Hola corazones de chocolate.

Os traigo ésta historia... de nuevo *inserte risitas avergonzadas*. Ya que he estado revisando mis publicaciones antiguas y avergonzandome de mi escritura y narrativa, y después de pensármelo y al tenerles mucho cariño para borrarlas, he decidido corregir los horrores cometidos; quiero decir, no es como si ya sea una profesional de la narrativa pero... he evolucionado bastante.

Así que, espero que disfrutéis la historia y sus cambios si ya le habíais leído y sino, que se os haga entretenida.

Disclaimer: como sabéis los personajes de Naruto y escenarios, pertenecen a Masashi Kishimoto. Así como el fragmento de inicio pertenece a la canción "All you need is love" de The Beatles. Solo ésta historia es mía y está hecha sin fin de lucro. ¡Digamos no al Plagio!


Stars out of Heaven

.

by Miss. Breakable Butterfly

.

.

.

Nothing you can make that can't be made

No one you can save that can't be saved

Nothing you can do but you can

Learn how to be you in time

It's easy

All you need is love

All you need is love

All you need is love, love

Love is all you need

Fragmento de la canción "All you need is love"

De The Beatles.

.

.

.

.X.

.


La primera vez que le vi tenía diecisiete años.

Es un poco extraño pensar en lo mucho que he cambiado, parece como todo una vida pero, es lo que sucede cuando se llega a la edad adulta ¿no? Se recuerdan las estupideces que se hicieron en nombre de la juventud. ¡Dios! Sueno como una anciana, si Sakura me escuchara posiblemente se burlaría. En fin, ¿qué os decía? ¡Ah... si!

Fue en la casa de Shikamaru, un joven dos años mayor que yo. Teníamos algo así como una relación.

Shikamaru era el tipo de chico con una mente prodigio, un genio, tenía un IQ de más de 160 o algo así, la verdad en ese tiempo no es como si me importase aquello, era una chica mmm... ¿superficial? ¡Coño! ¿A quién engaño? Era una perra narcisista, aun lo soy... a veces. Sin embargo, él gustaba de perder el tiempo mirando las nubes y evitando los asuntos que le eran problemáticos. Su madre solía quejarse de su actitud desenfadada.

— Ino-chan —comenzaba con el ceño fruncido y agitando un cucharón—. Juro que no se que hacer con ese niño. Tiene tanto talento y un futuro brillante. —Suspiraba y retiraba el cabello de su rostro—. Pero todo es culpa de su padre. ¡Hombres! Ya sabéis como son, ¡idiotas!

Entonces agitaba con violencia lo que sea que estuviera cocinando y me miraba de reojo.

— Por eso tenéis que tener mano firme con ellos Ino-chan. —Era cuando sus ojos se encontraban con los míos y me sonreía—. Te quedas a cenar ¿verdad?

Sabía que era una orden no una solicitud, así que, sonreía y le ayudaba a terminar de preparar la cena.

Shikamaru alguna vez me confesó que su madre tenía la esperanza de que él y yo contrajéramos matrimonio. Me reí hasta que me dolió la barriga mientras el fruncía el ceño.

— No es divertido Ino —se quejó—. Tu no tenéis que oírle hablar de lo bonita que te habéis puesto o de lo buena que eres cocinando y lo carismática que sois. Ella cree que es sutil pero... es tan problemática. A veces incluso quiero mentirle y decirle que soy gay para que deje de buscarme esposa.

Eso me hizo reír más.

Pero como os decía, Shikamaru era un perezoso de mierda con un fetiche con las nubes y que a pesar de todo me gustaba por su aire de hipster en negación.


La primera vez que Shikamaru y yo follamos fue en el suelo frente a la ventana; las cortinas abiertas dejando a la vista un cielo lleno de nubes blancas y espesas, era como ver un montón de borregos pastando en el cielo aunque, de repente alguna se deformaba y ahí estaba el dragón que venía a comerse todas.

— Maldición Shikamaru podríamos haber ido a tu habitación —me quejé cuando terminamos. El suelo frío contra mi espalda y el leve temblor de mis músculos aún sufriendo el efecto del orgasmo. Sin embargo, podía sentir un punzada aguda de dolor en la espalda que nada tenía que ver con la actividad realizada —bueno, tal vez un poco—, porque habíamos empezado en el sofá y terminamos rodando al piso, y bueno el dolor de espalda me iba a durar varios días, tres para ser exacta.

— Problemática —le escuche susurrar mientras expulsaba el humo del cigarrillo y observaba las nubes a través de la ventana. Ahí estaba el dragón devorando a las demás.

— Imbécil —le dije. Se encogió de hombros apagó el cigarrillo y volvió a besarme.


Entonces Shikamaru y yo funcionábamos. Al ser él, un experto en evitar cosas problemáticas, cosas que obvio incluía las relaciones.

— Eso de salir con una chica —oficialmente— es problemático y tedioso. Demasiadas fechas que recordar y regalos que comprar —me dijo una vez mientras veíamos las nubes sentados en el sofá y él bostezaba con aburrimiento—. Además eso de soportar dramas no me va, con los de mi madre es suficiente, gracias.

Y yo, aunque no lo pareciera, por eso de que me la paso viendo y hablando de películas cursis y llenas de clichés; además de leer libros rosas, no creo en nada de eso del amor eterno y vivieron felices por siempre fuera de los libros, películas y ese tipo de medios de entretenimiento, aun que las personas que recién me conocen piensen lo contrario.

Ahora, con eso de las relaciones formales, ya sabéis eso de "novios", te diría que solo he tenido uno porque siempre pretendo olvidar aquello que me hace daño así que el segundo no cuenta, no existe más que en la imaginación de una niña ingenua de diez años que se cree princesa pero del que me veo obligada a hablar si pretendo que entendáis un poco mi personalidad.

El primero con el que salí, no tuvo nada del típico cliché de novela rosa juvenil; ya sabéis el tipo de cursilerías como las mariposas en el estómago y las nubes abriéndose para que el sol iluminase nuestro amor. Ya sabéis, el tipo de cosas que te hacen suspirar a los trece pero a los dieciocho ya no es igual. A veces extraño esa ingenuidad.

Ahora, en cuanto al segundo chico con el que salí solo busco follar para luego irse.

— Ino, lo siento pero esto no funciona —me dijo con la voz suave mientras sonreía. Tenía quince años cuando la burbuja rosa se rompió. Crush. El crujido atravesó mis oídos y quise culpar a papá por llenar mi infancia de cuentos de hadas y música cursi—. No es tu culpa, de hecho soy yo el del problema pero, podemos seguir siendo amigos ¿verdad?

Jodetemalditobastardo. Su sonrisa perpetua e inamovible mientras entre sus dientes yo podía ver partes del cacho de corazón que le había entregado y él como si nada se había comido.

Entonces dejé a la Ino que creía en príncipes y princesas; en amor eterno y predestinados. Me dejaron de importar esas cosas del corazón. Posiblemente pienses que exagero ¿no? Pero, lo que tu no entiendes es que para mí, una niña que había crecido con un padre sobreprotector, que cada noche me leía cuentos de finales felices y que me acariciaba el cabello mientras decía: "Ino-chan es una princesa"; "Algún día, algún día encontraras al príncipe que te querrá toda la vida"; "Conseguirás tu felices para siempre". Me era demasiado difícil enfrentarme al vacío.

No es como si quisiera culparle por la educación que me dio pero me hizo volar muy cerca del cielo y nunca me dijo que mis alas podían quemarse. Así que, es más fácil renunciar a esa parte de mi que esperaba. Así no duele.

Dejas de entregar cachos de corazón que luego suelen arrastrar, perder e incluso comerse. Sin importarles que te desangres y mueras en el proceso. Y bueno, creo que hay una parte de mi, oscura y cruel, tal vez por eso mi padre se esforzaba por llenarme de clichés.

Mi madre abandonó a mi padre cuando yo tenía un año. Desde entonces él se la vive buscando amores que suelen durar una noche. Mientras, mi madre vive en una deslumbrante mansión en Osaka, herencia de su cuarto esposo, quien al parecer murió en un choque automovilístico o algo así escuché, no es como si me importara lo que hace. Solo puedo pensar que mi padre fue afortunado de que solo lo dejara con él corazón un poco roto, aun que creo que influyó que no era dueño de grandes empresas o alguna fortuna considerable.

A veces mi padre me mira y suspira.

— Te le pareces tanto, Ino-chan. Tanto —sus ojos se cristalizan y creo que esa fue la razón. No quería que terminará como mi madre. Los labios rojos y el corazón enjaulado teñido de negro que se va pudriendo mientras se ahoga en dinero sin saber que es el amor.

Pero, tal vez ella también amo, tal vez ella amo tan fieramente que, cuando rompieron su corazón decidió esconderlo para que nunca nadie más intense romperle.

Pero no es como si eso importa ahora.

Entonces, Shikamaru y yo éramos felices con nuestra relación sin relación. Eramos, somos, los mejores amigos y ambos compartíamos la aversión a eso llamado amor.


A veces solía decir el tipo de cosas como:

— Soy la nueva versión de Marilyn Monroe, Marilyn Monroe 2.0 —me reía mientras Sakura me veía con cara de estás majara, suspiraba y negaba ligeramente con la cabeza antes de decirme:

All you need is love —su voz suave casi tarareaba la canción porque tiene algo con eso de los Beatles. Mientras lo pronunciaba observaba a Sasuke y entonces me daban ganas de reírme porque: "Eres una perra narcisista", me dijo Karin alguna vez.

Aunque si me lo preguntáis, Karin era aun más perra que yo.

Suelo pensar que me odiaba porque soy la mejor amiga de Sakura, quién, al igual que ella tenía esa fijación con Sasuke, que se hacia el desentendido e ignoraba a todo el mundo.

Pero hay algo más profundo en ese odio —que en ocasiones no estoy segura que sea totalmente odio— de Karin.

Luego recuerdo a una niña rubia de diez años, la sonrisa sobre sus labios, el vestido azul con encajes blancos y la diadema de diamantes falsos que su padre le acaba de comprar; es una niña que se cree princesa persiguiendo al príncipe de corazón oscuro que ignora a todo el mundo —fingidamente porque tiene excepciones—.

Entonces estaba la princesa desterrada de cabello rojo que también se la pasaba detrás de ese mismo príncipe, y finalmente esta la otra niña-princesa, que es una combinación de las otras dos solo que un poco más azucarada, con cabello rosa como algodón de azúcar y que hace que el príncipe por momento se olvide de sus oscuros pensamientos.

Así que, la niña-princesa de cabello rubio lo entendió escogiendo a la niña-princesa de cabello rosa como algodón para apoyar, porque recordó cuando le dio un cacho de corazón a una niña que no sabia que podía ser princesa y que ahora lleva en su cabello rosa de algodón en forma de listón, y bueno, la niña-princesa de cabello rubio, que ya no era tan niña, creyó encontrar a su propio príncipe azul...—

— Hermosa —había pronunciado él con una sonrisa que le convenció de entregar un cacho de corazón.

Él era como una de esas noches oscuras, oscuras, pero con una piel pálida que casi resplandecía; y la niña-princesa, que ya no era tan niña, creyó que era una estrella.

Más aun cuando sus labios —esos que jamás perdían la sonrisa— se unieron a los suyos.

— "Conseguirás tu felices para siempre" —la voz suave y envolvente de un sueño lejano hacen que la niña-princesa cierre los ojos sin darse cuenta que, lo que ella creía una estrella era un hoyo negro disfrazado.

La burbuja rosa se agrieta y la primera ala comienza a quemarse.

—... Entonces, la niña-princesa desterrada de cabellos rojos decidió que era más fácil odiar a las otras dos.

Y bueno, Sakura es como una versión hippie de mí; es menos narcisista y busca salvar corazones de la oscuridad. Yo en cambio, me pinto las uñas de carmín con sangre de los corazones que me entregan y luego piso con los zapatos de tacón alto…—

The truth is I've never fooled anyone. I've let people fool themselves. They didn't bother to find out who and what I was. Instead they would invent a character for me. I wouldn't argue with them. They were obviously living somebody I wasn't —le dije a Sakura en una ocasión mientras ella me veía con ojos incrédulos y cierta resignación. Pero sé que hay una parte de ella que me da la razón porque sabe que tengo la razón.

—..., el humo del cigarrillo que fumo es espeso y las estrellas resplandecen con fuerza. Me gustan las estrellas, es mi no tan secreto fetiche.

Pero me estoy desviando del tema.


Lo conocí un sábado por la noche en la fiesta de cumpleaños de Shikamaru.

Había estado bebiendo vodka con jugo de mango mientras me preguntaba si valía la pena levantarme del sofá para molestar a Kiba y tal vez convencerlo de las ventajas de correr desnudo mientras se confesaba pero..., entonces le vi.

Me sentí a la deriva en pleno océano atlántico reflejando las estrellas en una noche cálida de abril cuando sus ojos se encontraron con lo míos. Nunca había visto ojos azules tan resplandecientes, y él solo reía—resplandeciendo todo con esa aura demasiado brillante, como mirar una estrella directamente— a un lado de Sasuke quien veía a todo el mundo con cara de: "son unos puñeteros imbéciles, y no hay nadie mejor que yo", mientras Karin intentaba llamar su atención, y Sakura, le hablaba de días felices y llenos de amor, mientras subía el tirante de su vestido lila casi rosa —ya te decía, es una versión hippie de mi—, sin notar como Sasuke posa su vista en ella, porque Sakura esta demasiado distraída en su discurso, así que no se da cuenta de que Sasuke la ve con ganas de arrancarle el vestido, y Karin con frustración murmura algo que suena como: "Púdrete imbécil", cuando Suigetsu la ve con clara burla, pero sin dejar de tocar a su novia, porque ya sabes: "Nunca es tarde para molestar a la Zanahoria", la cual solo levanta el dedo medio, mientras Suigetsu mueve los labios en algo que se entiende como, "Es lo que pides", antes de que Hinata se funda en sus labios cubriendo sus rostros, porque bueno es muy tímida y su cara suele ponerse roja como tomate, pero eso no evita que meta una mano en los pantalones de Suigetsu, quien se olvida de todo hasta de fastidiar a Karin, quien indignada se sienta en el sofá y Kiba aprovechando —porque ha estado enamorado de ella desde siempre—, se sienta a su lado. Karin lo mira con indiferencia un segundo antes de tomarlo del brazo y perderse con él en el fondo de una habitación —te dije, ella suele ser más perra que yo o puede que no pero, creerlo me ayuda sabes—. En fin, Kiba solo la sigue, como a él lo sigue su perro Akamaru, y sí, eso sonó morboso, pero me entendéis ¿no?.

Es en esas ocasiones en las que creo que Karin y yo somos las parecidas, claro que Karin sin el glamour, y que ella aún tenía esperanzas de encontrar el amor sin ver lo obvio.

Pero bueno, yo seguramente me hubiera reído como posesa de todo eso sino hubiera estado distraída observando al chico rubio —que resplandece como estrella— casi con acosamiento, mientras se escuchaba de fondo los Beatles y su All you need is love. Y os juro, cuando reconocí la canción, me dieron ganas de reír porque, "que puñetera coincidencia". Fue como escuchar a Sakura cantármela al oído, solo que ella estaba ocupada tratando de salvar al príncipe de corazón oscuro, entonces hice una mueca de desdén, cuando él se acercó con una sonrisa.

(Y recordé que la niña rubia que se creía princesa era yo.

Recordé que a los doce años también me la pasaba detrás de Sasuke; creyendo que lo que sentía era amor pero, también estaba Sakura, a quien amaba(amo) tanto como para hacerla ver que ella también podía ser una princesa cuando me pare frente a ella y la defendí de esas niñas que solían molestarla.

Además, me di cuenta que lo de Sasuke no tenia esperanzas —demasiado oscuro para ser estrella—, y corrí a los brazos de un chico que se llama Shino —mi primer novio— solo que, en él tampoco vi una estrella, te dije, tengo un fetiche con ellas. Entonces apareció Sai, príncipe de las eternas sonrisas y yo tan deslumbrada creí que era la estrella que había esperado, no me di cuenta que solo era como la luna, resplandeciendo porque roba un poco de luz solar, y él, la robaba de las jóvenes ingenuas —yo entre ellas—, que le entregaban cachos de su corazón que él devoraba sin ninguna contemplación.)

Entonces él, con un aura demasiado brillante como para ignorar, me extendió una mano y con una sonrisa que estoy segura iluminó todo el apartamento, me preguntó:

— ¿Bailas? —yo solo levante una fina ceja, porque "¿eso se baila?", pero él solo sonrió más ampliamente y fue como ver el sol en directo, y solo suspire mientras sentía que ardía porque de pronto hacia demasiado calor y cogí su mano y ¿bailamos? Porque no estoy segura si pegarnos como lapas y girar en el mismo sitio es bailar, a los Beatles y su All you need is love.

Esa noche terminamos encerrados en un armario intentando mantener el equilibrio y no caer con el nudo de piernas y brazos que éramos, pues mientras yo intentaba deshacerme de sus pantalones, él se esforzaba en bajar el cierre del vestido rojo —le había dado primero lo que creí que buscaba, por que no estaba dispuesta a entregar más cachos de corazón a estrellas falsas—.

Todo hubiese sido más sencillo si tan solo hubiésemos encontrado alguna habitación pero, la de Shikamaru la ocupaba él con una rubia de nombre Temari o algo así, donde descubrió que los asuntos problemáticos le iban más que otra cosa, sobre todo cuando conoció a sus hermanos dos días después. Y Karin se nos había adelanto a la de invitados con Kiba (esa noche la niña-princesa, que ya no era niña de cabellos rojos descubrió que, su príncipe había estado oculto en un disfraz de bufón con antifaz de lobo), y el baño, digamos que al final Sakura se dio cuenta de que Sasuke quería arrancarle el vestido y ella se dejo por eso de hacerlo feliz (y porque el príncipe de corazón oscuro decidió que después de todo dejaría que la niña princesa, que tampoco era ya una niña, de cabellos de algodón de azúcar, intentara salvar su corazón, sin darse cuenta que lo había hecho desde hace tiempo cuando ella le entregó el suyo y él disimuladamente lo recibió a través de miradas discretas que solía darle sin razón); y bueno yo, yo aun estaba demasiado sobria como para hacerlo en la sala con todos esos chicos alrededor, no era Hinata que cubre con su cabello negro su vergüenza.

Así que, no las arreglamos con el armario y cuando el orgasmo se precipitó a través de mí, mordí mis labios y fingí que mi corazón estaba enterrado bajo una pila de tierra y cemento.


Después de eso me entere que era un año mayor y que era algo así como primo de Karin y Sakura, y... ¡ah, no te dije! Karin y Sakura están emparentadas por sus padres, verdad que eso es gracioso, y me dieron ganas de reír como loca, pero no lo hice por eso del glamour, ya sabes.

Y entonces nos veíamos diario, porque el entró a estudiar al mismo instituto que nosotras. Él me esperaba entre clases, comíamos juntos, salíamos al cine pero, no era una relación, bueno si pero no, tu me entiendes, no éramos novios, yo aún temía a eso de las relaciones formales —y que después de todo terminara siendo una estrella falsa—. Además, él también solía comportarse demasiado infantil; sonriendo como bobo y ruborizándose como amapola cada que lo miraba fijamente y creía que lo pediría —ya sabes una relación formal—, y por eso lo miraba intensamente, luego él balbuceaba como pez fuera del agua y terminaba besándome, torpe y tembloroso al principio, para terminar arrancándome la ropa, aunque, por otra parte, también tiene esa parte segura y con complejo de héroe que me hacía pensar en que podría llegar a ser ministro o un cargo así de importante pues las personas suelen confiar en el casi ciegamente.

Y entonces una tarde lo vi platicar muy animadamente con Tenten. La sonrisa brillante y pristina que había creído ingenuamente solo era dedicada a mí, sobre sus labios. El crush, resonando en mis oídos como si algo se hubiera quebrado en mi interior, más aun cuando vi como ella estaba sonrojada, los ojos bajos y el movimiento vergonzoso con el que jugaba con sus dedos. Y yo, solo podía apretar los puños mientras miraba con el corazón extrañamente dolorido —intentando negar lo obvio— porque, ¿cómo decirle algo? Cuando no éramos nada. Cuando mis nudillos dolieron por la presión, aflojé el agarre lentamente y me asuste porque mis uñas estaban teñidas de carmín con sangre de mi propio corazón.

Así que corrí a la casa de Shikamaru e intente besarlo pero me detuve a la mitad, todo se sentía jodidamente mal y yo solo podía pensar en la voz de mi padre leyéndome esas historias de príncipes y princesas, mientras intentaba reparar el corazón que le había quedado a la mitad después de entregárselo a mamá.

Entonces Shikamaru me dejó entrar. Nos sentamos en su sofá, él a ver nubes y yo a intentar regresar mi corazón al interior de la caja donde lo tenia escondido hasta que apareció él con su aura demasiado brillante, pero no funciono.

— Ésto es problemático y tedioso —escuché susurrar a Shikamaru, miré su reflejo a través del cristal y me dieron ganas de reír, por eso de compartir las penas.

Nos quedamos dormidos en el sofá, él soñando con la vida sencilla de ser una nube pasajera y yo, soñando con estrellas fugaces que me llevasen lejos de los sentimientos que parecían devorarme.

Al día siguiente, cuando llegué a casa me encontré a Naruto sentado al pie de la puerta; unas tenues ojeras bordeando la parte inferior de sus ojos, y mi corazón comenzó a latir frenéticamente; intentando salir de la caja en la que me costo tanto volverlo a meter y que aún así estaba abierta al aura de él.

— Naruto —pronuncié con cierto desdén e indiferencia. Mi pecho dolía y sabía que si no me alejaba pronto mis lágrimas harían acto de presencia. Froté mis uñas con fuerza contra la mezclilla de mis jeans intentado deslavar el carmín, entonces por un instante me pareció ver que sus ojos se apagaban y: "Te le pareces tanto, Ino-chan, tanto", ahí estaba la voz de mi padre y... "Eres una perra narcisista", las palabras agudas y venenosas de Karin hicieron eco en mi mente pero, la imagen de Tenten y él se sobreponía.

Así que abrí la puerta, porque no sabia cuanto tiempo podría mantener a mi corazón en su caja antes de que saltara a las manos de Naruto, pero incluso antes de siquiera dar un paso, él cogió mi mano y me obligó a girar, me abrazó y pronunció:

— Me alegro de que estés bien, pensé que te había sucedido algo cuando te vine a buscar y tu padre dijo que aún no llegabas. Me quede a esperarte, pero tu no llegaste, 'ttebayo —dijo casi sin respirar. Mi corazón no dejaba de latir y la caja se abría otro tanto para dejarlo salir—. ¿Dónde estabas?

Y la imagen de Tenten y él se sobrepuso, me separé de él con el ceño fruncido mientras la música que escuchaba mi padre se escapaba por la puerta entre abierta y se esparcía por el aire.

— Yo no te cuestiono lo que haces con Tenten —le dije con más reproche en el tono de voz del que pretendía y lo fulminaba con la mirada. Mi corazón crujiendo dolorosamente –porque la estrella volvió a ser una ilusión-, pero él solo me miró como si no supiera de que iba la cosa y me dieron unas ganas tremendas de romperle la cara de un puñetazo o de besarle —porque me gustaba esa forma en que fruncía los labios cuando intentaba entender algo—, pero luego el sonrió, casi como el príncipe de corazón oscuro y el golpearle se sobrepuso al besarle con demasiada facilidad.

— Tonta —me susurró mientras me estrechaba y de pronto sus labios hicieron presión en los míos y, ¡mierda! Intenté resistirme pero finalmente cedí a mi corazón. Mientras de fondo se escuchaba a los Beatles y su All you need is love, y no pude evitar reír entre sus labios por que, que puñetera coincidencia.

Al final supe que Tenten solo le hablaba por un favor que le pido relacionado con Neji, como te dije, Naruto con su complejo de héroe, que la gente suele confiar en él casi ciegamente, incluso yo.

Ahora tres años después, Naruto y yo nos mudamos a vivir juntos a un departamento que mi madre me regalo, como dijo ella, "para no estropear nuestra relación", no sé a que relación se refiere, pero bueno, mientras escuchábamos la radio y acomodábamos las cosas del departamento, empezó a sonar esa canción, ¿ya sabes cuál?

— Ino... —pronunció Naruto emocionado, las mejillas rojas y el azul de su mirada traspasándome como una espada. Su brillo intenso y resplandeciente como una estrella solar calentándome hasta los huesos. Mientras que yo sonreía e imaginaba a Sakura cantarla a mi alrededor—... ¿bailas?

Solo asentí mientras cogía su mano como en esa noche y antes de besarle, pronuncié:

— La culpa de todo la tienen los Beatles y su All you need is love…

Soy Ino Yamanaka —la niña, ahora mujer, que se creía princesa—, me gusta ver películas y leer libros rosas, pero no creo en eso del amor eterno y el vivieron felices por siempre porque, un hoyo negro que creí estrella se comió un cacho de mi corazón, pero hoy estoy dispuesta a intentarlo, después de todo, creo que encontré a la estrella que buscaba, y como dice la canción All you need is love.

.

.X.

.

The end

(O algo así)


Espero que os haya gustado os quiero.

Nota: "The truth is I've never fooled anyone. I've let people fool themselves. They didn't bother to find out who and what I was. Instead they would invent a character for me. I wouldn't argue with them. They were obviously living somebody I wasn't..." es una frase de Marilyn Monroe.

Miss Breakable Butterfly