¡Hola! Bueno, pues aquí estoy con una nueva historia con motivo del cumpleaños de Sasuke Uchiha. La verdad es que este fic va a tener varios capítulos, así que pido paciencia para que me dé tiempo de actualizarlo . Y pensaréis "¿y por qué lo empieza justo hoy?". Pues porque la historia comienza el día del cumpleaños de Sasuke y quería que coincidiese :P Además, se lo dedico a mi Beta, que hoy también es su santo (¡Felicidades!). Espero que te guste ;) ¡Y a los demás lectores igual!

Advertencias: este fic es OoC y contendrá escenas subidas de tono... avisados quedáis :P

Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.


¿Cumpleaños Feliz?

Con una rápida maniobra Itachi dobló el volante para encajar su coche en el hueco del garaje. Se aseguró de que el vehículo estuviese perfectamente alineado para que no molestase a los de su alrededor antes de apagar el contacto y echar el freno de mano.

- Vaya, cada vez lo haces mejor –le felicitó su hermano desde el asiento del copiloto.

- Práctica –contestó simplemente con un encogimiento de hombros-. No hay nada que no mejore con ella.

- ¿Eso va con segundas? –comentó el menor con una sonrisa traviesa en los labios al tiempo que abría su puerta para salir del coche.

- Mal pensado –murmuró el Uchiha, imitando a su acompañante.

Sin poder evitarlo, Sasuke soltó una risotada de diversión. Había decidido que nada le empañaría la felicidad en ese día. No en vano era su cumpleaños y, tal y como le llevaba repitiendo su cuñado durante el último mes, los veinticinco sólo se cumplían una vez en la vida. "Mejor recibirlos con una sonrisa de oreja a oreja que con una cara de enfado, uhn!" había dicho con convicción. Así pues, su hermano había hecho propias las palabras de su marido para que ese día fuese perfecto y especial.

Nada más despertarse, Itachi había aparecido en su piso con un abundante desayuno consistente en numerosos y variados bollos prefabricados. No era sano alimentarse con ese tipo de alimentos pero, por una vez al año, no pasaba nada. O al menos de eso se había convencido el menor de los Uchiha mientras engullía su cuarto croissant. Acto seguido, su hermano mayor se había ofrecido a llevarle al trabajo, la empresa familiar Uchiha, en la que ambos trabajaban, para que no tuviese que conducir. A la hora de la comida le había invitado a un auténtico festín de marisco en el que se había puesto las botas. Y, finalmente, el día concluía con una cena en familia y tranquila en la que la tarta sería el plato principal.

- ¿Seguro que a Deidara no le importa? –cuestionó Sasuke por enésima vez cuando el ascensor se detenía en la planta donde se encontraba el apartamento que su hermano y su cuñado compartían.

- Claro que no. Él está casi más ilusionado que yo con la idea de preparar una cena para todos. Lleva desde el fin de semana mareándome con la compra de todos los ingredientes necesarios para tu tarta de cumpleaños –dijo mientras ponía los ojos en blanco para ejemplificar el suplicio por el que había tenido que pasar en el supermercado con su explosiva y alocada pareja.

Sasuke sonrió con maldad. Seguramente Itachi había tenido que probar bastantes pasteles defectuosos antes de que Deidara diese con la receta correcta para preparar una tarta con las proporciones adecuadas de cada ingrediente.

- Además –añadió, introduciendo la llave en la cerradura de la puerta- hay alguien más que se alegrará de verte.

El chico ensanchó la sonrisa.

Dentro del piso todo estaba relativamente tranquilo. Atravesaron el corto pasillo de la entrada en silencio y se dirigieron al salón.

- ¿Deidara? –preguntó en voz alta el mayor de los hermanos.

- ¡Estoy en la habitación, uhn! –contestó al mismo volumen el aludido.

Los dos morenos se encaminaron hacia el lugar indicado. Al llegar, se encontraron con que el rubio estaba inclinado sobre la cama de matrimonio que compartía con su pareja, ocultando a la vista un pequeño bulto que no dejaba de moverse sobre las sábanas.

- No sé a quién ha salido este crío, en serio –se quejó el rubio –no se está quieto ni aunque se lo pidas, uhn!

Itachi alzó una ceja de manera irónica. Si a alguien se parecía su hijo era al rubio con el que había decidido compartir el resto de su vida. Rodeó la cintura de su marido y lo besó con ternura en los labios, acto al que el rubio respondió complacido. Sasuke aprovechó el momento para acercarse a su pequeño sobrino, quien se había puesto a gatear sobre la colcha completamente desnudo después de su baño.

- ¿A dónde crees que vas, renacuajo?

Agarró al bebé y lo alzó con fuerza, sacando una fuerte carcajada de alegría del infante. Sabía de sobra, ya que él se lo había enseñado, que adoraba que lo levantasen en brazos y le hiciesen volar por el aire como un avión, dejando que el viento le refrescase la cara y el pequeño cuerpecito.

- ¡Sasuke! –exclamó el rubio cuando se separó de su marido- ¡Felicidades, uhn!

- Gracias –contestó el muchacho a la vez que abrazaba a su cuñado con un brazo y sostenía a su sobrino con el otro.

- A ver si tú eres capaz de ponerle el dodotis a este terremoto –comentó el ojiazul, revolviendo los cortos y oscuros cabellos de su hijo-. Yo lo he intentado de mil maneras distintas y no he podido, uhn!

- ¿Ha dormido bien la siesta? –se interesó Itachi, acercándose a su hermano para dar un suave beso en la pequeña cabeza de su primogénito.

- Sí. Y ahora está repleto de energía –suspiró el rubio con gesto derrotado.

- Tranquilos, seguro que el tío Sasuke puede con él –comentó el chico más para el bebé que para los adultos.

- Te lo dejamos a ti, Sasuke –informó su cuñado. Agarró a su marido de la mano y le arrastró afuera de la habitación-. Nosotros iremos preparando la mesa para la cena.

El muchacho asintió y se concentró en su labor. Era realmente complicado vestir a una criatura revoltosa que sólo quería jugar y divertirse. Aprovechó la desnudez del pequeño para hacerle cosquillas en la barriga con una mano mientras con la otra ajustaba como podía el pañal. Y es que no había nada como una buena distracción para vencer a ese renacuajo. El niño no dejaba de reír, balbucear y aplaudir ante las tonterías que hacía su tío, disfrutando con cada caricia que le daba a su diminuta figura. Cuando hubo concluido, Sasuke le cogióen brazos y clavó su oscura mirada en los brillantes ojos azules de su sobrino.

- Misión cumplida –el niño aplaudió y rió sin entender de qué hablaba.

Los dos se dirigieron al salón. La mesa ya estaba preparada para la cena, así que Sasuke acomodó al pequeño en su poltrona, instalándose él mismo en la silla de al lado para vigilarle. Estuvieron jugando unos minutos -Sasuke se dedicaba a pinchar los mofletes del niño con un dedo mientras el pequeño intentaba atrapar su dedo de manera concienzuda- antes de que la feliz pareja entrase en la sala con una gran fuente de asado y una botella de vino. El cumpleañero suspiró ante el inmenso plato de comida. Definitivamente, ese día engordaría un par de kilos.

Itachi partió y repartió el asado mientras hablaban animadamente de cómo les había ido el día. Deidara se sentó frente a Sasuke, al lado de su hijo, y dividió su tiempo en comer y alimentar a su pequeño a partes iguales, aunque Shishui no parecía estar dispuesto a colaborar. La papilla resbalaba por la comisura de sus labios, manchándole la barbilla de un color a medio camino entre el amarillo y el naranja suave.

El tiempo parecía volar y escaparse de sus manos. Antes de que pudiesen darse cuenta, Sasuke se encontraba soplando las velas que anunciaban que el menor de los hermanos Uchiha había cumplido un cuarto de siglo. Todos aplaudieron cuando apagó las luces con un fuerte soplido. Incluso Shishui le felicitó en su propio idioma a voz en grito.

Mientras Deidara se dedicaba a partir la tarta que había cocinado –de nata y trufa-, Itachi se marchó de la sala en silencio. Reapareció minutos después con un enorme paquete envuelto en papel de regalo. Sasuke no pudo evitar que sus ojos se iluminasen. Durante todo el día había recibido mensajes y felicitaciones de todos sus amigos y conocidos. Pero ese era el primer presente que recibía.

- Esperamos que te guste –anunció su hermano, entregándole la enorme caja.

El Uchiha la apoyó en la mesa y procedió a abrirla. Estaba a punto de apartar el trozo de papel cuando su móvil vibró con una sonora melodía, rompiendo el momento. Sin pensarlo, sacó el aparato de uno de los bolsillos de su pantalón y lo desbloqueó. Era un mensaje. Sus ojos recorrieron el nombre del emisor con inexplicable ansia. Era la única persona que no le había felicitado en todo el día y la única persona, junto con Itachi y su nueva familia, que más expectación le generaba. Su rubio y alocado amigo Naruto Uzumaki.

"¡FELICIDADES TEME! Espero que hayas pasado un feliz cumpleaños con toda tu familia. Yo me lo estoy pasando en grande en la playa con Sai, Gaara y el resto de chicos. Tenías que haber venido. Seguro que hasta un aburrido como tú lo habría disfrutado. Vuelvo el viernes, ¡así que nos vemos en tu fiesta de cumpleaños el sábado, dattebayô!"

Sasuke apretó con fuerza el móvil, haciendo que los nudillos de su mano se volviesen blanquecinos. Había olvidado que Naruto Uzumaki también era el único capaz de arruinarle un día tan perfecto y agradable como el de su cumpleaños.


¿Qué tal? Sé que es poca cosa, demasiado corto y encima no se entiende que de buenas a primeras Sasuke se enfade. Pero todo tendrá sentido en los capítulos siguientes, lo aseguro ^^U La cuestión es que todo tiene que ver con Sai, Naruto y el propio Sasuke, jajaja.

Hablando de la escritura, sé que no he redactado este capi todo lo bien que habría podido... La verdad es que me siento un poco oxidada, pero tenía que subir este fic el día de hoy, así que pensé que quería cumplir con ese requisito quedase como quedase :S Quizás me confundí. En cualquier caso, ya está publicado, así que no hay vuelta atrás n.n

Y en cuanto a Deidara e Itachi... Siempre he querido ponerles en un fic como una familia feliz y asentada con un hijo. ¡Y Shishui es una monada! Si algún día tengo un hijo, quiero que sea así .

Y como no tengo nada más que decir... nos vemos en el siguiente capi, que el cumpeaños de Sasuke es sólo el comienzo :P

¡Nos leemos!