LOS PERSONAJES DE BLEACH PERTENECEN A TITE KUBO, LOS DE NARUTO PERTENECEN A MASASHI KISHIMOTO.

Advertencias: Contiene OoC.


LAS SIETE PUERTAS DEL INFIERNO

Capítulo 1.- Comienzo.

Era un día soleado, una mujer rubia se encontraba sentada tras su escritorio, a sus espaldas había una gran ventana que dejaba ver una bella vista de la Aldea de la Hoja.

En ese momento tocaron a la puerta y por ella entró una joven de cabello negro.

—Tsunade. —dijo la chica angustiada al acercarse al escritorio. —la Hokage alzó la vista de los documentos para verla. —él ha muerto. —le informó.

La rubia se recargó en la silla y se cruzó de brazos.

—Es una lástima. —dijo con cierta pena. —Era un muchacho con muchas habilidades, hubiera sido alguien muy útil a la aldea. Sobre todo ahora que conocemos la verdad.

—Sí, lástima que no hay manera de revertir el tiempo para evitar que muriera o de poder revivirlo. —comentó Shizune. —espero que su alma pueda encontrar descanso.

—Alma. —susurró la mujer rubia con notable sorpresa. Se levantó del asiento. —creo que si hay algo que podemos hacer después de todo. —dijo.

Shizune estaba confundida. Tsunade salió de la habitación seguida de su asistente. Caminaron por el pasillo hasta llegar a una pequeña puerta al final del mismo.

—¿Qué va a hacer? —preguntó Shizune, pues esa puerta jamás se abría y la única que tenía la llave era Tsunade, así que ella nunca había entrado ahí.

—Pedirle un favor a un viejo amigo. —comentó la Hokage mientras introducía la llave en la cerradura y la hacía girar.

Ellas entraron a la habitación, la cual era pequeña y tenía un poco de polvo. Sólo había un par de sillas, una mesa y, lo que le sorprendió a Shizune, una pantalla gigante.

Tsunade se acercó a la pantalla y oprimió un botón rojo colocado en una esquina. La pantalla se puso gris.

—¿Qué es eso Tsunade? —preguntó la chica de cabello negro acercándose a la rubia.

—Esto me permitirá comunicarme con alguien que conocí por casualidad hace varios años. —respondió ella. —cuando era niña. Sólo espero que pueda contactarlo.

Pasó cerca de media hora hasta que la pantalla comenzó a emitir sonido como de lluvia y la pantalla gris comenzó a ponerse borrosa, después la imagen se hizo más clara y en la pantalla se observó a un hombre rubio de sombrero verde.

—¡Oh! Cuanto tiempo sin verte Tsunade. —comentó el rubio con una sonrisa. —Has crecido mucho, aunque me sorprende verte tan joven.

—Lo mismo digo, luces igual a la primera vez que te vi. —respondió la rubia. Shizune miraba todo en silencio.

—¿Y a que debo tu llamada? —preguntó el rubio.

—Necesito pedirte un favor. —dijo ella.

Shizune se quedó asombrada cuando escuchó a Tsunade. No entendía nada de lo que esas dos personas hablaban. Shinigamis, Sociedad de Almas ¿Qué era eso?

—Ya veo. —dijo el hombre rubio serio. —pues trataré de ayudarte, aunque llevará algo de tiempo por lo que te acabo de contar.

Tsunade asintió. No le importaba cuanto tiempo pasara, sólo quería darle una segunda oportunidad al chico, en realidad si todo salía bien, le daría una oportunidad a más de uno.

—Entiendo que acaban de pasar por una terrible lucha, así que no te preocupes. —comentó la rubia.

—Ichigo ha despertado. —se escuchó la voz de un hombre en la habitación del otro lado de la pantalla.

—Me tengo que ir, pero nos mantendremos en contacto. —mencionó el hombre de sombreo verde y luego cortó la comunicación. Necesitaba ver como tomaría Ichigo la noticia de que había perdido sus poderes tras la batalla con Aizen.

—Tsunade ¿Quién es él? —preguntó la de cabello corto. —¿Y que son los Shinigamis?

—Él es Kisuke Urahara. —contó la Hokage. —Un Shinigami, un dios de la muerte. —Shizune veía a la rubia confundida. —Ellos se encargan de que las Almas lleguen a la Sociedad de Almas, o lo que nosotros conocemos como cielo.

—¿Pero cómo lo conociste? —preguntó la chica de cabello corto.

—Pues veras….

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Tres meses después en la Sociedad de Almas.

Rukia caminaba por el pasillo que conducía a la sala de reuniones de los capitanes, no estaba sorprendida puesto que ya era Teniente y era normal que acudiera a esas reuniones.

Sin embargo se sorprendió al ver que únicamente estaban en la sala el capitán Yamamoto, el capitán Ukitake y Urahara.

—Rukia Kuchiki. —habló Yamamoto. —has sido llamada porque tengo una misión para ti. —informó. Rukia asintió.

—Rukia queremos que te encargues de cuidar y entrenar a alguien. —comentó Ukitake.

—¿Entrenar? —preguntó Rukia confundida. —¿no debería ir entonces a la academia Shinigami?

—No. —mencionó Urahara. —él no es Shinigami sin embargo tiene un gran poder.

—Además tiene problemas de salud y necesitamos que lo cures, pero eso tomará algo de tiempo. —comentó Ukitake.

—Pero ¿no sería mejor que lo curara la capitana Unohana? —preguntó la teniente confundida. Aunque ella sabía usar el Kido curativo no se comparaba ni un poco con la capitana del cuarto escuadrón o algún miembro del mismo.

—Este es un favor que nos pidió Urahara. —habló Ukitake. —Y necesitamos conservarlo en secreto por ahora. Así que pensamos en ti para que actúes prudente y discretamente.

—Entiendo. —contestó Rukia. —cumpliré lo que me piden al pie de la letra.

—Entonces conoce a tu nueva misión. —dijo Urahara viendo hacía un rincón de la habitación.

Rukia se giró hacia donde él le indicó y vio recargado en la pared, de brazos cruzados, a un muchacho alto, de cabello negro amarrado en una coleta baja. Tenía los ojos cerrados.

—Él es el chico al que tendrás que atender. —dijo Yamamoto.

Aunque más que nada quería tenerlo vigilado, todavía no le tenía mucha confianza, sin embargo sentía que le debía un favor a Urahara por creerlo traidor en el pasado, así que había accedido a su petición.

Rukia se acercó al chico.

—Soy Rukia Kuchiki, teniente del treceavo escuadrón del Gotei Trece.

—Soy Itachi Uchiha. —respondió el chico.

Urahara le explicó a Rukia en que consistía su misión y la historia del chico. Ella se sorprendió al enterarse que no provenía del mundo humano, al menos no del que ella conocía.

Rukia enseguida notó que el chico era alguien serio, pero educado. En cierta forma le recordó a su hermano.

Yamamoto y Ukitake salieron del salón para dejar que Urahara terminara de ponerlos al tanto de la situación.

—Urahara ¿cómo está Ichigo? —preguntó Rukia tras escuchar las ultimas indicaciones.

—Sigue tratando de lidiar con su vida normal. —le comentó. —pero está bien. Chad, Orihime y Uryu se encargan de los Hollows por él.

—Espero que tengas razón. —comentó Rukia preocupada, sabiendo lo fácil que Ichigo podía deprimirse.

—Disculpa que ahora no puedas ir a verlo por lo que acabo de pedirte.

—No hay problema. —dijo Rukia.

Aunque quería ver a Ichigo, ahora que era teniente con más razón debía cumplir con las órdenes que le daban.

Rukia y el muchacho salieron del primer escuadrón para comenzar de inmediato con el tratamiento. Aunque Rukia no era una experta como Isane o Hanataro, pondría todo su esfuerzo para ayudar a ese chico.

IOIOIOIOIOIOIOIO

Un año y ocho meses después.

Rukia se encontraba en el área de cuidados intensivos del cuarto escuadrón. El Sereitei acababa de ser invadido por los Quincy y ella había resultado herida, por eso ahora estaba vendada de casi todo el cuerpo y cara.

—Capitán Hirako ¿por qué Ichigo tenía esa cara tan triste? —le preguntó al hombre que estaba junto a la ventana, después de que su amigo de cabello naranja saliera de la habitación.

—Su Zanpakuto se ha roto y debe de estar cansado. —comentó el capitán. —No tienes de que preocuparte.

Pero su repuesta no dejó convencida a Rukia.

Hirako salió de la habitación, en la puerta se encontró con el chico que estaba bajo el cuidado de Rukia, lo saludó con la cabeza y siguió su camino.

Rukia sabía que Ichigo estaba así por algo más que su espada rota, lo conocía bien. Se sentía mal al no poder hacer nada por ayudarlo.

—Rukia. —la voz de un chico la sacó de sus pensamientos.

—¿Qué haces aquí Itachi? —preguntó sorprendida. Pues cuando la guerra comenzó Yamamoto dio instrucciones para que se mantuviera alejado, así que ella lo había llevado a casa de los hermanos de Kaien.

—No es mi naturaleza esconderme en una batalla. —dijo el chico de pie junto a la cama. —Si hubiera estado aquí no hubiera permitido que te pasara nada. —en su mirada se notaba la preocupación que sentía por ella.

En ese tiempo que habían convivido, él había aprendido a apreciarla. Ella lo había curado y le había hecho compañía.

Al principio pensó que ella lo interrogaría para conocer toda su historia, sin embargo ella respeto su privacidad. Rukia también había logrado que se sintiera más cómodo en ese nuevo mundo que estaba descubriendo. Pero al final, él terminó por confiar en ella y revelarle su pasado, pensó que lo juzgaría por ser un asesino, pero de nueva cuando lo volvió a sorprender, pues ella había entendido sus motivos.

—No te culpes por mi estado, fui muy descuidada y por eso estoy aquí. —respondió Rukia. —Además creo que tú tienes otra batalla que librar. En tu mundo también están en una guerra, ellos te necesitan.

—No.—respondió el chico. —Esa ya no es mi batalla, ya no pertenezco a ese lugar.

—Esa es la forma en la que ocultas tu miedo. —dijo Rukia. — tienes miedo de enfrentarte a tu hermano.

Pero el joven no pudo responder ya que una mujer alta entró en la habitación.

—He venido por ti Rukia Kuchiki y por tu compañero Renji Abarai. —dijo la mujer extendiendo dos de sus largos brazos huesudos hacía ellos.

Itachi se sorprendió de que una extraña energía envolviera a los chicos dejándolos dentro de una especie de capsula.

—No te la puedes llevar. —dijo él.

—Si los dejo morirán. —respondió la mujer y dio la media vuelta para salir de la habitación.

El joven se quedó sin saber qué hacer, después de todo seguía sin conocer todo lo concerniente a la Sociedad de Almas. Sólo esperaba que Rukia estuviera a salvo.

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Un año y tres meses después.

La guerra contra el Vandenreich ya tenía un año de haber terminado, la Sociedad de Almas por fin volvía a estar en paz. Aunque se perdieron muchas vidas, la guerra también dejó algo bueno, la solidaridad y la unión de varias razas.

Grimmjow , Tsukishima, Ginjo lucharon a la par que los Shinigamis para vencer a un enemigo en común. Y al final limaron asperezas. Bueno Grimmjow aún seguía con la idea de pelear con Ichigo, por lo que ahora el chico de cabellera naranja tenía que cuidarse de Zaraki y el arrancar.

Itachi también participó en la lucha, asombrando a más de uno por su estilo de pelea y su poder. Fue entonces que Urahara reveló su identidad y la existencia de un mundo diferente al suyo.

El chico fue aceptado por todos.

Y esa tranquila mañana él caminaba por las calles del Sereitei haciendo un recorrido de rutina y acompañado por Rukia.

—Ya pasó más de un año desde que terminó la guerra en tu aldea. —comentó Rukia. —¿por qué no has querido hablar con tu hermano?

—Ya no tiene caso. —respondió el chico que caminaba a su lado, vistiendo una camiseta negra y un pantalón del mismo color. —él ha regresado a la aldea.

—Pero…—Rukia quería rebatir, pero el sonido de una explosión se escuchó en el bosque, a pocos metros de distancia de donde estaban, haciendo que ellos se pusieran atentos y dejaran su plática para después.

—Vamos a investigar. —dijo Rukia y junto con el chico corrió en la dirección de la explosión.

Al llegar al bosque vieron que una parte de él estaba destruido.

—Ten cuidado. —mencionó el chico sacando, de una bolsa que estaba atada a su pantalón, un kunai.

Rukia y el chico se concentraron para sentir al enemigo. De repente Rukia alzó la vista y vio una ráfaga de energía azul que se dirigía a ellos.

Los chicos saltaron hacia atrás esquivando el ataque, que provocó un gran cráter en el suelo.

—Buenos reflejos. —se escuchó una voz burlona entre los árboles.

—No seas cobarde y muéstrate. —ordenó Rukia desvainando a su Zanpakuto.

Una nueva ráfaga de energía azul salió de un punto del bosque, Itachi lanzó el Kunai, pero este se perdió dentro de la energía.

El ataque se dirigía a gran velocidad hacia ellos, pero Rukia usando Shunpo se colocó delante de su acompañante y usando a Sode no Shirayuki trató de detener la energía, sin embargo esta era muy fuerte, por lo que Rukia fue arrastrada unos metros, llevándose consigo al chico.

La energía impactó en ellos, aunque no tan potentemente.

Rukia e Itachi se levantaron del suelo llenos de polvo y con algunos rasguños.

Itachi sacó la espada que llevaba en su espalda y la empuñó con fuerza al igual que Rukia

—Ahí viene. —informó Itachi.

De entre los arboles una figura salió con gran velocidad para atacarlos con una espada, de inmediato fue interceptado por Itachi.

Rukia abrió los ojos por la sorpresa al ver que su enemigo llevaba un manto negro con botones blancos rectangulares y usaba una máscara separada por una diagonal en dos partes, una blanca y otra negra.

—¿Qué son ellos? —preguntó Itachi mientras bloqueaba la espada enemiga.

—Son pecadores. —dijo Rukia. —habitantes del infierno. —aclaró. —pero la puerta del infierno se cerró ¿Cómo pudo escapar? —se preguntó en voz alta.

El pecador de aspecto delgado saltó hacia atrás para separarse de Itachi.

—Tenemos muchas formas de regresar. —dijo y luego rió estrepitosamente.

—Tendremos que mandarte de nuevo al infierno. —señaló Rukia. —Itachi ataca a su máscara, es su debilidad.

La Shinigami y el ninja se abalanzaron contra el enemigo, sus ataques eran potentes, pero el pecador podía detenerlos.

Rukia e Itachi tomaron su distancia.

El pecador apareció en una de sus manos varios puñales con el mango negro, y en el cual había algunas inscripciones. Se los lanzó a Rukia, quien pudo desviar casi todos con su espada, excepto uno que se clavó en uno de sus costados.

—("Esta hecho"). —pensó el pecador.

—Rukia ¿estas bien? —preguntó Itachi acercándose a ella.

—Sí, no es nada. —dijo sacándose el arma del cuerpo, luego lo tiró al piso.

Ellos volvieron a prestarle atención a su oponente, así que no vieron como el puñal se desvanecía entre unas llamas negras.

Itachi hizo unos sellos y una gran bola de fuego apareció dirigiéndose hacia el pecador.

El enemigo intentó pararla con su espada, pero el Katon de Itachi logró herirlo haciendo que cayera hincado al suelo.

—Eso no bastará para matarme. —dijo el pecador levantándose.

—No quiero matarte, sólo regresarte al infierno. —dijo Rukia colocándose en frente del pecador y con un rápido movimiento deslizó su Zanpakuto en forma vertical partiendo la máscara en dos partes. Inmediatamente volvió a alejarse del pecador.

Ella había aprovechado la distracción del pecador para atacarlo.

—No. —gritó el pecador asustado.

Itachi vio como unas cadenas aparecieron y apresaron al pecador. Una gran energía se dejó sentir y sacudió con fuerza las hojas de los árboles. Después el cielo comenzó a oscurecerse y una gran puerta apareció en el cielo, en ella habían dos grandes esqueletos.

—¿Qué es eso? —preguntó Itachi.

—Es la puerta del infierno. —contestó Rukia observando como la puerta se abría.

—Pero no estén tan confiados, muy pronto las siete puertas se abrirán. —gritaba el pecador mientras era jalado por una cadena hacia el interior de la puerta. —Y ellos gobernaran la tierra, entonces los muertos nos levantaremos de nuevo.

Rukia se quedó intrigada por sus palabras, Itachi observó como de la gran puerta salía una espada justo cuando el pecador se estaba acercando, y como él desapareció al ser tocado por ella.

La gran puerta desapareció y el cielo volvió a ser azul.

—Tengo que informar al capitán Kyoraku sobre esto. —dijo Rukia envainando su espada.

De inmediato los chicos se dirigieron al primer escuadrón, durante el trayecto Rukia puso al tanto a Itachi de los pecadores y el infierno.

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Al día siguiente en Karakura.

Ichigo caminaba de regreso a casa, era tarde pues se había quedado a prácticas del club de futbol. Miraba el cielo con tonalidades anaranjadas cuando sintió una fuerte presencia cerca del lugar donde estaba. No era Hollow, de eso estaba seguro.

Iba a sacar su placa de Shinigami cuando fue atacado por una ráfaga de energía azul, sin tiempo para reaccionar sólo atinó a cerrar los ojos.

—Ichigo idiota, despierta. —le dijo una voz que conocía muy bien, y que jamás admitiría, pero extrañaba escuchar.

—Rukia. —dijo abriendo los ojos y viendo como Rukia había detenido el ataque con su espada.

Ichigo no perdió más tiempo y salió de su cuerpo.

El pecador apareció junto a Rukia y le dio una patada en un costado, lanzándola algunos metros de ahí.

—¡Rukia! —Gritó Ichigo desesperado. —¡Maldito! —dijo con enojo viendo al pecador y se lanzó sobre él.

El pecador e Ichigo se enfrascaron en una gran pelea de espadas, mientras Rukia se levantaba del suelo.

—¿Estas bien? —cuestionó Itachi.

—Sí. —dijo ella sin dejar de ver a Ichigo.

El enemigo logró alejarse de Ichigo y le lanzó una ráfaga de energía, pero Ichigo logró cortarla en dos con Zanguetsu. El pecador aprovechó para lanzarle varios puñales con mango negro e inscripciones en ellos.

El primero rozó un brazo de Ichigo, los demás fueron bloqueados por él.

Y al igual que pasó con Rukia, el puñal que hirió al chico de cabello naranja, desapareció en medio de llamas negras.

Ichigo utilizó el Getsuga Tensho y logró herir a su oponente de un brazo, el cual se alejó más de ellos.

—Han vencido por ahora Shinigamis, pero pronto reuniremos el poder suficiente para que los demonios regresen al mundo.

—¿Qué estas diciendo? —preguntó Ichigo.

— Que pronto las puertas se abrirán gracias a…

Pero no pudo seguir hablando ya que fue consumido por unas llamas rojas.

—Estaba hablando demasiado. —se escuchó la voz de una mujer.

Ichigo, Rukia e Itachi trataban de localizar a la dueña de la voz, pero no lograron identificarla.

—¿Quién eres? —preguntó Ichigo.

—Muy pronto sabrán de mí, por ahora será mejor que disfruten de sus patéticas vidas. —dijo la mujer. —Muy pronto Karakura y Konoha serán destruidas. —una risa siniestra se escuchó por un momento y luego desapareció.

Itachi y Rukia se acercaron a Ichigo.

—¿Konoha? —preguntó Ichigo.

—Es mi aldea. —Respondió Itachi. —¿pero cómo sabe de ella?

—Es mejor ir a ver a Urahara, quizá él sepa algo al respecto. —mencionó Rukia. Los hombres asintieron.

Urahara escuchó atentamente el relato de los chicos. Después fue a su cuarto para buscar un libro grueso, el que les enseñó a ellos.

—Hay una leyenda sobre el infierno. —comentó Urahara. —cuenta que hay siete puertas ocultas alrededor del mundo que conectan al infierno con la tierra y que cada una de ellas es custodiada por un guardián, que espera pacientemente el momento de abrir esa puerta para dejar salir a los habitantes del infierno.

—Entonces ¿los pecadores están buscando esas puertas? —preguntó Ichigo.

—No. —dijo Yoruichi entrando a la habitación. —ellos saben donde están. —informó mientras se sentaba junto a Kisuke. —los que ellos buscan son almas puras para ofrecer en sacrificio y así abrir las puertas.

—Es por eso que ha habido ataques antes, pero los asociábamos con Hollows, fue hasta que uno de ellos atacó a Rukia e Itachi que descubrimos que en realidad eran los pecadores.

Ichigo al escuchar sobre el ataque a Rukia volteó a verla.

—Estoy bien. —respondió ella. —Itachi y yo logramos vencer al pecador.

Ichigo estaba aliviado de que ella estuviera bien, sin embargo no le agradaba la idea de que ella pasara tanto tiempo con el chico. Nadie lo notó, pero una pequeña cantidad de energía negra rodeó a Ichigo por el pie y luego se metió en su cuerpo.

—Pero no entiendo porque esa mujer se refirió a Konoha también. —dijo Itachi.

—Konoha y todo el mundo Shinobi están en distinto plano que Karakura. —comentó Urahara. —sin embargo está conectada con la Sociedad de Almas, pues todas las personas cuando mueren van ahí. Tampoco está conectada con Hueco Mundo por lo que no sufren de ataques de Hollows, pero así como está conectada con el cielo, también se conecta con el infierno. Cuando alguien comete serios crímenes va directo al infierno. Imagino que a Itachi se le perdonaron sus crímenes porque no lo hizo porque quisiera. —dijo anticipando la duda del joven ninja. —aunque no puedo decirlo a ciencia cierta.

—Esa conexión da pie a que alguna puerta se localice en ese mundo. —agregó Yoruichi.

Los tres jóvenes que escuchaban estaban sorprendidos.

—De hecho esta mañana contacté con Tsunade y ella me informó que últimamente ha habido varios ataques a aldeas cercanas, en las que han desaparecido varias personas. —dijo Urahara. —No quise decirle sobre lo que sospechamos para no alarmarla antes de tiempo.

—Eso quiere decir que Konoha puede estar en peligro. —comentó con preocupación Itachi.

—De hecho lo está. —dijo Renji entrando en la sala de Urahara. Todos voltearon a verlo. —El doceavo escuadrón localizó dos puertas en ese mundo. —comentó el teniente serio.

—¿Qué? —preguntó Ichigo.

—Después de que Urahara le informara a el capitán Yamamoto de la existencia de ese mundo, él mandó vigilarlo, quería asegurarse de que no fuera amenaza para la Sociedad de Almas. —comentó Renji. —y gracias a eso ahora sabemos que ellos están en peligro.

—No sólo ellos. —intervino Urahara. —si esas puertas se abren influirán en el flujo de las almas, pues los demonios, al igual que los Hollows, las devoran.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Rukia.

—No quedará otra alternativa que ir a Konoha e impedir que esas puertas se abran. —dijo Urahara poniéndose de pie.

—Estoy de acuerdo. —señaló Ichigo.

—Lo mismo digo. —comentó Renji.

—Sí. —secundó Rukia. —¿Qué piensas hacer Itachi?

Ella sabía que él estaba evitando ver a su hermano, pero también conocía el amor que el chico sentía por su aldea.

—Salvar a mi aldea. —respondió sin titubeos.

—Entonces prepararé todo para el viaje. —dijo Urahara. —Espero que tus amigos estén dispuestos a cooperar con nosotros. —comentó viendo a Itachi.

Él estaba seguro que lo harían, al menos Naruto y Sakura, de Sasuke no podía afirmar nada.

—Mientras iré a informarle sobre la situación a Kyoraku. —señaló Yoruichi.

Y así comenzaba una nueva aventura para los Shinigamis, una que los llevaría a conocer otro mundo y quien sabe, a hacer nuevos amigos tal vez.


Y bueno aquí les dejó otra rara historia que se me ocurrió, quizá sólo sea de dos o tres capítulos, dependerá de la inspiración que tenga.

Aunque pareciera ItaRuki (?) es IchiRuki.

Saludos...