Tardo un par de segundos para darse cuenta de a donde la llevaba Gajeel y que estaba dispuesto a hacer con ella…

-Espera… ¿Por qué estás haciendo esto?- Extrañamente no quería gritar, no quería reclamar, no podía resistirse ni detenerlo, ¿Qué importaba ya? Estaba demasiado triste y débil para poder siquiera hacerlo entrar en razón.

-Calla y disfruta de la función-Fue lo último que pudo escuchar del guerrero, antes de depositarla en la cama con cuidado y tras apartarse un par de pasos, empezar a quitarse prenda por prenda sin mayor apuro. Wendy lo miraba sin mayor apuro, ¿enserio planeaba hacerlo con ella? ¿Darle el bebe que tanto quería? ¡Y ella misma! ¿Estaba dispuesta a dejarse tocar, besar, acariciar? ¿Y si Gajeel realmente fuera tierno con ella, como en los cuentos románticos que siempre le contaba Mirajane?

Se ruborizo al imaginar al Dragón Slayer de Hierro besarla, ¿Y si le gustaba a ella? El era un sujeto frio con todos, casi arrogante y orgulloso, antisocial en cierto sentido pero que, cuando nadie lo miraba, ella estaba segura de que se convertía en una persona completamente diferente a lo que aparentaba…

El sonido de la ultima prenda del guerrero caer al suelo la saco de sus pensamientos, y al alzar la vista pudo verlo semi desnudo (Tan solo con un par de bóxers negros) frente a ella, congelándola por un par de segundos, en los cuales, su tono de piel paso de pálido a un rojizo muy encendido.

-Bueno muchacha, es tu turno-La fría vos masculina causo sorpresa en la jovencita, la cual solo atino a apartar la mirada y morderse el labio, nerviosa. Sentía sus piernas temblar bajo su mini-falda y su corazón latir a un ritmo imparable, ¿quería que se quitara la ropa? ¡Dios mío, jamás había estado desnuda delante de nadie!

-Apresúrate, no tengo todo el día mocosa

Wendy trago saliva sin saber muy bien por dónde empezar, miro su tembloroso cuerpo y simplemente atino a ruborizarse más. ¿Estaba dispuesta a hacerlo? Tal vez sería la única oportunidad en toda su vida de poder tener un bebe, y Gazille le estaba "haciendo el pequeño favor" y conociéndolo, estaba tratando de ser paciente con ella, a su manera, pero paciente al fin.

Finalmente, se inclino para comenzar a desabrocharse los botines que traía, lentamente logro quitarse el primero y paso por el segundo, el cierre se atasco y comenzó a demorarse más con el segundo intento de quitarse el calzado. Oyó a Gajeel resoplar delante de ella y no quiso mirarlo a los ojos, estaría enojado, impaciente, tal vez le gritaría y la obligaría a irse, se mordió de nuevo el labio nervioso. ¡Ella no quería defraudarlo! ¡Ella quería ese bebe costara lo que costara!

Finalmente, ambos botines cayeron sobre el suelo y sin saber muy bien por donde seguir, comenzó a desabrocharse, con dedos temblorosos e inseguros botón por botón del pesado abrigo que anteriormente Gajeel le había prestado. Comenzó a demorarse mucho, de nuevo.

-¿Por qué diablos estas tan nerviosa?- El hombre se encontraba ya de brazos cruzados, visiblemente irritado por la espera. Contaba con que la joven seria tímida por ser la primera vez que estuviera con él, pero no era para tardarse medio día en quitarse ropa por ropa. -¡Te comportas peor que una virgen!-Le reprendió, causando un estremecimiento en la chica, quien solo miro al suelo, apenada.

Y entonces todo se aclaro para el Dragón Slayer.

VIRGEN

-Lo siento… Yo, yo jamás había… -¿Cómo explicarle que nadie nunca había estado con ella? ¡Que él sería el primero en todo! Incluso para su primer beso. Tal vez la vería como una tonta, se burlaría de ella, le diría que era una perdedora por no poder haber estado nunca con alguien en la cama.

Y de pronto, las fuertes manos del guerrero tomaron sus brazos y Wendy alzo la vista para toparse con sus intentos ojos rojizos. Se veía un poco sorprendido, ¿Tan difícil era creer que ella era pura y casta? –Soy… virgen.

Y la soltó con un poco de brusquedad mientras gruñía, un poco sorprendido y enojado, ahora sus planes no estaban tan fáciles, no podía engendrar un bebe en ella si antes no rompía esa pequeña "barrera" entre sus piernas. Y Dios sabe cuánto le costaría lograrlo…

-Bien, no te quites toda la ropa, solo quítate el abrigo y yo me encargare del resto-Y regresando de nuevo a donde estaba la peli-azul, la tomo de la barbilla y la obligo a mirarlo, estaba asustada, podía verse en sus ojos. -¿Realmente quieres a ese bebe, Wendy?

¡Wendy, era la primera vez que la llamaba así en toda su vida! No pudo evitar sobreponerse por tal gesto de seriedad, e impulsada por una ciega emoción y un repentino entusiasmo por imaginarse a ella misma con un bebe en brazos, asintió, sintiéndose por primera vez en muchas horas, segura de sí misma. ¡Nadie podía privarla de su mayor deseo!

-Bien, ahora enfrenta las consecuencias…

Y antes de poder decir o hacer cualquier cosa, las manos de Redfox se posaron sobre los bordes de su abrigo y tiraban con una gran fuerza, causando que la gruesa prenda se rompiera en dos. La joven quedo en ropa interior delante de el por un par de segundos, antes de cubrirse el sostén con las manos, ruborizándose rápidamente. -¡GAJEEL!-Chillo, tal cual niña le quitan una paleta repentinamente.

Los ojos del guerrero se establecieron en su recién destapado cuerpo. ¿Cuántos años llevaba de conocerla? No llevaba la cuenta, pero ya eran varios y nunca, jamás en su vida vio por lo menos una curva o silueta seductora debajo de esos infantiles vestidos y ridículos trajes de niña.

Y ahora… Boquiabierto, observo el cuerpo transformado de la niña a la que había llegado a Fairy Tail, a la joven que ahora residía delante de él en ropa interior. Su piel comenzaba más blanca a partir del cuello para abajo, llegando a sus pechos, quienes admitió sorprendido, eran de un generoso y atrevido tamaño ¿Cómo había podido esconderlos tanto tiempo? Y un abdomen plano, adornando con sensuales curvas sus caderas, las cuales habían crecido un poco, dándole un aspecto más de mujer que de infanta. Culminando, en unas largas y torneadas piernas, ejercitadas por ejercicio y batallas pasadas.

El cuerpo de una Diosa casta, pura y demasiado ruborizada.

Su cabeza intento concentrarse en la tarea que tenía pendiente, al ver tales curvas, entendió que no sería difícil hacerlo. Al principio había imaginado tener que tomarla en ese pequeño cuerpo de niñita, sintiéndose un pedófilo o algo por el estilo. Pero más calmado, se dio cuenta de que ante ese desarrollado y curvilíneo cuerpo de generosos pechos y delicadas proporciones, podría incluso llegar más allá de lo que estaba planeado hacerle.

Y así lo hizo.

-Acuéstate

Hasta ese momento la chica había mantenido sumisamente la cabeza baja y la mirada sobre el suelo, ¡Estaba semi desnuda frente a un hombre! ¿Quién lo hubiera pensado? Se sentía tan nerviosa, tan vulnerable. ¿Sería cuidadoso con ella? ¿Romántico, sensible? Trago saliva y alzo la vista para verlo, nuevamente se perdió en sus penetrantes ojos, los cuales, por algún motivo o razón le inspiraban confianza, así que cedió ante la orden y se acostó boca arriba sobre el colchón.

Miro el techo, había unas cuantas goteras en el, pero nada que no se pudiera reparar en unos minutos. Mientras tanto, ella trataba de contarlos uno a uno, tenía que distraerse para no estar tan nerviosa, quería pensar en otra cosa que no fuera estar semidesnuda frente al hijo de Metallicana. "1, 2… oh, ahí hay otra gotera, 4, 5… ¡AAAAH!"

Quiso gritar al sentir movimiento sobre el colchón, ¡Alguien había entrado a la cama con ella! Cerró los ojos sintiendo a alguien muy cerca de su cuerpo, No quería verlo, no quería sentirlo. –Gajeel, por favor…-Le suplico. "Quieres a ese bebe, quieres a ese bebe" Su mente trataba de auto convencerla de que lo que estaba a punto de hacer estaba bien.

-No te hare daño, Pequeña… Solo haz lo que te digo y todo saldrá bien- "Todo saldrá bien, todo saldrá bien" Se repetía de nuevo la joven, sin abrir los ojos. De pronto, una mano se poso sobre su vientre, abrió los ojos y quiso gritar de pánico, ¿La tocaría? ¡La estaba tocando! ¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Patearlo? ¿Gritarle? ¿Suplicarle? ¿Matarle?

Y sin embargo, no hizo el menor movimiento. Seguía mirando al techo, perdida en sus pensamientos. Nuevamente volvió a tensarse cuando la mano, grande y pesada bajo hasta sus bragas negras y tiro levemente del elástico. "¡Gajeel no me haría daño… él no se atrevería a hacerme nada malo!" Cerró los ojos y espero, mordiéndose el labio.

Tenía que tranquilizarse con algo, así que comenzó a pensar en momentos felices y tranquilos, ¿su canción favorita? Oh, no la recordaba, ¿Su lugar favorito cuando era pequeña? Uh, tampoco lo recordaba…

-Ah-Jadeo atónita, al sentir como de pronto, su ropa interior era deslizada por sus piernas hasta sus tobillos. Instintivamente, cerró las piernas tanto como pudo y sus manos cubrieron la parte más intima de toda su anatomía, no pudo evitarlo, y llevo sus ojos hasta posarse en el hombre que tenía delante, sentado frente a ella.

Gajeel miraba, casi sin poder aguantar el deseo entre sus bóxers, la pequeña prenda entre su puño, después se volvió a concentrar en las piernas de la peli-azul, tan cerradas y apretadas. Frunció el ceño, esa parte seria difícil de abrir, así que miro el rostro de su pequeña acompañante, aun estaba muy asustada, nerviosa. Pero no lo había detenido, ¿esa era una buena señal, no?

-Tienes que relajarte, vamos, abre las piernas-Poso sus manos en las rodillas de Wendy, la cual comenzó a moverse incomoda. –No te hare daño, solo ábrelas- Y vio un destello de desconfianza en los temerosos ojos de la jovencita, pero casi al instante desaparecieron, al mismo tiempo que comenzaba a separar, muy lentamente sus rodillas. Sin pensarlo dos veces, miro el tesoro entre sus muslos, y quiso morirse en ese momento…

Ahí estaba, con muy poco vello púbico cubriendo apenas la parte frontal de la zona intima, la rosada y casta zona, tan estrecha e inexperta. Sus instintos clamaban por tomarla y poseerla tan rápidamente como fuera posible, pero sabía que eso significaba, nada más y nada menos, que matarla.

Ella era pequeña, había crecido en estatura y volumen un poco, si, pero él era un hombre mucho mayor en dimensiones que cualquiera de los demás, y sabia que si no tuviera el cuidado necesario, podría incluso causarle un daño irreparable a la pobre muchacha, además de traumas que terminarían martirizándola algún día. Así que decidió irse por el camino fácil y hacerlo todo de la manera más rápida y cómoda para ambos.

Asegurándose de que la joven no volviera a cerrar sus rodillas, mantuvo una firme mano sobre una de ellas, al tiempo que colocaba la mano restante en un muslo de la peli-azul, muy cerca de la entrepierna. La sintió tensarse de nuevo, querer esconder su tesoro entre sus piernas, pero su mano mantuvo la rodilla donde estaba y no le permitió tal deseo. –Shhh, vamos pequeña, tranquila- Sorprendido incluso el mismo por la suavidad de su vos, logro tranquilizarla con esas sencillas palabras, y lentamente, movió su mano hasta su entrepierna…

"¡Dios mío, está llegando! ¡Esta tocándome!" Wendy cerró los ojos y apretó la sabana entre sus puños, presa del pánico y tensión acumulados momentáneamente. "Me dolerá, me lastimara, Oh ya es muy tarde para terminar con esto, ¡¿Qué está haciendo?! Esta…. ¿Esta masajeándome? Pero… ummm, ah… no se siente ningún dolor, ah…" Más curiosa que asustada, la chica comenzó a sostenerse entre sus codos para levantarse un poco y ver lo que el Dragón Slayer hacia, que se sentía tan… ¿Bien?

Miro a Gajeel sostenerla de una rodilla, mientras estiraba un brazo hasta su entrepierna. Ella miro su propia intimidad ser tocada con esos largos y agiles dedos, no podía creer que se sintiera tan raro, tan nuevo. "Siento cosas nuevas sobre mi cuerpo… ¿Es esto lo que llaman tener sexo?" Nuevamente ruborizándose, sintió una oleada nueva de algún tipo de electricidad partir desde su vientre hasta su entrepierna, casi sin poder creérselo ella misma, comenzaba a disfrutar del atrevido toque y masajeo sobre su intimidad.

Justo antes de admitir que lo que sentía estaba complaciéndola de alguna manera, un inesperado "ah" salió de su garganta sin que ella misma lo consintiera antes. Apenada y sorprendida, se llevo una mano a su boca. ¿Qué había sido eso? ¿Un gemido? ¡¿De dónde diablos había salido?! Miro a Gazille y vio que el mismo estaba sonriendo divertido, ¡Sabía lo que estaba haciendo, sabía que ocurriría! Y no hizo más que morderse el labio e intentar contener sus gemidos, que esperaban impacientes en su garganta. "Cálmate Wendy, solo te está tocando. Solo… solo lo está haciendo muy bien"

-Listo, creo que ya estas más que húmeda-La vos del hombre la saco de sus pensamientos tan rápido como ella clavo sus asustados ojos en el. ¿Húmeda? ¿Acaso se había mojado con algo? Casi adivinando sus dudas, Gajeel levanto un par de dedos, de los cuales escurrían un par de pequeñas gotas. La peli-azul sintió el rubor sobre sus mejillas y todo su cuerpo, ¿ella había producido esa humedad con solo ese masajeo? Ahora entendía el término "lubricación" en los libros de sexualidad que le habían obligado a leer.

Estaba a punto de decir algo, cuando vio, casi con horror, como el guerrero metía los dos dedos húmedos a su boca. Extrañamente, eso lejos de hacer que sintiera asco, causo un tirón tan notorio sobre su vientre, que recorrió su ingle y llego a su entrepierna, inundándola de ¿Deseo? ¿Excitación? Aun sin poder creerlo, admitió internamente que esa escena de él chupando lentamente sus dedos, mojados por su propia esencia, había sido algo más que erótico. ¿Cómo podía causarle esa sensación con solo hacer ese movimiento? Jamás lo sabría, pero en ese momento, solo atinaron a excitarle.

-Escúchame, sentirás algo húmedo, son sensaciones nuevas muchacha, ¡No vayas a atreverte a aplastarme la cabeza! ¿Entendido?- Y cuando Wendy asintió, sin saber muy bien a lo que se refería, Redfox procedió a, nuevamente separarle las piernas y para acabar con la poca vergüenza que le quedaba a la pobre adolescente, hundiendo su cabeza entre sus piernas.

-¡Gajeel, ¿Qué haces…?!

Pero era muy tarde. Cuando sintió la tentadora lengua sobre su intimidad, la joven Slayer cayó sobre el colchón, gimiendo y apretando la sabana entre sus puños. ¡Demonios, era más de lo que podía resistir! Cerró los ojos y trato de no gritar. Se retorció ante un nuevo movimiento y quiso que se repitiera al instante. "¡Gajeel que me estás haciendo! ¡GAJEEL!"

Su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento, respiraba, jadeaba, quería gritar, quería sentir más, estaba al borde del colapso, no podía resistirlo, algo comenzó a temblar, su vista se nublo y todo alrededor pareció no tener vida, su cuerpo se convulsiono y sintiéndose invadida por primera vez ante la juguetona lengua del guerrero, sucumbió.

-Bien, ahora YA estas lista- Anuncio, mientras separaba el rostro de su entrepierna y relamía los jugos vaginales alrededor de su boca.

La vista que tenía delante era simplemente magnifica ante él. Wendy tenía los ojos cerrados y apretados, mordía su labio con fuerza, sus puños estaban aferrados a la sabana sin intención de soltarse, sus mejillas ardían sonrojadas y todo su cuerpo estaba brillante por la transpiración sexual del momento, si, estaba lista.

Moviéndose lentamente, para no asustarla, se adelanto encima de su cuerpo de manera que, quedara estratégicamente posicionado entre sus piernas. La peli-azul miro con sorpresa el movimiento y al alzar la vista miro el rostro de Gazille tan cerca del suyo, que incluso su respiración era perceptible.

-¿Lista?-Pregunto, tan sereno y calmado como su incómoda situación sexual lo permitía. Tenía que admitir que la joven tenía un sabor muy característico de ella, incluso dulce ante su paladar. ¿Sería porque ella era una Dragón Slayer? ¿O porque sería virgen aun? Jamás lo sabría, pero bien que habría disfrutado del sexo oral, y ahora, no podía esperar a estar dentro de ella.

"Ya no puedo decir que no, yo… lo quiero en mi, mi cuerpo lo quiere dentro" Pensó con timidez la joven, antes de asentir y pronunciar un débil "si" solo lo suficientemente fuerte para que llegara a los oídos del guerrero, que, para tranquilizarla, paso un brazo por su cintura, brindándole una protección que sabía de antemano que tenia. El pequeño gesto pareció funcionar, pues Wendy coloco sus tímidas manos sobre su musculoso pecho, preparándose incluso ella misma para lo que vendría a continuación.

Bajándose el bóxer rápidamente, acomodo su cuerpo aun más cerca de la intimidad de la chica, comenzando a hacer contacto entre genitales, le miro el rostro, esperando alguna reacción incomoda o de arrepentimiento. Ella comenzó a morderse el labio y a mover sus manos nerviosas sobre su pecho, sabía que ella también quería, pero no se podía expresar como realmente quisiera, así que tomo su silencio como una señal para que comenzara el proceso.

"Siento su… su miembro contra mí. ¡Se está frotando contra mí! Ah… No puedo contenerme, ¿Por qué no entra?" La peli-azul percibía los roces del erecto órgano contra su intimidad, sabía que estaba muy excitada y que su cuerpo clamaba por que entrara en el. Lo sabía, lo admitía, ahora no quería nada más que eso y aun que doliera, no estaría contenta hasta tenerlo dentro. –Gajeel, hazlo.

Fue una orden muy bien recibida, y clavando sus ojos rojos sobre los azules de ella, la primera penetración comenzó a suceder.

Vaya que realmente era MUY estrecha, tal vez por su tamaño, tal vez porque era virgen o tal vez porque era una Dragón Slayer, pero introducir su miembro fue algo doloroso incluso para él, que apretujándose entre sus paredes vaginales, logro abrirse apenas un poco, antes de volver a salir y ver como estaba la joven.

Wendy respiraba dificultosamente, mirando el techo y mordiéndose el labio inferior. ¿Era alguna clase de tic el morderse el labio? Demonios que ya lo estaba fastidiando, pero algo bueno de todo eso era que ella aun no le había pedido que se detuviera. -¿Estás bien?-A lo que ella simplemente asintió, lenta y calmadamente.

No espero más, e introdujo su miembro de nuevo en ella. Esta vez llego más lejos y pudo sentir la pequeña barrera virginal obstruir el paso. Frunció el ceño y la tomo de las caderas, eso sería doloroso y tendría que hacerlo rápido y fríamente.

-¡Ah!-La Joven se tapo la boca después de lanzar un pequeño grito de dolor, aferro su mano al brazo del guerrero. Quería llorar, quería reír, quería huir, quería correr, quería luchar, quería seguir, quería mas, quería…. Quería que no se detuviera. –Gazille…

El hijo de Metallicana bajo la mirada, inspeccionando su pequeño acto de una forma cuidadosa. Retiro el miembro lentamente, estaba manchado muy levemente con sangre en algunas partes. Bien, por lo menos no la había lastimado tanto. Cabía destacar que nunca había estado con una virgen y el hecho de poder controlar la situación no podía más que ponerlo orgulloso de sí mismo.

Un poco más confiado, nuevamente se coloco encima de ella y tomándola de las caderas, comenzó a penetrarla. Lento, tranquilo pero firme. Wendy aun miraba el techo, pero esta vez un nuevo rubor le cubría las mejillas, y nuevos sonidos salían de su garganta. ¡Estaba gimiendo! Esa era, nada más y nada menos que una muy buena señal…

Si hubiera podido ir más rápido, lo hubiera hecho. Pero concluyo que para hacerla llegar al orgasmo, no se necesitaba mucho esfuerzo, y aumentando gradualmente de ritmo, después de algunos minutos, finalmente hizo estremecer el pequeño cuerpo femenino en el orgasmo y éxtasis. Ella pensó que se detendría, pero el continuo penetrando hasta sentir su miembro listo para la eyaculación.

Aquí venia el momento importante.

Empezó a subir de velocidad, la chica apretó sus manos sobre sus brazos. Jadeaba, cansada y excitada, pero sin intención de reclamar o detenerle. Hubo un punto en el que pareció ir rápido y brusco, incluso pudo ver que ella hacia una pequeña mueca de dolor, pero resistió las dos últimas embestidas, hasta, finalmente, sentir la eyaculación dentro de ella y el merecido orgasmo masculino, procedente de él.

Agotada, Wendy por fin pudo descansar sobre el colchón, sintiendo la esencia del guerrero derramarse en ella. Cerró los ojos y por un microsegundo, cruzo los dedos. "Por favor, quiero a ese bebe, ¡que funcione!" Y Gajeel, asegurándose de no derramar ni un poco del preciado esperma, se mantuvo dentro de ella por un par de minutos más, aprovechando para descansar los ejercitados músculos. Cuando alzo la cabeza por un momento, sus miradas se encontraron.

-Muchas Gracias-Atino a decir, aun penosamente la joven, ruborizándose, mientras le dedicaba una de sus más sinceras y adorables sonrisas. El guerrero miro su rostro, era tan inocente y hermosa. Una muy mala combinación. Se alegro de haber sido él quien la hubiera inducido al arte de la sexualidad, pues tenía el presentimiento de que a la primera oportunidad, algún hombre se hubiera aprovechado de su inocencia y falta de experiencia, tomándola sin la menor delicadeza y reparo. –De nada, pequeña-Y le devolvió la sonrisa con una un poco más seria y fría, pero sonrisa al fin.

Animada por ese pequeño y lindo gesto, la chica se inclino y sin rodeos, unió su boca con la del hijo de Metallicana, quien sorprendido, le correspondió el beso apenas pudo. Los tímidos labios femeninos se movieron al compas de la euforia en la boca del guerrero, frotando ambas bocas con lento y renovado erotismo. Finalmente, se separaron para tomar aire. -¿Qué demonios fue eso?-Esta vez fue Gajeel quien le miraba ruborizado, ¿Esa chiquilla le había mostrado cariño? ¿Por qué?

-Bueno, supongo que si ya no voy a ser virgen de cuerpo, tampoco debería de ser virgen de labios… ¿Y qué mejor que perder la virginidad de ambas con el padre de mí bebe?- Sus palabras salieron tan inocentemente de su boca, sin saber el impacto sentimental que estos tuvieron sobre Gazille, quien no podía dejar de mirarla atónito.

No sabían que mientras esto sucedía, un pequeño y poderoso espermatozoide, se abría camino hacia la libertad, hacia la vida, hacia la victoria…

CONTINUARA.