Sinopsis; Isabella Swan aparece en otro siglo, desnuda, encerrada y a punto de ser vendida por Edward Cullén, un barón ingles viril del año 1805, Bella sabe que está muy lejos de su año, debe descubrir su transporte para regresar a casa o tal vez quedarse con en ese siglo con ese encantador hombre que la educa en las practicas de placer físico que nunca se ha atrevido a imaginar.

Escucha mi corazón.

Londres 1805

Respiro entrecortado.

Tembló del dolor.

Tengo miedo.

Estoy desesperada, comienzo a pegarle a la caja en la que me encuentro encerrada, trato de que me escuchen, grito, pero nadie se acerca a ayudarme.

Trago en seco y dejo de golpear la madera, las risas aumentaron, se burlan de mí.

-¿Te has cansado princesa?- grita un hombre borracho.

Comienzo a llorar, no sé donde me encuentro y él porque estoy encerrada, simplemente aparecí desnuda en esta caja encerrada.

-Deja de lloriquear princesita, tus padres nunca te encontraran ¡eres nuestra!

Un si se escucho por parte de los hombres que se encontraban fuera, se escucha el cristal chocar entre sí, están brindando por mi tragedia.

-Eres tan hermosa- susurra alguien del otro lado de la madera.

Cierro los ojos con lágrimas, ellas resbalan por mis mejillas, estoy asustada, me encontraba l leyendo en la biblioteca pública y de repente aparecí aquí encerrada, todo es tan confuso, trato de hacerme bolita, pero no puedo, me resigo y espero.

Las voces cesan, deja de escucharse las pisadas y risas de aquellos hombres, parece que es entrada la madrugada o se les ha acabado el ron. Comienzo a temblar de frio y cuando estoy a punto de estornudar, la caja donde me encuentro es movida violetamente, se escuchan espadas chocar contra si, y de pronto gritos de hombres.

-¡Piratas!- grita el hombre que se burlaba de mi.

Mi respiración comienza a ser de nuevo entrecortada, escucho como se desenvuelve una pelea, trato de imaginarme porque hay espadas y no pistolas, y por que los hombres usan botas en vez de zapatos o tenis, después de un rato, gritan victoriosos los piratas.

-Encuentren y lleven el cargamento al barco – grito una voz gruesa.

¿Barco? Pienso mientras la caja en donde me encuentro es arrastrada, trato de mantenerme en silencio, pero me lastimo cuando dejan caer la caja contra las tablas, grito y me arrepiento al hacerlo.

-¡Hay una chica!

-Sáquenla de allí- grita la misma voz gruesa, parece que él es el capitán de aquel barco.

Comienzan abrir la caja, tengo que parpadear por la luz que se filtra de los orificios que han hecho, me percato de mi desnudes-No, no me saquen- grito desesperada, pero ellos no me hacen caso, abren la tapa y se escucha un chiflido por parte de ellos.

-¡Esta desnuda, capitán!

Me toman del brazo y a fuerzas me sacan de allí, trato de tapar mi desnudes, entrecierro los ojos por la luz del día, me fijo en el océano que se encuentra a pocos metros de mi y en las gaviotas que vuelan cerca del barco, muevo mi cabeza para ver a los hombres vestidos con pantalones de tela y camisas blancas cortas, botas cafés y… soy fuertemente golpeada por el capitán, me tira a las tablas y me escupe.

-Esta es la chica hará que se rompa el trato con el barón- dice con una enorme sonrisa en los labios, su ceja esta desalineada, tiene varios cortes en la cara, su piel es morena, tiene el cabello largo y negro como la noche al igual que sus ojos.

-Jacob, ¿crees que será así? para mí que no es virgen, mira- me señala un hombre con asco también- Esta desnuda.

-No le diremos al barón, encuentren sus ropas y que se vista, la dejaremos encerrada en esta caja hasta que lleguemos a Londres, se la haremos llegar a su hogar con una nota, no pienso arriesgarme y que ese hijo de puta me clave otro cuchillo o que mate a mas de mis hombres.

Me toma del brazo y me jala, se percata de mis temblores y bufa.

Me traen un vestido azul y roto, me hacen que me lo ponga enfrente de aquellos hombres, me siento humillada, las lagrimas siguen derramándose sobre mis mejillas, solo quiero despertarme de este sueño, me meten a la caja de nuevo y me cierran, ahora con un poco mas con cuidado me llevan a no sé donde, pero me depositan en un rincón húmedo porque comienzo a temblar del frio y huelo a humedad.

Cierro los ojos rezando que esta pesadilla pase.

Continuara…

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Ato. Erew