Ichigo Kurosaki vive en su actual casa en Karakura, va a la secundaria y vive una vida normal, para él cosas como el "amor" no le son importantes. Al mismo tiempo Rukia Kuchiki y su hermano mayor Byakuya Kuchiki se mudan a la ciudad, no muy lejos de la casa Kurosaki. Sin saberlo, ambos estaban a punto de tener una persona importante en su vida.

Ichiruki fanmade

"Lo único que no podemos dejar atrás"

El día estaba caluroso, tanto que ni siquiera con la enagua del uniforme se podía sentir fresca. No sabía si seguir adelante o volver a la casa en la que se sentía tan cómoda minutos atrás.

-ahhh, ya a estas alturas del trayecto no vale la pena volver no? Además, ni-sama se tomó la molestia de prepararme el almuerzo.- decía una pelinegra.

Mientras caminaba podía observar a otras personas que tenían el mismo uniforme que ella, así que no se perdería en el trayecto. Como era recién llegada, varios chicos la miraban con curiosidad.

-Oye esa chica trae nuestro uniforme, pero nunca la había visto-

-Debe ser nueva o algo por el estilo. A que es linda no?- susurraban los chicos a su alrededor.

La chica pelinegra siguió andando sin poder evitar llamar la atención. No le gustaba ser el punto de atención, así que miró al piso mientras seguía caminando. La escuela ya se podía ver al frente, la pelinegra pasó por un callejón cuando algo le llamó la atención.

-Sera mejor que nos hallas dado todo oíste?- gritó un tipo en el fondo del callejón.

-Es todo! Por favor déjenme tranquilo!-

Eso era malo. Al chico le estaban robando y no podía defenderse. La pelinegra comenzó a prepararse para saltar y atacar como su profesor de judo le había enseñado cuando una voz tras de ella gritó.

-OYE TÙ! Qué crees que haces con él?- un chico de cabello anaranjado estaba justo al lado de la pelinegra. Sin pensarlo dos veces el chico se acercó al matón con actitud amenazadora.

- eh? Quién eres tú?

-No necesito decirle quien soy a un tipo que será golpeado.- contestó el chico. "Pero qué le sucede?" Pensó ella "Cómo puede contestarle tan descuidadamente a un tipo peligroso?"

-Qué dices? Ven aquí para romperte la cara mocoso!- El matón agarró al chico por la camisa y levantó su brazo para golpearlo, la pelinegra no pudo aguantar más y corrió a ayudar pero en cuestión de segundos el chico ya había dejado al matón en el piso y tenía su pie sobre su cara.

-Maldito! Quítate de encima…

-Ah? Qué has dicho?- El chico comenzó a presionar su espalda.

-De acuerdo! Me rindo.- El peli naranja lo soltó mientras el matón se levantaba y salía huyendo. –No me olvidaré de ti fenómeno!

El peli naranja ignoró su comentario y resopló. La pelinegra corrió a auxiliar al chico tendido en el suelo.

-Oye tú, ¿Estas bien? ¿No te hicieron daño?-

-ah…- decía mientras sonrojaba, tener una chica tan linda preocupada por uno debía ser como el cielo- si, gracias.

-Oye tú, mejor levántate y ve a la enfermería, y asegúrate de no volver a entrar a estos callejones.- dijo el peli naranja.

-Si gracias. Disculpen las molestias. – El muchacho se levantó y se fue con sus pertenencias. La chica estaba sorprendida. Nunca antes había visto que un muchacho pudiera noquear a alguien tan rápido como ella. Rigurosamente lo observó de cabeza a pies. Era alto, bien parecido y con buen físico, lo que más llamaba la atención de su cuerpo era su inusual cabello naranja, mas ella estaba más intrigada por sus ojos de color miel.

-Que tanto miras?- dijo insolentemente el chico. "Qué le pasa hablándome con ese tono de voz? No es como si lo estuviera molestando"

-Eh? Acaso no puedo mirar en la dirección donde estás parado? Que molesto-

-Lo que sea no te quedes ahí mirando como una boba enana-

"Cómo me ha llamado?" –Re…repite lo que dijiste zanahoria!
-Ah?- ahora si estaba molesto, llamarlo así…- A quien le dices zanahoria tú?
-Al idiota que tengo al frente por supuesto!-
-Tcht. Para ser una enana eres muy molesta! Qué rayos haces metiéndote aquí de todas formas? Este no es lugar para niñitas

Estaba loco? En su vida ella se había molestado tanto hacia alguien como lo estaba en ese momento. Llamándola enana sin razón alguna, hablándole así. La irritaba.

Los dos estaban lanzándose insultos en el callejón, cada estudiante que pasaba no podía evitar reír al ver la escena. La chica gritaba: Zanahoria, idiota, retardado! Y el chico gritaba: Enana, idiota, boba! No importaba el ángulo en que se viera parecían una pareja de esposos. Hubieran seguido así toda la mañana, pero el timbre del colegio sonó.

-MALDICIÒN ES TARDE!- gritaron al unísono.

Sin pensarlo dos veces, corrieron a una velocidad inhumana hacia la preparatoria de Karakura. Para la sorpresa del muchacho, la chica era incluso más rápida que él, tanto así que hasta lo había sobrepasado.

Eres… humana? Demonio?- dijo pausadamente

Eres idiota? Es un poco triste ver como una chica te gana físicamente!

Eso es porque no debes ser considerada como una chica. Auch! Porque la patada enana?

Te lo mereces! Y deja de decirme enana niño con complejo de zanahoria,

Zanahoria? Si que tiene agallas para decirme así… voy a matar a esa chica.

El peli naranja aumentó su velocidad con intenciones asesinas.

Ahh demonios, que piensa hacer este pervertido? Pensó la pelinegra y corrió incluso más deprisa. El chico estuvo a punto de agarrarla, y para su sorpresa, ella tropezó con sus pies e iba a caer. Sin pensarlo dos veces le tomó su cabeza y su cintura para que no callera, pero en vez de eso ella lo arrastró consigo en la caída.

-auch… ite…- decía la chica que de repente sintió algo suave bajo ella- Eh? Pervertido!

-Pero que?- El chico abrió sus ojos a consecuencia del golpe que le dio la chica, se sonrojó al darse cuenta la posición en que estaban, ella sobre él. Él la miró para explicarse, mas no le salieron las palabras pues terminó sorprendido con sus ojos violetas

-Pervertido!- Se levantó de golpe

-Pero si fuiste tú la que cayó sobre mí en esta posición!

-AHH!- dijo La chica sonrojada.- Y ahora por tu culpa estoy tarde en mi primer día… considérate muerto pervertido!

-Callate, no llegaremos tarde. Si tanto te preocupa pues ven-

-Pero que?- El chico la agarró de la cintura y la alzó poniéndola justo sobre su hombro. Ambos estaban sonrojados por lo incómodo de la situación pero el chico no se detuvo y corrió a mas no poder al colegio, llegando segundos antes de que cerraran la puerta.

-detente! Esto es vergonzoso.- decía la chica.

-Vamos, por lo menos llegamos a tiempo, agradéceme-

-N…no.- Un rubor se le asomó por las mejillas.

-Bien podrás hacerlo luego, yo me voy a clases!- el chico salió corriendo siendo perdido de vista por ella en segundos.

-Este tonto… por lo menos me hubieras dicho tu nombre para saber a quien agradecer.-