por tu bien eso espero! Ahora intenta tomar macros como te acabo de enseñar."
Ella asintió tímidamente y se alejó de él para buscar objetos interesantes para fotografiarlos así. Estaba en la habitación continua cuando lo escuchó maldecir como nunca había escuchado a nadie después de contestar su celular. Temió salir a enfrentarlo pero por suerte no tuvo que hacerlo, él gritó "Nos vemos después niña tengo un problema" y seguido se escuchó un golpe en la puerta. Elena se sintió hasta un poco aliviada de no ser su único pequeño problema.
Damon no tenía un pequeño problema. Tenía un gran problema que lo enfurecía hasta el punto de querer matar a alguien. Michael, su contacto en la junta directiva le había dado una muy mala noticia. Jhon Gilbert había utilizado a su espanto de hija para entretenerlo y enredarlo. Mientras él las hacia de niñero Jhon trasladaba el Gerente general de mercadeo de USA a Europa y le daba el puesto que él quería. Ese puesto hubiera sido el paso final, lo demás habría sido pan comido. Se sentía burlado y eso lo encabronaba hasta la medula. Jhon Gilbert se las iba a pagar. Debería partirle la cara a él y a su niñita rica. ¿Cómo se le ocurre permitirle estudiar fotografía cuando es su única hija? Su única hija. Esta idea merecía una sonrisa. ¿Cómo no se le ocurrió antes? Claro, era tan rarita la pobre que no se le pasó por la cabeza, además tenía pensado trabajar para lograr sus metas, ahora lo tenía mucho más fácil. Muchísimo más fácil. Las carcajadas inundaron el apartamento y el dolor de cabeza fue desapareciendo. Elena Gilbert, prepárate para cambiar tu apellido.
BUENO CHICAS ESPERO QUE LE HAYA GUSTADO, LAS ACTUALIZACIONES SERAN SOLO LOS MIERCOLES Y LOS DOMINGOS. :D NOS LEEMOS XOXO