El ático del pasado

Gokú regresa a casa luego de tres años de haberse marchado con Ubb. Se encuentra a una esposa esperanzada, a un hijo mayor con una mezcla de decepción y felicidad, a una nieta rogándole que se quede y sobretodo a un hijo menor rebelde, quien ya es mucho más fuerte.

Capítulo 1

Una mañana común

No le aviso a nadie. Voló a toda velocidad hacia la Montaña Paoz con ansiedad de volver a probar la deliciosa comida de Chi Chi, de jugar con su nieta en el rio y de entrenar y charlar un poco con sus hijos. Solamente habían pasado tres años desde que descubrió a Uub en el torneo de artes marciales y tomó la decisión de transformar al niño en el guerrero más poderoso del universo, algo que le costó dejar a un lado su vida familiar. "Iré a ver cómo están todos por allá", le dijo a Ubb una mañana de verano. "Será solo por unos días y cuando regrese continuaremos con nuestro entrenamiento".

"Sí, señor Gokú. Como usted diga" el pequeño asintió aceptando las ordenes de su maestro y se despidió momentáneamente de él con un fuerte apretón de manos.

Horas más tarde Gokú volaba felizmente y daba vueltas en el aire como un niño, agarraba un poco de nubes y se las comía, su alegría era incomparable. No había sabido de su familia en años y sabía que si se demoraba más tiempo iban a regañarle, sobre todo Chi Chi, sus ataques de furia le causaban a él unos cuantos de pánico.

"Me pregunto si seguirán entrenando" pensó Goku "Imagino que Pan sí, y espero que Goten también… y ojalá Gohan también ya que la última vez que lo vi estaba muy metido con eso de la medicina y la universidad así que ya veremos…"

"¡AH, YA SE!" Exclamó solitariamente en el cielo "¡Iré a la casa de Gohan primero. Debe tener mucho que contar y así me ayuda a que Chi Chi no me mate! ¡Sí, sí, sí, que buena idea!".

Casa de Gohan y Videl

"¡Pan, el desayuno ya está listo!" llamó Videl sirviendo dos platos a la vez en la mesa. "¡Pan, baja ya que la comida se enfría, Pan!"

"¡Ya voy mami!" a la distancia se escucharon los pasitos de la pequeña de ya siete años bajando las escaleras con urgencia.

Gohan se mantuvo en silencio leyendo el periódico con atención tal como lo hacía todos los sábados. Esa mañana había tenido una sensación extraña; tenía el pálpito de que algo inesperado sucedería pero no se trataba de algo malo o de la presencia de un ki destructivo, por tal motivo no alertó a nadie.

"¡Papi, papi! ¿Sabías que ayer arreglé mi cuarto YOOOO SOLITA?" habló la niña sonriente ocupando la mesa.

Gohan le sonrió con dulzura luego de levantar la mirada "¿Ah sí, mi amor? ¿Solita y sin ayuda de mami?"

"¡Sí, por eso tienes que darme un premio!"

"¿A ver y qué premio quieres?" le preguntó el.

"¡Quiero un helado y que me lleves al circo para treparme en un tigre!" dijo emocionada.

"No puedes hacer eso Pan" intervino Videl, sentándose a lado de su esposo "La última vez que fuimos al circo te metiste a nadar con los delfines y la piscina casi se queda sin agua. Además cargaste a una foca y la pobrecita estaba asustada".

Gohan no pudo evitar partirse de la risa recordando aquel episodio. "Videl, mi amor, no seas tan severa. Esta vez Pan se va a portar bien."

"¡Siiii, te juro que esta vez me quedo quietita en mi puesto! ¿Papi, te acuerdas cuando el payaso se acercó a hacerme una broma y le arranqué la nariz?" Se río Pan.

"Sí me acuerdo" le respondió él con otra risotada. "Pero esta vez te portas bien, pequeña"

"Gohan, no te rías de las malcriadeces de la niña" le regaló Videl "Va a creer que está bien hacer eso"

"Ella sabe que no está bien. Pero no puedes negar que fue divertido" Gohan se acercó a su amada y le plantó un tierno beso en la mejilla.

"Sí, mami ¡Yo soy divertida!" sonrió Pan.

Videl le devolvió la sonrisa y le habló suavemente "Sí mi vida, divertida y única. Pero no puedes andar por ahí haciendo destrozos y travesuras ¿entendido?"

"Entendido"

"Ahora comete estos sanduches que te preparé. Son los que encantan."

"Está bien, mamita"

Sonó el timbre. Gohan se levantó bruscamente de la silla como quien teme la llegada de alguien. Producto de su susto, se le regó un poco de su jugo de mandarina sin querer.

"¿Amor, que sucede?" Videl sacó rápido una servilleta y empezó a limpiar el mantel "¿Por qué te pones así Gohan, esperas a alguna persona?"

"No…no es eso" dijo él de pie e inmóvil, notó la mirada penetrante y curiosa de su hija sobre él. "Es solo que aquí en la montaña Paoz rara vez tocan la puerta, casi no hay habitantes"

"Ah bueno, pero puede ser tu mamá o tu hermano que nos vienen a pedir algo, o a visitar" respondió ella. "También puede ser un cartero o uno de esos vendedores de frutas que suelen pasar".

"Iré a ver quién es" Gohan dejó el desayuno con prisa y se dirigió a la puerta.

"¡Papi, si es el tío Goten le dices que venga a jugar conmigo!" chilló Pan.

La niña no obtuvo respuesta. Gohan caminó nervioso a la entrada de su casa, su corazón latía fuerte y lo que más le aturdía era no saber el por qué. ¿Quién estaba del otro lado? ¿Por qué tanta emoción y nervios?"

Tomó la chapa y abrió de golpe. El mudo se le metió en el cuerpo al ver a quien tenía en frente y más aún cuando el hombre le sonrió con alegría exuberante.

"'¡SOOOOORPREEEEEEESA!" Gritó Gokú abriendo los brazos y mostrándole a su hijo todos los dientes.

Gohan lo observó de pies a cabeza, era él, en carne y hueso, no era un fantasma. Era él, su papá. Estaba feliz pero no había forma de demostrarlo. Se quedó estupefacto, como si hubiese entrado en shock o le hubiesen dado la peor de las noticias.

"¿Gohan? ¿Gohan, que te pasa? ¿Estás bien? ¡Soy tu papa, tu viejo, abrázame!"

Goku se abalanzó sobre él y lo abrazó. Gohan, aún en estado de sorpresa, posó una mano en la espalda de su papa y arrimó la cabeza a su hombro, tal como cuando era un niño.

"Pa.. pa…papá" suspiró. Parecía que quería llorar. "Papá…"

"¡Estoy tan feliz de verte hijo mío!" Goku lo soltó un momento para mirarlo a los ojos con algarabía "¡Mírate, sigues con ese look de intelectual, Qué bien! ¡¿Tú no estás feliz de verme, que sucede?!"

"No…no es eso" contestó Gohan con la mirada perdida pero llena de emoción "Estoy muy contento pero… no hemos sabido nada de ti en años y pensé que ya jamás te vería. Además no entiendo cómo no pude sentir tu ki…"

"¡AHHHHHH, Es que lo disminuí por completo ¡Justo para que sea una sorpresa!" exclamó Gokú sin parar de sonreir.

Gohan volvió a quedarse mudo. Aún no podía creer que tenía a su padre en frente y que éste actuara como si nada, como si el tiempo no hubiese pasado sobre ellos. Ya se había acostumbrado a la idea de mantener ese vacío en el corazón y de que Gokú jamás aparecería, pero esto volvía a cambiar todo. La presencia de su padre, intencionalmente o no, solo podía significar felicidad para él. No podía ni imaginar la reacción de su madre y de su hermano cuando lo vieran, no podía ni imaginar lo que ellos pensarían. Desde que Gokú dejó la casa, Chi Chi y Goten tomaron actitudes diferentes. La primera pasó por una depresión severa, la cual le costó superar, y el segundo, vivió su vida a plenitud pero sin querer saber de su padre, a tal punto que ya le daba igual si Gokú volvía o no.

"¿Y bueno cuéntame, sigues entrenando?" preguntó su papá con emoción.

"Sí… sí, a veces. En la medida de lo posible" sonrió Gohan un poco tímido. "¿No quieres pasar? Debes tener mucho que contarme sobre tu entrenamiento con el Majin Buu bueno… digo con Uub".

"Así es, la estamos pasando fenomenal" respondió alegre, y no podía ser de otra manera.

"¿Gohan, quien era en la puerta?" se escuchó la voz de Videl detrás.

"¡ABUELITO GOKUUUUUUU!" gritó Pan dando un brinco sobre él y dejando así mismo, a Videl perpleja.

"¡Ay, pero miren a quien tenemos aquí!" Goku la alzó entre sus brazos y la besó. "¡Gohan, está hermosa e inmensa! ¡Mírala! ¡Eres una belleza, Pan!"

"Sí. ¡Y ya tengo siete años!" se sonrojó.

"Uy pero que grande que estás….¿Y debes ser muy fuerte no?"

"¡Ajá, me encanta entrenar! A veces entreno con papi y el tío Goten, pero ellos son muy suaves conmigo porque soy una niña. Y mi mami y la abuelita en cambio dicen que son muy débiles para mi"

Gokú rio de placer. "No te preocupes, ahora que yo voy a estar aquí, te saco a entrenar, es una promesa".

Esa respuesta hizo a Gohan cuestionarse si esta vez Gokú se quedaría para siempre o no. Esa era una duda que debía sacarse a como dé lugar.

"Abuelito, te extrañé mucho. Te extrañé todos los días" dijo su nieta un poco triste.

"Yo también a ti, chiquita. Te prometo que estos días vamos a jugar bastante".

La imagen en frente estremeció a Gohan, le recordó sus momentos de niñez junto a su papá, más los momentos de cariño y de paz que los momentos de batallas.

"Padre, pasa adelante. Justo estábamos desayunando" invitó Gohan. "Pasa y quédate un rato con nosotros."

Fin del Capítulo 1

¿Qué tal esta intro?