Hola, amigos. Cuánto tiempo sin actualizar, echaba de menos esto de subir fics y recibir mensajes de mis leales lectores, muchas gracias. ¡Día de lluvia!, ya sabéis lo que significa. Bueno, no entretengo más.

¡Leed y disfrutad!


CAPÍTULO 4: UN VUELO ROMÁNTICO, UNA COMPETICIÓN Y UN BESO DE BUENAS NOCHES.

Hipo observaba detenidamente el majestuoso espectáculo que tenía ante sus ojos. Millones y millones de polvos celestiales se desvanecían en el cielo formando un hermoso rastro de luz fugaz resplandeciente de color blanco azulado.

Era el mejor momento para hacer una de las cosas que más le gustaba al castaño. Volvió a ver a Astrid y con sonrojo dijo:

—Astrid... ¿te... gustaría ir a volar? —preguntó tartamudeando.

Astrid seguía mirando el cielo con fascinación y atención, pero había escuchado la pregunta del chico y le dedicó una dulce mirada. Esto hizo que el joven se sonrojara más y dudara un poco sobre lo que iba a decir ella.

— ¿Y bien? —preguntó él.

—Me encantaría... —dijo ella susurrándole al oído.

Hipo suspiró aliviado y extendió su mano para ayudar a Astrid a levantarse. Ella aceptó con gusto y se levantó del suelo.

—Uh... ¿A dónde vais, soldaditos del amor? —preguntaron los gemelos maliciosamente.

—Eso no os incumbe a ninguno de los dos —dijo Astrid amenazadora.

Los gemelos miraron a la rubia, totalmente intimidados y sin ganas de decir nada más. No querían arriesgarse a acabar como Mocoso.

Astrid sonrió triunfadora ante los gemelos y les dejó con escalofríos en el cuerpo. Mocoso descansaba en la arena, contuvo su rabia e intentó mirar hacia otra parte.

— ¿Preparado? —preguntó Hipo a su dragón revisándole la cola.

Desdentado asintió con gusto. Astrid ya estaba subida en Tormenta y fueron ellas las primeras en despegar. Hipo y Desdentado les seguían de cerca.

La luna brillaba con todo su esplendor esa noche, iluminando el cielo con su hermosa luz con ayuda del polvo estelar que precipitaba del cielo, revelando su reflejo en el sereno mar de la noche y a veces el pequeño conjunto de nubes que intentaban ocultarla.

Los chicos estaban tan alto que, aunque era imposible y lo sabían, intentaban rozar la lluvia de estrellas que caía a su alrededor. Intentado conseguir un preciado tesoro proveniente de un mundo desconocido para ellos.

Se dedicaban miradas, sonrisas y alguna que otra palabra de amor. ¿Y cómo no? Los dragones no hacían más que rodear los ojos y gruñir, porque a veces se distraían tanto sus jinetes que no se daban cuenta de que estaban cayendo en picado hacía el mar.

También traspasaban las nubes, jugaban al escondite entre ellas, y se asustaban entre sí.

Tras un buen rato volando sobre el vasto océano, decidieron recorrer los alrededores de Mema: el centro, el bosque, la cala; las frías montañas que incluso el calor del verano no había conseguido derretir la nieve del crudo invierno, el impresiónate muelle, la Academia, los acantilados...

—Hagamos una competición —dijo Astrid muy decidida.

— ¿Una carrera? —preguntó confundido Hipo.

— ¿Tienes miedo de perder contra una chica? —intentó enfadarle.

Hipo titubeó.

—Cla... claro que no —se defendió—. Quien haga la mejor acrobacia con su dragón, gana.

Los chicos fueron a unos arcos de acantilados cercanos, donde podían ver perfectamente la acrobacia del otro mientras esperaban.

—Muy bien. Las damas primero.

Astrid ascendió hacía el cielo, mientras Hipo observaba con atención. Ella fue rápidamente hacia dos paredes de acantilados pegados muy cerca de entre sí, maniobró a Tormenta para que volara de lado y antes de entrar en el delgado camino, Astrid saltó de Tormenta y atravesó la pared por encima para luego caer de vuelta en la silla del dragón.

—Muy buena, amiga —dijo Astrid acariciando el cuello de su Nadder.

Las dos volvieron con Hipo y Desdentado que las miraban con asombro, pero Hipo no iba a darse por vencido y decidió intentarlo.

—Tu turno, Hipo —dijo Astrid desafiante.

—Muy bien, campeón, que vean de lo que somos capaces— dijo Hipo acariciando la cabeza de su dragón.

Hipo ascendió rápidamente hasta lo más alto que pudo con Desdentado, y sin dudarlo se quitó el arnés de seguridad para luego tirarse al vacío con un mortal hacia atrás. Desdentado le seguía, cayendo en picado. Hipo empezó a hacer tirabuzones en caída libre mientras Desdentado se preparaba para cogerlo. Hipo se acercó a la silla y se volvió a poner el arnés.

Desdentado abrió fuego contra el agua y saltó por los aires un círculo perfectamente formado de agua. Hipo maniobró a Desdentado para que volara sobre sí mismo para que atravesara el circulo y cuando lo atravesaron volvió a abrir fuego rápidamente hacia el circulo convirtiéndolo en vapor de color púrpura.

Los chicos volvieron con Astrid y Tormenta que los miraban con asombro pero también con un poco de envidia.

—Eso no vale— espetó la rubia poniéndose las manos en la cintura—. Nadie ha dicho nada de utilizar el agua como recurso para la acrobacia.

—En realidad no había ninguna regla que lo prohibiera— dijo Hipo inocentemente rascándose la nuca.

Astrid arrugó la frente. No le gustaba admitir que la habían ganado en una competición de acrobacias, ya que ella era una de las mejores en Mema y no quería que le quitaran el titulo. Pero era Hipo quien la había ganado así que intentó contenerse, relajando su puño que estaba preparado para un golpe.

—La próxima vez no tendrás tanta suerte— dijo amenazadora con el dedo índice.

—Es solo un juego, Astrid, un juego— dijo intimidado.

¿Ves, Tormenta? A eso me refería, los humanos... son humanos— dijo Desdentado.

Sí..., son humanos—contestó Tormenta negando con la cabeza.

Ya era bastante tarde en Mema y los chicos decidieron volver a la playa con los demás para despedirse. Patapez observaba el cielo con el telescopio, los gemelos tumbados en la arena y Mocoso... roncaba como un autentico jabalí.

—Mira quienes han vuelto —dijo Brusca dándole un codazo a su hermano—. Los soldaditos del amor.

— ¿Qué habéis hechos chicos? —dijo Chusco pícaramente.

La rubia se abalanzó sobre él, arrematando un puñetazo en toda su cara tirándolo bruscamente el suelo.

— ¿Tú quieres otro? —preguntó a Brusca en tono asesino.

La gemela vaciló.

—Bueno, es tarde, nos tenemos que ir —dijo Brusca arrastrando rápidamente a su hermano hasta su Cremallerus Espantosus.

Los gemelos se fueron de la playa, Garfios también, llevando a Mocoso cogido de la camisa.

—Hipo ¿podrías hacerme un favor? —dijo Patapez tímidamente.

—Claro ¿Qué pasa?

— ¿Podrías...? —Tragó saliva—, ¿podrías dejarme el telescopio solo esta noche? —soltó de golpe.

—Por supuesto que sí, amigo.

—Oh, gracias amigo, muchas gracias. —le dio un abrazo.

—De nada amigo, de nada. —empezaba a asfixiarse.

Astrid abrazó por detrás a Hipo y le dio un besito en la mejilla.

— ¿A que ha venido eso? —dijo sonrojado.

—Lo he has hecho ha sido muy bonito.

—Gracias, pero no es para tanto —se rascó la nuca.

—Te quitas méritos.

—Chicos, que estoy aquí —dijo Patapez

Los dos se enrojecieron hasta conseguir un tono rosado.

—Ah...sí, sí... Buenas noches, Patapez —dijeron.

—Buenas noches —dijo el robusto chico, antes de volver a mirar por el buscador del telescopio.

Hipo acompañó a Astrid hasta su casa, quería asegurarse de que llegaba a casa sana y salva, aunque fuera Astrid. Desmontaron de sus dragones frente a la puerta de la casa y se miraron profundamente.

—Bueno...buenas noches —dijo Hipo tímidamente.

—Espera, te olvidas de tu premio —dijo Astrid viendo que se iba.

—No había ning... —intentó decir.

Astrid le tiró del cuello de la camisa, empezando así un apasionado beso. Era como si el cielo arrematara con fuerza sobre la tierra y la engullera con pasión hacia él.

—Si nos viera tu padre, me mataría seguro —dijo él.

—Por encima de mi cadáver —le susurró al oído.

Astrid mordió dulcemente el oído del chico haciendo que él diera un pequeño gemido de placer y apretara con fuerza la cintura de la chica.

—Estas empezando a tener una manía por morderme —dijo el castaño entre gemidos.

—Y tú de apretarme la cintura y acariciarme el ombligo —dijo juguetona.

Hipo miró rápidamente hacia abajo y se le puso los ojos como platos, al ver que la rubia tenía razón. Una de sus manos había conseguido traspasar por abajo la camisa de la chica, hasta llegar a la pequeña perforación que la estaba acariciando de arriba abajo con el pulgar.

—Lo... lo sient —intentó decir el chico.

Astrid volvió a besar a Hipo abrazándolo con fuerza, impidiéndole decir una sola palabra más. Tras un rato, ella también consiguió traspasar su camisa, llegando hasta el ombligo. El castaño sintió un gran placer, haciendo que la besara con locura y sus lenguas se encontraran de nuevo.

—Ahora segurísimo que me mataría.

—No lo permitiría, aunque fuera mi padre.

Hipo sonrió.

—Te quiero...

—Yo más... —dijo volviéndolo a besar.

Se quedaron un buen rato observándose, acariciando las mejillas del otro y jurándose amor eterno, incluso más allá de la muerte, con un beso.

—Buenas noches —dijo él.

—Buenas noches, sueña conmigo... —dijo dulcemente.

—Siempre lo hago... —la volvió a besar.

Astrid entró en su casa, pero antes de cerrar la puerta le dedicó un guiño a Hipo. Él se sonrojó, pero no dejó de mirarla, quería disfrutar aquel hermoso momento.

El castaño se dio la vuelta para volver con Desdentado que lo esperaba con la mirada picaresca y un leve movimiento de cejas.

— ¿Y tú que miras? —dijo aun más sonrojado.

Solo a dos tortolitos —pensó Desdentado con una sonrisilla.

—Volvamos a casa, campeón —dijo perdonándole con una caricia en el mentón.

Hipo subió en su Furia Nocturna y antes de despegar hacia su casa, observó por unos segundos una vez más la casa de Astrid.

—Dulces sueños, Astrid.

El Furia Nocturna al ver que su jinete se distraía otra vez le dio en la cara con una de sus orejas.

—Sí, sí, ya voy —dijo sarcástico.

Despegaron los dos amigos y volvieron a su casa para descansar para el siguiente día. Acompañados de la lluvia de estrellas por el camino...


Bueno, ¿qué os ha parecido? Sé que ha sido este un capítulo bastante corto, puede que el más corto que he hecho hasta ahora, así que si os ha parecido demasiado corto, lo siento de veras

Pregunta de la semana: ¿por qué película pagaríais para poder verla otra vez en el cine? yo vería "como entrenar a tu dragón" en 3D por que recuerdo que tuve la oportunidad de verla pero no me llamaba mucho la atención aunque fuera de dragones y eso es algo de lo que me he estado arrepintiendo desde que decidí descargármela y verla y cuando terminé de verla me dije: eres una gi-li-po-llas. Con perdón pero es verdad, no seáis tan idiotas como yo, por favor.

Ah y recordad: "La mejor arma para los que no quieren que seáis felices es sonreír".

Un abrazo a todo el mundo, gracias por leer mis fics y nos vemos en la próxima historia.

¡Nos rockeamos y leemos!